JAVIER PARRA GALINDO
SARGENTO MAYOR DE LA GUARDIA CIVIL ¡¡¡PRESENTE¡¡¡ (in memoriam)
Hoy es 20N y los
muertos se agolpan en mi memoria, murmuro una oración de difuntos, ya son
muchos los que partieron al más allá del que no se vuelven y quedaron
sepultados en las aguas profunda del lago eterno de la muerte pero sirvieron a
su patria dieron su vida y trabajaron por los demás.
Es el caso del humilde
sargento primero Francisco Javier Parra Galindo fallecido ayer en Córdoba en la
esperanza de la resurrección.
Era mi primo carnal,
jugué con él de niño y como yo era algo mayor lo protegía de los otros chicos
cuando se burlaban de su acento andaluz.
El hijo de mi tía
Rosario y de mi tío Manahén era un referente a pesar que el trato fue exiguo. Él
y su hermano Benjamín fueron llevados al colegio de huérfanos de la GC en Valdemoro
y yo ingresé en el seminario.
Javierito llevaba el
legado del Duque de Ahumada en la masa de la sangre.
De hecho su entierro
ha sido multitudinario por la cantidad de pésames que han cundido a través de
la Red.
También tenía el sello de todos los Parras que
somos de un acendrado espíritu religioso, gente humilde y campechana con un
gran espíritu de sacrificio.
En Córdoba él era alma
de la semana santa y organizaba la colocación de las cruces en los monumentos
en la fiesta de la Cruz de Mayo.
Tanto mi padre Silvino como mi tío Manahén
heredaron ese espíritu religioso que viene desde muy atrás quizá del hebraísmo los
Parras eran todos pelirrojos como muchos judíos y cuando estaban rezando en la
iglesia movían el cuerpo hacia atrás y adelante cubriéndose a veces el
entrecejo con la mano izquierda.
¿De dónde vienen tales
atavismos que sólo pueden verse en Jerusalén cabe el muro de las lamentaciones?
A ver que me lo
expliquen. Aunque si es verdad que pertenecemos a tal estirpe nada tenemos que
ver con tipos asesinos como Netanyahu que matan niños, nosotros somos el orden
y la ley ¡Oh Dios mío cuantos recuerdos!
Javi creo que murió de amor no pudo soportar
la muerte de su querida Zuli, se vino abajo. Un tío de tanto temple que estuvo
en los comandos antiterroristas contra la ETA mira que hay que tener huevos no
pudo soportar la marcha al cielo de aquella bella venezolana.
Me acuerdo lo que aconteció a mi padre en el
frente de Teruel donde se le helaron casi las piernas y una bala cruzó el
parapeto haciéndole un agujero en el gorro cuando escribía una carta a mi tío
Manahén al que llamaba Manana. Has
vuelto a nacer, chiquito, éste le contestó, pues sí, hermano, gracias a Dios y
a la Virgen del Rehoyo, Silvino le contestó.
La Virgen de Rehoyo es
la patrona de Membibre de la Hoz donde ambos nacieron.
Se querían mucho y todos
los veranos cuando había algún permiso se acercaban a visitar al abuelo
Severiano y a la abuela Paula y a echar un traguillo y una parrafada en la
bodega de Ambrosio el de la Santa Hermandad.
Concluida la contienda
se quedaron en el ejército mi padre en Artillería y Manahén en la Benemérita.
Ay amigo en Membibre
se mofaban mucho del Silvino al que llamaban el pinto y a Manahén el pecoso
pero cuando regresaron de la guerra en un caballo tordo con los galones el uno
de sargento y el otro de cabo en la bocamanga se les arrimaban todas las mozas.
Acabaron casándose con dos hermanas de Fuentesoto un pueblo a veinte km.
Hoy he llorado ante el
retrato de mi primo Javier. Se parecía a mi abuela Paula la pobrecita que vida
más dura tuvo pero aquí estamos. Hoy es 20N un tiempo lapidario. Recuerdo una
frase en inglés que nos describe esta efeméride. Old soldiers never die, only fade away (los viejos soldados nunca
mueren solo desaparecen en la niebla)
miércoles, 20 de
noviembre de 2024
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