CANTO DE LA KALANEDA
En la mañana del 24 de diciembre
en todas las iglesias del Ecúmene del mundo conocido tanto en oriente como en
occidente un diacono se subía al ambón y entonaba las estrofas maravillosas en
tono alto de la calenda magnum gaudium nuntio vobis.
Yo también la canté en el
seminario de Segovia. En latín.
Ecce, la traducción castellana:
“En el año 5119 de la creación
del mundo cuando Dios hizo el cielo y la tierra.
En el año 2759 después del
diluvio
En el año 2015 del nacimiento de Abraham
En el 1510 cuando el pueblo de
Israel salió de Egipto
En el 1032 de la unción del rey
David como monarca de Israel
En la semana 65 de la profecía de
Daniel
En el año de la olimpiada 194
En el 752 ab urbe condita de la
fundación de Roma
En el año 42 del imperio de
Octavio Augusto estando en paz todo el orbe Jesucristo Dios eterno Hijo del
Padre, queriendo visitar el mundo con su piadosa venida, concebido por el Espíritu
Santo en la Virgen María, nació en Belén y se hizo hombre según la carne”
Con este himno de gloria, vademécum
de paz tolerancia y bienandanza quisiera felicitar a mis lectores de Francia,
Alemania, Rusia, Países Bajos, Vietnam, Filipinas, Ucrania, Irán a los que me
leen y a los que no me leen, a los que discrepan y a los que están de acuerdo
conmigo:
Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad
A mi hija Helen Parra Hugh y a su
madre Suzanne Marie Hugh residentes en
Bishops Storford Reino Unido con sus padres Graham Marie difuntos y a todos los
miembros de mi familia en transita hacia la eternidad. A mis nietos y a mis hijos: Almu, Henar,
Antonio, Cristina, Mario, Laura, Carla, Sofía, y el pequeñín Pelayo.
Para ellos y para la redención de
nuestra culpa Jesús ha nacido
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