2025-05-04

colección de orinales en el museo camiLo jose cela iria flavia... EDL ESCRITOR MEABA LARGO Y TENDIDO COMO UNA PADRE DE LA iGLESIA

 


 CIRUELAS CLAUDIAS

 

Bebíme un piezgo de sidra anteanoche y hoy me aflige el “clavo” de la resaca. Salí a la huerta, espléndida mañanita de mayo y encontré consuelo mirando para los tres ciruelos damascenos que dan escolta a las hortensias en un ángulo del jardín. Enveraron ya a punto de dar fruto. 

Bajé a la bodega y tomé un tarro de mermelada de las ciruelas claudias que ocupan otro lugar árbol salutífero. 

Tres cucharadas mojadas en vino y se me pasó como por ensalmo la resaca. Confío en los remedios que al pobre mortal ofrece la naturaleza. Según los naturistas la ciruela endrina en su jugosa drupa en tiras de mucilago y carnosidad vegetal lleva un analgésico que hace el oficio de detente bala a los hervores de la ebriedad del día despues. 

Es un analéptico que restablece las fuerzas esquilmadas por los eufóricos vapores del alcohol. Por esto y por otras razones soy un amante de este árbol rosáceo de flores blancas que vino a Europa desde Siria (el ciruelo de Jerusalén da óptimos cascabelillos los mejores en el mercado pues dicen los Apócrifos que aplacaron la sed de Nuestro Señor cuando le dieron ganas de beber). 

Existen cerca de un centenar de especies, de muy diverso sabor y consistencia del parénquima o pepita: Ciruela patrón, ciruela roja y gualda (según la cara donde le dé el sol), ciruela claudia, ciruela sin almendra, delfina, temprana que madura en agosto, de pernigón, mirabel, damascena, de flor negra, de flor blanca, ciruela uterina muy pequeña de una pulgada que madura a fines de mayo, ciruela albaricoque. Y otras muchas. 

Sobre todo es de su fruto benéfico y salutífero su arrope.  Recomendable para hacer pis y para hacer pos. 

El mejor laxante y un remedio cabal contra la anuria óptimo excipiente diurético que recomiendan para la imposibilidad de la secreción urinaria. Que te conozco, ciruelo. Ya lo dice el refrán popular…

 

CALDERÓN LA CENA DE BALTASAR

 

 

El doctor Valbuena era un hombre cordial, recuerdo haberle visto en una mesa del Bar de Filosofía fumándose un “celta” largo, charlando con los alumnos, yo mismo le invité a un chato de tintorro que el maestro jovial y próvido en nuestros desvelos con la literatura, aceptó. Mostraba ese desaliño del intelectual machadiano los ojos cansados de tanto leer y de ver pasar la vida. Mariner Bigorra no mostraba esa familiaridad con el alumnado. Era un tarraconense de derechas. Calvo como Cesar. Le poníamos por un suponer la toga curial y allí aparecía un senador romano. Se movía por la tarima de la cátedra con agilidad y siempre aparecía con las manos empolvadas de tiza. Su pensamiento funcionaba a mayor velocidad que sus palabras y por eso analizaba cada palabra latina escribiendo el encerado su raíz evolutiva. Los dos eran hombres de gran bondad. Valbuena como se jubilaba aquel año otorgó aprobado general. No ansí Mariner que tenía fama de hueso y a mí lo que son las cosas tan entusiasta con la lengua del Lacio desde mis años de seminario me dejó para septiembre.

Pero siempre que paso por Moncloa y alzo los ojos a la cuadriga del Arco de Triunfo me acuerdo de él. El monumento entrada a Madrid. Está en un estado lamentable, destrozado y pintarrajeado con ignominiosos graffiti donde escribe el diablo consignas furibundas con su fatídico dele. Sirve de paraninfo y punto de reunión a los del botellón. Mane tzel fares y todo para ultrajar la memoria del anterior régimen.

Están las losas levantadas y las puertas de bronce maltratadas por la chusma, no pudo menos de traer a mi memoria el entusiasmo de sus clases: “Armis hic victoribus mens jugiter victura monumentum hoc… munificentia ab Hispaniorum regis restaurata aedes sapientiae complutensis florescit in conspectu Dei”. Lo esculpió él haciendo gala del laconismo ciceroniano.

