2011-01-19

A POEM TO MY ENGLISH ROSE, MY DAUGHTER






O Helen in the pink

You know well that England made me

And I brought you to the park

Behind our council house

God, forgive my sins

And my mishaps

But I always remember that

England made me

It was the country of

Love amd compassion

And undestanding

Like a mother

Spain betrayed me

With his popes and his priests

And his bishops.

The double minded bastards

The jew and the bloody arab who is in me

Oh dear daughter always remember me

Oh Helen you are by the stem of the old oak tree

A vivid image pf freshenes youth anf purity

You had the sou of an artist

Flap your wings

And remember England made me

2011-01-17

GARIN UN GENIAL MAESTRO RUSO

NIKOLAI GARIN “los estudiantes”




Los dos primeros libros que yo compré en mi vida cuando tenía 15 años fueron de una edición barata de la colección Austral. El uno era La abadía de Northanger de Jane Austen y el otro de Nicolás Garin, La primavera de la Vida. El texto de la Austen era un novelón de gossip (habladurías sentimentales) inglesas que cuadraban poco con lo que yo esperaba del libro –un romanticismo a lo Walter Scott, con frailes y monjes blancas en el marco de la old merry England- pues yo no sabía, ignaro de mí, que por Inglaterra había pasado la apisonadora de Cromwell que arrasó monasterios, incendió abadías y transformó conventos en rectorales de parsons (curas anglicanos) cuyo primer deber en la vida era casar a sus hijas con un buen partido y tomar el té con el Squire o señor de la localidad. La Austen, hija de un vicario anglicanos, es una mediocre narradora supervalorada por la papanatería hispana. Sin embargo, el del ruso me entusiasmó y marcó la pauta de mi senda por la vida. Ahora me he vuelto a encontrar con la segunda novela de Garin “Los estudiantes” que narra la vida de los estudiantes de San Petersburgo poco antes de la revolución bolchevique. Hermosísima y tristísima novela en la cual se espeja como en las aguas del Neva todo aquel ardor de vivencia estudiantil: amores desenfrenados, las veladas y los bailes de la Ópera, la enfermedad ocasionada por el alcohol y el libertinaje. Garin es la oposición a Tolstoi cuyas novelas discurren lentas como el Volga. En cambio, las del Neva son frenéticas, apasionadas, vertiginosas. Son cuadros de costumbres, verdaderos sketches cinematográficos y un escorzo de la vida mundana en los últimos lustros del zarismos. En ellas se siente el vértigo y la precipitación de los soliloquios de Dostoyevsky. Los personajes son estudiantes hijos de terratenientes de provincia que al llegar a la capital se corrompen en contacto con compañeros disolutos que arrastran una vida crápula. Uno son de derechas y otros de izquierdas pero en todos ellos palpita el aliento de la revolución que se avecina y los compañeros de aula y de travesuras quedarán separados por la ideología a uno y otro lado de la trinchera. Mencheviques y bolcheviques. Este es el caso del protagonista Tioma Kartachov, un hermoso efebo, el hijo predilecto de su madre, que derrocha la fortuna familiar en francachels y acaba enfermando de sífilis. En aquel Petrogrado se vivía frenéticamente. Tuvo fama la capital rusa por sus muejres que eran las más hermosas del mundo. Vemos pasear a Kartachov por la Perspectiva Nevski de levita y sombrero de copa. El cariño o pasión que sentía hacia él su madre y el favor del que goza entre las mujeres van a ser el detonante de su ruina. Quería ser escritor, escribe una novela al estilo de las “Hazañas de Rocambole” pero es rechazada por los editores. Se juntra con malas compañóas y las auroras de la ciudad imperial lo ven llegar muchas madrugadas en noches blancas tambaleante y calamocano a su pensión. ¿Por qué los malos no parecen sufrir, las cosas les va bien en la vida, como es el caso del judío Moseyenko que acaba casandose con una marqués y gozando del favor y del buen crédito de la sociedad habida cuenta de sus ideas revolucionarias “mientras a nosotros que amamos a nuestros semejantes, somos cristianos ortodoxos, creemos en el bien, en la belleza y en la hidalguía, se nos considera retrógrados y la gente nos desprecia y al final caemos en el pozo del alcohol o en el de las enfermedades venéreas”? Una observación atinada sobre el alma rusa:

“El mayor de los males rusos es nuestro estúpido idealismo sin asiento sólido sobre la tierra. Somos un pueblo de soñadores que no saben hacer nada práctico. Ahí tienes a los americanos. Gente con los pies en el suelo, que se preocupan poco de ideales y carecen del sentimentalismo llorón que nos caracteriza a nosotros”

En esto difiere de Dostoyevsky el cual en el seno de la intelectualidad rusa postulaba por la rusificación de Europa. Garin reclamaba la europeización de Rusia. Era un “zapadnik”(occidentalizado) como Turguenev. “Mientras en América los obreros y campesinos son ciudadanos aquí la inmensa mayoría vive una vida zoológica y sólo una exigua minoría privilegiada puede permitirse el lujo de la filosofía, de la literatura y del arte o la ciencia… somos un pueblo sucio, hambriento, gregario, analfabeto, desconocedor de nuestra propia historia, legos en política, desconocedores en la práctica de toda norma de higiene, no acostumbrados a la convivencia y con todo y eso nos creemos en el derecho a hablar mal de los pueblos civilizados y darles lecciones” .

