2010-03-05

EL DIABLO Y EL PADRE FORTEA. ALGO SOBRE LA CUARESMA RUSA ( V E L I K I P O S T)




El calendario gregoriano y el juliano o cesáreo, - la disputa surgiría a mediados del siglo XVI entre Roma y Bizancio por diferencias de matiz en el cálculo de la Pascua- coinciden este 2010, el 4 de abril. El Oeste abrazó el reescrito del pontífice Gregorio mientras que Bizancio siguió contando los días como lo hacían los astrólogos de Julio Cesar. El calendario juliano suele llevar un retraso de 14 días respecto al romano pero en la asignación de la pascua se tiene en consideración el antiguo calendario de los judíos que era lunar, en lugar de solar, y eso complica las cosas.

Existe una leyenda rusa que anuncia grandes males en el planeta (cataclismos, avenidas, sismos, guerras) cuando se da esta circunstancia, y a juzgar por lo que estamos viviendo en el transcurso de este cuatrimestre del año décimo del siglo XXI tales pronósticos no andan muy lejos de la realidad.

Los padres griegos siempre consideraron que la gran apostasía empezaría en Roma y de que allí surgiría el anticristo. No sé si será verdad esta teoría pero la impostura es muy fuerte en todos los sentidos por lo que hace al catolicismo romano que pasa por unos momentos desconcertantes de la fe mientras aumenta la soberbia, la hipocresía y la contumacia de algunos curas y obispos que se creen en posesión de la verdad. Mientras en el Este se hacen más humildes y no se perfilan conflictos entre el poder religioso y el civil porque el Vaticano es una nación de naciones, una potencia extranjera. Que sigue sin solucionar desde que el pontificado fue instalado por Carlomagno el conflicto cesaropapistas que tantos escándalos procuró y por el cual tanta sangre se ha derramado, o tantas guerras se declararan.

Visité la página Web de ese tal Padre Fortea que se dice exorcista y sentí como un fucilazo de viento satánico. Ese cura no me parece trigo limpio, tiene una mirada extraña, una sotabarba a lo Lincoln que le da un aspecto de avenate poseído. Ese no expulsa diablos.

Están todos en él y lo dice alguien que ha luchado toda su vida contra la bestia. Es mucho más porro y dañino que ese párroco toledano que ofrecía sus servicios sexuales por Internet. Muchos antiguos compañeros míos y buenos sacerdotes que tratan de cumplir con su misión me manifiestan su desconcierto y a cencerros tapados me confiesan su insatisfacción y el miedo ante la situación por la cual atraviesa la Iglesia católica que ha vuelto las espaldas a la tradición, y hasta ha sustituido parte de la doctrina soteriológica aceptando a cierra ojos el Holocausto quedándose con los cánones y el afán de prevalecer aunque para ello haya tenido que pactar con el poder secular. Y la fuerza bruta del Pentágono.

Ratzinger es un bávaro de origen judío aunque militase en las juventudes hitlerianas. Wojtyla era un oscuro obispo polaco lleno de ambición y apego a las cosas del mundo. Hoy por hoy en la curia manda el dinero norteamericano. Mucha iglesia, demasiado poder y apenas nada de Jesucristo. Macrocefalia se llama esa figura. Una cabeza muy grande y un cuerpo chico.

Por lo que Fortea –mucho cuidado con ese gavilán; tiene aspecto de paloma pero es un lobo rapaz- nos manda a todos al infierno en la compañía de Satanás. Tenía montado un chiringuito en el Escorial en la compañía del Padre Apeles cerca de la vidente. Embaucaba a las pobres gentes con sus infames teorías sobre el exorcismo.

No es extraño que monseñor Reig el ordinario de Alcalá le haya mandado una temporadita a cambiar de aires a la Ciudad Eterna.

Esta cuaresma rezo por la vuelta al redil de los falsos pastores y los que se denominan en el lenguaje escatológico los rabadanes del Interpuesto. Los que utilizan sus báculos y sus mitras para alinearse con el poder, los que se alejan del pobre con los de abajo o están con ellos tan sólo de boquilla, los que callan ante la general apostasía y no creen en la Resurrección sino en lo que queda de tejas abajo.

La cuaresma empezó para mí el 15 de febrero, seis días después de la fiesta del Crisóstomo, y la víspera del icono de la Virgen acurrucada. En cuatro días de la semana se hace conmemoración de los fieles difuntos en las iglesias rusas (u s o p sh i x) y sólo una de los confesores ( i s p o v i d a n i e) que son aquellos que murieron en gracia de Dios pero que por su oscuridad de vida nunca serán beatificados por la Iglesia.

A la cuaresma se la denomina gran ayuno ( v e l i k i p o s t). Todos los viernes son de vigilia (p o s t n i) y la semana de pasión es de ayuno continuo (s p l o sh n i x s e d m i t s).

Hay días en los que se puede hacer colación de agua ( r a z r e sh e n i e p i sh i), o pescado (n a r i b y), y días en los que hay abstinencia de carne y se admiten los lacticinios ( s k o r o r o m n i y u). En la iglesia ortodoxa no existe apenas confesión auricular aunque el sacramento de la penitencia se imparte de forma general y sin que el penitente tenga que detallarle al oficiante la naturaleza de sus pecados, si no lo desea. Pero se suele comulgar por pascua florida recibiendo el penitente no sólo la absolución del sacerdote sino también la eucaristía y la eulogía, un trozo de pan que se ofertaba en las iglesias mozárabes.

