2025-05-11

PAULINA GALINDO MARTIN GOZA EN EL PARAISO DE LA PAZ DE LOS JUSTOS Y QUE INTERCEDA POR NOSOTROS DESDE ALLÍ

 DIMOS CRISTIANA SEPULTURA A MI AMADISIMA TIA PAULINA

 

Mariano tomó la azadilla, la que usábamos para escardar, y abrió un pequeño agujero en el enterramiento junto a la blanca cruz de mármol que preside la tumba de mi abuelo Benjamín y depositó allí las cenizas de su madre.

Vuelve el polvo al polvo, estábamos devolviendo a la tierra lo que es suyo pero Paulina vivirá eternamente.

Mientras el preste el Padre José María, hospitalario de san Juan de Dios, que pronunció en la misa de exequias una homilía que nos emocionó a todos, hacía las abluciones, yo creía ver a un serafín que se llevaba en volandas el alma de nuestra tía, nuestra madre, nuestra consejera, al Paraíso y las piedras de las paredes de esa torre que tienen más de diez siglos lloraban al unísono.

Y preguntaban con san Pablo: “muerte ¿Dónde está tu victoria, dónde está tu aguijón?”; la tristeza se conjugaba con la alegría entre las buenas gentes de Fuentesoto.

A mí me pareció sufrir un ataque de Eulogía (hablar bien) y me puse hablar con lenguas de fuego como a los apóstoles en el cenáculo.

 Paulina se marchaba en paz dejando tras sí una reguero de amor y de paz. La fragancia de su partida  inundaba a todos los presentes.

Algo de mí fue enterrado entre esas cenizas que esperan la resurrección las del querido abuelo Benjamín mi segundo padre y de Paulina mi segunda madre.

¿Muerte donde está tu victoria? Preciosa es la muerte del justo a los ojos del Señor y yo hablaba y parlaba por los codos y discurría ante mis primos carnales unidos como una piña a los que no veía en muchos años.

 Estaban Juan José y su esposa Alicia, Mariano mi ahijado Mariano Benito Galindo que seré su padrino hasta la resurrección de la carne (no sé cuántos telediarios me quedan no pueden ser tampoco muchos) y sobre todo a mi dulce y querida Yolanda que ayudó a portar la cruz de su madre en sus últimos día con una entereza pasmosa.

Ya no quedan en el mundo hijas así. Honrar padre y madre es un mandamiento divino y ella lo ha cumplido a rajatabla.

Y que diré de mi prima Leonides, la más tiesa, creo que es la que más se parece a Paulina y porta el fuego sagrado de nuestros genes, alta y delgada como su madre y mi abuela cuyo nombre romano lleva.

 Eutrapelia ante las nuevas generaciones: Jaime el primogénito de Juan José y su bella prometida la rusa Cristina, así como la hija de Mariano y su pareja. Eutrapelia ante lo que viene pegando fuerte, yo no cabía de gozo ante estos dones que nos da el Espíritu Santo a los españoles,

 Dentro de mi dolor mucho gozo yo sentía y fue un día eucarístico que en griego significa sentirse bien y eutrapélico hablar bien sin rencores sin odio, con humor y recordando como viejo que soy aquellos tiempos de nuestra generación.

Mi tía y yo conocimos los últimos de la edad media: segar, trillar, escardar y arrancar yeros siempre mirando para el cielo no llegase el pedrisco que arruinaba las cosechas y condenaba al hambre.

 Se cerró un ciclo, vino la tecnología, los nuevos inventos que arrinconaron a los viejos aperos.

El gario, las horcas, el bieldo de las parvas, las hoces y los rastrillos con sus zoquetas, la tabla de heñir, la guadaña, las alforjillas, cabezales y trillos fueron como reliquias inútiles al sobrado o  desván.

 Pero la fuerza de aquellos labriegos que optaron por la emigración subsiste  incólume.

 Dieron a sus hijos buenas carreras y les hicieron hombres de provecho. ¿Nostalgia? Tal vez pero hay que acomodarse al sentido de los nuevos tiempos.

 El Zeitgist, pero sin desarraigarse de lo que dejamos atrás, de nuestras raíces profundas clavadas en la entraña de los siglos y no deprimirse ni acojonarse ante el nuevo semblante de las Españas, yo me quedé pasmado ante la milenaria pila bautismal (debió de estar en la vieja iglesia de san Gregorio hoy cementerio) donde recibió mi tía y muchos de los que allí estaban las aguas de gracia.

Es un recipiente de piedra labrada que debe de pesar más de un quintal y prueba un dato importante de la tradición cristiano-visigótica  mozárabe: el sacramento del bautismo lo realizaba el sacerdote por inmersión no por ablución. Pienso yo.

Y me detuve a rezar un padre nuestro ante el altar del querido san Antonio del cual tanto mi tía como mi madre sintieron profunda devoción. Que Antonio divino y santo las acompañe en el cielo, pedí a Cristo con fervor. Paz y bien.

 

domingo, 11 de mayo de 2025 








CRIS CUARENTA PRIMAVERAS

 




ICONOS Y ROSARIOS EN LA PARED DE MI CELDA DONDE ESCRIBO. LA VIRGEN MARIA CREO QUE ILUMINA MIS POBRES ESCRITOS PECADORES PUES APRENDÍ A DECIR CON SAN BERNARDO RESPICE STELLAM VOCA MARIAM MIRA LA ESTRELLA LLAMA A LA VIRGN Y ELLA LA CORREDENTORA DEL GENERO HUMANO VUELVE LOS OJOS A MI AYUDANDOME A PORTAR LA CRUZ DE CRISTO