26 DE JULIO
CUDILLERO HONRA A LA GLORIOSA SANTA ANA MADRE DE LA VIRGEN Y ABUELA DEL
SALVADOR
este blog defiende la unidad de España y
a su cultura
SANTA ANA DE MONTARÉS. VAMOS DE ROMERÍA
Todos los
cojos van pa Santana. Arriba súbame yo
con la pata galana, pero hogaño lamentablemente no me vagó.
A la abuela de
la Virgen la llevamos los pixuetos en el corazón. Para su ermita blanca y bien
dibujada miran los marineros cuando amuran vela por la bocana de Artedo en
acción de gracias y la invocan en la tempestad. Se otea desde treinta millas en
círculo de toda la mar con buen tiempo. Es la vieja fe que tira del alma como
una estacha de salvación.
El
cristianismo es también tradición, recuerdos de los que se han ido, y carisma.
Usos y costumbres de mortales pecadores pero yo muchas veces he pensado que
Montarés es un monte de perfección. Aunque por aquí no somos cátaros ni
herejes, sólo cristianos vieyus
Son muchos ya
los que ya no están desde que ascendí
por vez primera al monte Santo, un verdadero Tabor de claridades
iluminadas y de brumas cuando hay borrina y le da por llover. Diz que es cuando
se emborracha el Monte Pascual que está aláteres. En los comedios geográficos
del principado entre Avilés y Luarca el año 75 un 26 de julio yo llegué. Y aquí
quise plantar mi tienda en la loma de este Tabor. Bendito sea Dios que ha
querido compensar de alguna manera mis sufrimientos.
Venía de Nueva York y recuerdo en particular
los olores: el helecho y la fresca y cencida hierba del manto de Santa Ana, el
aroma de los pinos y del espliego, el enervante perfume de los eucaliptos, el
tojo y la zarzamora. Fragancias celestiales que sembraron en mi alma la
nostalgia del paraíso.
Escribí un reportaje importante en La Nueva
España en que cotejaba la vida de aldea con el tráfago de la Quinta
Avenida, el comején de la feria de vanidades que es en definitiva la vida
política de la que se nutre y se teje la tela de Penélope que es la actualidad.
Siempre lo mismo. Tántalo condenado a llenar el cántaro de las Danaides y a
limpiar las caballerizas del rey Alfeo.
n el avión que
tomé en el Aeropuerto Kennedy hasta Barajas me sumergí en la lectura de la Aldea
Perdida y de los cuentos de Palacio Valdés el autor que por su carácter
bondadoso y socarrón mejor representa a Asturias y arriba en la misa con aquellos benditos curas de pueblo, entre
aquellos aldeanos que se pasaban las cadenas de Santa Ana por sus cuerpos
doloridos, tristes y pobres huesos de las paisanas con toda la vida en el campo
o de los que habían pasado algún peligro o superado una enfermedad en el
entreaño me lloré al escuchar el himno nacional con gaita y tambor a la hora de
alzar.
Yo también
recuperé la salud que traía algo averiada. Pensé en el primer hombre y en la
frase del rapsoda Et in Arcadia ego. Aquí me quedo y di muchas gracias a
Dios por haber ido a parar a semejante edén después de tanto rodar por el
mundo.
Escuché el grito telúrico de los ancestros. En
aquel lugar al que los romanos denominaban Betulia por la abundancia de
abedules y es un epicentro de fuerzas concurrentes de energías pánicas, ya
constatadas por los flamines y arúspices de la Legio Séptima, que tenía un
destacamento en Gijón debió de haber un altar a la diosa Ceres o a una
divinidad romana patrona de la fecundidad y los nacimientos por nombre Licinia.
Y eso se detecta al socaire de una tradición que, si
no me recuerdo mal, tienen los lugareños de por aquí: cuando una mujer no se
queda encinta, sube con su pareja a este monte, en un paraje maravilloso,
ultimas estribaciones de las breñas de la Sierra del Viento hacen el amor en
los prados que circundan la ermita o junto a los mismos muros mirando pa la
Rondiella o para Pravia o sobre las gradas mismas del amoroso cruceiro que
besaban los peregrinos del jacobeo sobre la entrada. No en vano a santa Ana la invocaban las
parturientas – el nombre más común de las reinas de la Casa de Austria era Ana-
siendo abogada de las embarazadas.
Cuando se
produjo la irreversible e insoslayable conversión asturiana al cristianismo-
Cudillero como villa marinera es uno de los pueblos con más arraigada tradición
católica de España- por estos pagos arraigó la tradición del culto a San Miguel
en el interior pero en el litoral as Santa Ana la abuela de Jesucristo y al
bendito San Joaquín su esposo, dos justos de Israel, un matrimonio seguramente
humilde del que sabemos muy poco porque según la Biblia A Dios no le agrada el engreimiento
y con la piedra que rechazaron los arquitectos El funda los cimientos. Los
pensamientos y actitudes divinas y las humanas discurren por diferente senda.
Esta romería una de las más típicas del
Principado es un canto a la vida, a la belleza, a la hermosura de estas tierras
benditas que tanto quiere a la Virgen inmersa en un cordal de montañas donde se
aglomeran paisajes que quitan la respiración. En este luminoso día de julio
recuerdo a todos aquellos que ya no pueden portar las andas. La guadaña de La
que No Perdona a Nadie ha creado muchos huecos en la lista de nombres y rostros
de los que se fueron. Hoy tengo un pensamiento emotivo para mi amigo Fredu
el del bar de Artedo.
Grandes ratos
pasé en su compañía que bien se come en su chigre-restaurante. Las voces de mis
amigos ya no me llaman. Hay muchos ojos que se apagaron y no pocas manos que
nos podré estrechar pero hay una sonrisa y una luz encendida para los amigos
que marcharon perennemente en mis recuerdos. Verdaderamente yo amo a esta
tierra que me dio cobijo y espero que albergue mis huesos.
Ana en hebreo significa llena de gracia (já
ná) como Asturias. Y ya digo todos los cojos van pa Santana y arriba me voy yo
con mi pata galana. La Madre de Santa Deigenitrix es una devoción
tutelar de los marinos.
Varios buques
de Lepanto y de La Invencible fueron bautizados en honor de la Abuela de Cristo
y muchos pescadores pixuetos cuando zarpaban rumbo al Gran Sol a faenar en las
costeras del bonito llevaban una imagen suya que iluminaban en los sollados con
un fanal y cuando de regreso avistaban la cúspide del monte coronada por su
ermita blanca entonaban en cánticos de acción de gracias.
Y oraciones
como “Santa Ana nos val” pronunciado en el cantarín acento de estas tierras.
Devoción ancestral. Culto a la vida. En Santa Ana aquella mujer escondida en un
lugar de Judea se venera a la maternidad pues, según Juan Damasceno, era un
vientre estéril cuando quedó preñada de la Virgen, y ya entrada en años. “Salí
de la tristeza y fui fecundada”, según nos dice este Padre de la Iglesia.
Los romeros
bajan cantando a la puesta del sol. Se ha comido y se ha bebido y algunos
pobrinos que la cogieron hacen tobogán y llegan rodando hasta la fuente el
Canto Ay mientras Cudillero viva…. Y yo cogí una rama verde...
Un día es un
día y que Santa Anina nos valga. Espero poder subir al año que viene, si Dios
me da salud. Felicidades a cuantas Anicas conozco y no conozco
26 de julio
2012 miércoles