2017-05-05

Posted: 05 May 2017 12:25 AM PDT



MONASTERIO DE CARDABA SACRAMENIA UNA HISTORIA DE NOVELA

Al campanario de la torre de san Gregorio subí muchas veces cuando por los Difuntos  había que dar los clamores de ánimas. Tan. Tan. Toda la noche. El Agustín, mi primo, el hijo del sacristán  y yo, trepábamos devanando el husillo de la escalera de caracol llena de plomizo.  Esta forma alabeada de los estribos era una señal del roce de los siglos.
Los peldaños estaban desgastados y presentaban una línea convexa, testimonio de que fueron millones que por allí subieron y bajaron. Las cagadas de las aves debían de tener mil años casi como la torre, que fue un fortín templariot. Subí incontables veces los peldaños hoy desgastados de esta escalera. Me bebí a sorbos el espíritu templario que honra la cruz y la defiende con la espada bajo la consigna de trabajar y rezar. Forma parte de mi cultura de mis genes pero nunca haré la palinodia de los habitantes de Fuentesoto gente tornadiza quye padece del mal de España de los godos lo que llaman el morbo visigótico, la envidia y la hipocresía. Sin embargo la grandeza de esta torre en lo alto de un somo me sobrecoge. Es uin grito de memoria al pasado y una advertencia al futuro. Castilla ya se ha dicho face los omes y los desface. Es una nación que da origen a la e3spañola. Se hizo peleando contrta el infiel. Fuimos unos adelantados del sionismo, era nuestra meta la conquista de los Santos Lugares. Mis antecesores eran pequeños, cetrinos algo trabados de hombros (lo pregonan las angosturas de esta escalera) pero recios en la batalla, curtidos en la lucha. Avezados al sufrimiento, prevenidos en frontera y ellos estaban en la vanguardia. Esta iglesia y estos monasterios fueron destruidos varias veces por la morisma pero luego reconquistaron sus tierras renegaron de Mahoma y cantaron vivas a la Trinidad. Dios es Uno y Trino. Ni mahometanos ni judíos han entendido aun la procesión trinitaria que es uno de los grandes enigmas teológicos del mundo.
En tiempos de la reconquista cambió bastantes veces de mano. Fuentesoto en la margen derecha del Duero marcaba el hito de la frontera. El edificio debió de ser un templo dedicado a Jupiter  luego basílica cristiana por su planta cuadrangular (se aprecia bien en el ábside) enseguida los visigodos dedicaron la iglesia a san Gregorio VII el papa que luchó contra las investiduras el del castillo de Canosa. Vino san Bernardo y erigió un monasterio en aquellos parajes en la ribera del Duratón donde vivían muchos eremitas.  Estamos hablando de las circunscripciones de Cuevas de Provanco, Sacramenia, Aldeasoña, Tejares, los Castros, Torre Adrada, Sepúlveda. Pero los eremitorios debieron de ser arrasados en una de las muchas razzias como demuestran las adarajas que quedan en el lienzo de pared junto al arco ojival actualmente cementerio donde fueron inhumados muchos miembros de mi familia. El templo debió de ser de buena hechura.
El cimborrio no se ha caído ni tampoco la torre de san Gregorio. Los vanos del campanario arcos de medio punto parecen dos ojos fantasmales que vieron el discurrir de la vida de Fuentesoto. El pueblo antes estaba arriba. Hoy se reclina en torno a una fuente torrencial que da origen a la vega que riega los campos de Sacramenia y de Pecharromán.
Esta escalera de caracol enm el olvidado campanario creo que guarda el secreto del enigma templario y forma parte del carisma cisterciense, un secreto a muy poco revelados pero que en mis horas bajas de desaliento pienso que es signo de predestinación. Al fin y al cabo Dios no abandona a los que lucharon por Él y a los que nacieron vivieron y murieron a la sombra de la Cruz del Temple. Respice stellam voca Mariam. Yo no sé pero esta devoción a la Virgen que  me inculcaron de pequeño me ha sacado a lo largo de mis días de muchos atascos.



El día de san Bernardo los que, como yo, siguen la regla del Doctor Melifluo y abrazaron las constituciones de su monacato dentro del siglo se sienten un poco tristes. Es tristeza fin de siècle, llanto por nuestros pasos perdidos, tristeza de finales del verano, nostalgia celestial por el canto de aquellos monjes blancos con la cogulla negra resonando lejanos a través de  los valles de Europa. Son las voces anónimas de quienes siguieron la senda apartada del cantor de María, delicadas armonías del 20 de agosto.
Menguan los días, marchan las golondrinas pero los zarzales se encuentran llenos de fruto y la luz declinante baña de todos los colores el rosetón de la antigua iglesia del monasterio de Cardaba en Sacramenia cuyo claustro fue vendido a los norteamericanos y hoy puede visitarse en Nueva York. Subí varias ocasiones a su emplazamiento en el alto Manhattan cuando era corresponsal o bien acompañando a familiares y parientes venidos de España o llevado por la nostalgia de aquellos sillares de buena labra que contenían todo el carbono 14 y el polvo de aquellos andurriales que tantas veces recorrí de niño. Eché de menos el silencio monacal y esa vida anónima de los profesos que, muertos al mundo, sus pompas y vanidades, pasaron por esta vida sin dejar rastro salvo alguna que otra firma al dorso de alguna letra capitular miniada, un nombre o una fecha consignados al desgaire sobre algún que otro libro del armoriumo biblioteca capitular.
El monasterio debió de ser muy grande dadas las dimensiones de la bodega y del granero. En todas las actas la firma del padre cillero o ecónomo figura al lado de la del abad. Algo más de un centenar de monjes entre profesos y donados que hacían vida de comunidad total sin derecho a la privacidad ni a una celda conventual según la estricta regla de Claraval. Los cistercienses supusieron la reforma relajada a la regla de san Benito vigente en los dos grandes monasterios benedictinos: Cluny y Montecasino. Mantuvieron la cogulla negra pero el hábito y el cordón son blancos. Representan una norma más rigurosa de vida porque todo lo hacían en común. Carecían de privacidad. En los dos monasterios centrales de Citeux y Clairvaux la vida discurría a toque de campana. En la “Carta De Caridad” san Bernardo recomienda a sus hijos el trabajo manual como primordial y continencia.  La regla Bernardina vedaba a los monjes todo comercio con el bello sexo y la entrada en el claustro estaba prohibida. “Es más dificultoso vivir un hombre en compañía de mujeres sin ofensa a Dios que resucitar a un muerto”, escribe el Doctor Melifluo.
El intelectual viene en un segundo plano y se practica a la hora de tercia por monjes cualificados calígrafos que trabajan en el “scriptorium”. Los monjes benitos por su parte encargaban del trabajo de manois a los donados que eran verdaderos siervos de la gleba pero la norma del “ora et labora” es la misma. Otra de sus singularidades es el fervor marial. San Bernardo (extraño personaje, algunos de cuyos aspectos relevantes de su personalidad no han sido descubiertos) fue el gran cantor de María, una devoción que importaron los templarios de lñas cristiandades bizantinas. No hay que olvidar que el carisma cisterciense, siguiendo las pautas de su fundador, que predicó la segunda cruzada, pone a a sus hijos a los pies de la Virgen. Era su lema “mira a la estrella, invoca a María” y todos sus monasterios, situados en lugares apartados, en valles escondidos “in saltibus et campestribus” donde podían llevarse a cabo tareas agrícolas, lejos del mundanal ruido, siguiendo el curso del sol y la rotación de las estaciones.
Este monasterio de Sacramenia del que no queda cnada estaba ya en malas condiciones cuando a últimosd del siglo pasado lo visita el polígrafo malllorquón J. M. Quadrado y poco tiene que ver en su estructura que es la m´ças antiguas de las casas cisterciense con la grandiosidad de Veruela o el Oliva.
La orden cisterciense a primera vista es mucho más dificultosa que la benedictina lo que al correr de los siglos va a dar lugar a disputas internas entre frailes mitigados y observantes pero su expansión en unos pocos lustros a partir de 1098 cando se establece la primera fundación resulta un hecho que habría que calificar de milagroso. En menos de cincuenta años Europa desde Escocia a Portugal y desde Polonia y Suecia hasta el sur de Francia y Polonia surge una verdadera eclosión de cenobios. Esta eclosión monástica en el que prepondera el sello cristiano de la Europa medieval se compadece poco con la mentalidad lógica y hedonista del siglo XXI. No lo podemos entender pero la  cronología histórica del humano quehacer tiene que ver poco con el Divino Designio. El Espíritu sopla donde quiere y cuando quiere. Hasta el punto de que en este fenómeno topamos con lo inefable.
Se cree que el primer monasterio en la península ibérica fue el de Sacramenia (muralla sagrada significa el toponímico en latín) en Segovia consagrado en 1133 por doce monjes borgoñones. Algunos cronistas, sin embargo, sostienen que le precedió el convento de Moreruela. Le siguieron el de Osera emn Galicia, Valparaíso en Córdoba, Las Huelgas, Oliva, Fietero, Scala Dei, Veruela, el monasterio de Piedra y Poblet.
La disciplina monástica es más rigurosa que entre los benedictinos porque, amen de sus votos de humildad pobreza, estabilidad y obediencia, estaban obligados por la Carta de Caridad no sólo a amarse unos a otros sino también a soportarse de por vida. Conllevancia se llama esta figura. El quebrantamiento de esta norma podía derivar en penas de cárcel decretadas por el abad. En los monasterios había calabozos y celdas de castigo. Cuando la comunidad era convocada a capitulo cada uno de los religiosos había de hacer confesión pública de sus pecados. Otra nota relevante para los que querían alcanzar lña perfección era la supresión de la concupiscencia de los ojos y la sujeción  de la regla. El silencio es la vía de la paz interior.
Los monjes habían de cumplir taciturnidad y sólo podían hablar por señas. Todos los monasterios con esa simplicidad creativa constaban de una iglesia, un refectorio, varios claustros para los monjes profesos y otro para los donados o conversos, un caldario o  hipocausto (gloria) para calentarse, la cilla o granero, caballerizas y salón de aperos, enfermería y un cementerio. Pasaban la noche en dormitorios corridos, su descanso nocturno siendo interrumpido por el rezo de maitines, prima tercia y nona. Una forma de vida empuñando el azadón y el breviario. La ergasiomanía (ganarás el pan con el sudor de tu frente) no es para el monje una condena por el pecado de Adaán sino un instrumento de salvación   
Rezaban en una única iglesia y comían en un refectorio comunal, iban a trabajar al  campo en cuadrillas y estudiaban en el scriptorium (una gran sala al lado de la huerta) volcando su sabiduría sobre los códices haciendo correr el cálamo con buen pulso e infinita paciencia benedictina sobre el pergamino. Escribían con tinta negra y roja. Quehacer impersonal sin vanagloria. Fidelidad a un canon y un horario fijo.  Al tomar el hábito cisterciense hacían el voto de renunciar al “yo”. Este anonimato como regla de vida como muerte a las cosas del siglo, la supresión de cualquier prurito mundanal, es un dato sorprendente. En el claustro cisterciense se respiura un espíritu colectivo. Es lo coral total, que hace pensar en los koljós soviéticos o los kibutz israelíes.
Todos los días igual. Hacían guerra a las pasiones; dominaban sus apetitos, mortificaban sus carnes con ayunos y morían de muy viejos casi siempre delante de un retrato de la Virgen María que les abría las puertas del cielo. Ello forma parte del misterioso legado cisterciense que siempre me sedujo.
El que a dios tiene nada le falta aunque viva pobre como una rata y en el más estricto anonimato monacal. Buscaban el  paraíso en la tierra y la unión con el Altísimo mediante la plegaria litúrgica, el trabajo de manos, a tenor con los cánones de la Regla de san Benito mejorada por Bernardo de Claraval. Uno de los mayores santos que ha dado la Iglesia pero esa grandeza no le exime de la complejidad de su personalidad. El don de profecía forma parte del carisma cisterciense. Hay que tener en cuenta que vivió en un siglo de cambio. El feudalismo entre en crisis y los siervos de la gleba se desarraigan. Las predicaciones apocalípticas al grito de Dios lo quiere de Pedro Ermitaño habían dado pábulo a la creencia de que se acercaba el fin del mundo y en esa estructura mental mesiánica se produce el desplazamiento de gentes que quieren tomar Jerusalén para aguardar en la Ciudad Santa la Segunda Venida. Un disparate desde luego pero no hay que olvidar que Dios escribe al derecho con renglones torcidos y de ese espíritu de milicia celestial que pone a la hueste católica en movimiento se va a producir el espíritu de renovación espiritual que traen los monjes blancos, san Bernardo como buen francés cree en la verticalidad. El espíritu de su obra es simple calado en la línea recta.
Esos colores vitrales de la iglesia escondida en el valle de Sacramenia guardan muchos de mis recuerdos de niño cuando en cuadrillas acudíamos a la romería que se celebraba en el prado Boyal de Cárdaba la romería del santo fundador de los Monjes Blancos; garrafatinas, almendras de Alcalá, tiro al pato en las casetas, tambor y gaita. Inundaban el aire melodías de dulzainas. Los del pueblo, jota va jota, viene (¡arsa morena!) bailaban al santo hasta que antes de atardecido acababa el jolgorio y regresábamos a nuestras aldeas andando y casi en plena oscuridad entregados a la contemplación de la estrellería las noches de agosto que en la provincia de Segovia tienen un fulgor especial.  La llegada de los cistercienses a esta comarca cercana a Sepúlveda y a Sebulcro donde habitaban los ermitaños de los Siete Altares sepulvedanos o los morabitos de las Cuevas de Fuentesoto representó la fusión del antiguo monaquismo oriental con el ideal del monasterio benedictino de Occidente. Alfonso VII suprime el rfito mozárabe y adopta el calendario y el martirologio romano. Esta singularidad de las ermitas de san Vicente cerca de los pagos de Pecharromán y de la iglesia de san Gregorio en un cerro, de traza cuadrada, pero de nave ojival, no ha sido debidamente estudiada. Para mí representa la fusión de las tres culturas a la sombra de la cruz. Es el síndrome del carácter cisterciense concomitante a los templarios.  
Hace muchos años que no acudo al festejo en los predios sacramenios los muros sagrados del antiguo cenobio castellano y una de las primeras fundaciones cistercienses, situado entre Valtiendas y Pecharromán aguas debajo de un río que nace en Fuentesoto y al que aun no han puesto nombre solo se sabe que es afluente del Duratón. Flotan sobre el ambiente tristezas de despedida, nadie conoce los pasos ni los designios de dios por qué los muros sagrados se derrumbaron en el trajín de los siglos, de las guerras, las desamortizaciones, las leyes secularizadoras: ese ir y venir de la historia en el que no se percibe un rigor lógico. Es el caos de las pasiones humanas, el vórtice de la naturaleza inmisericorde con los débiles.
Si en Inglaterra pasó como un terremoto Cromwell que redujo a ceniza casi prácticamente la totalidad el patrimonio eclesiástico inglés, uno de los más ricos durante la edad media, en España un ministro por nombre Mendizábal pasó por estos ámbitos como la apisonadora. Por si fuera poco mamelucos y gabachos durante la francesada dieron buena cuenta de lo que quedaba.
Se quemaron  cosechas, pegaron fuego a varios pueblos como el de Santa Cruz en el alfoz de Fuentidueña y ardieron  conventos. Un furor revolucionario sacude la historia de tarde en tarde y agitando la tea iconoclasta acabó con estos muros consagrados. La casa matriz del Cister  y la propia orden que irradió por toda Europa una fuerza expansiva, cultural y constructora al grito de Dios lo quiere, impulso de las cruzadas, premonición del arte románico en el que Cristo se convierte en músico y arquitecto, un increíble y misterioso movimiento religioso y litúrgico en la primera y segunda mitad del siglo XII está hoy casi desparecida. El cenobio de Citeux donde cuando murió el fundador en 1153 residían en el claustro cerca de ochocientos monjes  la Bretaña francesa, en pleno valle de Claraval se convertiría en una de las penitenciarías inexpugnables de Francia, al igual que el monasterio de San Miguel de los Reyes en Valencia o el propio Chinchilla. Los edificios que un día fueron jardines de María – en mi obra Viva Claraval elogio de la vida contemplativa lo específico – se transforman en aulas de dolor–.  Eran  salas de Dios. ¡Qué ironía! El monasterio de Veruela en Soria le sirvió a Bécquer de inspiración para algunas de las historias de terror en las que se inicia el romanticismo como género literario al igual que toda una pléyade de cenobios cistercienses en Galicia (Celanova), Zamora (Moreruela), Palencia (Aula Dei), fantasmagóricos recintos abandonados. La regla Bernarda cambió el rostro de occidente desde el punto de vista religioso. En España el rito hispano visigótico de origen griego cede el sitio al rito romano. Los monjes blancos traen consigo el espíritu de cruzada y se transforman en soldados ocupando torres en la frontera. A partir de los cistercienses los cruzados impregnan Europa de un nuevo espíritu, que es el espíritu de frontera y de defensa de la cruz.
Otro aspecto es el afán repoblador. Plantan majuelos, roturan baldíos, siguiendo el precepto de san Benito ora et labora en el que inspira su regla san Bernardo. Los caldos del mejor vino del mundo el Vega Sicilia que se cría por estos pagos fueron una invención cisterciense. Los monjes trajeron esquejes de las viñas borgoñonas las cuales, trasplantadas a los valles del Duero, produjeron ese mosto superior.
Cardaba – la data de su consagración remonta a 1142– fue construida por musulmanes que fueron hechos prisioneros por Alfonso VII el Emperador y conducidos a Castilla como mano de obra. Es por esto por lo que en los valles de Sacramenia, Aldeasoña, Provanco y Peñafiel buena parte de la población es de origen morisco (también judía) que se mezcló con la autóctona de ascendencia romana o vaccea. Son los aportillados de Sacramenia a los que Alfonso X manumitió y les dio derecho a llevar armas y acudir a la guerra como soldados.
Sabemos que el primer abad era borgoñón y se llamaba Raimundo y que el último era un amigo del Empecinado que se tiró al monte y murió peleando con los franceses. Se llamaba fray Elías.
En 1835 son enajenados los predios de Cardaba y los compra un labrador rico de Pecharromán. Casi un siglo adelante 1925 el magnate Randolph Hearst los descubrió y decide adquirirlos con la intención de transportarlo piedra a piedra a los USA por cinco millones de pesetas. Los sillares marcados y ordenados fueron embarcados y transportados en un carguero a Estados Unidos.
Ocurre la gran crisis del 29 y los negocios de Hearst el magnate que inspiró al Ciudadano Kane de Orson Wells dio en quiebra y el cargamento permanece olvidado en una dársena del puerto neoyorquino. Unos estibadores al cabo de tres décadas descubren el contenedor y las piedras van a parar a Miami (el ábside) mientras el claustro se queda en un museo al norte de la Ciudad de los Rascacielos. En fin, todo un cúmulo de vicisitudes dignas de un apasionante thriller trama para ahormar una novela supositicia de fantaciencia.
De las piedras seculares emanó según cuentan una maldición que ocasionó la ruina del magnate de los grandes rotativos. Hearst había sido el culpable de que el gobierno yanqui declarara la guerra a España arrebatándonos el último florón del viejo imperio colonial. En connivencia con el almirante Simpson urdió la estratagema burda de la voladura del Maine. Murieron muchos de nuestros soldaditos como consecuencia del hambre y del tifus después del bloqueo a la isla por la poderosa escuadra norteamericana. Aquellas piedras monacales clamaron revancha contra el hundimiento del buque “Furor” mandado por Fernando Villamil el héroe astur que un 3 de julio de 1898 levó anclas a sabiendas que esta temeraria salida del puerto de Santiago firmaba su sentencia de muerte.
La ruina de aquel banquero  que en uno de sus múltiples viajes a Europa quiso comprarlo todo  yo me pregunto si la quiebra de aquel hombre de negocios no fue una venganza de los templarios después de la estratagema del Maine y la guerra de Cuba. Por lo visto. A veces la Providencia castiga sin piedra ni palo.
Curiosamente en la actualidad uno de los centros de florecimiento de la trapa cisterciense es California, Nueva York, Connecticut y Nuevo Méjico.
BALTASAR GRACIAN EL BIBILITANO

