EL LIBRERO VALDÉS DE OVIEDO, MI CIRINEO. ME TIRA EL FONTÁN. LUCUBRACIONES LITERARIAS Antonio Parra Los porches de la antojana del Fontán tiran lo suyo, y no solamente en la vida literaria de una ciudad - de vez en cuando hemos de acudir al truchimán ovetense en un afán de descompresión y oniromancia para que nos interprete nuestros sueños de orbayu y borrinas en lo altu el puertu y veamos el ángel dicen posa los pies como una perícopa mística arriba del todo de la torre calada de san Salvador- sino también en la de los individuos y en la de los pueblos. Valdés cargado de libros me ayudó a llevar la cruz y ha sido y quiero que sea muchos años en vida de los dos mi Cirineo. Los lares tutelares, manes y penates de Ovetum-Jovis Templum- por míos los tengo. Paul Morand perentoriamente dijo que los ángeles tienen sexo, bajan a la tierra a hacer el amor con las hijas de los hombres, y hasta se echan novia, como me pasó a mí una vez en Oviedo, voto a bríos. Eso nos pasa a todos. Le ocurrió también a Tigre Juan: que se enamoró. Iba a cortejar detrás de los montes; era sangrador, barbero, echaba la buena ventura a las clientas, santiguaba y escribía cartas en romance a las novias analfabetas. Hombre de muchos oficios, pobre seguro; así que tigre vendía botones y carretes, no daba puntada sin hilo, leía las rayas de la mano pues ya digo era un tanto quiromante. Su chiscón en la plaza del Fontán era una romería. El personaje de don Ramón tan facticio y tan real a su vez creo que su espíritu monta guardia con los angeles tutelares de la Cruz de la Victoria en alguna buhardilla en los soportales de la catedral. Es un punto de referencia con soporte veraz más allá de los convencionalismos onomásticos. La buena prosa como las buenas catedrales y ambas se dan en tal caso están construidas para suscitar entusiasmo elevando los ojos por encima de esta mediocridad sin horizontes de tejas abajo. GLOSAS DE OVIEDO Y DUBLÍN En ese sentido Oviedo es algo más que una ciudad. Como el Dublín de Joyce, el Londres de Maugham o la Alcalá del Buscón. Para mí no es solamente un punto de referencia estético. También una norma de vida, punto de encuentro y arrancada, cifra y compendio de mi peripecia vital. Toda la culpa puede ser la tuvo el gótico flamígero de las catedrales nuevas. Una ciudad de provincias puede ser un archivo del pasado y un laboratorio del porvenir. Por eso es menester de tarde en tarde regresar al parque San Francisco y colocarse al pie de la torre bisunta que tan bien diseñara Gil de Hontañón para desplegar el catalejo una tarde cualquiera a la hora de la siesta y guiados por la mano perita del deán de Clarín que empuña el catalejo esparcir la mirada. Escribir es mirar hacia adentro. Y es llorar sobre regazos desconocidos. Es ser un poco cotilla intelectual. Al husmo de tales indiscreciones bajamos desde Pallares hasta Oviedo la Gentil. Toda una peripecia vital, un placer estético, un bello y dulce sentir sonando al fondo la cítara de los salmos que se devanan en cada libro. Oviedo templo de Jupiter y de este étimo hereda su calidad genitiva de la jovialidad. Lo tonante y jupiterino queda para otros casos. Nos parece la ciudad más alegre del mundo y la que más pronto se va a acostar puesto que se asela casi con las gallinas. Es genial y deífica en todo. Hasta en su toponimia. Más que una ciudad un mundo literario a retaguardia y a solas con su pasado meditando delante de ese albalá o alfiz que nos explicaba Camón Aznar en aquellas lecciones suyas magistrales es todo un misterio de la arquitectura. Son tres arcos ciegos en un pasadizo, tres pilares - ¿inspirarían a Pérez de Ayala?- inescrutables y mayestáticos como la Santa Trinidad. Estamos ante una de las diócesis más antiguas de la cristiandad. La Toledo ultramontana. Todo eso lo cuenta para el que quiera escuchar o entienda su lenguaje de piedra el alfiz de la Corrada del Obispo. Carillón románico de San Salvador al que protege la aguja de la catedral de Vetusta arropando también los tejados de San Tirso. Esto es el pasado. El futuro lo avienta la sonrisa enigmática y algo nerviosa de Leticia Ortiz, una menestrala busto parlante convertida de repente, el cuento de Cenicienta hecho verdad, en princesa de Asturias. Como Gonterodo. Como doña Tota la Asturiana. Oviedo, acérrimo baluarte contra la barbarie y cuna de civilizaciones, madre de España y abuela de pueblos como las Corderas antaño paciendo mansamente en el sel, enseña el azul de sus colores hidalgos liberales y el rojo y gualda del toldo de la tienda de Tigre Juan libérrimo en su talante mas duro de pelar. Su creador Pérez de Ayala lo vació en molde español a no poder ser más. Vio en su persona al último pícaro que llegaba de la guerra de Cuba de servir al rey. No es un estafermo ni el mascarón de popa de una nave que se hundiría en Cavite sino un ser de carne y hueso. A veces hasta me parece que cobra realidad y me lo encuentro circulando por la calle La Magdalena. Y con él a don Fermín de Pas, a Ripamilán con su voz perezosa de chantre. Paseando detrás dellos está aquel Capitán Veneno de don Armando veterano de la guerra de Melilla que parecía un ogro y avanzaba por el parque San Francisco semejante a Polifemo aquel gran danés del que se encaprichaban todos los incluseros. El gigante pese a su catadura era tierno y le regaló el “King” que así se llamaba el perro a un niño huérfano. Estaba solo en el mundo pero desde aquel día tuvo un perro. Todos estos personajes fruto de la imaginación de los grandes maestros astures de la pluma se amontonan con los recuerdos de varones que yo conocí, ovetenses pro que me hicieron bien: Avello, Gabriel Tuya mi querido suegro, los hermanos Cepeda, Pedro Pascual qui transierunt ut naves, sicut nubes, velut umbra pero que perviven en la memoria y ahí están, hagamosles un hueco, bajo las ventanas bigeminadas del palacio de la Balesquida. Otros son los que entonan cánticos con su lengua de llama columpiándose ingrávidos sobre el estribo de un botarel. BELLEZA En sus voces se plasma toda esa belleza ornamental y visual del flamígero de las últimas catedrales las denominadas nuevas: Salamanca, Oviedo y Segovia. Oigamos el cántico viejo de los coros. Escuchemos la voz del Serafín. Oviedo es para mí todo un conjunto de vivencias personales. Es algo que en España le ocurre a mucha gente desde que descubrió el rumbo y el aire de Pilares. Que ya no podemos vivir muy lejos del Fontán. Cuando le digo esto a Valdés, que me mira con sus ojos risueños, entre burlones y bondadosos, de monje laico, creo que me entiende. Estuve yendo y viniendo desde que era mozo y paraba en una fonda al lado de la estación que daba en los desayunos el mejor café con leche de Europa entera. Siempre le encuentro a pie de obra inmerso en sus catálogos. Es un pionero de las ventas por Internet y uno de los fundadores de Iberlibro. Para mí su tienda en la bajada de Gastañaga es como un pequeño mizrav donde acudo a lavarme las heridas y a purificarme. Hay demasiado polvo en los caminos. Él siempre está dispuesto a otorgarme una palabra de consuelo. No le falta sentido del humor y al igual que todos los ovetenses a los que conocí no se toma a sí mismo demasiado en serio. A los libros, esos libros con lomeras de panza franciscana y tejuelos al oro en piel de becerro, sí. Siempre está a punto de pasarme el dato que desconocía de tal libro o cual autor o a contarme alguna anécdota. O la historia de la última biblioteca que compró que siempre suele ser la de un cura. En este país siempre andamos en danza detrás de los curas con el vergajo o delante con el cirio en la procesión. Lo que no obsta para decir que fueron gente bien organizada y que sus archivos eran los mejores antes de llegarles la hora del defroque. Conozco a José Manuel y a su esposa Isabel desde el año 79. Siempre están juntos al lado de los pucheros del quehacer catalogador o la colocación de resmas. El catálogo es para el bibliólatra como la rueda de Ictión. Sus vueltas no se acaban nunca. Todas las mañanas hay que limpiar las cuadras de Anteo. Sacar a calderadas libros y más libros pero otros vienen a volcarse sobre su mismo lugar. La tarea no acaba nunca. Pero aquí están José Manuel e Isabel tanto monta monta tanto, dulces esposos para echar una mano a los ilustrados de todo el mundo y a los que abren su Web con el deseo de conocer. En ellos encontré siempre si no cariño un poco de consuelo y ese qué tal oh que a los ciclotímicos como yo nos hace tirar palante. Valdés es bien trabado de hombros aunque no muy aventajado de estatura. Epítome del perfecto bibliopola llegó a los libros a través de su amor a la escritura. Por sus manos pasó la bibliografía más selecta que se ha publicado en este país incluso en el mundo. Parece a causa de su fervor por el verbo y la palabra escrita un tataranieto de aquel Juan Párix que utilizó por primera vez los caracteres móviles e imprime el incunable más antiguo Los Sinodales de Aguilafuente, al ladito de mi pueblo. Desde entonces la magna caterva de bibliotecarios, bibliótafos, escoliastas, cleptómanos y opositores no han parado de darle al diente. VERSOS SATÁNICOS Hermosa profesión y a la vez triste la de los libreros de ocasión. El lance los vuelve tolerantes y a la vez apasionados. Dura, en estos tiempos de versos satánicos y que deja escasos márgenes. Azorín ya lo contó en un genial artículo: el hombre de por vida vive atado a sus libros, mas estos le sobreviven. Entra en las casas después del médico y del notario. Por eso buena parte de las existencias de las librerías de segunda mano se nutren de enajenaciones de colecciones privadas o públicas [cuando fenece una institución o se produce un cambio político parece que estorban los libros de antaño] así como de defroques de bibliotecas sacramentales. Los religiosos es casi lo único que legan al morir: libros. Hay que tasarlos con bastante paciencia. Valdés la tiene y sus modales son casi de médico de cabecera a la hora de tratar a enfermos o desamparados de la letra muerta. Todas las mañanas tiene que hacer la autopsia a un centenar o más de cadáveres antes de firmar el parte de defunción o enviar a estos tomos inservibles a la cámara de gas. Por desgracia el Leteo ¡ay! También aguarda a nuestras aspiraciones a la gloria. Por eso hay gente de este oficio que hiede a cadaverina y son insufribles por su mala hostia como es el caso de un tratante del Rastro de cuyo nombre no quiero acordarme. Sólo mi amor a los libros ha podido aguantar con paciencia sus malos modos y hasta sus insultos. El ovetense, todo lo contrario que el cascarrabias de la calle del Gasómetro, vibra en otra onda. Hoy muchos libros publicados mueren a los quince días cuando les sacan de cartel pero el Parnaso sigue distinguiendo con el laurel de la eternidad a los que vivirán eternamente. Shakespeare, Clarín, Quevedo, Victor