2023-06-07

 COMILLENSIS

 

 

II PARTE DEL "seminario vacío"

 



Corentino Pruvia cuando subió la Cardosa por vez primera desconocía de las dulzuras, orduras y desazón del amor, no probaba el café, tampoco el vino sólo cuando el abuelo Toribio para curarle la calentura o un catarro le daba un traguillo de clarete – ya verás cómo se te pasa-, era un ingenuo pues toda su vida acostumbró a ir por lo legal y no tenía la más mínima idea del mal, sólo cuando en el cole los salvajes niños de su seminario le llamaban meona y empollón que fue cuando sus padre decidieron enviarlo a un centro de postín, un seminario donde no estaba ya la fábrica de curas sino de obispos, de cardenales y prelados domésticos del Vicario de Xto porque el chico era listo y además al señor Sotero, que así se llamaba su genitor, le habían dicho que a Comillas iba la crema de la crema, los más espabilados de todas las diócesis, los niños bien hijos de casa rica, los vascos por ejemplo, que todos aquellos potentados de la banca, de la siderurgia, armadores de barcos e industriales que se dedicaban a la importación/exportación. Grandes fortunas se labraron en la posguerra a favor de las provincias de Vasconia que pronto pegaron el estirón económico. El dictador se volcó con ellas lo mismo que con Cataluña en detrimento de Castilla y de Andalucía que quedaron irredentas. Los magnates vizcaínos del hierro y el acero eran muy católicos pero también muy separatistas y miraban a los de otras regiones por encima del hombro. Por eso se llevaban bien con los jesuitas. No le dieron beca aunque sus padres eran pobres y para mandarlo al seminario aquel de campanillas hubieron de enajenar una parte de la hijuela. Vendieron una tierra por tres mil pesetas de las de entonces.

Era una mañana plomiza de fin de verano. Olía a mar y olía a heno, dos olores bien distintos de los que estaba acostumbrado el adolescente. Corentino por primera vez veía la mar. Habían tomado el correo de Santander en Segovia la noche antes y el convoy no rindió destino hasta las ocho de la mañana en Reinosa. De aquel trayecto en el correo se acordaría toda la vida. El grupo de alumnos comillenses que se subió en Valladolid y entre los que estaba un chico bien parecido y con lentes que convertido en cura habría de dar bastante que hablar como sacerdote obrero. Era Enrique Bermudez de Castro. Estaban allí despidiendolo su padre con el uniforme de coronel de aviación que mandaba el regimiento de Villanubla y toda su familia. Enrique tenía un porte distinguido y dos hermanas guapísimas. Otro de los que iban para Comillas: Antonio Pelayo al que algunos llamarían santa Inés por lo guapo (dicen que aquella mártir romana, Inés Inesita Inés, ábreme la puerta que te vengo a ver era toda una beldad y así la pintaban los retratos) hasta el punto de que de aquel efebo hoy corresponsal de Antena 3 en el Vaticano se enamoraron quiero pensar que platónicamente un prefecto y dos maestrillos. El pinciano tenía los ojos azules, era rubio como un san Luis y tartamudeaba tal que así con su voz de niña. Esos donaires en un mundo de clausura, unisexual, de ambientes cerrados cuando las células estallaban por el torrente de la sangre, conducirían a la andrógena inclinación fatídica. Contra estas derramas delictuosas luchaban con todas sus fuerzas los prefectos encasillándolas bajo el nombre de “amistades particulares”, ojo, no tocar, peligro de muerte, no meterse las manos debajo del pijama ni siquiera por los bolsillos, que corra el aire.

En Venta de Baños se incorporaron los de Palencia y los de Zamora que eran uns buena peña. Al correr de los años todos aquellos chicos integrantes de la alegre muchacha ocuparían puestos relevantes en la política, el periodismo, la barra judicial, la obstreticia y la cirugía, el periodismo, el comercio y la empresa, la curia, la milicia e incluso el mundo del crimen. De Palencia eran Carrión, Castrillo, Jesús Abad y otros chavalotes cuyo rostro se perdía en la memoria de Corentino que trasuntaba tales hechos casi medio siglo más tarde. El compartimento iba lleno. Era la primera vez que montaba en un largo recorrido. Se le quedaron grabadas las conversaciones de aquellos chicos. Los nuevos, timidos y retraídos con los pantalones bombachos atados al calcetín con una cinta y las camisas recién estrenadas, los de segundo y los de otros cursos superiores muy alegres y confidentes de sí mismos.

PRENDIMIENTO DEL PRIMADO CARRANZA

 UN BALDÓN PARA LA IGLESIA DE ESPAÑA

 

Antonio parra

 

Una madrugada del 22 de agosto de 1559 en una casa eclesial de Torrelaguna – fue residencia de verano del cardenal Cisneros, su antecesor en la mitra primada- sonaron tres golpes secos. La aldaba al machacar el roble de la puerta de entrada parecía como si sintiera vergüenza del acto que se iba a acometer ese amanecer, un baldón para la historia de la Iglesia y de España. La madera lloraba pero los tres aldabonazos sonaron secos y solemnes.

        -Abran en nombre de la Santa Inquisición

Abrió un lego dominico. Un grupo de corchetes armados entraron en el patio porticado en cuyo centro había un pozo con brocal de granito y subieron al aposento del arzobispo. Éste rezaba Maitines y no dio muestras de cólera, sólo la sorpresa se pintó en su rostro al ver que uno de sus fámulos, Diego Ramírez, y hombre de su confianza, era el que había dirigido la operación del prendimiento y encabezaba aquel grupo de  gente armada, algunos de los cuales venían borrachos pues habían hecho parada y fonda en  un mesón de Valdepielagos. Judas y traidores no faltan en la historia de España. Que un predicador que hubiera gozado de la privanza y confianza del emperador y del propio monarca es un indicio de cómo estaban las cosas a la sazón por mor de interpretaciones bíblicas y cuán tornadizas pueden ser las afecciones humanas. El encartado era nada menos que la autoridad mayor de la SRI española, el arzobispo de la sede primada toledana. La detención significa la pérdida de la libertad, la confiscación de los bienes. Las mulas con sus arreos, las propiedades muebles, las capas pluviales, los libros de rezo fueron puestos en almoneda “por lo que quisieran dar”.

        -Entréguese Su Ilustrísima a los oficiales del Santo Oficio.

        -¿Vos tenéis mandamiento suficiente para eso?

        -Yo no soy más que un mandado- contestó Fr. Diego.

Fue la única respuesta del prelado que saltó del lecho, se aderezó y vistió en su presencia y salió con ellos. La escena recuerda la acontecida en Getsemaní y en los oídos repica la frase del evangelista: et per invidiam tradiderunt eum. Por envidia lo entregaron a Carranza sus hermanos de hábito y de palio de la misma forma que hicieron con Jesús los fariseos. Un arzobispo el de Sevilla, Fernando de Valdés que había aspirado a la silla de Toledo y además parece que se sintió despechado por ciertas criticas vertidas por Fray Bartolomé al absentismo de algunos prelados entre los que se encontraba el interesado Valdés que no visitaba su diócesis hispalense desde hacía más de un lustro, y un dominico que había sido compañero de aula y de celda el dominico Melchor Cano fueron los denunciantes.

El pretexto fue un catecismo que había publicado Carranza en Flandes con algún resabio luterano que nunca pudo ser demostrado a lo largo del dilatado proceso que subsiguió, muy dilatado. Duraría más de quince años. La causa real fueron los enconos, la rencillas rivalidades y el energumenismo de gentes de vida consagrada.

La soberbia, la malquerencia, y la utilización del nombre de Dios para justificar sus tropelías desalmadas.

Es posible que en su fuero interior y después de sus giras por Alemania y sobre todo por Inglaterra adonde acompañó como capellán a Felipe II a sus bodas con María Tudor (Carranza en su deposición forense alega en su descargo haber allí sido baluarte de la fe cristiana y haber mandado quemar en Londres algunos herejes)  “se contaminase” de algunos planteamientos de la reforma y albergase dudas sobre el purgatorio, un lugar que no empieza a existir teológicamente– Jesucristo nunca habla jamás del mismo y sólo se refiere al estercolero o gehenna adonde se almacenan las almas de los condenados- hasta el siglo  XIII por una visión de Catalina de Siena.

Aparte de eso, subsiste la polémica acerca del culto a las reliquias tan problemático, o la justificación por la fe, una genialidad de Lutero que se entiende a través de las diferencias filosóficas entre potencia y acto y el abismo que separa entre la criatura y su creador, el infinito y la mortalidad de la carne. Lutero había estudiado con fervor y acuidad las encíclicas de san Pablo. Se siente confundido cuando el Apóstol de los gentiles se queja de su sarcinidad que le arrastra hacia abajo mientras su alma tiende hacia arriba. ¿Estaba el apostol Pablo sometido al diablo de la lujuria?

 Y llega a la conclusión de que el hombre no es nada. Sólo le salvan los méritos de la pasión de Cristo y su sangre derramada.

En el ser humano por mucho que se esfuerce la materia, las células lo arrastran. Esta suposición es confirmada por la moderna psicología y por la biología. No somos más que un poco de barro y un poco de agua. Credo quiere decir cruz, carisma, caridad y palabra. Las obras importan poco. Y Lutero vuelve a la carga:

¾ Credo quia absurdum

 Es la concepción germanica del fatalismo teutón frente a la idea judía de que Dios ayuda sólo a aquellos que quieren ayudarse a sí mismos. Pero la encarcelación y el proceso que llena más de un salón de legajos y que han sido estudiados por el sacerdote donostierra Tellechea, Julio Caro Baroja y otros, pero sobre todo por Marcelino Menendez y Pelayo, la fuente en la que beben todos los bibliografos y estudia el tema con bastante objetividad sin dejar en sus juicios la huella de católico a machmartillo que le caracteriza.