He visto pocos confesionarios en las iglesias rusas ( i s p o v i e d a l n i a ). No hay teología de las indulgencias en el Este, un invento que se sacarían los papas desaprensivos como Inocencio III para sacar dineros y ofrecer la vida eterna a cambio de diezmos y primicias. Y los diablos los expulsamos los diáconos. Los vemos circular y vagar y rondar por el mundo buscando incautos a los que engañar y pobres victimas a quien devorar, vestidos a veces de sotana porque los diablos son muy listos. Conocen el paño de la vieja humanidad y más saben por viejos que por diablos. Es uno de los galardones de nuestro orden sagrado.

A ese reverendo Fortea qué cura más porro, Señor, y peligroso, le haría falta una buena imposición de manos. Lo digo como lo siento.

sábado, 06 de marzo de 2010


MICHAEL FOOT UN PRÓCER PARLAMENTARIO DE LA INGLATERRA DE LOS SESENTA.

“De mayor a mí me hubiera gustado ser backbencher” o al menos es lo que pensaba yo cuando era más inocente cuando asistía en la tribuna de los Comunes como corresponsal diplomático de la Cadena del Movimiento. Tras de tiempos vienen tiempos y el hombre propone y Dios dispone.
Eran los backbenchers los parlamentarios que se sentaban en los bancos de la oposición, el gallinero y a veces la clá de Westminster. Eran unos tipos muy elocuentes, traje impecables a rayas, color sonrosado después de haber trasegado un buen porto en el almuerzo, la corbata del nudo Hudson muy fino como era la moda de tales tiempos, que escuchaban las declaraciones más solemnes como el que oye llover, ponían los pies en lo alto de los escaños, se sonaban los mocos, abucheaban a los ministros. No dejaban títere con cabeza.
El Speaker siempre les estaba llamando al orden pero ellos díscolos e impertinentes, ni caso.
- Here… Here… Ay… Ay.(En el antiguo inglés es como el bai de los vascos y quiere decir yes).
Me habían hablado de la flema inglesa pero aquellos tíos se desgañitaban hablando com italianos, arqueaban las cejas, golpeaban el balaustrado o pateaban la tarima y a veces se venteaban en medio de un “procedure”. En Inglaterra no es una falta de educación ni está mal visto el irse de bastos ni aun en medio de uno de esos speeches solemnes.
Los backbenchers sólo guardaban una cierta compostura cuando la Reina inauguraba las Cortes allá por el mes de octubre en una vistosa procesión en las que abrían carrera los maceros y los hombres de armas con sus chambergos del siglo XVI las calzas coloradas, la golilla y pica en ristre como si aquello fuese un anuncio de la ginebra Beefeater, y detrás los lores y los pares del reino, guardaban una cierta compostura.
Durante mis primeros meses de corresponsalía acostumbraba a asistir a las sesiones. Para los de los bancos de atrás que es lo que significa backbenchers nada sagrado había bajo el cielo.
A Wilson lo ponían de vuelta y media. Heath era un asno elevado a la categoría de chico de la banda y director de orquesta.
Del papa escuché verdaderas burradas o así me parecieron entonces, que luego he ido comprendiendo la razón por la cual consideran los ingleses que arrogarse el título de representante de Cristo en la tierra, cuando no eres más que un arzobispo, es una blasfemia, porque es usurpar por la carne humana las potestades de la divinidad.
El presidente Nixon, Tricky Dicky para Tony Benn, por ejemplo, pudiera pasar por el empleado de una gasolinera de Colorado. Era cuando lo de Watergate.
Yo en los Comunes aprendí lo que es la Democracia, un juego al parchís y que la política no es más que teatro, sólo teatro (acting). Por eso los laboristas y los conservadores interpretaban cada uno su papel, soltaban el rollo, se mentaban a la madre pero luego se iban juntos a emborracharse en el pub de la esquina o, apacibles, disertos y grandes diplomáticos –Inglaterra cuando quiere desea guardar las formas y por eso se dice que es el país que produce los mejores espías, they are masters in desguise, expertos en el arte del disimulo, casi mejor que los jesuitas- se mostraban como buenos amigos.
No llegaba la sangre al río en Inglaterra entonces pues, cuando llega, un británico es siempre de temer. Yo admiraba aquella facundia, aquel desparpajo y relajo, aquella tolerancia, aquel cachondeo.
Muchos de los ponentes eran tremebundos y se expresaban con una sonrisa en los labios. No se tomaban en serio a sí mismos a sabiendas de que en este mundo hay pocas cosas que merezcan la pena, porque la vida no es más que apariencia, teatro. El gran teatro del mundo.
Sentí una vierta envidia porque aquello que veía con mis ojos que se ha de tragar la tierra no era posible exportarlos a mi patria. En España, país católico a veces cruel, aquellos rifirrafes hubieran provocado una guerra civil. Los españoles nos tomamos las cosas demasiado a pecho. Adolecemos de ese integrismo y cerrazón de un cristianismo que degenera en superstición y catolicismo, mal interpretado que nos deparara medio milenio de inquisición, y gemimos bajo el yugo de ese oscurantismo tribunicio de los pulpitos y de los confesonarios con que los curas torturaban nuestras almas, nos falta ese candor de los ingleses que ven en muchos de nosotros “ suspicious minded bastards”.
Claro que para eso los ingleses han tenido tres revoluciones y a tres de sus reyes les cortaron la cabeza, algo que sin ser loable del todo se echa en falta por aquí. Un backbencher típico fue Michael Foot que acaba de fallecer a la edad provecta de 96 años. Melena leonina, gafas de culo de vaso, una facilidad de palabra que hacía sospechar que en sus inflamados speeches había resucitado el mismísimo Cicerón.