Hugo, Tolstoi, Pérez de Ayala. Dolores Medio.... Uno se baja del Alsa, se toma un café en cualquier tupi y sale disparado hacia la costanilla donde Valdés tiene su escaparate. Es la sede de las Nueve Musas y a uno le entran deseos de releer a Azorín para describir cómo es un librero de lance con la misma solercia con que lo haría el Maestro de Monóvar, quien por cierto era también asiduo de estos establecimientos. Valdés es un asturiano jovial, de frente amplia y bondadosa sonrisa. Está sentado frente al ordenador. A su lado hay muchos libros. Cerca se sienta también su mujer que trabaja sobre un estrado o ambón desde el cual empaqueta los envíos. También cabe las fotos sepia y los ejemplares antiguos de A Urbe condita edición de Amberes traducción yuxtapuesta media holandesa. Aquí el tiempo se detiene. Es un remanso a la sombra de la espira de Vetusta. Sobre unas cajas se expanden ligarzas y legajos obra del expolio seguramente de un archivo sacramental que es como califican los técnicos a la biblioteca de los curas. Un poco más allá yacen el breviario de un cura latino con los cortes muy sucios y uns novela de Corin Tellado. Su propietario a lo largo de su vida presbiteral les dio una buena soba a este libro de horas entonario. “Domine, labia mea aperies. Et os meum nuntiet gloriam tuam” no hay nada como los salmos ¡Oh los bellos himnos y lecciones de aquel oficio divino! Únicamente los perversos pueden maldecir estas donosuras de la edición en piel con atajos litográficos y marmosetes de finiquito capitular con una frase al uso: -¡Bah! Latinajos. SIN LOS POBRES CURAS Osada es la ignorancia. España se queda sin curas, van muriendo las rectorales ¿Qué hacer con estos viejos ejemplares del culto preterido y sobreseído - el profesor Miramamolín Suances del que ya sabemos para donde tira se frota las manos ante los hechos consumados; no cabe vuelta atrás- y con toda esa literatura pietista acumulada en el cuarto de atrás de las sacristías? Ocupan demasiado espacio. Además ya no se lee y se medita nada. La televisión es el gran factótum. Nada que hacer por ejemplo con los “Puntos” del P. Vilariño. El síndrome de la iglesia vacía mientras se ríe Satanás de la inconsciencia y falta de prudencia de los nuevos catequistas que quieren por lo visto borrón y cuenta nueva empeñados en convertir al Vaticano en una oenegé ha desterrado de los anaqueles y del mundo de los vivos a todo este cúmulo de letra muerta. Ya no lo quieren ni los traperos. Estos libros son pignorados por unos céntimos en los mercadillos o van al contenedor de desperdicios. Les acompañamos al brasero de la moderna inquisición los que tenemos una mentalidad moldeada en ellos. Nuestras glosas nunca verán la luz. El Establecimiento los considera dinamita pura. Nos resignamos pero no nos rendimos en la esperanza de que algún día se tire de la manta, se cambien las tornas y los engendros metafísicos fruto de la imaginación del profesor antedicho y sus pedisecuos vuelvan al índice mientras nuestras novelas y nuestros ensayos salgan del limbo. Por eso venimos a Valdés pues vemos en su persona una especie de mesías espéculo de tolerancia. Buen alfaqueque de la bibliografía, pagó los rescates de muchas obras olvidadas que vuelven a ser. Con esa mira se ha pateado los caminos de la patria a golpe de acelerador. He aquí un redentor de cautivos el buen Valdés. Ciertamente algunos de estos mamotretos son infumables e ilegibles pero no hay regla sin excepción y siempre aparece la perla en el muladar. En el campo de la bibliofilia toda España es hoy tierra de moros. Parece como si nos hubieran colonizado los extraterrestres. Un páramo se abre ante nuestros ojos. Todo cuanto no se someta a férula o reciba el nihil obstat del gran censor demócrata queda fuera del aprisco y ay de los solos. Todos a morir por dios. Los púlpitos hicieron mutis por el foro y los curas están en otra onda. Les estorba su pasado. Se sonrojan de sus propios libros incluso los de los Santos Padres. Se ha renunciado a la teología y todo está en función de los dictámenes del gran cofrade orwelliano. Así que vivimos tiempos de verdaderos autos de fe y la quema inmisericorde o la descatalogación intencionada de autores rebatidos o con orden de expulsión de todas las sinagogas están a la orden del día. Y tales almenaras son perpetradas con alevosía y nocturnidad ascuso y a excusañas siempre de refez y de refilón sin dar cuartos la pregonero. ¿No queríais caldo? Pues ahí van tres tazas. Todo se hace ahora a cencerros tapados. Mucho disfrutaría el maestro Azorín en esta biblioteca, verdadero oasis de paz y de bonhomía en el corazón de Oviedo y eso se aprecia sobre todo cuando se llega desde Madrid. Falta esta tarde Alberto, el hijo único de los Valdés. A Albertín lo vimos crecer; nos encantaba el despejo y la inteligencia del chaval. “Esti guaje será algo. Vanos a sacar de probes, mira lo bien que se expresa y lo bien educau que yé y lo saladín”. Hoy con la carrera recién terminada es un iniciado en biblioteconomía con lo que quiere decirse que recogerá la antorcha. Berto- Albertus Magnus para los que hacíamos tertulia en los veranos de los ochenta en la rebotica del librero y escritor para hablar de política, de religión, de coses y de tiempos que no volverán- yo creo que iba para la lumbrera de la Iglesia pues estudiaba en los dominicos y seguramente que será un hombre importante pues ya desde entonces despuntaba al igual que los dos hijos de Ponte Mittlebrun, el niño y la niña. La fía de Ponte va a emparentar con los Borbones. Habrán de tirar voladores en el Sotrondio (no os asustéis pecados míos, ni saquéis la cabeza los mis remordimientos). Salve y honra merece el que a los suyos se parece. Que por cierto acontece ahora que me acuerdo que le debo un gallo a Esculapio. Acabo de contar sesenta y me estoy volviendo como Sócrates al pensar en la otra ribera. Y también le debo dos mil duros a Ponte por el arrendamiento de un 127 de una vez que vine al Fontán y me vendieron la burra mal capada con aquella puta boda. Que al sobrino del rey no le pase con la chica de la catasta a la que de pequeñina traía yo caramelos cuando venía de Londres lo que me pasó a mí con su tía Clara; algo vale que luego en el Mercau de la Pola la cosa se enmendó con otro consorcio que ni me esperaba pero esta vida es una caja de sorpresa y aquí el que aguanta gana. Existe una ley de las compensaciones y a cada uno la vida lo va poniendo en su sitio caguen ros. Todavía me estoy palpando los machos que ni sé como salí de aquella por pies y a uña de caballo y a fuerza de lingotazos de ginebra, hermano bebete tu propia vida breve, apura el cáliz del desamor. Muyeres. Una real moza pero más rara que un perro verde. La culpa como siempre la tuve yo por meterme en tales tremedales. LONGANIMIDAD INGLESA Buena gente. Les pido perdón y lo que dicen los ingleses let bygones be bygones.Pero lo de aquel himeneo fue una historia. El mayor fracaso de mi vida me aconteció en un lugar que yo consideraba el paraíso: el parque de San Francisco. Dios me perdone y nos perdone a todos y haya dado paz y felicidad a la otra pues gracias a ella encontré a ésta. Todo se embrolla. Parece muy complicado pero en fin a lo hecho pecho y no sirve darle vueltas. A este otro José Manuel no le debo nada. Es mucho mejor persona y creo que hasta mejor escritor. Lo que pasa es la del otro que en este país el candil tiene que lucir bajo el celemín por cojones. También es Valdés mucho mejor persona y no tan ambicioso. Villano en su rincón pasa una existencia sosegada propio del Beatus ille horaciano que aquí el que resiste gana y por ahí en eso hay bastante cabrón. Lo que pasa es que no publica. ¡ A ver cuando vemos en letras de molde esas poesías, Jose! Él escribe para el cajón. ¡Qué remedio!. Que no está el manto la Magdalena para tafetanes ni el alcacer para zampoñas ni el verde para pitos. Uno a fin de cuentas no es más que un peraile de la literatura. Pudiera haber nacido en Zocodover o en el Perchel malagueño o el Potro cordobés o el Arenal sevillano pero me nacieron cabe la Puerta el Socorro muy cerca del Azoguejo. La misma patria tengo que Pablillos el Buscón. Por eso me tira el Fontán y busco su querencia vivencial en que amasé pietismo con vida airada, esteticismo y clastomanía, con vela votiva en una mano y en la otra tea incendiaria. “Iskra”, pues. Lenin lo recomendaba cuando envió a sus dinamiteros al Palacio de Invierno. Desconozco el término medio. Yo voy a lo mío. Ahora al cabo de tanto tiempo tengo las manos vacías y una punción muy severa en el corazón. Me he ganado mi propio infierno a pulso. Fui pecador. Vivo cerca de Lavapiés que también fue lo suyo en sus tiempos hasta que lo tomaron los chinos. No sé si mi Madrid tendrá pepsina suficiente para hacer la digestión de tanto étnico como está llegando en oleadas pero eso no me lo digáis a mí. Toda la culpa la tiene Gallardón internacionalista de que España esté cambiando de piel y de color. A este paso pronto nuestra picardía se acabó. Pronto empezará la cultura del melting pot. Ellos nos meterán en su puchero y coceremos cual cangrejos borboteando por las asas. Me opuse a este estado de cosas que tenemos hoy. Por decir la verdad fui perseguido pero en Oviedo siempre estaba Valdés para echarme una mano desde su chiscón a la sombra de los botareles de San Salvador. Él y yo somos el gótico flamígero de la generación del 68. Fui a Oviedo con avales pues el deán que concluyó la catedral ovetense se llamaba Arias Dávila y era de mi pueblo. Y de ahí todo lo demás. Aprendía a amar la literatura en Clarín, padre y profeta nuestro. Escribía como tañendo un violín. Aun escucho la prima de ese registro. A contar con sentimientos y narrar lo que veía de la mano experta de un Palacio al que con tanto denuedo menoscaban los que lo fusilaron. Otra burra mal capada. No fiar mucho de los críticos. Pero mi padre espiritual, el espejo en el que quisiera haberme mirado como escritor, por su alcurnia espiritual y sus tendencias a la anglofilia y por su clasicismo ático, pensador y narrador libérrimo como libres son las auras que soplan por el Fontán, es Ramón Pérez de Ayala. Un dandi, un sportman del buen decir. Con su escritura elegante dejó marcadas las posibilidades de la lengua castellana. También al igual que él por lo que me toca de consorte y de advenedizo, llevo a Asturias en la armadura de mis huesos y al igual que él quiero ser enterrado bajo polvo asturiano “hasta el día de la restitución suprema”. De Vetusta y de Pilares soy un fifty fifty y a escote aunque me nacieran en Segovia ya digo. Mala sombra. Me sitúo en la parcela de la historia de España que me ha tocado vivir como un testigo de excepción. El furibundo nacionalismo aldeaniego de Ibarreches y Roviras no van conmigo. Prefiero el regionalismo astur que te hará siempre vibrar