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DE MAYO MARIA AUXILIADORA
A
lo largo de mi ya dilatada existencia encontré protección y amparo
bajo el manto de la Virgen a la cual aprendí a orar desde niño
invocando su intercesión. Cada noche rezaba el “Acordaos oh Madre
de Dios excelsa que jamás se ha oído decir que ninguno de los que
hayan acudido a Vos haya sido rechazado” Y el “Sub tuum presídium
confugimus Sancta Dei Genitrix ne despicias in nostris necessitatibus
supplicationes nostras sed a periculis cunctis libera nos Semper,
Virgo gloriosa et benedicta”.
La
Gloriosa no desoyó como aquella vez en Londres que un ucraniano
celoso quiso matarme tirando contra mí el dardo de una navaja o en
aquella noche en la cual estuve a punto de arrojarme al Támesis.
Pero
sobre todo, me hizo el regalo de don Bosco. Las madres salesianas de
Majadahonda educaron a mis cuatro hijos haciéndoles cristianos de
provecho.
Recuerdo
que íbamos mi mujer yo a la misa conventual los domingos y al final
al cantar la Salve siempre acudían a mis ojos las lagrimas de un
pecador.
Protección
que sentí cuando fui expulsado de mi trabajo or la Administración
laica pepera y socialista por negarme a quitar una estampa de María
Auxiliadora que colgaba en mi despacho.
Se
trata de un misterio que nunca sabré explicar pero que me llena de
esperanza y consuelo en estos tiempos de tribulación y crisis cuanto
todo aquello en que creíamos y soñábamos está en el aire.
María
es la Madre de la Iglesia enigma inefable que no se comprende con la
razón. Sólo con el corazón.
Del
cielo quizás venga esta tendencia mía a remar contra corriente so
color de vivir marginado y en precario.
A
decir las verdades pues como dijo san Pablo no luchamos contra el
espíritu ni la carne sino contra los funestos espíritus que vagan
por el aire. Ahora más que nunca.
En
la fiesta de hoy le pido a Nuestra Señora una gracia especial que no
puedo revelar, pero hágase la voluntad de Dios.
“Sancta
Maria sucurre miseros, ora pro populo, intercede pro clero, adjuva
flébiles, protege femíneo sexu. Sentiant tuum juvamen quicumque
celebran tuam festivitatem. Amen”