También tenía, al igual que el tribuno romano, un grano en la nariz y era feo y sentimental pero nada católico. Procedía de una familia de metodista, que adoptó las ideas fabianas y curtió su pluma en la redacción del Daily Worker, órgano de los comunistas.
Llegó a ser un clásico de Fleet Street. Hombre frágil, intelectual mal encarado y con aquella melena blanca a lo Papini no resultaba muy simpático a los ingleses convencionales. Pero, todo un carácter, su oratoria arrastraba a las masas y brillaba alto en los mítines y las convenciones del partido.
Era sobrio y vivió y murió como un buen socialista. Aquellos socialistas que yo conocí en mi juventud nada tienen que ver con los socialistas que se estilan entre las huestes de ZP y compañía. No hay por acá ninguna Bárbara Castle con su corazón bondadoso que escondía debajo de una máscara viperina ni un Hugh Scanlon, ni un Jackson, ni un Jack Jones el ex militante de las Brigadas Internacionales, ni un Vic Feather el líder de las Trade Unions que viajaba en metro y sólo se permitió el lujo de tener una casa de campo, un molino en Worcestershire con un pequeño jardín, y murió con su pensión de jubilata muy modestamente. El sueño de su vida que le redimió de una infancia de penurias en Bradford.
Si yo hubiera sido inglés hubiera sido un backbencher y hubiera votado laborista. Pero el laborismo inglés como el smog, el puré de guisantes, el Yorkshire pudding o el té de las cinco aquí quedarían ridículo. England made me. Inglaterra me hizo y acaso me deshizo porque yo nunca quise renunciar a la españolía. Los ingleses conciben la política como un arte menor y como un servicio. Al revés que nosotros mismos.
En España siempre fue un trampolín al que se encaramaron siempre los mismos, los que querían enriquecerse o satisfacer su ego. Falta ese espiritu de servicio que los británicos aplican rigurosa y metódicamente a su idea de la administración publica, la amistad o las relaciones humanas reguladas por una virtud que abunda o abundaba entre los ingleses que yo conocí y que era la “compasión” (en el sentido de sentir con, ponerse en el lugar del otro y su circunstancia, o entender, ser tolerantes y no compadecerse en la acepción de lástima que le damos aquí) y de la cual habla Alcalá Galiano en sus Memorias que transcurrieron en el exilio londinense desde 1823 hasta 1830.
Acaso el hecho estribe en la diferente idiosincrasia de los pueblos. En España siempre existió otro sentido de democracia inspirado en la insaculación, sistema en virtud del cual –no era otra cosa que sacar la bola y al que le tocaba, pues tocaba- que nos permitió elegir buenos jueces de paz, buenos alcaldes, algún que otro semanero, los concejos en torno al roble o los muros de la iglesia, los usos y costumbres, el fuero.
Pero hemos sido un desastre, a diferencia de ellos, para la vida parlamentaria. Demosgtración: la historia española a lo largo del diecinueve y del veinte.
Aquí no hay backbenchers y a la política se va como a un acto de apropiación, de toma de posesión, y no como una vía de servicio.
El patriotismo español es diferente a su patriotismo mucho más profundo e irrevocable. La muerte de Foot evoca en mi memoria aquella Inglaterra que yo viví cuando la libra buceaba en la bolsa de valores, las huelgas mineras, aquel invierno de 1971 que llamaron el winter of discontent. Inglaterra se venía abajo y todo se iba al carajo pero la sangre nunca llegaba al río a pesar de que estuvimos dos meses sin luz en pleno enero y febrero, el IRA no paraba de poner bombas y todo el mundo parlaba de crisis.
Aquel inglés rotundo y bien pronunciado, elegante y tribunicio, de Michael Foot en sus peroraciones resuena aun en mis tímpanos junto con una cancionilla de moda que alcanzó los primeros lugares en el hit parade por aquellas fechas. No milk today. My love is far away (Hoy no viene el lechero, mi amor está lejos) junto con las baladas de los Beatles, las películas en el Odeon y los bailongos en el West End y las pintas de cerveza en los augustos bebederos y meódromos londinenses.
Todo aquello que yo viví. Goodbye to all that. Recuerdo que una vez llegué a entrevistar a Michael Foot en su casa de Hamstead. Llevaba una cachava desde un accidente de auto en 1963, había perdido también la visión en un ojo a causa de un sarampión en la infancia, lo que no le privó de ser un lector empedernido. Fumaba en pipa porque pensaba que la nicotina es un excitante del cerebro y le impulsaba a sus largas sentadas ante la máquina de escribir, pues aparte de orador era un escritor compulsivo y ha llegado casi a los cien años, valetudinario, con una salud frágil pero incombustible, sin hacer deporte.
Su aspecto adusto no era más que una máscara. En aquella interviú después de enseñarse con Franco, el tirano del mediodía lo llamaba, al final me hizo una confesión que desbarató un poco el sentido de la entrevista: Franco I think he is good for Spain. He is paving the way for Democracy. Había nacido mister Foot en el mismo año que mi padre 1913 y aunque radical no fue uno de los muchos socialistas que se alistaron a luchar en la Guerra Civil en el bando de la republica. Así que Franco fue bueno para España.
Was he?
Ha muerto uno de los grandes próceres del laborismo y del periodismo británico. Un pensador íntegro, un hombre austero, un idealista. Descanse en paz. Yo creo que fue al cielo este ateo convencido.
viernes, 05 de marzo de 2010

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2010-03-04

NOVELISTAS ASTURIANOS 1

NOVELISTAS ASTURIANOS. LA “LUARCA” DE GARCÍA MIÑOR.

