la iglesia otodoza celebra la fiesta de los santos arcangeles al frente de los nueve coros: serafines, querubines, coros, dominaciones, potestades, que siguen por mandato de Dios protegiendo a los mortales. Se llama esta fiesta "pranika" la de la esperanza. Todo ser humano tiene a su lado un ángel de la guarda que lo protege, segun la eología católica
2015-11-21
2015-11-19
MEMORIAS DESMEMORIADAS DE UN CORESPONSAL EN LONDRES: MANOLO FRAGA (I)
MEMORIAS DESMEMORIADAS DE UN CORESPONSAL EN
LONDRES
Una mañana desapacible del octubre londinense
1973 llegaba a Heathrow el nuevo embajador español en la corte de san Jaime.
Entre temerosos y expectantes se había rehundo toda la tropa, el general pasaba
revista. Los periodistas y corresponsales, gente de la embajada y de la empresa,
naranjeros de Valencia, zapateros de Alicante, se habían dado cita en la sala
vips. Por fin conseguimos estrechar la mano del hombre del futuro.
—
Vengo a trabajar – repetía sin cesar don Manuel.
Estaba reflexionando en torno a un libro de
memorias, recordando aquel tiempo, que no volverá, de perversiones fabulosas, minuendos y sustraendos, y
conspiración a toda mecha. Don Manuel era un heraldo de los del que oficio le daremos, lo que el burro quiera, eso es de cajón.
-- Lo que el burro quiera. Y el burro es España
--¿A quien proclamamos rey de bastos?
-- Oiga no diga eso yo tengo la sota de espadas. Cartas son cartas y triunfos son triunfos.
--Pues, sépalo vuesa merced: pintan bastos
--Hiciste renuncio. Carta en la mesa presa.
-- Ni don juan ni don manuel que se me rompió el cordel.
-- Mira que hay que joderse todo para la banca y carta en la mesa presa; vivan los derechos humanos democracias, plutocracias patriarcados, matriarcados, legiones y potestades y Botin el rey del mambo.
No me hable usted de tal pasiego que murió de una sobredosis de Viagra. Era por lo visto un fenómeno; tenía seis queridas, una para cada día de la semana; los domingos descansaba pero el sábado sabadete tuvo un fallo, se le alteró el pulso, y ya se sabe las consabidas palpitaciones. Infarto al canto. Toma jeroma pastillas de goma, toma y toma para adelante para atrás, lo de siempre ¿Habrá más aburrida cosa que la función reproductiva? Sobre todo a ciertas edades. Hay que tener ganas. El sexo es tan aburrido como el poder. Como la política.
-- Lo que el burro quiera. Y el burro es España
--¿A quien proclamamos rey de bastos?
-- Oiga no diga eso yo tengo la sota de espadas. Cartas son cartas y triunfos son triunfos.
--Pues, sépalo vuesa merced: pintan bastos
--Hiciste renuncio. Carta en la mesa presa.
-- Ni don juan ni don manuel que se me rompió el cordel.
-- Mira que hay que joderse todo para la banca y carta en la mesa presa; vivan los derechos humanos democracias, plutocracias patriarcados, matriarcados, legiones y potestades y Botin el rey del mambo.
No me hable usted de tal pasiego que murió de una sobredosis de Viagra. Era por lo visto un fenómeno; tenía seis queridas, una para cada día de la semana; los domingos descansaba pero el sábado sabadete tuvo un fallo, se le alteró el pulso, y ya se sabe las consabidas palpitaciones. Infarto al canto. Toma jeroma pastillas de goma, toma y toma para adelante para atrás, lo de siempre ¿Habrá más aburrida cosa que la función reproductiva? Sobre todo a ciertas edades. Hay que tener ganas. El sexo es tan aburrido como el poder. Como la política.
El magnate expiró cumpliendo con su deber
viril de trabajador estajanovista de la banca y del sexo pero la reja se le crispó
y cayó saltando para atrás como los conejos. Es que todo esto da asco y el
banquero mayor del reino se quedó tieso a pie de obra, muerte súbita y gloriosa.
Fraga fue el nuncio de todo esto. Pucherazos,
comicios, estacazos discursos y más discursos prédicas ojo que aquí llega
garycooper que estás en los cielos y se desgañita por esos foros. Los tertulieros
hacen caja, mientras tanto:
▬¿A cuanto está la colaboración?
▬ A mil euros.
▬Salgo
pitando para la otra cadena. Había uno de León o no sé si asturiano que se erigió
en el más ganancioso. Era el marido de la
Anaconda; también cobraba el hermano del Maraña.
Se expresaba en un tono doctoral encíclico y enclítico
como romanos pontífices. Fraga paz descanses tú les abriste la puerta del
duerno y la cochiquera a todos estos. Te engañaron. Ibas de profesor de derecho
por la vida y estos son todos unos zoquetes: granujas licenciados en la
universidad de la gramática parda, más largos que una cuaresma. Fuiste asaltado
por peraíles y vendepatrias.
A todo esto, recordaba Bermejo aquella mañana
desapacible de octubre de 1973 cuando aterrizó en Heathrow el flamante
embajador español en la corte de san Jaime. Entre temerosos y expectantes los
periodistas y corresponsales los de la tele y los primeros funcionarios de la
legación al fin acudieron estrechar la mano del superhombre. Se le comparaba al
político gallego con MacMillan y entonces los ingleses no paraban de referirse
a aquel astuto y brillante tribuno al que Cummings del Daily Express lo pintaba
volando sobre las torres del Támesis a modo de supermac. Don haroldo dijo: you never had it so good, nunca lo
tuvisteis tan a huevo, chiquitos.
La sala de personalidades del aeródromo brillaba con el fulgor de los buenos augurios y del comienzo de una nueva etapa. Se acababa de levantar el telón de la transición y allí se hallaba el protagonista del drama. Nunca lo tuvisteis tan a huevo, chiquitos. Sin embargo, el personaje no se daba cuenta de que pisaba un escenario resbaladizo de intrigas espías y micrófonos escondidos por los rincones. Él diría luego la calle es mía y los diarios de Madrid titularían a toda página Fraga naufraga. Náufragos íbamos a ser todos de la democracia mientras los de nuevo régimen se instalaban, rompían los carnés de Falange. acaparaban cargos puestos y momios. Fue con todo un tiempo muy interesante
La sala de personalidades del aeródromo brillaba con el fulgor de los buenos augurios y del comienzo de una nueva etapa. Se acababa de levantar el telón de la transición y allí se hallaba el protagonista del drama. Nunca lo tuvisteis tan a huevo, chiquitos. Sin embargo, el personaje no se daba cuenta de que pisaba un escenario resbaladizo de intrigas espías y micrófonos escondidos por los rincones. Él diría luego la calle es mía y los diarios de Madrid titularían a toda página Fraga naufraga. Náufragos íbamos a ser todos de la democracia mientras los de nuevo régimen se instalaban, rompían los carnés de Falange. acaparaban cargos puestos y momios. Fue con todo un tiempo muy interesante
Acababa de alzarse el telón, con el
político gallego de protagonista de aquel drama con mucho de sainete jocoso, ópera
bufa, que dejaría tirados en los proscenios una enorme morgue de cadáveres
físicos, con los tiros en la nuca del terrorismo en Vascongadas, o morales:
periodistas sin periódico, oficinistas sin oficina, militares sin regimiento,
monjas sin convento, intelectuales cesantes. Volvían a mandar los de siempre,
España predio de las cien familias. Nos íbamos todos a tomar polculo invocando eso sí la
constitución. Vayamos todos juntos y yo el primero por la senda de la Constitución.
