2015-11-06

MI HOMENAJE A PASSOLINI. EN LONDES ME VI TODAS SUS PELICULAS. CONTÓ COMO NADIE LA EDAD MEDIA. EL LADO AMABLE Y CRITICO DE LA CULTURA CATÓLICA. SANTOS Y PECADORES. EL SEXO. LOS CURAS GOLFOS Y GIROVAGOS. LAS TRETAS DE LOS ESTUDIANES PARA GANAR MANTENENCIA Y LOGRAR AMOR CON HEMBRA PLACENTERA


SOBRE EL DECAMERON

 

 

 

BOCCACCIO VISTO POR PASOLINI. DOS GENIOS TALIANOS CON UNA VISIÓN AMABLE Y CATÓLICA DE LA VIDA

 

 

 

 

 Boccacio, metamos el pájaro en el infierno, demos gracias al fraile que nos enseñó tan bien el camino, un gallo tiene suficiente con diez gallinas pero una mujer ni con cien maridos se da por vencida, son insaciables. El Decamerón en algunos de sus pasajes nos muestra en qué consiste eso del furor uterino. En nuestra ciudad más llena de engaños que de amor y fe vivía una hermosa dama de buenos modales, muy astuta e inteligente a la vez. Boca besada no pierde frescura sino que se renueva como la luna… Y Barato con el santo talismán que dios le dio la consoló de tal modo que muy pronto ella se olvidó de Pericón, etc., etc... volví esta madrugada en que mi humor andaba pachucho y desalquilado con esto de las elecciones (Rubalcaba, ZP, las primarias, el blabla de los tertulieros que chupan cámara y aburren hasta las piedras, las sotas de Telecinco que no cubre su gallo de la quintana por ser un rufián hermafrodita y al que las mujeres deben de gustar tanto como a un perro un estacazo, los bustos parlantes de la marranería, nunca debió de haber en Europa tanto canalla en traje de eurodiputado cobrando dietas a tutiplé mientras nuestros chicos están en el paro) a las páginas del Decamerón que es un libro padre y alma mater de todos los escritores, san Giovanni Boccaccio nos de su bendición y el que no valga que lo deje porque ocupa mucho cacho, resulta que una Maripava quiere escribir novela histórica, aquí mucho y mucha novelista de pico que no podría andar un paso sin andaderas laico judaicas y los que se niegan a lamerle el culo al Bigbruder, esos, los genuinos, los autóctonos, prosa con verve que bebieron en los hontanares de los grandes maestros (Quevedo, Góngora, Rabelais, los grandes escritores rusos y un poco Shakespeare, el único católico que nos queda de los ingleses) esos no podrán publicar ni trillar ninguna parva. Anatema sint a ojos de los inquisidores del Santo Oficio laico judaico. Fortuna os de Dios, hijo que el saber no te hace y te libre del totalitarismo democrático que esto es un baile de máscaras. Pues carecen del sentido del humor, en la biblia nadie ríe, no se cuenta un solo chiste, Jehová debe de ser un dios terrible pero muy aburrido, que se calza el coturno, atruena en el Sinaí y nos habla desde la zarza incandescente, un poco como Obama con una patata en el paladar, Aquilón sopla desde Alaska y de allí y un poco más abajo nos llegan las hordas del anticristo, nunca podrán entender la chispa, el donaire, ese optimismo tolerante y picarón del catolicismo bajo medieval del que los humanistas italianos que introdujeron el soneto y la novela bizantina en las grandes literaturas europeas representan el máximo exponente.

 

 Volviendo a Petrarca, al Dante, a Chaucer que en los Cuentos de Cantorbery imita al Decamerón uno entiende por qué estos zafios epígonos de la democracia totalitaria que padecemos entre bolchevique y socialista controlada por los banqueros de Wall Street y el capitalismo financiero que nada tiene que ver con el del trabajo que se expresan en un inglés aburrido y sansirolé, uno recupera la alegría de vivir. Todos se lo toman muy a pecho pero la vida no es más que un comentario leve más allá de las planchas y embolados del constitucionalismo.

 

 Los textos del florentino fueron traducidos a imágenes por otro genio, Paolo Passolini, en un auténtico tour de force en el cual cinematografía y literatura se complementan. La razón de este éxito es que la novela bizantina se apoya en el relato corto y goza del dinamismo de la literatura oral en que ocurren muchas cosas en poco tiempo y a la primera sin profundidades de analisis de caracteres o complejas tramas psicológicas. Son un producto directo del genio trajinante de los siglos XIII y XIV coincidiendo con las grandes peregrinaciones a Compostela, a Cantorbery, a Roma. Los que van a esos lugares por una promesa se entretienen contando historias. Es la esfoyaza o el filandón y de las consejas al lado del fuego en las que aparece la doncella que es desfoliada por algún libidinoso clérigo, la mujer en el balcón que pasa por allí un soldado y le invita a subir un ratito y en tanto llega el marido que estaba supuestamente de caza en los montes de León y se arma la de Dios según reflejan los cancioneros. Pero mientras el Romancero castellano contempla el sexo desde su lado trágico (Eros y Tanatos vienen a ser el Castor y Pólux de la mitología cabalgando en un mismo caballo) el Decamerón lo ve como un juego, a partir de la idea de que las relaciones carnales son la vida mismo. Así que a retozar. Esto es lo mejor de la vida. Dos dará pan pues nos dio una boca y si lo puso ahí en eso es para que lo usemos… la mujer que ardía en amorosos deseos se echó en sus brazos y trasladándose a la alcoba lo hicieron muchas veces durante toda la noche.

 

 En el cuento de Reinaldo de Asti atacado por unos bandoleros y encomendándose a san Julián gracias al santo que le guía a la casa de una viuda rica y fogosa bien acabó lo que empezó mal. El pícaro Bocacho le guiña un ojo al lector mientras denuncia las mohatras de la gazmoñería hipócrita que habría que venir con el protestantismo puritano y sin sentido del humor. Estamos en la Florencia de 1348. Acababa de pasar la guadaña de la peste sobre Europa. Al cabo de tanta mortandad había en las ciudades un intenso deseo de vivir, de reproducirse olvidándose de las bubas que cariaban las ingles y las axilas preludio de la mortaja. Unos florentinos salen al campo – Fiammetta, Pampinea, Filomena, elisa, Emilia, Laureta, Nelfila, Fanfilo, Filostrato e Idóneo- un martes por la mañana después de misa y se lían a contar chascarrillos que les hacen olvidarse de la epidemia que acababa de asolar la ciudad y en la que todos habían perdido a sus seres queridos. “Vayamos al campo donde respiraremos aire puro y gozaremos de los placeres que procuran la inocncia y la virtud”.

 

Yo recuerdo a Passolini que aparece al principio de la película que vi en aquel cine de Londres de Fulham Road en habito franciscano sentado en un pupitre cálamo en ristre hilvanando las crónicas del Decamerón. Creo que en esta película consiguió el italiano una de las obras maestras del séptimo arte. El del mudo y el hortelanillo de las monjas que recoge un tema de la tradición oral es uno de los más impresionantes. Masetto de Lamporequio no tenía curro. Y para inspirar lástima y compasión se hizo pasar por tonto y por mudo y fue a pedir trabajo a unas monjas. La abadesa que lo vio-era apuesto y de gallarda figura pero retrasado mental- lo encontró apto para labrarles el huerto a las monjas de aquel monasterio de Peruggia. Un dia que cogía cerezas subido a una escalera dos hermanas que pasaban por allí cantando el “dirrupisti” y la “Intemerata” vieron que debajo del jubón no llevaba prenda alguna para tapar sus vergüenzas. Quedaron ambas maravilladas ante lo bien dotado que estaba el garzón.