España ya no huele a pueblo. Huele a pedo y es que el diablo, el gran mentiroso, el engañador compulsivo, es un pedorro mental.
Hoy gran parte de lo que se publica son paridas, paja. Paja intelectual. Los cimientos del sistema hunden sus plintos en el embuste. Sin embargo, de vez en cuando uno encuentra la flor en medio de la charca, y se sorprende al toparse con libros o novelas de los que no habla ninguno y sin embargo son verdaderas obras de arte. Me estoy refiriendo a “Río Negro”de Antonio García Miñor.
El río Negro es el río que nos lleva, el que abre sus aguas al mar en esta hermosa villa del occidente asturiano. Un río Negro para un pueblo blanco allá donde Asturias empieza a ser Galicia; las casas, más grandes, los tejados de pizarra y los hórreos más pequeños, el paisaje menos montuoso y berroqueño.
García Miñor que es un maestro de la narrativa cuenta la historia luarquesa reflejada en las aguas glaucas de su río ancestral que baja desde las brañas, un río cantarín y melodioso en el que ya los romanos batearon pepitas de oro. El que protagoniza, Nicanor, muy logrado personaje, es un apuesto mozo marinero – en parte me recuerda al José de Palacio Valdés- que va todos los días a la mar y al regreso se sienta en una silla de enea que le legara su padre, allí entorna sus ojos, fuma su pipa, sueña. Está enamorado de una moza del pueblo pero en estos amores se cruza la mujer de un importante personaje que trata de seducir a Nicanor. Cuernos.
El marido que al fin llega a enterarse, el último, muere de pena. Luego se habla de la llegada de un club de alterne, alguna bronca, alguna pelea. La envidia que aparece pues ya se dijo que pueblo chico infierno grande. Las vacas marelas que pacen melancólicas en los prados, una romería, el coche de línea que pasa fugaz y se aleja en medio de una nube de polvo, se apean viajeros: un cura con manteos, balandrán y tocado con teja, algún rústico que regresa del mercau, la paisana que va a v ender huevos (falta aquel francés buhonero que pasa de largo por Luarca en el Del Miño al Bidasoa de Cela)soldados de permiso, un indiano que retorna a la tierrina añorante del pan de borona, para morir. La España de los años 50.
El autor describe al detalle el transcurso de la vida en la Villa Blanca que es regada por un río Negro y tiene una iglesia románica remozada en el XVIII muy rica y jarochamente alhajada, un puerto coquetón y bien abrigado, de donde zarpan las lanchas al bonito o a la merluza, con chigres y figones donde pasé tardes inolvidables en mi juventud bebiendo sidra del tonel y cantando a lo zamarro.
Allí comí las mejores sardinas de los siete mares y probé culines que eran néctar de los dioses. ¡Ay aquella ambrosía que besaron mis labios en mi juventud mojados en sidra y en el carmín de alguna moza!
Tuve amigos ya fallecidos como el querido Emilio García Merás compañero del Alcázar y para el que guardo un grato recuerdo. Era un gran escritor.
De Luarca salieron prosistas de raza- toda una escuela- como Dolores Medio y Ángel González que creo ejercieron allí la enseñanza. Otro de los grandes es el olvidado preterido y calumniado Evaristo Casariego. Todo un carlista. Ex divisionario. A su regreso de la guerra de Alemania escribió Con su vida hicieron fuego. El franquismo le puso en cuarentena y él se apartó a vivir a Luarca.
Le acusaron de nazi pero él era sólo un carlista de esos en cuya casa todas las tardes se rezaba el rosario. Está enterrado en aquel cementerio bajo la sombra alargada del ciprés del Cristo en el cerro muy cerca de donde yace Severo Ochoa el histólogo. Severín para los amigos. Militaron en diferentes trincheras pero la muerte, gran niveladora, los fizo iguales. ¡Qué bella es Luarca, la villa blanca y marinera!
Dentro de Asturias es un pueblo con personalidad propia. Se recomiendan los libros de Casariego el tradicionalista al igual que los de Dolores Medio. Eran literatos verdaderos y no el sucedáneo o el Ersatz que nos aflige ahora mismo y que me perdone Pérez Reverte el novelista del Régimen, pero sigo en mis trece: el parking publicista y la lanzadera comercial tiene que ver poco con el arte de escribir y narrar. Son los incensarios del sistema. Yo no ama a la España que pudo ser y no fue sino la que fue. Que estas son lentejas y el que no ande conforme que se esparza. Un arte, el literario, en el cual son eximios los astures.
Debe de ser por la gran importancia que tuvo la literatura oral en el bable y la tradición de la esfoyaza o las reuniones junto al fuego a descabezar, noches de invierno, mazorcas de maíz, lo que por Castilla y por León llamamos filandones.
“Río Negro” en edición de 1984 está prologado por Ignacio Gracia Noriega al cual yo reverencio como uno de los escritores mejores y más prolíficos de la Asturias, amén de uno de los mejores críticos que tenemos pues de Clarín sigue la huella este asturiano de Llanes, por más que sus escritos anden desperdigados por los periódicos como la Nueva España en el que escribe asiduo.
Una pena que a las masas se les cierre el camino de acceso a estos libros maravillosos de autores provinciales escondidos, innominados, niguneados por la crítica. Pasan desapercibidos. España prefiere el oropel extranjero al oro nacional. Sin embargo leer novelas clásicas como ésta donde no se habla de política y se exhibe una lexicografía, tan difícil, del lenguaje marinero – la mar habla con propiedad y siempre tuve una forma de decir las cosas porque el lenguaje para los que navegan es parte del aparejo y de la obra muerta- es un galardón, una guinda que se nos ofrece a unos pocos privilegiados bibliómanos como yo, literariamente paladares exquisitos.
Y a nosotros es difícil que nos den gato por liebre. Avante toda. Sopla viento de bolina y en ese caso la maniobra recomendable es aferrar obenques y largar velas.
García Miñor en estas páginas nos tira una estacha y así, náufragos de las Españas, subimos a bordo del océano de la ilusión, salvamos el pellejo del alma. Mientras en España no huele a pueblo. Huele a pedo. El gran pedorro Satanás se tira cuescos a todas horas y nos manda pintarlos de verde. Se empeña en que comulguemos con ruedas de molino. Don Pateta está de coña: coñas marineras. ¡Ay que coño tienes, Claudia!
Jueves, 04 de marzo de 2010