No se puede acumular tanta grandeza en epígrafe tan lacónico. Sería una pena que el Arco de Triunfo abandonado y en deterioro por el odio a los que ganaron la guerra civil fuese dejada caer. En esas estamos. Valbuena por su parte especialista en Calderón creía que el mejor drama por él escrito no era la vida es sueño sino La Cena de Baltasar. Es teatro profético y poético. Un desafío a Moloch, rey de los Ammonitas, monarca cruel que sacrificaba niños y jóvenes para aplacar a la divinidad. Guerra de Ucrania. Zelenski es un baldón para el pueblo de Israel y su mayor profeta. Daniel (Juicio de Dios) narra la historia de la liberación del pueblo elegido de las garras de Nimrod, el tirano que construyó la torre de Babel. Los personajes de la obra son Baltasar el que vio después de una cena opípara escrito su destino en la pared: “esta noche morirás”. Mane tzel fares. La Idolatría. El pensamiento. La vanidad. Daniel y la Muerte. AHÍ ESTÁ LA HISTORIA CARGADA DE FILOSOFÍA Y DE RAZÓN

 la solución?

-       Fray Jarro BUENA ORINA BUEN COLOR

 

 

Por Antonio Parra

 

Ya ha florido mayo, título para una gran novela de un novelista de la escuela andaluza, ahora olvidado siendo valioso, Alfonso Grosso. Unos van con flores a María [es un símil porque los mayos de ahora traen bombas bajo la chilaba, la gente anda aterrada y cuerpo a tierra, y entre flores y rosas Su Majestad es coja, y espían las merdellonas, bajan con los cubos de la calumnia oliendo a sudor y no se cambian la camisa, tusonas y fregatrices, da consignas don Bigbroder el de la voz gorda, corren por la TV gigantes y estafermos que vivir es un sinvivir, una eterna paradoja, el personal se vigila a la rebatiña, dietas para adelgazar, buenas andan las comadres] y otros preferimos entonar el romance del Prisionero. Siempre vivimos emparedados en la cárcel del amor y por un supuesto lean:

“Que por mayo era por mayo/ cuando hace la calor/cuando los enamorados van a servir al amor/ y yo triste y cuitado yago en aquesta prisión...la la la larala/ que no sé cuando es de día/ni cuando las noches son/ sino es por aquella avecilla que me cantaba al albor/ Matómela un ballestero/. Dele Dios mal galardón... La la laralalá”

Oigo el crujir de las cadenas. El estallido de los cerrojos. Los manojos de llaves del Cerbero que vigila. Siempre en capilla. Estamos en capilla. Al nacer se nos condena a todos a muerte y eso muchos no lo saben. Pertenecen al cupo de inmorales ilusos que piensan que se van a quedar aquí para simiente. Los vigilantes de la parva nos escrutan con mil ojos de Argos. El personal no hace nada, está desorientado y tales desasosiegos determinan que ande la red cargada de electricidad. Son duros de oreja y el corazón hanlo de pedernal. Les cantas las cuarenta y se cabrean. Se rasgan la vestimenta y exclaman quien yo. Sí tú mosquita muerta. Hay mal ambiente y no debía de haberlo. Echan las culpas a un zapatero pero este hombre en política hace su trabajo. Obra prima. Buen trabajo mientras los otros andan sumidos en la cultura de la queja, quejicas, ¿qué hay de lo mío?, yo me mato por mis garbanzos ¿No serán ellos los remolones? ¿Los sepulcros blanqueados? ¿Los insolidarios? ¡Oh qué tiempos más interesantes!

- Mientras dure, Ejusmodi....

