2022-07-21

 

agua que se quema el rio




este blog defiende la unidad de España y a su cultura





DE TRASVASES Y OTRAS VAINAS. PERO EL EBRO ES EL RÍO PADRE DE ESPAÑA







Antonio Parra







Agua que se quema el río y cosas veredes. Los desgobiernos y despropósitos nacionalistas de esta plutocracia que está derivando en Putocracia y no hay que ver más los programas de la tele en las veladas aburridas que aquí unos pocos deciden el destino de las muchedumbres controladas por el voto y la bota de la ley de Hont, le quieren meter mano al Ebro. Esta es una de las primeras cosas que se estudia en poliorcética. Lo primero que hay que hacer cuando se asedia una plaza es cerrar la canilla y cortar el agua. El Guadalquivir por ejemplo fue desviado, cuenta un cronista, de su curso por Leovigildo cuando asediaba a Córdoba defendida por su hijo Hermengildo. Almanzor talaba campiñas y quemaba la mies pero los cristianos que tampoco eran mancos controlaban el flujo de las grandes acometidas. Así Alfonso secó las fauces del Tajo. La guerra del agua es vieja como el mundo. Era una táctica estratégica practicada por los cartagineses de Aníbal y por los romanos. Ahora el Ebro agua que se quema el río agua para Barcelona, un capricho de los nacionalistas catalinos, los españoles a pagar la obra y ellos el beneficio, cuando vienen a Madrid nunca hablan en catalán puede hacer una revirada de su curso natural. Obras y desvíos. Pero cuidado el río Ebro es el río padre de España a la cual entre unos y otros están desmembrando. Ebro. Iber. Y dice el refrán que Segre, Arga, Gallego, Zadorra, Nela y Aragón hacen al Ebro un río mayor. Es el río padre. El más caudaloso de España. Recordemos aquellos nombres que aprendimos en las lecciones de geografía en la infancia. El Ebro nace en Peña Labra y desemboca en Amposta por Tarragona. Su curso se prolonga 927 km bajo la mirada de las crestas nevadas del Pirineo. Padre de España. Ay si Gracián levantase la cabeza. Caudal libérrimo que pasa cruza españolísimo por las barras aragonesas y que ahora quieren los pruritos nacionalistas catalanes convertir en cuatricolores. Se hace grande y gana empaque en Miranda y al cruzar por Zaragoza a la Pilarica le canta una jota. Nadie ha escrito mejor sobre este tema que Pedro de Lorenzo aquel falangista placentín al que los avatares hicieron monárquico y terminó engalanando el ABC –ay aquel ABC de don Torcuato ¿adónde fuiste a parar?- en una obra cumbre que se llama Viaje a los ríos de España siguiendo los indicios de la Crónica General del Rey Sabio que llama a España “tierra de bienes favorecida y de gracias naturales bien abastada”. Ebro es río padre de España. Y madre de Aragón a libre Aragón, comentaba Gracián. No entiendo mucho esto de los trasvases. Me huelen a chamusquina pero muchos políticos y politicastros y crestas coronadas (muchos cetros derribó la ira) de la punta al pomo son unos tanarras. Los catalanes quieren volver a sacarnos los cuartos y cabe recordarles que si beben agua todavía en Barcelona lo poco que queda el chorrillo se lo deben a los pantanos de Franco. Pero claro aquella infraestructura era para un país de poco más de treinta millones de personas y hoy en las grandes megapolis del mundo entre las cuales se encuentra la capital del principado con sus casi diez millones de habitantes se está acabando lo que se daba. Se agota el surtidor. Agua que se quema el río. Guerra del agua. Aquí podemos reventar todos como el lagarto de Jaén pero uno está preparado de antemano. Me crie en un pueblo donde aun no habían hecho la traída. Si te daba un apretón había que ir a obrar a la cuadra, y de lavarse, en la palangana y vas que chutas, grifos no había. Soy de la generación que llegó la primera al bidet y al inodoro porque antes no había papel higiénico en España y las mozas se limpiaban el culo y lo otro con una teja Y mi tía Paulina me ponía en la mano un botijo:





-Venga, Antoñito, a por agua.