Así se las ponían a Fernando VII al que llamaron el rey felón injustamente
porque él no fue el peor de los borbones. Le seguirían testas coronadas con mentes
más sibilinas y con el colmillo más retorcido. Al pobre don Manuel se le jodió el cordel. El memorión
el tonto útil lo traerían por la calle de la amargura mediante sus consignas y
palabras al oído al grito de la calle es mía. Constitución. Constitución. Sí.
Sí constitución. Los de la ceja iban todavía al colegio y Arturo Mas y sus
secuaces se preparaban para hacer la primera comunión antes de la grfan apostasía. Don Goyo Pujol,
pucha tú, era un medico de escasa consulta pero de comunión diaria que pensaba hacerse
rico robando los dineros de España en Cataluña y luego el muy sinvergüenza se
iba a hacer alpinismo a las montañas del Canigó de donde regresaba lleno de
cansancio blasfemando como un carretero de Reus diciendo España nos roba. Se
barruntaban los primeros frutos del Alzamiento Cibernético aunque por entonces
eran poca cosa.
El meapilas catalanista quería convertir
el principado en una axarquía árabe y no ocultaba sus preferencias: antes moro
que español, antes muerta que sencilla, e inundó su taifa de gentes venidas de Asia, Afganistán, Kabul, Argel, Marruecos, zulúes del top manta, pakistaníes... Los emigrantes se transformaron
en yijadistas. Vendría Paco con la rebaja.
Utilizaba su independentismo de
tapadera a sus desfalcos y sus tratas inicuas con los enemigos de la patria. Le
nació un hijo fornecino en las sergas de Esplandián de la política y el
pelotazo, para agregar a la lista de sus ocho legítimos, (también le
salieron finos los gachós pues eran unos manitas para el desfalco de las arcas
del Estado) que se llamaba Arturo pero eso es lo de menos aun cuando siempre lo
de menos es más.
Doña Ferrusola la matriarca, que se las pinta como ella sola para administrar la casa, mientras tanto, hacía cada vez más honorable y cumplido de dineros su montón. La familia iba y venía a Jerusalén, a Suiza o Andorra con maletines cargados de euros. Hijos sí maridos no. Antes muerta que sencilla. Que vengan a Cataluña marroquíes y gente que no hable español. De esa manera iban a incubar sus huevos las serpientes a la Rambla. Odio, odio, revancha y mala baba. Pero no adelantemos acontecimientos.
Doña Ferrusola la matriarca, que se las pinta como ella sola para administrar la casa, mientras tanto, hacía cada vez más honorable y cumplido de dineros su montón. La familia iba y venía a Jerusalén, a Suiza o Andorra con maletines cargados de euros. Hijos sí maridos no. Antes muerta que sencilla. Que vengan a Cataluña marroquíes y gente que no hable español. De esa manera iban a incubar sus huevos las serpientes a la Rambla. Odio, odio, revancha y mala baba. Pero no adelantemos acontecimientos.
▬Tú, Remigio a lo que estás.
▬Hay que andar al santo y a la limosna
alteza.
▬¿Que fue antes el huevo o la gallina?
▬Los huevos naturaliter, ¡mira qué pregunta!
▬Pues no. Ahí te equivocas. Aquí no
▬En España todo es al revés- decía El
Calceatense a su hermano Remigio, cuando aún no había aterrizado el avión de
Iberia en la pista de Heathrow y el Ángel del futuro con el consiguiente poder del Altísimo que le
facultaba para atravesar tiempo, lugar y
espacio, merced al milagroso arte de birlibirloque, les enseñaba a los
dos secuencias del futuro. Iniciándoles al periodista y a su amanuense en el
arte de inspeccionar conciencias taladrar paredes, sondear pareceres, y conocer secretos adivinar
enigmas.
Fraga naufraga decían los del Sexto Poder. Exageraban un poco porque don Manuel pese a sus desplantes y pese a su mal genio que también tenía era una bellísima persona. Todo acabó como sabemos un poco como el rosario de la aurora. El periódico y el partido que él fundó estaban llenos de mediocres dados a la empleomanía y a vivir del cuento. Hicieronle traición. Lo crucificaron.
Así que ni don Juan ni don Manuel que se me jodió el cordel
Fraga naufraga decían los del Sexto Poder. Exageraban un poco porque don Manuel pese a sus desplantes y pese a su mal genio que también tenía era una bellísima persona. Todo acabó como sabemos un poco como el rosario de la aurora. El periódico y el partido que él fundó estaban llenos de mediocres dados a la empleomanía y a vivir del cuento. Hicieronle traición. Lo crucificaron.
Así que ni don Juan ni don Manuel que se me jodió el cordel
Daba vuelta la tortilla, se acabó lo que se
daba, no sabía el eminente profesor de Derecho nacido en la hermosa villa
lucense de Villalba que él sería una de las primeras víctimas de aquella movida
que empezaba, con mucha traqueteo y meneo y con mucha sopa de letras porque debajo
de las piedras salía un nuevo partido político. Londres se convertiría en la
corte de los milagros de aquella época de renuncios, proposiciones alteraciones
marchas y contramarchas, oscilaciones del péndulo bandazos de sístole y
diástole. Carillo fuaba suoperlargos y sonreía cruel sonrisa de sapo y daba conferencias sobre el feroz canbio en la embajada.
España es un país pendular como don Laureano dijo. Iba a dar la vuelta a la tortilla. Siguiendo una vieja tradición, Londres sería el palenque donde se dirimirían las fuerzas centrípetas y centrífugas de las españas y las antiespañas.
España es un país pendular como don Laureano dijo. Iba a dar la vuelta a la tortilla. Siguiendo una vieja tradición, Londres sería el palenque donde se dirimirían las fuerzas centrípetas y centrífugas de las españas y las antiespañas.
Felipe II se había casado con Maria
Tudor en la abadía de Westminster. El padre Las Casas pasó temporadas en el
convento dominico de Blackfriars del que fue prior antes de convertirse en
arzobispo de Toledo y primado fray Bartolomé Carranza. Los exilados de la
Constitución de Cádiz residieron en un barrio que llamaban de los hispanos en
Putney, el barrio donde por cierto tuvo una novia panadera Felipe II.
Anteriormente misioneros jesuitas que
trataban de combatir la herejía anglicana acabaron ajusticiados en la Torre bajo la
acusación de espionaje, o el caso poco conocido de aquella monja beguina
extremeña grande de España María de Carvajal que acabó pidiendo limosna por
calles de Chelsea habiendo fracasado en sus intentos de hacer regresar a los
ingleses al redil del catolicismo.
En esta pleita curiosa, entramada de perplejidades históricas, nos encontramos a los asilados de tiempos de Fernando VII: Quintana, Ruiz de Iriarte, Blanco White, Riego, Lista y otros muchos abates a la violeta Perversos clérigos enciclopédicos. La guerra de España y el vuelo del Dragón Rapide se urdió y financió desde la city. Franco no asistió a sus clases de inglés la víspera del 18 de julio. El caudillo, como buen burgués, amaba la etiqueta y buenas formas de la alta burguesía británica. No consiguió hablar la lengua de Shakespeare y ello debió de ser para Su Excelencia un trauma. Gibraltar no vale una guerra y con su política de no quito ni pongo rey jugando al despiste ayudó a los aliados, con su galleguismo, a ganar la guerra dándole plantó a Hitler y favoreciendo de tapadillo a los ingleses.
