2021-03-21

 





UN MILAGRO DE SAN JOSÉ

 

Tengo para mí que los milagros existen por más que no pueda demostrarlo y el divino y casto José el que guarda un secreto mutismo en el evangelio es uno de los mayores taumaturgos en la historia del cristianismo aunque el culto josefino tenga poco arraigo en las iglesias del Este pero Teresa de Jesús la grande no daba un paso ni llevar a cabo fundación de conventos sin encomendarse a él. Ayer 19 de marzo el padre putativo de Cristo se despachó con uno de esos milagros a la chita callando por los que es famoso con nosotros los pipis de la hornada de 1955.

Ayer me llamó Gaspar HERGUEDAS para unirme al grupo de guasaps del Seminario. Algo que no esperaba porque me sentí decepcionado por algunos extremos acaecidos en nuestras reuniones anuales que obvío aquí pero que he plasmado en esta bitacora. Larga es la cosa de explicar. Ángel San Vicente uno de nuestros presbíteros comenta en el chat que el seminario creó en nosotros un vínculo indeleble más allá de nuestras creencias políticas y de nuestro periplo vital. Ya somos setentones pero seguimos caminando por la vida impasible el ademán amando a esa Iglesia que tantas cosas buenas (dejemos a un lado las malas que corresponden a toda organización humana) nos enseñaba.

Podemos decir como Graham Green el autor inglés en parafrasis “England made me” pues igual “The Church made us” y si nos remontaramos a Mío Cid diríamos:

—Castilla fizo los homes e los desfizo

Es lo mismo. Aquí estamos. Llevamos dentro a un cura malogrado pero tal y conforme van los tiempos podrían resultar  porque nos aflige la España vacía y los seminarios vacíos que este humilde corresponsal trató de explicar adelantándose a los tiempos. Curiosamente estaba yo leyendo, cuando me telefoneó mi colega, pasajes de mi libro “Iste Confessor Seminario Vacío” y quedé maravillado por la acribia o exactitud de mis postulados. No tengo abuela pero esto ¿lo escribí yo? Ya no me acordaba. Lo digo como lo siento

Di con la clave pero nadie es profeta en su tierra. Tanto esfuerzo y trabajo como supuso redactar este denso libro que son las memorias de mi infancia quedaron en barbecho. Por ende, sobrevino para mí este desencanto o desafecto con mi pueblo. El Azoguejo fue el alma mater de la picaresca de los perailes, la patria del “Buscón” y nosotros somos unos pícaros a lo divino.

La vida nos moldeó así pues hubimos de vivir el cataclismo del gran cambio de nuestra sociedad.  Sin embargo, he de decir con Santa Teresa a la cual yo expliqué en mi otro libro “Teresa la judía conversa” que Dios escribe al derecho con letras tuertas.

Gracias, casto José, nos acogemos a la blanca vara de tu viril paternidad en estos tiempos donde reina la impudicia y el desacato a los valores por lo que nosotros luchamos y creíamos. Todo dio la vuelta.

Gracias Gaspar Herguedas, gracias Angel San Vicente, gracias Jaime Olmos, mis hermanos mis amigos y que Dios perdone mis pecados “Gospodi achisti grieji nas” dicho sea de paso con palabras del canon de la misa de San Basilio.