Gracias a Dios en la actualidad vivimos en una cultura laica y no podemos entender por qué aquellas pelamesas por un quitame allá esas pajas. Por el purgatorio una idea abstracta, la comunión en la mano y los enfrentamientos a navaja entre calvinistas y luteranos por cuestiones como la transubstanciación, la cena del Señor, el culto a los santos y a las reliquias que en el fondo no dejan de ser hechos contingentes o sucedáneos al dogma. Dios no puede ser ocasión para hacerse la guerra y para faltar a la caridad. Algo que por desgracia ha ocurrido con demasiada frecuencia en el devenir de la historia. Un pésimo ejemplo que hemos dado los cristianos a paganizar. Religión quiere decir unión del hombre con la divinidad y estas querellas destruyen ese vínculo para convertirse en materia de escándalo y quebrantamiento del mandamiento nuevo: que os ameis los unos a los otros. San Agustin dice que las querellas teologicas avivan el fuego de la Fe. Opport esse haereses, ¾dice porque a veces del debate nace la luz.

El peligro es que surjan corifeos que se consideren depositarios de la verdad y que la detenten en propiedad. Se coló el viento del maligno y disperdigó la grey. La maciza personalidad de Lutero con sus luces y sus sombres y su altivez de fraile levantisco se alza como una destructor del viejo orden. Hizo la crítica y en algunos puntos de sus noventa y nueve tesis clavadas a las puertas de la catedral de Wittemberg no le faltab su punto de razón pero no construyó nada siendo el culpable de tanta sangre derramada en los campos europeos por su alzamiento luciferino de non serviam.

 Ahí subyace la gran cuestión. El pensamiento teutonico es mucho más romantico e idealista que el hebreo que sólo creen en las obras. Por sus obras los conocereis. Lutero encuentra cierta contradicción entre las palabras de Jesucristo cuando habla como un rabino y cuando habla como el salvador y el rescatador de la culpa. Hay una diferencia entre credo y religión. Y en el paroxismo de sus contradicciones el agustino aleman se apooya en la frase de Agustin que es una glosa de la caridad paulina del ama et fac quid vis.

 Para los judíos la religión no es credo sino una forma de vida, un conjunto de reglas y de ritos externos (abluciones, bromatología, lo que contamina y lo que no contamina: el cadáver, la carne de liebre, los pájaros estrangulados, el congrio la anguila y todo animal que carezca de pezuña, las estrictas reglas sobre el matrimonio para garantizar la pureza de la raza de los hijos de Israel, etc) que han de ser seguidas minuciosamente. Dato curioso al formular su teoría de la justificación encienta una olla explosiva y emprende un camino sin retorno.

Al fin y al cabo heresiarca genial vivió bajo el espiritu de la contradicción de manera que le protestantismo por él fundado va a recoger la antorcha de la actitud judía de la justificación por las obras aboliendo el culto divino y dejando de lado a la liturgia proponiendo una relación con el dios personal de los elegidos tal y conforme lo confiesan los judíos. A esto había que agregar los abusos y escandalos de la corrupción eclesiastica por la simonía, el culto a las reliquias, el absentismo episcopal, la depravación de los monasterios. Fray Bartolomé había viajado por Alemania y sobre todo por Inglaterra donde capta aquel ambiente de relajo. Vivió tiempos duros e incluso él mismo aduce en su testificación que estando en Londres había mandado quemar herejes.

 Seguramente regresó a España lleno de dudas. Había nacido en Miranda de Ebro en 1503 de origen converso. En su infancia vio a su madre cocinar la adafina y lavar todas las carnes para que no quedase rastro de sangre, la sarten siempre con aceite de oliva nunca manteca. Los siete días siguientes a la muerte de uno de la familia se abstenían de probar carne, en luto por el difunto. Otras costumbres eran la muda del sábado y ese afán de limpieza que caracteriza al judio y que han heredado los españoles. El rezo del Bendita sea tu pureza es una ancestral reminiscencia conversa. En ella la Virgen cristiana sustituye probablemente a l Ester hebrea la de las fiestas del Purim cuando la luna llena de febrero.

 Los Carranza iban a misa pero no la oían y seguían guardando en secreto los ritos heredados de sus padres y colgando en el portal de la casa ristras de longanmiza para aventar sospechas. Los jamones y los mondongos eran tan sólo de exposición. ¿Era un mal cristiano como le acusan sus enemigos irreconciliables: Fernando Valdés y Melchor Cano?

Seguramente que no. Los conversos al abrazar la nueva Fe se mostraban más papistas que el papa. Un hecho constante es que la mayor parte de los bautizados que solían tener muchos hijos destinaban a uno o varios a la Iglesia. Al claustro incorporaon un ardor bíblico mesianico casi caracteristico y una norma de vida que solía ser más temerosa de Dios con el respeto a la familia y a las complicadas leyes genésicas sobre la pureza, los alimentos y la trama social porque entre los judíos el vínculo familiar y la autoridad paterna era muy fuerte. El hábito y el beneficio catedralicio fueron ancora de salvación mediante la prestamera, la canonjía, el momio y el beneficio eclesiástico pero  los conversos conservarían toda su vida  la inquietud y ese talante independiente que caracteriza a los de su raza que suelen ser por lo general gente tenaz. Que fuese o no judío el mirandés no hace al caso pero no deja de ser un síntoma del importante ascendiente que van a tener los conversos sobre el proceso de la reforma y de la contrarreforma pues hacen a dos palos y de ese enigma que acompaña al tránsito del pueblo elegido por la historia que es un largo caminar por el desierto. Ellos controlan la tesis y la antitesis algo muy talmúdico.

Al igual que él, Las Casas, homónimo suyo, compañero de hábito y vecino de celda cuando estaban en el noviciado dominico de San Gregorio en Salamanca y que depuso a su favor en el largo proceso que le incoaron, obtuvo ese mismo sambenito. Poco cuenta la genealogía. Son los hechos los que avalan la condición de un personaje y el obispo de Chiapas con su postura contestaria hizo mucho más daño a la SRI y a la causa de España que el probre primado de Toledo el cual se ve arrollado por los acontecimientos de un siglo que en política y en religión (nunca irán de la mano las fórmulas) fue un vendaval.

La Destrucción de las Indias fue un puñado de barro contra el rostro de España y su misión cristianizadota de América por lo que ha contado con todas las bendiciones de los enemigos de la Fe; no obstante lo cual Las Casas supo escurrir el bulto y librarse de los calabozos inquisitoriales.

Algunos hasta quisieron hacerle santo.  Un encomendero venal que luego se metió a fraile y que debió de guardar toda su vida algún reconcomio debido un fracaso sentimental. Que se libró en su descaro del filo de alguna espada porque los conquistadores tenían un respeto reverencial hacia los misioneros. Si a Las Casas le cabe ser padre de la leyenda negra, Carranza lo es de la leyenda blanca con razón pues tanto el injusto sumario en el que se vio enredo como la probidad de su vida y de sus costumbres hoy causan cierto sonrojo. El uno no se metió en teologías ni escribió catecismo alguno. Era un loco repúblico que diría Quevedo sagaz y listo que sabía tirar la piedra y esconder la mano, que hizo valer su condición de encomendero y obviar su talante de erasmista convencido. El otro tuvo el coraje de predicar contra el absentismo episcopal, un tema tabú. Los peces gordos de la iglesia española se dieron por aludidos y tomando el rábano por las hojas harían del tema una cuestión personal. Existe pues un paralelismo sorprendente entre los dos bartolos 

LEYENDO A BALTASAR GRACIÁN

 CADA LOBO POR SU SENDA LEO A GRACIAN

 

En medio de la gran marejada de confusión exasperación nosotros podemos yes we can no están mal algunos puntos del programa si no fueran un “frame” que nos brinda el Amigo Norteamericano y hay que decir lo que le dijo Franco a Fraga cuando le  presentó borrador constitucional, sí constitución, eso está bien, Manolo pero ¿para qué país? Cada lobo por su senda yo me quedo leyendo a Gracián, ese tozudo aragonés y medio catalán, que lleva las barras de la señera de la libertad en su prosa lo mismo que todos los peces en el Mediterráneo en sus escamas lucían la bandera roja y gualda que era la misma que la catalana tanto monta monta tanto.

Por lo visto ese Junqueras al que llaman el Moro Tuerto un muladí que dice ser catalán después de convertirse a Mahoma con su ojo vació y fantasmal mira contra el gobierno. Don Tancredo y el Rey Alto que cada vez se nos parece más ese Borbón a Boabdil el Chico a la inversa dicen que no saben, no hay respuesta. Menudos son unos y otros. Siguen los cabildeos y menudencias los bizantinismos de los chicos de la TVE que todos se llaman Montserrat, Pere y Oriol o Iñaqui (troyanos incrustados en la caja tonta)  y yo sigo en mis trece aragonesas como Benedicto XIII que no era catalán sino valenciano y el padre Baltasar Gracián, un jesuita tibio por más que un gran español patriota porque para eso fue capellán de los Tercios Viejos, me encandila con su patriotismo y su estilo gnómico y sentencioso y que también se hacía lenguas ya por entonces de lo desbaratado que andaba el clima y de la corrupción de los tiempos: “Ahora está todo mudado y maleado hasta los climas y según van las cosas dentro de pocos años Alemania será Italia y Valladolid otra Córdoba”.

 Por lo visto en el siglo XVII hubo una gran sequía y se registró un cambio climático a causa de la efusividad de las manchas solares. Sin embargo, en la centuria siguiente volvieron las lluvias y bajaron las temperaturas.

Asimismo, el autor del “Criticón” se quejaba de la poca consideración y estima que se daba a los escritores y poetas en la corte de los Austria. Allí quienes tenían vara alta eran los arquitectos y escultores. Primaban las artes plásticas de Apeles y de Vitruvio en menoscabo de los líricos. 

Hoy pasa otro tanto a los que hemos sido expulsados de la cena de Baltasar. No nos darán el premio Planeta pero portamos la llama del fuego sagrado luz de Israel candela de Sefarad llama de amor viva en nuestras trece aragonesas de no comulgar con ruedas de molino y de amor a la patria.

