2025-05-12

TUVE UN GRAN AMOR INGLÉS

 CORDEL Y ZUMBEL. ZUMBEL Y CIMBEL SUZANNE HUGH QUÉ FUE DE TI



Me tiene de cimbalillo

Lanzo mi ideal al viento

Ruede la bola

Al cabo de tantos días me viene

El perfume de tu piel

El gran amor de aquel verano

Estaba escrito

No hay azar

Omne vivum ex vivo

A la generación espontanea

La naturaleza es contraria

Tuve un gran amor inglés

Bebí en el gran cáliz de hidromiel

Oferta de los dioses

Pero ahora pusieron

El mundo del revés

Mientras yo derrotaba por figones y tabernas

Oh Suzanne Hugh aparecida entre la niebla de Hull

Fuiste el talismán de mis días

Que se acaban

Me embeleso en tus recuerdos

Para salir de esta charca sucia

Almajara

En torno a mí

Ironías del destino

Tongue in cheek

Perdimos el centro

Pústulas de mi conciencia

Sangrando por ti

Y por el gran pecado

Que cometí

Con ese dolor muero

GRACIAS, MARÍA AUXILIADORA

 

24 DE MAYO MARIA AUXILIADORA

A lo largo de mi ya dilatada existencia encontré protección y amparo bajo el manto de la Virgen a la cual aprendí a orar desde niño invocando su intercesión. Cada noche rezaba el “Acordaos oh Madre de Dios excelsa que jamás se ha oído decir que ninguno de los que hayan acudido a Vos haya sido rechazado” Y el “Sub tuum presídium confugimus Sancta Dei Genitrix ne despicias in nostris necessitatibus supplicationes nostras sed a periculis cunctis libera nos Semper, Virgo gloriosa et benedicta”.

La Gloriosa no desoyó como aquella vez en Londres que un ucraniano celoso quiso matarme tirando contra mí el dardo de una navaja o en aquella noche en la cual estuve a punto de arrojarme al Támesis.

Pero sobre todo, me hizo el regalo de don Bosco. Las madres salesianas de Majadahonda educaron a mis cuatro hijos haciéndoles cristianos de provecho.

Recuerdo que íbamos mi mujer yo a la misa conventual los domingos y al final al cantar la Salve siempre acudían a mis ojos las lagrimas de un pecador.

Protección que sentí cuando fui expulsado de mi trabajo or la Administración laica pepera y socialista por negarme a quitar una estampa de María Auxiliadora que colgaba en mi despacho.

Se trata de un misterio que nunca sabré explicar pero que me llena de esperanza y consuelo en estos tiempos de tribulación y crisis cuanto todo aquello en que creíamos y soñábamos está en el aire.

María es la Madre de la Iglesia enigma inefable que no se comprende con la razón. Sólo con el corazón.

Del cielo quizás venga esta tendencia mía a remar contra corriente so color de vivir marginado y en precario.

A decir las verdades pues como dijo san Pablo no luchamos contra el espíritu ni la carne sino contra los funestos espíritus que vagan por el aire. Ahora más que nunca.

En la fiesta de hoy le pido a Nuestra Señora una gracia especial que no puedo revelar, pero hágase la voluntad de Dios.

Sancta Maria sucurre miseros, ora pro populo, intercede pro clero, adjuva flébiles, protege femíneo sexu. Sentiant tuum juvamen quicumque celebran tuam festivitatem. Amen”

Viva Santa Ana alegre romería asturiana