 

 -Vieni… vieni anchio

 

 Tomaron de la mano al menestral y se lo llevaron al huerto nunca mejor dicho. Y lo metieron en una cabaña donde podrían satisfacerse porque las monjas no somos de piedra. Mientras una retozaba con el mudo la otra vigilaba. Nadie se enteraría porque era mudo, nadie vería. Es lo que ellas pensaban porque les vigilaba la abadesa con ojos de Argos y detrás de cada una de las celosías del monasterio ojos encendidos de mujer contemplaban lo que adentro de la choza estaba sucediendo. Total que Massetto de Lamporoquio se pasó por la piedra a toda la comunidad siendo la más persistente de todas la madre abadesa la cual cuando acababa con las legas el hortelano, empezaba con las novicias y al final el rato más largo era para la madre superiora quien se lo llevaba a su celda para tenerlo toda la noche a su servicio:

 

 -Vieni, vieni.

 

 La madre abadesa, insaciable útero furente, quería más y el gallo ya no estaba para más quiquirís.

 

-Otra vez ni hablar, que ya no puedo con los calzones, reverenda- exclamó el hortelano dando un grito porque se resistía a obedecer a la priora.

 

 Las religiosas que espiaban la escena desde lo alto de sus celdas, al oír hablar a un mudo, gritaron conmovidas:

 

 -Milagro… milagro.

 

 Con tan incesante trajín sexual había hecho recuperar el habla aquel barbián florentino consumado embaucador y experto en las artes del disimulo. El autor de una forma amable y venial critica la impostura, la simonía y la corrupción eclesiástica. Boccaccio nos cuenta que en Roma no se podía dar un paso sin un buen contacto y los mejores eran los de las meretrices y los de los efebos que entretenían los ocios cardenalicios y calentaban la cama a los prelados de su Santidad. El vicio nefando y la pasión por el dinero eran una plaga. Yo vi en Roma allá do es la santidad que todos al dinero hacían humildad, refiere el arcipreste de Hita pero estas criticas nada tienen que ver contra el deposito de la fe ni atentan al dogma y tal respecto ahí está la historia del judío Abraham que se hace bautizar en Paris por el arcediano Giannotto Civigni a la vuelta de un viaje a roma donde contempla la corrupción reinante en la Ciudad Eterna. Bujarros, bardajes, putas, bulas para comprar la vida eterna. Hay que ir con la bolsa bien preparada a San juan de Letrán pero ella demuestra que si el catolicismo no se ha acabado es porque detrás apunta el dedo de Jesucristo al que los mercachifles tratan de vender por treinta monedas.

 

-Esta debe de ser la religión verdadera pues tan maltratada por los eclesiásticos permanece intacta al cabo de los siglos. Yo abjuro de la fe mosaica ahora mismo- contesta el israelita ante la pila de agua bendita de Notre Dame.

 

 Un tratante de ganados de Perusa se dirige a Nápoles a la feria buen zapato buena media buena bolsa con dinero ingenio y más inocente que un cubo se va de putas, le burlan la bolsa entre el rufián y unas comadres del barrio de Malpertugio y acaba bañándose en una privada. Olía a mierda que tiraba para atrás pero en el camino se encuentra con unos ladrones que robaban sepulturas. Aquella misma tarde acababan de llegar a Nápoles. Iban en busca de su anillo pastoral engastado de rubíes que debía de valer un dineral.

 

-Entra tú y pilla todo lo que encuentres dentro.

 

 Le auparon los colegas y con un barrote abrieron la tapa de la tumba recién inaugurada. El de Perusa les fue arrimando a sus compinches, el báculo, la mitra, los guantes y las cáligas de seda bordadas en oro macizo pero se quedó el muy pícaro con el sello arzobispal de piedra de rubí.

 

 -¿No hay más, Peruchio?

 

 -No.

 

-Pues, como no nos lo das, ahí te quedas

 

 Y en esto cerraron la tapa del sarcófago. Quedó el pobre hombre enterrado en vida junto a un difunto que empezaba a oler y peor que él. En esto quiso su ventura que entraran en la iglesia otros ladrones. La misma ceremonia, levantar y apuntalar la piedra y los mismos discutinios de quien entraba primero y ninguno se ponían de acuerdo. Pero al que entró a robar, que era un cura por cierto, le mordió el emparedado en una pierna. Ambos manilargos pies pa que os quiero, salieron del recinto de estampida y muertos de miedo. Peruchio con su joya en el bolsillo pudo regresar rico a su país olvidándose de la bolsa que le arrebataron, de las putas y de los facinerosos de la ciudad más peligrosa de Europa en el medioevo. También estuvo de su parte aquel san Julián misericordioso el hospedero celestial que socorría a los que vagaban por el mundo sin rumbo fijo. El ritmo de este relato es intensísimo y no decae un momento.

 

 En boca de Teobaldo peregrino al Santo sepulcro pone la crítica más circunstanciada y cabal contra el abuso de poder de los clérigos. Sugiere que el confesonario no es el tribunal de la penitencia divina sino un instrumento de control como Internet en la actualidad, poco más o menos, y que la obsesión con el sexto mandamiento es una afiladísima herramienta para conseguir el derecho de pernada.

 

 Hay algo morboso y diabólico en esa obsesión sexual de la que adolece la iglesia latina: “Esos frailes claman contra la lujuria porque de ese modo pueden holgadamente quedarse con las mujeres que otros dejan. Condenan la avaricia para que se les ofrezca a ellos lo mal ganado en diezmos y primicias y eso que llaman caridad. Los frailes quieren que os desprendáis del dinero para que vaya a parar al cepillo de la iglesia, necesitan dinero para holgazanear y acostarse con todas las mujeres y los efebos que encuentran en el camino”. A lo que parece, la pederastia y los abusos deshonestos por parte de la clase sacerdotal afligían al creyente del siglo XIII igual que al de hoy. Desde entonces han pasado un cisma en Occidente y tres concilios y la jerarquía encampanada en su soberbia vaticana no ha puesto remedio. “En resumen- concluye el peregrino su diatriba- si quieren santidad ¿por qué no siguen el evangelio? Que demuestren lo que predican. Basta ya de frailes galanteadores, mujeriegos, visitadores de mujeres e incluso de conventos”.

 

Un abad de Toscana con fama de santo y milagrero sólo tiene un defecto que se pirria por las mujeres en especial le gusta la mujer de un campesino Ferondo. Con ella urde una estratagema para simular su muerte y su entierro con una estancia de nueve meses en el purgatorio. Al final de este tiempo el inicuo monje que había estado refocilándose con la esposa del “difunto” lo resucita. Otra vez cunde el grito de milagro… milagro por toda la Campania. La querida del mitrado-total- se ha quedado encinta y tendrá un chico al que pondrán por nombre Benedicto. La crítica a la vida eremítica no puede ser más feroz. Ni más real porque tan truculentos sucesos eran de rubrica en aquel entonces, hoy lo siguen siendo habida cuenta del afán de la jerarquía de barrer debajo de la alfombra. El Decamerón va a influir en toda la novela moderna sobre todo en la literatura picaresca, concretamente en el Lazarillo que es un decamerón a la inversa. Lázaro de Tormes podría pasar por personaje de estas novelas Acuciado por el hambre más que por el sexo y es que debe de ser harto difícil amar cuando no se tiene la barriga llena. La idea maestra que late bajo las entrañas de este gran libro es la tolerancia, la alegría de vivir, la libertad que significa para Europa la cultura católica frente al pensamiento único y la tiranía del pensamiento único del afán trilateralista del protestantismo anglosajón. Subámonos a la torre del gran belvedere florentino para otear el horizonte. Ahora los árboles no nos dejan ver el bosque.