En esta pleita curiosa, entramada de perplejidades históricas, nos encontramos a los asilados de tiempos de Fernando VII: Quintana, Ruiz de Iriarte, Blanco White, Riego, Lista y otros muchos abates a la violeta Perversos clérigos enciclopédicos. La guerra de España y el vuelo del Dragón Rapide se urdió y financió desde la city. Franco no asistió a sus clases de inglés la víspera del 18 de julio. El caudillo, como buen burgués, amaba la etiqueta y buenas formas de la alta burguesía británica. No consiguió hablar la lengua de Shakespeare y ello debió de ser para Su Excelencia un trauma. Gibraltar no vale una guerra y con su política de no quito ni pongo rey jugando al despiste ayudó a los aliados, con su galleguismo, a ganar la guerra dándole plantó a Hitler y favoreciendo de tapadillo a los ingleses.
Fraga entró en Belgravia como un ciclón.
Aquel palacio de la hermosa plaza construida por Wren residencia histórica de
la legación española pasaría a ser foco de atención, germinal de noticias clave
y punto de recalada de personajes y personajillos de la política tanto del
poder como de la oposición. La áulica sede una de las más munificentes y caras
del área de Knightsbridge se convertiría en epicentro de las voces en off. Era
la hora del oficio- de- tinieblas 5, secundum Cela, de las asociaciones, de las
plataformas y platajuntas con don Manolo asumiendo las funciones de gran
sacerdote. Su designación había despertado ciertas rencillas. Se había hecho a dedo para ira del
cuerpo diplomático que se atiene siempre a los dictámenes del escalafón y para
los que la legación londinense es uno de los puestos más golosos. La corte de
san Jaime es el mirlo blanco de nuestros funcionarios de Carrera. Ellos miraban para
don Manolo como un advenedizo.
No obstante la gestión fraguista constituyó
un éxito de imagen. En su valija el ex ministro había traído de Madrid un
cuadro de Felipe III de Juan Pareja. Todo un indicio. Aquel rey fue el más anglófilo
de los Austria. Estuvo a punto de consumar una alianza anglo-española mediante
el matrimonio de una de las infantas con el príncipe de Gales pero el
casamiento del príncipe Eduardo y la princesa María no llegó a colmo. El conde
de Gondomar, nuestro mejor legado en Londres, había sido artífice de la frustrada
gracias a las intrigas palaciegas de don Gaspar de Guzmán y esa gazmoñería que
siempre abunda entre nosotros. ¿Cómo iba a casarse una hija de Su Majestad Católica
con un hereje? Eduardo de resultas de lo cual regresó a su tierra compuesto y
sin novia aunque colmado de regalos. Corría el año 1623.
En 1973 Manuel Fraga tal vez quería emular las glorias diplomáticas de don Felipe Sarmiento. Casi estuvo a punto de lograrlo pero menudo son los ingleses que no se casan por nadie aunque alabaran la valía y la generosidad de su anfitrión. En Belgravia era el sitio donde mejor se comía de la ciudad. Fraga se trajo de su tierra a una cocinera gallega que preparaba un arroz con grelos para chparse. Practicaba como nadie la alternancia. era un trabajador incansable. Se entregó en cuerpo y alma a una diplomacia de mantel sin mirar gastos, dar tarjeta y números de teléfono, sembrar amistades, soldar alianzas. Realizó un tour de forcé de relaciones públicas.
En 1973 Manuel Fraga tal vez quería emular las glorias diplomáticas de don Felipe Sarmiento. Casi estuvo a punto de lograrlo pero menudo son los ingleses que no se casan por nadie aunque alabaran la valía y la generosidad de su anfitrión. En Belgravia era el sitio donde mejor se comía de la ciudad. Fraga se trajo de su tierra a una cocinera gallega que preparaba un arroz con grelos para chparse. Practicaba como nadie la alternancia. era un trabajador incansable. Se entregó en cuerpo y alma a una diplomacia de mantel sin mirar gastos, dar tarjeta y números de teléfono, sembrar amistades, soldar alianzas. Realizó un tour de forcé de relaciones públicas.
Por su mesa pasaron prohombres de la política,
la empresa, el periodismo inglés de aquellos tiempos: Margarita Thatcher, Jim Callaghan, Harold Wilson,
lord Carrington, Reginald Maudling, así como una pléyade de periodistas,
escritores y gentes del saber. Consiguió lanzar su imagen. Fraga no naufragaba. Arrasaba.
Su agenda era intensa. Visitaba el centro gallego, hablaba con los emigrantes. Tan pronto asistía a un concierto como iba de gira por una fábrica conciertos. Fue a Oxford a estrechar la mano de Salvador de Madariaga. Cenas, rigodones, homenajes, muñeiras, queimadas. Viajó hasta el Lands End para ver el lugar donde
naufragaron los galeones de la Invencible y al dia siguiente estaba en la
catedral de Peterborough rezando un padrenuestro por el eterno descanso de
Catalina de Aragón. Era la fuerza del rayo.
Recorrió las islas británicas. asistía a cacerías; cazó gallinejas en Escocia y urogallos en los desiertos del Yorkshire donde se reunió con una comunidad de benedictinos, la única que había sobrevivido a la desacralización monástica de la Reforma. En medios británicos se le señalaba como el heredero de Franco, el próximo premier pero a él no legustaba eso de premier. él sería presidente. Iba a por todas. No se daba cuenta con lo inteligente que era que en Madrid trepas como Adolfo Suarez sin tanta valía intelectual pero con más gancho para las mujeres, mayor audacia le estaban segando a don Manuel la hierba bajo los pies. Se le comparaba con Cánovas del Castillo, se le halagaba, se le adulaba (el más pelota de todos era Raúl del Pozo aunque todavía se las daba de comunista) y se pensaba en él como un reformador de una democracia parlamentaria a la inglesa que capitaneara el barco de la transición. Sólo les sirvió de sparring.
Era un peso pesado en un cuadrilátero adonde sólo saltaban los pesos pluma. Así que ni don Juan ni don Manuel pero hoy yo quisiera en este libro sobre mis memorias desmemoriadas de Londres hacer un poco de justicia a su memoria aunque en una ocasión me expulsara de la embajada.
-- Tú a la calle, Parra.
Fue un gigante rodeado de enanos y acorralado por felones. Siento un sabor agriculce al recordarle.
Recorrió las islas británicas. asistía a cacerías; cazó gallinejas en Escocia y urogallos en los desiertos del Yorkshire donde se reunió con una comunidad de benedictinos, la única que había sobrevivido a la desacralización monástica de la Reforma. En medios británicos se le señalaba como el heredero de Franco, el próximo premier pero a él no legustaba eso de premier. él sería presidente. Iba a por todas. No se daba cuenta con lo inteligente que era que en Madrid trepas como Adolfo Suarez sin tanta valía intelectual pero con más gancho para las mujeres, mayor audacia le estaban segando a don Manuel la hierba bajo los pies. Se le comparaba con Cánovas del Castillo, se le halagaba, se le adulaba (el más pelota de todos era Raúl del Pozo aunque todavía se las daba de comunista) y se pensaba en él como un reformador de una democracia parlamentaria a la inglesa que capitaneara el barco de la transición. Sólo les sirvió de sparring.
Era un peso pesado en un cuadrilátero adonde sólo saltaban los pesos pluma. Así que ni don Juan ni don Manuel pero hoy yo quisiera en este libro sobre mis memorias desmemoriadas de Londres hacer un poco de justicia a su memoria aunque en una ocasión me expulsara de la embajada.
