LO QUE NO SUPO VER
LUTERO
Hoy es Nochebuena noche
de gaita pandero porque Jesús ha nacido. Es el Dios verdadero. Yo velo mis
armas enfrascado en la vida de un personaje que siempre me fascinó: Martin
Lutero. He vivido en Inglaterra país en gran medida protestante donde me
encontré con personajes de mucho mejor lámina moral que en la católica España y
entiendo algunos aspectos de la moralidad luterana: su rechazo de la pompa y el
fasto. Propugnando un cristianismo no frills
Quería
unas iglesias a palo seco sin altares sin santos en la hornacina y sobre todo
en su acrimonia contra el papado.
En vista de como andan las cosas en la iglesia
católica dirigida por Bergoglio creo que lleva razón. El actual pontífice se
asemeja muy bien como político intrigante y demoledor de la tradición a los
papas de Roma en la época de este agustino rebelde que dio a su pesar en
rebelde: León X y Clemente VII eran dos señores de la guerra. Este último
pontificaba en 1527 cuando el Saco de Roma.
Algunos soldados
españoles en son de mofa coronaron papa en la basílica de San Pedro a Martin
Lutero. Sin embargo, Adriano VI el famoso Adriano de Utrecht que era también
alemán al igual que el emperador Carlos V fueron lenibles y tolerantes con sus
ideas, unas ideas que incendiaron a la cristiandad y Europa dejaron de ser las
que habían sido.
No entendía el arte, las
maravillosas catedrales y el afán que tuvo la Iglesia de construir la ciudad de
Dios. Siendo agustino no entendió a su patrón el obispo de Hipona ni a los
griegos.
Su fórmula se basaba en la escueta escritura. Era
un fundamentalista que enemigo de la guerra y propugnando la paz causó el
tiempo bélico con que arranca la edad moderna con las guerras de Flandes, el
papado, Francisco I y Enrique VIII.
Él no marraba en su
teoría sobre las indulgencias, las reliquias, las peregrinaciones y los
sacramentos, la transustanciación, peregrinaciones. Se desentendió de un
cristianismo que conectaba con la antigua mitología sincretista y precristiana
que Cristo, el cristo que él tanto amaba, vino a redimir.
Los árboles ya digo no
le dejaron ver el bosque. es un personaje adusto lleno de contradicciones: ascético
y bebedor que con su teoría sobre la Justificación por la fe dio en libertino. No
erraba en su recomendación sobre la abolición del celibato (se casó con una ex
monja agustina Catalina Bora con la cual tuvo seis hijos) se proclamaba manso
de corazón y remató en violento.
Riñendo con sus amigos
como Melachton, el ex fraile suizo Zwinglio con el cual tuvo peleas que hicieron
época cuando Zwinglio se reía de su teología sobre la Cena echándole en cara a
Martin: “los luteranos queréis comer a Dios y beber su sangre, sois unos antropófagos,
diabólica calumnia. Con Erasmo de Rotterdam chocó. porque decía que era un
sibarita, un humanista, y gracias a Erasmo pudo verter el evangelio griego al
alemán. Rompieron las amistades y el humanista flamenco renunció a la
exhortación de Lutero a renuncias a sus votos (Erasmo era fraile también) y se
quedó en la iglesia católica.
Lutero me ha hecho amar
la ortodoxia. Yo prefiero la fe del carbonero. No la toquéis más que así es la
rosa y me llamo a altana bajo la sentencia de Tomás de Aquino “credo quia
absurdum”.
Todas las reformas
acaban de mala manera. Saturno devora a sus hijos; ocurrió con el cisma inglés
de Enrique VIII y sus crueldades que lo convirtieron en Barba Azul. O los revolucionarios
de la Vendome en 1789. No la toquéis más. Credo quia absurdum.
El rey temporal y el rey
espiritual, el Vaticano con este Pontífice tiene más de lo primero que de lo
segundo, pero los papas vienen y van. Lo suyo es pasar y muchos de ellos
olvidan la proclama que han de escuchar en su coronación pontifical. Pater sancte
sic transit gloria mundi. Así pasa la gloria del mundo.
Lo nuestro es pasar algo en lo cual esta Nochebuena
debe militar Bergoglio y todos sus lacayos de la COPE. Han dado de lado la gran
teoría mística entre sustancia y accidente. Los papas vienen y van. Son el
accidente.
Cristo es la sustancia,
está en la historia. Coincido en eso con el heresiarca alemán. Su palabra no
pasará. Pero a Lutero le sobró entusiasmo debelador y le faltó la humildad del
cristiano que se ve sumido en un mar de incógnitas y se agarra a la tabla de la
fe para salvarse del naufragio.
Tampoco condeno yo a
Lutero ni lo excomulgo. Creo que obraba de buena fe, pero le faltó perspectiva
y autocritica. Hay curas muy soberbios que se creen en posesión de la verdad. Cuando
clavó Lutero sus 95 tesis a las puertas de la catedral de Wittemberg había
bebido más de la cuenta. Dicen sus biógrafos que le daba al trinquen y por su
paladar pasó mucha cerveza. Soplen y marchen que hoy es Nochebuena.
24/12/2022
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