UN ACCITANO DE GUADIX Y UN CUENTO QUE RETRATA EL SIGLO XIX
Pedro Antonio de Alarcón El Clavo




Una de las situaciones pintorescas en las que sueña Pedro Antonio de Alarcón en sus nostálgicos y sentimentales cuentos en los que el lector añora Granada( Madrid la calle Atocha y Valdemoro donde residió) es subirse a una diligencia y encontrarse en la rotonda con la mujer de sus sueños. Donde menos se espera salta una aventura pero el humorismo sardónico nos deja con la miel en los labios porque la ínclita- el granadino las preferiría rubias y corpulentas, pecheras, entradas en carnes, algo donde agarrar- resulta una damita muy pudibunda, treinta años, bonitos dientes, hoyuelos en las mejilla, escote alto y un libro en la mano, quizás una novela "cuyo héroe podría parecerse a mí (pues no pide usted nada, don Pedro Antonio), elegante damisela y sola- o viaja en busca de su marido, es una puta o una asesina.

El novelista sabe jugar con las situaciones delirantes y atrapando el interés del lector le lleva al huerto pero no hay tal huerto sino una situación bufa. Nuestros antepasados del siglo XIX trataban de ligar en los carruajes de posta. Antes del primer relevo donde estaba la posada del encuarte ya había declarado sus amores. En lo alto del pescante el postillón chascaba la tralla. Se tardaban dos días y medio desde Gijón a Madrid parada en la venta la Tuerta en León, Ataquines, media hora. El viaje a Granada era más peligroso por el aliciente de los bandidos al acecho por Sierra Morena. Estos escritores románticos poco se preocupan del paisaje, tampoco demasiado del paisanaje. El mayoral látigo en ristre para aguantar el frío y las tropelías del camino al bajar Despeñaperros (aquel carretero madre… quede amores me habló etc.), pasado Torrejón, el automedonte se había metido entre pecho y espalda una azumbre de aguardiente y reforzado su lenguaje con un repertorio de delirantes cagamentos. Juras más que un carretero. Para cojurar el aburrimiento o el miedo el cochero se echaba cuatro cantes. Coplas y más coplas. Veredas y más veredas.

-¿Vas de recua?

-Sí a Sanlucar por ver al Duque.

Las mulas eran todas aragonesas más resistentes pero zainas y cabezonas que tú no veas. El camino pedía aventura, reclamaba sobresaltos y daba alguna coz, un golpe inesperado. Los niños del siglo XIX no querían ser pilotos ni bomberos, querían ser delanteros de diligencia y guiar un convoy de mulillas trotonas haciendo sonar los cascabeles de sus colleras. A par de la calesa y sobre una yegua cordobesa a modo de vigilante solía cabalgar un mozo de espuela con un trabuco o una escopeta a la grupa, y que le iba advirtiendo al que guiaba de las incidencias y vericuetos del camino y si el carruaje cargaba trasero o delantero. Manolo tensa las riendas. Pese a las prevenciones las diligencias hacían molino porque se rompía una ballesta o se desbocaba alguno de los jumentos de la recua. Tenía que venir el herrero del pueblo más próximo. Era la desesperación pero Menéndez y Pelayo en el itinerario que va entre la Puerta del Sol y Puerto Chico solía leerse diez libros mientras se fumaba una caja de puros.

Si a la señora se le antojaba hacer pipi, ningún problema: con alzarse las enaguas y empotrar las nalgas en un sillico oculto bajo el asiento y a soltar el chorro o lo otro por la bacinilla coprónica, pues no tenía que hacer cola en los lavabos, así se hacía el avío del cagar y mear sina apearse; todo marchaba sobre ruedas. En estos viajes se trababan amistades que duraban de por vida, se contaban historias difíciles de olvidar y algunos incluso encontraban con la mujer de sus sueños. Don Pedro Antonio por lo que parece no pero otros galanes tenían más suerte. En las diligencias se moría la gente, nacían niños y se hacía el amor.

Comodidades e inconveniencias del romanticismo. En las fondas esperaban los chinches, el candil de sebo y alguna Trotaconventos a la que se podía hacer un favor por unos pocos patacones o un maravedí, porque entonces al no haber puticlubs el alterne buscaba sus sitios estratégicos en las ventas como las de Bembibre a pelo o al ajo arriero que en un recodo cuatro bandidos salieron, reza la canción, pues a Bembibre iremos todos como buenos compañeros. Había mesones y ventas que eran famosas en toda España desde el siglo XVI. Allí nació la novela picaresca y el romanticismo. Bécquer era también un apasionado de una diligencia a Soria que cruzaba media meseta.

La vida acaso tuviera otro sabor más fuerte que ahora. Pero los olores eran parecidos. Olor a tierra mojada, olor a mujer y olor a tinta fresca del papel recién salido de la imprenta- Alarcón quiso ser cura, luego militar pero acabó en periodista. Le aguardaba la probe menesterosa existencia de casi todos los escritores en su profético quehacer desagradecido. De muchos de sus contemporáneos ya nadie se acuerda pero sobre los sueños de estos artistas pergeñados en papel escribe la posterioridad. Ninguna riqueza mayor que la del espíritu. La vida de un poeta suele repetirse en unos y otros. No trasciende su labor ni son reconocidos en su trabajo aunque haya pocos menesteres en el mundo que proporcionen tantas satisfacciones interiores y aporten, inherente. Una grandeza interior que sólo conocen unos pocos. Tanta dignidad de hombre no cabe en estos seres olvidados a solas en su habitación amanuenses, pendolistas, cazadores de historias y de sueños, cálamo en ristre.

Ya Stalin los llamaba ingenieros del alma. En la antigua URSS era un gremio que gozó de ciertas perspectivas de futuros al igual que en los tiempos del franquismo (nunca se publicó tanto ni tan bueno en España como el periodo 1938-1975.) Entonces podría haber censura previa. Ahora hemos vuelto a las horcas caudinas de la Inquisición globalizada y universalista. Puedes publicar un libro pero no distribuirlo, nadie lo comentará en los medios si contiene apostillas al Régimen. Los medios de comunicación, las editoriales perroneras se hallan en manos de los enemigos de Cristo.

Así buenos novelistas y poetas quedan preteridos, fuera del juego, sometidos a una conspiración de silencio. Es la ley del silencio Estos que se proclaman demócratas ["nosotros somos demócratas… demócratas sí pero para vosotros mismos con la ley del embudo en la mano*] no dejan pasar una. Imponen el trágala del pensamiento único, políticamente correcto. Oye no te pases. Y te exhiben la argucia de las leyes de la oferta y la demanda que ellos controlan: el marketing.

Han capado el ingenio, mandaron al ostracismo a los escritores de inspiración y talento que son suplantados por la morralla informativa y los lameculos del Régimen, prácticos del auto bombo, estómagos agradecidos. Los elegidos de la musa están mucho peor que sus antepasados que eran gente de rumbo aunque por poco dinero y solían vivir en la plaza. Sus sucesores llevan vida de forzados en las ergástulas del anonimato. Es lo peor que le puede ocurrir a un literato: que le digan tú no existes. Dijo Larra escribir en España es llorar. Hoy a las plañideras les ahogan el grito con un sistema de cencerros tapados. Espronceda, Mesonero Romanos, Zorrilla, Bécquer, el propio Alarcón murieron en la indigencia pero gozaron de mucha fama y lograron publicar. Hoy no lo conseguirían y con decir que el Nobel se lo dieron a Vargas Llosa ya está todo dicho.

Pedro Antonio de Alarcón en su existencia terrenal pegó bastantes tumbos y rebotes. De anarquista empedernido se proclamó fiel vasallo de los borbones y anticlerical furibundo acabó besando la mano a todos los obispos y arzobispos. ¿Por mor de los garbanzos? Toda su obra rezuma melancolía, la tristeza y resignación de un ex seminarista que hubo de renunciar al sacerdocio porque murió la señora que le pagaba la beca. La perversa educación sentimental, los evidentes traumas sexuales del escritor destellan a lo largo de su obra. Ponía a todas las mujeres en un pedestal, idealizaba el amor porque lo iniciaron en la utopía pero a la vuelta de la esquina aguardaba el desengaño. De aquellas veneras emocionales estas romerías, estos fracasos y ridículos. Le van a pegar las mujeres muchas tortas. Estos románticos eran todos un poco salidos pero al final resultan unos pardillos. No se puede andar de esa manera por el mundo so pena de que el mihura del destino te sacuda no pocos revolcones y bajonazos.

En "Las cartas de un testigo de la guerra de África", "El sombrero de tres picos" o "El Escándalo" entreverada con una cierta ingenuidad no exenta de ironía resplandece la maestría noveladora de este accitano- era de Guadix el pueblo más viejo de España en la hermosa Penibética y cerca de la carena de Peña Nevada al igual que don Pedro Aparicio que fue mi maestro de periodismo- se advierte junto la fecundidad y variedad de los argumentos el saber llevar el plot.

"El Clavo", una historia corta, o una "esdacha" de rancio sabor ruso es todo un thriller digno de Edgar Alan Poe, cuento algo macabro: una calavera encontrada en un cementerio sevillano que tenía clavada una punta en el hueso coronal. Del hilo al ovillo y por un clavo se perdió una herradura y por una herradura se perdió un caballo y por un caballo se perdió la guerra. Resulta que la mujer que encuentra en el trayecto Málaga Granada el enamoradizo narrador, una tal Gabriela Zahara del Valle era la culpable de aquella calavera y aquel clavo que ríen la danza macabra de la muerte en un osario. Había dado muerte inducida por el amante a su esposo. Resulta que el que la cortejaba era el propio juez de instrucción que, sin saberlo, y tras ciertas pesquisas periciales en una visita al camposanto de autos, la condena a muerte. La rea confiesa su culpabilidad al tiempo que su amor por el hombre que la juzgaba. A mediados del siglo XIX con el romanticismo en su apogeo tales situaciones tan inverosímiles hoy dificilmente podían darse. Gabriela sube al patíbulo y al letrado que dictó sentencia lo destinan a la Audiencia de la Habana. A la sazón el feminismo no había asomado la oreja. Quiso la fatalidad que aquel crimen que fue descubierto por un procedimiento de rutina ocurriera en 1843 en la persona de Alfonso Gutiérrez del Romeral y parece basado en un hecho real. Tras cornudo apaleado. El juez que entendió la causa y dictó sentencia decía llamarse Tomás Zarco. He aquí una novela corta de acción trepidante. La misoginia de don Pedro Antonio sale a relucir. No se fiaba demasiado de las damiselas de las que se declaraba rendido amador en los trayectos del coche de postas., fue infeliz en su matrimonio. Se le murió un hijo adolescente. Este alpujarreño fue para muchos de nosotros uno de los escritores preferidos de nuestra adolescencia. Sus libros era una invitación a recorrer mundos fantásticos. Te hacían soñar. Hoy yacen en el olvido. Fueron bestsellers en su época; Alarcón fue el escritor más vendido con Fernán Caballero. Algún día volverá a ser reconocido cuando pase esta mala racha de críticos modorros, faltos de gusto y cursis anglosajones. Que han sustituido a los petimetres a la violeta afrancesados de hace dos siglos y a Paris por London. Hoy mandan en este corral con tufos de gallinero los anglos. Parece mentira que una literatura tan hermosa como la española, tan rica, tan human, sea desdeñada por los que se empeñan en pensar y en escribir en inglés y lo hacen mal porque ni galgos ni perdigueros. Sea desconocida por las nuevas generaciones, una artimaña del sionismo. Dios sabrá si son mastines o son podencos. "El Clavo" en resumidas cuentas es una pequeña obra maestra


EBURNEA SEGOVIENSIS LA CATEDRAL DE SEGOVIA


LA CATEDRAL DE SEGOVIA EN LA LITERATURA

 

La catedral está bien situada (leemos al comienzo de la novela de Jesús Fernández Santos “Las catedrales”), en el lugar más alto de la ciudad. Es la segunda que alzó el cabildo. La primera estuvo asentada en lugar más bajo y menos protagonista y, además, estorbaba el ardor guerrero del alcázar”. Gótico tardío como gustaba de llamarla Umbral. Constituye junto con la de Oviedo y la de Salamanca el último suspiro de la arquitectura medieval. Las tres diseñadas por Gil de Hontañón Pero la de Segoviana turris ebúrnea es la más alta de toda. Su cimborrio puede otearse los días claros a cien kilómetros. Son cuatrocientos treinta escalones desde la base al campanario. Imponente mole.  Su erección, comenzada después de ser destruida la anterior en la guerra de las Comunidades, costó sesenta muertos de todos los oficios albañiles carpinteros fumistas vidrieros talabarteros e incluso un canónigo se ahorcó era el limosnero (no le salían las cuentas al hacer el arqueos), vio bajar al sepulcro y ser coronados a diez obispos, recibió victoriosa las banderas de Flandes, lloró a muchos muertos. Campanas de gloria y misas de réquiem de todo hubo. Convidado de piedra y testigo mudo del paso de ocho generaciones Detrás de estos hermosos edificios se oculta una historia de afanes, pleitos, dilaciones, obreros que fallecían al caerse del andamio, canónigos fabriqueros que la palmaban a causa de un berrinche con los capataces, encargados que desaparecían con el dinero del cepillo de las ánimas, paros en la construcción por falta de presupuesto. Un ir y venir. Doscientos años en la vida de una ciudad de para muchos encuentros y desencuentros —Notre Dame de Paris tardó algo más y la construcción de la catedral de Lincoln llevó tres siglos— y este es el punto de arranque de esta excelente novela. La iglesia mayor de Segovia dedicada a Santa María es cifra y compendio de esa catolicidad titánica de nuestros ancestros. La jerarquía inspiró de la mano de la tradición y de la escritura pero quien puso manos a la obra fue el pueblo. Aquella Europa de las catedrales quiso edificar la ciudad de Dios, arduo empeño que se llevó por delante muchas vidas.

