2016-08-22





SAN ROQUE

 

Acércate niña, que soy san Roque que si viene la peste que no te toque. Por decir viva san Roque llevaron me prisionero y ahora que yago en prisiones viva san Roque y el perro. El bienaventurado santo francés patrono del peregrinar y del vagabundaje es el patrón de los apestados.

La sífilis se paseaba al socaire de su esclavina, lo portaba su calabaza de camino, a manera de cantimplora. Toda España jaranera es una gran fiesta y en Asturias en Galicia en León se le tenía devoción y en Segovia es uno de los santos de nuestra gran devoción. Entre sus barbas se esconden, sin embargo, la liendre y las llagas del mal francés. Sífilis al canto.

Ayer por TG de los gallegos difundían escenas bochornosas de la procesión del santo que parecía un monigote sobre las andas que portaban unos mozos borrachos y tres mociñas con las tetas al aire. Después de los voladores y la música de la procesión, debían de conducirse al pajar, o a folgar entre los setos. Claro, que el perro de san Roque no tiene rabo que se lo ha comido Manuel Pintado... fiestas patronales que derivan en bacanales.

Las fiestas de los santos se han convertido desde que estalla el primer chupinazo de san Fermín hasta san Miguel de Septiembre en una gran bacanal. ¿Siempre fue así?

Uno no puede menos de tener ciertas prevenciones hacia estas folixias y me dan pena las peregrinaciones jacobeas desprovistas de antiguo sentido penitencial que tenían, pero esto ya es viejo. Ya en el siglo XIV Tomás de Kempis clamaba contra las romerías y las ramerías de estas fiestas locas. Porque de aquellas romerías estas veneras y de aquellos polvos estos lodos.

Decía el autor de la "Imitación": Multo peregrinantur sed paulo minus sanctificantur" (mucho correr pero poca devoción).

Cada día tiene su afán y cada siglo su signo. Y los signos no son precisamente hoy los de ese cristianismo medieval con que se divierte el mocerío. Es el Zeitgeist de Nietzsche que retorna.

EPIQUEYA Y CORDURA ES LO QUE HACE FALTA EN NUESTRO PERIODISMO


EPIQUEYA CARTA A UNA GRAN MUJER Y PROFESIONAL DEL PERIODISMO DOÑA TERESA HERRANZ DE CONTRERAS, NIETA DEL MARQUÉS DE LOZOYA

 

Querida directora Teresa:

Hace ya muchos años, otoño de 1966 tu abuelo el Sr. Marqués de Lozoya dio una conferencia en la Escuela de periodismo sobre reconstrucción de monumentos, yo le hablé de la ermita de san Vicente del pueblo de mis padres que desconocía pero me dijo todo lo que es románico tiene un valor incalculable y hay que salvarlo (palabras textuales) Creo que él desde el Cielo se habrá alegrado este reportaje sobre el día de san Bernardo en Fuentesoto.

A la sazón era una cuadra y estaba en ruinas. Hoy se ha salvado mediante su reconstrucción. El marqué de Lozoya fue el adalid y el pionero de estas campañas y gracias a tu abuelo le debemos este patrimonio ARTÍSTICO GLORIOSO que es base de la riqueza turística de la ciudad y, gracias a ti, el que uno de los periódicos más antiguos del periodismo español siga a pie de obra cuando tantas publicaciones han fenecido RESULTA UN HECHO QUASI MILAGROSO. Es una pátina y una solera de la que carecen muchos y que nos honra.

Periodista profesional, me gané los gabrieles en esta hermosa dura profesión y admito que estamos en crisis pero ¿por qué?

Yo creo que por la baja calidad del producto.

Sólo a fuerza de chorros de dinero que manan  de Dios sabe donde se mantienen algunas cabeceras de prestigio que sufren la competencia de las Redes pero un periódico de calidad puede beneficiarse de esta sociedad interactiva, donde la información, que es poder, ha sustituido a la sociedad de la producción. Es en el campo de la información donde se está dando la batalla de apertura de mercados.