PARODIA QUEVEDESCA DE "SAN" CORPUS CHRISTI EL CURA DE MAJADAHONDA QUE REGRESA DE ALCALÁ CON LAS OREJAS GACHAS Y SIN RECIBIR EL GRADO LO CATEARON AL POETA CHIRLE

 BUSCÓN REGRESA A SEGOVIA

 

Muerto el padre de su ayo Diego Coronel y sin cumquibus el pobre estudiante regresa a su ciudad natal de donde no le llegan buena noticias: su progenitor entrega su alma a Dios desde la tablazón del rollo de Segovia instalado a los pies de las gradas de la iglesia del Cristo del Mercado y su madre cumple cadena en los calabozos inquisitoriales. Un tío suyo Alonso Ramplón en una larga epístola le comunica las tristes nuevas con las particularidades de la muerte jocosa en el cadalso del padre de la criatura. “Llegó a la horca, puso un pie en la escalera, no subió a gatas ni  depirsa ni despacio y viendo un escalón hendido le dijo al justicia lo mandase aderezar que no todos tenían su hígado… tomó la soga y púsosela a la nuez. En viendo que el teatino le quería predicar vuelto a él le dijo: padre yo lo doy por predicado; vaya un poco de credo y acabemos presto… cayó sin encoger las piernas ni hacer gesto, quedó con una gravedad que no había más que pedir. Hícele yo cuartos”

Jamás con tanta concisión y solercia se ha descrito en la literatura universal los últimos momentos de un ahorcado que afronta la muerte con longanimidad y presencia de ánimo.

 Con todo, en sus memorias hace constar Pablillos que dejó con pena las escuelas de Alcalá a la que siempre recordaría si no como la Arcadia al menos un lugar en el que fue feliz dentro de lo que cabe. “Llegó el día de apartarme de la mejor vida que hallo haber pasado”.

Con una mula alquilona donde carga sus libros y pobres enseres regresa a su pueblo con las orejas gachas y sin haber recibido grado en la docta Complutum pero lleno de sabiduría de calle y de gramática parda. Por el camino le van a ocurrir aventuras. Don Francisco deja correr la pluma al desgaire del placer de narrar soltando párrafos que sembrarán el aire de carcajadas en la boca de los lectores que se entreguen con fruición a la lectura de las inmortales páginas del Buscón a lo largo de los siglos.

Si Cervantes es la sonrisa inteligente en don Quijote, Quevedo es la risa violenta, alegría y solaz para espantar las telarañas del ánima. Encuentra en Torote a un loco republico que ya desde entonces quería arreglar las cosas de España a su modo. Luego, a un negro zulú espadachín y matasiete un mulatazo hotentote padre de todos los bellacos y a propósito de este mismo personaje valentón y siempre a punto de desenvainar la “blanca”, nos cuenta la historia de los que se bajaban al turco al igual que hoy algunos se bajan al moro, aljamiados correntones y desde el Rif nos cuentan sus borracherías dilapidando nuestro pasado y nuestra religión en hora menguada cuando por el aire vuelan las brujas en sus escobas transportando incautos con barbas de gancho y amplios bigotes en punta que autorizaban a los matones. Quevedo no aguantaba a los moriscos de los que dice que todos se volvieron bandoleros y pastores. Tampoco, a  genoveses y judíos “anticristos de las monedas de España”.

 Junto al cancel de la iglesia de Torrejón, un ciego entona preces al Justo Juez y luego la del Cumquibus (doble sentido una limosnita por el amor del crucifijo). Aquí juega el autor al ambiguo parodiando el credo atanasiano que dice quicumque salvus vult esse (el que quiera salvarse) y ganar la vida eterna, etc.

 En la noción popular el dinero es lo que más hace falta para estar en el cupo de los bienaventurados. Igual de perspicuo resulta cuando cuenta el protagonista que a su padre lo hicieron moneda, esto es: cuartos.

 Cuartos eran la fracción de los reales de a ocho y también el descuartizamiento o despiece carnicero de la res. A los ajusticiados más infames se les troceaba y se esparcían los menudillos por el campo para pasto de aves y alimañas.

Don Francisco es un maestro del lenguaje de doble filo, el rey de la sinécdoque, que sabe en todo momento sacar a plaza los recursos infinitos de la lengua castellana.

El sol doraba los panes y ya en pleno fulgor cuando la mula del estudiante alcanza a la del sacristán de Majada-la-honda, poeta trasnochado que regresa de la docta ciudad con las orejas gachas, viene soltando pestes sapos y culebras de Alcalá donde no ganó un premio en el certamen poético en honor del sacramento:

Pastores no es lindo chiste

Que hoy es san Corpus Christe

Hoy es día de danzas

Cuando el cordero sin mancilla

Tanto se humilla y visita nuestras panzas

Y entre nuestras bienaventuranzas

Entra en el humano buche

Suene el lindo sacabuche

Pues nuestro bien consiste

Pastores ¿no es lindo chiste? Etc

Pablillos no consigue domeñar la risa:

—Alto a la dueña, pare el carro, hermano. San Corpus Christe no existe, no están en el martirologio. Es la fiesta de la institución de la eucaristía.

—¿No? - replica el clérigo- Pues aguarde mv. Escuche el poema que he compuesto a las Once Mil Vírgenes en octavas reales

—No es posible.

—Que existan once mil vírgenes.

—Yo las he cantado y alabado con cincuenta versos a cada una. Un millón de octavas reales en total.

—No quiero más cosas a lo divino

—Pues atienda a esta comedia y estos sonetos a las piernas de mi amada.

—¿Vióselas vuesa merced?

—No por vida de mi madre porque tengo ordenes sagradas pero todo se andará.

En aquel momento los árboles de Segovia se estaban muriendo de risa de ver a los parroquianos con corbata y sin camisa. Quevedo se despacha aquí en la sátira más implacable contra los poetas “chirles y hebenes” a través del cura de Majadahonda que suelta disparates uno tras otro y que se jacta haber cenado con Vicente Espinel, conversar con Liñán y Alonso Espinel y haber hablado con Lope. “Estuve tan cerca de su persona como lo estoy ahora de usted mismo”.

La comedia tenía más jornadas que un viaje a Jerusalén y los sonetos eran una sarta de ripios donde se pondera la desmesura de algunos exaltados vates que se ganaban la vida escribiendo disparates. Poetas públicos (hoy tales máximas aplicarse podrían a periodistas, gacetilleros y tertulieros) cantoneros vagabundos de los que había gran saturación en aquel siglo dorado de las letras hispanas donde hasta las verduleras sabían de teología y se entusiasmaban con los autos sacramentales que al espectador hogaño le resultan infumables.

Poetas conceptistas, despedazadores de vocablos, volteadores de razones. “Mandamos quemar las coplas de estos poetas”.

A todo esto en la posada de Atocha ya le esperaban al sacerdote majariego una turba de ciegos que esperaban les hubiese escrito una sarta de composiciones piadosas para recitar por los caminos. Cuando se despide el sacristán de Majada la Honda hace una defensa numantina de sus versos y declara que irá a la Ciudad Eterna para que el Papa de Roma le haga justicia.

Una lectura de través de esta aventura nos llevaría a conclusiones más precisas sobre lo que hoy denominan dialogo de civilizaciones y la antipatía del autor hacia los moriscos que se hicieron pastores y este pueblo de Madrid a cuya capitulo (las más humildes parroquias a la sazón constaban de un coro de más de treinta miembros) pertenecía el sacerdote poeta enamorado, el del millón de octavas a las once mil vírgenes, era el punto de recalada de los rebaños de la mesta toda ella morisca y puede que él mismo autor de tales disparates y herejías chirles fuese un mahometano oculto acogido a altana. Y esta es la razón que late so capa de sátira en la premática contra los poetas hueros y hebenes. Moros en la costa.

 “Mandamos quemar estas coplas”. ¡Ah los greguescos calzones que llevaba el Divino Figueroa! 

 

A URUEÑA VILLA ENCASTILLADA EN LOS LIBROS VOY Y VENGO

 

Urueña voy y vengo


Me ha captado este hermoso pueblo, castillo roquero, Castilla pura y dura, paraíso de mieses que se ondulan con el aire en el mes de mayo. Que por mayo era por mayo… Y de los álamos vengo madre, de ver como los menea el aire… antiguo madrigal que se encuentra en el repertorio de Joaquín Díaz y a lo lejos se perfilan las montañas. 

Ay que montaña tan alta toda cubierta de nieve, ay que moza tan bonita dichosa el que se la lleve. La cantaban los arrieros que iban de recua y Urueña la vieja Oronia romana murallas y torres sobre un cerro guarda los secretos del viejo humanismo español entre sus piedras y entre sus casas blasonadas. 

A Urueña voy y vengo. Hay un museo de campanas y me acuerdo de las “kolokol” rusas, un campanero del alma me da para mi solo un concierto, me pierdo en el inefable repiqueteo del bronce y en ese girar molineros que recuerda cuando en las tardes de mi Segovia voleaban a vísperas.

 Hay mesones que ostentan esgrafiados en las paredes versos de Horacio. El beatus ille qui procul negotiis…prisca…bubus.

 Ahora no me acuerdo exactamente de la literalidad del texto. Antonio Valdivieso, si esto leyere, que es un gran latinista, me gustaría que colocase sobre este post el texto exacto porque ahora yo no recuerdo

. Hablo con los libreros por dicho tenor. Un amigo mío el del rincón, hombre afable y misericordioso que se encuentra emplazado en un esquinazo de las calles de esta villa trazadas a cordel (impronta romana) y que por aquí llaman corros me habla de que la profesión de librero de lance es difícil pero algo se vende. A Urueña voy y vengo. 

Tarde de mayo, los trigos que encañan en su unda maris al movimiento del cierzo entonan plegarias del romancero. De los álamos vengo madre…. De los álamos de Sevilla.