-- Tú a la calle, Parra.
Fue un gigante rodeado de enanos y acorralado por felones. Siento un sabor agriculce al recordarle.
2015-11-12
HIMNO DE LA INFANTERIA ESPAÑOLA
Himno de la infantería española
Ardor guerrero vibre en nuestras
voces
Y de amor patrio henchido el
corazón
Entonemos el himno sacrosanto
Del deber la patria y el honor
De los que amor y vida
consagraron
Escucha, España, la canción
guerrera
Canción que brota de hijos que
son tuyos
De labios que besaron tu bandera
De pechos que esperan anhelantes
Besar la cruz aquella que forma
Con la enseña de la patria el
arma
Con que habrán de defenderla
Nuestro anhelo es tu grandeza
Que seas noble y fuerte (bis)
Y por verte temida y honrada
Contentos tus hijos irán a la
muerte
Si al caer en lucha fiera
Ven flotar victoriosa tu bandera
Orgullosos morirán
Y la patria al que su vida le
entregó
En la frente dolorida
Le devuelve agradecida el beso
Que de ella recibió
El esplendor de la gloria de oros
días
Tu celestial figura ha de
envolver
Que por saber morir sabe vencer
Y volarán tus hijos al combate
Tu nombre invocarán
Y la sangre enemiga en sus
espadas
Y la española sangre derramada
Tu nombre y tus hazañas cantarán
Y estos infantes de la raza
hispana
Que sienten se apodera de sus
pechos
Con la épica nobleza castellana
El ansia altiva de grandes hechos
Te prometen ser fieles a su
historia
Y dignos de tu honor y de tu
gloria.
MÁRTIRES DE POZUELO DE ALARCÓN MADRID
PUBLIO RODRIGUEZ MOSLARES MÁRTIR
Y CONFESOR DE XTO MARTIRIZADO EN POZUELO MADRID POR LAS HORDAS de CARRILLO
A los santos y a los profetas de
Israel Dios les lleva por caminos misteriosos que los hombres no entienden. Conocí
la historia de Publio Rodríguez Moslares a través de su sobrino Publio Rodríguez
Sanz que fue compañero mío en el seminario de Segovia. Curiosa e interesante
historia. En Pozuelo trabajó mu mujer muchos años en la tesorería y yo anduve
por allá en mis deambulaciones ciclistas cuando escribía la Batalla de la Sed. Una
luz me iluminó. Publio era un seminarista de un pueblo de Valladolid que se
preparaba para ser cura y no sé si había recibido las ordenes menores cuando
antes de las vacaciones vino desde el convento de los Oblatos de Santander a
Madrid donde llegó el 17 de julio de 1936. Era un chaval muy listo y alegre que
cantaba muy bien (esta habilidad la heredó mi amigo Publio que era el mejor
cantor del curso y sabía cantar los pentagramas al revés) le llamaban el juglar
de la comunidad. Fue apresado la noche del 18 de julio y conducido a la cárcel de
San Antón. Allí se le `perdió la pista. Su madre en el año 1940 conociendo el
lugar donde había sido liquidado en la cárcel modelo fue allí y encontró en las
paredes un mensaje para ellas; Madre, me van a matar, me voy con dios. Viva Cristo
Rey. En letra casi ilegible y entre restos de sangre había una firmna Publio. El
mensaje fue escrito poco antes de que lo llevaran a torturarle a Paracullo del
Jarama por orden del director general de Seguridad Santiago Carrillo.
La historia en todo tiempo ha
dejado de conmoverme. Me entrevisté con Publio Sanz al cabo de 50 años. El gran
tiple de nuestros días, el que leía las partituras al revés era un profesor
jubilado que ejerció su profesión De magisterio en Málaga. Había sido operado
de un cáncer de colon y curó milagrosamente. No hay secuelas del mal según los
médicos. Esto me anima a proclamar que la verdad de la iglesia y la prueba de
la eternidad del mensaje evangélico está en sus mártires. La jerarquía nunca
debe renunciar a este tesoro de los que dieron testimonio por su fe. Deseo a
Publio uno de mis pipis y a su esposa Amaya larga vida paz y contento en la
seguridad de que alguien los protege desde el cielo aunque tengamos que morir,
no somos eternos, pero la acción de la gracia seguirá operando hasta el fin de
los tiempos.
Publio Rodríguez Moslares
Datos biográficosPublio Rodríguez Moslares nació en Tiedra, provincia y diócesis de Valladolid, el 12 de noviembre de 1912. Es el menor de los hermanos. Este detalle será un escollo con el que va a topar su vocación: su madre, muy religiosa, lucha entre la ilusión de tener un hijo sacerdote y el alejamiento del hogardel benjamín de la familia.“Es Dios quien lo quiere, mamá; no sufras ni me hagas sufrir. Sé generosa y dale a Dios lo que es de Él antes que tuyo”, le escribe.
Sus compañeros dicen que “Publio era el juglar de la comunidad: cantaba, reía, hacía versos y refería anécdotas salpicadas de refranes y dichos populares”.
Incluso en la cárcel, recluido en una misma celda con el P. Mariano Martín y tres escolásticos más, “para entretener el tiempo y hacer más llevadera la prisión, empezamos a hacer entre él y yo una comedia en verso”, nos dice el P. Martín.Testimonios Ese mismo Padre añade:“Tenía un carácter simpático, abierto, luchador, proselitista, francote, bueno. Trabajó mucho para llevar a buen camino a dos de sus hermanos que no comulgaban del todo con sus ideas, aunque por otro lado eran muy buenos. Les escribía cartas desde el juniorado y en vacaciones discutía con ellos. Tenía espíritu misionero y suspiraba por las Misiones, espíritu que supo infundir en su casa, sobre todo a su hermana, maestra nacional”.
“Supo soportar con entereza y alegría las cárceles de Madrid y cuando provisionalmente le dieron libertad, fue sobre todo él quien hizo de enlace entre sus compañeros de calvario y sus Superiores, yendo de un sitio para otro”.
Después del martirio, su madre escribió una carta a los Oblatos en la cual dice que al pasar del juniorado al noviciado, fue a verlo a Las Arenas:
pero si me pasa algo o me matan, piensa que estaré con Dios y te ayudaré’. Publio parece que tenía muy claro que lo iban a matar”. Y así fue.
Al terminar la guerra su familia fue a Madrid.“Mi madre se había enterado que Publio había estado en la cárcel Modelo y quería ir allá. Mi padre intentaba disuadirla porque era la primera línea del frente. No obstante, como ella se empeñaba, mi padre quiso que la acompañáramos mi hermana y yo. Entre aquellas ruinas, ella buscaba en las diversas celdas y corredores. De repente comenzó a gritar: ¡Aquí, aquí! Y se introdujo en un habitáculo pequeño. Entramos con ella y vimos toda la pared escrita. Pude ver cómo en un rincón había unas palabras que destacaban más que las otras, porque estaban escritas en rojo, y que decían: `Madre, me llevan a matar, muero por Dios (…) No llores, me voy con Dios. ’¡Viva Cristo Rey! Y firmaba Publio. Ella se arrodilló, besó la pared, y con una especie de navaja, cortó un trozo de la pared donde estaba la inscripción. Fue entonces cuando me enteré que lo habían llevado a matar a Paracuellos del Jarama.
Mi padre ya lo sabía; pero no había hecho ningún comentario delante de nosotros”.