El Adelantado mantiene su pátina y el pedigrí centenario; su fabulosa hemeroteca electrónica que es el paraíso de los archiveros e historiadores de los que día a día manejan el mundo de la información. Yo quisiera anunciarles a todos los segovianos lo siguiente: cada mañana llega a sus quioscos un buen diario confeccionado y maqueteado —gracias, amable, directora por haber resucitado la figura del corrector de pruebas que fue el compañero de viaje de los viejos periodistas que escribimos tan deprisa y a veces cometemos errores— por buenos profesionales que aman y se desviven por el progreso y el bienestar de su ciudad. Dilo en la redacción.

Desde el punto de vista de la jurisprudencia, epiqueya, según el diccionario, significa la interpretación moderada y clemente según las circunstancias personales de tiempo lugar y circunstancia de las leyes. Cela diría que donde falta epiqueya sobra desmelenamiento y esa epiqueya como informadora y como mujer al frente de uno de los vespertinos con mayor prestigio de nuestro gaceterismo te caracteriza y engrandece.

El acceso a las profesiones liberales (abogacía, medicina, mundo de la empresa cirugía, aeronautita, fuerzas armadas) ha sido una de las grandes conquistas de la sociedad española. Ahora bien si todas las candidatas al sacerdocio fueran como Teresa Herranz Contreras, yo, romano pontífice, no tendría ninguna inconveniencia de hacerlas diaconisas, presbíteras e incluso obispas, pero debajo de esta maniobra subyace, a mi juicio, una trampa, con la entrega al Papa de un caramelo envenenado de las “Fem”. Casi parece un ultimatum.

La ley divina y la ley natural a veces van juntas pero otras veces se cruzan y discurren por sendas diferentes. Tengo para mí que los problemas de la iglesia no se resolverían permitiendo que las hembras cantaran misa.

Son mucho más profundos que eso; paulatina descristianización, negación de los misterios que convierten en sagrada la misión de cualquier religión, la secularización, la paganización y el dogmatismo de los políticamente correctos que a mí, que soy segoviano y algo comunero y siempre fui por lo libre, me recuerdan malos modos antiguos y empapelamientos del Santo Oficio. Esas no son formas, hombre, no metáis al pobre Papa Francisco al que solo utilizáis cuando os interesa en un trágala. Dejemos que obre la gracia y el soplo del Espiritu. Epiqueya, pues.

NI OBISPAS NI DIACONAS MEJOR CURAS ABUELOS


Ni obispas ni diaconisas ni presbiteras

 

San pablo mandó callar a las mujeres en la sinagoga. Era la tradición patriarcal de los profetas tampoco en el judaísmo ortodoxo hay rabinas. Es la norma, la ley divina. Hallajá. Sin embargo, ahora las féminas andan muy revueltas en torno al asunto de la ordenación de mujeres y metiendo bulla. Un comentarista insta al pontífice de Roma a que ordene rápidamente diaconisas y amenaza con un sofismo si la iglesia perdió a los obreros en el XIX a los jóvenes en el XX ahora está a pique de perder a las señoras. A nuestro juicio se trata de un silogismo cornudo de falsas premisas y de conclusiones equivocas. El mencionado plumilla que fue conmigo seminarista en Comillas y luego se salió proclama la consigna de mujeres al poder. Ciertamente la iglesia católica está en crisis y puede desaparecer pero es a consecuencia de sus errores históricos porque ha utilizado al Evangelio como bastión de poder. no porque lleguen "clerigas" a decirnos misa.

No hay más que leer a los autores clásicos castellanos para reparar en esta aberración del cura prepotente mandón y con frecuencia fornicario y explotador, los estragos que causaron los escándalos que dieron aquellos camándulas. Francisco en vez de inclinarse por la opción de las mujeres sacerdotisas debiera reparar en los daños que ha causado la SRI con esto del celibato, sus excesos, su hipocresía. La ley natural nos dice que la primera función de la mujer es ser madres y parir educar, pero estas fems que bendicen el aborto luego quieren decirnos misa, después de pertenecer a movimientos ad lib. Tengo para mí que el humo de Satanás se ha instalado en la iglesia como reconocía Pablo VI y estas proclamas son un atisbo del en tredicho. Mujeres al poder y como sea. Sin embargo, nadie habla de la opción de los sacerdotes casados e incluso de los curas abuelos, en la cual he venido insistiendo a lo largo de mis blogs y de mis libros. Eso por lo visto es políticamente incorrecto, pero no lo es la interrupción de la vida humana para estas sacerdotisas muchas de las cuales son abuelas jubilatas. En sus manos la liturgia se ha convertido en una pantomima. Yo escucho ya las carcajadas del Pateta. El diablo se pedorrea y huele a huevos podridos que lo llevan los demonios nunca mejor dicho. Bombas fétidas nos han lanzado dentro frascos de colonia. Otra yerro del buenismo. Et qui potest capere capìat