 Joaquín Díaz el portentoso maestro en la recuperación de nuestro folklore nos ha enseñado a las generaciones de ahora y a todos los españoles cómo sonaba España, cómo cantaba, también cómo rezaba.

 Urueña es una jarcha de amor que brota en la loma, un rio, una vaguada y una varga que hay que ascender con ánimo sosegado y contento.

 ¿Los libros? Ah los libros. Ahí están. No piden pan pero la gente se ha vuelto ágrafa y como no piensa por su cuenta lee poco. 

Habría que recuperar nuestra gran literatura. España primera potencia mundial del mundo. Se ha escrito mucho. 

Y un país tan importante, el de fray Luis, el de Lope, Tirso, Cervantes, Albeniz, Velázquez , Goya. El Padre Isla, arias Montano, Falla, se ha vuelto modorro. Todo el mundo hablando de elecciones. El rey ya se va para el retiro. Gerineldo, Gerineldo, mi Gerineldo pulido quien estuviera esta noche tres horas a mi albedrío.

 Este romance de Gerineldo narra una historia de amor y de clemencia porque el rey puso la espada entre medias y dijo que la infanta sea tu mujer y tu seas su marido. Versos que me brotan al desgaire. Entro en una taberna y un vino. Buen vino de la tierra.

 Me cuesta cincuenta céntimos. Con pan y vino se anda el camino. Los mesoneros aquí no son abusones como en otras partes. Una cuadrilla juega a la brisca en el bar de la plaza. Una mujer se encuentra en el corro. Diciendo arrastro y no sé cuantos envido. Equidad castellana. Entre nosotros nadie es más que nadie. 

Les digo a los concursantes que estamos en la era de Acuario y ya es hora de que las damas vayan a la guerra y jueguen a la brisca y beban el vino recio de las tabernas. Urueña mesocrática. Castilla al ciento por ciento.

 Dejemos que el personal hable de elecciones. Yo sueño ensimismado en el Medievo y el que busca lo antiguo está mostrando el camino de lo moderno. 

A la puerta de una casa hay una lápida que recuerda a un cadete asesinado por la columna Mangada. Era un soldado del Regimiento Farnesio de Valladolid. Bueno en lo que haya elecciones bueno será que no nos matemos.




