LA WILIPEDIA DICE SOBRE EL MARTIRIO DE ESTE SANTO LO SIGUIENTE
Datos biográficosPublio Rodríguez Moslares nació en Tiedra, provincia y diócesis de Valladolid, el 12 de noviembre de 1912. Es el menor de los hermanos. Este detalle será un escollo con el que va a topar su vocación: su madre, muy religiosa, lucha entre la ilusión de tener un hijo sacerdote y el alejamiento del hogardel benjamín de la familia.“Es Dios quien lo quiere, mamá; no sufras ni me hagas sufrir. Sé generosa y dale a Dios lo que es de Él antes que tuyo”, le escribe.
Incluso en la cárcel, recluido en una misma celda con el P. Mariano Martín y tres escolásticos más, “para entretener el tiempo y hacer más llevadera la prisión, empezamos a hacer entre él y yo una comedia en verso”, nos dice el P. Martín.Testimonios Ese mismo Padre añade:“Tenía un carácter simpático, abierto, luchador, proselitista, francote, bueno. Trabajó mucho para llevar a buen camino a dos de sus hermanos que no comulgaban del todo con sus ideas, aunque por otro lado eran muy buenos. Les escribía cartas desde el juniorado y en vacaciones discutía con ellos. Tenía espíritu misionero y suspiraba por las Misiones, espíritu que supo infundir en su casa, sobre todo a su hermana, maestra nacional”.
“Supo soportar con entereza y alegría las cárceles de Madrid y cuando provisionalmente le dieron libertad, fue sobre todo él quien hizo de enlace entre sus compañeros de calvario y sus Superiores, yendo de un sitio para otro”.
Después del martirio, su madre escribió una carta a los Oblatos en la cual dice que al pasar del juniorado al noviciado, fue a verlo a Las Arenas:
“Al despedirme, le dejaron venir conmigo a la estación de Bilbao. Allí me dio el Crucifijo pequeño que le dieron en Urnieta, y me dijo: Bésalo muchas veces y, venga lo que venga, piensa que todo lo que suframos por Él, por mucho que nos parezca, será poco para lo que Él nos ama y sufrió por nosotros”.Martirio Tras ser sacado del convento y ser liberado de la primera prisión, no teniendo a dónde ir, se refugió, con el P. Blanco y algunos oblatos más, en una familia conocida. Dice la hija:“Una noche llegaron a casa buscando refugio, porque no tenían a dónde ir. Mis padres habilitaron una habitación, pusieron colchones en el suelo, les dieron ropa para que pudieran dormir y descansar.
Una noche, hacia las tres de la madrugada llamaron a la puerta unos milicianos con fusiles y pistolas, amenazando, que venían a registrar la casa; como teníamos una tienda de ultramarinos, mi padre, pienso que iluminado por el Espíritu Santo, metió a los milicianos en la tienda y al ver todo lo que había, pidieron por teléfono un camión y lo cargaron de tal forma que no podía arrancar. Tuvieron que descarga parte del camión para poder marchar. A la mañana siguiente mi madre dijo al P. Blanco que tenían que irse, pues si volvían otra vez los milicianos y registraban la casa, los matarían a ellos y a mi padre y que qué iba a hacer ella con cuatro niños pequeños”.Al abandonar la casa, Publio dijo a mi madre: `No sufras, yo voy a volver, pero si me pasa algo o me matan, piensa que estaré con Dios y te ayudaré’. Publio parece que tenía muy claro que lo iban a matar”. Y así fue.
Al terminar la guerra su familia fue a Madrid.“Mi madre se había enterado que Publio había estado en la cárcel Modelo y quería ir allá. Mi padre intentaba disuadirla porque era la primera línea del frente. No obstante, como ella se empeñaba, mi padre quiso que la acompañáramos mi hermana y yo. Entre aquellas ruinas, ella buscaba en las diversas celdas y corredores. De repente comenzó a gritar: ¡Aquí, aquí! Y se introdujo en un habitáculo pequeño. Entramos con ella y vimos toda la pared escrita. Pude ver cómo en un rincón había unas palabras que destacaban más que las otras, porque estaban escritas en rojo, y que decían: `Madre, me llevan a matar, muero por Dios (…) No llores, me voy con Dios. ’¡Viva Cristo Rey! Y firmaba Publio. Ella se arrodilló, besó la pared, y con una especie de navaja, cortó un trozo de la pared donde estaba la inscripción. Fue entonces cuando me enteré que lo habían llevado a matar a Paracuellos del Jarama.
Mi padre ya lo sabía; pero no había hecho ningún comentario delante de nosotros”.
Publio Rodríguez Moslares
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Publio Rodríguez Moslares OMI (* 12. November 1912 in Tiedra; † 28. November 1936 in Paracuellos de Jarama) war ein spanischer Oblate der Makellosen Jungfrau Maria.
Nachdem das Kloster in Pozuelo am 22. Juli 1936 von bewaffneten Milizen besetzt worden war und Publio Rodríguez Moslares zusammen mit seinen Mitbrüdern von dort weggebracht worden war, kam er zunächst wieder frei. Er wurde aber wieder inhaftiert und am 28. November desselben Jahres zusammen mit zwölf seiner Mitbrüder hingerichtet.
Die Seligsprechung der 22 spanischen Märtyrer der Oblaten, darunter auch Publio Rodríguez Moslares, erfolgte am 17. Dezember 2011 in der Kathedrale von Madrid
Nachdem das Kloster in Pozuelo am 22. Juli 1936 von bewaffneten Milizen besetzt worden war und Publio Rodríguez Moslares zusammen mit seinen Mitbrüdern von dort weggebracht worden war, kam er zunächst wieder frei. Er wurde aber wieder inhaftiert und am 28. November desselben Jahres zusammen mit zwölf seiner Mitbrüder hingerichtet.
Die Seligsprechung der 22 spanischen Märtyrer der Oblaten, darunter auch Publio Rodríguez Moslares, erfolgte am 17. Dezember 2011 in der Kathedrale von Madrid
NOVIEMBRE EL TENORIO. TIEMPO DE COMEDIAS Y MEDITATIO MORTIS. ESPAÑA BALUARTE DE LA CATOLICIDAD
DON JUAN
Es en España el segundo mes más
hermoso del año después de mayo junio y agosto. Es el mes de don Juan. Los
bosques se visten de ocre desnudándose de su polisón dorado y en los
tabladillos echaban comedias. Algunos hacíamos nuestros primeros pinitos
literarios o calzábamos el coturno recitando de memoria los versos del Burlador
de Sevilla. En aquel drama hay algo mágico que sobrecoge, lección de moralidad
sobre la brevedad de la vida y la caducidad de los amores terrestres. Tirso y
Zorrilla en esta obra realizan cargas de profundidad mucho más relevantes que
el Hamlet de Shakespeare. Es un drama en el cual la cultura española se adentra
en los arcanos más misteriosos de la teología católica. Va más allá del mito
del donjuanismo.
En cualquier villa en cualquier
ciudad había una representación del Tenorio en versión de Tirso o de don Juan y
reverberaban sobre las plateas y los escenarios las palabras del comendador “No
es verdad ángel de amor…”. Y España se convertía, horizontal y vertical, en
esta meditación de la muerte en Noviembre mes de la granazón, el trigo en el
sobrado, la leña en el bardal, trae un poco roñas, chiquitos, tiempo de otoño,
al amor del fuego del hogar, un candil para ir por vino a la bodega, cuentos de
aparecidos y todos quietos, pronto a la cama que hay que recordar a los que se
fueron. Doblaban las campanas y los monaguillos antes de comenzar la misa en
alta voz pedían:
——Digan vuesas mercedes la
confesión general.
