RAMON
J. SENDER. LA FUERZA DEL SINO
"Una
vida humana por cinco duros me sentí avergonzado, iba cuesta abajo",
declara Ramón Sender en su Crónica del Alba cuando lleva a su novia Isabelita a
la comadrona de un pueblo de Aragón para abortar. Tremenda historia como
tremendo es este escritor que creo que escribió la mejor novela la más
desgarrada de los perdedores. Tremendo escritor, la garra filosófica del
jesuita Gracián pero también el lirismo y la piedad del Romancero por España. Adelantándose
a tu tiempo, se cuadra delante de problemas hodiernos: las huelgas, el
socialismo, los curas pederastas, Freud y las telarañas mentales de un padre
maltratador que le dejaron secuelas. Anticomunista y antisoviético (los rusos
se portaron despóticamente en la guerra de España) y advierte que la cuestión
catalana con su cerrilismo fue uno de los desencadenantes de nuestra guerra
civil. Tanta sangre derramada. ¿A quien habrá que pedir cuentas? ¿Quien tuvo la
culpa? Dice que la guerra la tenían perdida los republicanos desde el
principio. Denuncia a los asesinos de uno y otro bando pero sobre todo los del
sector del frente de Torrelodones. Los capítulos que dedica a la defensa de un
pobre secretario de ayuntamiento al que van a fusilar largo y tendida es un
dechado de literatura forense. Verdaderamente es una pena que autores como este
aragonés que no era alto y rubio más bien cetrino se encuentren descatalogados
y las nuevas generaciones no tengan acceso a sus libros porque entenderían
mejor lo que pasó en aquel naufragio de nuestra convivencia. Tanto en un lado
como otro había gente buena que luchaban por la defensa de sus principios y
sentían el dolor de España desgarrada. Y malos y fementidos a uno y otro lado
de la valla. Lo conocí en el año 77. Supuraba por la herida. Invitado por Cela
a su casa de Mallorca —Camilo era hospitalario y generoso—don Ramón se metió
entre pecho y espalda una botella de güisqui antes de la cena y preparó un
cristo. despotricaba contra todo bicho viviente, vertía la amargura de su hiel
del exilio y de expatriado en California donde daba clases de español. Había
sido purgado durante la era Mac Carthy cuando la caza de brujas. Nunca pudo
recabar la nacionalidad estadounidense. Sobre toda su obra flota la presencia
del amor angélico por Valentina compañera de juegos de infancia, que seria
fusilada por los nacionales en Zamora. Después de Valentina vino el amor
lunfardo y satánico. Muchas mujeres pasaron por su vida y en el frente de
Aragón explica cómo forzó a una enfermera falangista que quería pasar a
Francia. "Le aprietas el brazo en el cuello y al sentirse ahogada la moza
se abre de piernas". Perteneció a la FAI esa Federación anarquista Ibérica
en cuyas filas estaba encuadrado el escritor inglés autor de la novela de la
utopía moderna "1984" y al que conoció y tacha de algo petulante. A
otros personajes a los que se refiere es a Lerroux el rey del Paralelo, a
Campanys que compartió con Sender como capitán de infantería rancho y trinchera
en la guerra de Marruecos. Entiende a Santiago Carrillo (lo pinta con nombre
disfrazado) pero dice que es un asesino.
Sender
es la gloria del idioma. Describe con ternura la vida en el campo. Creo que en
el relato de los años de infancia alcanza una altura de ave fénix, ofreciéndonos
páginas inolvidables Nos habla de las allegaderas turolenses que vareaban
aceitunas por diciembre, de las alfardas que pagaban moros y judíos como
tributo de guerra, que en Castilla se llama la fonsadera, al monarca, de los
fencejos con que se maneaba a los mulos, del henil o cobertizo. Del calivo o
brasero con que se calentaban los agricultores en la obrada. Del oloroso
rescoldo del cospillo (orujo de aceite) o brasas de la hoguera. De jetas de
agua. Del pasapán o pescuezo, también gañote. Da detalles de las propiedades afrodisíacas
de la nuez, la aceituna y el vino. Nos dice, glosando a su paisano Gracián, cómo
son los españoles; francamente ingobernables: "La autoridad por estos
pagos se ejerce mejor a distancia. Cuando estamos cerca, tratamos de demostrar
al vecino que somos más fuertes, más sagaces y que tenemos más autoridad propia
o por delegación. Las relaciones entre nosotros son perfectas a distancia, es decir
por correo: circulares, besamanos, cartas encabezadas de largas expresiones de
padre y muy señor mío. Personalmente, es otra cosa; la mirada diagonal, el
rictus, el sarcasmo, la zancadilla o el silencio preñado de recelos y hoscos
sobrentendidos"