2016-09-09

EL CABALLO DEL REY WAMBA (divertimento)



MULADARES DE CUPIDO y EL CABALLO DEL REY WAMBA QUE NI COME NI BEBE NI JODE NI CAGA.

 

 

Cloacas y sentinas morales albañales de desdicha que infurian a los hombres y mujeres con compás. No tienen nada que leer porque la literatura de las feministas dejó de ser ancilla domini para convertirse en papel de estraza el mejor para limpiarse el culo pues la miel no se hizo para la boca del burro y sedas y tafetanes se hicieron para galanes. Las damas quintañonas se echan novio y alquilan garañones para gozar un cuarto de hora viejas salidas y los filmes aparecen en la red marca putas viejas abominables escenas con un ritual cansino que sigue los mismos prolegómenos desnudarse la mamada el caballito el misionero por detrás me gusta más. El caballo del Apocalipsis cabalga en las noches de lujuria. El overo nos da coces en la barriga. Son mulas alquilonas de largo camino que se espantan con frecuencia echan a cuatro pies y derriban al jinete. Hicimos estación en cada tasca huyendo de aquellas poligoneras venidas a Madrid desde ultramar.  No eran las rubias irlandesas con las que alternaba Quevedo sino huríes de raza negra los bullarengues manzaneros y como diciendo comeme y las tetas descomunales, el grabo rozagante. tías de tronío. Como distintivo se colgaban al cuello una castaña pilonga símbolo del oficio el más viejo del mundo inerradicable pero las putas no escribían literatura por aquel entonces. En este azacaneo de furcias intermitentes la tv las proclamadas reinas de las mañanas  se entregan a lascivos coloquios entre amigas. Hay que afufar pero ellas blasonan de ser de la liberación feminista. Todo un pedigrí y enseñan la patita el cuernop y el muermo por ahí. Vienen toriondas pero no hay torero que se digne echarlas un capote.

Yo vi esta mañana algo sensacional: un caracol bailando con una rana y después vi  correr a una delante de un obispo que era la parienta de un feligrés y en el mismo surco bajo un olivo la hizo a ella suya y al marido cornudo.

Me da miedo un poco la cleptomanía intelectual de google pero gracias a este chisme soy escritor y pongo lo que me viene en gana en esta bitácora y cuento la vida mientras me lavo los ojos con un socrocio ojos que no ven corazón que no siente: bodas, entierros, partos, risas, llantos, lutos, divorcios, asesinatos uxoricidios y parricidios. Todo lo mismo. Esto no cambia.

En Portugal todo es sebo y huele mal y Yepes y Ocaña son dos villas donde el vino hace perder el camino. Con el jarro echas a un demonio pero luego vienen más. Vexila regum. Soy el cantor de la pascua vexilario o alférez de Xto que porta el crismón por estandarte y sobre el cogote el barlac o teresiana. Hay que andar con paso vacilante y vigilante y no hablar recio. Y al clarear el día a casa de doña Mencía. Nos ponemos la chaqueta de bocací para aguantar el relente y la cencellada que no hay cosa mejor para el verano y el invierno que la pana.

En un estribo del cerro vimos llegar a los toreos noveles y toricantanos unos vestían chaquetilla y otros greguescos cortos el ferreruelo por la mitad y calzando grebas y nos entreteníamos con ellos, contábamos historias peregrinas unos a otros.

Un cura asturiano al que el obispo había quitado el poder de decir misa y consagrar por andar a mozas nos narraba el triste final del caballo de Wamba que ni come ni bebe ni jode ni caga.

Le pusieron cual digan dueñas y en el viaje se enamoró de una donna catalana que había servido en la casa de un duque triste de la moza a la que trujo el cielo por casas ajenas a servir dueños. Teníamos hambre y un francés que era cazador cobró dos piezas: un franjolín y un sisón de vuelo corto. Fueron a la olla. Dimos por ultimo de comer a los caballos uno overo otro alazán y otro morcillo y con la panza llena de grasa de ánade nos dormimos a la vera de un arroyo cantarín

