LLORO EN EL FUNERAL DE
CARLITOS. NUESTRO GOBIERNO DEBE PROTEGER A CARMEN CARRANZA SU VIUDA MEXICANA
Estoy hecho polvo, vengo del funeral de mi sobrino Carlos Tuya Muñiz, entregamos al fuego y no a la tierra lo que de la tierra era suyo. Hemos enterrado al primero de lo que llamaban la generación de Villablino (los jóvenes de Asturias hechas las maletas tomaban el olivo y sentados en un Alsa iban a buscar trabajo a esos mundos) Hoy me duele España, mi corazón sangra por esta Asturias postrada económicamente sujeta a la palabrería revanchista charlatana de unos pocos que tienen sometidos a la mayoría. Pero eso forma parte de nuestra tragedia. Está en el Poema de Mío Cid “España faze los omes y los desface… qué buen vasallo si oviese buen senhor”
Dijimos adios esta tarde a la infancia, a los juegos de las vacaciones de aldea de mis hijos. A todos esos recuerdos entrañables dimos finiquito.
Dicen que no hay dolor en el mundo mayor que el de un padre que ve enterrar a su hijo. Ese dolor lo he sentido yo esta tarde y soy su tío. Detrás de esta tragedia hay una historia humana que yo recordé junto a Carmen su esposa mexicana. Un torrente de lágrimas brotó de mis ojos al recordar cuando fui a recibirlos al aeropuerto de Barajas, venían cargados de ilusiones para rehacer su vida en España.
El esposo huyó de Mexico amenazado por las mafias. Nunca he llorado tanto en un funeral pues allí vi la presencia del amor una mujer que deja su país y su trabajo para atender a su esposo enfermo de cáncer. Tuvo que dejar su trabajo y ahora se encuentra en paro. Tampoco puede pagar la renta del piso en Oviedo.
Creo que Asturias está en deuda con esta mexicana licenciada en Letras y muy culta y ayudarla para evitar el desahucio del piso en que viven. Hago una llamada a los ovetenses de buena voluntad y al gobierno autonómico para que la ayuden no sólo materialmente sino psicológicamente pues ha sufrido mucho. Su marido tuvo que abandonar Mexico al ser amenazado por las mafias, trató de instalarse en España pero las cosas se torcieron.
Esa es la causa de mi dolor y mi rabia esta noche.
nosotros sentimos a ella y a su madre como parte de nuestra familia. Yo soy un
pobre periodista jubilado sin demasiados recursos pero haremos todo lo que sea
necesario para que esta familia no quede en la calle
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