2024-11-26

 

Acacia

 

A la entrada de Segovia según se va por la carreta de Madrid bajando la cuesta de Baterías hay un puente romano, el de Valdevilla por el cual las antiguas cohortes y clades de Augusto vadeaban con su impedimenta el río Clamores que hace dos milenios debía de llevar mucha más agua pero que a mediados del pasado siglo fluía sin apenas caudal. Mucho puente para tan poco río, la verdad, pero cuando se construyó el Acueducto era un flumen que juntaba sus aguas con el Eresma.

 A la otra orilla estaban las casas militares: unos chalecitos con  pequeño jardín delante y un corral detrás en el que mi padre cebaba al marrano dentro de la cochiquera y mi madre salía todas las noches a encentar esto es a meterle el dedo por el culo a las gallinas para ver si podríamos comer huevos fritos al día siguiente. Dentro de este cobertizo guardé yo unos cuadernos de traducción de las obras de Tito Livio y me los comieron un día los ratones.

A la sombra de la acacia transcurrió mi infancia.

La colonia inaugurada por el coronel Tomé, que era un catalán bondadoso y pequeñín, en 1951 (guardo una foto de la ceremonia de la entrega de llaves, yo estaba de buces sobre el pretil de ladrillos sardinel, muy rubito y con mi traje de marinero).

Aquellas casas militares habían sido edificadas por presos de guerra que en régimen de redención de penas por el trabajo trabajaban para Regiones devastadas. Cuando llegaron los socialistas el alcalde del PSOE mandó volar aquel complejo de casitas blancas del puente de Valdevilla. Hoy ha sucumbido a la recalificación de terrenos –esto no era más que un peñascal▬ y a la reconversión urbanística.  O a la revanchista de algunos que se liaron a derribar lo que había construido el anterior régimen. Se cerraron cuarteles y se ha dejado prácticamente indefensa a la nación o sin paraguas estratégico (es como tener un tío en Alcalá) de la OTAN porque el ejército era la espina dorsal de la nación... Y su destrucción, o la desmilitarización llevada a cabo por José María Aznar, el inepto al servicio de los judíos de la Trilateral, constituye hoy por hoy una de las grandes amenazas al porvenir de la unidad nacional. En esta monarquía falta un militar republicano como Godet para ponerle las peras al cuarto al demente de Arturo Mas. El general Godet, un catalán leal que luego sería fusilado en Burgos por su adhesión al orden constitucional, sofocó el alzamiento separatista de Companys.

Sin conscripción y sin levas o la mili, que era una escuela de hombres de ciudadanía y de valores, España ha dejado de existir o puede porque este viejo país, que derrotó al Islam y puso freno al dominio sionista tiene otros muchos recursos y la liebre siempre suele saltar.

El puente Valdevilla posteriormente sería cegado para canalizar al Clamores que desde hace bastante tiempo era un río subterráneo, Guadiana bajo los arcos del acueducto. Pero aun quedan los apeos y el balaústre.

 En el lado de allá y en la curva que hace la carretera sigue la acacia plantada por mi padre en la esquina del patinillo del sargento Casado. Más allá vivía el brigada Vences, un poco más el teniente Ricardo y un maestro ajustador de Zamora que tenía un hijo que se llamaba Pedrito que jugaba conmigo al gua. Siempre andaba con mocos.

▬ ¿A qué Virgen alumbras, Perico?

▬ A la que me dé la gana.

La acacia ha crecido tumbada porque  a los de mi cuadrilla nos gustaba zarandearla por el tallo como si fuese una muchacha. Y digo la acacia sigue floreciendo y tiene 56 primaveras poco menos de un lustro que yo. Siempre que vuelvo a mi pueblo me fijo en ese detalle y paseo mi melancolica rodada por lo que fue mi barrio que de  Valdevilla-▬ Castrobocos donde estaba la taberna, pasado Villangela, del Tío Loco▬, adonde mi padre me mandaba a por vino y gaseosa para el gasto. Allí con Taito, el Cipri y Recellado jugamos a las tres en raya.

B ODAS DE ORO LOS POBRECITOS YA NO ESTÁN

 



Хиротония во диакона Панского Владислава ORDENACION DE UN DIACONO TEMPORAS DE ADVIENTO COMUNES IGLESIA ROMANA Y GRIEGA

Passio Domini Nostri Iesu Christi secundum Ioannem

Praeconium Paschale - Exsultet canto de la angélica pregón pascual en latin

MISA ANGLICANA TRADICIONAL

HENAR Y PELAYIN UNA MADRAZA

 


Божественная литургия в храме в честь свт. Иоанна Милостивого г. Ольшанка

 

LA NOCHE EN QUE EL DIABLO EN SEGOVIA PERDIÓ UNA APUESTA CON EL AMA DEL CURA



Juan de Pacheco el conde de Villena se paseaba por la alameda-yo lo vi- con su casaca verde, jubón de tiras almidonadas la sobrevesta grana para espantar murciélagos calzas de seda rosa almilla de hilo sobre la almilla encarnada, borceguíes de lamé, espada de plata.

Estampa de lindo don Gil de las Calzas Verdes la cincha de cuero bien ajustada y sus polvos mágicos dentro de la escarcela.

Iba echando humo por los ojos y por la nariz. Fue el primero en fumar cuando aun no se había descubierto el tabaco. Portaba bajo el tabardo hojas disecadas que luego deshilaba y apelmazaba pacientemente con el puño y así liaba sus vegueros de Vuelta Abajo sus, targaninas y sus farias.

Me fumo un cigarro puro y que se hunda el mundo. Doy mi palabra que no vale nada. Las palabras son humo que se lleva el viento. Por decir y prometer que no quede. Las obras son otra cosa: obras son amores y no buenas razones. Danos y danos hasta que no te
conozcamos, somos la güestia de Fray Jarro. El vino acompaña pero ahí en eso nos mira la Sana Compaña.

—Echemos un culín

Aficionado a la alquimia, contaban por Segovia las malas lenguas que resucitó a un muerto en Toledo cuyo cadáver había conservado en formol en su casa de Toledo pero con tan mala suerte que, estando echando al recién resucitado el exorcismo y vertiendo sobre su cabeza el agua de gracia, en ese momento llegaron los mangas verdes. Alto a la Inquisición. Y allí se acabó el invento del quiromántico. El bautismo del resurrecto quedó enmedias res. Alto a la dueña.

―Daos preso

El diablo se esfumó echando humo por las alquitaras y al marqués metieron preso. Los corchetes miraron por qué Villena que tenía pacto con el diablo no se escapara aunque era hombre gentil y de buenas palabras y por ende decían dél en la corte de Segovia: " el Marqués de Villena ni palabra mala ni obra buena".

Tiempo adelante, siguió practicando la magia negra en sus calderos. Con sus adrollas y embustes tenía cautiva la voluntad del Rey Nuestro Señor el Cuarto Enroque. Fue el primer noble en tener tratos con los diablos y concretamente amigo suyo del alma era un diablo cojuelo que era feo y corcovado y que echaba una peste a azufre que tiraba para atrás pero más listo que el hambre lo sabía todo del mundo. La fortaleza de Satanás está en la sabiduría. Es muy viejo y los tratadistas por eso le llaman el cálido y el antiguo. Ha visto mucho al rodar de los siglos.. Sin embargo, el demonio su punto flaco tambien tiene. Como siempre engaña, se le ve el plumero.