SASTRES VIENEN AL INFiERNO VAMOS


SASTRES VIENEN

Antonio Parra

“Sastres vienen al infierno vamos”. Quevedo que era tan renco como lenguaraz y es un gozo leerlo reservado a los estoicos  como el que suscribe para entender la desesperación del mundo aguza sus dardos hacia el honorable gremio de los alfayates a los que odiaba tanto como a los taberneros pero un poco menos que don Luis de Góngora aguza su sátira contra los golilleros del jaboncillo las tijeras y el acerico prendido en la manga. Será lo que tase un sastre. Pues eso. No hay ningún hombre grande para su ayuda de cámara.

Nos tienen tomadas las medidas y saben mucho de las imperfecciones de nuestra percha y yo tengo una que es la desesperación del corte y confección pero mi amigo Genaro el hombre y su hermano Alejandro que regenta una sastrería en a Arévalo y son familia de los Seseñas – nadie sabría hacer una pañosa con tanto cuido y perfección- que debe de ser de las más antiguas de Castilla la Vieja hacen lo que pueden. Lo suyo era el traje talar de los obispos las buenas pellizas y hasta los mandiles de fregatriz sabían confeccionar. Han estado vistiendo  de la Edad Media para acá a media comarca de las Morañas.

 ¡Ah aquella pana- la pana de Sabadell ya nos se fabrica, duro hablar del estatuto prostituto pero los catalanes no mandan retales sucumbiendo en el sector textil a la competencia de los chinos- de los labrantines de mi mocedad cuando un traje era para toda la vida o al menos habría de durar unos cuantos años resistentes para ir a arar o la camisa de percal para los días de fiesta cuando se gastaban pues un remiendo que la labranza no daba para más! Zurcir coser y bordar y ¿qué más? La aguja y el hilo el tijerón a mano para cortar y una cantinela “tanto que sabes coser tanto que sabes bordar y me has hecho los pantalones con la bragueta pa atrás” y buena semana te dé el Dic que entonaban los sefardíes en las aljamas pues era profesión ejercida mayormente por los judíos.

Que “para sastres Hervás donde judíos los más” y otro dicho competente: “el sastre de Sacramenia se santigua del revés y da la venia” “con el de Cantimpalos salimos a palos” y el de “Campillo cose de balde y pone el hilo” “esto es coser y cantar sí, sí, coser aquí y cantar en la iglesia”. Bueno va.

El mostrador de Genaro es un poco el referente social de las generaciones que pasaron por la villa y siempre que me voy a probar me hago la misma pregunta. ¿Será este el último que me hagan? ¿Cuántos afeitados me quedarán? Así que acudo a esta tienda arevalense pues es para mi un lugar entrañable al recordar las tertulias de rebotica y las parrafadas que echábamos cómo arreglábamos el mundo o cómo nos contábamos cuentos con cierta prevención. Ya digo tengo un cuerpo que es la desesperación de los sastres. Las chaquetas del Corte Inglés me pingan y los pantalones quedan pesqueros o les sobra pernera y por abajo un dobladillo de más. A un sastre no le engañas jamás. Son gentes acostumbradas a trabajar con la verdad de nuestros pobres cuerpos que se han de comer los gusanos. Su intuición les lleva al perfecto conocimiento de nuestras glándulas saben de que pie cojeamos.

Ir al sastre es como pasarse a recoger unos análisis. Genaro me rodea con el metro de plástico los cuadriles y no me abarca casi. En mi frente unos pelos de menos o más canos que la otra vez y en la cintura unos centímetros de más. Has engordado. La buena vida. De la danza sale la panza. ¿Y todos esos lechones que te metes en la “Pinilla” regados con el vino de las Morañas, eh, eh? No me fastidies, Genarín a mí lo que me engorda es la mala leche. El ir contra corriente vivir con la conciencia tranquila pero sometido a la hostilidad de esas milanas del estrado cuyos ojos me apuntan cuando entro a trabajar como dos fusiles detrás de un parapeto.

