2015-12-06

MADARIAGA


THE KEENEST ODOUR OF BOOKS. OXFORD

 

 

 

 

 

 

Oxford huele a libros

 

 Oxenford el valle de las huellas de la sabiduría. Señor, me esforcé mucho para tan escasa recompensa. Lloro lágrimas de dolor. ¿Por qué me has abandonado? Hay demasiada tinta entre mis venas, y tanto libro tanta espira, tanto don, con del neogótico a las puertas.  Hay  bicicletas  de los undergradutes en los portillos, y en el jardín dones y donjuanes que palabra don viene de Dominus (señor) el que domina y camina, master es magister. En Oxford encontraréis al Señor de los Anillos, estaba el diablo con rostro de vieja, escondidos dentro del cañón de una gárgola.

Los magistri maximi  catedráticos, arrebujados en sus togas, desayunaban porridge en los refectorios, el birrete plano de los togados a la manera de libro  de medio lado, colocado sobre el gorro como la palia  de los curas que iban a decir misa antiguamente. Y una orla colgando del chapi, legionarios  eran del saber

Un complutense, como yo, encuentra en Oxford ciertas mermas, mucho boato, mucho remo, el esnobismo del inglés que mira al mundo por encima del hombro. Donde esté Alcalá ya digo que se quiten Cambridge y Oxford pero lo oxoniano recaba el prestigio en nuestros días. Ser inglés equivale a ser un buen hombre de negocios, saben vender bien su mercancía.

Por aquellos pasillos universitarios me topé con un tonto en siete idiomas corredor de fondo de los contubernios: don Salvador de Madariaga recomido de odio, cual rolla intelectual, contra Franco. Es porque eran paisanos. Políticos, columnistas médicos y boticarios, cirujanos abogados algún traficante de drogas, obispos, canónigos anglicanos, militares y algún que otro asesino tienen abiertas las puertas del mundo con un título de alguno de estos colegios, un título colgado en la pared. Era el otoño del año 72, dieron las siete en el reloj de Carfax, anochecía. Yo acababa de empezar mi propia conquista de Inglaterra. Digo lo que Felipe II no mandé mis barcos a luchas contra los elementos. Los ingleses siempre nos vencen. Andrés Segovia nombrado doctor honoris causa, despaché mi primera crónica y pude hablar con Madariaga un tipo pequeño con cara de mala leche con un gran vozarrón. Un tonto en siete idiomas y dicen que gallego hispanófobo pero en España siempre vistió mucho eso de que vives en Oxford. Sobre la cabeza llevaba el chambergo de los humanistas del XVI, me pareció chusco y pedante, su mujer una suiza inglesa le tiraba de la manga porque no quería que su marido hablase con la prensa de Franco. Sus libros siempre me parecieron malos y abominables. Un tonto en siete idiomas ya digo, nut there I smelt the keenest odour of books, entré en colmados y las librerías de viejo pero las librerías de lance inglesas no son tan castizas como las españoles. La literatura inglesa no es ni tan genial ni sorprendente como la castellana pero sí más monocorde y correcta. Sin embargo saben vender los tíos porque para un inglés no es el té que ingieres sino como pones los dedos cómo te llevas la taza a los labios y dices oh dear. Así te endilgan su mercancía, sus tempos, sus soap operas, sus ritos. No sex please we are british, no fucks, no shits, no swearing in these premises. Dogs and strawberrypickers not allowed. Y no beben vino, sino bocs de lúpulo fermentado con cebada, sus cogorzas son de ginebra y de cerveza negra, lo que bebía la Madre Reina y entre sorbete y sabor empinando el codo vivió cien años. Emborracharse cada cierto tiempo en ese templo de la sabiduría no estaba mal visto.  Books always. Books that I browse for enjoyment. The forgottens labours of half remembered classics. That is what I am: a scholar, un libro abierto. Pero las fuerzas del mercado han acabado con todos nosotros. Se van a morir los ratones de bibliotecas. Sin embargo, siempre habrá libros para cambiar el mundo. That is the lore of the honeybee. La sapiencia de la abeja volando de flor en flor. Que lejana está aquella atardecida en la vieja ciudad inglesa cuando por vez primera escuché las campanas sonando horas en el carillón de Fairfax. Esa torre se parece al papamoscas de Burgos con un epigrafo que dice: TEMPUS FUGIT los siglos pasan, el tiempo huye

RECOMENDAMOS A LOS SEGUIDORES DE ESTA BITÁCORA ESTE GRAN LIBRO SOBRE SEGOVIA

 
JOSÉ MARÍA COSTA ARRIBAS
Editorial Círculo  2015
2002pp
precio 17€
A la venta en las siguientes librerías segovianas:
libreria Cervantes, Calle Real cerca de la Canaleja
Antares Ezequiel Gonzalez
 
 
Según hemos escrito en la crítica de este libro es un "must"
para conocer la historia impresionante, por el número, de monumentos de la Ciudad del Acueducto.
Que vds. lo disfruten
 
 
 AQUI VA UN ARTICULO PUBLICADO EL 6 DE NOVIEMBRE EN EL ADELANTADO DE SEGOVIA
 
Magnífico libro de José María Costa Arribas
Tribuna
Antonio Parra

El profesor José María Costa Arribas ha publicado “La Segovia Olvidada” un magnífico retablo de las tradiciones de la Ciudad del Acueducto, sus costumbres, ascendientes, orígenes, así como un estadillo solemne y cabal de los edificios, iglesias, ermitas, oratorios, conventos, los del alfoz, los del arrabal, e intramuros. Segovia, ciudad de acarreo, acredita así su romana catolicidad aunque tambien tuvo algo de musulmana y mucho de judía, pero tambien fue arriana y pagana.