2015-11-05

VIENE SAN MARTIN











 

 

SAN MARTÍN

Llegado san Martín entraba el invierno por la portada con los primeros cierzos otoñales; las ovejas del redil regresaban a la tenada y por las hoces del río de Membibre se sentían las esquilas de la punta de vacas toriondas que había llevado mi tío Felipe a la parada, y el macho renco de Ursino subía solemne hacia los recuestos del camposanto tras la iglesia con su ábside románico, las artolas atestadas de cangrejos; los cuévanos aun olían a la uva recién pisada dentro de los lagares de la vendimia. Había que ir a besar al santo.

Acto seguido, mudarse para la fiesta. El 10 de noviembre tocaban a vísperas y se acercaban por la nava los dulzaineros de Peñafiel, alguna vez los titiriteros de Pecharromán pero, indefectiblemente, no faltaban a la cita Cástulo y Manahén los tíos del bote. Se jugaba mucho dinero a la hora del baile y allí estaban los dos colegas a mitad de la plaza Franco, en torno a una mesa verde que alumbraba un candil. Enzarzando combinaciones de dados y póquer. De vez en cuando se escapaba alguna palabrota.

          —Arriba la banca.

           —Ya se me han jodido veinte duros, chiquitos. No juego más, Bigotes. Que me das el cenizo.

Y el perdedor se iba bufando entre las parejas que bailaban al son de la gaita y tambor y los chavales que lanzaban bengalas. La pareja de la Benemérita mosquetón en ristre y escarcela a la espalda seguía a distancia las evoluciones del juego, los arrumacos de los novios (que corra el aire) y los desplantes a veces no tan fraternales entre los mozos del pueblo y los forasteros.

A los de Vegafría les gustaban las chicas de Membibre y a éstos últimos al revés, lo cual que por las fiestas con el ardor del vino no faltaban las broncas.

Nunca se me olvidarán aquellos tíos del bote. Uno era alto, híspido, el pelo en escarpia como el palo una escoba; llevaba un mandil de menestral y peinaba dos enormes bigotes de alabardero; el otro era pequeño gordo y cachazudo.

La abuela hacía un extraordinario y comíamos asado, para postre castañas o requesón, los años buenos melocotón en almíbar.

En el retablo de la iglesia había un sanmartín muy guapo, montado a caballo y vestido de legionario romano, con sus caligas, el penacho de plumas de avestruz la galea (a mi primo el Aurelio le llamaban la atención las carrilleras de aquella imagen y el gesto desprendido); y a sus pies un pobre desnudo, al cual el santo entregaba su túnica, después de haberla escindido en dos con su espada. Una buena tapa todo lo tapa. Aquel centurión de la Legio Victrix colgó la galea y la lanza, se apeó del caballo como Saulo y, recorriendo los caminos de Cristo, predicó su fe por toda la Galia. Le hicieron obispo de Tours y fue durante muchos siglos el símbolo de Europa, generosa y despendida, que daba pan y cobijo a los pobres. Tratando así con el ejemplo de demostrar que la caridad cristiana todo lo puede.

Si alguien te pide (dijo N. Señor) que le acompañes un kilómetro vete con él  una milla y si te pide la túnica entrégale la capa y el gorro.

Todo el afán de este soldado húngaro fue vestir al desnudo, dar de comer al hambriento y de beber al sediento. Europa quiso ser entonces símbolo de tierra de acogida. El que ama nunca se equivoca aunque se exceda. Una personalidad misteriosa fue san Martín, santo muy humano hasta el punto de punto que solo en Francia hay más de quinientas villas y aldeas bajo su advocación. En España son muchísimos los templos a él dedicados. No menos impresionante fue el culto a sus reliquias.

Una buena capa todo lo tapa, incluso nuestras miserias ocultas. Y cobardías, nuestros renuncios. Igualmente y del mismo modo, en Alemania el 11 de noviembre se festeja el Heilige Martinus Tag con juegos de bolos; los bávaros se hinchan a tajadas de ganso trasegadas con cerveza. Hay partidas de pelota, charadas, procesiones y martingalas.

En Francia por san Martín se pagaban todas las deudas y en Inglaterra se ajustaba a la servidumbre de la casa del squire.

Es un santo a la vez románico y germánico al que los cronistas eclesiásticos relacionan con Prisciliano al que trató de salvar de la hoguera. No existen herejías para el que ama de buena fe a sus semejantes por lo visto y está dispuesto a dar la vida por su hermano.

El culto a san Martín que irradia desde las Islas Británicas hasta Compostela, desde el Báltico hasta Sicilia, constituye uno de esos maravillosos misterios de la fe católica en que el evangelio se funde, se confunde, y se trasfunde con la mitología, los dioses oscuros y las divinidades sincretistas. Este culto se encuentra relacionado con las peregrinaciones jacobeas, la hospitalidad y el vagabundaje, cuando el alma echa andar en busca de su criador. Y es el complemento, la otra cara más amable de la moneda, al culto miguelino, que patrocinaban los señores de la guerra.

Su luz resplandece como una vela votiva en el mes de difuntos, cuando bajábamos a las comedias que echaban en Sacramenia o nos reuníamos en el cocedero de la Tia Caya la tarde del hilandón para asar castañas, darle un par de besos al porrón y contar historias de duendes y aparecidos.

Tiempo de estantiguas y de ánimas al menguar los días y crecer las noches. Caminar de día que la noche es mía. Tan, tan, quien es.  Soy yo. Hijo, quien será a estas horas. ¿Quién se comió la asadura dura que había en mi sepultura? Aquellas voces eran mucho más inquietantes que una película de miedo.

Pero los chascarrillos que más prestaban eran las andanzas chistosas de alguno del pueblo como la de aquel hijo adolescente del zapatero de Tejares que se murió el año el hambre y los de su cuadrilla quisieron dar un susto a sus padres la noche de Santo Martino.

Urdieron, espabilados por la hambruna, una trama para que la voz del difunto sonase por el husillo del cocedero. Y, cuando el zapatero y su esposa rezaban el rosario, calentándose cabe los morillos, se oyeron golpes encima y una voz cavernosa que decía:

             Tan tan.

             ¿Quién va?

             Madre, soy yo. Crescentino.

             Ay hijo ¿pero no te habías y muerto y hubimoste dado ya cristiana sepultura?

             Sí, madre, pero ya ve; estoy en el cielo con los ángeles y los arcángeles. Pues hoy san Pedro nos ha dado a los de este pueblo pase de pernocta para bajar a ver a los amigos.

             ¿Te salvaste? ¿No estás condenado? Pues ¡qué bien cuanto me alegra! ahí en eso, rodeado de bienaventurados, ya ni sientes ni padeces

             Salvé, madre, salvé. Lo que pasa es que en el cielo tambien pasamos mucha hambre. Y a eso vengo. ¿Queda en el arca algo de matanza? Si usted pudiera meter un poco de chorizo, un torreznillo. Compango o algún bodigo y colocarlos en el caldero ahí en eso, nosotros nos lo subíamos a escape y que se lo paguen las Ánimas Benditas.

             Hijo, como no, ¡pues qué hacer!

La mujer el zapatero les preparó una buena merienda y los “difuntos” se la llevaron enseguida,  los jamones salían volando por los tejados.

Las visitas se sucedieron otras tantas noches, cuantas duró el novenario de san Martín. Los de la cuadrilla del recién fallecido se comunicaban a través de las paredes. El tío zapatero sentía ganas enormes de ver a su hijo en carne mortal y no por poderes, aun a sabiendas de que ya sólo era un espíritu puro.

En la última “visita” se atrevió a preguntarle:

—Hijo, querido, Crescentinillo del alma, ya sabemos que estás en la gloria, pero nos gustaría a tu madre y a mí verte en imagen. ¿No nos podías mandar un retrato desde ahí en eso? No sabemos si estas gordo, o estas flaco…

 —Ahora mismo, madre, si así lo deseas—dijo el amigo de Crescente, el que se había zampado los chorizos y morcillas de la matanza de los padres del difunto—Ahí va mi foto

Enseguida, el intrépido  joven se baja los pantalones y se sienta de culo  sobre el hueco de la chimenea. Los dos viejos quedaron atónitos, al mirar para arriba

          —Ay hijo, ¡qué cara tan hinchada, que ojo tan profundo, se conoce que comes a dos carrillos!