Estuve yendo y viniendo a la Fuente Colorada y Uy dios mío que chorro manaba en aquellos tiempos. Tenía que echar tres o cuatro viajes con el botijo o la cántara a cuestas pero poco importaba. El sitio era agradable. Las mozas enamoradas pelaban la pava con sus pretendientes y de paso llenaban el cántaro. Yo me conformaba con mi botijo. Humilde e inocente niño me era yo. Hoy aquel lugar es un asperizo. Ya la fuente no mana. Y no es que haya venido Almanzor a sitiar el pueblo. Que va. Es la avaricia de los aldeanos que han perforado el somo con taladros kilométricos para chupar H2O para su remolacha y venga líquido elemento. La avaricia rompe el saco y no les tengo ninguna lastima a los de Fuentesoto, buen pueblo pero muy mala gente. ¿Que tienen sed? Pues que se aguanten. Que los acuíferos no son inagotables. Tiempos vienen de vacas flacas y dicen los asturianos: “ficistela en Pajares, pagastela en Campomanes”. Es el pueblo de abajo. Y en España los de arriba y los de abajo siempre anduvimos a cantazos empuñando el bichero o el garrote para deslomarle las costillas al prójimo. Agua que se quema el río. Convite de catalanes y dicen los cursis que el agua es un bien escaso. Eso ya lo sabíamos. ¡No te jode!




Publicado por la catuxia en 19:11

2022-07-20

MI HERMANO ES CAIN SE LLAMA JAVIER PARRA GALINDO Y FUE UN PERIODISTA CRIADO A LOS PECHOS DEL PSOE. EL ME ECHÓ DE LA AGENCIA E

Nunca tuve suerte con mi familia. Abrí brecha pero fui el odd man out el rebelde. Mi hermano el que me sigue lo hice periodista, le pague los estudios, lo llevé a Inglaterra y me traicionó. Se colocó en la agencia Efe merced a sus influencias sevillanas socialistas pero fue un mal periodista. Yo cuándo cerraron la prensa del Movimiento pude colocar mis reportajes en la agencia EFE como colaborador, pero cuando LOGRÓ ÉL ENTRAR EN LA AGENCIA  EFE ME ECHÓ. ES EL PAGO que recibí por toda la ayuda y desvelos con que lo traté. Todavía sangro por la herida y otra fechoría que me hizo en Londres de la cual me da vergüenza hablar. Se llama Javier Parra Galindo, creo que es gafe, y lleva en la frente la sombra negra de Cain. Es un tipo que trae mal fario. Su mera presencia causa muertes y desgracias. Se casó con una almeriense muy guapa a la quue maltrató, les nació un hija tonta. Dicen que es cristiano perdonar pero yo no puedo. Sigue persiguiéndome a mí y a mis hijas. Lo quiero fuera de mi vida NO MÁS pero es un stalker, UN chupa sangre. No confundir su nombre es Javier Parra Galindo con mi primo de Cordoba Javier Parra Galindo que es un bendito y un buen guardia civil ya en la reserva. Nuestros padres se casaron con un HERMANO DE MI Padre con una hermana de mi madre. Consanguineidad, A este le considero un hermano mientras aborrezco de mi hermano carnal Digo esto como desahogo. He sufrido mucho por esta causa. Una cruz que ha puesto el Señor sobre mis hombros y llevo con paciencia, Tengo que ponerlo de manifiesto en esta bitácora como desahogo y como testimonio de lo que he sufrido por la gente del PSOE. Por parte de la derecha pepera también padecí humillaciones y persecuciones sin cuento. A las que he sobrevivido gracias a Dios. QUEDE ESCRITO Y CONSIGNADO. 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

ALFONSO VI Y EL CASTILLO DE LA VILLA DE FUENTIDUEÑA  (I)

 

Ya quedan sólo unos farallones desdentados de lo que fue fortaleza bien torreada y excelsa para la defensa de las tierras al sur del Duero pero mi infancia se empapó de la magia de aquel legendario rey castellano que fundó el baluarte de Fuentidueña. Ruinas misteriosas, "castles in Spain". No es lícito desposeer a los pueblos de sus leyendas y de su mitología. Alfonso VI se encuadra como un prócer mitológico en la historia de Castilla.