2023-06-06

vigilia del corpus christi

 Sancta Missa

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Ante Missam


Incipit
In nómine Patris,  et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.
2
Beginning
In the Name of the Father, and of the Son,  and of the Holy Ghost. Amen.
S. Introíbo ad altáre Dei.
M. Ad Deum, qui lætíficat iuventútem meam.
S. Iúdica me, Deus, et discérne causam meam de gente non sancta: ab hómine iníquo et dolóso érue me.
M. Quia tu es, Deus, fortitúdo mea: quare me repulísti, et quare tristis incédo, dum afflígit me inimícus?
S. Emítte lucem tuam et veritátem tuam: ipsa me deduxérunt, et adduxérunt in montem sanctum tuum et in tabernácula tua.
M. Et introíbo ad altáre Dei: ad Deum, qui lætíficat iuventútem meam.
S. Confitébor tibi in cíthara, Deus, Deus meus: quare tristis es, ánima mea, et quare contúrbas me?
M. Spera in Deo, quóniam adhuc confitébor illi: salutáre vultus mei, et Deus meus.
S. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
M. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper: et in sǽcula sæculórum. Amen.
S. Introíbo ad altáre Dei.
M. Ad Deum, qui lætíficat iuventútem meam.
3
P. I will go in to the altar of God.
S. To God who giveth joy to my youth.
P. Judge me, O God, and distinguish my cause from the nation which is not holy: deliver me from the unjust and deceitful man.
S. For Thou, O God, art my strength: why hast Thou cast me off? and why go I sorrowful whilst the enemy afflicteth me?
P. Send forth Thy light and Thy truth: they have conducted me and brought me unto Thy holy mount, and into Thy tabernacles.
S. And I will go in to the altar of God: to God who giveth joy to my youth.
P. To Thee, O God, my God, I will give praise upon the harp; why art thou sad, O my soul, and why dost thou disquiet me?
S. Hope in God, for I will still give praise to Him: the salvation of my countenance and my God.
P. Glory be to the Father, and to the Son, and to the Holy Ghost.
S. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, world without end. Amen.
P. I will go in to the altar of God.
S. To God who giveth joy to my youth.
V. Adiutórium nostrum  in nómine Dómini.
R. Qui fecit cælum et terram.
Confíteor Deo omnipoténti, beátæ Maríæ semper Vírgini, beáto Michaéli Archángelo, beáto Ioánni Baptístæ, sanctis Apóstolis Petro et Paulo, ómnibus Sanctis, et vobis, fratres: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo et ópere: mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa. Ideo precor beátam Maríam semper Vírginem, beátum Michaélem Archángelum, beátum Ioánnem Baptístam, sanctos Apóstolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos, et vos, fratres, oráre pro me ad Dóminum, Deum nostrum.
M. Misereátur tui omnípotens Deus, et, dimíssis peccátis tuis, perdúcat te ad vitam ætérnam.
S. Amen.
M. Confíteor Deo omnipoténti, beátæ Maríæ semper Vírgini, beáto Michaéli Archángelo, beáto Ioánni Baptístæ, sanctis Apóstolis Petro et Paulo, ómnibus Sanctis, et tibi, pater: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo et ópere: mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa. Ideo precor beátam Maríam semper Vírginem, beátum Michaélem Archángelum, beátum Ioánnem Baptístam, sanctos Apóstolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos, et te, pater, oráre pro me ad Dóminum, Deum nostrum.
S. Misereátur vestri omnípotens Deus, et, dimíssis peccátis vestris, perdúcat vos ad vitam ætérnam.
R. Amen.
S. Indulgéntiam,  absolutiónem et remissiónem peccatórum nostrórum tríbuat nobis omnípotens et miséricors Dóminus.
R. Amen.
4
P. Our help  is in the Name of the Lord.
S. Who made heaven and earth.
P. I confess to almighty God, to the blessed Mary ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, to all the Saints, and to you, brothers, that I have sinned exceedingly in thought, word, and deed, through my fault, through my fault, through my most grievous fault. Therefore I beseech the blessed Mary, ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, all the Saints, and you, brothers, to pray to the Lord our God for me.
S. May almighty God be merciful to thee, and forgiving thy sins, bring thee to everlasting life.
P. Amen.
S. I confess to almighty God, to the blessed Mary ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, to all the Saints, and to you, Father, that I have sinned exceedingly in thought, word, and deed, through my fault, through my fault, through my most grievous fault. Therefore I beseech the blessed Mary, ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, all the Saints, and you, Father, to pray to the Lord our God for me.
P. May almighty God be merciful to thee, and forgiving thy sins, bring thee to everlasting life.
S. Amen.
P. May the  almighty and merciful Lord grant us pardon, absolution, and remission of our sins.
S. Amen.
V. Deus, tu convérsus vivificábis nos.
R. Et plebs tua lætábitur in te.
V. Osténde nobis, Dómine, misericórdiam tuam.
R. Et salutáre tuum da nobis.
V. Dómine, exáudi oratiónem meam.
R. Et clamor meus ad te véniat.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Orémus,
Aufer a nobis, quǽsumus, Dómine, iniquitátes nostras: ut ad Sancta sanctórum puris mereámur méntibus introíre. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Orámus te, Dómine, per mérita Sanctórum tuórum, quorum relíquiæ hic sunt, et ómnium Sanctórum: ut indulgére dignéris ómnia peccáta mea. Amen.
5
P. O God, Thou wilt turn again and quicken us.
S. And thy people shall rejoice in Thee.
P. Show us, O Lord, Thy mercy.
S. And grant us Thy salvation.
P. O Lord, hear my prayer.
S. And let my cry come before Thee.
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
Let us pray.
Take away from us our iniquities, we beseech Thee, O Lord, that we may be worthy to enter with pure minds into the Holy of Holies, through Christ our Lord. Amen.
We beseech Thee, O Lord, by the merits of Thy Saints, whose relics are here, and of all the Saints, that Thou wouldst vouchsafe to forgive me all my sins. Amen.
Introitus
Ps 12:6
Dómine, in tua misericórdia sperávi: exsultávit cor meum in salutári tuo: cantábo Dómino, qui bona tríbuit mihi.
Ps 12:1
Usquequo, Dómine, oblivísceris me in finem? usquequo avértis fáciem tuam a me?
V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum. Amen.
Dómine, in tua misericórdia sperávi: exsultávit cor meum in salutári tuo: cantábo Dómino, qui bona tríbuit mihi.
6
Introit
Ps 12:6
O Lord, I have trusted in thy mercy. My heart shall rejoice in thy salvation: I will sing to the Lord, who giveth me good things.
Ps 12:1
How long, O Lord, wilt thou forget me unto the end? how long dost thou turn away thy face from me?
V. Glory be to the Father, and to the Son, and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, world without end. Amen.
O Lord, I have trusted in thy mercy. My heart shall rejoice in thy salvation: I will sing to the Lord, who giveth me good things.
Kyrie
S. Kýrie, eléison.
M. Kýrie, eléison.
S. Kýrie, eléison.
M. Christe, eléison.
S. Christe, eléison.
M. Christe, eléison.
S. Kýrie, eléison.
M. Kýrie, eléison.
S. Kýrie, eléison.
7
Kyrie
P. Lord, have mercy.
S. Lord, have mercy.
P. Lord, have mercy.
S. Christ, have mercy.
P. Christ, have mercy.
S. Christ, have mercy.
P. Lord, have mercy.
S. Lord, have mercy.
P. Lord, have mercy.
Gloria
omit.
8
Gloria
omit.
Oratio
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Orémus.
Deus, in te sperántium fortitúdo, adésto propítius invocatiónibus nostris: et, quia sine te nihil potest mortális infírmitas, præsta auxílium grátiæ tuæ; ut, in exsequéndis mandátis tuis, et voluntáte tibi et actióne placeámus.
Per Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
9
Collect
V. The Lord be with you.
R. And with thy spirit.
Let us pray.
O God, the Strength of all them that put their trust in thee, mercifully accept our prayers, and because through the weakness of our mortal nature we can do no good thing without thee, grant us the help of thy grace, that in keeping of thy commandments we may please thee, both in will and deed.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.
Lectio
Léctio Epístolæ beáti Ioánni Apóstoli
1 Ioannnes 4:8-21
Caríssimi: Deus cáritas est. In hoc appáruit cáritas Dei in nobis, quóniam Fílium suum unigénitum misit Deus in mundum, ut vivámus per eum. In hoc est cáritas: non quasi nos dilexérimus Deum, sed quóniam ipse prior diléxit nos, et misit Fílium suum propitiatiónem pro peccátis nostris. Caríssimi, si sic Deus diléxit nos: et nos debémus altérutrum dilígere. Deum nemo vidit umquam. Si diligámus ínvicem, Deus in nobis manet, et cáritas eius in nobis perfécta est. In hoc cognóscimus, quóniam in eo manémus et ipse in nobis: quóniam de Spíritu suo dedit nobis. Et nos vídimus et testificámur, quóniam Pater misit Fílium suum Salvatórem mundi. Quisquis conféssus fúerit, quóniam Iesus est Fílius Dei, Deus in eo manet et ipse in Deo. Et nos cognóvimus et credídimus caritáti, quam habet Deus in nobis. Deus cáritas est: et qui manet in caritáte, in Deo manet et Deus in eo. In hoc perfécta est cáritas Dei nobíscum, ut fidúciam habeámus in die iudicii: quia, sicut ille est, et nos sumus in hoc mundo. Timor non est in caritáte: sed perfécta cáritas foras mittit timórem, quóniam timor pœnam habet. Qui autem timet, non est perféctus in caritáte. Nos ergo diligámus Deum, quóniam Deus prior diléxit nos. Si quis díxerit, quóniam díligo Deum, et fratrem suum óderit, mendax est. Qui enim non díligit fratrem suum, quem videt, Deum, quem non videt, quómodo potest dilígere? Et hoc mandátum habémus a Deo: ut, qui diligit Deum, díligat et fratrem suum.
R. Deo grátias.
10
Lesson
Lesson from the first letter of St John the Apostle
1 John 4:8-21
Dearly beloved: He that loveth not, knoweth not God: for God is charity. By this hath the charity of God appeared towards us, because God hath sent his only begotten Son into the world, that we may live by him. In this is charity: not as though we had loved God, but because he hath first loved us, and sent his Son to be a propitiation for our sins. My dearest, if God hath so loved us; we also ought to love one another. No man hath seen God at any time. If we love one another, God abideth in us, and his charity is perfected in us. In this we know that we abide in him, and he in us: because he hath given us of his spirit. And we have seen, and do testify, that the Father hath sent his Son to be the Saviour of the world. Whosoever shall confess that Jesus is the Son of God, God abideth in him, and he in God. And we have known, and have believed the charity, which God hath to us. God is charity: and he that abideth in charity, abideth in God, and God in him. In this is the charity of God perfected with us, that we may have confidence in the day of judgment: because as he is, we also are in this world. Fear is not in charity: but perfect charity casteth out fear, because fear hath pain. And he that feareth, is not perfected in charity. Let us therefore love God, because God first hath loved us. If any man say, I love God, and hateth his brother; he is a liar. For he that loveth not his brother, whom he seeth, how can he love God, whom he seeth not? And this commandment we have from God, that he, who loveth God, love also his brother.
R. Thanks be to God.
Graduale
Ps 40:5; 40:2
Ego dixi: Dómine, miserére mei: sana ánimam meam, quia peccávi tibi.
V. Beátus, qui intéllegit super egénum et páuperem: in die mala liberábit eum Dóminus. Allelúia, allelúia.
Ps 5:2
Verba mea áuribus pércipe, Dómine: intéllege clamórem meum. Allelúia.
11
Gradual
Ps 40:5; 40:2
I said: O Lord, be thou merciful to me : heal my soul, for I have sinned against thee. Blessed is he that understandeth concerning the needy and the poor : the Lord will deliver him in the evil day. Allelúja, allelúja.
Ps 5:2
Give ear, O Lord, to my words, understand my cry. Allelúja.
Evangelium
Munda cor meum ac lábia mea, omnípotens Deus, qui lábia Isaíæ Prophétæ cálculo mundásti igníto: ita me tua grata miseratióne dignáre mundáre, ut sanctum Evangélium tuum digne váleam nuntiáre. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Iube, Dómine, benedícere. Dóminus sit in corde meo et in lábiis meis: ut digne et competénter annúntiem Evangélium suum. Amen.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Sequéntia +︎ sancti Evangélii secúndum Lucam
R. Glória tibi, Dómine.
Luc 6:36-42
In illo témpore: Dixit Iesus discípulis suis: Estóte misericórdes, sicut et Pater vester miséricors est. Nolíte iudicáre, et non iudicabímini: nolíte condemnáre, et non condemnabímini. Dimíttite, et dimittémini. Date, et dábitur vobis: mensúram bonam et confértam et coagitátam et supereffluéntem dabunt in sinum vestrum. Eadem quippe mensúra, qua mensi fuéritis, remetiétur vobis. Dicébat autem illis et similitúdinem: Numquid potest cæcus cæcum dúcere? nonne ambo in fóveam cadunt? Non est discípulus super magistrum: perféctus autem omnis erit, si sit sicut magister eius. Quid autem vides festúcam in óculo fratris tui, trabem autem, quæ in óculo tuo est, non consíderas? Aut quómodo potes dícere fratri tuo: Frater, sine, eiíciam festúcam de óculo tuo: ipse in oculo tuo trabem non videns? Hypócrita, eiice primum trabem de oculo tuo: et tunc perspícies, ut edúcas festúcam de óculo fratris tui.
R. Laus tibi, Christe.
S. Per Evangélica dicta, deleántur nostra delícta.
12
Gospel
Cleanse my heart and my lips, O almighty God, who didst cleanse the lips of the prophet Isaias with a burning coal, and vouchsafe, through Thy gracious mercy, so to purify me, that I may worthily announce Thy holy Gospel. Through Christ our Lord. Amen.
Give me Thy blessing, O Lord. The Lord be in my heart and on my lips, that I may worthily and in a becoming manner, proclaim His holy Gospel. Amen.
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
Continuation  of the Holy Gospel according to Luke
R. Glory be to Thee, O Lord.
Luke 6:36-42
In that time Jesus said to his disciples: Be ye therefore merciful, as your Father also is merciful. Judge not, and you shall not be judged. Condemn not, and you shall not be condemned. Forgive, and you shall be forgiven. Give, and it shall be given to you: good measure and pressed down and shaken together and running over shall they give into your bosom. For with the same measure that you shall mete withal, it shall be measured to you again. And he spoke also to them a similitude: Can the blind lead the blind? do they not both fall into the ditch? The disciple is not above his master: but every one shall be perfect, if he be as his master. And why seest thou the mote in thy brother's eye: but the beam that is in thy own eye thou considerest not? Or how canst thou say to thy brother: Brother, let me pull the mote out of thy eye, when thou thyself seest not the beam in thy own eye? Hypocrite, cast first the beam out of thy own eye; and then shalt thou see clearly to take out the mote from thy brother's eye.
R. Praise be to Thee, O Christ.
S. By the words of the Gospel may our sins be blotted out.
Credo
omit.
13
Creed
omit.
Offertorium
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Orémus.
Ps 5:3-4.
Inténde voci orationis meæ, Rex meus et Deus meus: quóniam ad te orábo, Dómine.
14
Offertory
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
Let us pray.
Ps 5:3-4
Hearken to the voice of my prayer, O my King and my God. For to thee will I pray: O Lord.
Súscipe, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus, hanc immaculátam hóstiam, quam ego indígnus fámulus tuus óffero tibi Deo meo vivo et vero, pro innumerabílibus peccátis, et offensiónibus, et neglegéntiis meis, et pro ómnibus circumstántibus, sed et pro ómnibus fidélibus christiánis vivis atque defúnctis: ut mihi, et illis profíciat ad salútem in vitam ætérnam. Amen.
Accept, O holy Father, almighty and eternal God, this unspotted host, which I, Thy unworthy servant, offer unto Thee, my living and true God, for my innumerable sins, offenses, and negligences, and for all here present: as also for all faithful Christians, both living and dead, that it may avail both me and them for salvation unto life everlasting. Amen.
Deus,  qui humánæ substántiæ dignitátem mirabíliter condidísti, et mirabílius reformásti: da nobis per huius aquæ et vini mystérium, eius divinitátis esse consórtes, qui humanitátis nostræ fíeri dignátus est párticeps, Iesus Christus, Fílius tuus, Dóminus noster: Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus: per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
O God, who, in creating human nature, didst wonderfully dignify it, and still more wonderfully restore it, grant that, by the Mystery of this water and wine, we may be made partakers of His divine nature, who vouchsafed to be made partaker of our human nature, even Jesus Christ our Lord, Thy Son, who with Thee, liveth and reigneth in the unity of the Holy Ghost, God: world without end. Amen.
Offérimus tibi, Dómine, cálicem salutáris, tuam deprecántes cleméntiam: ut in conspéctu divínæ maiestátis tuæ, pro nostra et totíus mundi salúte, cum odóre suavitátis ascéndat. Amen.
In spíritu humilitátis et in ánimo contríto suscipiámur a te, Dómine: et sic fiat sacrifícium nostrum in conspéctu tuo hódie, ut pláceat tibi, Dómine Deus.
Veni, sanctificátor omnípotens ætérne Deus: et béne  dic hoc sacrifícium, tuo sancto nómini præparátum.
17
We offer unto Thee, O Lord, the chalice of salvation, beseeching Thy clemency, that it may ascend before Thy divine Majesty, as a sweet savor, for our salvation, and for that of the whole world. Amen.
Accept us, O Lord, in the spirit of humility and contrition of heart, and grant that the sacrifice which we offer this day in Thy sight may be pleasing to Thee, O Lord God.
Come, O almighty and eternal God, the Sanctifier, and bless  this Sacrifice, prepared for the glory of Thy holy Name.
Lavábo inter innocéntes manus meas: et circúmdabo altáre tuum, Dómine: Ut áudiam vocem laudis, et enárrem univérsa mirabília tua. Dómine, diléxi decórem domus tuæ et locum habitatiónis glóriæ tuæ. Ne perdas cum ímpiis, Deus, ánimam meam, et cum viris sánguinum vitam meam: In quorum mánibus iniquitátes sunt: déxtera eórum repléta est munéribus. Ego autem in innocéntia mea ingréssus sum: rédime me et miserére mei. Pes meus stetit in dirécto: in ecclésiis benedícam te, Dómine.
V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum. Amen.
18
I will wash my hands among the innocent: and I will compass Thine altar, O Lord That I may hear the voice of praise: and tell of all Thy wonderous works. I have loved, O Lord, the beauty of Thy house and the place where Thy glory dwelleth. Take not away my soul, O God, with the wicked: nor my life with blood-thirsty men. In whose hands are iniquities, their right hand is filled with gifts. But I have walked in my innocence: redeem me, and have mercy on me. My foot hath stood in the direct way, in the churches I will bless Thee, O Lord.
V. Glory be to the Father, and to the Son, and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, world without end. Amen.
Súscipe, sancta Trínitas, hanc oblatiónem, quam tibi offérimus ob memóriam passiónis, resurrectiónis, et ascensiónis Iesu Christi, Dómini nostri: et in honórem beátæ Maríæ semper Vírginis, et beáti Ioannis Baptistæ, et sanctórum Apostolórum Petri et Pauli, et istórum et ómnium Sanctórum: ut illis profíciat ad honórem, nobis autem ad salútem: et illi pro nobis intercédere dignéntur in cælis, quorum memóriam ágimus in terris. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Receive, O holy Trinity, this oblation which we make to Thee, in memory of the Passion, Resurrection and Ascension of our Lord Jesus Christ, and in honor of Blessed Mary, ever Virgin, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, and of all the Saints, that it may avail unto their honor and our salvation, and may they vouchsafe to intercede for us in heaven, whose memory we celebrate on earth. Through the same Christ our Lord. Amen.
S. Oráte, fratres: ut meum ac vestrum sacrifícium acceptábile fiat apud Deum Patrem omnipoténtem.
M. Suscípiat Dóminus sacrifícium de mánibus tuis ad laudem et glóriam nominis sui, ad utilitátem quoque nostram, totiúsque Ecclésiæ suæ sanctæ.
S. Amen.