En lo alto de la torre allí donde se abren los cuatro ventanos vivía el campanero con su familia: la madre, el padre, Inés y Agustinillo al que pegaron un tiro en el Cerro Matabueyes; una familia con sus aperos de labranza, los cacharros de cocinar, la lumbre y las trébedes y hasta un cerdo que mataban por san Andrés.

Fernández Santos sitúa la acción durante la guerra civil cuando la torre catedralicia era un centro de vigilancia a los aviones. Un radar que escudriñaba los horizontes de la Mujer Muerta y Siete Picos.

El libro debe de ser autobiográfico pues la familia del escritor se refugió en la Ciudad del Acueducto al venir el Movimiento. Describe el fervor con qué se subió en procesión a la Virgen de la Fuencisla desde el santuario para evitar que los “otros” entrasen y supone que tal vez a esta intercesión milagrosa se evitó la destrucción de la milenaria urbe romana.

Encontré en las páginas de esta novela enigmática retazos de mi infancia mirando siempre para aquella catedral totémica con un campanario que eran cuatro ojos miraderos de una suprema atalaya.

A Fernández Santos lo conocí en el café Gijón allá por el año 93, iba por el sexto gintonic decía que tenía dolores y la ginebra le calmaba. El y yo, más sobrio que un fiscal, compartimos los dos recuerdos de la Dama de las Catedrales.

Uno fue monaguillo o seise de la santa iglesia catedral, sotana roja con esclavina roquete blanco las mangas perdidas de cera. Me dejaron entrar porque me sabía de memoria el “confiteor”. Fueron las oposiciones más fáciles y agradables que hice en mi vida.

Toda una serie de personajes de la vida real que conocimos — S. Santos alarga el catalejo desde su atalaya en lo alto y trata de encontrar el pulso vital de Segovia c. 1937 como Clarín describe el Oviedo del finiseculo del XIX — y ahí nos encontramos a don Cristino el archivero toda una vida leyendo y tomando apuntes para preparar un libro sobre la historia del cabildo. He aquí que se acuesta una noche decidido a emprender la tarea y a la mañana siguiente amanece sin memoria, victima del alzheimer. Don Cristino nunca publicó sus memorias.

O al deán Fernando Revuelta el amigo del general Varela al cual le apasionaba la Historia de los Heterodoxos de Menéndez y Pelayo aunque no tanto como los automóviles y las carreras de motos, sobre todo el biscuter, que estaban probando en la fábrica de Caretas y el SEAT 600. Un día en la sacristía mientras se desvestía, al cabo de una misa pontifical, le pregunté a bocajarro al señor deán:

— ¿Por que no se usted echa coche don Fernando?

—Niño — dijo— ¿para qué quiero coche si no tengo para gasolina? Soy un cura pobre

Y era verdad; el cabildo y el obispado eran riquísimos en bienes raíces casas pinares huertas pero sin apenas liquidez; a muchos canónigos en cuanto si les llegaba para mantenerse con la prestamera del beneficio.

Leyendo este hermoso libro a ratos melancólico, otras procaz, (podían ocurrir muchas cosas al subir los cuatrocientos y pico escalones de la escalera de caracol, que también allí el diablo se esconde por los rincones, aunque un letrero a la entrada del claustro lo exprimiese bien tajante: “pena de excomunión para el que en este sagrado recinto tenga pensamientos impuros o haga actos deshonestos”) he recuperado el niño y adolescente que fui.

Toda una familia vivía arriba con sus gallinas, el cerdo en la cohorte, y el aceite hirviendo en la perola donde la madre freía torreznillos.

Luego, cuando pusieron luz eléctrica, no hubo necesidad de campanero. Colocaron abajo el telefonillo y las campanas repicaban solas, accionando el interruptor de un circuito electrónica desde la sacristía.

Ya no fue necesario que el señor Sebastián aquel morañero pequeñito pero recio - me parece que era de Abades,-  el sacristán, todo un atleta,  ágil como una ardilla (eso yo lo he visto) trepase por la cuerda que colgaba de lo alto de la bóveda y gateara hasta arriba.

Una vez en la cúspide, desenrollaba la cuerda del badajo que estaba enroscada.  Luego descendería sus cincuenta y tantos metros descolgándose por la maroma con habilidad, y tan pichi. Aquello parecía un número de circo.

Los esculcas desde la atalaya en tiempo de guerra avisaban de la inminencia de un bombardeo pero la fuerza de Riquelme con los internacionales no pasó del Cerro Matabueyes. Allí estaba la Virgen de la Fuencisla cerrando el paso. Nombraronla capitana generala.

Fueron contenidos por la infantería del general Varela, que me parece que era algo amigo del deán, Allí fue donde le sacudieron un tiro a Agustinillo. Ese es uno de los ejes de marcha del argumento de esta novela sin tratamiento lineal sino a saltos siguiendo el esquema de la narrativa moderna donde los hechos reales se entreveran con los flujos de conciencia.

Subieron en procesión a la Patrona desde su santuario. La catedral era un hormiguero de gente y su torre un pararrayos.  Cumplió su misión estratégica.

Hoy ya no hay gallinas en el último piso. El campanario se ha convertido en un centro de atracción turística que ofrece las mejores vistas de la ciudad. ¡Viva la concordia y la paz aunque no vaya tanta gente a misa!

2017-04-15

SABADO DE GLORIA LITURGIA PASCUAL


Benedictio ignis
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Orémus.
Deus, qui per Fílium tuum, angulárem scílicet lápidem, claritátis tuæ ignem fidélibus contulísti: prodúctum e sílice, nostris profutúrum úsibus, novum hunc ignem sanctí  fica: et concéde nobis, ita per hæc festa paschália cœléstibus desidériis inflammári; ut ad perpétuæ claritátis, puris méntibus, valeámus festa pertíngere. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.
R. Amen.
1
The Blessing of the New Fire
V. The Lord be with you.
R. And with thy spirit.
Let us pray.
O God, Who hast bestowed on the faithful the fire of Thy brightness by Thy Son, Who is the Cornerstone, hallow this new fire produced from a flint that it may be profitable to us: and grant that during this Paschal festival we may be so inflamed with heavenly desires, that with pure minds we may come to the solemnity of perpetual light. Through the same Christ our Lord.
R. Amen.
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De benedictione cerei Paschalis
Christus heri et hódie,
Princípium et Finis,
Alpha
et Omega;
Ipsíus sunt témpora
et sǽcula;
Ipsi gloria et imperium
per universa æternitátis sǽcula. Amen.
Per sua sancta vúlnera
gloriósa
custódiat
et consérvet nos
Christus Dóminus. Amen.
Lumen Christi glorióse resurgéntis
Díssipet ténebras cordis et mentis.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Orémus.
Véniat, quǽsumus, omnípotens Deus, super hoc incénsum céreum larga tuæ bene  dictiónis infúsio: et hunc noctúrnum splendórem invisíbilis regenerátor, inténde; ut non solum sacrifícium, quod hac nocte litátum est, arcána lúminis tui admixtióne refúlgeat; sed in quocúmque loco ex huius sanctificatiónis mystério aliquid fúerit deportátum, expúlsa diabólicæ fraudis nequítia, virtus tuæ maiestátis assístat. Per Christum Dóminum nostrum.
R. Amen.
2

The Blessing of the Paschal Candle
Christ yesterday and today
The Beginning and End
Alpha
and Omega.
His are the times
and the ages.
To Him be glory and empire
through all eternal ages.
Through His holy
and glorious wounds
may Christ the Lord
preserve
and keep us. Amen.
May the light of Christ, gloriously risen
Dispel the darkness of the heart and mind.
V. The Lord be with you.
R. And with thy spirit.
Let us pray.
May the abundant outpouring of Thy  blessing, we beseech Thee, almighty God, descend upon this incense: and do Thou, O invisible Regenerator, lighten this nocturnal brightness, that not only the sacrifice that is offered this night may shine by the secret mixture of Thy light: but also into whatever place anything of this mysterious sanctification shall be brought, there the power of Thy Majesty may be present and all the malicious artifices of Satan may be defeated. Through Christ our Lord.
R. Amen.
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De solemni processione
V. Lumen Christi.
R. Deo grátias.
V. Lumen Christi.
R. Deo grátias.
V. Lumen Christi.
R. Deo grátias.
3

The Procession with the Paschal Candle
V. The light of Christ.
genuflects toward the Paschal candle, singing in response:
R. Thanks be to God.
V. The light of Christ.
R. Thanks be to God.
V. The light of Christ.
R. Thanks be to God.
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De præconio paschali
Iube, domne, benedícere.
Dóminus sit in corde tuo, et in lábiis tuis, ut digne et competénter annúntiem suum paschále præcónium: in nómine Patris, et Fílii,  et Spíritus Sancti.
Amen.

Exsúltet iam Angélica turba coelórum: exsúltent divína mystéria: et pro tanti Regis victória tuba ínsonet salutáris. Gáudeat et tellus tantis irradiáta fulgóribus: et ætérni Regis splendóre illustráta, totíus orbis se séntiat amisísse calíginem. Lætétur et mater Ecclésia, tanti lúminis adornáta fulgóribus: et magnis populórum vócibus hæc aula resúltet. Quaprópter astántes vos, fratres caríssimi, ad tam miram huius sancti lúminis claritátem, una mecum, quæso, Dei omnipoténtis misericórdiam invocáte. Ut, qui me non meis méritis intra Levitárum númerum dignatus est aggregáre: lúminis sui claritátem infúndens, Cérei huius laudem implére perfíciat. Per Dominum nostrum Iesum Christum, Fílium suum: qui cum eo vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus: Per omnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum Spíritu tuo.
V. Sursum corda.
R. Habémus ad Dóminum.
V. Grátias agámus Dómino Deo nostro.
R. Dignum et iustum est.
Vere dignum et iustum est, invísibilem Deum Patrem omnipoténtem Filiúmque eius unigénitum, Dominum nostrum Iesum Christum, toto cordis ac mentis afféctu et vocis ministério personáre. Qui pro nobis ætérno Patri Adæ débitum solvit: et véteris piáculi cautiónem pio cruóre detérsit. Hæc sunt enim festa paschália, in quibus verus ille Agnus occíditur, cuius sánguine postes fidelium consecrántur. Hæc nox est, in qua primum patres nostros, fílios Israël edúctos de Ægýpto, Mare Rubrum sicco vestígio transire fecísti. Hæc ígitur nox est, quæ peccatórum ténebras colúmnæ illuminatióne purgávit. Hæc nox est, quæ hódie per univérsum mundum in Christo credéntes, a vítiis sǽculi et calígine peccatórum segregátos, reddit grátiæ, sóciat sanctitáti. Hæc nox est, in qua, destrúctis vínculis mortis, Christus ab ínferis victor ascéndit. Nihil enim nobis nasci prófuit, nisi rédimi profuísset. O mira circa nos tuæ pietátis dignátio! O inæstimábilis diléctio caritátis: ut servum redimeres, Fílium tradidísti! O certe necessárium Adæ peccátum, quod Christi morte delétum est! O felix culpa, quæ talem ac tantum méruit habére Redemptórem! O vere beáta nox, quæ sola méruit scire tempus et horam, in qua Christus ab ínferis resurréxit! Hæc nox est, de qua scriptum est: Et nox sicut dies illuminábitur: Et nox illuminátio mea in deliciis meis. Huius ígitur sanctificátio noctis fugat scélera, culpas lavat: et reddit innocéntiam lapsis et mæstis lætítiam. Fugat ódia, concórdiam parat et curvat impéria.
In huius ígitur noctis grátia, súscipe, sancte Pater, incénsi huius sacrifícium vespertínum: quod tibi in hac Cérei oblatióne solémni, per ministrórum manus de opéribus apum, sacrosáncta reddit Ecclésia. Sed iam colúmnæ huius præcónia nóvimus, quam in honórem Dei rútilans ignis accéndit. Qui licet sit divísus in partes, mutuáti tamen lúminis detriménta non novit. Alitur enim liquántibus ceris, quas in substántiam pretiósæ huius lámpadis apis mater edúxit. O vere beáta nox, quæ exspoliávit Ægýptios, ditávit Hebrǽos! Nox, in qua terrénis cæléstia, humánis divína iungúntur.
Orámus ergo te, Dómine: ut Céreus iste in honórem tui nóminis consecrátus, ad noctis huius calíginem destruéndam, indefíciens persevéret. Et in odórem suavitátis accéptus, supérnis lumináribus misceátur. Flammas eius lúcifer matutínus invéniat. Ille, inquam, lúcifer, qui nescit occásum. Ille, qui regréssus ab ínferis, humáno géneri serénus illúxit. Precámur ergo te, Dómine: ut nos fámulos tuos, omnémque clerum, et devotíssimum pópulum: una cum beatíssimo Papa nostro N., et Antístite nostro N., quiéte témporum concéssa, in his paschálibus gáudiis, assídua protectióne régere, gubernáre et conserváre digneris. Réspice étiam ad eos, qui nos in potestáte regunt, et, ineffábili pietátis et misericórdiæ tuæ múnere, dírige cogitatiónes eórum ad iustítiam et pacem, ut de terréna operositáte ad cæléstem pátriam pervéniant cum omni populo tuo. Per eúndem Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum: Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus: per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
4

