EL DIA DE SAN BERNARDO EN EL MONASTERIO DE SANTA MARIA DE SACRAMENIA
Acudo con una oración en los labios que me enseñó un cisterciense escrita por san Bernardo de Claraval:
"sancta Maria, sucurre miseros, fove flebiles, adjuva pusilanimes, interveni pro clero interveni pro devoto femineo sexu sentiant tuum juvamen quicumque celebrant tuam festivitatem. Amen"
y este lugar de la tierra en que nací me explica tres cosas, mi amor a la Virgen Madre, la devoción por los libros, la fraternidad de la tierra y cierta adición por el buen vino.
Es Castilla la tierra de Berceo, un lugar mágico situado en valle nemoroso tierras altas de frontera que pegan al Duero y a la cordillera carpetana, tierras de frontera las de los aportellados de Fuentidueña la de los arqueros de Sacramenia los escuderos de Valtiendas y los anacoretas y ermitaños de Fuentesoto.
Aguas arriba del Duratón entre afiladas peñas y gollizos se abrían las cuevas de los eremitorios donde se refugiaron los cristianos visigodos huyendo de la morisma.
Todavía se pueden contemplar estas moradas trogloditas por los tesos de Cuevas de Provanco y en Fuentesoto, a la vera del río Menia que riega los huertos y la vega, se alzaba la ermita del viejo fundo de san Vicente de Pospozuelo.
Allí debió de existir una Tebaida parecida a la de los Siete Altares sepulvedanos.
Quedan restos del eremitorio prerrománico y señales de tumbas visigóticas.
El espíritu cisterciense ha calado en mí al socaire de la devoción a Nuestra Señora, una mezcla del lema benedictino del ora et labora y de la indolencia contemplativa que trata de seguir una regla difícil de convivencia comunal, el Cister por amor a Cristo renunciaba a todas las cosas del mundo incluso a la privacidad: los hijos de san Bernardo trabajaban juntos, rezaban en común, escribían bajo la mirada del abad copiando (eran excelentes calígrafos) manuscritos en el armorium, bajaban al refectorio a las horas marcadas, y carecían de celdas, dormían en crujías o dormitorios, trabajaban en el campo. comían de la huerta, roturaron la tierra, plantaron viñas.
A ellos se debe la tradición vitivinícola de Castilla la Vieja.
San Bernardo trasplantó el veduño borgoñón que arraigo cepas mejores en estos majuelos que las del francés originario. Sólo al morir conocían la propiedad privada del cuadrado de tierra que a todos nos corresponde.
la historia de este monasterio de Sacramenia yo la conozco bien y he escrito largo y tendido sobre estas piedras cuando era corresponsal de la agencia Pyresa en Nueva York.
El claustro monástico fue comprado por Randolph Hearst y fue desmontado piedra a piedra y reedificado en Nueva York. otra parte fue a parar a Miami.
Bizarra y azarosoa historia que empieza con la desamortización de Mendizábal y los españoles con nuestras sagradas piedras no sabíamos que hacer. Algunas fueron pignoradas.
Sin embargo, hay que decir que aquí quedó el rosetón impresionante circulo de piedra que tamiza la luz la pared occidental del templo, donde cantaron los monjes vísperas durante ocho siglos. El monasterio fue erigido a mediados del siglo XII antes que el de Moreruela y el de Veruela en la provincia de Zamora y Soria respectivamente. Actualmente es propiedad privada pero está abierta al público gracias al sponsor un colega y amigo periodista pude visitarlo por dentro- subiendo desde el pueblo a través de un camino flaqueado de encinas y fresnos como unos tres kilómetros uno se enfrenta con una plazoleta cercada por chopos centenarios. un gran mastín manso y blanco animalito sale a recibirnos y nos lame las manos. me quedo casi en éxtasis ante el rosetón y canto la Salve.
Detrás de la corraliza aparecen las ventanas de las celdas. La iglesia ha sido reedificada con gusto exquisito, me acuerdo que bajé una vez con el abuelo por estos andurriales a la romería que tenía lugar en honor al santo el 20 de agosto. Compramos garrafatiñas y peladillas de Alcalá a los carameleros, bailamos la jota.
Un gaitero de Peñafiel tocaba la chifla (dulzaina) y entrada la tarde regresamos a casa. Nunca olvidaré aquellas vivencias. en el día del glorioso san Bernardo patrón del Cister y de los monjes templarios. Un templario hospitalario creo que he sido yo en la vida. Diacono para servir y cantar la epístola con voz diaconal.