CUERPO INCORRUMPTO DE STA RITA (REPLICA) QUE PUEDE VISITARSE EN LA SEO DE ZARAGOZA
SANTA RITA DE CASIA
En la alcoba donde yo acaricié
mis primeros sueños de la infancia había un cromo de Santa Rita por la que sentíamos
profunda devoción en aquella España nuestra de aquellos tiempos. Yo miraba para
la espina sangrante de la pasión de Cristo que mostraba en la frente y así me
dormía murmurando aquel viejo cantar de santa
Rita, Rita, lo que se da no se quita. O "santa Rita hija de un rey moro que mató su padre con cuchillo de oro,
no era de oro tampoco de plata que era un cuchillo de hojalata" .
En las dificultades me
encomendaba a ella por consejo de mi abuela. "Abogada de imposibles".
Tal vez la dulce santa italiana me sacara de algunos atascos pero mi santo
protector es san Antonio de Lisboa, al que siempre traje al pairo con mis
movidas y debe de estar un poco harto de mí con tanta petición de socorro. A
cada instante le estoy dando la vara al pobre san Antonio. Pero él no le niega
nada a este pecador y siempre viene en mi ayuda. Ayer visitando la parroquieta
de la Seo de Zaragoza hallé una imagen del cuerpo incorrupto de la santa en una
hornacina. La Comunión de los Santos en la que creo firmemente (no tanto como
en la cuestión de las Indulgencias que me parece algo algo redundante) es una
de las grandes cosas que tiene la SRI. Señor venid en mi ayuda.
Quedé contento y feliz mirando
para su frente limpia donde lucía la llaga dorada de la espina con que se
santificó. Una gracia de Dios esta visita. Viví un momento celeste muy ufano de
pertenecer a una iglesia que se pronuncia valiente sobre la santificación del
dolor humano como catarsis y accésit místico. Con nuestras penas, aflicciones,
dolores físicos, persecuciones, nos purificamos de nuestros pecados y vamos
subiendo peldaño a peldaño la escalera del Cielo llena de abrojos y de
dificultades. Es todo lo contrario del pensamiento mundano a día de hoy que
huye del dolor porque algunos piensan que cuanto más sufres eres más hijoputa y
yo les doy este consejo:
▬Al revés te lo digo para que me
entiendas pues el dolor purifica. Sublima tu dolor, hermano.
Creo que Santa Rita, abogada de
imposibles, bien pudiera echarnos, tal como va el mundo, una manita.