The Singing of the Paschal Proclamation
Sir, give me Thy blessing.
C. May the Lord be on thy heart and on thy lips, that thou mayest worthily and fittingly proclaim His Paschal praise.
R. Amen.
Let the angelic choirs of Heaven now rejoice; let the divine Mysteries rejoice; and let the trumpet of salvation sound forth the victory of so great a King. Let the earth also rejoice, made radiant by such splendor; and, enlightened with the brightness of the eternal King, let it know that the darkness of the whole world is scattered. Let our mother the Church also rejoice, adorned with the brightness of so great a light; and let this temple resound with the loud acclamations of the people. Wherefore I beseech you, most beloved brethren, who are here present in the wondrous brightness of this holy light, to invoke wtih me the mercy of almighty God. That He who has vouchsafed to admit me among the Levites, without any merits of mine, would pour forth the brightness of His light upon me, and enable me to perfect the praise of this wax candle. Through our Lord Jesus Christ His Son, Who with Him and the Holy Ghost liveth and reigneth one God for ever and ever. R. Amen.
V. The Lord be with you.
R. And with thy spirit.
V. Lift up thy hearts.
R. We have them lifted up to the Lord.
V. Let us give thanks to the Lord our God..
R. It is meet and just.
It is truly meet and right to proclaim with all our heart and all the affection of our mind, and with the ministry of our voices, the invisible God, the Father almighty, and His only-begotten Son our Lord Jesus Christ, who repaid for us to His eternal Father the debt of Adam, and by the merciful shedding of His Blood, cancelled the debt incurred by original sin. For this is the Paschal Festival; in which that true Lamb is slain, with Whose Blood the doorposts of the faithful are consecrated. This is the night in which Thou didst formerly cause our forefathers, the children of Israel, when brought out of Egypt, to pass through the Red Sea with dry foot. This, therefore, is the night which dissipated the darkness of sinners by the light of the pillar. This is the night which at this time throughout the world restores to grace and unites in sanctity those that believe in Christ, and are separated from the vices of the world and the darkness of sinners. This is the night in which, destroying the chains of death, Christ arose victorious from the grave. For it would have profited us nothing to have been born, unless redemption had also been bestowed upon us. O wondrous condescension of Thy mercy towards us! O inestimable affection of love: that Thou mightest redeem a slave, Thou didst deliver up Thy Son! O truly needful sin of Adam, which was blotted out by the death of Christ! O happy fault, that merited to possess such and so great a Redeemer! O truly blessed night, which alone deserved to know the time and hour when Christ rose again from hell! This is the night of which it is written: And the night shall be as clear as the day; and the night is my light in my delights. Therefore the hallowing of this night puts to flight all wickedness, cleanses sins, and restores innocence to the fallen, and gladness to the sorrowful. It drives forth hatreds, it prepares concord, and brings down haughtiness.
Wherefore, in this sacred night, receive, O holy Father, the evening sacrifice of this incense, which holy Church renders to Thee by the hands of Thy ministers in the solemn offering of this wax candle, made out the work of bees. Now also we know the praises of this pillar, which the shining fire enkindles to the honor of God. Which fire, although divided into parts, suffers no loss from its light being borrowed. For it is nourished by the melting wax, which the mother bee produced for the substance of this precious light. O truly blessed night, which plundered the Egyptians and enriched the Hebrews! A night in which heavenly things are united to those of earth, and things divine to those which are of man.
We beseech Thee, therefore, O Lord, that this wax candle hallowed in honor of Thy Name, may continue to burn to dissipate the darkness of this night. And being accepted as a sweet savor, may be united with the heavenly lights. Let the morning star find its flame alight. That star, I mean, which knows no setting. He Who returning from hell, serenely shone forth upon mankind. We beseech Thee therefore, O Lord, that Thou wouldst grant peaceful times during this Paschal Festival, and vouchsafe to rule, govern, and keep with Thy constant protection us Thy servants, and all the clergy, and the devout people, together with our most holy Father, Pope N., and our Bishop N.. Have regard, also, for those who reign over us, and, grant them Thine ineffable kindness and mercy, direct their thoughts in justice and peace, that from their earthy toil, they may come to their heavenly reward with all Thy people. Through the same Jesus Christ, Thy Son, our Lord, who with Thee liveth and reigneth in the unity of the Holy Ghost, God: World without end. R.Amen.
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De lectionibus
In principio creavit Deus cælum et terram. Terra autem erat inanis et vacua, et tenebræ erant super faciem abyssi: et Spiritus Dei ferebatur super aquas. Dixitque Deus: Fiat lux. Et facta est lux. Et vidit Deus lucem quod esset bona: et divisit lucem a tenebris. Appellavitque lucem Diem, et tenebras Noctem: factumque est vespere et mane, dies unus. Dixit quoque Deus: Fiat firmamentum in medio aquarum: et dividat aquas ab aquis. Et fecit Deus firmamentum, divisitque aquas quæ erant sub firmamento, ab his quæ erant super firmentum. Et factum est ita. Vocavit Deus firmamentum Cælum: et factum est vespere et mane, dies secundus. Dixit vero Deus: Congregentur aquæ, quæ sub cælo sunt, in locum unum: et appareat arida. Et factum est ita. Et vocavit Deus aridam, Terram, congregationisque aquarum appellavit Maria. Et vidit Deus quod esset bonum. Et ait: Germinet terra herbam virentem, et facientem semen, et lignum pomiferum faciens fructum iuxta genus suum, cuius semen in semetipso sit super terram. Et factum est ita. Et protulit terra herbam virentem, et facientem semen iuxta genus suum, lignumque faciens fructum, et habens unumquodque sementem secundum speciem suam. Et vidit Deus quod esset bonum. Et factum est vespere et mane, dies tertius. Dixit autem Deus: Fiant luminaria in firmamento cæli, et dividant diem ac noctem, et sint in signa et tempora, et dies et annos: ut luminent terram. Et factum est ita. Fecitque Deus duo luminaria magna: luminaria maius, ut præesset diei, et luminarie minus, ut præesset nocti: et stellas. Et posuit eas in firmamento cæli, ut lucerent super terram, et præessent diei ac nocti, et dividerent lucem ac tenebras. Et vidit Deus quod esset bonum. Et factum est vespere et mane, dies quartus. Dixit etiam Deus: Producant aquæ reptile animæ viventis, et volatile super terram sub firmamento cæli. Creavitque Deus cete grandia, et omnem animam viventem atque motabilem, quam produxerant aquæ in species suas, et omne volatile secundum genus suum. Et vidit Deus quod esset bonum. Benedixitque eis, dicens: Crescite, et multiplicamini, et replete aquas maris: avesque multiplicentur super terram. Et factum est vespere et mane, dies quintus. Dixit quoque Deus: Producat terra animam viventem in genere suo: iumenta, et reptilia, et bestias terræ secundum species suas. Factumque est ita. Et fecit Deus quod esset bonum, et ait: Faciamus hominem ad imaginem et similitudinem nostram: et præsit piscibus maris, et volatilibus cæli, et bestiis, universæque terræ, omnique reptili quod movetur in terra. Et creavit Deus hominem ad imaginem suam: ad imaginem Dei creavit illum, masculum et feminam creavit eos. Benedixitque illis Deus, et ait: Crescite et multiplicamini, et replete terram, et subiicite eam, et dominamini piscibus maris, et volatilibus cæli, et universis animantibus, quæ moventur super terram. Dixitque Deus: Ecce dedi vobis omnem herbam afferentem semen super terram, et universa ligna quæ habent in semetipsis sementum generis sui, ut sint vobis in escam: et cunctis animantibus terræ, omnique volucri cæli, et universis, quæ moventur in terra, et in quibus est anima vivens, ut habeant ad vescendum. Et factum est ita. Viditque Deus cuncta quæ fecerat: et erant valde bona. Et factum est vespere et mane, dies sextus. Igitur perfecti sunt cæli et terra, et omnis ornatus eorum. Complevitque Deus die septimo opus suum quod fecerat: et requievit die septimo ab universo opere quod patrarat.

Oremus.
V. Flectamus genua.
R. Levate.
Deus, qui mirabiliter creasti hominem, et mirabilius redemisti: da nobis, quæsumus, contra oblectamenta peccati, mentis ratione persistere; ut mereamur ad æterna gaudia pervenire.
Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
5

The Readings
In the beginning, God created heaven and earth. And the earth was void and empty, and darkness was upon the face of the deep: and the Spirit of God moved over the water. And God said: Be light made. And light was made. And God saw the light that it was good: and He divided the light from the darkness. And He called the light Day, and the darkness Night: and there was evening and morning, one day. And God said: Let there be a firmament made amidst the waters: and let it divide the waters from the waters. And God made a firmament, and divided the waters that were under the firmament from those that were above the firmament. And it was so. And God called the firmament Heaven: and the evening and morning were the second day. God also said: Let the waters that are under the heaven be gathered together into one place; and let the dry land appear. And it was so done. And God called the dry land Earth: and the gathering together of the waters He called Seas. And God saw that it was good. And He said: Let the earth bring forth his green herb, after its kind, which may have seed in itself upon the earth. And it was so done. And the earth brought forth the green herb, and such as tieldeth seed according to its kind. And God saw that it was good. And the evening and morning were the third day. And God said: Let there be lights made in the firmament of heaven to divide the day and the night, and let them be for signs, and for seasons, and for days and years.: to shine in the firmament of heaven. and to give light to the earth. And it was so done. And God made two great lights: a greater light to rule the day; and a lesser light to rule the night: and the stars. And He set them in the firmament of heaven, to shine upon the earth, and to rule the day and the night, and to divide the earth, and to rule the day and the night, and to divide the light and the darkness. And God saw that it was good. And the evening and morning were the fourth day. God also said: Let het waters bring forth the creeping creature having life, and the fowl that may fly over the earth under the firmament of heaven. And God created the great whales, and every living thing and moving creature which the waters brought forth, according to their kinds, and every winged fowl according to its kind. And God saw that it was good. And He blessed them, saying: Increase and multiply, and fill the waters of the sea: and let the birds be multiplied upon the earth. And the evening and the morning were the fifth day. And God said: Let the earth bring forth the living creature in its kind, cattle, and creeping things, and beasts of the earth according to their kinds. And it was so done. And God made the beasts of the earth according to their kinds, and cattle, and every thing and every thing that creepeth on the earth after its kind. And God saw that it was good. And He said: Let us make man to His own image and likeness: and let him have dominion over the fishes of the sea, and the fowls of the air, and the beasts, and the whole earth, and every creeping creature that moveth upon the earth. And God created man to His own image: to the image of God He created him, male and female He created them. And God blessed them, saying: Increase and multiply, and fill the earth, and subdue it, and rule over the fishes of the sea, and the fowls of the air, and all living creatures that move upon the earth. And God said: Behold, I have given you every herb-bearing seed upon the earth, and all trees that have in themselves seed of their own kind to be your meat: and to all the beasts of the earth, and to every fowl of the air, and to all that move upon the earth, and wherein there is life, that they may have to feed upon. And it was so done. And God saw all the things that He had made, and they were very good. And the evening and morning were the sixth day. So the heavens and the earth were finished, and all the furniture of them. And on the seventh day God ended His work which He had made: and He rested on the seventh day from all His work which He had done.

Let us pray.
V. Let us kneel.
R. Arise.
O God, who hast wonderfully created man, and more wonderfully restored him: grant us, we beseech Thee, to stand firm with strong minds against the allurements of sin, that we may deserve to arrive at everlasting joys.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, ever one God, world without end.
R. Amen.
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In diebus illis: Factum est in vigilia matutina, et ecce respiciens Dominus super castra Aegyptiorum per columnam ignis et nubis, interfecit exercitum eorum: et subvertit rotas curruum, ferebanturque in profundum. Dixerunt ergo Aegyptii: Fugiamus Israëlem: Dominus enim pugnat pro eis contra nos. Et ait Dominus ad Moysen: Extende manum tuam super mare, ut revertantur aquæ ad Aegyptios super currus et equites eorum. Cumque extendisset Moyses manum contra mare, reversum est primo diluculo ad priorem locum: fugientibusque Aegyptiis occurrerunt aquæ, et involvit eos Dominus in mediis fluctibus. Reversæque sunt aquæ, et operuerunt currus et equites cuncti exercitus Pharaonis, qui sequentes ingressi fuerant mare: nec unus quidem superfuit ex eis. Filii autem Israël perrexerunt per medium sicci maris, et aquæ eis erant quasi pro muro a dextris et a sinistris: liberavitque Dominus in die illa Israël de manu Aegyptiorum. Et viderunt Aegyptios mortuos super littus maris, et manum magnam. quam exercuerat Dominus contra eos: timuitque populus Dominum, et crediderunt Domino, et Moysi servo eius. Tunc cecinit Moyses, et filii Israël carmen hoc Domino, et dixerunt:

Cantemus Domino: gloriose enim honorificatus est: equum et ascensorum proiecit in mare: adiutor, et protector factus est mihi in salutem.
V. Hic Deus meus, et honorificabo eum: Deus patris mei, et exaltabo eum.
V. Dominus conterens bella: Dominus nomen est illi.

Oremus.
V. Flectamus genua.
R. Levate.
Deus, cuius antiqua miracula etiam nostris sæculis coruscare sentimus: dum quod uni populo, a persecutione Aegyptiaca liberando, dexteræ tuæ potentia contulisti, id in salutem gentium per aquam regenerationis operaris: præsta; ut in Abrahæ filios, et in Israëliticam dignitatem, totius mundi transeat plenitudo.
Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
6

In those days, it came to pass in the morning watch, and behold the Lord looking upon the Egyptian army through the pillar of fire, and of the cloud, slew their host: and overthrew the wheels of the chariots, and they were carried into the deep. And the Egyptians said: Let us flee from Israel: for the Lord fighteth for them against us. And the Lord said to Moses: Stretch forth thy hand over the sea, that the waters may com again upon the Egyptians, upon their chariots and horsemen. And when Moses had stretched forth his hand towards the sea, it returned at the first break of day to the former place: and as the Egyptians were fleeing away the waters came upon them, and the Lord shut them up in the middle of the waves. And the waters returned, and covered the chariots and the horsemen of all the army of Pharao, who had come into the sea after them: neither did there so much as one of them remain. But the children of Israel marched through the midst of the sea upon dry land, and the waters were to them as a wall on the right hand and the left: and the Lord delivered Israel on that day out of the hand of the Egyptians. And they saw the Egyptians dead upon the sea shore, and the mighty hand of the Lord had used against them: and the people feared the Lord, and they believed the Lord, and Moses His servant. Then Moses and the children of Israel sung this canticle to the Lord, and said:

Let us sing to the Lord, for He is gloriously honored: the horse and the rider He hath thrown into the sea: He has become my Helper and Protector unto salvation.
V. He is my God, and I will honor Him: the God of my father, and I will extol Him.
V. He is the Lord that destroys wars: the Lord is His Name.

Let us pray.
V. Let us kneel.
R. Arise.
O God, Whose ancient miracles we see shining also in our days, whilst by the water of regeneration Thou dost operate for the salvation of the Gentiles, that which by the power of Thy right hand Thou didst confer upon one people, by delivering them from the Egyptian persecution: grant that all the nations of the world may become the children of Abraham, and partake of the dignity of the people of Israel.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, ever one God, world without end.
R. Amen.
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In die illa erit germen Domini in magnificentia, et gloria, et fructus terræ sublimis, et exultatio his, qui salvati fuerint de Israël. Et erit: Omnis qui relictus fuerit in Sion, et residuus in Ierusalem, sanctus vocabitur, omnis qui scriptus est in vita in Ierusalem. Si abluerit Dominus sordes filiarum Sion, et sanguinem Ierusalem laverit de medio eius, in spiritu iudicii, et spiritu ardoris. Et creabit Dominus super omnem locum montis Sion, et ubi invocatus est, nubem per diem, et fumum, et splendorem ignis flammantis in nocte: super omnem enim gloriam protectio. Et tabernaculum erit in umbraculum diei ab æstu, et in securitatem, et absconsionem a turbine, et a pluvia.

Vinea facta est dilecto in cornu, in loco uberi.
V. Et maceriam circumdedit, et circumfodit: et plantavit vineam Sorec: et ædificavit turrim in medio eius.
V. Et torcular fodit in ea: vinea enim Domini Sabaoth, domus Israël est.

Oremus.
V. Flectamus genua.
R. Levate.
Deus, qui in omnibus Ecclesiæ tuæ filiis sanctorum prophetarum voce manifestasti, in omni loco dominationis tuæ, satorem te bonorum seminum, et electorum palmitum esse cultorem: tribue populis tuis, qui et vinearum apud te nomine censentur, et segetum; ut, spinarum et tribulorum squalore resecato, digna efficiantur fruge fecundi.
Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
7

In that day the bud of the Lord shall be in magnificence and glory, and the fruit of the earth shall be high, and a great joy to them that shall have escaped of Israel. And it shall come to pass, that every one that shall be left in Sion, and that shall remain in Jerusalem, shall be called holy, every one that is written in life in Jerusalem. If the Lord shall wash away the filth of the daughters of Sion, and shall wash away the blood of Jerusalem out of the midst thereof, by the spirit of judgment, and by the spirit of burning. And the Lord will create upon every place of mount Sion, and where he is called upon, a cloud by day, and a smoke and the brightness of a flaming fire in the night: for over all the glory shall be a protection. And there shall be a tabernacle for a shade in the daytime from the heat, and for a security and covert from the whirlwind, and from rain.

A vineyard was made on a hill in a fruitful place.
V. And he fenced it in, and picked the stones out of it, and planted it with the choicest vines, and built a tower in the midst thereof.
V. And set up a winepress therein: for the vineyard of the Lord of hosts is the house of Israel.

Let us pray.
V. Let us kneel.
R. Arise.
O God, Who hast declared to all the children of Thy Church by the voice of the holy prophets, that in all places of Thine empire, Thou art the Sower of good seed, and the Cultivator of chosen branches: grant to Thy people who are called by Thee by the name of vines and harvestfield, that they may root out all thorns and briars, and produce good fruit in abundance.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, ever one God, world without end.
R. Amen.
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In diebus illis: Scripsit ergo Moyses canticum et docuit filios Israël. Præcepitque Dominus Iosue filio Nun et ait: Confortare, et esto robustus: tu enim introduces filios Israël in terram, quam pollicitus sum, et ego ero tecum. Postquam ergo scripsit Moses verba legis huius in volumine, atque conplevit: præcepit Levitis, qui portabant arcam foederis Domini dicens: Tollite librum istum, et ponite eum in latere arcæ foederis Domini Dei vestri: ut sit ibi contra te in testimonium. Ego enim scio contentionem tuam, et cervicem tuam durissimam. Adhuc vivente me, et ingrediente vobiscum, semper contentiose egistis contra Dominum: quanto magis cum mortuus fuero? Congregate ad me omnes maiores natu per tribus vestras, atque doctores, et loquar audientibus eis sermones istos, et invocabo contra eos cælum et terram. Novi enim quod post mortem meam inique agetis, et declinabitis cito de via, quam præcepi vobis: et occurrent vobis mala in extremo tempore, quando feceritis malum in conspectu Domini, ut irritetis eum per opera manuum vestrarum. Locutus est ergo Moyses, audiente universo coetu Israël, verba carminis huius, et ad finem usque conplevit:

Attende, cælum, et loquar: et audiat terra verba ex ore meo.
V. Exspectetur sicut pluvia eloquium meum: et descendant sicut ros verba mea, sicut imber super gramina.
V. Et sicut nix super fænum: quia nomen Domini invocabo.
V. Date magnitudinem Deo nostro: Deus, vera opera eius, et omnes viæ eius iudicia.
V. Deus fidelis, in quo non est iniquitas: iustus et sanctus Dominus.