Secreta
Hostias nostras, quǽsumus, Dómine, tibi dicátas placátus assúme: et ad perpetuum nobis tríbue proveníre subsídium.
Per Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
20
P. Brethren, pray that my Sacrifice and yours may be acceptable to God the Father almighty.
S. May the Lord receive the Sacrifice from thy hands, to the praise and glory of His Name, to our benefit and that of all His holy Church.
P. Amen.

Secret
Be appeased, O Lord, we beseech thee, and accept the victims we dedicate to thee, and grant that they may avail us for perpetual aid.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.
Præfatio
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
V. Sursum corda.
R. Habémus ad Dóminum.
V. Grátias agámus Dómino, Deo nostro.
R. Dignum et iustum est.

Communis
Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine sancte, Pater omnípotens, ætérne Deus: per Christum, Dóminum nostrum. Per quem maiestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Cæli cælorúmque Virtútes ac beáta Séraphim sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces ut admítti iubeas, deprecámur, súpplici confessione dicéntes:

Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus, Deus Sábaoth. Pleni sunt cæli et terra glória tua. Hosánna in excélsis. Benedíctus, qui venit in nómine Dómini. Hosánna in excélsis.
21
Preface
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
P. Lift up your hearts.
S. We have lifted them up to the Lord.
P. Let us give thanks to the Lord our God.
S. It is meet and just.

Common
It is truly meet and just, and profitable unto salvation, that we should at all times, and in all places, give thanks to Thee, O Holy Lord, Father Almighty, eternal God, through Christ, our Lord. Through whom the Angels praise Thy Majesty, the Dominions adore it, the Powers are in awe. Which the heavens and the hosts of heaven together with the blessed Seraphim joyfully do magnify. And do Thou command that it be permitted us to join with them in confessing Thee, while we say with lowly praise:

Holy, Holy, Holy, Lord God of Sabaoth! Heaven and earth are full of Thy glory! Hosanna in the highest! Blessed is He that cometh in the Name of the Lord! Hosanna in the highest!
Canon
Te ígitur, clementíssime Pater, per Iesum Christum, Fílium tuum, Dóminum nostrum, súpplices rogámus, ac pétimus, uti accépta hábeas et benedícas, hæc  dona, hæc  múnera, hæc  sancta sacrifícia illibáta, in primis, quæ tibi offérimus pro Ecclésia tua sancta cathólica: quam pacificáre, custodíre, adunáre et régere dignéris toto orbe terrárum: una cum fámulo tuo Papa nostro N. et Antístite nostro N. et ómnibus orthodóxis, atque cathólicæ et apostólicæ fídei cultóribus.
22
Canon
We therefore, humbly pray and beseech Thee, most merciful Father, through Jesus Christ; Thy Son, our Lord, that Thou wouldst vouchsafe to accept and bless these  gifts, these  presents, these  holy unspotted Sacrifices, which in the first place we offer Thee for Thy holy Catholic Church to which vouchsafe to grant peace, as also to preserve, unite, and govern it throughout the world, together with Thy servant our Pope, and our Bishop, and all orthodox believers and professors of the Catholic and Apostolic Faith.
Meménto, Dómine, famulórum famularúmque tuarum N. et N. et ómnium circumstántium, quorum tibi fides cógnita est et nota devótio, pro quibus tibi offérimus: vel qui tibi ófferunt hoc sacrifícium laudis, pro se suísque ómnibus: pro redemptióne animárum suárum, pro spe salútis et incolumitátis suæ: tibíque reddunt vota sua ætérno Deo, vivo et vero.
Be mindful, O Lord, of Thy servants and handmaidens, N. et N. and of all here present, whose faith and devotion are known unto Thee, for whom we offer, or who offer up to Thee, this sacrifice of praise for themselves, their families and friends, for the redemption of their souls, for the health and salvation they hope for; and who now pay their vows to Thee, the everlasting, living and true God.
Communicántes, et memóriam venerántes, in primis gloriósæ semper Vírginis Maríæ, Genetrícis Dei et Dómini nostri Iesu Christi: sed et beáti Ioseph, eiúsdem Vírginis Sponsi,
et beatórum Apostolórum ac Mártyrum tuórum, Petri et Pauli, Andréæ, Iacóbi, Ioánnis, Thomæ, Iacóbi, Philíppi, Bartholomǽi, Matthǽi, Simónis et Thaddǽi: Lini, Cleti, Cleméntis, Xysti, Cornélii, Cypriáni, Lauréntii, Chrysógoni, Ioánnis et Pauli, Cosmæ et Damiáni: et ómnium Sanctórum tuórum; quorum méritis precibúsque concédas, ut in ómnibus protectiónis tuæ muniámur auxílio. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
24
We pray in union with and honor the memory, especially of the glorious ever Virgin Mary, mother of our God and Lord Jesus Christ: as also of the blessed Joseph, her Spouse,
and of the blessed Apostles and Martyrs Peter and Paul, Andrew, James, John, Thomas, James, Philip, Bartholomew, Matthew, Simon, and Thaddeus; Linus, Cletus, Clement, Xystus, Cornelius, Cyprian, Lawrence, Chrysogonus, John and Paul, Cosmas and Damian, and of all Thy Saints, through whose merits and prayers, grant that we may in all things be defended by the help of Thy protection. Through the same Christ our Lord. Amen.

Hanc ígitur oblatiónem servitútis nostræ, sed et cunctæ famíliæ tuæ,
quǽsumus, Dómine, ut placátus accípias: diésque nostros in tua pace dispónas, atque ab ætérna damnatióne nos éripi, et in electórum tuórum iúbeas grege numerári. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
25

We therefore beseech Thee, O Lord, graciously to accept this oblation of our service, as also of Thy whole family;
and to dispose our days in Thy peace, preserve us from eternal damnation, and rank us in the number of Thine Elect. Through the same Christ our Lord. Amen.
Quam oblatiónem tu, Deus, in ómnibus, quǽsumus, bene  díctam, adscríp  tam, ra  tam, rationábilem, acceptabilémque fácere dignéris: ut nobis Cor  pus, et San  guis fiat dilectíssimi Fílii tui, Dómini nostri Iesu Christi.
Which oblation do Thou, O God, vouchsafe in all respects, to bless,  approve,  ratify,  make worthy and acceptable; that it may be made for us the Body  and Blood  of Thy most beloved Son Jesus Christ our Lord.
Qui prídie quam paterétur, accépit panem in sanctas ac venerábiles manus suas, elevátis óculis in cælum ad te Deum, Patrem suum omnipoténtem, tibi grátias agens, bene  díxit, fregit, dedítque discípulis suis, dicens: Accípite, et manducáte ex hoc omnes.
Who, the day before He suffered, took bread into His holy and venerable hands, and with His eyes lifted up towards heaven unto Thee, God, His almighty Father, giving thanks to Thee, He blessed  it, broke it and gave it to His disciples saying: Take and eat ye all of this,

HOC EST ENIM CORPUS MEUM.


28

FOR THIS IS MY BODY.



