2015-12-04


CONVIDADO DE PIEDRA ROMANCE PARA EL MES DE DIFUNTOS. NUESTRO HAMLET HISPANO

 

Por las calles de Madrid va un caballero a la iglesia

Mas por ver a su dama que por oír las Completas

Se ha acercado allí a un difunto que está en imagen de piedra

Le ha agarrado de la barba, dícele de esta manera:

——¿No te acuerdas, capitán, cuando estabas en la guerra, gobernando tus batallas, gobernando tus banderas?

Yo te convido esta noche a sentarse a la mi mesa.

El difunto que no duerme en olvido no lo echa.

A eso de la media noche llega el difunto a la puerta

Y le baja a responder un criado de la iglesia

——Criado dile a tu amo que el convidado de piedra

Que conoció en san Francisco

Viene a cumplir la promesa

Le han acercado una silla para que se siente en ella

Hace que come y no come

Hace que cena y no cena

——Yo te convido mañana a cenar a la mi mesa

El caballero asustado al confesor le da cuenta

El confesor le responde:

——hijo, comulga y confiesa.

Y lleva este relicario

Que te sirva de defensa

Al toque de la oración va el caballero a la iglesia

Ve dos luces encendidas y una sepultura abierta

——arrímate, caballero, ven acá no temas.

Tengo licencia de Dios pa hacer de ti lo que quiera;

Si no es por el relicario que traes para tu defensa

Te habría de enterrar vida aunque Dios vida te diera

Porque otra vez no te burles de los santos de la iglesia

 






ESTAD FIRMES Y DERECHOS

 

En Arevalo había un mercadillo judío los jueves que llamaban aliana en Arevalo o en Toledo no estoy seguro pues se montaban los tenderetes cerca de la puerta del Reloj, cerca del tímpano de la puerta catedralicia con sus leones rapantes águilas y centauros del imafrontis. En el mainel interior había un pantocrátor sentado dando la paz. Las puertas eran robustas de roble y ostentaban en sus jambas un poderoso ensamble de clavazón y de herrajes. Aquel majestuoso ornato y las joyas del arte gótico contrastaban con la vulgaridad del mundo alrededor; de las voces de los vendedores, las carcajadas de las muy reverendas madres verduleras, el batir de un almirez el pasar de una tapada cubierta de pies a cabeza con la almalafa de pudor. Era un abigarrado espectáculo en contraste con el hieratismo del arte y de la muerte con la casualidad inane de los afanes humanos que todos días tienen que almorzar que nada quería saber de la historia del arte: ni de enjutas, ni de buheras, cenefas, modillones, escocias y albanegas. Muchos no habían leído el cartel del pregón:

Nobles discretos varones

Que gobernáis a Toledo

En aquestos escalones

Desechad las aficiones

Codicias, amor y miedo

Por los comunes provechos

Dejad los particulares

Pues vos fizo dios pilares

De aquestos ricos techos

Estad firmes y derechos

En esta placa que creo que se encuentra en la sala de juntas de la Ciudad Imperial y también en Arévalo se plasma el espíritu corporativo de los primeros ayuntamientos de España. Sangre municipal y espesa.