ante la noción de las dos patrias ahora que nos van a meter a todos en el mismo saco de lo global y yo protesto. SUENAN VIOLINES CLARINIANOS El violín clariniano es contrapunto de la gaita ayalina que parece retumbar por todo el valle mientras don Armando ataca la melodía del paisaje con su clarinete; por el cabo del estrangul en forma de melodía mana un torrente de belleza. Llega hasta mi alma el mensaje de la purificación. Fueron tres ases y ya vienen los coros sonando desde Covadonga. Allí la noción de España nació arropada al manto de la Santina pequeñina, galana y belicosa. Bajó del cielo e instaló sobre el perfil de los montes el perfil de la gran patria. Nosotros somos quien somos. Vivan la historia y sus cuentos. Hay que darle la vuelta a los versos de Blas de Otero. Por eso en esta hora difícil en que todo se va al carajo venimos en búsqueda de la querencia umbrátil de los bosques. Hayedos míticos, robledales y blimeales como los de Artedo. Numen hic est. Aquí está el dios o la diosa. Porque para nosotros el concepto divino se enfunda en mujer. Cada verano voy por los caminos que llevan a Pravia. Silo y Mauregato rezan las letanías de los caminantes en el iconostasio de Santianes. Percibo voces lejanas de monjes que cantan en griego. La tebaida se instala en el reducido término de un ajarafe. Digamoslo bien alto. Somos de Cristo y no podemos ver a Mahoma. Ese prejuicio va en el torrente de la sangre que respalda la muerte de muchos por siglos y siglos en la defensa de la Cruz. Hasta aquí los godos y los mozárabes vinieron huyendo de muchas sarracinas como el 11M. Y las que nos quedan porque los demonios de la modernidad han resucitado a Almanzor con su cimitarra y los tiempos en vez de tolerancia y convivencia de las tres culturas - qué risa- han traído fanatismo, reivindicaciones y suspicacias. Coja el diaño a los tornadizos y que Santa María nos valga. Santiago, cierra España. Que se les atraganten a unos los priscos y a otros les dé el Señor resignación para que en el martirio resistan y entren al cielo blandiendo la palma. Numen est hic. Voy camino del recuerdo y entro en la cueva de las xanas donde estas señoras rueca en ristre se peinan cabellos de oro y tienden su melena sobre las aguas del lago Enol. ¡Qué grande eres Valdés. Tú desde Asturias libro va libro viene me enseñaste a descubrir a España! Y eres un gran escritor. Lo que pasa es que los grandes autores de esta hora undécima bajo sospecha y flotando sobre sus cabezas una nube de caveats y de conjetura se ven obligados a escribir para el cajón. Y de este gran reportaje que es la vida abocáramos al colportaje y a la venta ambulante. Después de todo no es deshonra ganarse la vida vendiendo misales. A los usurarios que les den... Con un canto en los dientes. Nos arbitramos el porvenir desde el trono de la prudencia. Nos derriban mas no nos rematan. SOLIPSISMO EN CONCLUSIÓN Pronto llegaremos a puerto. Nuestra nave entra en dique con todo el trapo empavesado. Escribir y vender libros es lo mismo: una tarea apostólica. Sirve de composición de lugar y ayuda a hacer examen de conciencia porque después de todo a las puertas del oráculo de Delfos había un letrero que decía: “Gnosce te ipsum”. Allí una de las nueve musas recibe a los adeptos peregrinos con un ojillo entornado. En el jardín se escuchan los susurros del bosque. Pérez de Ayala tiene un estilo que arrasa agotando la forma y el concepto fundiendo esencia y accidente. Es nuncupatorio. Irrebatible. Como sois con frecuencias los asturianos, Valdés. Que dígotelo yo. En Pilares había, según lo pinta el argumento de Urbano y Simona , cuarenta conventos de monjas y la Vetusta de Clarín se conmueve con el adulterio de Ana Ozores con un canónigo. Es el “tijé”, el “fatum” o fuerza ciega del destino el que nos arrastró hacia una mujer bajo los soportales del Fontán - Tigre Juan y yo amábamos a la misma: un ser etéreo- y de cuyas garras nos rescató un libro. ¡Oh divino Miguel! Valdés fue nuestro buen cirineo. Me ayudó a llevar la cruz de aquella noche insoportable. Le estoy muy agradecido desde entonces. ANTONIO PARRA |
Posted: 23 Jul 2019 08:20 AM PDT TRASUNTOS DE MI CORRESPONSALÍA COMANDOS de Scotland Yard han desplegado una extraordinaria operación de búsqueda entre los bajos fondos del underworld londinense para dar captura a los ladrones que en agosto del año pasado atracaron una filial del banco barclays en wembley llevándose 138000 libras. Esta tarde trece sujetos a instancias de los detectives con los que trabaron contacto se encuentran “ayudando a la policía” en sus pesquisas después de haber sido trasladados a diversas comisarías de Londres y de condados de Devon y Cornwall. La redada constituye un buen trabajo de los agentes de las b brigadas especiales que llevan por nombre la patrulla voladora adscritos al grupo 9 de investigación criminal regional especializados en este tipo de delitos. Al grupo pertenecen unos quinientos polis los más competentes de la Yard. La INTERPOL también está tomando parte en las operaciones y es muy posible que tambien la BIC española pues corrió la voz de que el delincuente más buscado por la policía inglesa Bryan Turner pueda hallarse en españa concretamente en Torremolinos. Se hizo un llamado a los turistas británicos de paso por la costa del sol que colaboren con los agentes de la ley en sus pesquisas. La caza del hombre continúa. Meter niewand el periodista rhodesiano ni siquiera existe ya ese país que trabaja como colaborador de la BBC y en otras publicaciones de Londres ha sido condenado a dos años de cárcel una parte de los cuales pudiera pasar en campo de trabajos forzados por haber infringido el acta de secretos oficiales del régimen de Ian Smith. La condena ha provocado una oleada de indignación en los medios periodísticos de esta capital donde la asociación de la prensa ha decidido enviar notas de protesta a salisbury. El secretario de la NUJ (Nacional Union of Journalists) calificó el fallo del tribunal de diabólico y no fueron menos los epítetos con que adobaron sus manifestaciones al respecto otros prohombres de Fleet Street de la tele y radio. Un portavoz de la BBC dijo estamos consternados por el sigilo con que se ha llevado la causa del proceso y el rigor o la severidad de la sentencia. Es intolerable. El juicio se celebró a puerta cerrada. Niesawand esta casado tiene 28 su esposa espera un bebé y ha permanecido entre rejas desde el 20 de febrero. El caso puede entrañar un serio percance en las relaciones anglorhodesianas que habían experimentado últimamente síntomas de deshielo. En medios políticos de Londres también cundió alarma. Varios diputados sin atreverse a emitir un juicio critico dijeron que la cosa no es para tan to pues ha contravenido el reo ciertas cláusulas del secreto del sumario. En Inglaterra tambien puede llevarle a uno a la cárcel por motivos parecidos. Una mujer ha muerto en Kent de viruela contrajo la enfermedad cuando fue a visitar a un pariente en el hospital de Paddington. La viruela fue contraída por operarios de ese hospital que trabajaban en la elaboración de una vacuna. En el aeropuerto de Heathrow se tomaron precauciones al respecto. El índice de mortalidad ocasionado por esa enfermedad que se creía erradicada es ahora muy bajo. En veinte años fallecieron de viruela 137 personas. Siempre por la vacuna. EL MEXICANO Luis Echeverría Álvarez por el aspecto de su cara bien podía haber nacido en cualquier provincia española y esto sea dicho sin menoscabo de su mexicanidad pero es que el nombre del presidente de México no engaña. Vasco por los cuatro costados. En la conferencia de prensa que diera en canning house se sentía notar y se sentía orgulloso de su alcurnia hispana (estas aseveraciones mías levantaron ronchas de indignación en Madrid y a punto estuvieron de costarme el cargo y un incidente diplomático) y de sus ancestros como dicen por allá. Tuvo palabras elogiosas para la madre patria cuando le preguntamos si figuraba en esta línea aperturista de la política mejicana que inauguró cuando accedió al poder en 1970 el establecimiento de relaciones diplomáticas con españa. Él dijo que sí sin atreverse a precisar ni cuando ni cómo. Al formular la cuestión notamos que se produjo un murmullo de sorpresa y acaso malestar entre todos sus adláteres los periodistas mejicanos que se sentaban en las primeras filas de la sala de juntas de Canning House. Acaso la pregunta pillara un poco de sopetón pero ahí quedó la cosa. El presidente no pudo ser positivo en su contestación sólo esperar que el viejo pueblo mejicano se de cuenta de que n o existen relaciones con la madre patria. Quizás pueda deducirse que el presidente Echeverría por inevitables presiones de una vieja camarilla antiespañola que aun tiene algún predicamento en la capital azteca no se atreva a semejante paso con lo que se olvidarían muchas de las antiguas malquerencia por mucho que él lo desee. A lo largo de los últimos años españa puso de su parte para aniquilar el contrasentido de la inexistencia de relaciones y fue la primera en iniciar el acercamiento sin que posiblemente haya encontrado la debida correspondencia y el mismo espíritu de comprensión al otro lado del Atlántico. Entre los diversos organismos oficios que consultamos en Londres para entrevistar al presidente Echeverría todas las puertas se nos cerraron. Más fueron las trabas que los favores en honor de la verdad valga decirlo pero con el señor presidente nos pasó todo lo contrario. Únicamente encontramos amabilidad. Fue una pena que el protocolo no permitiera que nuestra conversación no fuera más larga. Me dijo que le hubiera gustado mucho venir a españa y concretamente a la tierra de sus ancestros las vascongadas Haciendo caso omiso del protocolo –acababa de cenar con la reina- el licenciado Echeverría que nos reconoció a mariano González Aboin y a mí después de habernos visto en la conferencia de prensa se acercó a estrecharnos la mano e incluso propuso una fotografía con nosotros. Asi que usted representa a la cadena Pyresa de la prensa del movimiento y al diario Arriba? Así es excelencia. Hombre que casualidad, dijo el presidente, Arriba fue precisamente el lema de nuestra campaña presidencial. No cree usted si bien se mira que en el mundo es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Un saludo muy cordial para todos los españoles. Echeverría hizo votos por la prosperidad de los dos países. Tiene el rostro atezado por el sol y una sonrisa marfileña. Su mirada penetrante se esconde tras unas gafas de miope con montura de oro y aparenta mucho menos edad. Ocho hijos y tres nietos. Parece más que un revolucionario del PRI un tecnócrata que quiere romper moldes y viejas estampas del pasado. La cosa no es fácil cuando se está al frente de un país con bastantes problemas de desarrollo de falta de inversión y de