
2025-03-01
LOS NUEVOS INQUISIDORES NUEVA CENSURA NOS TIENEN AMARRADOS POR LOS COJONES
Tengo en el horno una novela casi acabada pero me
ha entrado una de esas pájaras que de vez en cuando acometen al escritor sobre
todo si es de los que están en la lista negra. Tendrá que auto editarse,
gastarse los cuartos, enviar el texto, corregirlo yo me lo guiso yo me lo como
puta y pagar la cama pues estas editoriales modernas van a viña vendimiada y carecen
de corrector de pruebas amén de ser tan ignorantes que desconocen el
castellano. Luego se recibe un paquete, gastos postales por su cuenta. Ilusionado
el artista por ver su obra en letras de molde acude a las librerías buscando un
lugar en la vitrina del escaparate. No le admiten el libro sin tener un
distribuidor, le contestan. ¿Es esto libertad de opinión la cacareada libertad
de prensa? No señor aquí solo pasan por la criba los elegidos, los que creen en
el Holocausto, rechazan el credo de Nicea, no comen cerdo se retajan la polla en la circuncisión y se proclaman admiradores del
sacamantecas de Netanyahu el nuevo Herodes exterminador de niños palestinos, le
besan el culo al Zelensky, un vulgar asesino y van por ahí meneando el rabo a
derecha e izquierda dicen que quieren acostarse con Frau Van der Leyden la jefa de
Europa. Corrupciones, folleteos, espaldarazos si eres de los míos y si no palo.
En vista de la situación yo me dedico a releer a mis clásicos y así me libro
del mal sabor de boca que me deja la visión de los telediarios y la lecturas de
aquellos periódicos que llamábamos en Londres de corte occidental. Todas las
mañanas me desayuno un sapo. Esta ya no es ya la corte de los milagros sino la
corte de las mentiras y del trágala. Vamos a contar mentiras tálala. Zelenski no
es un asesino del pueblo ucraniano. Zelenski es un santo bajado del cielo a
garrotazos que figura en el santoral judaico y se las tiene tiesas con Trump y
con todo el poder norteamericano. Atadme esa mosca por el rabo. Yo vuelvo a mis
clásicos