2025-01-05



 NOCHE DE REYES CUENTO DE NAVIDAD

 

Sonaban en su memoria la trompeta y el tambor y la pelota de goma botaba en su cerebro para triscar por el berrocal. Jugar a la malla y al escondite entre las peñas. Aquellos reyes magos de entonces venían pobres pero ¡que ilusión asomarse a la veranda del puente romano por ver si llegaban del oriente aquellos monarcas cabalgando!

Papa les dejaba en el alfeizar unas sopas de ajo y unas copas de aguardiente porque en Segovia en aquellos inviernos caían unas peladillas de mil demonios y los tejados de las casas aparecían adornados de carámbanos chorreantes.

-     ¿No se congelarán., madre, con estas nevadas y estas celliscas? – preguntaba sa su ,madre la Juanita el Silvinete

-     - No. Vida mía. Vienen a adorar al niño Dios y el fuego que traen en el alma los mantiene.

-     No estaba el niño muy convencido

-     Su padre don Nicanor medió en la conversación

- Más frío pasé yo en Teruel durante la guerra y aquí estoy

-     La madre agregó el menú para que lo desgastasen los regios visitantes un choricillo y unas tajadillas de magro que quedaron de la matanza. Así entrarían en calor.

-     Al Silvinete le había convencido aquella explicación materna: los Reyes magos traen fuego ern el alma y eso les caldeaba el corazón

-     El Silvinete ahora es un octogenario y mirando para aquel puente de Valdevilla por donde pasaban los rebaños de la mesta y se acercaban los reyes magos en sus camellos con sus pajes sus reatas  de mulos, las artolas rebosantes de regalos para los niños que habían sido buenos, los ve venir con la ilusión de entonces sin los desengaños y sinsabores que depara la existencia. Aquella cabalgata era una ilusión. Pura ilusión y transparente de inocencia.

 La pelotica que ler regaló papá la pinchó un energúmeno con una navaja cuando jugando cayó a su cerca y le dijo que los reyes magos eran los padres. La espada quedó hecha astillas y los cuentos y tebeos desaparecieron en alguna de las mudanzas pero el cielo estaba rebosante de canciones:

- Los pastores y los Reyes iban juntos a por leña, para calentar al Niño nacido en Nochebuena.

-     La vida había pasado muy deprisa. Sus padres murieron. Los sufrimientos y penas habían llenado su rostro de arrugas. Había encanecido. Sin embargo a los ochenta años recordando su infancia la noche de Epifanía para el Silvinete seguía siendo una noche mágica, llena de candor y de pureza.

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-     domingo, 5 de enero de 2025

 

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