Aquellos filandones entre risas carcajadas y semblanzas juegos de manos jácaras cantes y bailes o historias de almas en pena y aparecidos lo pasábamos a lo grande. No había tele y el único aparato radio del pueblo estaba en casa del médico, o del señor cura, lo que era un acicate para desarrollar la  imaginación. Cabía  buscarse la vida. Ello daba pábulo la literatura oral.

Unos chiquejos se tenían la tea sobre las baldosas del estragal, otros pasaban el rato con el adivina quien te dio, las mozas jugaban al pañuelo o a esconder el polvorón…

De aquellas veladas al amor de la lumbre del cocedero de la Tía Caya por San Martín, albergo la impresión de que surgieron grandes narradores en Membibre de la Hoz, el pueblo de mi padre, de cuyos labios escuché la conseja de los carrillos tan hinchados y el ojo tan profundo.

El bendito obispo de Tours desde las alturas debía de estar riendo de aquellas chanzas y perdonando nuestros atrevimientos picarescos. Una buena capa todo lo tapa.

Trasegando mosto nuevo de la uva recién pisada  honrábamos  a Cristo y a la tradición para dar con un canto en los dientes a los que entienden la religión como un tren de vía estrecha. Todo ocurrió hace muchos años, al comienzo de aquellos inviernos preteridos y de aquellas lunas que ya no alumbran nada…

ME UNO AL DOLOR DE LAS VICTIMAS DEL TERRIBLE ATENTADO CONTRA EL AVION RUSO Y RECUERDO A LOS HOMICIDAS QUE NO ESCAPARÁN A LA IRA DE DIOS SEGUN EL SALMO

¿POR QUÉ se amotinas las naciones y los pueblos planean su fracaso?
se alían los reyes de la tierra y los principes conspiran contra el Señor y contra el Mesías
"Rompamos sus coyundas, sacudamos su yugo"
El que habita en los cielos sonríe. El Señor se burla de los asesinos. Luego les habla con ira.
Reyes, sed sensatos, escarmentad los que regis el orbe
servid a Dios con temor
rendidle homenaje temblando
no sea que se irrite y cayais a la ruina
¡Dichosos los que se refugian en Él

SEGOVIA CONSERVA SUS LIBRERÍAS



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"Córdoba ciudad bravía, más de mil tabernas y una sola librería" Góngora decía pero en Segovia la máxima no rige. Tabernas mesones y figones no faltan pero tampoco librerías, esos establecimientos heroicos que resisten a la crisis y es que los segovianos de siempre fuimos gente ilustrada, debe de ser por la parte judía que nos toca y que viene de los ancestros, ese afán de saber, conocer y discutir. Así que me enorgullezco de que los segovianos seamos una usla en medio del desierto cultural hispano. Leer es una forma de vida, un modo de viajar sin moverse del sitio, soñar delante de las páginas de un libro. Nadie tiene la última palabra, todo es fungible y perecero pero el amor a la letra muerta nos vivifica, cultiva el alma y creo que en parte mejora las calidades perceptivas del ser humano. Vivan las linbrerías "de segovia ni la burra ni la novia" pero es falso. segovia ceo que siempore fue leal en el amor de sus mujeres y del amor a su historia. Yo quiero la tierra de segovia hasta en el polvo de mis zapatillas


2015-11-04

MATA JUDIOS NO QUIERE DECIR LO QUE ALGUNOS SUPONEN. NO SOY ANTISEMITA. REZO AL MISMO DIOS PERO ES DE JUSTICIA DESFACER ALGUNOS ENUERTOS CON RESPECTO AL PUEBLO ELEGIDO. EN ESPAÑA NUNCA ESTUVIERON TAN PERSEGUIDOS COMO CUENTA LA LEYENDA NEGRA. Y HAY UNA FRASE QUE LO AVALA: TOMAR LAS DE VILLADIEGO. ACOGERSE A ALTANA. QUE ES LO QUE LOS ESPAÑOLES SOLEMOS HACER CUANDO VIENEN MAL DADAS

QUIEREN CAMBIAR LA HISTORIA DE ESPAÑA. LES DUELE NUESTRA TOPONIMIA. ¡INCULTOS!
Cartel con el nombre de la localidad de Castrillo Matajudios en la entrada del municipio, 16 de mayo de 2014. Pues ha dicho la seño que te presentes, que con las cosas de comer no se juega y esto de los judíos huele a puchero enfermo. No ha de decirse matajudíos sino Mota de los Judíos. Así empezaron: cambiando la liturgia de Viernes Santo y fueron con el cuento a Pilatos diciendo no pongas INRI ninguno en el palo de la cruz paternoster amen jesus. No era el rey de los judios sino que se presentaba como rey de los judios. Era un impotor. Ese tal Yesuha, un impresentable pero el pretor, puso oídos de mercader a la reaquisitoria sanedrita, se lavó las manos y pronunció el apotegma que sólo se permite caer de la boca sentenciosa y gnómica de un romano:
--- Quod scripsi, scripsi.
--- Lo escrito escrito está.
Lo que yo digo va a misa, pero estos leguleyos del deicidio los que acababan de clamar en el lithostros caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuiestros hijos son gente inquieta y taimada. Hueste inmunda del Anticristo. 
Ahora le comieron el tarro a la vicepresidenta, esa mini/woman ignorante, esa chiquita que hizo oposiciones a archivera de Valladolid, a la que se la han trabajado para que rectifique y cambie el nombre de un bello pueblo de la provincia de Burgos cerca de Villadiego que tiene una iglesia de hechuras enormes como una catedral.  Y donde dije digo digo Diego.
No saben que el cognomen de Matajudios equivale a mata o planta arbusto donde supuestamente algun judio tiró la boina cuando un día huyendo de la quema a causa de los tumultos en aquella ciudad, año de 1398, contra los usureros y cambistas se preparó la de de dios es cristo durante el turbulento reinado de don Pedro el Cruel cuando la aljama quedó destruida y muchos hijos de la raza salieron de naja, otros se convirtieron y contarían entre sus descendientes a significados hombres de iglesia como Pablo de Santamaría que antes había sido rabí y cambió el nombre de Yehuda por Saul. Llegó a ser obispo deCartagena. 
El rey castellano concedió a Villadiego justamente el derecho de asilo. Todo aquel judio que fuera perseguido cuando pisara los predios de Villadiego y su iglesia no podría ser detenido ni encarcelado ni maltratado so pena de horca.
De Villadiego a la Mata hay sólo doce quilómetros.
Así que los que tergiversan la historia en su propio beneficio, cometen delito de alta traición con el idioma y el significado de las palabras, manipulan los textos sagrados, dan la vuelta al argumento, `ponen del revés a los libros.
Ahora bien se denomina matajudios en la mayor parte de las aldeas y villas de Castilla la Vieja a las libaciones de limonada entreveradas con cazalla y ojen que se hacían en la mañana de viernes santo despues del ayuno cuaresmal.
No tiene el término un sentido de odio etnico, por dios; meramente se trata de un habito culinario costumbre de borrachos y nazarenos que para soportar el peso de las andas, los pasos, y los cristos que portaban a hombros en las procesiones de viernes santo cuando el cortejo hacía un alto en el camino le sacudían tres o cuatro lingotazos aquellos buenos costaleros.
Al fin y al cabo el vino es y fue siempre para nosotros los castellanos sangre de Cristo. Laus tibi deo y que no nos venga la ministra esa rompetechos con garambainas. Aqui los judios estuvieron siempre acogiendose a altana y tomando las de Villadiego. Les va eso del victimismo.
Queda el apelativo infame de matamoros pero de eso ya hablaremos otro día porque ahora los matamoros en la actualidad se encuentran mismamente en Jerusalen y no son soldados castellanos sino polis israelies armados con un ajuar de combate ultima generación; les hace frente una turba de mozos palestinos con tira chinas, hondas, batiéndose a cantazo limpio.
Ya podran los abusones. Aquí al moro siempre lo tuvimos por valiente y ardido. El judio todo lo contrario no da la cara, viene siempre por detrás. Lo que son las cosas. Ante esta infame situación uno necesita la botella del saltaparapetos y si te dicen que caí...