LUARCA VILLA BLANCA


2010-03-03

el segoviano Andrés Laguna

ANDRES LAGUNA DEFENSOR DE LAS TRES CULTURAS

( publicado en Lanza, 13 de noviembre, 1994)

Viaje a turquía es la novela principal del médico segoviano Andrés Laguna que no por poco conocida es menos indicada para entrar en la problemática del siglo XVI amen de entrañar una actualidad palpitante en grado de profecía. Los problemas abordados entonces palpitan en la Europa y en la España de hoy: el misterio del surgimiento u difícil convivencia de las tres religiones monoteístas con una historia por la cual corre la sangre y que está plagada de suspicacias y de prejuicios. En el nombre de dios. Se dice que en nombre de dios se han estado matando durante siglos. Esto es cierto sólo en parte. Detrás de las diferencias teológicas subyace un conglomerado de intereses creados de matiz económico. Pero hay sobre todo miedo al otro. Al que es diferente. Al que reza de otra forma, no viste igual, coime diferente y tiene otros hábitos o una pigmentación diversa de la piel. Viaje a Turquía está escrito en una prosa tersa amena y llena de encanto. Rehuye de la retórica en la cual suelen incidir nuestros clásicos. Resuma tolerancia y humanismo dentro de un retablo narrativo en el cual no faltan ni la resignación ni la irreverencia de las gran novela picaresca. Traza una panorámica en la cual los judios los moros y los cristianos viejos y nuevos a veces se odian a veces se desprecian se man o se entienden bajo cuerda. Constantinopla (Istambol para los sefardíes) siempre estuvo en el corazón de España. Bizancio es el sincretismo de Mahoma de moisés y de Jesús de Nazaret y un salpicón de razas y de culturas. El libro está escrito en plan gran reportaje redactado sobre una prosa amena y nerviosa que refleja el mundo de 1557 y que parece haber sido escrito ayer. Cristóbal de Villalón pseudónimo bajo el cual se oculta el humanista segoviano y médico del emperador Carlos v Andrés laguna hace la relación circunstanciada de la vida de un galeote de su dieta de su higiene precaria que no era óbice para que todos estuviésemos buen músculo. Tomaban bizcocho remojado con algún refresco aceitanas y miel. Habla de lka hedentina y del olor a humanidad sudada y sobada en los sollados malolientes y sudados de los fayados o salas de maquina de las galeras donde se trajinaba a golpe de rebenque. Los piojos las pulgas y la liendre estaban allá abajo. Era el mundo de galeras. Cada embarcación iba comandada por un patrón o capitán y un cómitre un alguacil y un escribano 50 ballesteros y 20 arcabuceros. Todo ellos eran gente de cubierta. Abajo en la mazmorra estaba la chusma 150 forzados bajo la mirada del arraez o capataz al que cumplía la obligación de “arrear” el remo haciendo triscar la tralla o rebenque. A los penados o bogavantes sentados en los bancos de proa se les denomina proeles. A los de popa espalderes. Tras ser apresada la escuadra del emperador consistente en 37 navíos y más de tres mil cristianos entre marineros y gente de guerra el protagonista pedro de urdemalas relata su odisea y nombra todos los puertos en los que atracan el bajel g. Cárcel del turco: Estambul Patras Lepanto puerto león Gallipoli. Llegados a su punto de destino los cautivos se convierten en esclavos del bajá. A fuerza de ingenio simpatía y derroche de astucia y no pocas dotes de simulación pedro de urdemalas logra abrirse camino y sobrevivir en la Constantinopla de mediados del quinientos. La urbe fue tomada por los turcos en 1453. al principio los imanes fueron tolerantes con los cristianos que según hace notar laguna en su obra es una religión superior y eso lo decía un converso pero humanista aspiraba a un cristianismo evangélico. Dice que esta religión resulta un verdadero grano de mostaza que crece y arraiga en fortaleza en tiempos de persecución. Es la idea que repetiría después Nicolás Berdiaeff. Es el misterio de la ortodoxia como mansa fuerza de choque contra el hervor de las sectas que subsiguen a los furores luteranos y a todas las herejías habidas y por haber. La idea de defensa de la ortodoxia fue puesta en orbita por un judío como enseñanza moral para un catolicismo demasiado pagado de sí mismo. Andrés Laguna constituye una de las grandes torres de la literatura castellana. Era un converso insistimos nada tolerante y dogmático a diferencia de otros que llevados de un futuro de tornachaquetas los arrepentidos los conversos en el sentido peyorativo de la palabra que damos los españoles a aquellos que hacen cursillos de cristiandad y se vuelven más papistas que el Papa o los que dejan de fumar y se trastornan casi maniacos acérrimos contra el e3ncendedor y la cajetilla. Lo dice una de las lumbreras de nuestro siglo de oro y cuya personalidad me atrae cada vez más. Esa furibundia que alcanza el grado de furibundia donde las ideas alcanzan un grado personal y no hay mas que entrar en los chats de religión y en los foros de ateos sobre cuyas teclas y pantallas se dibuja la nariz corva las espaldas cargadas de Torquermada. Pero ello forma parte del misterio de la historia de España. Tanto laguna que fue profesor de hebreo y de griego en la universidad de Alcalá de henares como Cervantes no se cansaron de ridiculizar a los orates pero con la iglesia hemos topado sancho. A causa de estos tornadizos la vida española de antemano siempre precaria a causa de la envida y la emulación debió de volverse difícil. Menudearon las denuncias al santo oficio. Se barrían herejes debajo de la alfombra se vigilaba las costumbres sospechosas y los escritos y las palabras de los dómines eran analizados con lupa. Laguna debió de pasarlo mal y volvió a sus hierbas y a su cirugía. Castilla era un hervidero de fervorines mesiánicos. Las aguas del río se había saludo un poco de madre al cabo de los movimientos comuneros y de las germanías que tenían una raigambre social de denuncia contra los poderosos nobles flamencos como Adriano de Utrecht pero eran de cuño religioso y una maniobra de ida y vuelta que preconizaba el advenimiento de la reforma. En el reino de valencia las germanías estaban impregnadas de una cargazón revolucionaria inusitadas y en Castilla se empecinaban algunos exaltados frailes en anunciar