Oremus.
V. Flectamus genua.
R. Levate.
Deus, celsitudo humilium et fortitudo rectorum, qui per sanctum Moysen puerum tuum, ita erudire populum tuum sacri carminis tui decantatione voluisti, ut illa legis iteratio fieret etiam nostra directio: excita in omnem iustificatarum gentium plenitudinem potentiam tuam, et da lætitiam, mitigando terrorem; ut, omnium peccatis tua remissione deletis, quod denuntiatum est in ultionem, transeat in salutem.
Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
8

In those days: Moses therefore wrote the canticle, and taught it to the children of Israel. And the Lord commanded Josue the son of Nun, and said: Take courage, and be valiant: for thou shalt bring the children of Israel into the land which I have promised, and I will be with thee. Therefore after Moses had wrote the words of this law in a volume, and finished it: he commanded the Levites, who carried the ark of the covenant of the Lord, saying: Take this book, and put it in the side of the ark of the covenant of the Lord your God: that it may be there for a testimony against thee. For I know thy obstinacy, and thy most stiff neck. While I am yet living, and going in with you, you have always been rebellious against the Lord: how much more when I shall be dead? Gather unto me all the ancients of your tribes, and your doctors, and I will speak these words in their hearing, and will call heaven and earth to witness against them. For I know that, after my death, you will do wickedly, and will quickly turn aside form the way that I have commanded you: and evils shall come upon you in the latter times, when you shall do evil in the sight of the Lord, to provoke him by the works of your hands. Moses therefore spoke, in the hearing of the whole assembly of Israel, the words of this canticle, and finished it even to the end:

Hear, O ye heavens, the things I speak, let the earth give ear to the words of my mouth.
V. Let my doctrine gather as the rain, let my speech distill as the dew, as a shower upon the herb.
V. And as drops upon the grass: because I will invoke the name of the Lord.
V. Give ye magnificence to our God: The works of God are perfect, and all his ways are judgments.
V. God is faithful and without any iniquity, he is just and right.

Let us pray.
V. Let us kneel.
R. Arise.
O God, the exaltation of the humble, and the strength of the righteous, Who, by Thy holy servant Moses, wast pleased so to instruct Thy people by the singing of Thy sacred canticle, that the renewal of the law should be also our guidance: show forth Thy power to all the multitude of Gentiles justified by Thee, and by mitigating Thy terror grant them joy: that, all sins being blotted out by Thy remission, the threatened vengeance may give way to salvation.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, ever one God, world without end.
R. Amen.
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De prima parte Litaniarum
V. Kýrie eléison.
R. Kýrie eléison.
V. Christe eléison.
R. Christe eléison.
V. Kýrie eléison.
R. Kýrie eléison.
V. Pater de cǽlis, Deus. R. Miserére nobis.
V. Fili Redémptor mundi, Deus. R. Miserére nobis.
V. Spíritus Sancte, Deus. R. Miserére nobis.
V. Sancta Trínitas, unus Deus. R. Miserére nobis.
V. Sancta María. R. Ora pro nobis.
V. Sancta Dei Génetrix. R. Ora pro nobis.
V. Sancta Virgo vírginum. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Míchaël. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Gábriel. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Ráphaël. R. Ora pro nobis.
V. Omnes sancti Angeli et Archángeli. R. Oráte pro nobis.
V. Omnes sancti beatórum Spirítuum órdines. R. Oráte pro nobis.
V. Sancte Ioánnes Baptísta. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Ioseph. R. Ora pro nobis.
V. Omnes sancte Patriárchæ et Prophétæ. R. Oráte pro nobis.
V. Sancte Petre. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Paule. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Andréa. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Ioánnes. R. Ora pro nobis.
V. Omnes sancti Apóstoli et Evangelístæ. R. Oráte pro nobis.
V. Omnes sancti Discípuli Dómini. R. Oráte pro nobis.
V. Sancte Stéphane. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Laurénti. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Vincénti. R. Ora pro nobis.
V. Omnes sancti Mártyres. R. Oráte pro nobis.
V. Sancte Silvéster. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Gregóri. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Augustíne. R. Ora pro nobis.
V. Omnes sancti Pontífices et Confessóres. R. Oráte pro nobis.
V. Omnes sancti Doctóres. R. Oráte pro nobis.
V. Sancte Antóni. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Benedícte. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Domínice. R. Ora pro nobis.
V. Sancte Francísce. R. Ora pro nobis.
V. Omnes sancti Sacerdótes et Levítæ. R. Oráte pro nobis.
V. Omnes sancti Mónachi et Eremítæ. R. Oráte pro nobis.
V. Sancta María Magdaléna. R. Ora pro nobis.
V. Sancta Agnes. R. Ora pro nobis.
V. Sancta Cæcília. R. Ora pro nobis.
V. Sancta Agatha. R. Ora pro nobis.
V. Sancta Anastásia. R. Ora pro nobis.
V. Omnes sanctæ Vírgines et Víduæ. R. Oráte pro nobis.
V. Omnes Sancti et Sanctæ Dei. R. Intercédite pro nobis.
9

The First Part of the Litany
V. Lord, have mercy.
R. Lord, have mercy.
V. Christ, have mercy.
R. Christ, have mercy.
V. Lord, have mercy.
R. Lord, have mercy.
V. God the Father of heaven. R. Have mercy on us.
V. God the Son, Redeemer of the world. R. Have mercy on us.
V. God the Holy Ghost. R. Have mercy on us.
V. Holy Trinity, one God. R. Have mercy on us.
V. Holy Mary. R. Pray for us.
V. Holy Mother of God. R. Pray for us.
V. Holy Virgin of virgins. R. Pray for us.
V. Saint Michael. R. Pray for us.
V. Saint Gabriel. R. Pray for us.
V. Saint Raphael. R. Pray for us.
V. All ye holy Angels and Archangels. R. Pray for us.
V. All ye holy orders of blessed Spirits. R. Pray for us.
V. Saint John the Baptist. R. Pray for us.
V. Saint Joseph. R. Pray for us.
V. All ye holy Patriarchs and Prophets. R. Pray for us.
V. Saint Peter. R. Pray for us.
V. Saint Paul. R. Pray for us.
V. Saint Andrew. R. Pray for us.
V. Saint John. R. Pray for us.
V. All ye holy Apostles and Evangelists. R. Pray for us.
V. All ye holy Disciples of the Lord. R. Pray for us.
V. Saint Stephen. R. Pray for us.
V. Saint Lawrence. R. Pray for us.
V. Saint Vincent. R. Pray for us.
V. All ye holy Martyrs. R. Pray for us.
V. Saint Silvester. R. Pray for us.
V. Saint Gregory. R. Pray for us.
V. Saint Augustine. R. Pray for us.
V. All ye holy Bishops and Confessors. R. Pray for us.
V. All ye holy Doctors. R. Pray for us.
V. Saint Anthony. R. Pray for us.
V. Saint Benedict. R. Pray for us.
V. Saint Dominic. R. Pray for us.
V. Saint Francis. R. Pray for us.
V. All ye holy Priests and Deacons. R. Pray for us.
V. All ye holy Monks and Hermits. R. Pray for us.
V. Saint Mary Magdalene. R. Pray for us.
V. Saint Agnes. R. Pray for us.
V. Saint Cecilia. R. Pray for us.
V. Saint Agatha. R. Pray for us.
V. Saint Anastasia. R. Pray for us.
V. All ye holy Virgins and Widows. R. Pray for us.
V. All ye holy Saints of God. R. Intercede for us.
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De benedictione aquæ baptismalis
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Orémus.
Omnípotens sempitérne Deus, adésto magnæ pietátis tuæ mystériis, adésto sacraméntis: et ad recreándos novos pópulos, quos tibi fons baptismátis párturit, spíritum adoptiónis emítte ; ut, quod nostræ humilitátis geréndum est ministério, virtútis tuæ impleátur efféctu. Per Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum: Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus:
Per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
V. Sursum corda.
R. Habémus ad Dóminum.
V. Grátias agámus Dómino Deo nostro.
R. Dignum et iustum est.
Vere dignum et iustum est, æquum et salutare, nos tibi semper et ubique gratias agere, Domine, sancte Pater, omnipotens æterne Deus: qui invisibili potentia, sacramentorum tuorum mirabiliter operaris effectum: et licet nos tantis mysteriis exsequendis simus indigni: tu tamen gratiæ tuæ dona non deserens, etiam ad nostras preces aures tuæ pietatis inclinas. Deus, cuius Spiritus super aquas inter ipsa munda primordia ferebatur: ut iam tunc virtutem sanctificationis, aquarum natura conciperet. Deus, qui nocentis mundi crimina per aquas abluens, regenerationis speciem in ipsa diluvii effusione signasti: ut, unius eiusdemque elementi mysterio, et finis esset vitiis, et origo virtutibus. Respice, Domine, in faciem Ecclesiæ tuæ, et multiplica in ea regenerationes tuas, qui gratiæ tuæ affluentis impetu lætificas civitatem tuam: fontemque baptismatis aperis toto orbe terrarum gentibus innovandis: ut, tuæ maiestatis imperio, sumat Unigeniti tui gratiam de Spiritu Sancto.
Qui hanc aquam, regenerandis hominibus præparatam, arcana sui numinis admixtione fecundet: ut, sanctificatione concepta, ab immaculato divini fontis utero, in novam renata creaturam, progenies cælestis emergat: et quos aut sexus in corpore, aut ætas discernit in tempore, omnes in unam pariat gratia mater infantiam. Procul ergo hinc, iubente te, Domine, omnis spiritus immundus abscedat: procul tota nequitia diabolicæ fraudis absistat. Nihil hoc loci habeat contrariæ virtutis admixtio: non insidiando cicumvolet: non latendo subrepat: non inficiendo corrumpat.
Sit hæc sancta et innocens creatura, libera ab omni impugnatoris incursu, et totius nequitiæ purgata discessu. Sit fons vivus, aqua regenerans, unda purificans: ut omnes hoc lavacro salutifero diluendi, operante in eis Spiritu Sancto, perfectæ purgationis indulgentiam consequantur.
Unde benedico te, creatura aquæ, per Deum  vivum, per Deum  verum, per Deum  sanctum: per Deum, qui te, in principio, verbo separavit ab arida: cuius Spiritus super te ferebatur.
Qui te paradisi fonte manare fecit, et in quatuor fluminibus totam terram rigare præcepit. Qui te in deserto amaram, suavitate indita, fecit esse potabilem, et sitienti populo de petra produxit. Bene  dico te et per Iesum Christum Filium eius unicum, Dominum nostrum: qui te in Cana Galilææ signo admirabili, sua potentia convertit in vinum. Qui pedibus super te ambulavit: et a Ioanne in Iordane in te baptizatus est. Qui te una cum sanguine de latere suo produxit: et discipulis suis iussit, ut credentes baptizarentur in te, dicens: Ite, docete omnes gentes, baptizantes eos in nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti.
Hæc nobis præcepta servantibus tu, Deus omnipotens, clemens adesto: tu benignus aspira.
Tu has simplices aquas tuo ore benedicito: ut præter naturalem emundationem, quam lavandis possunt adhibere corporibus, sint etiam purificandis mentibus efficaces.
Descendat in hanc plenitudinem fontis virtus Spiritus Sancti.
Descendat in hanc plenitudinem fontis virtus Spiritus Sancti.
Descendat in hanc plenitudinem fontis virtus Spiritus Sancti.
Totamque huius aquæ substantiam, regenerandi fecundet effectu.
Totamque huius aquæ substantiam, regenerandi fecundet effectu.
Totamque huius aquæ substantiam, regenerandi fecundet effectu.
Hic omnium peccatorum maculæ deleantur: hic natura ad imaginem tuam condita, et ad honorem sui reformata principii, conctis vetustatis squaloribus emundetur: ut omnis homo, sacramentum hoc regenerationis ingressus, in veræ innocentiæ novam infantium renascatur.
Per Dominum nostrum Iesum Christum Filium tuum: qui venturus est iudicare vivos et mortuos, et sæculum per ignem. R. Amen.
10

The Blessing of the Baptismal Water
V. The Lord be with you.
R. And with thy spirit.
Let us pray
Almighty and everlasting God, be present at these Mysteries of Thy great kindness, be present at these Sacraments: and send forth Thy Spirit of adoption to regenerate the new people, whom the font of baptism brings forth; that what is to be done by our humble ministry may be accomplished by the effect of Thy power. Through our Lord Jesus Christ, Thy Son, Who liveth and reigneth in the unity of the Holy Ghost, God:
World without end.
R. Amen.
V. The Lord be with you.
R. And with thy spirit.
V. Lift up thy hearts.
R. We have them lifted up to the Lord.
V. Let us give thanks to the Lord our God..
R. It is meet and just.
It is meet and just, right and availing unto salvation, to give Thee thanks always and in all places, O holy Lord, almighty Father, everlasting God, Who, by Thine ineffable power dost wonderfully produce the effect of Thy Sacraments: and though we are unworthy to perform such great mysteries: yet, as Thou dost not abandon the gifts of Thy grace, so Thou inclinest the ears of Thy goodness, even to our prayers. O God, Whose Spirit in the very beginning of the world moved over the waters, that even then the nature of water might receive the virtue of sanctification. O God, Who by water didst wash away the crimes of the guilty world, and by the pouring out of the deluge didst give a figure of regeneration, that one and the same element might in a mystery be the end of vice and the beginning of virtue. Look, O Lord, on the face of Thy Church, and multiply in her Thy regenerations, who by the streams of Thine abundant grace fillest Thy city with joy, and openest the font of Baptism all over the world for the renewal of the Gentiles: that by the command of Thy Majesty she may receive the grace of Thine only Son from the Holy Ghost.
May He by a secret mixture of His divine virtue render this water fruitful for the regeneration of men, to the end that a heavenly offspring, conceived by sanctification, may emerge from the immaculate womb of this divine font, reborn a new creature: and may all, however distinguished either by sex in body, or by age in time, be brought forth to the same infancy by grace, their mother. Therefore may all unclean spirits, by Thy command, O Lord, depart far from hence: may the whole malice of diabolical deceit be entirely banished: may no power of the enemy prevail here: let him not fly about to lay his snares; may he not creep in by stealth: may he not corrupt with his poison.
May this holy and innocent creature be free from all the assaults of the enemy, and purified by the destruction of all his wickedness. May it be a living fountain, a regenerating water, a purifying stream: that all those that are to be washed in this saving bath may obtain, by the operation of the Holy Ghost, the grace of a perfect cleansing.
Therefore, I bless thee, O creature of water, by the living  God, by the true  God, by the holy God: by that God Who, in the beginning, separated thee by His Word from the dry land, Whose Spirit moved over thee.
Who made thee flow from the fountain of paradise and commanded thee to water the whole earth with thy four rivers. Who, changing thy bitterness in the desert into sweetness made thee fit to drink, and produced thee out of a rock to quench the thirsty people. I bless  thee also by our Lord Jesus Christ, His only Son: Who in Cana of Galilee changed thee into wine by a wonderful miracle of His power. Who walked upon thee with dry foot, and was baptized in thee by John in the Jordan. Who made thee flow out of His side together with His Blood, and commanded His disciples that such as believed should be baptised in thee, saying: Go, teach all nations, baptizing them in the Name of the Father, and of the Son, and of the Holy Ghost.
Do thou, almighty God, mercifully assist us who observe this commandment: do Thou graciously inspire us.
Do Thou with Thy mouth bless these clear waters: that besides their natural virtue of cleansing the body, they may also prove efficacious for the purifying of the soul.
May the virtue of the Holy Ghost descend into all the water of this font.
May the virtue of the Holy Ghost descend into all the water of this font.
Withdrawing it yet again, he again lowers it to the bottom of the vessel, repeating in yet a higher tone
May the virtue of the Holy Ghost descend into all the water of this font.
And make the whole substance of this water fruitful for regeneration.
And make the whole substance of this water fruitful for regeneration.
And make the whole substance of this water fruitful for regeneration.
Here may the stains of all sins be washed out; here may human nature, created in v. Here may the stains of all sins be washed out; here may human nature, created in v. Here may the stains of all sins be washed out; here may human nature, created in Thine image, and reformed to the honor of its Author, be cleansed from all the filth of the old man: that all who receive the Sacrament of regeneration, may be born again new children of true innocence. Through our Lord Jesus Christ, Thy Son: Who shall come to judge the living and the dead, and the world by fire. R. Amen.
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Sanctificetur  et fecundetur fons iste Oleo salutis renascentibus ex eo, in vitam æternam.
R. Amen.
Infusio Chrismatis Domini nostri Iesu Christi, et Spiritus Sancti Paracliti, fiat in nomine santæ Trinitatis.
R. Amen.
Commixtio Chrismatis sanctificationis, et Olei unctionis, et aquæ baptismatis, pariter fiat in nomine Pa tris, et Fi  lii, et Spiritus  Sancti.
R. Amen.
Sicut cervus desiderat ad fontes aquarum: ita desiderat anima mea ad te, Deus.
V. Sitivit anima mea ad Deum vivum, quando veniam, et apparebo ante faciem Dei?
V. Fuerunt mihi lacrymæ meæ panes die ac nocte, dum dicitur mihi per singulos dies: Ubi est Deus tuus?
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Oremus
Omnipotens sempiterne Deus, respice propitius ad devotionem populi renascentis, qui sicut cervus, aquarum tuarum expetit fontem: et concede propitius; ut fidei ipsius sitis, baptismatis mysterio, animam corpusque sanctificet. Per Dominum nostrum Iesum Christum, qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
11