 ¿Qué habré hecho yo para caer tan mal a la gente? ¿Ser gordo? Los gordos nos hemos convertidos en una especie marginal el lumpen hostil al cual esta sociedad tan injusta y descomedida para lo que le conviene aunque para otras abre la manga ancha le ha declarado la guerra al tejidos adiposo. Nosotros no tenemos la culpa pero nos hacen culpables de nuestros kilos de más, de ser un poco ventripotentes de aspecto y afligidos de prolepsis o ptosis crónica que es como denominan los endocrinos a nuestra enfermedad.

 El otro día al pasar por cierta puerta mis mollas quincharon una falleba del arco de seguridad y se dispararon las alarmas. La securata vino hacia mí hecha una euménide y sin llegar a deterneme me trató como si fuera un criminal. Señorita fue sin querer pero a estas furias de Prosegur no les valen razones. Están ahí para vigilar no frente a un ataque externo sino a los de dentro. 1984. you are being watched. Estás siendo observado. Una red de espionaje que se extiende por toda la ciudad.  La han emprendido con los fumadores y ahora puede que les toque el turno a los que somos víctimas de nuestra propia grasa. Proponen un mundo feliz y bajo el control de los securatas una especie de policía paralela.

 Cámaras por los pasillos, chivatos de observación hasta en el retrete. Una historia rocambolesca. Saltó la alarma pero yo también  si me hubiera dejado de llevar por el temperamento le hubiera dicho cuatro frescas a esa guardiesa de Auschwitz y hubiéramos salido en los periódicos. La violencia subliminal y la desconfianza y ese afán de hacer la puñeta al otro de derribarle de acosarle conduce a lo que tenemos por ejemplo a ese fulano de Correos que por Reyes la emprendió a tiros con sus compañeros otros securatas y que no me  venga con monsergas cantamañaneras  don Pérez Abellán y los gaceteros del Caso que parece que se refocilan en la escopeta nacional y que quieren convertir esto en una especie de Puerto Urraco a lo bestia creyendo que este malestar es un hecho casual. No, señoriíto, está inducido por el sistema. Luego dicen que hay tanto loco y tanta violencia laboral. Eso es una aberración. Aquí se habla de los efectos pero nadie se pone a escudriñar las causas.

 Pues habrá que tomar medidas. Eso es lo que venimos haciendo desde que don Adolfo Suárez que también es buen cliente de esta casa donde yo me visto – pobre Adolfo, ponte bueno- se marcó la frase de puedo prometer y prometo y después instauró la Transición y nos colocó en el limbo. De ahora en adelante todos cabos primera. Sí, sí tomar medidas. El sastre me da otra mala noticia; no sólo han aumentado mis caderas sino que también las nalgas  las tengo con más rumbo en  el último lustro que es el tiempo que a mí me suele durar un terno. Vaya por dios.  Mientras mi amigo el sastre de Arévalo no me ponga motes y me llame Paca la Culona como decía el general Queipo de Llano del General Francisco Franco no va del todo mal la cosa pero habrá que tomar medidas, ponerse a régimen y apretarse el cinturón una vez más. ¡Qué sé yo!

27/04/2006
 
 
 

alabanza oxoniana


OXFORD

 