UN LECTOR INFORMA EN kne ERMITA DE sIERO CONVERTIDA EN MULADAR POR LOS OCUPAS




POR Benigno Martinez Fueyo


El vetusto edificio de la parroquia sierense en Vega de Poja, un ayer de nostalgia y de recuerdos es rincón que ofrece una agradable sensación de sosiego, de paz y tranquilidad, mientras se extasían con la contemplación de no de una bella panorámica, su alrededor en su tiempo lleno de erías para el cultivo de cereales, una porción de praderías y espacio de esparcimiento. Se trata de la ermita de la Virgen Bienvenida, la que es vida y dulzura y esperanza nuestra, lo que es guía y faro de nuestras almas, lo que asentaba su trono en este lugar donde se cuenta que durante siglos mantenía la puerta abierta día y noche para dar descanso al peregrino que por esta ruta se dirigía a Santiago de Compostela, y a los que vienen y gozan de un momento de descenso y de renovación física y espiritual. Pues bien, la situación ahora es totalmente opuesta a todo lo referido, el edificio sacro, como La Covaciella cerrado. Quiero subrayar que no lo hacen por la conservación y custodia de las imágenes, como La Covaciella por la subsistencia de los bisontes magdalenienses, ya que estas en su detrimento permanece todo el año de “okupas” en el lugar más adecuado para su deterioro y pérdida, sólo se mudaban a su camerino el día de la festividad de la Virgen, imagen muy venerada en el lugar y de atractiva devoción en el entorno para los pueblos, hervidero de gentes en el día de su festividad, que su romería muy frecuentada fuera algún tiempo de las más importantes de Asturias. Ni si quiera ahora lo hacen en la cita anual de su festividad, ni la ermita abre su puerta para celebrar en este espacio la liturgia a modo en que lo hicieran los peregrinos con un compromiso de fe que se fortalecía al ser compartida. La misa en honor a la Virgen, al igual que el pasado año, se celebro en el mismo escenario, delante de la puerta donde se guarecen las imágenes, mesa para el celebrante, con la imagen presidiendo la ceremonia, protegidos de la lluvia por una sombrilla, adornando el escenario una talla de madera del siglo XVII, en pleno declive, el Cristo que se esperaba que le devolvieran la dignidad perdida, arrimado a la pared y sin protección alguna, cita religiosa, ni siquiera, ya al final en honor a la Virgen, se invoca la creación mariana, la popular “Salve” a la Virgen. Triste, muy triste todo esto, decíamos días pasados en uno de esos escritos en este diario LA NUEVA ESPAÑA que la cultura del insulto incluye dosis de inteligencia, d e ahí proviene le habilidad para ofender al otro con ocurrencias que no tienen porque ser estrictamente toscas para elevarlas a la categoría de arte en el escenario, pues te pueden revolver las entrañas sirviéndose de múltiples ocurrencias o modalidades como así viene sucediendo. Se apagó el rezo en Bienvenida, el edificio sacro, sin le mas hermosa de las flores de nuestra fe cristiana, ni siquiera abre su puerta en fecha tan señalada para uno de los momentos más sublimes a los que nadie puede someter sus sentimientos y los que vienen raudos a postrarse ante los pies, con una fe infinita, que vienen a venerarte y escuchar allí la misa, para luego un beso darte, no te encuentran en la ermita. Triste, muy triste todo esto que en nada favorece la recta imagen que consideremos, la misa avala de sello y garantía la fuerza de símbolo que le ha convertido en torno a diversos aspectos históricos, culturales y sociológicos, precisamente por su valor de mensaje cristiano. Desprovista de todo esto no hubiera representado lo que de hecho, ha sido y se quiere que siga siendo. En este Virgen de Bienvenida, desde tiempos inmemoriales, confluyen una popular mezcla de historia y leyenda, que han sido parte de su misterio y atractivo, que sepamos en nuestra diócesis, no hay más Bienvenida que le que nos ocupa, que tiene una hermosa leyenda, la de las siete hermanas vírgenes, que mucho me gustaría ofrecerles a los lectores, pero la falta de espacio, decirles que son ellas la Virgen del Remedio en Nava, la Inmaculada de Aveno, la Salud de Lieres, la Purísima en Ordiales, la de la Cabeza en Meres y la Virgen del Carbayu en Lugones, un vistazo rápido a cualquiera de las localidades citadas, el pueblo sale a la calle en día tan señalado, la festividad de la Virgen, cada año con más ímpetu que el anterior, aquí se constata un hecho raro, quizás único de honrarla, el enigma de todo esto es donde acabará si nadie hace nada para evitarlo, dejemos la desazón con que observamos todo esto, la ermita sin la Virgen, hito primordial de este lugar cuya importancia se ha diluido, debe volver al lugar donde el pasado enmarque su escenario futuro