Noviembre mes de difuntos, rogad
por las Ánimas Benditas, que Dios se lo pagará. Una calavera en mi escritorio
dos velas encendidas y la secuencia del Dies
Irae resonando por los rincones. Reivindicamos nuestro españolismo, nuestra
Fe, nuestra catolicidad. Somos pecadores que aspiramos a la trascendencia,
conscientes de que es efímero lo de acá abajo.
Todos tuvimos en nuestras vidas
una doña Inés y hemos marchado por los caminos agitando las plumas del
chambergo de don Pedro Mejía y repetimos compungidos los versos inmortales del
excelso Zorrilla que murió en la pobreza:
——“Yo a los palacios subí, yo a
las chozas y en todas partes dejé memoria infausta de mí”
Desgraciadamente nuestros jóvenes
han perdido la hermosa tradición del Tenorio y la han sustituido por la infame
fiesta del Jaloguín, un signo de que España se desespañoliza, se desespera, se
descristianiza, nos volvemos tontos globales a pasos agigantes por mandato del
Gran Diseño.
CONVIDADO DE PIEDRA ROMANCE PARA EL MES DE DIFUNTOS. NUESTRO
HAMLET HISPANO cantar del folklore popular rescatado y armonizado por Joaquín
Diaz
Por las calles de Madrid va un caballero a la iglesia
Mas por ver a su dama que por oír las Completas
Se ha acercado allí a un difunto que está en imagen de
piedra
Le ha agarrado de la barba, dícele de esta manera:
——¿No te acuerdas, capitán,
cuando estabas en la guerra, gobernando tus batallas, gobernando tus banderas?
Yo te convido esta noche a
sentarse a la mi mesa.
El difunto que no duerme en olvido no lo echa.
A eso de la media noche llega el difunto a la puerta
Y le baja a responder un criado de la iglesia
——Criado dile a tu amo que el
convidado de piedra
Que conoció en san Francisco
Viene a cumplir la promesa
Le han acercado una silla para que se siente en ella
Hace que come y no come
Hace que cena y no cena
——Yo te convido mañana a cenar a la mi mesa
El caballero asustado al confesor le da cuenta
El confesor le responde:
——hijo, comulga y confiesa.
Y lleva este relicario
Que te sirva de defensa
Al toque de la oración va el caballero a la iglesia
Ve dos luces encendidas y una sepultura abierta
——arrímate, caballero, ven acá no temas.
Tengo licencia de Dios pa hacer
de ti lo que quiera;
Si no es por el relicario que
traes para tu defensa
Te habría de enterrar vida aunque
Dios vida te diera
Porque otra vez no te burles de
los santos de la iglesia
CONVIDADOS DE PIEDRA
CONVIDADO DE PIEDRA ROMANCE PARA EL MES DE DIFUNTOS. NUESTRO
HAMLET HISPANO
Por las calles de Madrid va un caballero a la iglesia
Mas por ver a su dama que por oír las Completas
Se ha acercado allí a un difunto que está en imagen de
piedra
Le ha agarrado de la barba, dícele de esta manera:
——¿No te acuerdas, capitán,
cuando estabas en la guerra, gobernando tus batallas, gobernando tus banderas?
Yo te convido esta noche a
sentarse a la mi mesa.
El difunto que no duerme en olvido no lo echa.
A eso de la media noche llega el difunto a la puerta
Y le baja a responder un criado de la iglesia
——Criado dile a tu amo que el
convidado de piedra
Que conoció en san Francisco
Viene a cumplir la promesa
Le han acercado una silla para que se siente en ella
Hace que come y no come
Hace que cena y no cena
——Yo te convido mañana a cenar a la mi mesa
El caballero asustado al confesor le da cuenta
El confesor le responde:
——hijo, comulga y confiesa.
Y lleva este relicario
Que te sirva de defensa
Al toque de la oración va el caballero a la iglesia
Ve dos luces encendidas y una sepultura abierta
——arrímate, caballero, ven acá no temas.
Tengo licencia de Dios pa hacer
de ti lo que quiera;
Si no es por el relicario que
traes para tu defensa
Te habría de enterrar vida aunque
Dios vida te diera
Porque otra vez no te burles de
los santos de la iglesia
2015-11-10
TARDE DE PASEO (PARTE DE UN CAPITULO DE MI LIBRO "SEMINARIO VACÍO")
TARDES DE PASEO
Ir y venir que llaman acarrear, las tardes de
paseo (jueves y domingos y fiestas de guardar) eran imprescindibles. La alegre
muchachada iba por la ciudad, bajaba las escarelillas del Consuelo, o devanaba
los peldaños de granito, ternas de tres en fondo, becas rojas al viento el
bonete de cuatro picos en la molondra, las sotanillas negras de un luto
riguroso, que cortó el mejor sastre de Segovia: Blas Carpintero.
Todo para indicar
que habíamos muerto a la carne para nacer a las cosas del espíritu. Transpuesto
uno de los siete postigos que guardaban las viejas entradas de la ciudadela,
las voces de la chiquillería llenaban de alegría y de juventud las calles de la
ciudad en ternas de tres en fondo. Yendo en las primeras filas los pipiolos, y
a retaguardia iban los gastadores, los que estaban pegando el estirón y el
hábito talar, quedándoseles corto, mostraban los bombachos de pana, y a la
legua se notaba que iban a ser altos. Como Pénjamo, el pobre al que el
desarrollo le había llegado más temprano, su madre María la Viuda no ganaba
para sotanas. Uy pero cómo creces, hijo. Los pantalones algo remendados le
quedaban pesqueros y le subía como una flor de girasol el alto cogote desde el
vértice del alzacuello que también le quedaba grande e iba siempre desabrochado
y con la tirilla a medio salir. Tosía y adelgazaba. Se llamaba Enrique Gudiel
pero todos lo conocíamos por uno sus motes: “Penjamo”, “Zurdo”, o el “Despensa”,
porque era nuestro panadero, el que nos suministraba pedazos de hogaza a perra
chica la ración cuando nos entraban a media mañana ganas de comer.
Traía una
alcancía bajo la pechera del guardapolvos. Siempre se le veía comiendo a dos
carrillos pero por aquello de que no sólo de pan vive el hombre no engordaba ni
a tiros. Algunos creían que podía tener la solitaria pero tan sólo era el
desarrollo que le vino tempranillo a los once años y le hacía alto y desgarbado.
Pronto le cambió la voz.
Cantaba rancheras
y el sobrehúsa le vino porque imitaba muy bien a Jorge Negrete y su tonada
popular por aquel entonces de “Ya estamos llegando a Pénjamo”. Caminaba algo
estevado porque con el crecimiento le nació una cifosis.
▬Gudiel,
crías chepa.
▬Porque
soy un animal vertebrado-contestaba▬
Nunca habrás visto a una lombriz que tenga joroba. Ni a ningún gusano.
▬Sí.
El caracol.
▬Anda
la osa
Pues es lo que tú
eres un caracol. Y, como sigas
metiéndote con mi giba, no te doy pan. Se cierra la despensa ¿estamos?
Se sabía unas
cuantas rancheras y silbaba muy oportunamente de las diversas maneras. De la
forma tradicional o bien o introduciendo sus dedos finos y largos de
tuberculoso, como hacen los pastores que chiflan con los dientes, los dos dedos
en la boca con tanta fuerza y solercia como que ninguna oveja se descarría ni
se desmanda ningún mastín.