2015-10-28

golpe de estado en Cataluña. ¿Dónde está el Rey?


PUJOL EL AMIGO DE JUAN CARLOS

 

Se recuerda a estas alturas la famosa comparecencia del Rey la noche del 23F y su conferencia telefónica con Barcelona.

Tranquilo, Jordi, tranquilo- fue lo que creo que dijo y todos saludaron aquella frase como el salvador de la democracia. Pues el Jorge Pujol el peor virrey de Cataluña nos ha salido rana, un corrupto de tomo y lomo.
Desfalcó la hacienda pública. Los amigos son para las ocasiones pero con tales amigos, Majestad, no se necesitan los enemigos. Un ídolo roto; se ha derrumbado la estatua del Pujol y toda su parentela como el gran estadista al que extendía la alfombra roja.
Sin embargo, tengo para mi capote que lo de la noche de marras no fue más que una pantomima un autogolpe diseñado por la CIA y así lo viví yo aquella noche en el Palace y así lo conté.
El verdadero golpe de estado lo dieron ayer Mas y sus compadres al grito de “muera España, puta España”.

Una tibia reacción de Rajoy bonitas y floridas palabras. En cualquier democracia en Inglaterra en Francia y nada se diga en EEUU ya estarían los cabecillas de la conjura en chirona o con una bala en los colmillos pero aquí como España es diferente todo son requilorios minuendos, explicaciones, parole, parole, y las radios sobre todo las oficiales cortarme el gallo a ese chico que aparece con su cresta de Zamora es enano de alzada rodeado de sus tertulios dándole una explicación a la cosa sonrisas y palmaditas en la espalda.
Me indigna porque entre los anglosajones aprendí democracia y esto se parece más que nada a una casa de muñecas. Con unos medios de comunicación no se va a ninguna parte sino a la destrucción de España. Bueno si se va al traste esta España de pseudo demócratas no pasaría nada. Inauguraríamos otras y saldríamos muchos del exilio interior.
Se daría la vuelta al aire y veríamos lo que tendríamos que hacer con estos payasos. Pero qué hace el Rey donde está el Rey ¿Metido entre las faldas de doña Leticia la ficticia? ¿Por qué no habla? Yo le conjuro a que se explique en el nombre de España. El parlamento catalán acaba de dar un golpe de estado y ante la sedición la felonía y el delito de alta traición los mendas de la política y de la canallesca andan mirándose el ombligo, tocándose los cojones no pasa nada

2015-10-27

REVERTE Y SU NOVIA

Es la hora llorona de las plañideras. El no es esto, no es esto, orteguiano, un deja vu. Volvemos a las andadas. El novelista del Regimen supervendido y superpagado, super editado, Arturo Pérez Reverte declara que a los jóvenes no se les ha explicado lo de la guerra civil. A buenas horas mangas verdes. Somos muchísimos los escritores que, condenados a galera, relegados al olvido de un exilio interior que no cesa, hemos puesto en el mercado libros como Remember Brunete. Nos gastamos la pasta en publicidad, pero la crítica en manos de cuatro hampones, lamerones y totalitarios del sistema, nos ha tendido en sus redes del silencio. Estos años de "putocracia" fueron como una conjura. El sistema de una judeocracia destructiva y despectiva con los valores patrios nos acusa de intolerantes, fascistas, propagadores del odio y no sé cuantas cosas. Sin embargo, tengo como un orgullo el haber contado en mi libro cómo guripas bisoños, doscientos legionarios y algún moro, corrieron a gorrazos al batallón Lincoln integrado por judios ingleses y norteamericanos. Eran todos mercenarios. España no se rindió entonces ni se rendirá jamás. Que siga el señor Reverte escribiendo sus bodrios que a mí me recuerdan las aventuras del Guerrero del antifaz. Tatachín. Tatachán. Si vuelven otra vez los volveremos a tirar al mar por mucho que cacareen los del Sanedrín de Arturo Mas, hueste inmunda mercenarios de la CIA y de Israel, que propicia la secesión de Cataluña y pretende el astillamiento de un gran país llamado España. Es mi patria. Y esto es lo que dice un escritor pobre nada agasajado a un escritor rico. Abusón ya podrás. Y con la ayuda de mi vecino mi padre mató el cochino. Con las mismas me pongo a silbar aquella cancioncilla: "La novia de Reverte tiene un pañuelo... etc".Echalrle pan al canario que mañana pía. El Juan Cruz el Tuercebotas de Londres debe de andar por ahí.

DIEGO LAINEZ Y SEGOVIA








Seminario de Segovia mi alma mater

 

Vuelo a Segovia regreso a mi alma mater y me encuentro en las escalerillas de la muralla de la Huerta con el espectro del Padre Laínez que se dirige a mí en tono afable mientras subo los peldaños desgastados de la escalera a dos vertientes donde los centinelas de la edad media montaban guardia en la garita ante un paisaje de montañas nevadas.

La mujer Muerta al fondo yace en su túmulo de basalto. Escucho en la lejanía las notas de un rabel que entona un romance. El maestro Joaquín Díaz la música callada de las noches serenas de mi infancia debe de andar entre las filas de los seminaristas que pasean en su “deambulatio” de Tercia la hora de la quiete, se rompe el silencio, el padre prefecto da una palmada y estallan las voces juveniles de la estudiantina:

      ▬Benedicamus Domino

      ▬Benedicamus y al cielo vayamos.

      ▬Tira, Parrita, venga, va.

Mi amigo Filemón el de Escarabajosa me tira un balonazo y empieza la partida de futbol entre “Gurriatos” y “Galapagos”.

Dos acacias en mitad del patio hacen las veces de improvisados postes, yo jugaba de portero. He regresado, a la recherche du temps perdu, a una mañana como esta del Día de San Frutos de hace sesenta años.

Los punta de diamante de los merlones de la muralla se alzan enhiestos y vigilantes y una cigüeña planea hacia los tejados de su nido que se alza en la misma espadaña de la torre del Conde de Cheste, lamiendo casi con sus alas la vertical del Acueducto. Estoy en casa.

He venido al encuentro del tiempo redivivo y arropado por la sonrisa del padre Laínez siento el renacer de viejas ilusiones mías, cuando soñábamos en voz alta, cantábamos recio nuestras salves en latín y esperábamos la llegada de un mundo feliz.

Diego Laínez nació en la villa soriana de Almazán, fue la eminencia gris y mano derecha de san Ignacio, el tercer Prepósito General de la Compañía. Hablaba siempre en portugués porque en Lisboa estaba entonces la capital de España y los jesuitas con el quinto voto reciben el don de un quinto sentido para saber dónde se encuentra el poder.

Fue el fundador de esta casa convertida tiempo adelante en Seminario Conciliar. Fue uno de los primeros cuarteles que estableció la Sociedad de Jesus en Europa reinando Felipe II. Todo está casi igual que entonces. La huerta se ha convertido en aparcamiento.

Son más frondosas las acacias, algunas malas hierbas incluso un ailanto crece en las junturas del adarve, se llevaron o ha desaparecido la alberca o pilón de sólidos sillares de granito un vestigio romano donde se recogía el agua de la conducción del acueducto. La fuente manaba por un caño y allí nos bañábamos en calzoncillos algunos seminaristas por el verano.

