El Estebanillo y la monarquía imperial. Viva Felipe iv la apoteosis de
España y triunfo de la catolicidad que algunos llaman decadencia
toca,
pero Antón que paga la aldea. Fiestas
y regocijos. Toros y cañas. Ya jugaban en Aragón a fiestas de moros
y cristianos y esperaban a su majestad que salió a campaña a la
guerra contra franceses. Corría el año 1644 un año después de la
derrota de Rocroy por el mariscal Condé y el gabacho invade Cataluña
pero los tercios zarpando desde Italia y dando fondo en Vinaroz
subieron por la sierra de Pandols
a cortarle la hoz y la zoqueta a ciertos segadores. No volvieron a
entonar aquel himno de corpus en muchos años.
Su
majestad dio vistas a Zaragoza el 18 de marzo de 1645 y fue aclamado
por el pueblo llano que mucho quería a aquel monarca.
No
se ha de olvidar que en el periodo de su largo reinado la cultura
española alcanza su máximo relieve en literatura, en las artes
liberales, en pintura, arquitectura y nuestros ejércitos pese a la
merma de Rocroy eran temidos en todo el orbe.
El
autor debió de participar y se embarcó en la nave capitana en la
que iba de capitán general el virrey de Napoles don Pedro
de Arellano
caballero de la orden de Santiago.
Lo
llevaba de bufón al que libra de la buena tunda de una cantinera
pitusa -tocaron puerto en Mallorca- que la emprendió a palos contra
el pícaro por haber vomitado todo el aguardiente que llevaba en las
tripas en el mandil pues, siguiendo su costumbre en la marina
española, a embarcar el primero y a desembarcar el postrero- en su
matalotaje de popa, para no perder la costumbre, metió veinte
frascos de vino, una caja de arenques y sardinas saladas, galleta y
bizcochos y otras menudencias y dulces para quitar el amargor de boca
después de las grandes polvaredas
.
Hay
serios fundamentos para pensar que por el estilo y la forma de narrar
hay grandes parecidos entre el Estebanillo
y el Buscón.
El
libro impreso en Bruselas en 1633 pudo salir de la pluma del inmortal
autor de los Sueños
que lo escribió estando preso en san Marcos
como divertimento a sus tristezas. No se trata de un texto
autobiográfico aunque lo parezca. El resquemor que muestra hacia los
judíos y a los genoveses que eran polilla de nuestras arcas y la
befa que hace de GONGORA, adalid de retajados y de conversos en esta
segunda parte de la novela donde pone en circulación la palabra
gongorizar
o escribir versos oscuros como en las Soledades,
avalan tal suposición. El libro loa al Duque de AMALFI, mecenas de
no pocos literatos de aquella pléyade, mentor de Cervantes y de
Quevedo tras la caída del Conde Duque de OLIVARES.
Sería
el último canto del cisne del genio de las letras castellanas antes
de bajar al sepulcro en la Torre de Juan Abad en 1648. y no hay más
Flandes como se solía decir.
La
misoginia lo mismo que la afición al vino puede ser otro punto en
común.
Del
desencanto participan ambos textos. Si don Francisco inmortaliza a su
desdeñosa Lisi en su composición sobre el polvo enamorado don
Esteban vierte su bilis contra aquella ojizarca rubia de la que se
enamora en Bruselas en esta poesía satírica cuajada de tmsesis
y de tropos literarios de alta calidad:
madama
doña embeleco
más
lamida que alcuzcuz
más
probada que piñata
más
chupada que orozuz;
más
manida que una estrada
más
navegada que el mar del sur.