supeditamiento a la economía usa. De lo que se trata es de abrir fronteras y de ampliar mercados. Ese fue el motivo de este viaje a Europa del primer mandatario azteca. Cuando llega la primavera por estos aleros y todo se modula psicodélicamente en el cuartel general de las golondrinas King Road es la calle primordial donde bulle todo lo exótico de la hippilandia internacional cobra un aire alegre de muchachada y pacificador. La calle de la psicodélica es una fiesta. Salen las juventudes de melenas leoninas [a algunos acaso no les venga mal una visita al barbero junto con recomendación de estropajo y soap] aunque es lo mismo. Algo tiene la bella estación que vuelve más alegres a las gentes de la sicodelia ordinariamente mustias y algo taciturnas. En los bancos de Quingos Road las buenas matronas londinenses con algo de comadres victorianas en el centro conversan al sol. Hay a quienes les da por Bach. Este es el caso del joven de la fotografía quien en plena vía pública amenaza a los paseantes con acordes musicales. El facistol donde coloca la partitura es un nido de ametralladoras los tiros a base de inocuos dorremifasoles que elevan el ánimo un poco hacia las alturas con las dulces cadencias de un allegro. Da la impresión de que esta tarde todo es bello. El mundo se marca los compases de la involución y baja hacia el Absoluto. Rotundamente por las sendas de la cantata de Bach. Llega a la memoria la fragancia de las rosas y la fruta de otros tiempos. Sandro se llama el violinista y para más señas es de Florencia la patria del Dante. Música maestro. La funda del violín sirve de bandeja para poner el cazo. Los transeúntes depositan su óbolo. Es sólo la voluntad por escuchar a Bach. Sandro no pide mucho. Unos peniques para una taza de té y cuando aumenta la generosidad de sus mecenas para una comida caliente en un wimpy o una cama caliente en el hospicio de Victoria Road o de shepperd Bush. Si vienen mal dadas, a esperar la luna de Valencia. Son las señas implacables del vagabundaje. -Excuse me. Sandro frena el compás. -Yes. -¿Qué? ¿Se trabaja mucho? -Ah qui non lavora no fa lámore- replica el florentino. La verdad que las ganancias no dan para muchas alacridades. Sandro vuelve a sus bemoles. Luego me voy a Sothesby y me meto en una subasta. Buena frase. Con Picasso el arte perdió las certidumbres absolutas. Era el último hombre del renacimiento. Se le compara a Goya y se exalta siempre su faceta de la gran capacidad de trabajo. What do you think about Picasso death? Debió de espicharla aquel mismo año. Modern Picture. Sir Norman Reed, sir Ronald Aññey. Pero al artista del arte abstracto le faltaba la grandeza del alma. Entre la violencia y el caos amanecía una nueva era. Revela la faceta del hombre inacabado pero hemos perdido la fe en el hombre civilizado y se rinde culto al caos. Hay en su obra ese miedo escénico de la modernidad. Arte a gogó. Cien días se cumplen de estancia de Inglaterra en el mc. Lejos de llevar a los ingleses a una paz británica parece que se está dando todo lo contrario. Esto ha sido la guerra de los cien días y el de la batalla de los precios. Cruce de disparos entre insulares y eurocratas. Se oponen a la subida de los precios de los productos agrícolas. En todo momento GB exhibió el gran talento negociador. RECONQUISTA DE LONDRES.- En las elecciones locales celebradas ayer en 32 distritos de Inglaterra se produjo la reconquista laborista del área metropolitana de Londres. A medianoche concluyeron seis años de dominio tory en el GLC. De los 92 distritos en disputa los laboristas retuvieron 57 por 32 los conservadores y los liberales, 2. En Manchester los laboristas mostraron su dominio ab soluto. Ventajas en meser y sutton y en cheam. En estos comicios los hombres de jeremy Torpe se presentaron como una amenaza más para los conservadores que para los laboristas. Con otras palabras los liberales se le subieron a las barbas de mr Heath marcando una pauta que los tories han de tener en cuenta cara a las elecciones de 1975. Los liberales les pueden pisar el terreno y arrebatarles un buen número de parroquias. Nos encontramos pues con un partido laborista asaz robustecido aunque esto no ha sido más que un ensayo general para los comicios de verdad no hay que restar méritos a los del partido de la oposición. Se han batido bien sobre el palenque. No se les debe por tanto escamotear méritos. La piedra de toque de estas elecciones fueron asuntos sensibles a la alma del votante: el transporte y la carestía de viviendas dos flancos que el gobierno conservador dejara bastante desguarecidos. Lo que sea sonara, pero las locales han permitido conjeturar que si las generales se celebraran mañana Harold Wilson haría el relevo de la guardia. El teléfono de sir alec Guinnes era 3736642 Y el mio 3701007. Fin de este cuaderno que acaba con una palabra: congratulante. |
Patriarhul României a împlinit 68 de ani Posted: 23 Jul 2019 05:09 AM PDT |
Pope of Alexandria visits Odessa (Ukraine) to pray for the Unity of the ... Posted: 23 Jul 2019 04:53 AM PDT |
Orthodox Patriarch of Moscow visits Valaam's chapels Posted: 23 Jul 2019 04:51 AM PDT |
Posted: 23 Jul 2019 04:40 AM PDT EL “EMILIO ROMERO” DE AMILIBIA (I) Antonio Parra Era un gato montés con el alma de paloma, un águila entreverada de gavilán. Esta definición sobre Emilio Romero creo que se la escuché a Joseph Meliá, uno de los demiurgos de la transición, periodista balear hoy descatalogado y difunto del que no se acuerda nadie como tampoco de Emilio Romero. Pero si es verdad la frase de Churchill de que nunca se debió a tanto a tan pocos el aforismo fluye de sí en este caso. No menos cierto es que Castilla – digamos con Machado- desprecia lo que ignora. Las nuevas generaciones han sido mantenidas, a la fuerza o de grado, deliberadamente o por la atávica incuria carpetovetónica a blancas de nuestro inmediato pasado. No se enteran de nada. No saben, no contestan. Es la inconsciencia de los nacidos de nuevo. Laváronles el cerebro pero en cronología no existen horas cero, no se dan los compartimentos estancos ni se produce el milagro de la generación espontánea. Esto es una raya contínua que se estira al infinito pero quieren convertirla en un totum revolutum. ¡Ay que la vida da más vuelta que el corazón de una hetaira! ¿Esta amnesia colectiva cómo es posible? Todos somos hijos de algo; esto es hidalgos en el mejor sentido de la palabra. Puede que sea uno de los pecados del sistema y que a la larga podemos pagar caro: haber matado al padre. Andan metidos en su burbuja autocomplaciente entonando alabanzas y salmos de acción de gracias por lo ricos, por lo bien informados que están, por lo sabios, por lo europeos, por lo demócratas... Y por lo gilipollas diría yo. Venimos todos de alguna parte y nuestro origen está ahí. Observo un afán por poner sordina a ciertos acontecimientos importantes, como por ejemplo que la democracia empezó con Franco y que esta monarquía le debe mucho a los falangistas de izquierdas como Emilio Romero. O de obliterar lo obvio. En Zarzuela por lo visto no quieren acordarse de Cartas a un Príncipe, el best seller de los sesenta, un vademécum donde la monarquía constitucional aprende de la mano de Maquiavelo que inspira a Emilio a dar los primeros pasos. Esto parece una república de necios. Más necios que ese Juan Maulas que anda por la vida cargado de masteres, la pechera tan constelada de medallas académicas como la de un general ruso de antigua gradación y escribiendo en “La Esfera armilar, diario de mañana tarde y noche”, inmundo panfleto bajo la égida de Walamboso el tramposo Hache Aspirada. Fue a Columbia pero Salamanca no vino a él. A las pruebas me remito: no sabe hacer la o con un canuto, pues lo nombraron subdirector adjunto de la papela. Es catedrático de Relaciones Internacionales y profesor de esa fábrica de parados que se llama Facultad de Ciencias de la Información. Romero, su fundador en 1971, no hizo más que el bachillerato en el Cisneros. No era un hombre aquejado de titulitis pero daría sopas con honda a todos estos en este quehacer nuestro que se aprende menos en las aulas que en las tabernas. Sobre la platina y el chibalete o atornillado al ordenador o a la máquina de escribir. En la calle siempre. Este punto- para volver a ese Maulas, el leonés- tengo para mí que fue el epítome de esta figura: del asesinato del padre o el quítate tú para ponerme yo. Por sus injerencias y despechos, la soplonería amarga etc., hemos ingresado todos nosotros en el club de los poetas muertos que es de lo que se trata aquí y ahora y en este caso. Traigo aquí su nombre del que no quisiera acordarme a colación ya que comenzó a perseguirme desde que estaba en Nueva York. Obra de envidia pues yo cobraba más que el meritorio y residía en un adosado que me marqué con mi fuerza y mi valor y él en un tabuco infectado de cucarachas alemanas en el Upper Town. Estos pijos amantes de la Gran Supraba hicieron bastante daño por estos enmarañados tesos de la política y la información hispana. Eran derecha fáctica en guisa de izquierda. Engañaron a Felipe, A José Mari le dieron la patada cuando les plugo y, amigos de los Great Big Guys, ruego a ZP que se guarde bien de estos intrusos. Como Zola yo acuso. Hacen la guerra por cartapacio. Matrimonian por poderes y beligeran by proxy como dicen los americanos. Forman parte de una quinta columna al servicio de los Poderes Ocultos. De tales mansos cornalones y madrigados como los cabestros de San Fermín nos libre Dios. Son gente muy revirada, agentes del agit prop y del legrado de memoria. -¿Se ha quedado usted a gusto ya? - Me quedan más flechas en mi aljaba pero de momento vale. No tensemos el arco. Con tales antecedentes y nos perdonen el inciso de esta amnesia colectiva y morral hablábamos JL Navas y yo a la sombra del manzano silvestre que nos guarece del sol en la terraza de un bar de nuestra urba, a cuenta de la biografía de Emilio Romero que acaba de publicar Jesús María Amilibia. ¿Qué te parece? Pues que se ha pasado. Navas no suele escribir ni hablar a humo de pajas. Lo que él dice siempre va a misa. Periodista de la gran escuela de Puebloy que aprendió su buen hacer profesional a los pechos de Emilio Romero, un hombre que cuando llegabas a la redacción no inquiría de tus ideas políticas, sólo le interesaba si profesionalmente eras cabal, es de los que ve crecer la hierba. Nadie se le despinta por lo general. En su rostro atezado por mil soles uno ve reflejada con nostalgia pero sin acritud (bienaventurados los mansos de corazón, querido Navas) casi la mancheta del periódico de la calle Huertas, un edificio vertical, como el sindicato, cortado como a plomada, a soga y tizón, reflejando el deseo de concordia y de revolución social que siempre albergara Falange Española. -¿Qué subimos a la planta séptima? -Vamos. Así que con el juicio