Y yo que nunca
supe silbar admiraba sus habilidades. En la clase de solfeo, por su buen oído,
era el primero de la clase. Cuando salíamos de asueto o quiete porque habíamos
heredado muchos términos que sólo utilizaban los jesuitas allí en la última
terna y andando con ciertos movimiento de jirafa venía el bueno de Pénjamo
cerrando carrera. Seguramente que cuando fuese a la mili lo elegiría el
sargento para cabo gastador pero Gudiel no era muy aficionado a la milicia. Su
vocación era la de tendero y pensaba que con un poco de suerte el obispo podía
pedirle que se hiciera cargo del economato diocesano o hacer unas oposiciones a
racionero catedralicio o servir como canónigo fabriquero porque las cuentas se
le daban tan bien como la música.
Iba el pobre
esperanzado con su futuro en estos paseos en los que por su egregio talle
destacaba pero ignorante de la desgracia que le aguardaba pues un jueves de
primavera lo alcanzó una moto con sidecar al pasar cerca de la estación cuando
teníamos que pasar por la angostura del puente romano. El que guiaba no vio a
nuestro compañero o no le dio tiempo a frenar. Aquel suceso nos impresionó a
todos. Velamos su cadáver en el paraninfo que se utilizaba como cámara mortuoria
cuando fallecía algún alumno, cosa infrecuente, o alguno de los padres, un
hecho bastante normal. En turnos de tres durante el día y la noche. Durante la
hora y pico de vela se rezaba el rosario, se recitaba el oficio de difuntos y
se entonaba un responso. Enrique Cudiel tendido sobre una mesa de escritorio
que servía de catafalco tapada de bayeta negra estaba muy guapo. La expresión
de su rostro expresaba dulzura y serenidad. Vestido con sotana y de
sobrepelliz, tenía a su lado entre los cuatro blandones el bonete, la beca roja
y un devocionario, también un cilicio que por lo visto llevaba colocado en la
rodilla cuando ocurrió el percance. Este detalle por lo inesperado, pues nunca
hubiéramos pensado que el Zurdo fuese tan piadoso, dadas sus apariencias de
tibio y de vivalavirgen, nos dejó lelos.
Tendido allí cuan
largo era parecía incluso más alto que en vida. Hasta puede que a la muerte
creciese algunos centímetros. Su cara rebosaba beneplácito y no quedaban
señales de magulladuras, sólo un poco en una ceja, del accidente pero el golpe
de la moto lo había reventado por dentro, dijeron los médicos. Todo el
seminario con sus cuatro colegios de latinos retóricos filósofos y teólogos
quedó muy triste.
No acertábamos a
explicarnos la razón por la cual había sido llamado tan pronto el compañero,
pero el padre maestro en sus pláticas hizo hincapié en la idea de que los
designios de la providencia son inescrutables. Al paso, nos hizo recapacitar
sobre la brevedad de nuestra existencia; de lo fácil que es padecer una muerte
repentina y adujo el ejemplo de aquel seminarista santo y sabio al que le
preguntaron qué es lo que haría si supiese que a la hora siguiente iba a tener
que rendir cuentas al Altísimo:
▬
Pues seguir haciendo lo que estoy haciendo ahora mismo. La muerte no es más que
un paso a la bienaventuranza.
Y nuestro
predicador insistía en la moraleja aduciendo palabras del papa Pío X: “Dadme un
seminarista que cumpla el reglamento y lo subiré a los altares ipso facto”.
El suceso había
conmovido a la ciudad y la prensa local dedicó a nuestro compañero páginas y
páginas. Nos enteramos que su madre había quedado viuda después de perder a su
marido que estuvo preso por sus ideas políticas en el penal de Ocaña. El padre
de Gudiel ¿moriría de muerte natural o fue uno de los muchos represaliados de
la guerra civil? La pobre mujer asistía por las casas para costear los estudios
de Enrique. El bien va por abajo y no se ve, decía el padre Mañanas, el mal es
mucho más jacarandoso y alarmista. Lo que es una verdad como un templo. La
bondad pasa a nuestro lado sin rozarnos, sin que nosotros nos demos cuenta.
Estos casos de heroísmo callado aplacan la cólera divina y gracias a estos
justos de Israel el mundo sigue caminando.
Por su parte el
padre rector nos recomendaba que anduviésemos con siete ojos cuando saliéramos
por la carretera de Madrid porque el tráfico es “cada vez más intenso y algunos
van como locos”.
▬No
os preocupéis por vuestro amigo▬ agregó▬
Porque está ya al lado del padre. Lo acabo de sentir en mi oración. Ha ido
derechito al cielo. Palabras misteriosas del Rector el cual se pasaba horas y
horas delante del Sagrario. Algunos hasta le vieron en un trance, le vieron
levitar durante los largos ratos de oración. ¿Entraba en éxtasis? Se decían cosas raras como que le habían visto
en dos sitios a la vez y levantarse dos palmos del suelo en el momento de la
consagración. Seguramente había tenido una visión. Ello nos tranquilizó a la
vez que asustaba un poco, pero aquel óbito tan súbito e inesperado nos desubicó
y la gente no hacía más que hacerse preguntas. ¿Por qué Dios permitiera aquello
que el Zurdo pereciese de una forma tan estúpida? ¿Estaba acaso en sus
infinitos e inescrutables designios el que muriera en plena adolescencia? Los
ojos de la carne no alcanzan lo que divisa la inteligencia divina.
Era el primer
muerto que yo veía en mi vida. Al correr de los años, algunas noches cierro los
ojos y le veo allí tendido a mi amigo que no pudo ser misacantano con su bonete
y su bufanda estudiantil el impoluto sobrepelliz con gesto sereno y apacible
como diciéndome como me ves te verás pero no tengas cuidado. La muerte no es el
final. Es sólo un paso. Durante unos meses me di a pensar en cosas lúgubres y
se afianzó mi vocación sacerdotal y mi deseo de servir a las almas, todo muy
etéreo, muy vacuo y como prendido con alfileres, porque en un seminario sólo se
aprenden ideas generales de lo espiritual,
que luego te quedarán para toda la vida, a la vista de la inconsistencia e
inconstancia de las cosas terrenales y de lo poco enteriza que es la sabiduría
del mundo. Sic transit gloria mundi. Fue mi primer velatorio y mi primera meditatio
mortis. Hasta entonces la muerte había sido un hecho lejano. Ahora cobraba carta
de naturaleza. Durante las semanas que siguieron nos volvimos más fervorosos,
menudeaban las visitas a la capilla y algunos se quedaban sin merendar
ofreciendo el postre a los pobres o dejando sufragios en el cepillo de las
ánimas que estaba cerca de la sala capitular. La noche que falleció a mí me
correspondió ir a rezarle con otros dos de mi curso, Dionisio Fenogreco y Chus
Peralta, quienes a consecuencia del suceso que voy a relatar hicieron un
extraño pacto a imitación de Santo Domingo Savio, del que hablaba con mucho
fervor nuestro querido padre Mañanas por entonces.