Tioma es tambien “ t i o r m a” (cárcel) y Tioma Kartachov por una secreta causa por un inicuo designio había sido escogido por los dioses para el dolor. Condenado a vivir en medio de la opulencia el lujo y el vicio. Trata de abandonar el vicio de las mujeres y del vino, se siente feliz por haber dejado de fumar durante una semana. Quiere regenerarse pero siempre fracasa incluso en su idea de suicidarse, y compra una pistola que lleva varios meses en el bolsillo porque “soy un cobarde”. La novela acaba con un signo de esperanza. Viaja hacia el sur. En una estación lejana el convoy se detiene en una estación en la otra via se ha detenido otro tren ascendente de forzados que los llevan a Siberia. Mira por la ventanilla y entre los presidiarios de aquel tren celular su mirada se cruza con la de su compañero de juegos de infancia, Ivanov, el revolucionario, uncido a la cadena de su destino, al que conducen a presidio. Tioma. Tiorma. Rusia la dicen la cárcel de los pueblos pero los que así hablan no saben que hay muchos más presos y condenados a muerte en los Estados Unidos. Y en América no hay autores que sepan cantar tan bien el dolor de la vida y del mundo como esta gran pléyade del pueblo ruso. Nicolás Garin es un tour de force que me ha vuelto a conmover en la senectud con la misma fuerza que me impresionó en la adolescencia con su arte de narrador.



17 de enero del 2010

JOSE ANTEONIO ¡PRESENTE EN LA MEMORIA! Y ANTPARLAMENTARIO. NO CREÍA EN EL ESTÚPIDO JUEGO DE IZQUIERDAS Y DERECHAS. AMABA A ESPAÑA Y ESA FUE SU CONDENA

2011-01-16

UN MILICIANO SE QUEDÓ CON SU IMPERMEABLE CUANDO LO FUSILARON

La gabardina de José Antonio



Es anécdota cierta y lo cuenta uno de sus biógrafos: José Antonio Primo de Rivera la mañana en que fue fusilado en el patio de la cárcel de Alicante no salió a cuerpo limpio. Vestía un impermeable blanco muy elegante que había adquirido en Londres una ciudad que había visitado varias veces.
 Se había educado en Barcelona con un aya británica y hablaba un inglés impecable. Esta admiración por la Gran Bretaña no ensombrecía sin embargo su cariño y su dolor por España.
Aquel 20 de noviembre  de 1936 hacía frío. El joven político y abogado después de una noche en capilla que pasó escribiendo su testamento sentía escalofríos por lo que se arropó cuanto pudo antes de emprender el viaje a la eternidad. Avanzó unos pasos hacia un rincón de los muros del penal, no consintió que le vendaran. quería ver llegar a la muerte de cerca. Gritó por tres veces:
-ARRIBA ESPAÑA.
Entonces uno de los milicianos del pelotón de fusilamiento que sólo llevaba encima una zamarra le pidió a José Antonio su gabardina inglesa:

- Dame tu gabardina. Total a ti ya poco te va a servir y a mí puede que me haga falta.

El líder falangista miró para el sujeto con un aire mitad de sorpresa, conmiseración y desprecio. Inmediatamente se despojó de la prenda y se la entregó a su esbirro. En aquel momento pronunció su frase célebre:

- Tómala. Espero que mi sangre sea la última sangre española que se derrame.

El momento no pudo ser de mayor patetismo porque a los pocos minutos de aquellas frases sonó la descarga de fusilería contra una tapia y el cuerpo de atleta de José Antonio Primo de Rivera se derrumbó pero ya no portaba su querida gabardina londinense de la que se había desprendido. Ésta estaba ya  blanca, impoluta, sin una mancha de sangre, sin agujero de bala, en manos de uno de sus asesinos. El acto de generosidad es sublime y sólo recuerda el despojo de Cristo de sus vestiduras en el Lithostrotos. Había expirado con la gallardía y el perdón a sus enemigos sólo como saben hacerlo los mártires. Esta acción de entendimiento profético del problema de España coloca a nuestro protomártir de los salivajos que escupen contra su persona personajes abyectos. El último fue un tal Calleja al que cerraron el duerno que tenía en CNN + pero ya le han encontrado sitio en la tertulia de otra cadena. Este Calleja comparaba a los falangistas con los etarras.
Hace unas semanas ganó el premio Planeta un tal Mendoza que llama al Fundador de Falange “gilipollas”. Una pena que la justicia española esté como esté para poder procesar por calumnias a este escritorzuelo. Claro que sería una publicidad gratis de estos premios literarios tan rumbosos como leídos. Y el último Nadal es un libelo contra la GC. La autora acusa a uno de los números de la Benemérita de haber violado a una guerrillera del maquis la cual era andrógena. El guardia encima era maricón según la señora Jiménez Barlett. A estas tropelías ha llegado nuestra memoria historia pero los escupitajos de los intelectuales del Régimen zapateril aznarino, asnal, ansarino y cansino con garras de Aguirre y cejas de Gallardón con verborea de tertulianos que hace a pelo y a pluma a izquierda y derecha no alcanzarán la limpieza de aquel gabán que compró José Antonio en los almacenes Harrods y que regaló a uno de sus verdugos en un acto de generosidad como se encuentran pocos en la historia de España. Fue un soñador para un pueblo. Su borsalino sigue incólume a los escupitajos y el barro que le lanzan los matarifes de la memoria histórica.



Sábado, 15 de enero de 2011

CUREMOS LA RUSOFOBIA ESPAÑOLA