Ibamos mi primo Agustín y yo a hacer mandados en la burra o en la bicicleta cuando el abuelo caía malo a la botica de la Villa. Subíamos la cuesta de la Fuente Caldera una de las siete rudales que alumbraban agua a Fuentesoto y, alcanzado el camino de la pedriza, pedaleabamos sin parar entre el polvo blanco de la carretera, majuelos, algún solitario almendro desgarbado y a la bajada de siete revueltas toda la historia de Castilla se nos venía encima al cruzar el puente romano. El seis es ni numero de suerte y todo cuanto se diga sexto es bueno Alfonso VI, Sixto VI, Alejandro VI un grandísimo papa valenciano que no se privó de nada y hasta tuvo amores y engendró hijos.

Teníamos mi primo y yo que golpear la puerta carretera con fuertes aldabonazos porque el boticario un artillero al que atronaron los estampidos de la batalla de Brunete donde tambien un obús le segó una pierna oía con dificultad; sordo estaba como un tapión. Debía de ser colega por aquello de la fraternidad de almas del famoso "cojo de Mamblas" al que luego conocería en una residencia de Arévalo para la tercera edad.

Al cabo de un rato bajaba el boticario arrastrando su pata chula por las escaleras. Sus pisadas gloriosas de mutilado de guerra sonaban tambien como zambombazos. Era don Eutiquio una paisano enorme con un vozarrón que debió de espantar a los sargentos. Su continente poco se compadecía con su alma de castellano campechano. <<¿Quien se puso malo?>>. <<El abuelo>> <<Vaya por Dios, hombre; pero con estas píldoras ya vereis como mejora, aunque tenga mala compostura eso de la prostata>>.

Agustin y yo cogiamos las pildoras del preparado, (don Eutiquio con su farmacopea y sus morteros, que leía al Doctor Laguna en sus ratos libres, de hierbas oficinales sabía los suyo) mirabamos impresionados para las ristras de tarros y morteros donde se guardaban las hierbas de toda la medicina homeopatica y saliamos de estampida dejando atras aquel pueblo misterioso que era como un baluarte a la vera del Duratón donde había quedado fraguado el nombre y el espiritu de Alfonso VI. Seis/ seis/ seis, número que cierra el círculo y me acordaba del juramento de santa Gadea (tuvo arrestos Mio Cid para irle a su rey a pedir cuentas), la afrenta de Corpes y dñª Elvira y dñª Sol que eran de Oviedo y Zamora la bien cercada unida al nombre de Bellido Dolfos y a frases paradigmáticas que sentaron plaza en nuestro idioma... no se gana Zamora en una hora, malhaya el caballero que sin espuelas cabalga... ¡oh qué buen vasallo si hubiese buen señor!

Todas esas escenas se me representaban como en un retablo gótico cuando acudía a la botica de la Villa a por las grajeas que recetaba el médico al abuelo Benjamín. Yo rememoraba las clases de historia de España que luego en el seminario nos  daría don Ramón Alonso en aquel libro de texto que sobre u fondo gris traía una foto del castillo de la Mota y que nos aprendíamos de coro.

Todos aquellos pollos que fuimos bachilleres del plan de Educación creado por el ministro don Pedro Sainz Rodriguez (su ley fue una fragua de entendimientos históricos pues nos enseñó a compadecernos y a sentir las vibraciones de grandeza y las contradicciones de nuestro pueblo) pertenecimos a la última leva de un conocimiento histórico del que se ha privado a las generaciones que vinieron más tarde, no partidista ni cercenado o manipulado por la aleve mano negra del rencor y de la hispanofobia.

No importa que Franco destituyera fulminantemente de su cargo a don Pedro por haberse ido de picos pardos una noche en Vitoria del año 1938. Su plan de estudios le convirtieron en el mejor ministro de Educación que ha tenido España en décadas.

Gracias a él pudimos conocer historia de España y las matemáticas y la física y química en un sistema de educativo hecho para formar jovenes con ideas claras, inexistente en la actualidad.

Don Pedro se hizo del bando de don Juan y conspiró todo lo que pudo contra el Regimen mientras escribía tratados de mística. En ellos se refería a la magia del número seis.

El pobre abuelo Benjamín moriría de cáncer de próstata. Mas, tengo para mí que aquellas excursiones a la Villa de Fuentidueña a por sus recetas fueron de provecho para mi alma. Desde entonces sueño con la magia del número 6.