Por lo visto fue el marqués de Villena en consorcio con el Heraldo de las Tinieblas el que construyó el acueducto en una noche. Don Juan de Pacheco se había prendado de una moza muy garrida y salerosa cuyo pesar en la vida era tener que bajar al Eresma,
atravesando la ciudad, con su cántaro a la cabeza para ir a llenarle de agua a una fuente que llamaban de san Geroteo muy extramuros sita en un calvero del bosque del campillo. Por verano ese raudal se secaba y la moza tenía que bajar hasta las riberas del Parral donde el De Pacheco se estaba construyendo una casa para sus frailes.

Águeda se llamaba la interfecta y servía como ama de llaves en cá un cura. Llevaba muy a mal tan trabajoso menester y una noche el diablo disfrazado del marqués de Villena salió a su encuentro y le espetó sin más ni más. Yo te llevaré el agua a la rectoral sin que tengas que ir y venir cada tarde al hontanar. Construiré una larga cañería y podrás tener todo el agua que tú quieras a cualquier hora del día. Aún no se había descubierto el grifo.

―Me lo pensaré

―Doyte tres días de plazo

―Al amo he de consultar

―A nadie se lo dirás

―¿Por qué?

―Porque ese cura es andaluz y al andaluz haz la cruz y a mí no me gusta ese garabato, ya sabes

―Bueno, bueno ya veremos

Sin embargo, allende horas veinticuatro la moza y Pedro Botero concertaron un contrato.

―Yo te construyo el albellón que nunca vieron los siglos y a cambio tú me entregas el alma. Serás mía.

―Y yo te pongo una condición que la obra esté terminada en una noche.

―Vale. Convenido ―dijo Belcebú

―Si en ese plazo la terminas yo me casaré contigo

El diablo embutido en el cuerpo del Marqués de Villena ya se relamía de gusto ante la prospectiva de gozarla. La chavala ciertamente estaba como un tren o mejor dicho como la carroza de n rey porque a la sazón tampoco se había inventado el tren. Trato hecho. Vengan esos cinco. Cuando amanezca el día de mañana que es viernes tú tendrás llenas tus tinajas y el agua no te faltará para beber, para guisar, para limpias las letrinas. ¿Y para bendecirla? El diablo se puso frenético, porque su mayor horror era el agua bendita, al escuchar aquello y por eso hay tanta suciedad y roña en las calderas de Pedro Botero.

Los inquilinos del Orco no se lavan jamás. O eso no. Nunca mentarás tal palabra. Agua bendita.

Águeda entonces se persignó y a don Juan de Pacheco por poco le da el telele. Sin embargo a trancas y barrancas y tras muchos dimes y diretes llegarían a un consenso pues famosas fueron en la Castila de su tiempo las ardides y habilidades del marqués. Era el valido de Enrique IV un experto en la forja de pactos y de consensos. Bien pudiera haber sido militante de la UCD y sacando a plaza toda la artillería de sus persuasivas convenció a la moza del cántaro y alma de cántaro a que formase el papel en el que ponía convengo por la presente a ser tu mujer etcétera… si tu me construyes y elevas hasta mi morada la casa de mi tío el señor deán una acequia.

El diablo con las prisas y rebosante de lascivia pronto iba a tener a mano una perita en dulce no había leído la letra pequeña y una cláusula que decía que el acueducto tendría que ser levantado en una noche. Selló y lacró el documento con balduque como si fuera un diploma regio o una carta emplomada.

De acuerdo. Tenemos que darnos mucha priesa. Yo a mi disposición tengo cien mil obreros. Esta misma noche, todos
estarán en el tajo. ¿Adonde va vuesa merced ahora? Pues a Arévalo, tengo que ver por allí unos amiguetes que celebran una tenida. Comeremos tostón en un mesón de la villa y después del almuerzo vengo volando. ¿Entendido? No faltaba más. Don Juan de Pacheco, como buen ángel caído, poseía el dote de la bilocación. Podía estar en dos sitios a la vez, trasfigurarse en un instante.

Arévalo era un centro de conspiración. Allí por las artes mágicas de quiromante, el marqués podía volar por los aires.

habían montado meses antes de este suceso un tingladillo y pusieron encima de un pavés un monigote que era una caricatura del Rey, colocaron en la tarima un monigote y lo destronaron y nombraron en su lugar como rey de Castilla a su hermano Alfonso XII.

Aquella pantomima conocida en la historia como la Farsa del pelele de Arévalo dio lugar a una terrible y sangrienta guerra civil que terminaría con la abdicación de don Enrique y la cesión del trono a su hermana doña Isabel. No hay mal que por bien no venga.

Águeda, estando en estas zozobras, cuando Satanás se fue a hacer sus cosas, quedó un poco aturdida y arrepentida. De vuelta a casa encendió una vela a la Virgen de la Fuencisla. Madre de los cielos que libraste a María del Salto de los infames sacame a mí de este apuro Madre Bendita.

Y sucedió que don Juan frotándose las manos, después de su aquelarre en la capital de las Morañas, regresó volando a Segovia en el atardecer y allí estaban establecidas as cuadrillas, los picapedreros, los boyeros que transportaban los sillares desde las canteras de Valdevilla, los barreneros, los del buril y del cincel, los carpinteros fumistas. Toda la tropa del infierno se puso manos a la obra.

La impresionante estructura con sus mas de ciento sesenta ojos que serían luego una de las maravillas del mundo iba a ser edificada en una sola noche por arte de magia y las tercerías o malas artes de don Juan Pacheco testaferro de Belcebú pero tambien Belcebú con las prisas puede meter. No se había visto tanto trajín. Nadie oyó hablar de tanta pericia en el manejo de la llana el cartabón de la plomada. Los últimos parroquianos de las tabernas de Segovia que con un jaro entre los labios y una baraja entre las manos se asomaban a la puerta de las tabernas e iluminaban con un candil aquella escena. Eran testigos de la gran azofra. ¿Irían a abrir una brecha en la montaña? Bo, dijo un mesonero que se llamaba Cándido y miraba la obreriza parapetado detrás del mostrador de su figón viendo caer monedas al cajón: maravedíes y doblones que les derramaban los soldados en sus consumiciones. Segovia fue desde los romanos plaza de asiento de las legiones lo que le da un aire mitad militar y mitad castrense. Nos va a hacer un puente un puente que no necesita río― sólo una acequia que va por arriba― pero será una cosa grande. Así habló el mesonero famoso por el cochinillo que preparaba ak horno. Nunca se había visto tanto trajín Previamente con un berbiquí taladraban los lingotes que quedaban acoplados al salmer y al contra salmer mediante taladros de plomo. La cimbra del arco de medio punto era perfecta. Esto es el no va más. Obra de romanos. El diablo se había propuesto devolver a los segovianos una replica exacta de la fabrica que mandó edificar Augusto.

Subían y bajaban las piedras elevadas por poleas y otros ingenios buscando el garfio que los juntaba a una velocidad de vértigo. Águeda que espiaba la construcción de rodillas mientras rezaba a la Virgen de la Fuencisla orando ardientemente para que se le perdonase su pecado. Ay, madre, buena, la hemos hecho. Prefería ser la coima del deán a la mujer del diablo y virgencita, virgencita, que me quede como estoy, prometió en aquella febril noche de los encantamientos ir descalza a Compostela a arrodillarse ante la tumba del Apóstol, juró hacer mil limosnas,
llevar cilicio un mes, pidió que la emplumaron por haber caído en aquella irrisoria tentación, y a medida que avanzaba la madrugada daba ya la apuesta por perdida. El diablo trabajaba a destajo con una febrilidad que Segovia parecía la noche en que los americanos eligieron a Trump. Nadie se lo creía. Imposible que la hueste diabólica saliera derrotada. Todo te lo daré si ante mí te prosternas y me das alabanzas. Recordaba la frase de Cristo apártate de mí Satanás, vade retro. Sólo a tu Señor adorarás. Ella no había tenido la suficiente presencia de ánimo ante la llegada del diablo que incluso lo llevó en volandas al pináculo del templo y desde aquella atalaya le hizo contemplar todos los reinos y las naciones, el devenir del progreso, el avance técnico y todos los inventos que muchos atribuyen al acumen y la magia del Ángel Caído. Cristo fue tentado y venció. No así el ama del cura. La carne es flaca.

