2010-07-27

milagro hoy a las tres de la tarde enn Madrid

SAN PANTALEÓN DE BITINIA. HOY SU SANGRE LICUÓ EN MADRID

La liturgia tanto la romana como la griega es concisa y parca en detalles a la hora de trasladar a la historia a uno de los mártires más venerados y milagrosos: San Pantaleón de Nicomedia cuya sangre en su fiesta del 27 de julio, sólida y coagulada durante la mayor parte del año, se vuelve líquida en la quiroteca que guarda sus reliquias en el convento de la Encarnación de las agustinas de Madrid y, si no licua, malo. Se anuncian calamidades y pestes. No licuó por ejemplo el año de 1936 ni tampoco en el 1917 ni en 1808 cuando la francesada. Es omen o pronóstico de guerras y calamidades pero en el presente año dentro de la clepsidra goteó, lluvia de gracia, volviéndose a repetir un milagro consuetudinario. Menos mal. Curiosamente este convento fue erigido por Felipe III para conmemorar la expulsión de los moriscos en 1609 y su esposa Margarita de Austria, devota señora, fue mentora de esta entidad monástica Donde profesaba toda la alcurnia y nobleza matritense. Menos mal; la sangre del santo mártir que recibió su corona durante la persecución de Diocleciano, la más acérrima de las diez persecuciones padecidas por los cristianos – aunque hubo doce en realidad, porque dos que pasan desapercibida, la primera organizada por los judíos y la de Juliano el apostata, poco después del Edicto de Milán siglo IV, siendo las otras, la de Nerón, Vespasiano, la de Tito, Nerva, Domiciano, Maximino, Decio, Galo, Valeriano y la mencionada de Diocleciano, se obvian por los historiadores, una tanto alacremente- este año de 2010 cuando Madrid vuelve a ser una ciudad morisca y de otras múltiples etnias, licuó.
Conque podría decirse con el bueno de ZP que “estamos tan mal” y que la gracia operante del Espíritu Santo sigue trabajando. Aunque no se la ve. Va subterránea. Pobre Zapatero chivo expiatorio de todas las culpas burro de todos los palos. La derecha fascistoide, el siniestro Medina el hijo de Rafael que es un pijo, facha químicamente puro, los de Intereconomía a sueldo de save dios quien eligieron a nuestro presi de cimbel pero de nimis non curat praetor. Y, hecho el inciso, veamos lo que dice el martirologio romano de San Pantaleón que fue médico de los cuerpos y presbítero de las almas, uno de los santos intercesores cuya vida se situa en Nicomedia, lo que es hoy Turquía y lo que fue Bitinia la provincia romana poblada por los tracios.
“Pantaleón micomediensis nobilis medicus ab Herbolano Jesu Christo fide presbiterus eruditus baptizatus est: Qui mox pastri Eustorgio persuasit ut christianus fieret. Quare cum Nicomediae postea Xti DOMINI fidem libere praedicaret, et ad hujus doctrinam omnes cohortaretur, Diocleciano imperatore, equleo tortus, et admotis ad ejus corpous laminis candentibus, cruciatus est: quam tormentorum vim aequo et forti animo ferens. Ad extremum gladio perscussus, martyrri coronam adeptus est. Te Deum laudamus.
Que era médico de profesión que fue bautizado por el sacerdote Herbolano, que convenció a su progenitor, Eustorgio, para que se hiciera cristiano y que predicó la fe por lo cual fue aprehendido por los guardias de Diocleciano. Lo estiraron los miembros en el cueleo, lo laminaron con planchas de hierro candente, y resistió. Al final fue decapitado. Hacia el año 303.
Los médicos junto con san Lucas, san Cosme y Danian tienen por patró a San Pantaleón. En Oriente es uno de los mártires verdades pero la esquela no dice mal y yo ahora mismo parece que estoy escuchando al de Valdesimonte, desde el pulpito leyéndonos en el refectorio del seminario de Segovia el martirologio romano un libro gordo y marrón con el santo del día y que terminaba siempre con la siguiente estrofa:
- Y en otras muchas partes otros muchos santos, confesores y santas vírgenes.
- Amen
Entonces todo el seminario menor atacaba el tazón de café con leche con un bollo para mojar. La frase de en otras muchas partes oros muchos santos se me han quedado grabado concomitante a la sensación de un nuevo día que amanece dominado por la seguridad de que nuestra fe es incombustible viniendo avalada por la sangre de todos aquellos que dieron testimonio de su amor a Cristo pero resulta duro comprender. San Pantaleón a mi me recuerda aquellos desayunos con tostadas.
¿Por qué Diocleciano que según la historia romana a la que soy tan aficionado y al cual la leyenda le situa como un restaurador del imperio y de un gran imperator la emprendió a mandobles contra aquellos pobres ciudadanos cristianos que se resistía a adorar a los ídolos, situándose en la marginalidad de lo políticamente correcto cometió semejante torpeza de echar a los leones a los bautizados imitando a Nerón que fue un hombre terrible? ¿O Vespasiano, un hombre culto y discreto, romano de buenas costumbres, el que mandó construir las grandes calzados que comunicaron Roma con las provincias del imperio y fue el arquitecto del acueducto de Segovia, y el que arrasó Jerusalén a la cual quiso denominar Elia Capitolina y su hijo Tito cumplió la profecía de Cristo de que de la Ciudad de los Profetas no quedaría piedra sobre piedra?
Los hechos van por cima y el espiritu que los conforma por abajo. Es una explicación simplista y poco rigurosa que a mí me sobra. Las conjeturas a mi alcance atisban que esto forma parte de la historia externa que nada tiene que ver con la historia de la gracia y de la redención que va por debajo. Sólo la creencia en el Dogma de la procesión trinitaria (tiempos del Padre tiempo del Hijo tiempo del Espíritu que aglutina a los viejos paganos – estamos en deuda con Roma)- nos da las claves para salir del laberinto. Él es el alfa y el omega. Cristo está presente en la historia hieri et hodie semper. Las formulas de adoración no tienen nada que ver. Y eso por lo que hoy en este Madrid morisco descreído y laico haya licuado la sangre de san Pantaleón. Laus Tibi, Christe. Viva la gracia y la vida.

27/07/2010