 

 

ALFONSO VI SE REFUGIÓ EN FUENTIDUEÑA PERSEGUIDO POR SU HERMANO SANCHO (II)

 

El rey Fernando I rey de Castilla Asturias y León al morir cometió el error de dividir sus reinos entre sus herederos y con esta hijuela vinieron las parcialidades las malquerencias y asomó su cresta la envidia proverbial entre los godos, causante de no pocos males. La prole anduvo en pendencias, leído el legado del testamento, como es habitual entre nosotros.

España enigma histórico padece de una fatídica enfermedad moral: el morbo visigótico, tambien denominada herencia de san Hermenegildo: la envidia. Parece mentira de un rey católico al que por abjurar del arrianismo le cortaron la cabeza nos dejase mandas tan malas. La de la sierpe quedó vivita y coleando.

Galicia legó, según cuentan las crónicas, a don García, a Sancho Castilla, a don Alfonso León. A Urraca le dio Zamora y a dñª Elvira la plaza de Toro. A partir de ahí el nombre de Alfonso VI va unido a una leyenda de grandezas y luchas interdinasticas fratricidas de los tres reinos. Pero tambien fue el impulsor del arte románico e introdujo en España el Misal Romano,

Se alzó contra su hermano Sancho el cual le vence en la batalla de Plantaca. Hecho prisionero, decide   don Sancho, que no quiso cometer fratricidio ni meterlo en la cárcel, que profese como monje en el monasterio de Sahagún pero el hijo segundón del rey Fernando I  no tenía vocación de fraile y huye a Fuentidueña.

Unos fronterizos de Sacramenia le proporcionan salvoCONnducto para viajar a tierra de moros.  La taifa de Almonacid pagaba pechas a su progenitor y era su aliado en las pendencias con Navarra.

En Toledo se acoge a la protección de Miramamolín. allí va a residir en el palacio de Galiana gozando de la hospitalidad y todas las preeminencias del monarca alauita. Quien lo trata con una tolerancia eximia hasta el punto de permitirle la practica de su religión. Su hermana Urraca, en calidad de princesa zamorana, desde Castilla envió regalos al rey moro, y a Toledo llegó una comitiva presidida por Pero Ansures para rendir tributos y vasallaje al rey de Toledo. En el grupo venían varios clérigos y un monje que decía las misas  griegas (en rito mozarabe al monarca exilado, Alfonso luego aboliría el canon visigótico, aconsejado por doña Constanza, que era francesa, y los benedictinos de Cluny) al rey exilado.

Entre los recien llegados, siguiendo por este orden de cosas, se encuentra un personaje importante, un caballero por nombre Rodrigo Diaz de Vivar que se puso al frente de las mesnadas de Miramamolín en sus guerras contra Hixen II de Córdoba y contra el rey de Aragón. Por su valentía y su eficacia en las lides, la tropa empezó a llamarle "sidi" (señor.)

Rodrigo era un mercenario que se ganaba el pan a sueldo del que mejor pagaba. Unas veces por los cristianos y otra por los moros. Pues bien lo detallaba doña Urraca que era algo ligera de cascos "a los moros por dinero y a los cristianos de balde". Aquel mundo era un mundo interactivo.

Moros y cristianos en esta época de últimos del s. XI se conocían bien unos a otros, peleaban sí, se hacían la guerra, se robaban las mujeres e intercambiaban castillos y regalos, y, si no rezaban juntos, al menos juntos pensaban, puesto que lo morisco anda muy entreverado con el alma castellana.

No hay más que echar mano del refranero <<en casa de moro no parles algarabía>>, Alfonso y Miramamolín se hicieron amigos, organizaban torneos en comandita, iban a cazar juntos, jugaban al ajedrez y pasaban ratos agradables en compañía paseando por las soledades de aquel cigarral que llamaban la Huerta del Rey,  o Palacio de Galiana a orillas del Tajo.

Dicen los cronistas que Alfonso sentía nostalgia de su esposa asturiana, doña Inés con la cual había contraído nupcias en Oviedo. Al fallecer ésta, se casa con Constanza hija del emperador de Alemania, boda por motivos políticos. Sin embargo, su presencia en Toledo dio lugar a una hermosa leyenda. Su verdadera pasión fue una hurí toledana. Fueron sus amores con la hija del rey de Sevilla, a su vez hija de una cautiva cristiana por nombre Isabel, la mora Zaida.