Mientras tanto se desarrolló una actividad frenética de golpes y voces que alarmaron al vecindario. Las mujeres salían a la calle en camisón y se preguntaban unas a otras qué pasa qué ocurre. ¿Se acaba el mundo?

―Qué, bah. Estamos trabajando. Nosotros somos unos "mandaos".

Desde los tiempos del moro Almanzor que destruyó el acueducto romano y de él no quedo piedra sobre piedra no se vio cosa igual. ―Deben de ser los del ayuntamiento que como es verano están en obras y quieren poner la ciudad patas arriba- explicaba a su vecina una dueña descreída.

Todo la noche se escuchó el lamento de la lechuza, se sentía volar aves hacia no sé donde y los ruidos de las carrerillas y los reniegos de los obreros llegaban mezclados con un olor a azufre. Los entendidos en exorcismos comentaban que era evidente que por allí andaba el Pateta que volvía a tentar a Nuestro Señor Jesucristo... todo te lo daré si te prosternas ante mí y me adoras.

Las legiones infernales habían subido a Segovia y se habían puesto manos a la obra. Iban los areneros arrimando material. Los esportilleros porteaban yeso en sus artolas. Los boyeros vascos llegaban de los montes arrastrando piedras.

En lo alto del andamio estaban los encofradores del barrio de San Lorenzo muy duchos en albañilerías todos ellos moriscos y que para mayor honra de Alá desobedecían a los maestros de obra y revocaban las fachadas sin colocar jamás la figura humana o animal porque dice el Coran que eso es idolatría y esgrafiaban los muros con gran pericia y paciencia experta poniendo unas simetrías que simulaban los brotes de pámpanos y arrequives floridos, de una geometría esotérica y al revés. Para hacer más llevaderos los trabajos canturreaban lilaila y aires de su tierra que los cristianos no entendían. Eran jarchas. Pero allí osaban los areneros de Tejadilla con sus carromatos, los panaderos de Encinillas con sus bodigos para que comiera el personal. Don Juan había mandado traer tallistas orensanos, rudos mozallones trabados de hombros como bargueños y altos como castillos con la cabeza grande y las narices romas.

Ellos hablaban en su fala añorante. Uno le preguntó a otro que cual fue la causa por la cual fue condenado al fuego eterno.

-Eu carayu. ¿E tú?

Un gallego no cambia su estructura mental e incluso en el infierno; es capaz de responder a una pregunta con otra pregunta. Y el que quiera saber más que vaya a Salamanca. Los dos personajes permanecían subidos a una escalera. Nadie podría saber-así eran de prudentes- quien de los dos subía y quién bajaba. Pero los dos machacaban el canto con suma destreza. Uno de aquellos orensanos debía de ser pariente de Mariano Rajoy con su filosofía de que "el que aguanta gana".

Una meiga se acercó entonces al grupo de los gallegos y les entregó una orza que más bien era un cántaro llena de ribeiro.
Tras algunas libaciones los galeotes de la galaico cornisa empezaron a parlar a puñados y se mostraron dicharacheros y amables los que antes anduvieron reservones. No hay nada como una buena jarra del de Rivadavia y una empanada de hojaldre para hacer decir a un gallego lo que piensa. Ah la mia mai, so fillodo demo... El gallego preguntado subió al patíbulo condenado a muerte por un juez eclesiástico. Había matado al obispo de Compostela por haberle encontrado encamado con su mujer. El preguntante había sido cuatrero pues procedía de la zona donde se celebra la rapa las bestas. Lo pescaron en una feria de Medina con una partida de cien acémilas robadas. Fue sometido a tormento de amputación de las dos manos por amigo de lo ajeno. Con tal de tomar un poco el aire y respirar los vientos de Segovia que le recordaban los airiños verdes de a sua terra no les importó tomar parte en aquella magna obreriza aunque el Marqués de Villena les estaba haciendo trabajar como burros. Eso de construir el acueducto en una sola noche, tela marinera. ―Largo me lo fiáis. Eu carallo.

Las cuadrillas de vizcaínos también eran muy interesante y aunque no armaban tanta bulla como los de las Rías Bajas, pues es su costumbre hablar bajo y cantar alto se distinguí por el esmero que ponían con sus yuntas de bueyes en el acarreo de las moles de granito. Cruzaban apuestas sobre cuál era la mejor yunta de bueyes y a ver quien llega antes. Hablaban entre ellos su gacería sin que les entendiese nadie. Venida la alborada, estuvieron ya casi todas las arcadas dispuestas. Y sólo faltaba un arco cuando el sol empezó a lucir por las quebradas de la cordillera. El diablo perdió el pleito y la dama del cura se puso tan contenta que decidió como agradecimiento abandonar el mundo y profesar en Santa Rita. Llegaría a ser tutora de la Reina Isabel de Castilla y fue nombrada abadesa. Todos en Segovia contaban como una hermosa leyenda la historia de aquel milagro y cuando oían hablar del Marqués de Villena escupían para arriba. Ah el Marqués de Villena ni palabra mala ni obra bue

suecia

 

LIBROS PARA UNA DECADA

Posted: 26 Dec 2019 12:25 PM PST


From The Big Short to Normal People: the books that defined the decade

It began with the fallout from the global financial meltdown and ended with two women sharing the Booker. Which titles shaped the last 10 years?
The Big Short, directed by Adam McKay (2015), with from left, Jeremy Strong, Rafe Spall, Hamish Linklater, Steve Carell, Jeffry Griffin and Ryan Gosling.
 The Big Short, directed by Adam McKay (2015), with from left, Jeremy Strong, Rafe Spall, Hamish Linklater, Steve Carell, Jeffry Griffin and Ryan Gosling. Photograph: Jaap Buitendijk/Paramount Pictures via AP

2010
The Big Short by Michael Lewis

We entered a new decade in largely gloomy fashion, still suffering from the ramifications of the global financial crisis two years before. No surprise then that Michael Lewis’s The Big Short, which explained how America’s subprime mortgage crisis made a few people very rich and everyone else a lot poorer, struck a chord. Lewis is a literary whistleblower: a former Salomon Brothers employee who dished the dirt on his brash colleagues in 1989’s Liar’s Poker and then went on to make a career as an explainer of complex economics and organisations to mass audiences who couldn’t believe people got away with this stuff.
THE BIG SHORT by Michael Lewis
Were we feeling trapped, and in need of information and expertise to liberate ourselves? Other notable non-fiction of the year suggests so: Siddhartha Mukherjee’s “biography of cancer”, The Emperor of All Maladies; Sheryl WuDunn and Nicholas Kristof’s Half the Sky, a rallying cry against the global oppression of women. And in fiction, too, writers were grappling with constraints: those of marriage and convention in Jonathan Franzen’s Freedom; of literal incarceration in Emma Donoghue’s enormously successful Room, the story of the imprisonment and release of a boy and his mother; and of form itself in Jennifer Egan’s dizzying A Visit from the Goon Squad. Its final two chapters, one of which takes the shape of a PowerPoint presentation, are set in a time about 15 years from the book’s present day; in other words, not too far from now, which makes it ripe for rereading.

