MEDITACIÓN SOBRE ESPAÑA AL PASAR POR SANTA CRISINA DE LENA
MEDITACIÓN SOBRE
ESPAÑA AL PASAR POR SANTA CRISTINA DE LENA
La belleza del paisaje y la
sacralizad del monumento elevado en lo alto de un cerro suele ocultar la
ferocidad de los tiempos en que fue edificada esta pequeña catedral de corte
bizantino resultado de una donación por los difuntos que realizara un rey
asturiano para pedir perdón por un fratricidio cometido por él (Ordoño II
mandó sacar los ojos a su hermano que le quiso arrebatar el reino y luego,
arrepentido, erigió esta iglesia.)
Por los muchos ábsides
superpuestos llaman a este edificio “iglesia de las esquinas” y es una de las
pocas que conservan iconostasio o altar separado a la manera bizantina en el
arte remírense. Su estructura es ciclópea: misteriosa cantería y ladrillo
visto, mirando hacia el Este.
Guarda relación en su estructura
con san Salvador de Valdediós templo consagrado por siete obispos a expensas de
Alfonso III el magno que lo eligió como retiro después de haber sido destronado
por sus propios hijos. Pinturas policromadas y ajímeces y contrafuertes
integran su decorado.
Es un ejemplar de la solidez del
arte muzárabe pese a sus escasas dimensiones.
Santiago de Gobiendes guarda los
secretos de la historia trágica y de constante lucha contra el moro y de entre
los cristianos entre sí (uxoricidios, parricidios, estupros, venganzas) el
monarca, después de su “malfetría” arrepentido dedicaba una iglesia a un santo,
preferentemente san Miguel o al propio Redentor. El culto a la Virgen María
tardaría en arraigar en Occidente.
Era un cristianismo primitivo de
justificación de la Fe sin obras. Aun no eran llegados los tiempos del libre
examen. Corrían tiempos recios.
Las mesnadas se dedicaban a la
caza y a la guerra, vivían en pallozas cuyos moradores no se lavaban y se
calentaba con el aliento de su ganado, vivían en salas corridas hombres y
mujeres.
La promiscuidad y la endogamia
eran endémicas y los conceptos de moralidad estaban lejos de los planteamientos
éticos de otras épocas más rigurosas en la historia de la Iglesia.
Santa Cristina de Lena siempre
que paso por la A6 y nos avista desde el mogote sobre un precipicio escarpado
cubierto de abedules y robles me inspira meditaciones sobre el ser de España y
su indestructibilidad.
San Salvador de Priesca fue
creación del presbítero Juan de Villaviciosa y de su mujer doña Froiluba.
No cabe idealizar aquellos
tiempos de oscuridades de guerra incesante pero violentamente humano que da lo
que mejor tiene para el servicio de la iglesia y labra sus tesoros para honra y
gloria de la fe. Su legado primordial
fue la fe ortodoxa—el cristianismo viene a Asturias desde Tierra Santa a través de Grecia y el
Norte de África, no a través de Roma por lo cual retiene algunas creencia
arrianas de las religiones gnósticas y sincretistas— simbolizada en la Cruz de
los ángeles y en la de la Victoria.
Entre roleos, chatones y
cabujones y otras gemas preciosas aun emociona el epígrafe que esculpía el
orfebre hacia el año 808 “permanezca en honor de Dios esta cruz que ofrece este
humilde siervo de Xto., Aldefonso. Quienquiera se atreva a profanar el
relicario sea fulminado por el rayo. Con esta cruz será el enemigo derrotado. “In hoc signo Vinces”. El mensaje de la
batalla de puente Milvio.
la cruz de la victoria es la misma que vio el emperador Constantino
Profética manifestación. La joya
fue robada en el año 78 y el ladrón dio con sus huesos en la cárcel. El hecho
nos confirma en la suposición de la supervivencia de España como baluarte del catolicismo.
No podrán destruirla sus enemigos
Dice la Silense que fueron los
propios Ángeles los que guiaron la mano del orífice y así lo hizo constar el
rey Ramiro II. La cruz de la Victoria se labró en Gozón a mediados del siglo
IX. Es la pieza más suntuosa del arte visigótico junto con la cruz de
Guarrazar. Simboliza a la monarquía astur y sus cabujones y roleos representan
la adoración del Cordero Místico.