Símili modo postquam cenátum est, accípiens et hunc præclárum Cálicem in sanctas ac venerábiles manus suas: item tibi grátias agens, bene  díxit, dedítque discípulis suis, dicens: Accípite, et bíbite ex eo omnes.
29

In like manner, after He had supped, taking also this excellent chalice into His holy and venerable hands He blessed  , and gave it to His disciples, saying: Take and drink ye all of this,

HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS MEI, NOVI ET ÆTERNI TESTAMENTI: MYSTERIUM FIDEI: QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFUNDETUR IN REMISSIONEM PECCATORUM.


Hæc quotiescúmque fecéritis, in mei memóriam faciétis.
30

FOR THIS IS THE CHALICE OF MY BLOOD OF THE NEW AND ETERNAL TESTAMENT, THE MYSTERY OF FAITH; WHICH SHALL BE SHED FOR YOU AND FOR MANY UNTO THE REMISSION OF SINS.


As often as ye do these things, ye shall do them in remembrance of Me.

Unde et mémores, Dómine, nos servi tui, sed et plebs tua sancta, eiúsdem Christi Fílii tui, Dómini nostri, tam beátæ passiónis, nec non et ab ínferis resurrectiónis, sed et in cælos gloriósæ ascensiónis: offérimus præcláræ maiestáti tuæ de tuis donis ac datis, hóstiam  puram, hóstiam  sanctam, hóstiam  immaculátam, Panem  sanctum vitæ ætérnæ, et Cálicem  salútis perpétuæ.
31

Wherefore, O Lord, we Thy servants, as also Thy holy people, calling to mind the blessed Passion of the same Christ, Thy Son, our Lord, and also His Resurrection from the dead and His glorious Ascension into heaven: do offer unto Thy most excellent Majesty of Thine own gifts, bestowed upon us, a pure  Host, a holy  Host, an unspotted  Host, the holy  Bread of eternal life, and the Chalice  of everlasting salvation.

Supra quæ propítio ac seréno vultu respícere dignéris: et accépta habére, sicúti accépta habére dignátus es múnera púeri tui iusti Abel, et sacrifícium Patriárchæ nostri Abrahæ: et quod tibi óbtulit summus sacérdos tuus Melchísedech, sanctum sacrifícium, immaculátam hóstiam.
32

Upon which vouchsafe to look with a propitious and serene countenance, and to accept them, as Thou wert graciously pleased to accept the gifts of Thy just servant Abel, and the sacrifice of our patriarch Abraham, and that which Thy high priest Melchisedech offered to Thee, a holy Sacrifice, and unspotted Victim.
Súpplices te rogámus, omnípotens Deus: iube hæc perférri per manus sancti Angeli tui in sublíme altáre tuum, in conspéctu divínæ maiestátis tuæ: ut, quotquot ex hac altáris participatióne sacrosánctum Fílii tui Cor  pus, et Sán  guinem sumpsérimus, omni benedictióne cælésti et grátia repleámur. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
We most humbly beseech Thee, almighty God, command these offerings to be borne by the hands of Thy holy Angels to Thine altar on high, in the sight of Thy divine majesty, that as many as shall partake of the most holy Body  and Blood  of Thy Son at this altar, may be filled with every heavenly grace and blessing. Through the same Christ our Lord. Amen.
Meménto étiam, Dómine, famulórum famularúmque tuárum N. et N., qui nos præcessérunt cum signo fídei, et dórmiunt in somno pacis. Ipsis, Dómine, et ómnibus in Christo quiescéntibus locum refrigérii, lucis, et pacis, ut indúlgeas, deprecámur. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Remember also, O Lord, Thy servants and handmaids N. and N., who are gone before us with the sign of faith, and rest in the sleep of peace. To these, O Lord, and to all that rest in Christ, grant, we beseech Thee, a place of refreshment, light, and peace; Through the same Christ our Lord. Amen.
Nobis quoque peccatóribus fámulis tuis, de multitúdine miseratiónum tuárum sperántibus, partem áliquam et societátem donáre dignéris, cum tuis sanctis Apóstolis et Martýribus: cum Ioánne, Stéphano, Matthía, Bárnaba, Ignátio, Alexándro, Marcellíno, Petro, Felicitáte, Perpétua, Agatha, Lúcia, Agnéte, Cæcília, Anastásia, et ómnibus Sanctis tuis: intra quorum nos consórtium, non æstimátor mériti, sed véniæ, quǽsumus, largítor admítte. Per Christum, Dóminum nostrum.
To us also, Thy sinful servants, confiding in the multitude of Thy mercies, vouchsafe to grant some part and fellowship with Thy holy Apostles and Martyrs, with John, Stephen, Matthias, Barnabas, Ignatius, Alexander, Marcellinus, Peter, Felicitas, Perpetua, Agatha, Lucy, Agnes, Cecilia, Anastasia, and with all Thy Saints, into whose company we beseech Thee to admit us, not weighing our merits, but pardoning our offenses. Through Christ our Lord.
Per quem hæc ómnia, Dómine, semper bona creas, sanctí  ficas, viví  ficas, bene  dícis et præstas nobis.
Per ip  sum, et cum ip  so, et in ip  so, est tibi Deo Patri  omnipoténti, in unitáte Spíritus  Sancti,
omnis honor, et glória.
Per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
36
By Whom, O Lord, Thou dost ever create, sanctify,  quicken,  bless,  and give unto us all these good things.
By Him,  and with Him,  and in Him  is to Thee, God the Father  almighty, in the unity of the Holy  Ghost,
all honor and glory.
P. World without end.
S. Amen.
Preparatio Communionis

Orémus: Præcéptis salutáribus móniti, et divína institutióne formáti audémus dícere:

Pater noster, qui es in cælis. Sanctificétur nomen tuum. Advéniat regnum tuum. Fiat volúntas tua, sicut in cælo et in terra. Panem nostrum quotidiánum da nobis hódie. Et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris. Et ne nos indúcas in tentatiónem:
R. Sed líbera nos a malo.
S. Amen.
37
Preparation for Communion
Let us pray. Instructed by Thy saving precepts, and following Thy divine institution, we are bold to say:
Our Father, who art in heaven, hallowed be Thy Name; Thy kingdom come; Thy will be done on earth as it is in heaven. Give us this day our daily bread. And forgive us our trespasses, as we forgive those who trespass against us. And lead us not into temptation.
M. But deliver us from evil.
P. Amen.
Líbera nos, quǽsumus, Dómine, ab ómnibus malis, prætéritis, præséntibus et futúris: et intercedénte beáta et gloriósa semper Vírgine Dei Genetríce María, cum beátis Apóstolis tuis Petro et Paulo, atque Andréa, et ómnibus Sanctis, da propítius pacem in diébus nostris: ut, ope misericórdiæ tuæ adiúti, et a peccáto simus semper líberi et ab omni perturbatióne secúri.
Per eúndem Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum.
Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus.
V. Per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
Pax Dómini sit semper vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
38
Deliver us, we beseech Thee, O Lord, from all evils, past, present, and to come; and by the intercession of the Blessed and glorious ever Virgin Mary, Mother of God, and of the holy Apostles, Peter and Paul, and of Andrew, and of all the Saints, mercifully grant peace in our days, that through the assistance of Thy mercy we may be always free from sin, and secure from all disturbance.
Through the same Jesus Christ, Thy Son, our Lord.
Who with Thee in the unity of the Holy Ghost liveth and reigneth God,
P. World without end.
S. Amen.
P. The peace  of the Lord be  always with  you.
S. And with thy spirit.
Hæc commíxtio, et consecrátio Córporis et Sánguinis Dómini nostri Iesu Christi, fiat accipiéntibus nobis in vitam ætérnam. Amen.
May this mixture and consecration of the Body and Blood of our Lord Jesus Christ be to us who receive it effectual unto eternal life. Amen.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: miserére nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: miserére nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: dona nobis pacem.
40
Lamb of God, who takest away the sins of the world, have mercy on us.
Lamb of God, who takest away the sins of the world, have mercy on us.
Lamb of God, who takest away the sins of the world, grant us peace.
Dómine Iesu Christe, qui dixísti Apóstolis tuis: Pacem relínquo vobis, pacem meam do vobis: ne respícias peccáta mea, sed fidem Ecclésiæ tuæ; eámque secúndum voluntátem tuam pacificáre et coadunáre dignéris: Qui vivis et regnas Deus per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
O Lord Jesus Christ, who saidst to Thine Apostles: Peace I leave you, My peace I give you: regard not my sins, but the faith of Thy Church; and vouchsafe to grant her that peace and unity which is agreeable to Thy will: Who livest and reignest God, world without end. Amen.
Dómine Iesu Christe, Fili Dei vivi, qui ex voluntáte Patris, cooperánte Spíritu Sancto, per mortem tuam mundum vivificásti: líbera me per hoc sacrosánctum Corpus et Sánguinem tuum ab ómnibus iniquitátibus meis, et univérsis malis: et fac me tuis semper inhærére mandátis, et a te numquam separári permíttas: Qui cum eódem Deo Patre et Spíritu Sancto vivis et regnas Deus in sǽcula sæculórum. Amen.
O Lord Jesus Christ, Son of the living God, who, according to the will of Thy Father, with the cooperation of the Holy Ghost, hast by Thy death given life to the world; deliver me by this Thy most sacred Body and Blood, from all my iniquities and from all evils; and make me always cleave to Thy commandments, and suffer me never to be separated from Thee, Who livest and reignest, with the same God the Father and the Holy Ghost, God, world without end. Amen.
Percéptio Córporis tui, Dómine Iesu Christe, quod ego indígnus súmere præsúmo, non mihi provéniat in iudícium et condemnatiónem: sed pro tua pietáte prosit mihi ad tutaméntum mentis et córporis, et ad medélam percipiéndam: Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
Let not the partaking of Thy Body, O Lord, Jesus Christ, which I, though unworthy, presume to receive, turn to my judgment and condemnation; but let it, through Thy mercy, become a safeguard and remedy, both for soul and body; Who with God the Father, in the unity of the Holy Ghost, livest and reignest God, world without end. Amen.
Panem cæléstem accípiam, et nomen Dómini invocábo.
V. Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
V. Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
V. Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
44
I will take the Bread of heaven, and will call upon the Name of the Lord.
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
Corpus Dómini nostri Iesu Christi custódiat ánimam meam in vitam ætérnam. Amen.
The Body of our Lord Jesus Christ preserve my soul unto life everlasting. Amen.
Quid retríbuam Dómino pro ómnibus, quæ retríbuit mihi? Cálicem salutáris accípiam, et nomen Dómini invocábo. Laudans invocábo Dóminum, et ab inimícis meis salvus ero.
Sanguis Dómini nostri Iesu Christi custódiat ánimam meam in vitam ætérnam. Amen.
46
What return shall I make to the Lord for all He has given to me? I will take the chalice of salvation, and call upon the Name of the Lord. Praising I will call upon the Lord, and I shall be saved from my enemies.
The Blood of our Lord Jesus Christ preserve my soul unto life everlasting. Amen.
Communio