de valor del Director de vistazoalaprensa.com me quedo. El libro de Amilibia yo aun no he podido leerlo. Doy por sentado que sea discutible y que cargue las tintas en punto a las demasías de alcoba de Emilio Romero cuya debilidad de todos conocida eran las señoras. Era lo que dicen los ingleses un womanizero lo que aquí denominamos “picha brava”. Pero eso es sólo adjetivo lo mismo que sus pasión por las antiparras, esas gafas horribles de montura de concha que empezó a gastar desde niño para corregir su presbicia este sublime miope. Lo sustancial me parece a mí es que fue una figura clave, desde sus planteamientos justicialistas de lucha por los derechos fundamentales, el aperturismo evolutivo hacia la democracia, del mundo de la literatura, el periodismo y la política del pasado siglo. Además creó escuela. Algunos de sus artículos en la famosa Tercera de Pueblo deberían pasar a las antologías por la habilidad de estilo, amplitud de miras y desenfado genérico. Inspiraba a los de su alrededor y a su lado uno se sentía la alegría de vivir. Hasta puede decirse que era un audaz, un animal político, un cachondo mental lleno de compasión hacia los demás. Y eso sí; idolatrado por las mujeres, aunque le diese calabazas Ava Gadner. Sin embargo, no hay que dejar de reconocer que nuestro colega, el vasco Amilibia es un buen periodista y un gran escritor. Su novela Héroes de barro me entusiasmó porque me vi un poco reflejado en sus páginas, donde cuenta la mala vida que llevamos en los colegios de curas y seminarios franquistas, al igual que la gente de mi generación. Sin la represión de aquellos años no se explica la explosión de libertad y de ganas de vivir de la generación del 68. También he seguido algo así como otra media docena de libros publicados por Chus, injustamente orillados y a los que faltó la mano propagandista del marketing. Creo que la culpa de todo esto la tuvo Lara el editor del franquismo que se enriqueció con la democracia y ahora anda en la folía de sufragar el separatismo rovireche como dueño del deficitario e hispanófobo Avui. Poco antes de mi conversación con Navas, la Schlichting, esa cachorra de la jauría juvenil de Ansón, una excelente profesional, por lo demás si no fuera tan carca y tan en plan señora de derechas, y cuya voz me enamora y disipa mi aburrimiento y terquedad algunas tardes, entrevistaba a Amilibia en la COPE, y le preguntaba si este libro no era un ajuste de cuentas con el Viejo Gallo de las Morañas. Arévalo nos fizo y nos desfizo. ¿Se puede escupir contra la mano que dio pan? A lo que contestó el bilbaíno que si Emilio Romero hubiese leído la obra estaría encantado pues si lema era que hablen de mí aunque sea mal. Estaba instalado en la provocación pero sin abandonar los cauces correctos pues era un tío muy elegante. De ahí su tradición de masto de pelea y sus broncas y agarradas dialécticas con las varias capillas del régimen franquista. A un periodista, a un escritor, lo peor que le pueda pasar es que lo releguen al olvido. Para nosotros a veces mucho peor que la muerte física es la proscripción. Y en esas estamos algunos. Sin que nos hayan cantado los curas el gorigori, enterrados en vida, condenados al panteón. En verdad y victimismos aparte hemos sido conejos de Indias de los parricidas intelectuales que abundan como setas en otoño en el paisaje y paisanaje político-literario de la vida actual. Estos muñidores instalados correveidiles de Sede Baldea que van y vienen con chismes a Supraba y le hacen la pelota a don Walamboso el Tramposo de las Haches Aspiradas que edita “La esfera armilar”, inmundo periódico y casi un refrito del NYT y la voz de su amo, nos pusieron la proa y así vamos, de culo. De esa forma se explica el ninguneo de los periodistas de raza y de los escritores valientes. Dios los cría y ellos se juntan. El sistema cultivó el onanismo filosofal y el enanismo moral. Resultado: nos crecen los enanos y aquí hay gente que no escribe, se prodiga en pajas mentales. En lo que no estoy de acuerdo con Amilibia – lo dijo en la entrevista radiofónica- es que era un mal escritor y dramaturgo. Es lo que adujo también Martín Prieto el otro día en la columna del Mundo como perdonándole la vida. Amos anda. ¿Duermes, niño, todavía con el osezno de peluche entre los brazos, tú que eres hijo de guardia civil? Pues parece mentira. Esa especie no hay por donde cogerla. Todos sabemos lo bien que manejaba el castellano el director del diario de la calle Huertas. Más de una vez escuché decirle que es un idioma muy agradecido y rico en el que se puede decir todo, si se sabe decirlo. Está claro. No. No y no. Emilio Romero creo que escribió la mejor novela sobre la guerra civil, obra que recomiendo yo a los alatristes y bisoños de alubión para que se inicien en el difícil arte de narrar. La lectura de sus libros es una paliza pero a ellos nos condenan como antes se condenaba a galeras los españolitos las prensas editoriales. Bazofia a mogollón. |
QUEVEDO TENÍA OJOS DE AGUILA Y VIO LA SITUACIÓN DE ESPAÑA ACTUAL Posted: 23 Jul 2019 04:39 AM PDT Miré los muros de la patria mía Si un tiempo fuertes, ya desmoronados, De la carrera de la edad cansados, Por quien caduca ya su valentía. Salíme al campo y vi que el sol bebía Los arroyos del hielo desatados Y del monte quejosos los ganados Que con sombras hurtó su luz al día Entré en mi casa; vi que mancillada De anciana habitación era despojos; Mi báculo más corvo y menos fuerte. Vencida de la edad sentí mi espada Y no hallé cosa en qué poner los ojos Que no fuese recuerdo de la muerte FRANCISCO DE QUEVEDO |
Posted: 23 Jul 2019 04:37 AM PDT |
Posted: 23 Jul 2019 04:34 AM PDT |
Posted: 23 Jul 2019 01:56 AM PDT |
Posted: 23 Jul 2019 01:17 AM PDT ACERCATE DIACONO (iste confesor I) No bien había concluido sus abluciones en aquella fuente de tres caños, gluglú sedante e infinito bebiendo a morro, tragos que confortan las entrañas, tantas veces abrevada pero la sed no se le acababa, fuente inextinguible –había una cruz de piedra sobre el brocal- y de que despachara con buenas palabras al padre Cantamañanas que se volvió a la gloria el hombre con las inflexiones y ladeamiento de los palomos cojos, bastante penitencia llevaba pero el querido reverendo padre jesuita se salvó a trancas y a barrancas, el que soba no mata, a dar a los ángeles puericantores sus dulces charlas vio otra sombra como la de un obispo vestido de pontifical pero este obispo gastaba barbas y sus ropajes y su capa pluvial recamadas de oro evidenciaban la pompa del rito oriental. Pudiera ser san Vicente. Pudiera ser san Atanasio. Pudiera ser san Nicolás en persona o pudiera ser el propio patriarca Alejo el que le impuso las ordenes sagradas una mañana alegre de mayo en Londinum, cruzó las estola sobre sus hombros y le dio la facultad para portar la eucaristía y salir con ella a bendecir con el humeral y las hijuela tras la puerta de los dones. Atar y desatar. Supo, y desde aquella imposición de manos, lo tuvo bien aprendido que nadie se puede atribuir sin blasfemia la potestad de representar a Cristo en la tierra, que el tufillo de la clerigalla católica es hediondo, cruel y malvado y que muchos diablos pululan por el Vaticano vestidos de cleriman o de sotana y que en el cupo los había ñoños, pederastas, maltratadotes del alma y que los obispos, alimentados de tocinillo, practicantes de una moral hipócrita, se habían hecho secuaces de la impostura, y él, recién ungido de diacono, iba en pos de las banderas de la verdad, que en Roma en los últimos papas había habido uno Pablo VI que murió loco o acaso endemoniado, que a su sucesor que sólo pontificó 29 días lo envenenaron y subió a la catédra de san Pedro un polaco con maneras de gauletier nazi que iba a sustituir la religión de la Salvación por la del Holocausto, el que puso la Iglesia a los pies de los caballos. Él siguió muy de cerca las visitudes de aquel pontificado plagado de megalomanías y de una soberbia eclesial que desconocía fronteras. A su muerte vendría un bávaro de origen judío que había militado en las Juventudes Hitlerianas. Hablaba con una voz amanerada y muchos de su corte papal murmuraban si no tendía Su Santidad un poco de ramalazo. Fue cuando estalló el escandalo de los curas amariconados, ebofílicos y de grandes abusadores. El estigma de la mentira católica saltaría a la luz porque no se pueden ocultar de tapadillo las inclinaciones perversas. Leva de curas maltratadotes, abusones, camándulas, malas personas y gente poco de fiar. Él ya estuvo en autos de lo que pasaba porque había leido AMDG de don Ramón Pérez de Ayala. Narrando las vilezas que se cometían con los educandos en aquel internado de Gijón. Nunca le comprendieron, lo maltrataron y cuiando fue a pedir ayuda le cerraron la puerta. Pero Cristo cuya ternura y misericordia eran infinitas se había apaidado de él y le había permitido acercarse a aquella fuente que restañaba su sed de amor hacia el género humano, mientras sus compañeros eran enviados a parroquias de la sierra donde tenían aventuras con la mujer de algún carretero o le tocaban la pilila a la rajita a algun niño/a de la catequesis. Cuando se enteraba el obispo todos a tapar tierra al asunto y el interfecto era trasladado de parroquia o lo enviaban a misiones. ¿Había o no había Purgatorio? Claro que no pero aquellos sufragios habían sido la vida de la iglesia desde los siglos medios. En el negocio de la muerte se instalaban los vivos. Y, si alguien protestaba, decían: -Las Animas Benditas se lo pagarán. Había llegado la hora de hacer balance y de ajustar cuentas. De echar al anticristo y a la impostura que ocupaban el trono de la Iglesia. Aquel anciano de voz dulce al darle la diaconía le había hecho participar de esa visión del mundo nuevo, de ese concepto de servicio y de entrega, que era el sacerdocio y que él ahora arrastraba en sus malos pasos por lupanares, tascas, mercadillos y hospitales. Fuerza de la gracia del Espíritu Santo que a veces va por arriba y a veces es dinamismo que no se ve pues va por abajo. Muchos son los llamados pocos los escogidos pero él había sido elegido. Pertenecía al Cenáculo. Estuvo en la fracción y metió la mano en la llaga. Ah Jerusalén, lejana abroquelada en sus normas y sus principios atada de pies y manos a las filacterias. No había tabernas para echar un trago, ni bailongos y discotecas, sólo templos y soldados con metralleta. Todo aquella serie de normas legalistas fariseas, todas aquellas trampas saduceas, que ataban a los seres humanos de pies y manos eran de lo que vivían los levitas y la corbona de las monedas de la ofrenda. Creían andar por la libertad y vivían encadenados no sólo a sus pasiones y a sus vicios sino también a sus mentiras y cambalaches perfectamente legales y democráticos. Sí, se lavaban las manos hasta setenta veces al día pero las tenían manchadas de sangre; rezaban la Shemá pero aquellas palabras al desgaire no eran la verdadera Shemá de Israel. Abrid Señor mis labios para que cante todos tus salmos. Yahvé apenado y dolorido miraba para otra parte ante las reverencias e inclinaciones de aquellos adulteras. Eran los que apedrearon a la pecadora. A Él quieren despeñarlo desde el pináculo de su sinagoga y eso que eran paisanos y conocidos ¿qué harían con Él si fueren extraños? En tonos tan escogidos como el ferial y el mayestático cantaban los himnos procesionales. En el unda maris de aquellas letanías venía después el paso y era nuestro querido profesor de Lógica el querido don Chespi alias Chepillas o don William pues era inglés y había nacido en el mismo pueblo que el Cisne de Avon, no había perdido su acento cockney hablaba lanzando muchos perdigones y escupitajos mientras explicaba a Aristóteles. A los de los bancos de delante los ponía hechos unos cristos con sus silogismos que llegaban de rebaba. -Eh todo ese banco de ahí atrás, a la calle. Cuando estamos en clase no se habla. Eran cinco los filósofos y con las mismas cogieron el banco de madera a rastras fuera del aula y luego volvieron a entrar tan campantes. A don Chespi se le escapó una maldición en su idioma nativo: -You bloody bastards...