May this font be sanctified and made fruitful by the Oil of salvation, for those who are born anew therein unto life everlasting.
R. Amen.
May the infusion of the Chrism of our Lord Jesus Christ, and of the Holy Ghost the Comforter, be made in the Name of the Holy Trinity. R. Amen.
May this mixture of the Chrism of sanctification, and of the Oil of unction, and of the water of Baptism, be made to the Name of the  Father,  and of the Son, and of the Holy  Ghost.
R. Amen.
As the hart panteth after the fountains of water, so my soul panteth after Thee, O God.
V. My soul hath thirsted for the living God: when shall I come and appear before the face of God?
V. My tears have become my bread day and night, while they say to me daily: Where is thy God?
V. The Lord be with you.
R. And with thy spirit.
Let us pray.
O Almighty and everlasting God, look mercifully on the devotion of Thy people about to be reborn, who like the hart pant after the fountain of Thy waters: and mercifully grant that the thirst of their faith may, by the Sacrament of Baptism, hallow their souls and bodies. Through our Lord Jesus Christ, Thy Son, who with Thee liveth and reigneth in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.
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De renovatione promissionum baptismatis
Hac sacratissima nocte, fratres carissimi, sancta Mater Ecclesia, recolens Domini nostri Iesu Christi mortem ei sepulturam, eum redamando vigilat; et, celebrans eiusdem gloriosam resurrectionem, lætabunda gaudet.
Quoniam vero, ut docet Apostolus, consepulti sumus cum Christo per baptismum in mortem, quomodo Christus resurrexit a mortuis, ita et nos in novitate vitæ oportet ambulare; scientes, veterem hominem nostrum simul cum Christo crucifixem esse, ut ultra non serviamus peccato. Existimemus ergo nos mortuos quidem esse peccato, viventis autem Deo in Christo Iesu Domino nostro.
Quapropter, fratres carissimi, quadragesimali exercitatione absoluta, sancti baptismatis promissionis renovemus, quibus olim satanæ et operibus eius, sicut et mundo, qui inimicus est Dei, abrenuntiavimus, et Deo in sancta Ecclesia catholica fideliter servire promisimus.
Itaque:
S. Abrenuntiatis Satanæ?
O. Abrenuntiamus.
S. Et omnibus operibus eius?
O. Abrenuntiamus.
S. Et omnibus pompis eius?
O. Abrenuntiamus.
S. Creditis in Deum, Patrem omnipotentem, Creatorem coeli et terræ?
O. Credimus.
S. Creditis in Iesum Christum, Filium eius unicum, Dominum nostrum, natum et passum?
O. Credimus.
S. Creditis et in Spiritum Sanctum, sanctam Ecclesiam catholicam, Sanctorum communionem, remissionem peccatorem, carnis resurrectionem, et vitam æternam?
O. Credimus.
S. Nunc autem una simul Deum precemur, sicut Dominus noster Iesus Christus orare nos docuit:
O. Pater noster, qui es in coelis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in coelo et in terra. Panem nostrum quotidianum da nobis hodie, et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittibus debitoribus nostris. Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo.
S. Et Deus omnipotens, Pater Domini nostri Iesu Christi, qui nos regeneravit ex aqua et Spiritu Sancto, quique nobis dedit remissionem peccatorum, ipse nos custodiat gratia sua in eodem Christo Iesu Domino nostro in vitam æternam.
O. Amen.
12

The Renewal of Baptismal Promises
On this most sacred night, dearly beloved brethren, Holy Mother Church, recalling the death and burial of Our Lord Jesus Christ, returneth His love by keeping vigil; and aboundeth with joy at celebrating His glorious Resurrection.
But because, as the Apostle teaches, we are baptised into His death and buried together with Christ: and as Christ rose again from the dead, so we too must walk in newness of life; knowing that our old man hath been crucified together with Christ so that we shall no longer be in servitude to sin. Let us therefore look upon ourselves therefore as dead indeed to sin but living to God in Christ Jesus our Lord.
Therefore, dearly beloved brethren, the Lenten observance now completed, let us renew the promises of baptism by which formerly we renounced Satan and his works, and the world likewise, the enemy of God; and by which we promised to serve God faithfully in the Holy Catholic Church. Therefore:
S. Do you renounce Satan?
A. We do renounce him.
S. And all his works?
A. We do renounce them.
S. And all his pomps?
A. We do renounce them.
S. Do you believe in God the Father Almighty, Creator of heaven and earth?
A. We do believe.
S. Do you believe in Jesus Christ, His only Son, our Lord, who was born into this world and who suffered for us?
A. We do believe.
S. Do you also believe in the Holy Ghost, the holy Catholic Church, the Communionion of Saints, the forgiveness of sins, the resurrection of the body, and life everlasting?
A. We do believe.
S. And now let us pray together as one, just as our Lord Jesus Christ taught us to pray:
A. Our Father, who art in heaven, hallowed be Thy name. Thy kingdom come. Thy will be done on earth as it is in heaven. Give us this day our daily bread, and forgive us our trespasses, as we forgive those who trespass against us. And lead us not into temptation, but deliver us from evil.
S. And may God almighty, the Father of our Lord Jesus Christ, who hath regenerated us by water and the Holy Ghost, and who hath given us remission of sins, may He by His grace keep us in the same Christ Jesus our Lord to life everlasting.
A. Amen.
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De altera parte Litaniarum
V. Propítius esto. R. Parce nobis, Dómine.
V. Propítius esto. R. Exaudi nos, Dómine.
V. Ab omni malo. R. Líbera nos, Dómine.
V. Ab omni peccáto. R. Líbera nos, Dómine.
V. A morte perpétua. R. Líbera nos, Dómine.
V. Per mystérium sanctæ Incarnatiónis tuæ. R. Líbera nos, Dómine.
V. Per advéntum tuum. R. Líbera nos, Dómine.
V. Per nativitátem tuum. R. Líbera nos, Dómine.
V. Per baptísmum et sanctum ieiúnium tuum. R. Líbera nos, Dómine.
V. Per crucem et passiónem tuam. R. Líbera nos, Dómine.
V. Per mortem et sepultúram tuam. R. Líbera nos, Dómine.
V. Per sanctam resurrectiónem tuam. R. Líbera nos, Dómine.
V. Per admirábilem ascensiónem tuam. R. Líbera nos, Dómine.
V. Per advéntum Spíritus Sancti Parácliti. R. Líbera nos, Dómine.
V. In die iudícii. R. Líbera nos, Dómine.
V. Peccatóres. R. Te rogámus, audi nos.
V. Ut nobis parcas. R. Te rogámus, audi nos.
V. Ut Ecclésiam tuam sanctam régere et conserváre dignéris. R. Te rogámus, audi nos.
V. Ut domnum apostólicum et omnes ecclesiásticos órdines in sancta religióne conserváre dignéris. R. Te rogámus, audi nos.
V. Ut inimícos sanctæ Ecclésiæ humiliáre dignéris. R. Te rogámus, audi nos.
V. Ut régibus et princípibus christiánis, pacem et veram concórdiam donáre dignéris. R. Te rogámus, audi nos.
V. Ut nosmetípsos in tuo sancto servítio confortáre et conserváre dignéris. R. Te rogámus, audi nos.
V. Ut ómnibus benefactóribus nostris sempitérna bona retríbuas. R. Te rogámus, audi nos
V. Ut fructus terræ dare et conserváre dignéris. R. Te rogámus, audi nos.
V. Ut ómnibus fidélibus defúnctis réquiem ætérnam donáre dignéris. R. Te rogámus, audi nos.
V. Ut nos exaudíre dignéris. R. Te rogámus, audi nos.
V. Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi. R. Parce nobis, Dómine.
V. Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi. R. Exaudi nos, Dómine.
V. Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi. R. Miserére nobis.
V. Christe, audi nos.
R. Christe, exáudi nos.
13

IX. Second Part of the Litany
V. Be merciful. R. Spare us, O Lord.
V. Be merciful. R. Graciously hear us, O Lord.
V. From all evil. R. Deliver us, O Lord.
V. From all sin. R. Deliver us, O Lord.
V. From everlasting death. R. Deliver us, O Lord.
V. Through the mystery of Thy holy incarnation. R. Deliver us, O Lord.
V. Through Thy coming. R. Deliver us, O Lord.
V. Through Thy Nativity. R. Deliver us, O Lord.
V. Through Thy Baptism and holy fasting. R. Deliver us, O Lord.
V. Through Thy Cross and Passion. R. Deliver us, O Lord.
V. Through Thy Death and Burial. R. Deliver us, O Lord.
V. Through Thy holy Resurrection. R. Deliver us, O Lord.
V. Through Thy wonderful Ascension. R. Deliver us, O Lord.
V. Through the coming of the Holy Ghost, the Paraclete. R. Deliver us, O Lord.
V. In the day of judgement. R. Deliver us, O Lord.
V. We sinners. R. Beseech Thee to hear us.
V. That Thou wouldst spare us. R. We beseech Thee to hear us.
V. That Thou wouldst vouchsafe to govern and preserve Thy holy Church. R. We beseech Thee to hear us.
V. That Thou wouldst vouchsafe to preserve our Apostolic Prelate, and all orders of the Church in holy religion. R. We beseech Thee to hear us.
V. That Thou wouldst vouchsafe to hunble the enemies of holy Church. R. We beseech Thee to hear us.
V. That Thou wouldst vouchsafe to give peace and true concord to Christian kings and princes. R. We beseech Thee to hear us.
V. That Thou wouldst vouchsafe to confirm and preserve us in Thy holy service. R. We beseech Thee to hear us.
V. That Thou wouldst render eternal blessings to all our benefactors. R. We beseech Thee to hear us.
V. That Thou wouldst vouchsafe to give and preserve the fruits of the earth. R. We beseech Thee to hear us.
V. That Thou wouldst vouchsafe to grant eternal rest to all the faithful departed. R. We beseech Thee to hear us.
V. That Thou wouldst vouchsafe to hear us. R. We beseech Thee to hear us.
V. Lamb of God, who takest away the sins of the world. R. Spare us, O Lord.
V. Lamb of God, who takest away the sins of the world. R. Graciously hear us, O Lord.
V. Lamb of God, who takest away the sins of the world. R. Have mercy on us.
V. Christ, hear us.
R. Christ, graciously hear us.
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De Missa solemni Vigiliæ paschalis
Ab illo bene  dicáris, in cuius honore cremáberis. Amen. 
14

Holy Mass
Be thou blessed  by Him in whose honour thou shalt be burned. Amen.
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Kyrie
S.Kýrie, eléison.
M. Kýrie, eléison.
S. Kýrie, eléison.
M. Christe, eléison.
S. Christe, eléison.
M. Christe, eléison.
S. Kýrie, eléison.
M. Kýrie, eléison.
S. Kýrie, eléison.
15

Kyrie
P. Lord, have mercy.
S. Lord, have mercy.
P. Lord, have mercy.
S. Christ, have mercy.
P. Christ, have mercy.
S. Christ, have mercy.
P. Lord, have mercy.
S. Lord, have mercy.
P. Lord, have mercy. 
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Gloria
Gloria in excelsis Deo Et in terra pax homínibus bonæ voluntátis. Laudámus te. Benedícimus te. Adorámus te. Glorificámus te. Grátias ágimus tibi propter magnam glóriam tuam. Dómine Deus, Rex coeléstis, Deus Pater omnípotens. Dómine Fili unigénite, Iesu Christe. Dómine Deus, Agnus Dei, Fílius Patris. Qui tollis peccáta mundi, miserére nobis. Qui tollis peccáta mundi, súscipe deprecatiónem nostram. Qui sedes ad déxteram Patris, miserére nobis. Quóniam tu solus Sanctus. Tu solus Dóminus. Tu solus Altíssimus, Iesu Christe. Cum Sancto Spíritu in glória Dei Patris. Amen.
16

Gloria
Glory be to God on high, and on earth peace to men of good will. We praise Thee. We bless Thee. We adore Thee. We glorify Thee. We give Thee thanks for Thy great glory. O Lord God, heavenly King, God the Father almighty. O Lord Jesus Christ, the only begotten Son. O Lord God, Lamb of God, Son of the Father. Who takest away the sins of the world, have mercy on us. Who takest away the sins of the world, receive our prayer. Who sittest at the right hand of the Father, have mercy on us. For Thou only are holy. Thou only art the Lord. Thou only art most high, O Jesus Christ. Together with the Holy Ghost in the glory of God the Father. Amen. 
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Oratio
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Orémus.
Deus, qui hanc sacratíssimum noctem gloria domínicæ Resurrectiónis illústras: consérva in nova famíliæ tuæ progénie adoptiónis spíritum, quem dedísti; ut, córpore et mente renováti, puram tibi exhíbeant servitútem.
Per eundem Dominum nostrum Iesum Christum filium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
17

COLLECT
V. The Lord be with you.
R. And with thy spirit.
Let us pray
O God, who dost illuminate this most holy night by the glory of the Lord's Resurrection, preserve in the new children of Thy family the spirit of adoption which Thou hast given; that renewed in body and mind, they may render to Thee a pure service. Through our Lord Jesus Christ, Thy Son, who liveth and reigneth with Thee in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.
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Epistola 
Lectio Epistolæ beati Pauli apostoli ad Colossenses.
Fratres: si consurrexístis cum Christo, quæ sursum sunt quǽrite, ubi Christus est in déxtera Dei sedens: quæ sursum sunt sápite, non quæ super terram. Mórtui enim estis, et vita vestra est abscóndita cum Christo in Deo. Cum Christus apparúerit, vita vestra: tunc et vos apparébitis cum ipso in glória.
R. Deo gratias.
18

EPISTLE 
Lesson from the Epistle of Blessed Paul the Apostle to the Colossians.
Brethren, if you be risen with Christ, seek the things that are above, where Christ is sitting at the right hand of God: mind the things that are above, not the things that are upon the earth. For you are dead, and your life is hid with Christ in God. When Christ should appear, who is your life, then you also shall appear with Him in glory.
R. Thanks be to God.
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S. Allelúia.
C. Allelúia.