la llegada del fin del mundo. Al emperador lo consideraban el anticristo. Cervantes trata de no entrar al trapo con la frase que citamos más arriba. Pero el medico segoviano tanto en el Crotalón como en su viaje a Turquía se muestra decididamente anticlerical. Y apunta una idea que luego habría de remachar el padre isla en su Fray Gerundio con esta ironía que es una verdadera perla: Necesitamos púlpitos de acero en España que de otra forma los furibundos y malhadados clérigos todos lo hacen pedazos a voces. Parécele que a porrazos han de defender la fe de cristo. Feijoo trillaría en la misma parva poniendo en ridículo a los escolásticos con un siempre las mismas voces las mismas disquisiciones los mismos razonamientos en los paraninfos. Y esta postura de profunda religiosidad alegría de vivir y deseos de poner enmienda a los errores de sus contemporáneos le vuelve sospechoso de disidencias y es posible que el lazarillo de Tormes saliera de su pluma. Estamos ante una de las mayores obras de las letras castellanas solo parangonable con el Buscón y el quijote pero ¿Andrés Laguna? No quiso firmarlo. Lógico. Los sabuesos del santo oficio andaban a la caza. En el estilo se percibe la donosura y llaneza la campechanía de los segovianos y Laguna era segoviano a machamartillo mucha sorna inteligente buen talante y donoso en el decir y algo redicho.
Su viaje a Turquía no es sólo una interesante novela de aventuras y un puntual tratado de geografía en un tiempo en que los conocimientos de otros países eran mítico y la noción que se tenía de Bizancio era como referente de los libros de caballerías. Por eso es de una solercia literaria impresionante y magistral su descripción de las costumbres de los monjes del Monte Athos con sus cinco cuaresmas, la vida cenobítica en cavernas escarpados, el rechazo a la presencia de la mujer porque en los monasterios no se admite la presencia de ningún animal hembra. Al propio tiempo indaga sobre el alma humana y retrata la mentalidad de los españoles de su época. Tiene la costumbre el español, observa, de olvidar de su patria, bendecir lo extranjero y tratar mejor a los forasteros que a los indígenas, cuando repasa los Pirineos. En las mismas seguimos y esta observación la hace un autor del siglo XVI.
Torrezneros
La verdad es que somos un poco torrezneros. Por sus páginas desfilan vizcaínos que ya por esa sazón eran los mejores marinos de la escuadra “gente amiga del buen comer que habla mucho y atropelladamente opero que es muy noble. Hablar atropelladamente. ¿No será esa una herencia vasca adherida a nuestros genes?. La ponderación y una cierta ternura y compasión ante los pecados ajenos son la mejor cura que propone el galeno segoviano a lo males nacionales. Andrés Laguna no se calla un pelo y canta las verdades del Barquero con ese desparpajo y la franqueza que caracteriza a los hombres de su tierra. Viaje a Turquía fue escrito en 1558 el año de la muerte del Emperador. Su autor combate el oscurantismo y la superstición. Era amigo de Erasmo y de Luis vives y con las hierbas oficinales que conocía bien pues ya desde niño salía a comerlas a la zona de Tejadilla y que maja con el mortero hace autenticas maravillas. Las enfermedades más difíciles no se le resisten a sus curas homeopáticas a base de centaura y escamonea una plantas que crecen en los campos de Segovia. La escamonea le fue bien al cesar para su gota pero no tuvo el remedio que éste le pedía para curar la impotencia. Carlos V según sus cronistas acudió a la santería y fue a ver a una saludadora de Cabreros que decía realizar maravillas con los desganados pero el emperador que quería tener hijos y aunque la buena vidente le dijo que viviría treinta años y podría engendrar más niños moriría al cabo de poco tiempo en una húmeda celda del monasterio de Yuste. La medicina a Andrés Laguna le salvó la vida pues estando cautivo en Constantinopla fue requerido por el sultán al que desembarazó de unas fiebres y este en pago le otorgó la carta de la libertad. Curandero de su honra el doctor regresa a España visitando Paris y los países bajos. El viaje de vuelta no fue nada sencillo. En Grecia hubo de disfrazarse de monje y visita una de las tebaidas más celebradas de la cristiandad: el monte Athos. Allí recibe protección del idumeo y es el primer español que consigue poner el pie en cada uno de los 22 monasterios que conforman esa laura. Son los “papas” o “popes” los que le libran de otra persecución de los turcos.
Enjundiosas son sus reflexiones sobre las diferencias entre la iglesia griega y latina pues dice:
Ellos viven a la evangélica. Sus iglesias son pequeñas y no tan fastuosas. No hay canonjías ni prestameras o beneficios eclesiales y viven de lo que el pueblo quiera dar. Siempre andan haciendo santiguadas y tocando la tierra con la frente y cantando kyrie eleison. Y sus oficios son muy largos como nuestros maitines en Nochebuena y dicen en todas las misas las oraciones que nosotros sólo decimos en Viernes Santo . Tienen cuatro cuaresmas y a la de la pascua de resurrección llaman gran pascua. Es la mayor y mejor fiesta del mundo. Todos se besan unos a otros y se saludan con la frase de Xristós anesti a lo que responde el otro: alithos anastasi (Cristo resucitó... verdaderamente ha resucitado”
La obra del inmortal galeno segoviano, entomólogo y botánico aparte de un gran escritor corografico se puede codear con los grandes de las letras castellanas pese a ser un autor poco conocido. Todo un humanista por lo que su lectura se hace del todo recomendable. Los tiempos de cambio que le tocó vivir son muy parecidos a los actuales. Este hombre galaxia Guttemberg se convierte en un prometeo de la galaxia MacLuhan. ¿Qué hubiera sido si Laguna llega a conocer Internet y Aprovechado sus inmensos recursos? El viaje a Turquía parece haber sido redactado ayer mismo y haber salido calentito de las planchas que entonces se decían tórculos. Sus libros son una buena pagina Web. El paso de los siglos no las hizo perder nada de su primitiva frescura. Por su fascinación ante lo nuevo y su tolerancia ante otras culturas su amor por la belleza y la verdad y por el humor casticista que le caracteriza. Es el suyo el humor de los sabios.