Pero la espira solemne y triunfal de la “Aceitera” (así llamábamos a la torre de la antigua Casa de la compañía) se yergue solemne y triunfal sobre el skyline mirando al mundo con un aire de orgullosa melancolía. Se encuentra en el punto más alto de la ciudad.

“El padre Laínez era pequeño de cuerpo, la color blanca aunque un poco ortigado, de alegre rostro y con una perenne sonrisa apacible en la boca, la nariz larga y aguileña, los ojos grandes y vivos y muy claros. Fue de delicada complexión aunque bien compuesto y ancho de pecho y no menos de corazón. Fue desde muchacho quebrado y ya siendo hombre muy fatigado de dolor de ijada y de riñones, y algunas veces, aunque, pocas, de gota, pues comía poco. Su ingenio fue exuberante, grande, agudo, profundo, vehemente, claro, robusto. Tenía una sed insaciable de leer; así leía continuamente y pasaba libros escribiendo de su mano y sacando lo que le parecía bueno dellos. En esto servía a la Iglesia y al Bien común. Pasaba un buen tomo de las obras del tostado en muy pocos días y hacía extractos dél con extremada aplicación y diligencia”

Esta es la semblanza que traza sobre aquel gran general de los jesuitas uno de sus biógrafos. No se puede calar más hondo en el difícil arte de la prosopografía, trazando un verdadero retrato psicológico de este alabardero de Cristo, martillo de herejes y confutador de la herejía calvinista.

Predicó por toda Italia y la Auvernia francesa. Estuvo a punto de morir la noche de San Bartolomé. Siendo niño le pidió a Dios el don de la sabiduría y el señor parece ser que se la concedió sin dejar pasar por alto que como buen jesuita fuese un hombre controvertido. No fue muy larga su vida. Murió en Roma a los 53 años.

Sus biógrafos añaden otro detalle: nunca probaba la carne, siempre el pescado. El matrimonio le parecía el mayor de los tormentos. Sin embargo, en el ambiente corrupto de la Roma de los papas del Renacimiento no escapó a las tentaciones de la carne▬ era la misma que nos describe Delicado Baeza en su “Lozana andaluza” ▬ cuando una cortesana vino a tentarle “presa de una ciega y desapoderada pasión” pero él dejó a la serpiente con el silbo huyendo de las trazas y halagos. Parco en el yantar, muy tranquilo en las contiendas y trabajos que hubo de soportar en defensa de la fe. Recomendaba a sus novicios libros devotos y edificativos aunque fueran escritos en bajo estilo y con poca elegancia de palabras.

No quiso ser obispo de Mallorca y renunció a la silla arzobispal de Pisa. Asimismo, se escapó de Roma cuando le propusieron para sucesor de san Ignacio. No se llevó del todo bien con el papa Paulo IV el famoso papa “Caraffa” pues fue un luchador incontrovertible contra la simonía y el nepotismo, males endémicos de la curia por aquellas calendas. En algunos retratos que de él se conservan alienta una mirada profunda de jabalí. De ahí el mote que le pusieron algunos curas desafectos a la Compañía: “aper” (jabalí). Sin embargo, este augusto intelectual soriano que a lo mejor hoy hubiese sido un cura progre era la vera efigie de la mansedumbre, en el trato era afable y volviendo a sus biógrafos estos hablan de la “comitas” (dulzura) de su carácter, aunque insobornable.

Este encuentro virtual con mis raíces me ha sacado del tiempo presente y por el espejo retrovisor de la vida contemplo mi pasado, la vida transcurre deprisa. No sé si se me ha aparecido el padre Lainez o es una obsesión que me invade desde tantos años entre libros dándole la vuelta al aire jugando con las ideas al compás de mis sueños y de mis fracasos pero es el legado que recibí de mi alma mater ese afán de leer e indagar esa constante búsqueda de la verdad apasionada.

En esto que una voz joven me saca de mis ensimismamientos espectrales. Alguien me llama la atención. ¿Habré metido de nuevo la pata?

▬ Eh oiga usted ¿Es todo esto suyo? Baje inmediatamente, está prohibido. Esta parte de la muralla es del Ayuntamiento no pertenece al seminario.

▬Estaba sacando unas fotos y recordando viejo tiempos▬ contesto.

Desciendo, acto seguido, muy solemne por la escalera imperial a dos aguas por donde subía y bajaba el relevo de la guardia de la muralla y ya más amigable le explico al joven (mea culpa) que me he colado aprovechando que se abría al paso de un coche la puerta automática de la huerta para colarme en el recinto. Estoy disfrutando a mis anchas con mis recuerdos.

      ▬Pues, si cae usted, o le pasa algo en menudo lío que nos mete. Han puesto un pleito al obispo por estos terrenos que son de la Iglesia desde tiempo inmemorial.

      ▬¿Quién puso la demanda?

Mi interlocutor se encoge de hombros.

      ▬Ah, no sé.

      ▬Lo quieren todo estos tíos, todo es suyo▬ le digo al joven que se llama Rafa y que es nada menos que el vicario del Obispo y hace las veces de cancerbero, vigilante, portero, recoge las llamadas, está al tanto y tiene fama de ser muy buena persona entre el clero segoviano. Episcopein en griego quiere decir obispo el que anda a la mira. Rafa, hijo haces bien. Aprecio en este buen cura la humildad y cumplimiento del deber que nos inculcaron y que viene a ser la marca de la casa. Creo que Rafa que es sacerdote joven sería un buen obispo para estos tiempos difíciles que vivimos. Como  heredero del legado que nos legó Laínez a los que por acá estuvimos y damos ahora pasos perdidos en un mundo lleno de controversias y de esperanza.

        

2015-10-25

GLORIOSO Y BENDITO SAN FRUTOS PATRÓN DE SEGOVIA





























Segovia se volcó en las honras al glorioso San Frutos

                     

Como es ya tradicional los 25/O, Segovia vibró en su celebración a san Frutos el eremita que huyó del mundo sus pompas y sus vanidades para encontrar a Dios en los riscos del yermo de la pedriza sepulvedana arribes arriba del Duratón.

La catedral estaba de bote. Los coros cantaron el himno y en la misa pontifical escuchó el sermón que les dirigió el nuevo obispo monseñor Franco que es una gran orador como buen escritor. La dama de las catedrales lució esa esplendorosa luz de octubre que acoge vida, tolerancia, solemnidad, y afán de vida. Tamizada su alegría con esa luz de Segovia que brilla como en ninguna otra parte del mundo. El sol sale con ganas de hacer algo y festejar. Pese a lo que algunos suponen el cristianismo católico no ha muerto en nuestra querida ciudad, tan fervorosa de su patrón y de la Virgen María que tiene un icono bellísimo presidiendo la baranda del  triforio de la nave del transepto, imagen venerando de estilo bizantino a la cual los segovianos invocamos en nuestras dificultades desde tiempo inmemorial. Día hermoso limpio y memorable sin política que infunde esperanza. Su simetría y altura deja a los visitantes boquiabiertos ante tanta belleza. El 25/O marcó siempre un encuentro con la belleza y el carisma de nuestra Fe. El bendito Jesús nos demuestra que no sólo hacía milagros con la palabra, también era un geómetra. Sollozaban los violines y todos cantábamos el himno a este héroe de la Tebaida que huyó al desierto cuando la morisma cercaba la ciudad. Fueron a por él pero con su cachava trazó una señal en la roca y los jinetes musulmanes que lo perseguían se precipitaron al abismo. Fue la famosa cuchillada de san Frutos, que podrá visualizarse en algunos de los cuadros que adjunto. Dios estaba de su parte. Y como estuvo entonces lo estará ahora por más que los tiempos sean más difíciles y aflige a la Iglesia un cierto donjulianismo. No tengáis miedo, no seáis enagüillas, ni maricomplejines: la verdad ha de defenderse con la sangre o con la espada. Mostrad vuestra virilidad y antonomasia ante la hueste que ataca.