- Sé por donde vas, Verumtamen pero qué bonita canción esa del romance del prisionero. Un poco triste la verdad y melancólica aunque de menos nos hizo Dios. Una pena que los jovencitos de hoy ahora desconozcan el romancero.. Andan los tiempos muy alterados con esto de la política. Pero tras de tiempos vienen tiempos y eso es también del romancero



Serán carne de cañón o usuarios del verdugo que anda por ahí en la ronda de las celdas. Centinela alerta. Literatura carcelaria siempre excita mi compasión y existe una gran novela río de Eduardo Zamacois que cuenta las desventuras de los penados en San Miguel de los Reyes. Eso era un convento del cister y la desamortización del 1833 lo convirtió en uno de los penales más temibles en la Península. Se llamaba la obra que me causó impresión cuando la leía hace como diez años Los vivos muertos. Tomás Salvador escribió otra epopeya memorable en Cuerda de presos” y otra Cabo de Vara. Por temática, el Hacho. No llores niña no llores no llores que yo no lloro aunque me lleven a Ceuta a pelear con el moro. El sufrido pueblo  es sabio y tuvo que sufrir prisiones, tiranías y arbitrariedades. Aquí por menos de un ardite te meten en cintura y acabas arrastrando cadenas entre bretes y grilletes. Dios no lo permita. Propugnan la caza de brujas, MaCarthy resurrecto. A veces la cárcel ha sido morada pasajera o definitiva de todo gran español. Pero ¿a qué no acaban en la trena los mediocres? Pues no. Más bien no. Y los machacantes del esbirro siempre hicieron carrera. Déme usted un cigarro. Ese pensamiento se me atraganta. Quiero pasar humo. Nos vigilamos unos a otros. Hay por ahí esparcida mucha madera de inquisidor y la red es el tornavoz de mucho escritor diletante y deprimido. Se observa al personal pero con eso no hay cuenta, Verumtamen. El arte de contar es la maula de fingir. Uno parece que está detallando su autobiografía y lo que está haciendo es atisbar la reacción del otro por un ventanuco. Buena orina, buen color y tres higas al doctor. Ponemos en pepitoria un corte de manga y parece que acabamos de dejar nuestra alma descubierta y sangrante entre las zarzas. Qué va. Solo es un truco. Escribir es seducir y hasta cierto punto engañar contando mentiras piadosas, En todo escritor subyace un buen impostor. Bonita forma de hacer tururú. No me vengas con monsergas. No me gusta Voltaire pero tiene algunas máximas aprovechables como cuando espetara que las palabras se esgrimen para ocultar los pensamientos. Sirven para esquivar los golpes y  son coselete en la taleguilla para burlar los derrotes de mihuras astifinos que corretean por el albero y andan a cornadas cuando uno menos se lo piensa y ayudadme zancas que en esta vida todas son maulas.

 ¿Entonces escribes para hacer tururú? A veces. Nada más razonable que un corte de manga a tiempo. Los romanos en estas ocasiones se colocaban un humeral sobre la chepa al que llamaban la indutia.  Los padres conscriptos confiaban a esta prenda talar el cuidado de sus personas contra los gargajos que les escupía la plebe disconforme en el foro. Eso, los senadores que los militares portaban el gladium y  a ellos no les escupían, por si las moscas, pues menudos eran los decuriones, desenvainaban a la primera de cambio y el paludamentum o capote de guerra para arrebujarse contra el relente de las madrugadas, los juegos duraban dos días y hasta una semana. Y con ellas se presentaban en el circo a ver pelear a los hoplomachi o gladiadores. Roma y la vida política eran un espectáculo y lo que la chusma quiere. Panem et circenses. Y lameculismo. Mucho lameculismo. Halagos. Lisonja y jabón