[1] Uno de los alumnos, Monteguí, que era judío o catalán, converso eso sí, no lo recuerdo a punto fijo y que hablaba perfectamente la lengua de don Chespi tratando de seguir el mamoneo se atrevió a decir: - pues quiere decir lo que oís y en castellano con todas las letras: vuestras madres, unas santas pero vosotros unos perfectos mamones. Y siguió explicando el tema de la semana con los ojos inyectados de ira soltando una mansalva de perdigones. Los de adelante tuvieron que aguantar una lluvia dorada en medio de los silogismos, los corolarios, las proposiciones y los nego minorem subsumptam. Los de detrás estaban que se descojonaban. Para acabar su clase el inglés tuvo que hacer de tripas corazón y administrar la proverbial flema británica en grandes cantidades pensando para sus adentros quizás qué hago yo aquí, por que me vine a este pueblo, abandonando mi religión anglicana a mis padres y a Mary mi girlfriend, la cual hasta que se murió no cesó de llamarme papista y traidor en sus cartas. Desde luego soy un romántico y tuve la desgracia de enamorarme de España, puta España, castles in spain, castillos en el aire, un atajo de tarugos y de fanáticos católicos, sois peores que los irlandeses, pero me enamoré de esta jodida ciudad y me ordené de presbítero, hice oposiciones a cátedras y saqué un beneficio en el coro, voy a cantar a las tres en el coro, si me echo la siesta o llego tarde, el racionero Bernardino que tiene muy mala leche me pone falta y me quedo sin estipendio. William esta noche no cenas en esta tierra de herejes. Con lo bien que hubieras estado tú en tu isla, hubieras podido ganar una cátedra en Cambridgre, tal vez la mitra de York o Canterbury… te dio por leer a Chesterton… te enfrascaste en los sermones del cardenal de Newman y volviste a la fe romana... has coqueteado con la gran puta… fuiste a Roma a ganar el jubileo y por la plaza de san Pedro viste merodear al diablo disfrazada de meretriz... te vendieron la burra mal capada. Te pagaron sus favores con indulgencia... eres un iluso y tozudo como buen inglés…”. Y vuelta la burra de sus remordimientos. Se decía: - “Pero que hago yo aquí domando potros entre estos cafres, explicando lecciones que no entiende ni su padre y además no sirven para nada pues va a venir el concilio y todos estos libros, todas estas tesis ser carne de la hoguera y se acabó lo que se daba… y pa cuando me muera no quiero que me sepulten aquí entre inquisidores I am free thinker… bloody hell[3].Ay infelice que mala pata”. Creía que sólo le escuchaba su alzacuellos de canónigo pero Monteguí que poseía la alacridad y desfachatez de los de su raza pensaba que Chespillas estaba pensando cosas raras y le miraba con ojos burlones como diciendo: Los ojos del otro se entornaban al tiempo que le lanzaban excomuniones y anatemas: -You fucking jew[5] Luego. Cuando se le pasaba don Chespi el Inglés era un bendito de dios. Daba la vida por los hermanos. Gran parte de sus annatas iban a parar a los más pobres del barrio de San Lorenzo de san Esteban. Le escupían, lo acanteaban y lo sacaban en procesión y él iba subido a la tarima como si nada, sin rechistar cual oveja camino del matadero, el manteo arrebujado junto al vientre escaso, pues como buen inglés era frugal, comía poco y no se zampaba las comilonas de sus colegas de coro en el Bernardino o en la Tropical que buenos cochinillos se zampaban aquellos tonsurados de capa y muceta y, sentado en su cátedra como si fuera un trono, dejaba que la comitiva integrada por siete seminaristas le portaba a hombros cantándole de rechiflas el iste confesor en fabardón el Iste Confessor. Un cruciferario abría carrera por todo el aula portando la cruz alzada. Tras el venía fumándose un puro de los buenos don Fausto toda la sotana constelada de medallas por la pechera con las cruces que le impuso Franco por méritos de guerra pues el querido profesor de filósofos había chupado toda la guerra como pacer de la columna de Castejón y tenía, amen de un cuerpo taladrado de metralla y un patriotismo a prueba de bomba, una brillante hoja de servicios, se le cansaron las manos de bendecir a los moribundos y se le hundieron los brazos de tanto sacramentar novios de la muerte en Badajoz, en Garabitas, la Universitaria, Cerro Muriano. En Belchite, en Brunete donde le arrearon cuando estaba celebrando misa sobre los relejes de una tanqueta, con sus pies fatigados por el polvo y por la pólvora de aquella fratricida en la cual él creyó defender la causa de España y de Dios. Había sido capellán de la Quinta Bandera ungido a los valientes con el crisma y los oleos cristianos preparándolos para la muerte, a la que ellos en un arranque de heroísmo llamaban “fiel compañera”. Ahora enseñaba Metafísica en el seminario un poco a regañadientes y eso en sí en latín porque para él hasta el ama que le servía tenía que estar práctica en la lengua de Horacio... Se fumaba buenos vegueros e iba a confesar a los presos y a decirles misa a las monjas de San Plácido. Se le ladeaba un poco la cabeza y ya no miraba un paso al frente sino de través. No estaba tan seguro al paso que iba al mundo de sus convicciones antiguas. ¿Para qué le había servido ganar la guerra si los rojos con el apoyo de las logias y de los judíos volvían a mandar otra vez y estaban infiltrados hasta en el Vaticano? Se le parlaban los pulsos pensando y le rilaban un poco los dedos por las pejigueras del Parkinson pero como era creyente no se desesperaba, tal vez sería la voluntad divina. Hagamos de tripa corazón y no hay mal que por bien no venga le había oído decir al Caudillo una vez que éste le invitó al Pardo a una cacería. Le llamaban el cura rico las malas lenguas y no era rico sino en ciencia y en libros porque tenía una gran biblioteca el antiguo soldado. Consideraba que la pluma y la espada han de ir juntas por eso tenía tantos amigos militares y a su casa venían a verle algunos poetas locales como Quintanilla, buen vate que publicaba sus versos en el Adelantado. Le ofrecieron una mitra pero él no quiso ser obispo. Había sido buen cazador y dicen que a cazar con él en los campos de Traspinedo vinieron a acompañarle los generales Yague, Varela, Buruaga y otros muchos. Su confesionario –era el penitenciario de la diócesis- estaba lleno a todas horas porque tenía fama de ser penitenciario de manga ancha de haber batido el record de desechar a toda una bandera de la legión a en veinticinco minutos. Absolvía en menos que se persigna un cura loco. No hacían preguntas escabrosas a sus disciplinados ni daba charlas, no se arrimaba, ni acariciaba a los niños como el pobre Mañanas. A él no se le podía ir con mariconadas. A los hombres de voz bronca y velada por el tabaco les preguntaba por las semenceras, las maseras y las cosechas y si habían llegado ya las cigüeñas a los campanarios. El era el encargado de decir la misa de cazadores cuando aun no había despuntado el alba sobre la sombra alargada de la catedral que era como un gran ciprés de piedra labrada velando el sueño y la vida provinciana de los corobinos. -Dicas dicas in sermone latino... Dicas enim. -¿Qué hay que hacer don Fausto para hablar tan buen latín como usted? -Pues fijarse mucho y hacerse con la gramática de Goñi y el diccionario de Miguel. Miguel Delibes figuraba entre sus amigos predilectos. Los viejos mutilados de guerra, los veteranos del Tercio venían a visitarle a su casa que estaba detrás de la cárcel y al verlos el canónigo se llevaba un alegrón. - ¿Cómo estas muchacho? - Algo viejo y achacoso, mi querido pater coronel– - ¿Y en qué compañía? - La plana mayor de la quinta bandera. - Ah sí, ahora que dices tu cara me suena. Franco le había ascendido a coronel por méritos al valor. Tuvo la laureada a la punta de los dedos pero prefirió que se le dieran al corneta de su sección. Decía don Fausto que estaba hecho un cohete con mucha metralla en los entresijos pero siete tiros en el cuerpo y avanzando. - Así me gusta. - Oye te acuerdas cuando nos coparon los rojos en Teruel. Hacía un frío del carajo veinte bajo cero exactamente pero defendimos el seminario como jabatos. Ostias pero eres tú. Y el capellán castrense, al reconocer al antiguo camarada que salvó el pellejo y salió indemne del infierno de Teruel dejaba de ser el canónigo bien asotanado que hablaba bajo canturreaba ante los becerros catedralicios y con gran prestigio en el cabildo de la santa iglesia mayor para convertirse en un guripa de tantos hablando recio y expresarse en la jerga del lenguaje cuartelero poco cultivado y sin melindres. Joder, ostias de puta padre. Su cagamento favorito era cagarse en los huevos de Mahoma y por esa jodida tendencia tuvo sus más y menos con el capitán Ahmed que mandaba el tabor de refuerzo cuando los regulares les hicieron el relevo. - No diga mal de Profeta. Eso está muy feo. -Pero no ves que no miro para el cielo y si no se mira para arriba los cagamentos carecen de categoría blasfema. Se convierten en simples tacos. -Ya pero esas palabras suenan a sacrilegio en las orejas de un musulmán. - Si no blasfemo contra Alá pero es que esos putos rojos nos están trayendo por la calle de la amargura, nos han matado está tarde a tres muchachos. Además me sale el mozo de la ribera del Duero. No sabes como nos cagamos en todo lo divino y lo humano por aquellos pater. -Ya pero nuestros imanes no blasfeman como vosotros. En eso los moros os aventajamos a los cristianos. -Pues llevas razón. También es verdad. El pater pidió perdón y el sacerdote católico y el fervoroso defensor de Mahoma donde las dan las toman se reconciliaron en un abrazo de