LLORO EN EL FUNERAL DE
CARLITOS. NUESTRO GOBIERNO DEBE PROTEGER A CARMEN CARRANZA SU VIUDA MEXICANA
Estoy hecho polvo, vengo del funeral de mi sobrino Carlos Tuya Muñiz, entregamos al fuego y no a la tierra lo que de la tierra era suyo. Hemos enterrado al primero de lo que llamaban la generación de Villablino (los jóvenes de Asturias hechas las maletas tomaban el olivo y sentados en un Alsa iban a buscar trabajo a esos mundos) Hoy me duele España, mi corazón sangra por esta Asturias postrada económicamente sujeta a la palabrería revanchista charlatana de unos pocos que tienen sometidos a la mayoría. Pero eso forma parte de nuestra tragedia. Está en el Poema de Mío Cid “España faze los omes y los desface… qué buen vasallo si oviese buen senhor”
Dijimos adios esta tarde a la infancia a los juegos de las vacaciones
de aldea de mis hijos dimos finiquito. Dicen que no hay dolor en el mundo mayor
que el de un padre que ve enterrar a su hijo. Ese dolor lo he sentido yo esta
tarde y soy su tío. Detrás de esta tragedia hay una historia humana que yo
recordé junto a Carmen su esposa mexicana. Un torrente de lágrimas brotó de mis
ojos. Nunca he llorado tanto en un funeral pues allí vi la presencia del amor
una mujer que deja su país y su trabajo para atender a su esposo enfermo de
cáncer
continuará
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