S. Allelúia.
C. Allelúia.

S. Allelúia.
C. Allelúia.

V. Confitémini Dómino, quóniam bonus: quóniam in sǽculum misericórdia eius.
V. Laudáte Dominum omnes gentes: et collaudáte eum, omnes pópuli.
V. Quóniam confirmáta est super nos misericórdia eius: et véritas Dómini manet in ætérnum.
19

V. Allleuia.
R. Alleluia.

V. Allleuia.
R. Alleluia.

V. Allleuia.
R. Alleluia.

V. Give praise to the Lord for He is good: for His mercy endureth forever.
V. O praise the Lord, all ye nations, and praise Him all ye people.
V. For His mercy is confirmed upon us: and the truth of the Lord remaineth forever.
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Evangelium
Munda cor meum ac labia mea, omnípotens Deus, qui labia Isaíæ Prophétæ cálculo mundásti igníto: ita me tua grata miseratióne dignáre mundáre, ut sanctum Evangélium tuum digne váleam nuntiáre. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
D. Iube, domne, benedicere.
S. Dóminus sit in corde tuo et in lábiis tuis: ut digne et cpmpeténter annúnties Evangélium suum: In nómine Patris, et Fílii,  et Spíritus Sancti. Amen.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Sequéntia  sancti Evangélii secúndum Matthǽum.
R. Glória tibi, Dómine.
Véspere autem sábbati, quæ lucéscit in prima sábbati, venit María Magdaléne, et áltera María vidére sepúlcrum. Et ecce terræmótus factus est magnus. Angelus enim Dómini descéndit de cælo: et accédens revólvit lápidem, et sedébat super eum: erat autem aspéctus eius sicut fulgur: et vestiméntum eius sicut nix. Præ timóre autem eius extérriti sunt custódes, et factu sunt velut mórtui. Respóndens autem Angelus, dixit muliéribus: «Nolíte timére vos: scio enim, quod Iesum, qui crucifíxus est, quǽritis: non est hic: surréxit enim, sicut dixit. Veníte, et vidéte locum, ubi pósitus erat Dóminus. Et cito eúntes dícite discípulis eius, quia surréxit et ecce præcédit vos in Galilǽam: ibi eum vidébitis. Ecce prædíxi vobis».
R. Laus tibi, Christe.
S. Per Evangélica dicta, deleántur nostra delícta.
20

GOSPEL 
Cleanse my heart and my lips, O almighty God, who didst cleanse the lips of the prophet Isaias with a burning coal, and vouchsafe, through Thy gracious mercy, so to purify me, that I may worthily announce Thy holy Gospel. Through Christ our Lord. Amen.
D. Sir, give me thy blessing.
P. The Lord be in thy heart and on thy lips, that thou mayest worthily and in a becoming manner, proclaim His holy Gospel.
In the Name of the Father, and of the Son, and of the Holy Spirit. Amen.
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
Continuation of the holy Gospel according to St. Matthew.
And in the end of the Sabbath, when it began to dawn toward the first day of the week, came Mary Magdalen and the other Mary to see the sepulchre. And behold there was a great earthquake. For an Angel of the Lord descended from heaven, and coming, rolled back the stone and sat upon it: and his countenance was as lightening and his raiment as snow. And for fear of him the guards were struck with terror and became as dead men. And the Angel answering, said to the women: Fear not you: for I know that you seek Jesus who was crucified: He is not here: for His is risen, as He said. Come and see the place where the Lord was laid. And going quickly, tell ye His disciples that He is risen: and behold He will go before you into Galilee: there you shall see Him. Lo, I have foretold it to you.
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V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Orémus.
Suscipe, sancte Pater, omnipotens ætérne Deus, hanc immaculátam hóstiam, quam ego indígnus fámulus tuus óffero tibi Deo meo vivo et vero, pro innumerabílibus peccátis, et offensiónibus, et neglegéntiis meis, et pro ómnibus circumstántibus, sed et pro ómnibus fidélibus christiánis vivis atque defúnctis: ut mihi, et illis profíciat ad salútem in vitam ætérnam. Amen.
21

V. The Lord be with you.
R. And with thy spirit.
Let us pray.
Accept, O holy Father, almighty and eternal God, this unspotted host, which I, Thy unworthy servant, offer unto Thee, my living and true God, for my innumerable sins, offenses, and negligences, and for all here present: as also for all faithful Christians, both living and dead, that it may avail both me and them for salvation unto life everlasting. Amen.
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Deus, qui humánæ substántiæ dignitátem mirabíliter condidísti, et mirabílius reformásti: da nobis per huius aquæ et vini mystérium, eius divinitátis esse consórtes, qui humanitátis nostræ fíeri dignátus est párticeps, Iesus Christus, Fílius tuus, Dóminus noster: Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus: per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
22

O God, who, in creating human nature, didst wonderfully dignify it, and still more wonderfully restore it, grant that, by the Mystery of this water and wine, we may be made partakers of His divine nature, who vouchsafed to be made partaker of our human nature, even Jesus Christ our Lord, Thy Son, who with Thee, liveth and reigneth in the unity of the Holy Ghost, God: world without end. Amen.
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Offérimus tibi, Dómine, cálicem salutáris, tuam deprecántes cleméntiam: ut in conspéctu divínæ maiestátis tuæ, pro nostra et totíus mundi salute, cum odóre suavitátis ascéndat. Amen.
In spíritu humilitátis et in ánimo contríto suscipiámur a te, Dómine: et sic fiat sacrifícium nostrum in conspéctu tuo hódie, ut pláceat tibi, Dómine Deus.
Veni, sanctificátor omnípotens ætérne Deus: et bene  dic hoc sacrifícium, tuo sancto nómini præparátum.
23

We offer unto Thee, O Lord, the chalice of salvation, beseeching Thy clemency, that it may ascend before Thy divine Majesty, as a sweet savor, for our salvation, and for that of the whole world. Amen.
Accept us, O Lord, in the spirit of humility and contrition of heart, and grant that the sacrifice which we offer this day in Thy sight may be pleasing to Thee, O Lord God.
Come, O almighty and eternal God, the Sanctifier, and bless  this Sacrifice, prepared for the glory of Thy holy Name.
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Incense
Per intercessiónem beáti Michaélis Archángeli, stantis a dextris altáris incénsi, et ómnium electórum suórum, incénsum istud dignétur Dóminus bene  dícere, et in odórem suavitátis accípere. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Incénsum istud a te benedíctum ascéndat ad te, Dómine: et descéndat super nos misericórdia tua.
Dirigátur, Dómine, orátio mea, sicut incénsum, in conspéctu tuo: elevátio mánuum meárum sacrifícium vespertínum. Pone, Dómine, custódiam ori meo, et óstium circumstántiæ lábiis meis: ut non declínet cor meum in verba malítiæ, ad excusándas excusatiónes in peccátis.
Accéndat in nobis Dóminus ignem sui amóris, et flammam ætérnæ caritátis. Amen.
24

Incense
May the Lord, by the intercession of blessed Michael the Archangel, who standeth at the right side of the altar of incense, and of all His Elect, vouchsafe to bless  this incense and receive it as an odor of sweetness: through Jesus Christ our Lord. Amen.
May this incense, which Thou hast blessed, O Lord, ascend to Thee, and may Thy mercy descend upon us.
Let my prayer, O Lord, be directed as incense in Thy sight: the lifting up of my hands as an evening sacrifice.
Set a watch, O Lord, before my mouth, and a door round about my lips. May my heart not incline to evil words, to make excuses for sins.
May the Lord enkindle within us the fire of His love, and the flame of everlasting charity. Amen.
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Lavábo inter innocéntes manus meas: et circúmdabo altáre tuum. Dómine: Ut áudiam vocem laudis, et enárrem univérsa mirabília tua. Dómine, diléxi decórem domus tuæ et locum habitatiónis glóriæ tuæ. Ne perdas cum ímpiis, Deus, ánimam meam, et cum viris sánguinum vitam meam: In quorum mánibus iniquitátes sunt: déxtera eórum repléta est munéribus. Ego autem in innocéntia mea ingréssus sum: rédime me et miserére mei. Pes meus stetit in dirécto: in ecclésiis benedícam te, Dómine.
V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum. Amen
25

I will wash my hands among the innocent: and I will compass Thine altar, O Lord That I may hear the voice of praise: and tell of all Thy wonderous works. I have loved, O Lord, the beauty of Thy house and the place where Thy glory dwelleth. Take not away my soul, O God, with the wicked: nor my life with blood-thirsty men. In whose hands are iniquities, their right hand is filled with gifts. But I have walked in my innocence: redeem me, and have mercy on me. My foot hath stood in the direct way, in the churches I will bless Thee, O Lord.
V. Glory be to the Father, and to the Son, and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, world without end. Amen.
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Súscipe, sancta Trinitas, hanc oblatiónem, quam tibi offérimus ob memóriam passiónis, resurrectiónis, et ascensiónis Iesu Christi, Dómini nostri: et in honórem beátæ Maríæ semper Vírginis, et beáti Ioannis Baptistæ, et sanctórum Apostolórum Petri et Pauli, et istórum et ómnium Sanctórum: ut illis profíciat ad honórem, nobis autem ad salútem: et illi pro nobis intercédere dignéntur in coelis, quorum memóriam ágimus in terris. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
26

Receive, O holy Trinity, this oblation which we make to Thee, in memory of the Passion, Resurrection and Ascension of our Lord Jesus Christ, and in honor of Blessed Mary, ever Virgin, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, and of all the Saints, that it may avail unto their honor and our salvation, and may they vouchsafe to intercede for us in heaven, whose memory we celebrate on earth. Through the same Christ our Lord. Amen.
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S. Oráte, fratres: ut meum ac vestrum sacrifícium acceptábile fiat apud Deum Patrem omnipoténtem.
M. Suscípiat Dóminus sacrifícium de mánibus tuis vel meis ad laudem et glóriam nominis sui, ad utilitátem quoque nostram, totiúsque Ecclésiæ suæ sanctæ.
S. Amen.
Suscipe, quæsumus, Domine, preces populi tui, cum oblationibus hostiarum: ut paschalibus initiata mysteriis, ad æternitatis nobis medelam, te operante, proficiant.
Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
27

P. Brethren, pray that my Sacrifice and yours may be acceptable to God the Father almighty.
S. May the Lord receive the Sacrifice from thy hands, to the praise and glory of His Name, to our benefit and that of all His holy Church.
P. Amen.
Accept, we beseech Thee, O Lord, the prayers of Thy people together with the sacrifice they offer: that what has begun by the Paschal Mysteries, may by Thine arrangement result in our eternal healing.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, ever one God, world without end.
R. Amen.
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Præfatio
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
V. Sursum corda.
R. Habémus ad Dóminum.
V. Grátias agámus Dómino, Deo nostro.
R. Dignum et iustum est.
Vere dignum et iustum est, æquum et salutare, te quidem Domine omni tempore, sed in hoc potissimum nocte gloriosis prædicare, cum Pascha nostrum immolatus est Christus. Ipse enim verus est Angus qui abstulit peccáta mundi. Qui mortem nostram moriendo destruxit, et vitam resurgendo reparavit. Et ideo cum Angelis et Archangelis, cum Thronis et Dominationibus, cumque omnia milita coelestis exercitus, hymnum gloriæ tuæ canimus, sine fine dicentes:
Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus, Deus Sábaoth. Pleni sunt coeli et terra glória tua. Hosánna in excélsis. Benedíctus, qui venit in nómine Dómini. Hosánna in excélsis.
28

PREFACE
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
P. Lift up your hearts.
S. We have lifted them up to the Lord.
P. Let us give thanks to the Lord our God.
S. It is meet and just.
It it truly meet and just, right and for our salvation, at all times to praise Thee, O Lord, but more gloriously especially this night when Christ our Pasch was sacrificed. For He is the Lamb Who hath taken away the sins of the world: Who by dying hath destroyed our death: and by rising again hath restored us to life. And therefore with Angels and Archangels, with Thrones and Dominations, and with all the hosts of the heavenly army, we sing the hymn of Thy glory, evermore saying:
Holy, Holy, Holy, Lord God of Sabaoth! Heaven and earth are full of Thy glory! Hosanna in the highest! Blessed is He that cometh in the Name of the Lord! Hosanna in the highest!
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Canon
Te igitur, clementíssime Pater, per Iesum Christum, Fílium tuum, Dóminum nostrum, súpplices rogámus, ac pétimus, uti accepta habeas et benedícas, hæc  dona, hæc  múnera, hæc  sancta sacrifícia illibáta, in primis, quæ tibi offérimus pro Ecclésia tua sancta cathólica: quam pacificáre, custodíre, adunáre et régere dignéris toto orbe terrárum: una cum fámulo tuo Papa nostro N.p et Antístite nostro N.b et ómnibus orthodóxis, atque cathólicæ et apostólicæ fídei cultóribus.
29

Canon
We therefore, humbly pray and beseech Thee, most merciful Father, through Jesus Christ; Thy Son, our Lord, that Thou wouldst vouchsafe to accept and bless these  gifts, these  presents, these  holy unspotted Sacrifices, which in the first place we offer Thee for Thy holy Catholic Church to which vouchsafe to grant peace, as also to preserve, unite, and govern it throughout the world, together with Thy servant N.p our Pope, and N.b our Bishop, and all orthodox believers and professors of the Catholic and Apostolic Faith.
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Meménto, Dómine, famulórum famularúmque tuarum N. et N. et ómnium circumstántium, quorum tibi fides cógnita est et nota devótio, pro quibus tibi offérimus: vel qui tibi ófferunt hoc sacrifícium laudis, pro se suísque ómnibus: pro redemptióne animárum suárum, pro spe salútis et incolumitátis suæ: tibíque reddunt vota sua ætérno Deo, vivo et vero.
30

Be mindful, O Lord, of Thy servants and handmaidens, N. et N. and of all here present, whose faith and devotion are known unto Thee, for whom we offer, or who offer up to Thee, this sacrifice of praise for themselves, their families and friends, for the redemption of their souls, for the health and salvation they hope for; and who now pay their vows to Thee, the everlasting, living and true God. 
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Communicantes, et noctem sacratissimum celebrantes Resurrectionis Domini nostri Iesu Christi secundum carnem: sed et memoriam venerantes, in primis gloriosæ semper Virginis Mariæ, Genitricis eiusdem Dei et Domini nostri Iesu Christi: sed et beáti Ioseph, eiúsdem Vírginis Spónsi, et beatórum Apostolórum ac Mártyrum tuórum, Petri et Pauli, Andréæ, Iacóbi, Ioánnis, Thomæ, Iacóbi, Philíppi, Bartholomæi, Matthæi, Simónis et Thaddæi: Lini, Cleti, Cleméntis, Xysti, Cornélii, Cypriáni, Lauréntii, Chrysógoni, Ioánnis et Pauli, Cosmæ et Damiáni: et ómnium Sanctórum tuórum; quorum méritis precibúsque concédas, ut in ómnibus protectiónis tuæ muniámur auxílio. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen. 
31

Communicating, and keeping this most holy night of the Resurrection of our Lord Jesus Christ according to the flesh; and also reverencing the memory, first, of the glorious Mary, ever Virgin, Mother of the same our God and Lord Jesus Christ: as also of the blessed Joseph, her Spouse, and of the blessed Apostles and Martyrs Peter and Paul, Andrew, James, John, Thomas, James, Philip, Bartholomew, Matthew, Simon, and Thaddeus; Linus, Cletus, Clement, Xystus, Cornelius, Cyprian, Lawrence, Chrysogonus, John and Paul, Cosmas and Damian, and of all Thy Saints, through whose merits and prayers, grant that we may in all things be defended by the help of Thy protection. Through the same Christ our Lord. Amen. 
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Hanc igitur oblationem servitutis nostræ, set et cunctæ familiæ tuæ, quam tibi offerimus pro his quoque, quos regenerare dignatus es ex aqua, et Spiritu Sancto, tribuens eis remissionem omnium peccatorum, quæsumus Domine, ut placatus accipias: diesque nostros in tua pace disponas, atque ab æterna damnatione nos eripi, et in electorum tuorum iubeas grege numberari. Per Christum Dominum nostrum. Amen.
32

We therefore beseech Thee, O Lord, graciously to accept this oblation of our service, as also of Thy whole family, which we make unto Thee on behalf of these whom Thou hast vouchsafed to bring to a new birth by water and the Holy Ghost, granting them remission of all their sins: and to dispose our days in Thy peace, preserve us from final damnation and rank us in the number of Thine Elect. Through Christ our Lord. Amen.
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Quam oblatiónem tu, Deus, in ómnibus, quæsumus, bene  díctam, adscríp  tam, ra  tam, rationábilem, acceptabilémque fácere dignéris: ut nobis Cor  pus, et San  guis fiat dilectíssimi Fílii tui, Dómini nostri Iesu Christi.
33

Which oblation do Thou, O God, vouchsafe in all respects, to bless,  approve,  ratify,  make worthy and acceptable; that it may be made for us the Body  and Blood  of Thy most beloved Son Jesus Christ our Lord.
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Qui prídie quam paterétur, accépit panem in sanctas ac venerábiles manus suas, Elevat oculos ad coelum, ad te Deum, Patrem suum omnipoténtem, tibi grátias agens, bene  dixit, fregit, dedítque discípulis suis, dicens: Accípite, et manducáte ex hoc omnes.
34

Who, the day before He suffered, took bread into His holy and venerable hands, and with His eyes lifted up towards heaven unto Thee, God, His almighty Father, giving thanks to Thee, He blessed  it, broke it and gave it to His disciples saying: Take and eat ye all of this,
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HOC EST ENIM CORPUS MEUM.
35

FOR THIS IS MY BODY.
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Símili modo postquam coenátum est, accípiens et hunc præclárum Cálicem in sanctas ac venerábiles manus suas: tibi grátias agens, bene  dixit, dedítque discípulis suis, dicens: Accípite, et bíbite ex eo omnes.
36

In like manner, after He had supped, taking also this excellent chalice into His holy and venerable hands He blessed  , and gave it to His disciples, saying: Take and drink ye all of this,
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HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS MEI, NOVI ET AETERNI TESTAMENTI: MYSTERIUM FIDEI: QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFUNDETUR IN REMISSIONEM PECCATORUM.