¿Quién no ha oído hablar del ceñidor de la mora Zaira y de la leyenda de los panes de stª Casilda bajando a dar de comer a los presos cristianos, encadenados en las mazmorras de Miramamolín, que en su regazo se convierten en rosas? "¿Qué llevas ahí, niña?". "Rosas, padre". Casilda abrió el delantal y efectivamente el suelo se inundó de flores por obra de la cristiana caridad.

Aquellos amores fueron fuente de inspiración de los romances fronterizos que han corrido por Castilla en boca de juglares hasta nuestros días y hablan de un entendimiento, si no frecuente al menos posible, entre las tres religiones monoteistas, surgido al albur de la escuela de Traductores de Toledo. Toquemos madera.

 

 

ALFONSO VI: INNOVACIÓN LITÚRGICA y (III)

 

Aquel buen rey sexto de los alfonsos murió en Toledo de 79 años el primero de julio de 1109. Fue muy querido de las mujeres de las cuales enterraría a seis segun refiere Cristobal Lozano en su libros "Historias y Leyendas". De la legitima Constanza tuvo a doña Urraca a la que bautizó con el nombre de su tía. Esta infanta daría luego mucho que hablar por su poco recato y vida un tanto licnciosa cuya es la frase de "a los moros por dinero y a los cristianos "gratis et amore". Esa palabra non digades, hija. Sin embargo, ella se la soltó a su padre con el desparpajo e impudencia de las que ejercen el oficio más viejo del mundo. Callades, hija, callades... La hija le salió pinturera y don Alfonso al oir mentar esa palabra en boca de su hija predilecta se mostró muy dolido y pesaroso. Pero doña Urraca se proclamaba partidaria del amor libre ya en aquellos años.

Sería la madre nada menos que de Alfonso VII el Emperador una de las figuras más excelsas de la dinastía castellana continuador de la obra de su abuelo y que fortificó sus reinos con castillos templarios.

La iglesia de san Gregario de Fuentesoto como prueba el epígrafe que en su día tuvimos a bien leer para los lectores del "Adelantado de Segovia"

De la ilegítima, la mora Zaida, bautizada en san Isidoro de León con el nombre de Isabel nacieron el heredero de la corona don Sancho que moriría mozo en la batalla de Uclés y otras dos infantas.

Muy novelesca y entreverada de leyendas fue la vida de este hombre.

Don Alfonso estaba en Toledo cuando le llegaron nuevas de la muerte de su hermano en el cerco de Zamora a manos de Bellido Dolfos que ha pasado a la historia como el paradigma de la traición, la vera efigie del despecho y la alevosía. De esta fama ignominiosa no se libran los zamoranos. "No murió por las tabernas ni tampoco tablas jugando que él murió sobre Zamora vuestra honra resguardando" Pero Dolfos no era zamorano sino de Benavente buen pueblo y mala gente y que perdonen los benaventinos pero es lo que se dice por aquellos pagos. El mismo nombre  de Benavente no es cristiano sino árabe: Ben Avet (hijo de Alá el misericordioso.)

Poca misericordia tuvo con don Sancho al que trapasó con un venablo buscando, una vez cometida su alevosía, asilo luego en una iglesia.  El Cid que lo estaba viendo salió en su persecución y no pudo alcanzarlo. Había montado a pelo sobre su alazán y de ahi la frase con que maldijo su suerte: "malhaya el caballero que sin espuelas cabalga".

Aquel regicidio puesto que no hay mal que por bien no venga cambiaría el curso de los acontecimientos en la historia de España. Es el primer conato de unión. Galicia, Asturias y León quedarían incorporadas a la corona de Castilla. Navarra y Aragón seguirían  con el matrimonio de Fernando e Isabel en Segovia tras la jura junto a la olma de san Miguel en 1475.

Sin dar parte a su protector el taifa de Toledo, Miramamolín, una noche en compañía de sus fieles vasallos, se descuelga por un adarve próximo a la puerta del Cambrón y llega a Burgos a empuñar el cetro y ceñirse la corona de don Pelayo.

El Cid en santa Gadea le toma declaración de no haber participado en la conjura. Cuenta el Cantar de Mio Cid que ante el atrevimiento de su vasallo al rey le mudara la color. Su Majestad nunca perdonaría aquel agravio. Y lo desterró a Valencia.

En su reinado hubo rieptos y traiciones, treguas, concordias y discordias, gloriosas campañas contra el moro y hechos atroces. Es ni más ni menos la tinta ensangrentada con la que se escribe la historia. No guardó las alianzas Alfonso con Miramamolín.