2011
Sapiens: A Brief History of Humankind by Yuval Noah Harari

SAPIENS- A BRIEF HISTORY OF HUMANKIND by Yuval Noah Harari
Further on in the decade, a certain cadre of people questioned our need for and tolerance of experts; but at its beginning, one expert trusted the general population to absorb and make sense of the complicated story of their own origins and social systems. An unpretentious distillation of human history that mixed anthropology, sociology, politics and geography, Yuval Noah Harari’s doorstopperSapiens, found favour with readers keen for a digestible long view. First published in Hebrew this year and in Engish in 2014, it explained human cooperation and conflict, industry, farming, science, among much else, just at the moment that the sum of the world’s knowledge seemed too impossibly various and atomised to take in. Naturally, the book got up the noses of parts of the academic community, who criticised its reliance on synthesis over original research – the very thing readers loved about it.
Six-volume autofiction under way: Karl Ove Knausgård.
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 Six-volume autofiction under way: Karl Ove Knausgård. Photograph: Federico Gambarini/dpa/AFP/Getty Images
Meanwhile, the Norwegian writer Karl Ove Knausgård was rejecting the easily digestible (and, critics might say, the unpretentious). Readers in English would have to wait awhile, but his six-volume My Struggle was finally complete. By the end of the decade, this style of writing – generally called autofiction, and not invented by Knausgård or any of his contemporaries but undeniably expanded by them – would be a hot topic, blurring the line between the writer as creator and the writer as constructed character, the voice we are never sure whether to trust.

2012
Gone Girl by Gillian Flynn

GONE GIRL by Gillian Flynn
Fiction has never been short of psychopaths, and Gillian Flynn was certainly not the first writer to conceive of one who invents a crime in order to throw suspicion on an enemy. But there was something about her protagonists – a glossy New York couple who hit the financial buffers and relocate to the midwest – that smacked up against the anxiety zeitgeist by revealing the hatred and neurosis behind an apparently enviable marriage. And why have one unreliable narrator when you can have two? Gone Girl’s dual perspective thrilled readers just as it did director David Fincher, who filmed it before he disappeared into the TV world of House of Cards (New Yorker writer Joshua Rothman suggested that the film “travels all the way down to the id” just as Fincher’s Fight Club had done).
After Gone Girl, it was boom time for fractured narratives with fractured women at their centre, as publishers sought to ride the wave of psychological thrillers described as “grip lit”. But in the same year, we were also knocked sideways by sex: oodles of it, courtesy of a former TV studio manager turned ringmistress of sadomasochism. EL James, having devoured Stephenie Meyer’s Twilight vampire series, tried her hand at fan fiction and, before she knew it, had written Fifty Shades of Grey, making her one of Time magazine’s 100 most influential people in the world.
My Brilliant Friend
In one of those retrospective peculiarities that will delight PhD students of tomorrow, the year in which vengeful wives and submissive girlfriends laughed all the way to the bank also witnessed Hilary Mantel dispatching Anne Boleyn to her fate in Bring Up the Bodies, adding another Booker to Wolf Hall’s and thereby making Mantel the first female writer to win twice; next year’s The Mirror and the Light will complete the trilogy – and may even bring her the hat-trick. And the pseudonymous Elena Ferrante arrived in English translation to weave her spell of Neapolitan girlhood and the depths of female friendship in My Brilliant Friend, sparking an interest in translated fiction and setting off a wave of Ferrante fever. Ferrante too returns next year with a new book, intriguingly entitled The Lying Life of Adults.

2013
A Girl Is a Half-formed Thing by Eimear McBride

A GIRL IS A HALF-FORMED THING by Eimear McBride
“Eimear McBride,” wrote Anne Enright in this newspaper, “is that old-fashioned thing, a genius, in that she writes truth-spilling, uncompromising and brilliant prose that can be, on occasion, quite hard to read.” It was the “quite hard to read” part that ensured it took almost a decade after finishing her story of a pain-scorched childhood and adolescence for McBride to find a publisher willing to take it on. But the power of Girl’s stream-of-consciousness narrative overcame the difficulty, and A Girl Is a Half-formed Thing won both the Goldsmiths prize, which rewards experimentalism, and the Baileys women’s prize for fiction, which ranges more widely between styles and genres.
McBride exemplifies the breadth and depth of a group of Irish writers that includes Kevin Barry, Sara Baume, Paul Murray and Lisa McInerney; they have emerged in the last decade, each of them playing with form, and reflecting both Irish literary heritage and contemporary concerns.
Donna Tartt.
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 Donna Tartt. Photograph: (c) Beowulf Sheehan
Also published this year were Richard Flanagan’s Man Booker-winning The Narrow Road to the Deep North, the Australian writer’s account of life as a Japanese prisoner of war that drew on his father’s experiences; Donna Tartt’s vast, madcap art heist story, The Goldfinch; and, for those who like a bit of corporate-focused self-empowerment, Sheryl Sandberg’s Lean In.

2014
This Changes Everything by Naomi Klein

THIS CHANGES EVERYTHING- CAPITALISM VS THE CLIMATE by Naomi Klein
Has everything changed? In fact, has anything changed? In terms of our grasping of the scale of climate crisis, maybe; five years ago, it might not have been possible to imagine a schoolgirl sailing across the Atlantic to address the United Nations and publishing her own book, Greta Thunberg’s No One Is Too Small to Make a Difference. In terms of the action taken to address the issues, the jury hasn’t yet heard closing arguments, let alone filed out.
But This Changes Everything set out Naomi Klein’s thinking in the years since Shock Doctrine, her attack on neoliberalism; in particular it focused on the impossibility of confronting ecological catastrophe without assessing the need to dismantle the economic systems that make it seemingly inevitable, a condition of argument that now seems strikingly obvious.
Another call to action came in the form of Chimamanda Ngozi Adichie’s We Should All Be Feminists, in which the Nigerian-born novelist expanded on a wildly popular speech to consider the need for an inclusive and intersectional feminism.

2015
The Argonauts by Maggie Nelson

THE ARGONAUTS by Maggie Nelson
This was not Maggie Nelson’s first book – she had also written about the murder of her aunt, a meditation on the colour blue and several volumes of poetry – but it was the first to introduce her to a wider audience in the UK. Why did a book that played so fast and loose with the concept of memoir inspire such intense admiration? It was, perhaps, a question of exposure and openness: Nelson’s voyage into the heart of her relationship with the artist Harry Dodge, who is transgender, her interrogation of the arrival of sudden, unexpected romantic and maternal love into her life, and the realities of living freely amid the constrictions of governments, society and art.
It is a book that travels through the mind, but refuses to divorce itself from the painful demands of the body – and it stood as a prime example of a new wave of writing, much of it coming from American writers including Eileen Myles and Chris Kraus, that incorporated the personal and political struggles of previous eras into a startlingly modern and often queer register.
Copies of Go Set a Watchman on display on the day of release in 2015.
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 Copies of Go Set a Watchman on display on the day of release in 2015. Photograph: Justin Tallis/AFP/Getty Images
The biggest literary story of the year was the publication of Harper Lee’s Go Set a Watchman, a first draft of To Kill a Mockingbird that had been submitted to a publisher in the 1950s and returned to Lee with instructions for how to make it better. Watchman introduced us to a grown-up Scout, returning to visit her father Atticus and being appalled to discover his attitudes towards race; publication, therefore, had the effect of challenging warm feelings towards the character the world essentially knows as Gregory Peck. The circumstances of its appearance – the year before Lee’s death, with conflicting stories over her ability to grant consent to its publication – only deepened the confusion.
It was an odd symmetry that 2015’s Booker was won by Paul Beatty, the first ever American victor, with The Sellout, a trenchant satire on racial segregation and identity in contemporary America.