paz. Alá que todo lo mira y todo lo protege desde arriba debió de mirar aquel de reconciliación con beneplácito. Aquí no hay moros ni cristianos. Hay los que luchan contra Dios y los que le defendemos porque lo amamos. El cura y el capitán de regulares sacaban su petaca y se intercambiaban tabaco formulando sus buenos deseos para que aquel infierno de Teruel se acabase pronto. -Tú volverás a tu jaima con tus mujeres y yo a mi catedral con mi ama que está sorda como un tapión y tiene mala leche pero que te va a hacer un cuscus de puta madre pues su padre sirvió en la intendencia de Larache que te vas a chupar los dedos, mustafá. Don Fausto no llevaba armas, sólo un cristo clavado a su correaje. Se movía como una ardilla entre las posiciones, saltaba las trincheras y cruzaba las alambradas y las calles de Teruel sin desenfilada jugándose el tipo allá donde perecieron tantos en la plaza del Torico. - Ese cura tiene un par de cojones. Son muy finos oye. - De Valladolid. De donde son los pijos pero anda anda que a valientes nadie les va a la mano. En alguna ocasión menospreciando su pellejo saltó a los blocaos enemigos para confesar a algún soldadito moribundo de los rojos. Que tambien son españoles, españoles equivocaos ostias pero tambien españoles y si podía lo llevaba a rastras echándose al herido al hombro como el buen pastor con la oveja descarriada a las espaldas o a rastras y lo pasaportaba hasta las líneas nacionales. En los fregaos en los sectores rojos se escuchaban ayes maldiciones pero tambien un ay virgen santísima y había algún combatiente que, herido, pedía confesión. Un cura. Un cura. -Alto el fuego que venga don Fausto. -Ahora mismo- -Poned el bozal a los cañones, parad las ametralladoras, cesad el combate. Os enviamos al cura y vosotros nos mandáis una de esas milicianas tan cojonudas que sirven a ese maldito. ¿Vale el canje? -Vale. Pero como nos hagais una encerrona os vais a enteras. El comisario daba la orden; - parad el fuego muchachos. Y aquellas treguas de Dios se intercambiaban comida, mujeres y tabaco y noticias de sus respecticvos pues para bochorno de la historia sucedía que a un lado y a otro estaban un hermano en un bando y un hermano en otro, un padre y un hijo, dos de un mismo pueblo el uno luchando por la republica y el otro por Franco. Don Fausto, cansado, pues había visto mucho, y no se asustaba de nada y menos de los pecados que algunos creían muy gordos y a él le parecían menudencias disparos de un 635, la pistola que tira tiros de señoritas, él que estaba avezada a escuchar la música tremebunda de los organillos de Stalin o los cañonazos del “Abuelo” una batería de costa que tenían los rojos defendiendo las posiciones de la universitaria los milicianos y que lanzaba peladillas que dejaba unos embudos de veinte metros. Pum. Pum. El silbido de las balas y el rasgar del aire de los pacos no eran lo que se dice música celestial. Los pecados de sus penitentes sí. Las mismas monsergas, la misma canción guerrera. “¿Y que me dicen estos? Que se la machacan cuando se les pone gordas, que se quieren tirar a la maricarmen la mujer del vecino, o si les aprieta el deseo montan a su pollina en la cuadra, la que se tira pedos. Los cagamentos que cuando se dicen no se mira al cielo no ofenden a Dios. Y dicen que van al baile a restregarse y arrimar el material, que juran y blasfeman que no van a misa los domingos, que en unas vísperas estando borrachos pincharon a un bravonel que les quería quitar la novia o se jactaba pregonando que las mozas de su pueblo Escarabajosa de Abajo eran mejores que las de Escarabajosa de Abajo. Celos y procelas. Tormentas en una taza de té… Y que le birlaron a un tendero toda la caja, que por una parcela y un mojón le metieron en el culo toda una perdigonada cuestión de lindes y demás perendengues. Y así sucesivamente. ¿Bueno y qué? Siempre fue así, nunca cambiamos. -Reza tres avemarias al acostarte, hijo, propón tu enmienda y ahora di el señor mío Jesucristo. .Acércate diacono. -¿Qué? Adsum. Presente. - Que no te vayas de putas que a ti, baranda, te gustan las faldas más que la leche que te dio tu madre. Hombre hay que sujetarse. Y ya sabes haz lo que yo para vencer la tentación. Si la dejas quince días ella te dejara un mes y si la dejas un mes ella te dejará un año y si la dejas un año ella a lo mejor ella te deja toda la vida. Ya sabes que las mujeres son el aguijón del diablo, el ventalle de Aquilón que cuando nos sopla nos derriba. No había sacerdote más casto ni tampoco más cachondo en toda la diócesis ni hombre más sano en muchas leguas a la redonda. Para evitar habladurías le sirvieron toda su vida amas de llaves viejas y tuertas muy poco agraciadas por lo general. Tampoco soportaba a los que se entregaban al amor de los efebos. Al capellán castrense no se le podía ir con mariconadas porque te echaba a puntapiés de su presencia. Luego se arrepentía y subía a tu cuarto y te pedía perdón. - Me he pasado tres pueblos, estuve un poco fuerte, Contigo; perdóname chaval y al irse dejaba un cigarro puro sobre el pupitre que uno se fumaba a escondidas en la camarilla, el filosofo al que le había dado su padre y permiso para fumas pues don Fausto exquisito en sus gustos y limpio de alma bebía vino sólo de la ribera y fumaba lo mejor de Vuelta Abajo[6]. En la tarde de confesiones, se retrepaba en la balda y pensaba en los haces de sus campos de Transpinedo, en sus viñas y en sus parvas en sus conejos y en sus liebres en sus trojes y en sus viñedos de albillo que daban muchas cantaras de vino del bueno, vino de la ribera. No escuchaba mucho al penitente con una oreja al penitente y la otra en sus galgos. Cuando confesaba pensaba irremisiblemente que mañana tenía que ir de caza. Porque todo era lo mismo. Los escrupulosos no podían confesarse con don Fausto porque les cortaba en seco, trataba a batacazos a las mujeres. Aquí no estoy yo para escuchar rollos ni para guardar perros señora. Si te pega su marido no sea tan puta y si se emborracha todas las noches, llévale por buen camino, hazle que vaya a misa y al rosario, que confiese y comulgue por pascua florida y si no, pues aguantoformo. El cielo es camino de abrojos. Aquí estamos siempre de duelo. No en vano y acaso justamente ya en aquellos tiempos se había ganado el lauro de machista ya en aquellos tiempos cuando aun en el mundo el feminismo no había asomado la oreja ni había hecho acto de aparición lo que llaman violencia de género. Hoy no se opera con cloroformo ni es muy popular el aguantoformo. No nos aguantamos a nosotros mismos y claro así está el patio. - Acércate diacono. - Plakón[7] El había venido el dulce Jesús a liberarnos de todas las ataduras. Lo que atéis en la tierra será atado en el cielo y al que tú bendigas será inscrito en la nómina de los santos y al que maldigas réprobo será por todos los siglos. Le habló en ruso: -Diakon, prestupiti. Acércate diacono - Ya sdiej,gospodi. Estoy aquí, señor. Adsum - ¿Cómo es que te lavas? - No estoy limpio, patriarca. El agua seguía manando, chorro de linfa, produciendo un sonido acariciador de brisas mañaneras y murmurios de rosario. Allá adentro en el templo mariano sonaban las melodías de la Salve. Cantaban cuatro viejas corobinas que habían madrugado para el rosario de la aurora que se celebraba todos los miércoles. Misterios gloriosos. Se escuchaban las codas rezagadas pero tiernas del Amante Jesús mío y Sálvme Virgen María. La madre de la belleza los presidía desde su camarín estatua siempre en pie como un perenne Akathistos[8]. Recibiendo las suplicas y quejas. De nuevo el turco estaba a las puertas de Constantinopla. Todo el Oeste era una ciudad alegre y confiada y estaba a las puertas de Moscú. El patriarca cabe el brocal de la fuente de allá venía para salvar a la iglesia. Habrá un tercer milenio. Los días de Roma la gran putana la gran embaucadora están contados pero la iglesia se salvará volviendo a sus esencias, a sus raíces apostólicas. Entretanto. Los malos cristianos seguían comiendo bebiendo fornicando servidores del vientre y sus halagos y, adoradores del rey de abajo que el de arriba nada sabemos, se entregaban a la buena vida y hacerse putadas unos a otros. Comamos y bebamos que mañana viviremos. Estaban todos muy preocupados todos de sus respectivos esqueletos olvidando que la carne es para la tierra y que la vida verdadera yace en los confines del espíritu. La tranquilidad del aire mecía los pámpanos pues ya era a finales de verano... Arriba sobre las rocas grajeras las chovas iniciaban sus laudes saludando a la alborada. Desde alto de aquellas peñas encaramadas los impíos que en esta vida nunca faltan habían defenestrado a la Despernada pero la dulce Raquel a la que el sanedrín de Corobias acusaba de adulterio pidió a la Señora que la salvara. Una judía siempre tiene que echar una mano a otra judía y no era solo judía era tambien mujer formada del barro de Adán. Sopló Dios sobre el lemo y surgieron los senos amamantadores, el cabello hermoso y tentador, las piernas deslumbrantes, el bello púbico centinela del vientre y cancela de la pasión. En su boca puso sonrisas arrobadoras y una lengua falaz, melodiosa voz de Circe y las sirenas desde aquel día se peinaban entre las rocas llamando a los incautos marineros a la sima y puso también en su lengua devoradora de hombre el aguijón del escorpión y la sinuosidad de la serpiente. Eva se parecía unas veces a la animadora rubia de bote que en el salón de baile los domingos cantaba desde el estrado canciones americanas imitando a Marylyn Monroe y otras veces era la viva imagen de una vestal caladas sus túnicas transparentes técnica de paños mojados que ponía a los soldados de un regimiento de caballería alcalino como una moto -Échelos bromuro en el agua mi capitán a ver si bajamos la fiebre. Si no, no va a haber quien lo resista. Joder. -Eso digo yo. Joder. Todo en ella era transparente y a la vez oculto como todo aquel que fue creado para el engaño y la seducción. Circe quería ponerle los cuernos a Queronte que remaba en su barca sin enterarse y cuanto más largo era el remo más barría para casa, los navegantes se anegaban en la laguna Estigia y la moneda que llevaban entre los dientes para pagar al barquero no les servía de nada. Unos se ahogaban profiriendo vivas a la republica y otros cantando el carasol y diciendo vivas a España... Los mortales se sumergían en la laguna Estigia y al nacer eran condenados al Tártaro. Esa es la fija. Miguel mientras tanto pesaba las almas. Le seducía aquella visión. Era completamente nueva y maravillosa. Venus, según la versión pagana no brotó del barro como una campanilla de los caminos que florece en las riberas tras la lluvia, había nacido de las aguas y el Señor le dijo pare y la mujer parió hijos, muchos hijos y preparaba la comida y hacía la colada pero la mujer probó del fruto del