2022-04-07

LOS OJOS DEL MAL

 

ZLO EL MAL (en ruso)… AQUEL JUDIO UCRANIO QUE QUISO MATARME

 

El mal existe es uno de los postulados a los que se enfrenta la gran liturgia rusa con invocaciones a la Trinidad persignarse de continuo y orar con las velas encendidas ante los iconos, genuflexiones hasta la cintura (plakon) pues los sacerdotes rusos sólo se arrodillan una vez después del sanguis y el pueblo asistente nunca, ha de permanecer de pie durante las largas ceremonias. Zlo. Yo he visto al diablo en dos ocasiones. Una en el Escporial y otra en Londres.  Dios me ha dado una sensibilidad esotérica para captar ciertas vivencias preternaturales como aquella vez que en la pradera del Escorial el sentido de mi olfato vivió una experiencia inexplicable olí a rosas a pesar de padecer desde 1990 anosmia a causa de una pulmonía que me tuvo a las puertas de la muerte. Me considero un combatiente contra Satanás. Cuya presencia percibo ante ciertas personas y situaciones, otros no notan nada ¿Carisma o pura sensibilidad de escritor olfato periodístico? No lo sabría decir. Soy en ese sentido hipocorístico dentro de mi cerebro tengo un radar. El príncipe de la mentira es engañoso, cambia de pie, suele adoptar múltiple actitudes, ropajes apariencias. A veces hasta se viste de mujer. 

Como aquella noche en Londres cuando habiéndoseme acabado el dinero y no contando para mi regreso a España más que mi billete de avión me encontré en la estación Victoria a Linda una antigua amiga. Apareció milagrosamente cuando yo descansaba en una banco del andén y me reconoció a pesar de que habían pasado quince años desde la ultima vez que nos despedimos. 

Le expliqué la situación, había ido a ver a mi hija Helen y mi ex no quiso recibirme. Yuve que volver caminando más de quince millas desde Epping Forest hasta Trafalgar Square. Entré en un bar a tomar unas copas y Erfos el dios Saturno de la bebida se apoderó de mí, agoté mi caudal y creo que entre pinta va y pinta viene me robaron, quedé aturdido perdí hasta el oremos, la cartera despareció notélo al ir a pagar la  última ronda me hurgué los bolsillos no tenia blanca. Cheer us.

 Era un pub de South Kensigton me había dado nostalgia pues quise pasar por el sótano del 41 Roland Gardens.

 Londres había cambiado mucho en todos los sentidos. La vida era mucho más cara que en los felices sesenta. A través de Fulham Road alcancé la estación de Victoria en la esperanza de pasar allí la noche calentito. Mi antigua amiga me incitó a su casa que estaba cerca. 

Yo creí que se trataba de un hidalgo pero estaba en un error. En aquel sotabanco del hebreo estuve a punto de morir asaeteado. Manahen jugó conmigo una partida de darts lanzando los dardos contra mi cabeza.

─Ven, no te preocupes, Toni, tengo un piso donde podrás pasar la noche

Linda venia acompañada de un hombre como de unos veintitantos años alto fornido con la cara aplastada acento ruso. Que me miraba con sus ojos penetrantes, su mirada me atemorizó. 

Era como un berbiquí me taladraba de arriba abajo. Se trataba de un refugiado ucraniano de origen judío que mi amiga albergaba en si casa de acogida. In Flutlinge recién llegado de la Unión Soviética, luego supe que contactó con Abrahmovic el plutócrata dueño del Chelsea y su sotabanco de Kings Road la cambiaría por una mansión en Mayfair. 

Faltaban tres años para su desmantelamiento, pero las ratas habían empezado a abandonar el barco. Diana era una mucha frágil que acababa de divorciarse de John, sus hijos habían sido puestos bajo custodia policial. Ella se había hecho amante de aquel judío de mirada aterradora. 

Se llamaba Manahén. Esa mirada diabólica es la misma que nos sobrecoge ahora a todos los europeos cuando aparece el responsable de la guerra de Ucrania Waldemar Zelenski. Es la mirada de la bestia al que se afrenta con sus ojos arcangélicos y todo el sufrimiento ruso que es capaz de echarse a cuestas con la cruz de todos los pecados del mundo. 

Los seguidores de Belial y de Moloc que se enrocan en las redes sociales y adoran a la Bestia dirán todo lo congtrario. El diablo cambia de piel. Los ojos de Manahén eran los ojos de Zelinski, los del papa Francisco. Dictámenes de arrogancia y de venganza, taimados, prepotentes, agresivos.

Es una culebra. Está engañando a todos los incautos de la tierra. Esos ojos son nuncios deletéreos del Apocalipsis. En el próximo correo les contaré lo que aconteció, el refugiado ucraniano quiso matarme, escapé por piernas

 continúa

7 abril 2022