2016
Autumn by Ali Smith

AUTUMN by Ali Smith
A character named Elisabeth Demand has her passport application rejected on the grounds that her head, as it appears in her photograph, is too large. She is sent back into the labyrinth of obscure processes, with no reason to believe she will emerge successful. Three years later, and those applications and rejections have taken on an increased charge for us, Smith’s readers; not merely a tedious administrative task, but a question of who is ruled in and out of membership of the country, and how the state defines what constitutes “settled”.
Ali Smith, who with Autumn launched her “seasonal” quartet of novels to be written each year against the clock, knew this: the book is shot through with references to division, to the disappearance of empathy between people, to surveillance and control. It was, as it turns out, a terrifying taste of things to come.
Elsewhere in the year’s fiction, history was the order of the day: in Colson Whitehead’s magisterial blending of fact and fantasy The Underground Railroad, a narrative of enslavement and escape; in Sebastian Barry’s Days Without End, which pictured Irishmen abroad and at war in 19th-century America; Francis Spufford’s bravura piece of New York picaresque, Golden Hill; and Sarah Perry’s The Essex Serpent, which conjured a gothic resurgence in a Victorian coastal town.

2017
Why I’m No Longer Talking to White People About Race by Reni Eddo-Lodge

Cover image for Why I’m No Longer Talking to White People About Race by Reni Eddo-Lodge
“We tell ourselves that good people can’t be racist. We seem to think that true racism only exists in the hearts of evil people. We tell ourselves that racism is about moral values, when instead it is about the survival strategy of systemic power.” Writing in this paper, Reni Eddo-Lodge explained how the response to a blogpost she had written three years earlier had led her to expand her analysis of structural racism, its operation and its effects, into a full-length book that went on to win the Jhalak prize and a British book award for non-fiction. The book claimed space for the increasingly pressing conversations writers of colour wanted to start; and argued that the centring of white voices and concerns – not least in the publishing industry that decided what would and wouldn’t appear on shelves – had to end. [http:]Nikesh Shukla’s anthology [http:]The Good Immigrant had appeared the year before, as had David Olusoga’s Black and BritishAfua Hirsch’s Brit(ish) would follow in 2018. With these books, there began to be a sense that accounts of lived experience and marginalised histories could blend or sit alongside each other, articulate both the past and the present, and bridge a gap between writing and activism. And that people would buy them, in their droves.
George Saunders.
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 George Saunders. Photograph: Ramin Talaie/Ramin Talaie for The Guardian
Elsewhere, there was a sort-of surprise at the Man Booker; not that Lincoln in the BardoGeorge Saunders’s critically acclaimed novel, should be thought worthy of winning, but that a writer should conceive of creating a multi-vocal narrative about Abraham Lincoln’s dead son set in purgatory. One of the most surprising literary successes of the decade, it strengthened the reputation of the ever inventive Saunders even more.

2018
Normal People by Sally Rooney

NORMAL PEOPLE by Sally Rooney
On 26 May 2018, the Republic of Ireland woke to the news that the previous day’s referendum had resulted in an overwhelming mandate to repeal the constitution’s 8th Amendment; in other words, to give women the right to terminate pregnancy. The campaign had been intergenerational and countrywide; but while the response was jubilant, there was also a sense of relief and the emergence from trauma. For Sally Rooney, whose second novel seemed at one point during that summer to be all anyone was reading, the issue was hard to talk about. “All that suffering was so pointless,” she told me in an interview at the time. “Why did we do that? Why did we do any of that? Thirty years. All this anger and sadness, and all the horrible things that have happened to people ... ” Rooney’s cool appraisals of Irish life – the giving way of a pastoral, church-led society to a more layered and divergent world – underpin fiction that appears to concern itself with a narrower world of young Dubliners (Trinity College Dubliners at that). And her apprehension of the surging emotional currents between her characters – in Normal People’s case Marianne and Connell, who move to the capital from small-town Sligo – broadened her appeal.
Rooney, however, was not to win that year’s Man Booker – it went, instead, to Anna Burns, whose dystopian evocation of the Troubles, Milkman, written while the author battled ill health and subsisted on benefits, created a troubling and riveting picture of male coercion and female resistance during conflict.

2019
Girl, Woman, Other by Bernardine Evaristo

GIRL WOMAN OTHER by Bernadine Evaristo
The first black woman to win the Booker prize, Bernardine Evaristo is also a writer who incorporates poetic and dramatic techniques into her novels, and who has persisted in that endeavour over the course of decades. Her work has been praised by critics and enjoyed by readers for a long time, but her high-profile victory – accompanied by controversy because the award was given to both her book and Margaret Atwood’s The Testaments – has brought Evaristo before a vastly increased audience and intensified discussion of representation in contemporary British literature, and of how artists are recognised and their work promoted.
Evaristo’s success, which brings to the fore not only her eight novels but her determination, in her words, to “put presence into absence” and make visible in fiction the lives of black women, arrived in a country riven by frenzied discord. The issue of who gets to tell their story in the midst of that division, how fiction can present our complex selves and fractured communities and who is allowed the agency of self-definition has risen again to the top of the cultural agenda.
Booker prize-winners Margaret Atwood, left, and Bernardine Evaristo, October 2019.
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 Booker prize-winners Margaret Atwood, left, and Bernardine Evaristo, October 2019. Photograph: Andy Rain/EPA
When, a few weeks after the Booker prize, a BBC journalist said that it had been shared between Atwood and “another writer” – a hasty ad-lib, it was later explained – the sense of angry disappointment was palpable, perhaps because change, so often heralded, equally often seems to recede. But the past decade suggests that a tipping point has been reached in the opening up of the literary world to hitherto marginalised voices; the next decade will reveal whether that is indeed the case.
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Posted: 25 Dec 2019 11:41 PM PST

LA NOCHE EN QUE EL DIABLO EN SEGOVIA PERDIÓ UNA APUESTA CON EL AMA DEL CURA



Juan de Pacheco el conde de Villena se paseaba por la alameda-yo lo vi- con su casaca verde, jubón de tiras almidonadas la sobrevesta grana para espantar murciélagos calzas de seda rosa almilla de hilo sobre la almilla encarnada, borceguíes de lamé, espada de plata.

Estampa de lindo don Gil de las Calzas Verdes la cincha de cuero bien ajustada y sus polvos mágicos dentro de la escarcela.

Iba echando humo por los ojos y por la nariz. Fue el primero en fumar cuando aun no se había descubierto el tabaco. Portaba bajo el tabardo hojas disecadas que luego deshilaba y apelmazaba pacientemente con el puño y así liaba sus vegueros de Vuelta Abajo sus, targaninas y sus farias.

Me fumo un cigarro puro y que se hunda el mundo. Doy mi palabra que no vale nada. Las palabras son humo que se lleva el viento. Por decir y prometer que no quede. Las obras son otra cosa: obras son amores y no buenas razones. Danos y danos hasta que no te
conozcamos, somos la güestia de Fray Jarro. El vino acompaña pero ahí en eso nos mira la Sana Compaña.

—Echemos un culín

Aficionado a la alquimia, contaban por Segovia las malas lenguas que resucitó a un muerto en Toledo cuyo cadáver había conservado en formol en su casa de Toledo pero con tan mala suerte que, estando echando al recién resucitado el exorcismo y vertiendo sobre su cabeza el agua de gracia, en ese momento llegaron los mangas verdes. Alto a la Inquisición. Y allí se acabó el invento del quiromántico. El bautismo del resurrecto quedó enmedias res. Alto a la dueña.