La grandeza de la iglesia – cuidaré del esplendor de mi casa- se sentía en los empinos de las bóvedas de tracería, los macizos baquetones de Gil de Hontañón, el último suspiro del gótico tardío que nos hace pensar a los creyentes en la grandeza y poderío de Jesucristo Rey eternal alfa y omega, sustentáculo de la Redención. Yo pensaba mientras escuchaba el elocuente sermón del obispo en una frase que aprendí de niño:

-     Extra Ecclesia nulla salus (no hay salvación fuera de la iglesia. La religión católica es la verdadera sin lñas contaminaciones de la hojarasca con la que los malvados nos la presentan.

-     Bajo tu cayado, glorioso patrón nos acogemos y buscamos refugio dentro del manto de la Madre de Dios

-     Amen


2015-10-24

QUIEREN CAMBIAR LA HISTORIA DE ESPAÑA. LES DUELE NUESTRA TOPONIMIA. ¡INCULTOS!

Cartel con el nombre de la localidad de Castrillo Matajudios en la entrada del municipio, 16 de mayo de 2014. Pues ha dicho la seño que te presentes, que con las cosas de comer no se juega y esto de los judíos huele a puchero enfermo. No ha de decirse matajudíos sino Mota de los Judíos. Así empezaron: cambiando la liturgia de Viernes Santo y fueron con el cuento a Pilatos diciendo no pongas INRI ninguno en el palo de la cruz paternoster amen jesus. No era el rey de los judios sino que se presentaba como rey de los judios. Era un impotor. Ese tal Yesuha, un impresentable pero el pretor, puso oídos de mercader a la reaquisitoria sanedrita, se lavó las manos y pronunció el apotegma que sólo se permite caer de la boca sentenciosa y gnómica de un romano:
--- Quod scripsi, scripsi.
--- Lo escrito escrito está.
Lo que yo digo va a misa, pero estos leguleyos del deicidio los que acababan de clamar en el lithostros caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuiestros hijos son gente inquieta y taimada. Hueste inmunda del Anticristo. 
Ahora le comieron el tarro a la vicepresidenta, esa mini/woman ignorante, esa chiquita que hizo oposiciones a archivera de Valladolid, a la que se la han trabajado para que rectifique y cambie el nombre de un bello pueblo de la provincia de Burgos cerca de Villadiego que tiene una iglesia de hechuras enormes como una catedral.  Y donde dije digo digo Diego.
No saben que el cognomen de Matajudios equivale a mata o planta arbusto donde supuestamente algun judio tiró la boina cuando un día huyendo de la quema a causa de los tumultos en aquella ciudad, año de 1398, contra los usureros y cambistas se preparó la de de dios es cristo durante el turbulento reinado de don Pedro el Cruel cuando la aljama quedó destruida y muchos hijos de la raza salieron de naja, otros se convirtieron y contarían entre sus descendientes a significados hombres de iglesia como Pablo de Santamaría que antes había sido rabí y cambió el nombre de Yehuda por Saul. Llegó a ser obispo deCartagena. 
El rey castellano concedió a Villadiego justamente el derecho de asilo. Todo aquel judio que fuera perseguido cuando pisara los predios de Villadiego y su iglesia no podría ser detenido ni encarcelado ni maltratado so pena de horca.
De Villadiego a la Mata hay sólo doce quilómetros.
Así que los que tergiversan la historia en su propio beneficio, cometen delito de alta traición con el idioma y el significado de las palabras, manipulan los textos sagrados, dan la vuelta al argumento, `ponen del revés a los libros.
Ahora bien se denomina matajudios en la mayor parte de las aldeas y villas de Castilla la Vieja a las libaciones de limonada entreveradas con cazalla y ojen que se hacían en la mañana de viernes santo despues del ayuno cuaresmal.
No tiene el término un sentido de odio etnico, por dios; meramente se trata de un habito culinario costumbre de borrachos y nazarenos que para soportar el peso de las andas, los pasos, y los cristos que portaban a hombros en las procesiones de viernes santo cuando el cortejo hacía un alto en el camino le sacudían tres o cuatro lingotazos aquellos buenos costaleros.
Al fin y al cabo el vino es y fue siempre para nosotros los castellanos sangre de Cristo. Laus tibi deo y que no nos venga la ministra esa rompetechos con garambainas. Aqui los judios estuvieron siempre acogiendose a altana y tomando las de Villadiego. Les va eso del victimismo.
Queda el apelativo infame de matamoros pero de eso ya hablaremos otro día porque ahora los matamoros en la actualidad se encuentran mismamente en Jerusalen y no son soldados castellanos sino polis israelies armados con un ajuar de combate ultima generación; les hace frente una turba de mozos palestinos con tira chinas, hondas, batiéndose a cantazo limpio.
Ya podran los abusones. Aquí al moro siempre lo tuvimos por valiente y ardido. El judio todo lo contrario no da la cara, viene siempre por detrás. Lo que son las cosas. Ante esta infame situación uno necesita la botella del saltaparapetos y si te dicen que caí...

