2025-05-01

 EL ARTE ROMANICO CONTRA EL GÓTICO. MUNDO GRAMÁTICO VERSUS MUNDO TEOLÓGICO. MESTER DE CLERECÍA Y MESTER DE JUGLARÍA

 

Son bellos estos días de finales de abril. San Jorge mata la mosca.

El papa argentino se ha muerto, vendrá otro y yo contemplo el florecer del roble, del tamarindo, de los regoldos y del moral del jardín central desde mi chiscón.

Es la energía y la luz de resurrección, unas ganas de vivir que siento de año en año. El gozo pascual baña mi piel de aromas olvidados.

Me hundo en la lectura de un libro de Apolonio. Es una novela bizantina que estampa en sus páginas los saberes y quereres del mundo románico que es el de la retórica, cuando la mitad de las cristiandades de Europas no sabía leer.

 Y se empapaba de las parábolas del evangelio en aquellos libros de piedra que eran los atrios románicos con sus canecillos, sus esfinges,  capiteles y cimacios, de reyes coronados y reinas que muestran sus pechos, frailes fornicarios[i] que dan caña a un mono por detrás. De ángeles tocando la vihuela, saltimbanquis que soplan un adufe, y todo esto que es a la vez divino y humano, al pie de la mandorla mística, una vagina de mujer desde la cual salta un Cristo triunfante y resucitado.

Yo vengo de ese mundo románico.  Miremos a los mapas. Es un rincón de Castilla con forma de esconce, escondite geográfico el cual en la era cuaternaria fue mar y al retirarse  las aguas emergieron arrecifes de roca calcárea con fósiles, prehistóricos, estalactitas y estalagmitas.

Roma aprovechó estos cantos rodados para construir sus estradas y templos a Júpiter. Llegado el cristianismo, estas rocas sirvieron de sillares para construir los templos románicos como la torre de san Gregorio de mi pueblo en lo alto del somo. El Somo y el Soto esto es Fuentesoto

El acceso a la torre subía por una escalera de caracol cuyos peldaños aparecían gastados más de media cuarta. Huellas centenarias.

Para mí esta fue una escalera sagrada que me parlaba de un trajín milenario de ancestros míos cristianos viejos que habían subido y bajado desde el año 1000 cuando la iglesia fue consagrada. Los sones de las campanas se esparcían por el horizonte.

Algunas noches por el ventanuco de mi habitación oí bolear las campañas. Creí que tocaban solas como en un cuento de Becquer. Escuché el zapateo de cientos de sacristanes que habían subido y bajado por el angosto husillo (mis ancestros eran bajos de estatura pero cuadrados de plexo solar, hombres recios, para la pelea con el agareno, fueron los que llevaron la cruz a América) repiques de gloria, boleos de misa de boda, alertando de la anúteba o invasión, del fuego y de la peste.

Unos calzaban abarcas, otros las cáligas del calzado de los mozárabes  o babuchas moriscas, o bien alpargatas. Pocos iban de polainas aunque la mayoría  subían y bajaban descalzos.

El tantán de difuntos era el más lúgubre pues lloraba el bronce la partida de alguien a la eternidad. ¿Quién se ha muerto?

 Tierra románica, costumbres romanas y campos góticos. Todo esto sentí después de abrir las páginas del libro de Apolonio

 

lunes, 28 de abril de 2025

 

EL SALTO DEL ROMANICO AL GOTICO EN EL LIBRO DE APOLONIO y (2)

En el nombre de Dios y Santa María

Si ellos me guiasen estudiar quierría

Componer un romance de nueva maestría

Del buen rey Apolonio y de su cortesía

Este introito nos conduce al pórtico de la gloria santiaguense. Vernos a los ángeles de piedra que ríen mientras tocan diversos instrumentos musicales la zampoña, el adufe, la vihuela, el rabel hoy extinguidos, pero que son un testimonio de las intrínsecas relaciones de la literatura con la música y la liturgia católica. Si entrares en cualquier catedral de Europa y de Rusia escucharás los coros. El Xto resucitado es armonía y la armonía es belleza siguiendo en música las normas del contrapunto y de la escuadra en arquitectura. 

En el Libro de Apolonio Rey de Tiro de la mano magistral del académico Manuel Alvar que fue profesor mío me sumo a las aventuras de Apolonio  (el Bien) que vence a Antioco (el Mal), es esta narración de estructura similar a la de la Odisea. 

El paso del hombre sobre la tierra es un perpetuo caminar. Una peregrinación constante.

 Vamos en romería hacia un más allá, empujados por una mano (el Hado) que desconocemos. 

En este ir y venir que llaman acarrear el ser humano se hace muchas preguntas que carecen de respuesta.

 Sólo cabe plañir, gruñir, rezar, reír y llorar. El Apolonio es un libro moderno a pesar de haber sido escrito en el siglo V. 

Es una obra de arte no por lo que cuenta sino por cómo lo cuenta en el tránsito de una sociedad feudal a otra gremial. 

Son manumitidos los siervos de la gleba. Europa se abre y se pone en marcha con las peregrinaciones a Jerusalén y a Compostela. La Teología reemplaza a la Retórica.

 En España el rito mozárabe es sustituido por el romano. El anacoretismo da paso al monaquismo de los cistercienses que implantan un arte nuevo y una espiritualidad distinta. ¿Quién vence en esta lucha? ¿El bien o el mal? El autor medieval no da respuesta pero suponemos que la vencedora es la muerte. Señor, ten piedad de nosotros.

 



[i] Este detalle puede verse en un capitel de la iglesia de San Miguel de la Villa de Fuentidueña, Segovioa

 

 

 

 

Alalá nº 197 "O Rabel en Porto de Sanabria" - TVG