―Daos preso

El diablo se esfumó echando humo por las alquitaras y al marqués metieron preso. Los corchetes miraron por qué Villena que tenía pacto con el diablo no se escapara aunque era hombre gentil y de buenas palabras y por ende decían dél en la corte de Segovia: " el Marqués de Villena ni palabra mala ni obra buena".

Tiempo adelante, siguió practicando la magia negra en sus calderos. Con sus adrollas y embustes tenía cautiva la voluntad del Rey Nuestro Señor el Cuarto Enroque. Fue el primer noble en tener tratos con los diablos y concretamente amigo suyo del alma era un diablo cojuelo que era feo y corcovado y que echaba una peste a azufre que tiraba para atrás pero más listo que el hambre lo sabía todo del mundo. La fortaleza de Satanás está en la sabiduría. Es muy viejo y los tratadistas por eso le llaman el cálido y el antiguo. Ha visto mucho al rodar de los siglos.. Sin embargo, el demonio su punto flaco tambien tiene. Como siempre engaña, se le ve el plumero.

Por lo visto fue el marqués de Villena en consorcio con el Heraldo de las Tinieblas el que construyó el acueducto en una noche. Don Juan de Pacheco se había prendado de una moza muy garrida y salerosa cuyo pesar en la vida era tener que bajar al Eresma,
atravesando la ciudad, con su cántaro a la cabeza para ir a llenarle de agua a una fuente que llamaban de san Geroteo muy extramuros sita en un calvero del bosque del campillo. Por verano ese raudal se secaba y la moza tenía que bajar hasta las riberas del Parral donde el De Pacheco se estaba construyendo una casa para sus frailes.

Águeda se llamaba la interfecta y servía como ama de llaves en cá un cura. Llevaba muy a mal tan trabajoso menester y una noche el diablo disfrazado del marqués de Villena salió a su encuentro y le espetó sin más ni más. Yo te llevaré el agua a la rectoral sin que tengas que ir y venir cada tarde al hontanar. Construiré una larga cañería y podrás tener todo el agua que tú quieras a cualquier hora del día. Aún no se había descubierto el grifo.

―Me lo pensaré

―Doyte tres días de plazo

―Al amo he de consultar

―A nadie se lo dirás

―¿Por qué?

―Porque ese cura es andaluz y al andaluz haz la cruz y a mí no me gusta ese garabato, ya sabes

―Bueno, bueno ya veremos

Sin embargo, allende horas veinticuatro la moza y Pedro Botero concertaron un contrato.

―Yo te construyo el albellón que nunca vieron los siglos y a cambio tú me entregas el alma. Serás mía.

―Y yo te pongo una condición que la obra esté terminada en una noche.

―Vale. Convenido ―dijo Belcebú

―Si en ese plazo la terminas yo me casaré contigo

El diablo embutido en el cuerpo del Marqués de Villena ya se relamía de gusto ante la prospectiva de gozarla. La chavala ciertamente estaba como un tren o mejor dicho como la carroza de n rey porque a la sazón tampoco se había inventado el tren. Trato hecho. Vengan esos cinco. Cuando amanezca el día de mañana que es viernes tú tendrás llenas tus tinajas y el agua no te faltará para beber, para guisar, para limpias las letrinas. ¿Y para bendecirla? El diablo se puso frenético, porque su mayor horror era el agua bendita, al escuchar aquello y por eso hay tanta suciedad y roña en las calderas de Pedro Botero.

Los inquilinos del Orco no se lavan jamás. O eso no. Nunca mentarás tal palabra. Agua bendita.

Águeda entonces se persignó y a don Juan de Pacheco por poco le da el telele. Sin embargo a trancas y barrancas y tras muchos dimes y diretes llegarían a un consenso pues famosas fueron en la Castila de su tiempo las ardides y habilidades del marqués. Era el valido de Enrique IV un experto en la forja de pactos y de consensos. Bien pudiera haber sido militante de la UCD y sacando a plaza toda la artillería de sus persuasivas convenció a la moza del cántaro y alma de cántaro a que formase el papel en el que ponía convengo por la presente a ser tu mujer etcétera… si tu me construyes y elevas hasta mi morada la casa de mi tío el señor deán una acequia.

El diablo con las prisas y rebosante de lascivia pronto iba a tener a mano una perita en dulce no había leído la letra pequeña y una cláusula que decía que el acueducto tendría que ser levantado en una noche. Selló y lacró el documento con balduque como si fuera un diploma regio o una carta emplomada.

De acuerdo. Tenemos que darnos mucha priesa. Yo a mi disposición tengo cien mil obreros. Esta misma noche, todos
estarán en el tajo. ¿Adonde va vuesa merced ahora? Pues a Arévalo, tengo que ver por allí unos amiguetes que celebran una tenida. Comeremos tostón en un mesón de la villa y después del almuerzo vengo volando. ¿Entendido? No faltaba más. Don Juan de Pacheco, como buen ángel caído, poseía el dote de la bilocación. Podía estar en dos sitios a la vez, trasfigurarse en un instante.

Arévalo era un centro de conspiración. Allí por las artes mágicas de quiromante, el marqués podía volar por los aires.

habían montado meses antes de este suceso un tingladillo y pusieron encima de un pavés un monigote que era una caricatura del Rey, colocaron en la tarima un monigote y lo destronaron y nombraron en su lugar como rey de Castilla a su hermano Alfonso XII.

Aquella pantomima conocida en la historia como la Farsa del pelele de Arévalo dio lugar a una terrible y sangrienta guerra civil que terminaría con la abdicación de don Enrique y la cesión del trono a su hermana doña Isabel. No hay mal que por bien no venga.

Águeda, estando en estas zozobras, cuando Satanás se fue a hacer sus cosas, quedó un poco aturdida y arrepentida. De vuelta a casa encendió una vela a la Virgen de la Fuencisla. Madre de los cielos que libraste a María del Salto de los infames sacame a mí de este apuro Madre Bendita.

Y sucedió que don Juan frotándose las manos, después de su aquelarre en la capital de las Morañas, regresó volando a Segovia en el atardecer y allí estaban establecidas as cuadrillas, los picapedreros, los boyeros que transportaban los sillares desde las canteras de Valdevilla, los barreneros, los del buril y del cincel, los carpinteros fumistas. Toda la tropa del infierno se puso manos a la obra.

La impresionante estructura con sus mas de ciento sesenta ojos que serían luego una de las maravillas del mundo iba a ser edificada en una sola noche por arte de magia y las tercerías o malas artes de don Juan Pacheco testaferro de Belcebú pero tambien Belcebú con las prisas puede meter. No se había visto tanto trajín. Nadie oyó hablar de tanta pericia en el manejo de la llana el cartabón de la plomada. Los últimos parroquianos de las tabernas de Segovia que con un jaro entre los labios y una baraja entre las manos se asomaban a la puerta de las tabernas e iluminaban con un candil aquella escena. Eran testigos de la gran azofra. ¿Irían a abrir una brecha en la montaña? Bo, dijo un mesonero que se llamaba Cándido y miraba la obreriza parapetado detrás del mostrador de su figón viendo caer monedas al cajón: maravedíes y doblones que les derramaban los soldados en sus consumiciones. Segovia fue desde los romanos plaza de asiento de las legiones lo que le da un aire mitad militar y mitad castrense. Nos va a hacer un puente un puente que no necesita río― sólo una acequia que va por arriba― pero será una cosa grande. Así habló el mesonero famoso por el cochinillo que preparaba ak horno. Nunca se había visto tanto trajín Previamente con un berbiquí taladraban los lingotes que quedaban acoplados al salmer y al contra salmer mediante taladros de plomo. La cimbra del arco de medio punto era perfecta. Esto es el no va más. Obra de romanos. El diablo se había propuesto devolver a los segovianos una replica exacta de la fabrica que mandó edificar Augusto.