Más
combatida que Rodas
más
gananciosa que un flux
tan
circe de los novatos
que
con saberte pecadora
te
hacen todos randivú
garitera
perdurable
del
juego del dingadux
tarasca
de las meriendas
y
de los dineros avestruz
ya
no hay Blas ni pan perdido
que
a tu gran ingratitud
le
canté la del per omnia
después
de hacerle la cruz
sólo
estoy arrepentido
de
que te hice la buz
y
de haber zambullido
por
lastre de tu laúd
con
dios quedad
que
yo parto a Calatayud
por
no ser de tu galera
el
forzado de Dragud
Es
la jácara con que el poeta responde a un billete que previamente le
había enviado la interfecta:
señor
gallego romano
hombre
de chanzas y burlas
que
has probado todos brodios
y
campado de garulla
más
raído que bayeta
más
descollado que grulla
con
más flores que un verano
y
más conchas que tortuga;
postillón
de Alcalá a Huete
y
alcahuete
gentilhombre
de la bufa
residente
de bodegos
y
asistente de bayucas
¿cómo
ingratonazo amante,
después
de darme una zurra
y
jugar de carambola
con
cuatro mil garatusas
dejaste
a tu carrasca
por
buscar corruscas
y
por chamuscarte en celos
o
me guiñas o te afufas?
Tortolilla
me contempla
que
en lugar de llanto arrulla
por
saber que esa la tu flor
es
del berro o de la Osuna.
Vuelve
a casa pan perdido
pues
me tienes vagamunda
que
tu persona apetezca
y
renuncio a tu pecunia.
Francisco
de Quevedo el mejor galán de nuestra lírica no tuvo tampoco suerte
con las mujeres.
Campó
por burdeles y figones, se divorció de su esposa una tal Felipa y
Gongora le hiere en lo más vivo motejandole de impotente.
El
doctor Marañón a lo largo de muchas de sus obras y ensayos
biográficos Amiel,
biografía de Enrique
iv lanza
la hipótesis que muchos varones con la virilidad en entredicho ora
por algún defecto físico o por timidez amorosa suelen solazarse con
mujeres públicas desdeñando a las de su rango y condición.
Quevedo
era cojo y se daba al vino. El Estebanillo se quejaba de su gordura.
Era un espadachín de primera,
tanto con el sable como como la lengua.
Dedicaba
los más bellos,
sonetos a sus adoradas pero luego se iba de picos pardos. Esta
inclinación por la bufa es común en ambos autores. ¿Dos
en uno o eran el mismo? Supuestamente un discípulo del Señor de la
Torre de Juan Abad.
En
cualquier caso tanto el Buscón como el Estebanillo rezuman salero,
optimismo, amor a su patria. Un cierto desdén hacia los
convencionalismo y a la gazmoñería de sus contemporáneos.
En
cualquier caso, se trata de dos libros gloriosos que nos reconcilian
con España a la que aman porque no les gusta (bajo la apariencia del
desenfado,
desaprensivos de este vivir airado se esconde una intención
moralizadora) y nos hacen olvidar las pesadumbres de la existencia.
Es
el genio de España y de Italia trabajando a tope. Gran parte de la
crítica moderna no lo supo entender. Yo que leía entre carcajadas
la vida del estebanillo aquel otoño lejano en londres año 1974
cuando venía el cambio y todos estábamos un poco apabullados lo he
vuelto a releer casi cuarenta años después encontrando aspectos que
se me pasaron entonces pero que conservan una rabiosa actualidad y
ese es el toque de veras, el sacramento, de los escritos geniales que
nunca pasan de moda.
Hagamos
una higa a los mentecatos, a los mequetrefes a los encaramados
politólogos a los profetas del
doom
y a las sibilas casandras que no cesan en su agorería apocalíptica.
Estos bustos parlantes tan bellos tan distantes mejor que hablar de
política que le hagan el buz y la cruz a su chorbo.
No
son más que bayucas mediáticas, polvo de los caminos que se llevará
la historia.
Quieren
destruir a España y a la gran cultura que nos legaron nuestros
mayores pero el genio de España permanecerá vivo. Más les valdría
a estas daifas tan maquilladas todo adobo y virtualidad que leyeran
al Buscón y al Estebanillo Se volverían más humanas aun
considerándose pregoneras de los derechos humanos que no vemos por
ninguna parte. Bueno me afufo. Baste por hoy.