47
Communio

Quod ore súmpsimus, Dómine, pura mente capiámus: et de múnere temporáli fiat nobis remédium sempitérnum.
Corpus tuum, Dómine, quod sumpsi, et Sanguis, quem potávi, adhǽreat viscéribus meis: et præsta; ut in me non remáneat scélerum mácula, quem pura et sancta refecérunt sacraménta: Qui vivis et regnas in sǽcula sæculórum. Amen.
48
Grant, O Lord, that what we have taken with our mouth, we may receive with a pure mind; and from a temporal gift may it become to us an eternal remedy.
May Thy Body, O Lord, which I have received, and Thy Blood which I have drunk, cleave to my bowels; and grant that no stain of sin may remain in me, who have been fed with this pure and holy Sacrament; Who livest and reignest for ever and ever. Amen.
Communio
Ps 9:2-3
Narrábo ómnia mirabília tua: lætábor et exsultábo in te: psallam nómini tuo, Altíssime.
49
Communion
Ps 9:2-3
I will relate all thy wonders. I will be glad and rejoice in thee: I will sing to thy name, O thou most high.
Postcommunio
S. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Orémus.
Tantis, Dómine, repléti munéribus: præsta, quǽsumus; ut et salutária dona capiámus, et a tua numquam laude cessémus.
Per Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
50
Post Communion
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
Let us pray.
Filled, O Lord, as we are with so great bounties, we beseech thee; that we may receive the gifts of salvation, and never cease from thy praise.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.
Conclusio
S. Dóminus vobíscum.
M. Et cum spíritu tuo.
51
Conclusion
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
V. Ite, Missa est.
R. Deo grátias.
52
V. Go, the Mass is ended.
R. Thanks be to God.
Pláceat tibi, sancta Trínitas, obséquium servitútis meæ: et præsta; ut sacrifícium, quod óculis tuæ maiestátis indígnus óbtuli, tibi sit acceptábile, mihíque et ómnibus, pro quibus illud óbtuli, sit, te miseránte, propitiábile. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
May the performance of my homage be pleasing to Thee, O holy Trinity: and grant that the Sacrifice which I, though unworthy, have offered up in the sight of Thy Majesty, may be acceptable to Thee, and through Thy mercy, be a propitiation for me, and for all those for whom I have offered it. Through Christ our Lord. Amen.
Benedícat vos omnípotens Deus,
Pater, et Fílius,  et Spíritus Sanctus.
R. Amen.
54
P. May almighty God the Father, Son,  and Holy Ghost,
bless you.
S. Amen.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Inítium +︎ sancti Evangélii secúndum Ioánnem
R. Glória tibi, Dómine.
Ioann. 1, 1-14.
Iunctis manibus prosequitur:
In princípio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum. Hoc erat in princípio apud Deum. Omnia per ipsum facta sunt: et sine ipso factum est nihil, quod factum est: in ipso vita erat, et vita erat lux hóminum: et lux in ténebris lucet, et ténebræ eam non comprehendérunt.
Fuit homo missus a Deo, cui nomen erat Ioánnes. Hic venit in testimónium, ut testimónium perhibéret de lúmine, ut omnes créderent per illum. Non erat ille lux, sed ut testimónium perhibéret de lúmine.
Erat lux vera, quæ illúminat omnem hóminem veniéntem in hunc mundum. In mundo erat, et mundus per ipsum factus est, et mundus eum non cognóvit. In própria venit, et sui eum non recepérunt. Quotquot autem recepérunt eum, dedit eis potestátem fílios Dei fíeri, his, qui credunt in nómine eius: qui non ex sanguínibus, neque ex voluntáte carnis, neque ex voluntáte viri, sed ex Deo nati sunt. Genuflectit dicens: Et Verbum caro factum est, Et surgens prosequitur: et habitávit in nobis: et vídimus glóriam eius, glóriam quasi Unigéniti a Patre, plenum grátiæ et veritátis.
R. Deo grátias.
55
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
The beginning +︎ of the holy Gospel according to John
R. Glory be to Thee, O Lord.
John 1, 1-14

In the beginning was the Word, and the Word was with God, and the Word was God. The same was in the beginning with God. All things were made by Him, and without Him was made nothing that was made: in Him was life, and the life was the Light of men; and the Light shineth in darkness, and the darkness did not comprehend it.
There was a man sent from God, whose name was John. This man came for a witness, to testify concerning the Light, that all might believe through Him. He was not the Light, but he was to testify concerning the Light.
That was the true Light, which enlighteneth every man that cometh into this world. He was in the world, and the world was made by Him, and the world knew Him not. He came unto His own, and His own received Him not. But as many as received Him to them He gave power to become sons of God, to them that believe in His Name, who are born not of blood, nor of the will of the flesh, nor of the will of man, but of God. Here all kneel. And the Word was made flesh, and dwelt among us: and we saw His glory, the glory as of the Only begotten of the Father, full of grace and truth.
R. Thanks be to God.
Orationes Leonis XIII
S. Ave María, grátia plena, Dóminus tecum, benedícta tu in muliéribus et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
O. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ. Amen.
S. Ave María, grátia plena, Dóminus tecum, benedícta tu in muliéribus et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
O. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ. Amen.
S. Ave María, grátia plena, Dóminus tecum, benedícta tu in muliéribus et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
O. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ. Amen.

O. Salve Regína, Mater misericórdiæ, vita, dulcédo, et spes nostra, salve. Ad te clamámus, éxsules fílii Evæ. Ad te suspirámus geméntes et flentes in hac lacrymárum valle. Eia ergo, Advocáta nostra, illos tuos misericórdes óculos ad nos convérte. Et Iesum, benedíctum fructum ventris tui, nobis, post hoc exílium, osténde. O clemens, o pia, o dulcis Virgo Mária.
S. Ora pro nobis, sancta Dei Génitrix.
O. Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.

S. Orémus. Deus, refúgium nostrum et virtus, pópulum ad te clamántem propítius réspice; et intercedénte gloriósa, et immaculáta Vírgine Dei Genitríce María, cum beáto Ioseph, eius Sponso, ac beatis Apóstolis tuis Petro et Paulo, et ómnibus Sanctis, quas pro conversióne peccatórum, pro libertáte et exaltatióne sanctæ Matris Ecclésiæ, preces effúndimus, miséricors et benígnus exáudi. Per eúndem Christum Dóminum nostrum. Amen.

O. Sancte Míchaël Archángele, defénde nos in prǽlio; contra nequítiam et insídias diáboli esto præsídium. Imperet illi Deus, súpplices deprecámur: tuque, Princeps milítiæ Cæléstis, sátanam aliósque spíritus malígnos, qui ad perditiónem animárum pervagántur in mundo, divína virtúte in inférnum detrúde. Amen.

S. Cor Iesu sacratíssimum.
O. Miserére nobis.
S. Cor Iesu sacratíssimum.
O. Miserére nobis.
S. Cor Iesu sacratíssimum.
O. Miserére nobis.
56
Leonine Prayers
P. Hail Mary, full of grace; The Lord is with thee; Blessed art thou amongst women, And blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
A. Holy Mary, Mother of God, Pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.
P. Hail Mary, full of grace; The Lord is with thee; Blessed art thou amongst women, And blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
A. Holy Mary, Mother of God, Pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.
P. Hail Mary, full of grace; The Lord is with thee; Blessed art thou amongst women, And blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
A. Holy Mary, Mother of God, Pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.

A. Hail, holy Queen, Mother of Mercy, our life, our sweetness, and our hope. To thee do we cry, poor banished children of Eve. To thee do we send up our sighs, mourning and weeping in this valley of tears. Turn then, most gracious Advocate, thine eyes of mercy towards us. And after this our exile, show unto us the blessed Fruit of thy womb, Jesus. O clement, O loving, O sweet Virgin Mary.
P. Pray for us, O Holy Mother of God.
O. That we may be made worthy of the promises of Christ.

P. Let us pray. O God, our refuge and our strength, look down in mercy on Thy people who cry to Thee; and by the intercession of the glorious and Immaculate Virgin Mary, Mother of God, of St. Joseph her Spouse, of Thy blessed Apostles Peter and Paul, and of all the Saints, in mercy and goodness hear our prayers for the conversion of sinners, and for the liberty and exaltation of our holy Mother the Church. Through the same Christ our Lord. Amen.

A. Holy Michael Archangel, defend us in the day of battle; be our safeguard against the wickedness and snares of the devil. -- May God rebuke him, we humbly pray: and do thou, Prince of the heavenly host, by the power of God thrust down to hell Satan and all wicked spirits, who wander through the world for the ruin of souls. Amen.

P. Most Sacred Heart of Jesus,
A. Have mercy upon us.
P. Most Sacred Heart of Jesus,
A. Have mercy upon us.
P. Most Sacred Heart of Jesus,
A. Have mercy upon us.
Post Missam

     Sancta Missa Persoluta     

             

Propers

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