2010-03-02

ZARKOSSY MAS L.ISTO QUE EL HAMBRE.ANTE LA INTELIGENCIA POLITICA DEL "PETIT JUIF" HAY QUE RENDIRSE. NOS HA QUITADO UN SUSTANCIOSO CONTRATO CON RUSIA

MORATINOS O EL CANCILLER DESASTRE

La verdad es que no entiendo mucho de macro política, porque vientos del pueblo me llevan… a la charca política. Aquí mandan los que mandan pero no son españoles sino que sirven a los dictados del Gran COFRADE. Los desastres de Aznar y aquellas ministra de Exteriores aznarista de cuyo nombre no deseo acordarme se repiten en Moratinos en contra de los intereses españoles. Leo con tristeza cómo los astilleros españoles se han quedado sin la sustanciosos contratos de una contrata para la construcción de unas fragatas – ojo al país de Mevdeved se está armando y es un fuerte- que se han llevado los franceses. Zarkossy le petit juif es un judío inteligente. Chapó, pero aquí que tenemos: fraseología. Estos señores de la Administración y ZP es un pardillo con su filosofía sobre los derechos humanos el tó el mundo es bueno etc. y los de Washington que aquí son mediaticamente importantes – Herrera en la Onda el amigo Gabilondo, los tontos eternos de nuestra Garbage Televisión bobalicones estúpidos y hasta parece sumarse mi querido amigo Raúl del Pozo demasiado inteligente siempre está con el poder siguiendo el consejo de Cela... tenemos un rey que no nos merecemos, incensarios etc- lo torean. Los franchutes han dejado sin trabajo a nuestros obreros de Vigo, de Aviles, de Sestao, de Cádiz. Claro el Quai de Orsay tiene política exterior, miman la francofonía, cuidan de la grandeur y aquí nos metemos con Chávez que es uno de los nuestros, criado a nuestros pechos, y se meten con Franco. Impostores felones falsarios. No tenemos política exterior. Oigo patria tu aflicción. España es un prostíbulo. Me recuerda cada vez más a la Cuba de Batista. Ojo, amigos, la corrupción se paga. Pero aquí no hay un mínimo de decencia. Todo es un blabla. Viva Fernando Séptimo. Vengan los Borbones trincones. Franco por lo menos tenía una política exterior, una carencia que aflige al régimen que los españoles no nos merecemos. Zapatero está cayendo en los mismos defectos que Aznar. Los gringos se ríen, los ingleses siempre unos perfectos cabrones le llaman Mister Bean y él como si nada. Esta península es una ínsula de anglófilos. Lo van a pagar caro nuestros hijos y si no el tiempo. Lo siento no soy un profeta, sólo un observador de la actualidad. Me maravilla Zarkossy le petit juif. Me rindo ante su inteligencia. Un contraste con tanto gilipollas como abunda en nuestro país. La política, queridos amigos, no son besos y abrazos y declaraciones de intento, sino realidades, intereses. Es dura a ver si se lo meten mis colegas de las radios en la cabeza. Con tanto blaba están destruyendo mi país. Zapatero no es más que la cúspide del iceberg de la corrupción latente por abajo. A ver si les quitan los micrófonos a esos estultos sabelotodos y metomentodos como Armando de Miguel y compañía. Ellos son el envés de la prensa del cufro y la entrepierna. Que vuelva Balbín. El gran asturiano. Lo echo de menos en este Madrid de seis millones de cadáveres ambulantes. Viva Zarkossy le petit Juif y viva Rusia. Es más listo que el hambre y además está acabando con ETA GRACIAS AL Deuxieme Bureau y al Mossad.
Miércoles, 03 de marzo de 2010