 Así no murmuraban ni entraban en contubernios contra el emperador.. Cuando yo llegué de Nueva York después de haberme partido el pecho por mi país con razón y sin ella fui recibido con un gracias por los servicios prestados y ale usted es uno de tantos, la gente va a su rollo, es insensible para vibrar ante las issues del patriotismo como pasa en Inglaterra, Estados Unidos o Francia y me sentí un poco como aquellos soldaditos de Mola que regresaron a Larache después de resistir diez meses en un blocaos de Dar-Akoba, diezmada la compañía y después de pasar gurruminas, se preparó un desfile militar y no asistió nadie. Los pobres sorches se sintieron desolados ante esta incomprensión de la retaguardia ellos que se estuvieron batiendo el cobre en la vanguardia. Paso y por partes. Escarbe. Haga memoria. Navegamos ya en aguas válidas. El tiempo anda un poco revuelto. Para esta época vienen  fenomenales los cocimientos de genciana. Pueden ayudar a algunos a combatir la depresión. Otros pacientes de estreñimiento crónico se hinchan a evacul pero van al baño y se sorprenden de obrar cagalutas de conejo, el vaso de su dentadura postiza montando guardia toda la noche en la taza del retrete esbozando una sonrisa macabra que anticipa la calavera. Cagan poquito o excretan ladrillos. A esos hay que decirles que si quieren pan vayan al batán que allí un perrito que caga poquito  le alcen  el rabo y le den un besito. La envidia es causa de su estreñimiento mental y  a causa de ella les llevan los demonios. Mas no hay que preocuparse: ya se les pasará.


Pues vale pero no cante usted muy alto ese bello romance no vaya a despertar usted a los carceleros que son legión aunque no lo parezca en esta época de derechos humanos hay manga ancha para algunas cosas pero para otras cosas que uno considera leves o un simple ejercicio de la libertad de expresión son implacables y si las dices puedes acabar en la trena. De hecho no somos muy libres. El andamiaje está montado sobre las varas de medir y las vigas del miedo. Llama a seguridad. Que vengan los lictores. Y es con el látigo del terror con el que se tiene dominados a los pueblos. Es por esto por lo que se les ha declarado la guerra a las ideas y pensar por tu cuenta puede ser un delito. No. No quiero cantar las tristes estrofas del romance del prisionero que yo recuerdo haber oído interpretar a algún rabelista que se acercaba al baile en las fiestas de mi pueblo.

-       A buen entendedor..

-       ¿Cuál es entonces

domingo, 15

DIMICATIO LA VIDA ES UN PUGILATO

 

Los romanos se divertían en las luchas en el circo y honraban a los gladiadores incluso los que perecían en la arena con coronas de laurel. Eran estrellas tan famosos como los futbolistas de hoy. Entre ellos figuraban los andábatas, los reciarios que peleaban con red y los hoplitas armados de la cabeza a los pies. El combate se llamaba “munus” y la paga que recibían auctoramentum. Los dioses cuando nacían los hombres debían de ser honrados por los sacerdotes de Júpiter con la “dimicatio”. Esto es la vida es una pelea. Acabo de ver una película de Pedro Carrasco que fue el mejor boxeador de mi tiempo y me he perdido en la añoranza de aquellos días, español, la marina te llama, el toque de retreta, la belleza de Sonia Bruno, el humor avuncular de Antonio Garisa. El buen hacer como guionista de Eduardo García Serrano.

El malogrado Carrasco casado luego con la Chipionera era una bellísima persona. Las peleas no lo dejaron sonado como a Legrá a Paulino Uzcudún. Su hija la Rociíto se hizo una estrella del mundo del corazón. Él no debió de ser muy feliz. Esto de la crónica rosa se le atragantaba pero su personalidad dio pábulo a las revistas del corazón que son actualmente el nirvana de los españoles pavisosos. El Hola mueve mucho dinero. Yo me quedo con el honor, la vida sencilla y la dimicatio latina. San Pablo decía lo mismo:

─Vita militia est.

Un buen consejo para los españolitos que meten la cabeza en la arena como el avestruz.

Al fin y al cabo Bruselas nos acaba de otorgar una millonada de euros. I ll buy you out. Hemos vendido a nuestro país a nuestra historia Todos a cobrar. La paguita a fin de mes, momios y subvenciones ¿Luchar? Que luchen ellos. Holgar es lo nuestro, culto al cuerpo. De la holganza sale la panza. Sexo y sicalipsis, paralipómenos, lo oculto no interesa. Nadie nos cuenta  los baticores de esas pobres gentes que no llegan a fin de mes. La verdad es que no estamos mal. Se vive bien. Lo malo es que vamos a dejar a nuestros hijos en precario. El que venga atrás que arree.