árbol prohibido y vinieron las voces, los gritos, los desengaños, los miedos, los recelos, las enfermedades que anunciaban la muerte y el hombre y la mujer perdieron el estado de gracia. Palo y mala vida. Parirás entre dolores... Pues vaya. Nos echaron a todos del paraíso y desde entonces a silbar a la vía y nos pusimos a cantar a coro las benditas estrofas de la Salveque nos describe como desterrados hijos de Eva que gemimos y lloramos en este valle de lágrima pero los impíos, los que ordenaron despeñar a la pobre Raquel, querían enmendarle la plana a Yahvé. Nada de enfermedades, nada de trabajos y trajeron móviles, ordenatas y utensilios que servían para incrementar su comunicabilidad pero los hombres y las mujeres sobre los que pesaba la maldición del pecado original estaban más solos, más incomunicados cada vez, desconfiaban unos de otros, la tecnología aportó mucho ocio, mucho parado y orates en las plazas públicas bustos parlantes o se iban al gimnasio a contaminarse de microbios mientras hacían músculo. Las cadenas quedaron inundadas de bellas locutoras que contaban historias horribles con sus caras perfectas. Eran tan guapas como diabólicas. Anunciaban al Anticristo. Los sanedrines controlaban los discos duros de los bancos, de las magistraturas, de los silos nucleares y el mundo se llenó de sonidos de cajas registradoras, del llanto de las viudas de los guardias civiles asesinados, y de los estertóreas blasfemias de Luzbel proclamando su rebelión contra el Altísimo. Se enfrió la caridad, cundió el miedo entre los justos desparramados por el mundo o escondidos en sus agujeros. El que más chifla capador y allí sólo tenían derecho a voz y a voto la magna caterva de los hijos de puta que estafaban, engañaban, otra vez aquí la raza de víboras y de los sepulcros blanqueados copando los pulpitos, subiéndose a los estrados, escribiendo paginas y paginas que solo eran refritos de NYT e impartiendo por los micrófonos las consignas al oído. Todos eran la voz de su amo. Estaban vendiendo a España por treinta monedas. Sintió pena y rabia a la vez. -Acércate diacono -Adsum -Hoy hacen falta diáconos como tú. -¿Quiere Su Beatitud que entonemos el Evangelio en fa bardón? -Eso es para eso te llamo. -Os asiste el numen del Espíritu. Os defiende la espada de san Miguel. Y así la formula –diakon prestupiti- se repitió hasta tres veces según la norma de la vieja liturgia greco-bizantina y el diacono pudo entrar por la cancela de la puerta de los dones portando el pan y el vino que lavaron la culpa. Se le encogieron un poco los ánimos pues magna era la misión que le encomendaba el obispo. Nada menos que proclamar la verdad a unas gentes que se alimentan de mentiras, lleno de peligros y de testigos falsos. Pero bebió del agua de vida, le vino bien aquel lavacro después de una noche insomne rodeado de magdalenas y de moritas que suspiraban por el regreso a su tierra de la cual les desarmaron los desalmados que habían resucitado las viejas costumbres medievales de ominoso tributo de las cien doncellas o de la usura. Los del City Bank cobraban una tasa de atraso de hasta el 30 por ciento. -Si yo soy Lorenzo. Aquí está tu diacono -¿Podrás beber del cáliz que yo he de beber? Sintió que aquella voz poderosa le convocaba a altos destinos y se sentía casi sin fuerzas. Pero dicen que la fortuna ayuda a los audaces. Y como el aposto Pedro, que fue a Roma al encuentro de su martirio él subía a Corobias para ser crucificado. Vio gatear hasta los escarpes del alcázar la sombra de Judas. Bien sabía él que era demonólogo que al diablo le privan los pináculos, anda siempre por las chimeneas y por aquellos lugares donde observe sin ser visto. Ojo que las paredes oyen. -Pedro llévame contigo yo tambien quiero ser crucificado y que me pongan boca abajo pues no soy digno por mis pecados y negaciones de recibir la corona de pie sino al revés. Tomó el nazareno y ya atravesaba los puentes de desafiantes tajamares del Rasemir y del Eresma mientras los impíos celebraban parlamento en lo alto de una peña sobre el caso de la adultera. Unos decían que arrojarla desde la cumbre del desfiladero y otros que arrastrarla de la cola de una yegua pero el más viejo de aquel concilio de Anases y Caifases aseveró suspender la ejecución hasta el día siguiente. -Hoy es sábado, hermanos, y no es bueno que en sábado se vierta sangre. Lo dice la Ley. En estas estaban cuando el marido que se encontraba en el tribunal pues fue juez y parte que por lo visto se lo había montado con un capellán optó por la salida más expedita. Fue aquel Jacobo el que empujó a la pobre muchacha al vacío. Raquel amante de su capellán se había hecho cristiana y rezó a la Virgen mientras su marido la insultaba como un poseso…. Puta…. Puta fornicadora... recibe el castigo. Entonces bajaron los Ángeles y tendieron sus alas de pluma como colchón de salvación y la Despernadasalió indemne, superó la ordalía. Resulta que era inocente. Desde aquel día aquel paraje se llama el de Esther o María del Salto que es así como lo conocemos los corobinos muy devotos siempre de la Madre de Dios. Ella vele los pasos del pueblo judío y procure su salvación. Mientras tanto los ángeles del cielo entre las melodías de las chovas y el reír de los jilgueros acometían el canto del Querubín que es bálsamo de añoranza del cielo a los que lo escuchan: -Diacono, acércate. -Da. Sí, señor, aquí me tienes. Y en esto diciendo ya estaba ante la plaza del seminario, temblándole el alma de añoranza y de piedad. (Continuará) [1] Asquerosos hijos de puta. [2] Eh señor profesor ¿qué nos quiere decir? [3] Soy una mente libre... puto infierno [4] Hermano ¿qué cosas piensas qué es lo que tramas? [5] Tú puto judío follador. [6] Vuelta Abajo región de Cuba famoso por la hoja de sus tabacos [7] Plakón una inclinación que se hace hasta la cintura según el rito ortodoxo [8] Akarhistos oficio de la Virgen que se canta de pie |
Posted: 23 Jul 2019 01:16 AM PDT a Nueva España » Cartas de los lectores » Cudillero en la novela "José", de Palacio Valdés Cudillero en la novela "José", de Palacio Valdés23 de Julio del 2019 - Antonio Parra Galindo (CUDILLERO) "Si venís algún día a la provincia de Asturias -así arranca Armando Palacio Valdés su novela "José"- no os vayáis sin pasaros por Rodillero. Es el pueblo más singular y extraño del Principado, ya que no el más hermoso... Confieso que no es gentil, pero es sublime". El gran novelista de Laviana echa aquí toda la carne en el asador para describir el paisaje de desfiladero y lo peculiar del paisanaje: las casas colgantes, el acento cantarín y el bable inextricable con que parlaban los pixuetos, casi una gacería con la cual habían de entenderse a voces los pescadores cuando iban de arribada, gritando de lancha a lancha. He vuelto sobre las páginas del maestro recordando casi entre lágrimas cuando en Nueva York le leía "José" a mi mujer y ambos nos llenábamos de la añoranza de Asturias. Era una saudade de olor a manzanas, de sebe y pomaradas, de calellas con sabor a mar y a monte. El libro es un retrato sociológico de la Asturias fin de siglo. La antigua villa marinera, el adra de Artedo, las casas blasonadas donde vivieron los hidalgos y una de ellas pudo ser la del navegante y descubridor de la Florida Pedro Menéndez de Avilés. Nos pasea el novelista con su gran poder descriptivo por la rula, la lonja y corre su pluma por la escollera, nos habla de la simpatía de sus habitantes, la belleza de sus mujeres y el profundo espíritu religioso. La mar pide atrevidos pero hace buenos creyentes. "Los cudillerenses -observa don Armando- son profundamente religiosos. El peligro constante en que viven les mueve a poner el pensamiento y la esperanza en Dios... no se pasan muchos años sin que Rodillero pague su tributo al Océano; en el invierno de 1852 perecieron 80 hombres, que representaban la tercera parte de la población." Y se le va la mano en exageración al narrador cuando habla de las pixuetas, que son altas, esbeltas, de carnes macizas, que miran con la serenidad de las diosas griegas. Caminan con majestad como las romanas; hablan velozmente y con acento musical (¡ay, esa musicalidad del bable que nada tiene que ver con la aspereza con que lo entonan algunos bablistas de pie forzado!); hablan poco y sonríen menos, y eso siempre mostrando un desdén olímpico hacia su interlocutor. No creo que en España pueda presentarse un ramillete de mujeres tan exquisito". Esta lidia con la mar les vuelve generosos y tiernos. No abundan entre los marinos los avaros, los intrigantes y tramposos, como entre los campesinos". La observación viene a ser muy sagaz porque en el concejo, uno de los mayores de Asturias, hay "caizos" de la braña o callealteros y ribereños. Entre unos y otros en las romerías siempre estallaba por lo general alguna gresca. Palacio Valdés creo que es el mayor novelista que ha dado Asturias. Empuña la pluma con la seguridad y firmeza con la que José, el protagonista de esta novela marinera, aferra el carel. Frecuenta la jerga y el habla de sus personajes, dale caña, amura vela; conoce la maniobra de conducir la embarcación orzando a barlovento. Esa propiedad del lenguaje, algo tan difícil de esgrimir, ¡oh, fortaleza del palabrero!, es desconocida para las plumas galanas de la novelística actual. Hay viento de bolina a estribor, ciñámonos entonces a la banda. Otro golpe de codaste y la novela se va a pique pero no. Palacio Valdés amura portentosamente el aparejo y no hay cuidado de que se pierda en el fragor de la intriga. Para ganar viento hay que atezar la escota. Es muy divertida la descripción de la pesca del bonito sin soltar driza. Se escucha el golpe de martillo de los calafates de la ribera. Fue buena la pesca y hay cigarros puros habanos y vino de Rueda. Conque, ciando, amuran a tierra. José se va a casar con la hija de la maestra dentro de quince días. En la arribada tras una venturosa pesca todo son sonrisas. Esperaban las mujeres, los viejos se sentaban sobre el carel de alguna lancha varada sobre el guijo de la marina que esperaba ser carenada, los niños correteaban al albur y las pescaderas más hábiles destripaban el bonito en menos que canta un gallo. -¿A cómo? -A real y medio. -Estáis locos. Yo no puedo pagar el quiñón, señora Isabel, si bajo la tasa. Esta era la mujer de un maragato que esperaba en el malecón con el carro preparado con hielo para transportar el pescado allende los puertos. Pero la mayor parte del bonito iba destinado a las conserveras. (Continuará) CONDICIONES ENVIAR CARTA POR INTERNET Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en elformulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital. ENVIAR CARTA POR CORREO CONVENCIONAL Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección: Calvo Sotelo, 7, 33007 OviedoBUSCADOR |
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