TRABAJO INTELECTUAL VERSUS TRABAJO MANUAL
Las novelas de Chejov carecen de
argumento. Son la vida misma en la cual la trama es un drama. Aquella noche en
Oviedo cuando me llevaron preso, vine a casarme con una moza que me dio
calabazas al pie del altar. Armé un desaguisado en un bar. Traje DESDE Londres en
mi equipaje “Historia de mi vida” que vine leyendo en el avión. Yo llevaba esta
novela bajo el brazo cuando me detuvieron. Creo que la perdí dentro de aquella
mazmorra con la puerta verde y nunca volví sobre sus páginas salvo ahora al cabo
de medio siglo y compruebo que Ana Blagovo la mujer idea que describe el autor
ruso y del cual muchos nos enamoramos no existe. La dulcinea del Sotrondio era
una sondia maritornes y nosotros no somos nadie. Ese amor incandescente sin
embargo a los soñadores viene a ser un lenitivo para nuestra saudade y nuestro
aburrimieto porque la vida es sórdida para los intelectuales que emborronan
papel. Una tarea mecánica nos libra del acoso de nuestros pensamientos y de la imaginación
que es la loca de la casa.
Se trata de un joven al cual
despiden de su oficina en un ministerio y el padre que es noble y cuenta con
influencias le logra un trabajo en las oficinas del ferrocarril que estaban
construyendo. De paso, Chejov con magistral pluma nos cuentas su vida en una
lejana provincia del imperio, murmuración, el juego, borracheras, el campaneo
de las iglesias tocando a vísperas, la nieve de los largos inviernos y los ardores
de la canícula. Estamos en Dubechnia en plena estepa. “Los hombres eran altivos, frios, de ideas estrechas, trataba n a la
gente a batacazos, jugaban, bebían y sólo se casaban con mujeres de buena dote.
Únicamente las doncellas eran puras de alma. Tenían aspiraciones nobles y un
corazón limpio y entusiasta pero no comprendían la vida, eran demasiado
cándidas; luego de casadas envejecían prematuramente y se hundían en el cieno
de una existencia gris, vulgar” se convierten en sandias y sotrondias,
harpías de lo más vulgar por una casualidad o por metamorfosis. La vida es así.
De buena me libre al no casarme con aquella asturiana, digo yo-
domingo, 1 de diciembre de 2024
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