BALADA DE SAN FRUTOS PAJARERO

VIVA SAN FRUTOS BENDITO. EN LA CATEDRAL DE SEGOVIA HOY NO CABÍA UN ALFILER

ANTONIO PARRA GALINDO

Para san Frutos – decía nuestro llorado don Julián García Hernando al que dimos tierra este verano- hay dos caminos. El de la Pedriza o tebaida Segoviana en lo alto de un risco donde buscó la santidad apartada y vida penitente mirando para las águilas que planean sobre las hoces y alcores del Duratón. Y El del trascoro de la catedral de Segovia donde se guardan sus restos en una urna o lucilo de jaspe sobre el retablo que labrara Ventura Rodríguez y se canta el tradicional himno todos los 25 Oct.
Yo elegí este último porque llegarnos hasta Fuenterrebollo no me vagaba. La dama de las catedrales estaba de bote en bote. Tiene un aforo para quince mil personas. Y que bien resonaban los coros y la orquesta de violines acompañando al solo. El tiple. Hace cincuenta y dos años yo fui tiple junto con Moyano, Publio Sanz y Marianillo.
Oyendo a aquel niño yo pensaba en Moyano y en Marianillo que eran dos latinos. Y que bien resonaba su alegro y el resonar de los violines bajo los elegantes empinos de las airosas y etéreas bóvedas que trazara Gil de Hontañón. No hay en el mundo gótico mas florido ni catedral más hermosa. Viva San Frutos bendito gritó al final de la interpretación un barítono .
Poco más o menos como entonces. La vida sigue igual. De José del Moral heredó la batuta Dom Frechel, canónigo precentor o maestro de capilla. Y a don Daniel Llorente de Federico le relevó en el báculo y la mitra don Ángel Rubio que no es tan alto ni lleva capa magna ni caligas ni quirotecas ni manipulo pues es toledano y más bien pequeñito y ha cambiado algo el rito.
Me fa la impresión que éste va a ser un gran obispo, muy cerca del pueblo. No suelo equivocarme en los primeros golpes de vista.
Pese a la crisis y la que está cayendo la sede de San Geroteo sigue viva y no ha muerto la ancestral fe nuestra que nos inculcaron a machamartillo.
Qué compases más exactos y que temperamento más sanguíneos los de los maestros de capilla de la sede segoviense. Y sonaron nuevamente otro año más y otro menos las estrofas de una composición del siglo XIX que todos los segovianos nos sabemos de memoria y llevamos en el corazón:
Al siervo bueno y fiel que rogando sin cesar
Consigue bienes eternos de la infinita bondad (bis)
Al que es gloria de esta iglesia patrono de esta ciudad
Como un padre de la patria y socorro universal
Bendigan todos. Bendigan todos y alaben
Su virtud angelical (tris)
Los prodigios. Los prodigios y milagros
Que a favor de sus devotos ejecutó liberal.
¿Quién los podrá enumerar? (tris)
Un icono de San Frutos me acompaña desde hace más de medio siglo. Es una foto de la estatua de que este divino anacoreta barbuda estaba en un altar de nuestro seminario viejo con escapulario de carmelita, túnica de cisterciense, un rosario enorme y un gran libro.
Para hablar de este santo de mi pueblo, una santo mozárabe que fue perseguido por amor a Cristo y por su pasión por la verdad criticando las costumbres de los godos, sus envidias, sus estrambóticos placeres y huyó al yermo con sus libros, con su bordón y su rosario que entonces no se llamaba rosario sino “tasbib” o recitación por cuentas a la manera que siguen haciéndolo los mantras y los monjes orientales y los que llevan al conocimiento y unión con la divinidad mediante la recitación del hesicasmo.
Tuvo que poner pies en polvorosa poco tiempo antes de que Segovia cayera en las garras sarracenas. Los moros nos venían pisando los talones pero seguramente más temible que los los moros debió de parecer al santo la incuria y falta de fe de los malos cristianos segovianos. Arreciaba el morbo visigótico poco más o menos como ahora. Eso que llaman envidia. El peor enemigo es el que llevamos dentro. En este país no suele venir de fuera sino de adentro. Hay mucho topo, se multiplicaban los caballos troyanos, todos los días nos tenemos que limpiar las babas de los besos de algún Judas. Ruega por nosotros, glorioso san Frutos.
Buscó las cuevas de los siete altares cerca de Sepúlveda y se instaló en la Pedriza en compañía de los suyos. Es posible que los otros dos santos que celebran con él en la fecha del 25 de octubre el martirologio romano que intercalan la fiesta tomada de los misales visigóticos, San hijo y santa Engracia no fueran sus hermanos sino su propia esposa y su hijo. En la trayectoria eremitita muzárabe los monasterios eran mixtos mucho antes de la llegada de San Benito y de la reforma de Cluny. Es igual.
Que fuera soltero o casado nada importa. San Frutos es san Frutos nuestro santo tutelar. Su rosario, recuerdo cuando pasaba por los tránsitos y le veía colgando de la cintura fue un detalle que entró con todas mis apercibimientos. Soy un desapoderado fanático del rosario y casi siempre llevo en la mano un libro pues siempre hay un ángel que me recomienda lo que a Agustín: tolle et lege. Toma y lee. Siéntate. Olvidate, desaparece. Sueña.
Que hermosa lección de la Iglesia que insufló en nosotros esas taxonomía de lo exacto por la palabra y por la letra. La lectura hace de nuestras vidas algo más sólido y determina que no seamos cañas movidas por el viento. Que no tengamos miedo. Que no cambiemos.
Eh tú, el de Aldehorno, que yo no cambio ni cambeo. Tampoco tengo miedo a nada, sólo al pecado de la envidia que es una manifestación por via de frustración que alienta en muchos corazones.. Opus Dei. Opus mei. Algunos estáis un poco locos.
La esclavina penitente de mi querido santo mozarabe es nuestro baluarte así que a vuestras amenazas ni puto caso. El cuerpo me podréis arrebatar pero ni mi alma que es de Dios y morará en las alturas más allá de las peñas grajeras y de las estrellas que contemplaba san Frutos en las augustas noches de mi tierra.
Existe una leyenda segoviana que debió de tomar en cuenta cuando Aniceto Mariñas esculpió la estatua de san Frutos que preside la puerta mayor de la catedral que dice que cuando san Frutos pase la hoja del libro de piedra que está leyendo se acabará el mundo. Anicetillo se tiraba horas y horas en la catedral para ver pasar pagina al santo. Y ésta siempre se estaba quieta por lo que coligió el artista que nunca se acaba el mundo.
Somos nosotros los que pasamos página. O nos la pasan. Y ya nos lo dirán de misas.
Fue un acto muy hermoso. Ya digo la iglesia mayor de nuestra Segovia registraba un aforo como yo casi no recordaba. Era una catedral diseñada para llenarse para estar abarrotado y allí miles de personas mirando para arriba como lelos a ver si san Frutos pasaba la hoja o escuchando embelesados su himno melodioso. El libro, el rosario, el cíngulo de cuero o de piedra, la gran calva y sus barbas bizantinas fueron sus atributos de santificación. Con ellos venció al mudo y entró en comunión con la armonía de kas esferas.
San Frutos es más que un santo tutelar. Todo un personaje entre nuestros paisanos. Y un símbolo de nuestros genes. Nos gusta leer, nos gusta aprender, somos sufridos y recios de temple y tan buenos que parecemos tontos y hasta dejamos que las palomas nos meen en la calva, pero siempre hasta cierto punto; nuestro aguante tuvo un límite. Nos gustan el cielo azul y el canto de las aves.
Y por eso le llamaban el pajarero por que en su fiesta todos los altozanos de esta tierra, todas las zarzas y los espinos se llenaban de bandadas de jilguerillos dispuestos a saltar a Africa en trayectoria opuesta a la que trae hoy el rumbo de las pateras. Recuerdos aquellas caravanas de ciclistas que veía partir por Baterías o por la Lastrilla en bicicleta con una caja forrada de hule a cuestas la liga y el cebo bien colocado en las varetas dispuestas. De Segovia es la frase de tirar varetas a pájaros para describir nuestra afición por el campo y los tomillares.
Callad la tarde regresaban los pajareros al hogar con las cestas llenas y en los bares te servían siempre un pajarito de aperitivo. Menos mal que hoy la caza con liga está prohibida. San Frutos que es un santo ecológico donde los haya y esta de guardia en el cielo para todo- algunos le invocan también contra la violencia de genero que es el mal de nuestro siglo- debe de haber intervenido para que los desaprensivos cazadores hicieran aquellos estropicios y hecatombes de gurriatos jilgueros algún tordo y más de un pardillo por donde tirábamos varetas. San Frutos er un santo para todo. Optimo remedio para todos los males. De su altar quebraban exvotos bragueros de quebraos y mechones de cabellos de niñlas muertas. Y hasta para el mal de los dientes. Reza la tradición devota que al que de vuelta a la ermita no le volverán a doler las muelas. Y tanto. ¡Menudo precipicio! San Frutos hacía equilibrios espirituales sobre aquellos gollizos que siegan el curso del Duratón como una hoz con sus piedras tajadas.
Aquellos san frutos de antaño en las casas se comía pisto y pajaritos fritos. “Cuando llega octubre el cielo se pone azul de fiesta y emigran los pajaros” así empezaba un cuento mío primerizo.
Era fiesta grande en el seminario. Terminaban los ejercicios espirituales y por la mañana al despertarnos a toque de campana bajábamos a los tránsitos donde Blas Carpintero y Zurita de Valladolid habían colocado las sotanas nuevas. Que ilusión más grande ponerse por primera vez la sotana y el birrete en las gloriosas mañanas soleadas de san Frutos. Era como un regalo de reyes.
Yo creo que desde aquel 25 de octubre de 1955 –ya ha llovido- en que me la coloque sobre mis lobos la sotana no me la he quitado nunca ni renuncié a lo esencial de mis convicciones católicos. El bonete sí. La beca roja me sirvió de bufanda o de moquero. El bonete me lo he quitado muchas veces y hasta he jugado al chito con sus puntas de cartón.
Pas barbas no las tengo tan floridas sino más ralas que mi santo cenobita mozarabe. Y como él tengo un libro en la mano. No paso la hoja. Por si acaso. Mis queridos paisanos, felicidades. Esa hoja y ese libro enhiesto marcan siempre el camino del cielo