Ofreció incienso a los dioses que después del Edicto de Milán fueron cristianizados de modo que las antiguas creencias mitológicas se transformaron en devociones de otros tantos santos mártires confesores y santas vírgenes. Segovia, ciudad de acarreo, multiétnica tolerante pero a la vez adoleciendo de ese vicio que fustigaba san Isidoro como “morbo visigótico” (la envidia) compartiendo hueco con un cierto aperturismo y liberalidad siempre a la sombra de la Cruz y guareciéndose junto a los cimientos de su ebúrnea catedral. Dama de las catedrales sede y trono de los obispos que mandaron siempre mucho aquí en esto, y Dios quiera que sigan mandando, porque este libro testimonia  esa fe de cristianos viejos que nos pervivía. Una fe que creía en la trascendencia del ser humano y otorgaba mandas de los difuntos, donaciones pro ánima y sufragios.

Que me digan misas. Quiero un enterramiento sagrado cabe el atrio de la iglesia, pedían las condesas al otorgar testamento.

Yo ayudé cuando tenía once años a una misa que ofició el capellán de las claras de san Antonio el Real por el eterno descanso del alma del rey  don Enrique IV, benefactor de aquel convento. Más de cinco siglos de misas gregorianas

 
 
 

algunos consejos contra el extreñiniento mental. Tiempo de elecciones del cagar nadie se escpa

LA SEÑORA LILY

 

Despertó sobresaltado por los golpes en la puerta de la señora Lily. Vaya unas prisas. Roger era el favorito de la patrona y él se enfrentaba a un ambiente hostil, una marca que le rodearía toda su vida pero no lo dio mayor importancia muchas veces le había sucedido.

Abajo en el comedor estaban Deborah y Rachel las dos nuevas huespedas hijas de una profesor norteamericano que cuando oía pronunciar el nombre de España montaba en guardia. Él por su parte tenía sentimientos contrapuestos, se anegaba en perplejidades. ¿Por qué nos odian tanto? Buena pregunta.

Pensó Bermejo para su capote ser hijo de una maldición. Sin embargo después de la tormenta luciría el sol con las bendiciones en tecnicolor del arco iris.

No pienses tanto que te equivocas. Son malos los nacionalismos. Están llenos de prejuicios. El sol no pertenece a ningún lugar completo nos alumbra a todos y en ese todos se incluye el universo. Pero el hombre pecador es corto vista o tiene costras en los ojos que no dejan pasar la luz del sol. Lo estaban estudiando en aquel boarding.

La pensión estaba regentada por agentes secretos que alargaban como un espejo a lo largo del camino el pentáculo mágico que guarda el secreto de la trigonometría de las catedrales y él estaba muy preocupado porque tenía morriña de España y su estreñimiento le inundaba de cansancio y de melancolía.

Le subían a la frente emanaciones de sudores fríos pensaba que el boarding house era una prisión y que estaría condenado a ser remero el sollado de una galera a bogar de por vida con los atunes por única amistad o hurgar entre el fiemo de una mina. En las galerías de la literatura hay mucho que excavar. Dig. Dig. Dig. No eres más que un rocín de bolea. Engancha los bueyes unce la mula al carro que no se mueva el tentemozo. Eso tiene que estar quieto.

Así me gusta. Al hacer de cuerpo, la vida le pareció un poco más amable. Debía de tener la culpa de su estreñimiento aquel porridge infame.

Hizo quiebros la fortuna en aquella pensión de Hull.

Tenía que ahogar en vino su amargura pasar por carros y carretas. Aguantar y sorber  la decocción de aquel día. Asi me  gusta.

Así bien cagarás. Uy que a gusto, señora Lilly obré por fin lo que no hacía en quince días. Habría de expiar la culpa Seguían bogando entre las olas del mar del otoño sus pensamientos. Mañana será otro día. Por la noche la patrona se iba al bingo y se quedaba en la cocina la vieja haciendo sesiones de espiritismo. El demonio del alcohol le rondaba la cabeza. Entró en el excusado y allí un estudiante español que le precedió colocó unas aleluyas muy guapas sobre el arte de defecar:

n Cagar alegre, cagar contento, si pero caga dentro.

n Caga el rey, caga el papa caga la fea y caga la guapa que del cagar nadie se escapa

n De los placeres sin pecar mear y cagar

Aquel predecesor suyo que había venido a aprender la lengua de Shakespeare a la Ciudad Dormida o algún curso se entregaba a las evacuaciones excretorias por lo visto con optimismo.