Oxford se encaja en una hondonada riberas del Támesis con sus 24 colegios numero áureo (para honra de la sapiencia y el consejo de los 24 ancianos del Apocalipsis) las torres de cuarenta cúpulas de capillas e iglesias desperdigadas. Había ya en el año 72 cuando la visité muchas bicicletas. Se veían ciclistas luciendo sus togas y el birrete plano encajado sobre las orejas de los dómines. Soplaba la brisa otoñal y se escuchaba la dulce sonería del carillón de la torre de Fairfax. La docta ciudad me recordaba a Alcalá aunque la universidad complutense sea más antigua — de hecho la complutense recibió la antorcha del Studium de Palencia que data del siglo XII— pero Oxford es más atlética. Porque desde su fundación se propuso la formación del hombre integral. Tan importante es allí escanciar con sabiduría los yambos y espondeos de la Eneida como saber remar. La educación del alma es un pretexto para la creación de una elite que dirigió los designios de Inglaterra durante siglos. Sus aulas fueron una fábrica de escritores, políticos, economistas, oradores, militares, obispos. Llama la atención el sistema libre de enseñanza el tono entre laico que rinde culto a la paganía el sólido patriotismo y la concepción anglicana del cristianismo. Cada colegio estaba presidido por el decano (deán) a la cabeza de los masteres (magistri) que se encargaban a su vez de los tutores (prefectos, por lo general estudiantes repetidores) y los pupilos (pupils) o escolares (scholars) becarios. Todos viviendo en camarillas o habitaciones independientes –con frecuencia los estudiantes ricos llevaban consigo su propia servidumbre; eran los criados o “servitores” que eran admitidos a las clases como oyentes y algunos de ellos recababan el grado o titulación al tiempo que sus amos, según la vieja costumbre medieval. Al término de la "lesson" y en la sesión de ruegos y preguntas los "dons" (catedráticos no se ponen al poste como solía hacerse en las universidades españolas sino que cada alumno en privado se acerca al catedrático y le expone sus dudas para que el profesor le aclare aquello que no entendió 

Cada alumno tenía la obligación al levantarse a las cinco de la mañana en invierno y a las seis en verano de barrer el cuarto y asistir a las preces o servicio religioso de la comunidad. Y de oír al menos la lección de un catedrático. Otro acto obligatorio era el refectorio. La cena única comida del día, salvo la primera colación del desayuno o breakfast, se tomaba a las cinco de la tarde. Se recogían a las nueve de la noche cuando tañía la campana de la torre de Fairfax con el aviso de retreta. Los alumnos que llegaban tarde eran penalizados con multas, o limpiar las letrinas e incluso podían ser expulsados del college temporalmente o a perpetuidad. Gravísimo atentado era llevar mujeres a la “colmena" o beehive que es como denominaban los pupilos oxonianos el aposento. Eran tradición las novatadas con los escolares primerizos y emborracharse de vez en cuando no estaba mal visto. En mis años de Oxford me sentí como en casa, situado en el epicentro de Europa porque sus aulas eran un oasis de libertad y de tolerancia. Sin embargo, al socaire de las mentalidades misóginas en la edad media, muchos de los profesores “dons” no se casaban y el ingreso en la universidad estuvo vedada a las féminas hasta bien entrado el siglo 19. otrosí, el romanticismo y esa limpieza de corazón que son otro de los atractivos del carácter británico, los poetas de Oxford — Coleridge, Byron, Wordsword, Fielding y muchos más colocaron a la mujer en un pedestal. Cantaron a aquellas cándidas vírgenes de piel de nácar, ojos verde prado, y sonrisa angelical, bellas igual que madonas y cuya voz es música cuando hablan, y que asisten a las carreras de caballos de Epson luciendo pamelas que parecen cestos y ridículos sombreros floreados. Me enamoró Inglaterra nación de contrastes donde cada uno va a su bola y pocos se preocupan de qué dirán. Oxford no memoriza, enseña a pensar cada uno por cuenta propia. Siempre será un paraíso para los que soñamos en un Europa como el paraíso del humanismo y de la cultura clásica. Soplaban por aquellos días vientos abregos de libertad. Actualmente al cambiar de rumbo las veletas nos azota el rostro el Aquilón de la intolerancia y el fanatismo. El Islam creo que jamás se encontraría a gusto en sus aulas porque esta universidad inglesa cuna del pensamiento occidental nada tiene que ver con la intolerancia. Cambridge por su parte se presenta con otra fachada de ciencias exactas y de cultura matemática. 

El año escolar se estructuraba en  trimestres (quarters) siguiendo el calendario litúrgico romano: Michaelmass= otoño; Crismas= navidad= Navidad ; Candlemass= las Candelas; Easter= Pascua. Y Whitsun= Pentecostés, trimestre final, época de exámenes.

Los títulos se impartían en el salón de grados o paraninfo en la fiesta de san pedro petermass 29 de junio. Amantes de la traición los ingleses conservaron esta tradición de índole católica tras el cisma de Enrique VIII.

 

martes, 23 de agosto de 2016
bendito sea Dios, recuperé mi cuenta, gracias Google