Subían y bajaban las piedras elevadas por poleas y otros ingenios buscando el garfio que los juntaba a una velocidad de vértigo. Águeda que espiaba la construcción de rodillas mientras rezaba a la Virgen de la Fuencisla orando ardientemente para que se le perdonase su pecado. Ay, madre, buena, la hemos hecho. Prefería ser la coima del deán a la mujer del diablo y virgencita, virgencita, que me quede como estoy, prometió en aquella febril noche de los encantamientos ir descalza a Compostela a arrodillarse ante la tumba del Apóstol, juró hacer mil limosnas,
llevar cilicio un mes, pidió que la emplumaron por haber caído en aquella irrisoria tentación, y a medida que avanzaba la madrugada daba ya la apuesta por perdida. El diablo trabajaba a destajo con una febrilidad que Segovia parecía la noche en que los americanos eligieron a Trump. Nadie se lo creía. Imposible que la hueste diabólica saliera derrotada. Todo te lo daré si ante mí te prosternas y me das alabanzas. Recordaba la frase de Cristo apártate de mí Satanás, vade retro. Sólo a tu Señor adorarás. Ella no había tenido la suficiente presencia de ánimo ante la llegada del diablo que incluso lo llevó en volandas al pináculo del templo y desde aquella atalaya le hizo contemplar todos los reinos y las naciones, el devenir del progreso, el avance técnico y todos los inventos que muchos atribuyen al acumen y la magia del Ángel Caído. Cristo fue tentado y venció. No así el ama del cura. La carne es flaca.

Mientras tanto se desarrolló una actividad frenética de golpes y voces que alarmaron al vecindario. Las mujeres salían a la calle en camisón y se preguntaban unas a otras qué pasa qué ocurre. ¿Se acaba el mundo?

―Qué, bah. Estamos trabajando. Nosotros somos unos "mandaos".

Desde los tiempos del moro Almanzor que destruyó el acueducto romano y de él no quedo piedra sobre piedra no se vio cosa igual. ―Deben de ser los del ayuntamiento que como es verano están en obras y quieren poner la ciudad patas arriba- explicaba a su vecina una dueña descreída.

Todo la noche se escuchó el lamento de la lechuza, se sentía volar aves hacia no sé donde y los ruidos de las carrerillas y los reniegos de los obreros llegaban mezclados con un olor a azufre. Los entendidos en exorcismos comentaban que era evidente que por allí andaba el Pateta que volvía a tentar a Nuestro Señor Jesucristo... todo te lo daré si te prosternas ante mí y me adoras.

Las legiones infernales habían subido a Segovia y se habían puesto manos a la obra. Iban los areneros arrimando material. Los esportilleros porteaban yeso en sus artolas. Los boyeros vascos llegaban de los montes arrastrando piedras.

En lo alto del andamio estaban los encofradores del barrio de San Lorenzo muy duchos en albañilerías todos ellos moriscos y que para mayor honra de Alá desobedecían a los maestros de obra y revocaban las fachadas sin colocar jamás la figura humana o animal porque dice el Coran que eso es idolatría y esgrafiaban los muros con gran pericia y paciencia experta poniendo unas simetrías que simulaban los brotes de pámpanos y arrequives floridos, de una geometría esotérica y al revés. Para hacer más llevaderos los trabajos canturreaban lilaila y aires de su tierra que los cristianos no entendían. Eran jarchas. Pero allí osaban los areneros de Tejadilla con sus carromatos, los panaderos de Encinillas con sus bodigos para que comiera el personal. Don Juan había mandado traer tallistas orensanos, rudos mozallones trabados de hombros como bargueños y altos como castillos con la cabeza grande y las narices romas.

Ellos hablaban en su fala añorante. Uno le preguntó a otro que cual fue la causa por la cual fue condenado al fuego eterno.

-Eu carayu. ¿E tú?

Un gallego no cambia su estructura mental e incluso en el infierno; es capaz de responder a una pregunta con otra pregunta. Y el que quiera saber más que vaya a Salamanca. Los dos personajes permanecían subidos a una escalera. Nadie podría saber-así eran de prudentes- quien de los dos subía y quién bajaba. Pero los dos machacaban el canto con suma destreza. Uno de aquellos orensanos debía de ser pariente de Mariano Rajoy con su filosofía de que "el que aguanta gana".

Una meiga se acercó entonces al grupo de los gallegos y les entregó una orza que más bien era un cántaro llena de ribeiro.
Tras algunas libaciones los galeotes de la galaico cornisa empezaron a parlar a puñados y se mostraron dicharacheros y amables los que antes anduvieron reservones. No hay nada como una buena jarra del de Rivadavia y una empanada de hojaldre para hacer decir a un gallego lo que piensa. Ah la mia mai, so fillodo demo... El gallego preguntado subió al patíbulo condenado a muerte por un juez eclesiástico. Había matado al obispo de Compostela por haberle encontrado encamado con su mujer. El preguntante había sido cuatrero pues procedía de la zona donde se celebra la rapa las bestas. Lo pescaron en una feria de Medina con una partida de cien acémilas robadas. Fue sometido a tormento de amputación de las dos manos por amigo de lo ajeno. Con tal de tomar un poco el aire y respirar los vientos de Segovia que le recordaban los airiños verdes de a sua terra no les importó tomar parte en aquella magna obreriza aunque el Marqués de Villena les estaba haciendo trabajar como burros. Eso de construir el acueducto en una sola noche, tela marinera. ―Largo me lo fiáis. Eu carallo.

Las cuadrillas de vizcaínos también eran muy interesante y aunque no armaban tanta bulla como los de las Rías Bajas, pues es su costumbre hablar bajo y cantar alto se distinguí por el esmero que ponían con sus yuntas de bueyes en el acarreo de las moles de granito. Cruzaban apuestas sobre cuál era la mejor yunta de bueyes y a ver quien llega antes. Hablaban entre ellos su gacería sin que les entendiese nadie. Venida la alborada, estuvieron ya casi todas las arcadas dispuestas. Y sólo faltaba un arco cuando el sol empezó a lucir por las quebradas de la cordillera. El diablo perdió el pleito y la dama del cura se puso tan contenta que decidió como agradecimiento abandonar el mundo y profesar en Santa Rita. Llegaría a ser tutora de la Reina Isabel de Castilla y fue nombrada abadesa. Todos en Segovia contaban como una hermosa leyenda la historia de aquel milagro y cuando oían hablar del Marqués de Villena escupían para arriba. Ah el Marqués de Villena ni palabra mala ni obra bue

suecia

Posted: 25 Dec 2019 03:35 AM PST

Наши в ШвецииХороша ли жизнь вне Родины и кто возводит воздушные замки?