2010-03-01

el influjo arriano en el cristrianismo visigótico


ARRIANISMO Y MOZARABÍA

Cristo ayer y hoy. El cristocentrismo es eje de marcha sobre el que giró mi vida. En él con él y por él creo y espero y en Cristo nací y con Cristo quiero morir. Acabamos dejar atrás la era de Piscis, el pez y πισθις quiere decir también fe. Lo sustituye la de Acuario. Edad de la mujer. Tiempo líquido. Nos ahogamos en fluidos vaginales. Ellas son hermosas pero imperfectas. Los más ilusos creen entender que- las eras suelen durar dos mil años y antes de Piscis fue la constelación de Capricornio y los profetas de Israel- el cristianismo se ha terminado. Cristo desde luego les asusta a los globales. Pero Cristo está en la historia aunque los curas y la iglesia jerárquica no lo representen. Hay obispos zafios que cometen la torpeza, como ese monseñor Camino, de cohonestar la ley del aborto por el monarca. Si él firmó, él es el responsable. Quieren estar en misa y repicando. No se puede servir a dos señores. No. Amigo Camino, friegas fuera de tiesto. El que firma se hace responsable. Lo dice Santo Tomás en la Teodicea. Pero si hay obispos zafios o poco afortunados en sus manifestaciones – en circunstancias así lo mejor es guardar silencio cartujano- hay curas porros como ese de Toledo. El cual metía mano al cepillo para hacer guarrerías por Internet. Este tipo de curas díscolos o fornicarios nunca faltaron en la historia de la Iglesia. ¿Y qué? El arzobispo de Toledo tenía un presidio preparado para estos clérigos concubinarios o escandalosos. En San Torcaz estaba aquella trena. Allí estuvo el arcipreste de Hita y el de Talavera y también fray Francisco Jiménez de Cisneros. Éste no porque tuviera líos de faldas o de pantalones sino porque rechazaba la autoridad del primado, aquel obispo Carrillo que no paraba en barras, increíble y contumaz prelado del Renacimiento. La iglesia que vemos es sin embargo la aparente. Está llena de pasiones, insidias, politiqueos, cánones, soberbia y estulticia en muchos casos porque últimamente se acusa una baja de preparación en sus clérigos y no hay madera ni altura intelectual. Me interesa más la iglesia que ha mirado a Cristo desde los crismones, los pantocrátores, las velas, las campanas que anuncia la pascua, la liturgia que entona los kyries y lucha por vivir adecuadamente lejos del tráfago de las miserias humanas con los ojos puestos en el misal y en el carpe diem dejando que se crucen los años, las estaciones, los tiempos de bonanza y los tormentosos. Es una iglesia inspirada en la gran obra de Hesiodo Los trabajos y los días. Constituida por campesinos. Adscrita a la era de Pìscis. ¿Podrá adecuarse a la de Acuario y los tiempos de la rebelión de la mujer, de la causa feminista, y de ese non serviam luciferino? No lo sé. Pero estos días en mi Asturias he visitado no pocas iglesias muzárabes o visigóticas. Recogidas, copulares, formando parte del paisaje de los verdes prados en los cuetos y en los valles de la ribera del Nalón. Me ha admirado la gran trascendencia quedan estos edificios al misterios de la Encarnación. Al cristo humano. Es un Jesús cercano amable bondadoso que nada tiene que ver con el Yahvé terrible que habla en El sinai un dios al que se teme pero al que nunca se podrá querer. Tanto judíos como musulmanes pronuncian la palabra Adonai o Alá con miedo. En todas las iglesias orientales y el rito ortodoxo se atisba esta singularidad. Y todo se debe a un hecho que olvidamos. El cristianismo entró en España de la mano del Arrianismo y esta nación no fue católica hasta Recaredo y los últimos godos. En todos los templos había un iconostasio y pila de las abluciones, las oraciones estaban escritas en latín pero solían cantarse en griego. Y emanan de la visión de Arrio aquel diacono de la Beaupolis un arrabal de Alejandría que se atrevió a sostener una recia polémica con el patriarca de Constantinopla a costa de la procesión trinitaria, una de las cuestiones más oscuras de nuestra fe. Arrio decía que Cristo era Hijo de Dios pero hecho hombre y como tal procedía del Padre y fue por él engendrado. Atanasio convoca el concilio de Nicea para refutar su error. Allí se redactó el credo que hoy rezamos todos los cristianos tanto ortodoxos como católicos y protestantes, anglicanos, galicanos, etc.) Constantino que había declarado al cristianismo la iglesia oficial y la creencia verdadera tras la batalla de Puente Milvio no quería que esta disputa teológica arruinase las posibilidades del imperio pero a su muerte su hijo Constancio rehabilita a Arrio mientras Atanasio huye a Germania donde goza de la protección del emperador de Occidente, Constante. El dogma trinitario va a ser el fulcro de la palanca que ponga en marcha a toda una civilización pero mientras en Occidente conserva un aspecto intelectual en Oriente se humaniza a La Segunda Persona de la Trinidad, con todo su carácter soteriológico, con toda su carga de humanidad. Ahora entiendo por qué decía Agustín que es menester que existan herejías, que haya disparidad de criterio porque ello hace más viva a la Iglesia.
Así pues la mayor parte de las iglesias asturianas conservan ese aire de poderosa sencillez arriana y de familiaridad con El Salvador. Es una arquitectura por eso tan maravillosa y tan cerca de nosotros, un signo en medio del paisaje –y todo esto es muy esotérico- de que Jesús estará con nosotros, que no se acaba la historia, a pesar de los obispos torpes, los curas porros como el de Toledo, y los políticos como Zp y otros arquitectos del gran diseño que quieren hacer pasar la apisonadora del rodillo socialista sobre estas España desorientada en los tiempos de la general apostasía. No se van a salir con la suya

Lunes, 01 de marzo de 2010