Hæc quotiescúmque fecéritis, in mei memóriam faciétis.
37

FOR THIS IS THE CHALICE OF MY BLOOD OF THE NEW AND ETERNAL TESTAMENT, THE MYSTERY OF FAITH; WHICH SHALL BE SHED FOR YOU AND FOR MANY UNTO THE REMISSION OF SINS.

As often as ye do these things, ye shall do them in remembrance of Me.
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Unde et mémores, Dómine, nos servi tui, sed et plebs tua sancta, eiusdem Christi Fílii tui, Dómini nostri, tam beátæ passiónis, nec non et ab ínferis resurrectiónis, sed et in coelos gloriósæ ascensiónis: offérimus præcláræ maiestáti tuæ de tuis donis ac datis, hóstiam  puram, hóstiam  sanctam, hóstiam immaculátam, Panem  sanctum vitæ ætérnæ, et Calicem  salútis perpétuæ.
38

Wherefore, O Lord, we Thy servants, as also Thy holy people, calling to mind the blessed Passion of the same Christ, Thy Son, our Lord, and also His Resurrection from the dead and His glorious Ascension into heaven: do offer unto Thy most excellent Majesty of Thine own gifts, bestowed upon us, a pure  Host, a holy  Host, an unspotted  Host, the holy  Bread of eternal life, and the Chalice  of everlasting salvation.
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Supra quæ propítio ac seréno vultu respícere dignéris: et accépta habére, sicúti accépta habére dignátus es múnera púeri tui iusti Abel, et sacrifícium Patriárchæ nostri Abrahæ: et quod tibi óbtulit summus sacérdos tuus Melchísedech, sanctum sacrifícium, immaculátam hóstiam.
39

Upon which vouchsafe to look with a propitious and serene countenance, and to accept them, as Thou wert graciously pleased to accept the gifts of Thy just servant Abel, and the sacrifice of our patriarch Abraham, and that which Thy high priest Melchisedech offered to Thee, a holy Sacrifice, and unspotted Victim.
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Súpplices te rogámus, omnípotens Deus: iube hæc perférri per manus sancti Angeli tui in sublíme altáre tuum, in conspéctu divínæ maiestátis tuæ: ut, quotquot ex hac altáris participatióne sacrosánctum Fílii tui Cor  pus, et Sán  guinem sumpsérimus, omni benedictióne coelésti et grátia repleámur. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
40

We most humbly beseech Thee, almighty God, command these offerings to be borne by the hands of Thy holy Angels to Thine altar on high, in the sight of Thy divine majesty, that as many as shall partake of the most holy Body  and Blood  of Thy Son at this altar, may be filled with every heavenly grace and blessing. Through the same Christ our Lord. Amen.
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Meménto étiam, Dómine, famulórum famularúmque tuárum N. et N., qui nos præcessérunt cum signo fídei, et dórmiunt in somno pacis. Ipsis, Dómine, et ómnibus in Christo quiescéntibus locum refrigérii, lucis pacis ut indúlgeas, deprecámur. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
41

Remember also, O Lord, Thy servants and handmaids N. and N., who are gone before us with the sign of faith, and rest in the sleep of peace. To these, O Lord, and to all that rest in Christ, grant, we beseech Thee, a place of refreshment, light, and peace; Through the same Christ our Lord. Amen.
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Nobis quoque peccatóribus fámulis tuis, de multitúdine miseratiónum tuárum sperántibus, partem áliquam et societátem donáre dignéris, cum tuis sanctis Apóstolis et Martýribus: cum Ioánne, Stéphano, Matthía, Bárnaba, Ignátio, Alexándro, Marcellíno, Petro, Felicitáte, Perpétua, Agatha, Lúcia, Agnéte, Cæcília, Anastásia, et ómnibus Sanctis tuis: intra quorum nos consórtium, non æstimátor mériti, sed véniæ, quæsumus, largítor admítte. Per Christum, Dóminum nostrum.
42

To us also, Thy sinful servants, confiding in the multitude of Thy mercies, vouchsafe to grant some part and fellowship with Thy holy Apostles and Martyrs, with John, Stephen, Matthias, Barnabas, Ignatius, Alexander, Marcellinus, Peter, Felicitas, Perpetua, Agatha, Lucy, Agnes, Cecilia, Anastasia, and with all Thy Saints, into whose company we beseech Thee to admit us, not weighing our merits, but pardoning our offenses. Through Christ our Lord.
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Per quem hæc ómnia, Dómine, semper bona creas, sancti  ficas, viví  ficas, bene  dícis et præstas nobis.
Per ip  sum, et cum ip  so, et in ip  so, est tibi Deo Patri omnipotenti, in unitáte Spíritus  Sancti,
omnis honor, et glória.
Per omnia sǽcula sæcolorum.
R. Amen.
43

By Whom, O Lord, Thou dost ever create. sanctify,  quicken,  bless,  and give unto us all these good things.
By Him,  and with Him,  and in Him  is to Thee, God the Father  almighty, in the unity of the Holy  Ghost,
all honor and glory.
P. World without end.
S. Amen.
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Preparatio Communionis
Orémus: Præcéptis salutáribus móniti, et divína institutione formati audemus dicere:
Pater noster, qui es in cælis, Sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in coelo et in terra. Panem nostrum quotidianum da nobis hodie. Et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. Et ne nos inducas in tentationem:
R. Sed libera nos a malo.
S. Amen.
44

Preparation for Communion
Let us pray. Instructed by Thy saving precepts, and following Thy divine institution, we are bold to say:
Our Father, who art in heaven, hallowed be Thy Name; Thy kingdom come; Thy will be done on earth as it is in heaven. Give us this day our daily bread. And forgive us our trespasses, as we forgive those who trespass against us. And lead us not into temptation.
M. But deliver us from evil.
P. Amen.
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Líbera nos, quæsumus, Dómine, ab ómnibus malis, prætéritis, præséntibus et futúris: et intercedénte beáta et gloriósa semper Vírgine Dei Genetríce María, cum beátis Apóstolis tuis Petro et Paulo, atque Andréa, et ómnibus Sanctis, da propítius pacem in diébus nostris: ut, ope misericórdiæ tuæ adiúti, et a peccáto simus semper líberi et ab omni perturbatióne secúri.
Per eúndem Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum.
Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus.
V. Per omnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
Pax Domini sit semper vobiscum.
R. Et cum spiritu tuo.
45

Deliver us, we beseech Thee, O Lord, from all evils, past, present, and to come; and by the intercession of the Blessed and glorious ever Virgin Mary, Mother of God, and of the holy Apostles, Peter and Paul, and of Andrew, and of all the Saints, mercifully grant peace in our days, that through the assistance of Thy mercy we may be always free from sin, and secure from all disturbance.
Through the same Jesus Christ, Thy Son, our Lord.
Who with Thee in the unity of the Holy Ghost liveth and reigneth God,
P. World without end.
S. Amen.
P. The peace  of the Lord be  always with  you.
S. And with thy spirit.
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Hæc commíxtio, et consecrátio Córporis et Sánguinis Dómini nostri Iesu Christi, fiat accipiéntibus nobis in vitam ætérnam. Amen.
46

May this mixture and consecration of the Body and Blood of our Lord Jesus Christ be to us who receive it effectual unto eternal life. Amen.
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Dómine Iesu Christe, Fili Dei vivi, qui ex voluntáte Patris, cooperánte Spíritu Sancto, per mortem tuam mundum vivificásti: líbera me per hoc sacrosánctum Corpus et Sánguinem tuum ab ómnibus iniquitátibus meis, et univérsis malis: et fac me tuis semper inhærére mandátis, et a te numquam separári permíttas: Qui cum eódem Deo Patre et Spíritu Sancto vivis et regnas Deus in sǽcula sæculórum. Amen.
47

O Lord Jesus Christ, Son of the living God, who, according to the will of Thy Father, with the cooperation of the Holy Ghost, hast by Thy death given life to the world; deliver me by this Thy most sacred Body and Blood, from all my iniquities and from all evils; and make me always cleave to Thy commandments, and suffer me never to be separated from Thee, Who livest and reignest, with the same God the Father and the Holy Ghost, God, world without end. Amen.
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Percéptio Córporis tui, Dómine Iesu Christe, quod ego indígnus súmere præsúmo, non mihi provéniat in iudícium et condemnatiónem: sed pro tua pietáte prosit mihi ad tutaméntum mentis et córporis, et ad medélam percipiéndam: Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
48

Let not the partaking of Thy Body, O Lord, Jesus Christ, which I, though unworthy, presume to receive, turn to my judgment and condemnation; but let it, through Thy mercy, become a safeguard and remedy, both for soul and body; Who with God the Father, in the unity of the Holy Ghost, livest and reignest God, world without end. Amen.
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Panem coeléstem accipiam, et nomen Dómini invocábo.
V. Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea
V. Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
V. Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
49

I will take the Bread of heaven, and will call upon the Name of the Lord.
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
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Corpus Dómini nostri Iesu Christi custódiat ánimam meam in vitam ætérnam. Amen.
50

The Body of our Lord Jesus Christ preserve my soul unto life everlasting. Amen.
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Quid retríbuam Dómino pro ómnibus, quæ retríbuit mihi? Cálicem salutáris accípiam, et nomen Dómini invocábo. Laudans invocábo Dóminum, et ab inimícis meis salvus ero.
Sanguis Dómini nostri Iesu Christi custódiat ánimam meam in vitam ætérnam. Amen.
51

What return shall I make to the Lord for all He has given to me? I will take the chalice of salvation, and call upon the Name of the Lord. Praising I will call upon the Lord, and I shall be saved from my enemies.
The Blood of our Lord Jesus Christ preserve my soul unto life everlasting. Amen.
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Communio Populi


Anima Christi, sanctifica me. Corpus Christi, salva me. Sanguis Christi, inebria me. Aqua lateris Christi, lava me. Passio Christi, conforta me. O bone Iesu, exaudi me. Intra tua vulnera absconde me. Ne permittas me separari a te. Ab hoste maligno defende me. In hora mortis meæ voca me. Et iube me venire ad te, Ut cum Sanctis tuis laudem te. In sǽcula sæculórum. Amen. 
52

Communio Populi


Soul of Christ, sanctify me. Body of Christ, save me. Blood of Christ, inebriate me. Water from Christ's side, wash me. Passion of Christ, strengthen me. O good Jesus, hear me. Within Thy wounds hide me. Suffer me not to be separated from Thee. From the malicious enemy defend me. In the hour of my death call me. And bid me come unto Thee. That I may praise Thee with Thy saints. and with Thy angels, Forever and ever. Amen. 
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Quod ore súmpsimus, Dómine, pura mente capiámus: et de munere temporáli fiat nobis remédium sempitérnum.
Corpus tuum, Dómine, quod sumpsi, et Sanguis, quem potávi, adhæreat viscéribus meis: et præsta; ut in me non remáneat scélerum mácula, quem pura et sancta refecérunt sacraménta: Qui vivis et regnas in sǽcula sæculórum. Amen.
53

Grant, O Lord, that what we have taken with our mouth, we may receive with a pure mind; and from a temporal gift may it become to us an eternal remedy.
May Thy Body, O Lord, which I have received, and Thy Blood which I have drunk, cleave to my bowels; and grant that no stain of sin may remain in me, who have been fed with this pure and holy Sacrament; Who livest and reignest for ever and ever. Amen.
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Pro Laudibus
Ant. Allelúia, allelúia, allelúia.
Laudáte Dóminum in sanctis eius * laudáte eum in firmaménto virtútis eius.
Laudáte eum in virtútibus eius, * laudáte eum secúndum multitúdinem magnitúdinis eius.
Laudáte eum in sono tubæ, * laudáte eum in psaltério, et cíthara.
Laudáte eum in týmpano, et choro: * laudáte eum in chordis et órgano.
Laudáte eum in cýmbalis benesonántibus: laudáte eum in cýmbalis iubilatiónis: * omnes spíritus laudet Dóminum.
V. Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.
Ant. Allelúia, allelúia, allelúia.
54

Solemn Lauds of Easter Day
Ant. Alleluia, alleluia, alleluia.
Praise ye the Lord in His holy places: * praise ye Him in the firmament of His power.
Praise ye Him for His mighty acts: * praise ye Him according to the multitude of His greatness.
Praise Him with sound of trumpets: * praise Him with psaltery and harp.
Praise Him with timbrel and choir: * praise Him with strings and organs.
Praise Him on high sounding cymbals: praise Him on cymbals of joy. * Let every spirit praise the Lord.
V. Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, * world without end. Amen.
Ant. Alleluia, alleluia, alleluia.
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Ant. Et valde mane una sabbatórum, véniunt ad monuméntum, orto iam sole, allelúia.
Benedíctus  Dóminus, Deus Israël: * quia visitávit, et fecit redemptiónem plebis suæ:
Et eréxit cornu salútis nobis: * in domo David, púeri sui.
Sicut locútus est per os sanctórum, * qui a sæculo sunt, prophetárum eius:
Salútem ex inimícis nostris, * et de manu ómnium, qui odérunt nos.
Ad faciéndam misericórdiam cum pátribus nostris: * et memorári testaménti sui sancti.
Iusiurándum, quod iurávit ad Ábraham patrem nostrum, * datúrum se nobis:
Ut sine timóre, de manu inimicórum nostrórum liberáti, * serviámus illi.
In sanctitáte, et iustítia coram ipso, * ómnibus diébus nostris.
Et tu, puer, Prophéta Altíssimi vocáberis: * præíbis enim ante fáciem Dómini, paráre vias eius:
Ad dandam sciéntiam salútis plebi eius: * in remissiónem peccatórum eórum:
Per víscera misericórdiæ Dei nostri: * in quibus visitávit nos, óriens ex alto:
Illumináre his, qui in ténebris, et in umbra mortis sedent: * ad dirigéndos pedes nostros in viam pacis.
Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui Sancto.
Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, * et in sǽcula sæculórum. Amen.
Ant. Et valde mane una sabbatórum, véniunt ad monuméntum, orto iam sole, allelúia.
55

Ant. And very early in the morning, the first day of the week, they came to the sepulchre, the sun being now risen, alleluia.
Blessed  be the Lord God of Israel: * because He hath visited and wrought the redemption of His people.
And hath raised up a horn of salvation to us, * in the house of David His servant.
As He spoke by the mouth of His holy prophets, * who are from the beginning. Salvation from our enemies * and from the hand of all that hate us.
To perform mercy to our fathers * and to remember His holy testament.
The oath, which He swore to Abraham our father, * that He would grant to us,
That, being delivered from the hand of our enemies, * we may serve Him without fear,
In holiness and justice before Him * all our days.
And thou, child, shall be called the prophet of the Highest: * for thou shalt go before the face of the Lord to prepare His ways,
To give knowledge of salvation to His people * unto the remission of their sins.
Through the bowels of the mercy of our God, * in which the Orient from on high hath visited us,
To enlighten them that sit in darkness and in the shadow of death, * to direct our feet into the way of peace.
Glory be to the Father, and to the Son, * and to the Holy Ghost.
As it was in the beginning, is now, and ever shall be, * world without end. Amen.
Ant. And very early in the morning, the first day of the week, they came to the sepulchre, the sun being now risen, alleluia.
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V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Orémus.
Spíritum nobis, Dómine, tuæ caritátis infúnde: ut, quos sacraméntis Paschálibus satiásti tua fácias pietáte concórdes.
Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate eiusdem Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
56

V. The Lord be with you.
R. And with thy spirit.
Let us pray
Pour forth upon us, O Lord, the spirit of Thy love: that those whose hunger Thou hast satisfied with the Sacraments of Easter may in Thy kindness be one in heart.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the same Holy Ghost, ever one God, world without end.
R. Amen.
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Conclusio
V. Ite, Missa est, allelúia, allelúia.
R. Deo grátias, allelúia, allelúia.
Pláceat tibi, sancta Trínitas, obséquium servitútis meæ: et præsta; ut sacrifícium, quod óculis tuæ maiestátis indígnus óbtuli, tibi sit acceptábile, mihíque et ómnibus, pro quibus illud óbtuli, sit, te miseránte, propitiábile. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Benedícat vos omnípotens Deus,
Pater, et Fílius,  et Spíritus Sanctus.
R. Amen.
57

DISMISSAL
V. Go, the Mass is offered, alleluia, alleluia.
R. Thanks be to God, alleluia, alleluia.
May the performance of my homage be pleasing to Thee, O holy Trinity: and grant that the Sacrifice which I, though unworthy, have offered up in the sight of Thy Majesty, may be acceptable to Thee, and through Thy mercy, be a propitiation for me, and for all those for whom I have offered it. Through Christ our Lord. Amen.
P. May almighty God bless you, the Father, Son,  and Holy Ghost.
S. Amen.
Post Missam