Политика / Мир и мы / Своими глазами
Наши в Швеции
В чистенькой и сытой Скандинавии не каждому удаётся найти свою дорогу и место под солнцем
Начиная с 2000 года 18 декабря по предложению ООН отмечается Международный день мигранта. В истории России было несколько волн, которые влекли за собой расставание людей с Родиной. Так было и на рубеже 90-х, после падения Берлинской стены и развала соцлагеря. На западный берег приплыли сильно разнящиеся между собой люди. По общественному положению, возрасту, роду занятий, национальности.
Часть где-то осела, кто-то стал кочевать, многих волна откатом смыла назад – цепляться было не за что и незачем. Если в доперестроечные времена советских переселенцев на Западе сочувственно приветствовали, то после распада СССР интерес к ним подыссяк, если речь не шла о крупных общественных фигурах или «агентах» КГБ, которые могли что-то предложить прагматичному Западу.
Каков же ныне русскоязычный народ в Швеции? На Западе, кстати, издавна принято русских, украинцев, белорусов, даже прибалтов и кавказцев подводить под категорию «русские». Правда, в последние годы это правило утратило привычные контуры по политическим причинам, хотя на «старожилов» не повлияло. Кто поддерживал между собой дружеские отношения, тот и поддерживает, и русский язык у «бывших» в ходу.
По данным Центрального бюро статистики Швеции на 2018 год, в королевстве насчитывалось 21 615 постоянно проживающих россиян (родившихся в России). Выходцев из Украины 9924 и 3324 белоруса. К этому числу стоит приплюсовать славян-нелегалов – пара-тройка тысяч.
В целом наших переселенцев можно разделить на четыре подгруппы. Первую объединяет учёба, после которой они остаются здесь на проживание. Во второй те, кто получает работу по контракту: как правило, это классные специалисты. Третья: прибывшие по родственным каналам и заключившие брак уже в Швеции. Наконец, самая непрозрачная подгруппа: нелегалы, приехавшие под видом туристов и оставшиеся на свой страх и риск работать «в тени», а также те, кто просто объявил себя беженцем и ожидает решения по своему делу, которое чаще всего бывает негативным для ходатая. В этой же подгруппе криминальные элементы, цель которых поднажиться на воровстве. Кому-то удаётся, иных отлавливают. В исправительных учреждениях Швеции на 1 октября 2018 года находилось 4393 заключённых. Из них российских граждан всего 30–40 человек.
Большинство новоиспечённых эмигрантов, и это касается не только Швеции, решив попытать счастья без чёткого плана действий, уже в начале пути разочаровываются и отчаливают назад. Дешёвого жилья нет, а то и вообще нет никакого. Работать по-чёрному – только концы с концами сводить. Даже элементарные вещи – звонок по телефону, покупка билета на трамвай – превращаются в пытку из-за незнания языка.
Однако те, кто проходит адаптацию, осваивает язык, налаживает контакты и выправляет необходимые документы, обычно находят место в обществе. В Швеции двоякое представление о выходцах с постсоветского пространства. С одной стороны, многие из местных на уровне подкорки что-то помнят о «русской мафии» и русских мошенниках. Впрочем, это представление уже стёрто невиданным по размаху разгулом преступности, связанной с бесконтрольной иммиграцией из стран третьего мира. С другой стороны, русские зарекомендовали себя толковыми работниками. Строитель ли, станочник, служащий, спортсмен или деятель искусства – чаще всего они отлично работают и во многом даже превосходят коренных жителей. Затратив немало сил на адаптацию, среднестатистический иммигрант и потом делает всё, чтобы закрепиться. Чуть ли не на уровне рефлекса выработана необходимость доказывать и работодателю, и самому себе высокий уровень квалификации. Рядом со шведом, приученным работать на совесть, но не перетруждая себя, такой работник смотрится выигрышно.
Русский знакомый, долго прослуживший в учреждении госнадзора Швеции, говорил мне: «Я руковожу отделом, мне поручают ответственные задания, на зарплату грех жаловаться. Но расслабляться нельзя, я всегда под наблюдением, меня оценивают критически, словно ждут промаха. В лепёшку разобьюсь, а этого себе не позволю!» Словом, состояние постоянного состязания и гонки, перенапряжение, стресс, перегрузки.
На перспективу возвращения «домой» смотрят по-разному. Немало тех, кто изначально видел Швецию как временное пристанище, но, обзаведясь «местом под солнцем», перешёл даже в мыслях в «постоянный статус». Кто-то навещает историческую Родину, кто-то нет. Некоторых тянет назад, другие ностальгии не испытывают. Крупных городов в Швеции мало. Привыкшему к мегаполису переселенцу вялотекущая жизнь может надоесть. Это одна из типичных жалоб русских. Жителю Москвы или Санкт-Петербурга кажутся деревнями крупные по шведским меркам Стокгольм, Гётеборг и Мальмё, не говоря об остальных. Отношения с соседями не очень вписываются в привычные для русских рамки. Да, можно занять соли или отвёртку, но уж точно не принято ни с того ни с сего напрашиваться на чашку чая.
В ряде городов Швеции действуют отделения Союза русских обществ. Активных участников в них обычно около ста человек. Деятельность протекает вяло, хотя в последнее время работа оживилась, чему я, честно говоря, не могу дать внятного объяснения. Но, например, в моём Норрчёпинге стали чаще проходить встречи в рамках русского общества. Кстати, в отличие от других этнических меньшинств, особенно выходцев с Ближнего и Среднего Востока, склонных сбиваться в землячества, русские не тяготеют к тесному общению между собой. Наверное, в том числе из-за хорошей способности к ассимиляции, что давно замечено. К тому же ощутимых культурных различий от шведского социума у российского нет. Любое эмигрантское сообщество или диаспора – проявление инстинкта самосохранения этнического меньшинства. Нашему человеку, ввиду его успешной приживаемости, нет прока в создании искусственных землячеств.
Встречаются и «возвращенцы» – уже из Швеции к родным берегам. Здесь вообще замечен отток населения. Среди покидающих страну людей есть и обеспеченные шведы, и пенсионеры, и иностранцы. Налоговое бремя, давящее на обеспеченных, побуждает искать способы перевода бизнеса в более благоприятные коммерческие условия. Отток подталкивается и политическими причинами, демографической и иммиграционной политикой властей Швеции, создавших по недомыслию сегрегированные районы, где особенно высока преступность.
Я заметил и то, что к поиску «новой жизни» нередко подталкивают разные росказни. Дескать, кто-то отправился в Италию или Грецию на сбор апельсинов. И вот в конце лета готов капитал на покупку недвижимости или новой машины. А какая-то семья уехала в Канаду и чуть ли не через год приобрела виллу с бассейном. Но чем объяснить, что, скажем, многие итальянцы 20–28 лет не могут покинуть отчий дом из-за отсутствия жилья и стабильных доходов? Пусть бы и собирали свои апельсины, раз там такие деньги! Или почему большинство канадцев, как и шведов, живущих на виллах, практически до пенсии выплачивают за них взносы с процентами по займу? Бедными прикидываются, что ли? Ответ: крутые зарплаты выплачиваются только очень крутым специалистам. Иммигрант ли ты, абориген – нет разницы. Источниками же «сказок» являются те, кто лишь поверхностно коснулся жизни страны. Среди «сочинителей» есть и те, кто, не желая осознавать призрачность своих воздушных замков, выдаёт желаемое за действительное.
Вывод прост: лёгкой жизни нет нигде, и тем, кто куёт планы переезда, следует не раз спросить себя, действительно ли это нужно. Если вопрос «как туда попасть» интересует потенциального эмигранта больше, чем вопрос «зачем туда попадать», это первый признак безуспешного начинания. Тем же, кто решился на переезд, необходимо иметь как можно более реалистичное представление о месте пребывания, конкретные цели, резервные планы. И как минимум деньги на билет обратно, чтобы возможное разочарование не превратилось в трагедию.
Константин Чекушкин, писатель, Норрчёпинг, Швеция