Era el turno de
medianoche, el paraninfo estaba en semipenumbra sólo alumbrado por un farol y
el resplandor de los cirios mortuorios. Llegaban de la calle, donde otrora
había un mesón famoso y ahora era un bloque de viviendas protegidas de Falange,
voces estentóreas de los últimos borrachos. Tengo que decir que el paraninfo o
salón de grados, también aula magna, era un cuarto impresionante el más
distinguido y adornado de todo el recinto. En él se leían las tesis doctorales,
antaño se celebraron concilios provinciales. Allí tuvieron lugar las
oposiciones a canonjías de la catedral. Sobre un estrado sobre el que se alzaba
el baldaquín del obispo forrado de damasco y con un cristo con los ojos bajos a
las espaldas yacía una clepsidra. Era una especie de botijo de cristal con dos
compartimentos estancos. Este reloj de arena medía el paso del tiempo con una
precisión mayor que la de un cronómetro suizo y el rato que tardara en pasar la
arena en la parte superior a la de abajo era el que cumplía al examinando para
exponer su tesis y responder a las preguntas del tribunal, durante hora y
media. A cuatro calles se levantaban las tribunas o palenque gradual los
escaños todos ellos de madera de pino crujiente y resonante, convergiendo en
semicírculo sobre una especie de ruedo en el que esgrimía sus razones o
sinrazones el ponente.
Por las trazas
podía ser un parlamento pero a mí me recordaba el sitio aquel no sé por qué al
concilio de Trento. Bajo sus artesonados de atauriques arabescos habían
resonado las plegarias del Veni Creator
y se había hablado a voces en latín defendiendo la purísima concepción o la
infalibilidad pontificia. Allí los filósofos innúmeras veces se habían hecho
perplejos la misma pregunta de siempre la que formula Pilatos antes de su
lavatorio de manos:
▬Quid
es veritas? ¿Qué es la verdad?
▬Buena
pregunta.
Ante, el cadáver
sin embargo, de aquel niño, nuestro compañero, no habían respuestas. El
silencio de aquel rostro espantaba los gritos de los teólogos que allá
disertaron sobre las súmulas tomistas y Aquino podría haber esgrimido su
dictamen:
▬Conclussus
es contra maniqueos.
De ahí que el
paraninfo fuese llamado la sala del Rey de Francia. Los tomistas se zurraron de
lo lindo con los suarecianos explayándose en frases y nomenclaturas. Sobre los
estrados se tenían la tea los más avezados silogismos. Las disputas medievales
conservaban algo de las antiguas ordalías o juicios de Dios.
Allí podría,
incluso, probarse que la tierra era cuadrada y lanzar anatemas contra el pobre
Galileo Galilei hijo de Galileo. Allí podría haberse descubierto el movimiento
continuo. Lógica. Mucha lógica. Pero siempre los mismos gritos, las mismas
voces, la vacuidad de una exultación retórica. Cánones. Disposiciones de los
concilios. Tuve la sensación de que todo aquello que estudiaba no me serviría
para nada pero eran tan hermoso que me ha estampado de por vida contra el
frontón de la utopía.
Con todo fueron aquellos
estudios escolásticos una buena gimnasia mental aunque sufriríamos lo nuestro
cuando al correr de la vida descubrimos que la tierra es redonda, da vuelta
sobre su eje, que la historia tiene tres marchas (primera, arranque, directa)
mas, nunca reversa y en este mundo no cabe marcha atrás. Enseguida, sonaba el
estampido de “licet” (con la venia) “nego minorem sed concedo maiorem
subsumptam” y nos empapábamos de los universales aristotélicos. Más tarde en la
universidad central nos hablarían de las mónadas kantianas que eran más o menos
lo mismo y parece que aún estoy viendo a don Fausto meneándosele un poco la
cabeza por lo del parkinson mientras se fumaba un cohiba antes de empezar la
lección: ▬Dicas, dicas,
Gregorie, in sermone latino… Dicas.. Dicas enim.
Y había que
responder a lo primero: ▬Domine…. (señor)
Y después
continuar con lo que habías memorizado en la lengua de Horacio. Aquello ahora
puede sonar extraño pero entonces no dejaba de tener su encanto. Por lo demás,
todas estas razones se quedaban mudas ante el cuerpo presente de nuestro amigo
al que había matado una moto.
El que le guiaba
estaba borracho. Nuestro profesor de Lógica se quedó mudo y siguió fumando su
habano:
▬No.
No hay respuesta. Sólo la fe, hijos pero la fe es un regalo de Dios ▬dijo
nuestro profesor.
Al poco, el
capellán de las monjas, quedándose muy pensativo nos miró con angustia a todos
nosotros.
Era Gudiel el
primero que se iba. ¿A quién le tocaría el turno la próxima vez?
Los blandones
ardían lentamente y con tristeza iluminando u oscureciendo el misterio de la
eternidad. Empezamos a rezar el rosario. Tocaban misterios gozosos.
▬Por
la señal de la santa cruz líbrenos el Señor de todo mal en el nombre del Padre
del Hijo y del Espíritu.
A Enrique no le
había valido la invocación. Se lo llevaron los ángeles que viajaban en el
sidecar. Eran unos ángeles malos y su ángel de la guarda les increpaba a
grandes voces y lamentos que podían ser escuchados en el barrio de Jauja y
llegaban hasta la estación confundiéndose con los pitidos del mixto que llegaba
a aquella hora de Santander. Sobre el zócalo un pintor con mucho alarde el que
había aderezado aquella casa c. 1595 había estampado escenas cinegéticas de la
antigüedad clásica. En un escusón aparecía Diana Venatrix disparando su arco
contra dos rebecos que se alejaban. En la siguiente escena Neptuno soplando por
su cabeza monstruosa y poblada de barbas mojadas. Más allá estaba Apolo y en
otra Venus semidesnuda. No te creas que mucho lo pasábamos mal al mirar para el
techo. Porque en el paraninfo vi yo a mi primer muerto y también la primera
mujer en cueros. A más de uno le debieron de entrar pensamientos escabrosos y
algunos directores espirituales protestaron ante lo que ellos consideraban una
falta de recato propios de la paganía pero el Rector que era un humanista
amante de los autores latinos y de la mitología ordenó dejarlas como estaban:
▬Esas
figuras del peralte, padre Mañanas, no son más que símbolos. No tienen nada de
pecaminosos.
Así y todo el
jesuita del que hablaremos más tarde largo y tendido era muy escrupuloso en
tales cuestiones y ordenó a sus pupilos que cuando entrasen en el aula magna
jamás mirasen para arriba y que dijesen una jaculatoria al trasponer el umbral:
“Señor, antes morir que pecar”.
Se me ha quedado
la oración y la repetía yo con harta frecuencia, a veces inconscientemente.
Eolo manejaba los vientos. Nosotros manejaríamos las conciencias. Jano abriría
las puertas del infierno a los que se suben a la barca de Queronte, y nosotros
les abriríamos las puertas del cielo. A Venus había que verla como emblema
tutelar de la vida y de las cosechas. Estos eran los argumentos del Rector que
no acaban de convencer a Mañanas. Pero allí el cristianismo se respaldaba en lo
que había antes que era la mitología. Y los dioses y las diosas olímpicas
compartían sitio junto con el crucifijo y presencia en las sesiones
escolásticas. Allí tenían lugar los plenos diocesanos, las lecciones
magistrales, allí se sentaba el tribunal de la Sangre, allí se votaba la terna
para elegir a los obispos. Era el salón de actos de las sesiones inaugurales y
de la concesión del titulo de Magíster Artis y de Bachellor Artis el MA y el
BA. Igual que en Oxford porque todo hay que decirlo en muchas de sus costumbres
disciplinarias los ingleses se inspiraron en los jesuitas a los que admiran y
fruto de tal admiración nos vino de las Islas el bueno de Chespi al que
cantábamos el Iste Confessor por las fiestas del obispillo.
La sala de
deliberaciones olía a moho y humedad. Un día era aula magna y al día siguiente
tanatorio. No somos nadie
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