Prevaricó, pues, muerto éste, plantó cerco a la Ciudad Imperial a la que conquista el año 1085. Mandó traer, por influjo de doña Constanza, monjes franceses que repoblaron Castilla y cambió la vieja liturgia mozarabe de signo oriental más rica y expresiva por la romana mucho más adusta.

Un dia de la navidad de 1085 se cantó en Toledo  por primera vez la misa en latin conforme al canon romano. El viejo rito de san Isidoro quedó abolido.

Para Alfonso VI el legado de la Reconquista y la venganza del conde don Julián prevaleció sobre el sentimiento de amistad y la palabra empeñada al amigo. El arcano de la Cava forma parte del misterio de España pero no nos adentremos en este laberinto de esa misteriosa cueva que se esconde en un cerro de Toledo. Dejemoslo estar. La hidalguía y la largeza se conjugan, a lo largo de los siglos, con la atrocidad, los fratricidios, las envidias un mundo perdido y encontrado a través de los pasillos de la famosa Cava Florinda.

Estos reinos llamados cristianos, cristianos en la fe pero no tanto en la conducta ni en la moral, se fraguaron en la lucha contra el Islam. Algo ineluctable e incuestionable. Ese es el mensaje del misterioso legado de venganza de don Rodrigo de la sangre derramada en Guadalete y de las maldades de un obispo libelático. Ese don Opas enigmático símbolo de la traición aparece en multiples páginas ensangrentadas de la historia de España.

Su designio forma parte del morbo visigótico que no viene a ser sino la enfermedad del alma de un pueblo de sangre ardiente y generosa por demás pero también dañada porque se entristece del bien ajeno. Sin embargo, el numero seis que cierra el circulo, el que ceñía Alfonso VI como emblema en su corona, es el antítodo contra esa afección. Sigamos buscando la piedra filosofal. Alejense las pesadillas de nosotros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ALFONSO VI Y EL CASTILLO DE LA VILLA DE FUENTIDUEÑA  (I)

 

Ya quedan sólo unos farallones desdentados de lo que fue fortaleza bien torreada y excelsa para la defensa de las tierras al sur del Duero pero mi infancia se empapó de la magia de aquel legendario rey castellano que fundó el baluarte de Fuentidueña. Ruinas misteriosas, "castles in Spain". No es lícito desposeer a los pueblos de sus leyendas y de su mitología. Alfonso VI se encuadra como un prócer mitológico en la historia de Castilla.

Ibamos mi primo Agustín y yo a hacer mandados en la burra o en la bicicleta cuando el abuelo caía malo a la botica de la Villa. Subíamos la cuesta de la Fuente Caldera una de las siete rudales que alumbraban agua a Fuentesoto y, alcanzado el camino de la pedriza, pedaleabamos sin parar entre el polvo blanco de la carretera, majuelos, algún solitario almendro desgarbado y a la bajada de siete revueltas toda la historia de Castilla se nos venía encima al cruzar el puente romano. El seis es ni numero de suerte y todo cuanto se diga sexto es bueno Alfonso VI, Sixto VI, Alejandro VI un grandísimo papa valenciano que no se privó de nada y hasta tuvo amores y engendró hijos.

Teníamos mi primo y yo que golpear la puerta carretera con fuertes aldabonazos porque el boticario un artillero al que atronaron los estampidos de la batalla de Brunete donde tambien un obús le segó una pierna oía con dificultad; sordo estaba como un tapión. Debía de ser colega por aquello de la fraternidad de almas del famoso "cojo de Mamblas" al que luego conocería en una residencia de Arévalo para la tercera edad.

Al cabo de un rato bajaba el boticario arrastrando su pata chula por las escaleras. Sus pisadas gloriosas de mutilado de guerra sonaban tambien como zambombazos. Era don Eutiquio una paisano enorme con un vozarrón que debió de espantar a los sargentos. Su continente poco se compadecía con su alma de castellano campechano. <<¿Quien se puso malo?>>. <<El abuelo>> <<Vaya por Dios, hombre; pero con estas píldoras ya vereis como mejora, aunque tenga mala compostura eso de la prostata>>.

Agustin y yo cogiamos las pildoras del preparado, (don Eutiquio con su farmacopea y sus morteros, que leía al Doctor Laguna en sus ratos libres, de hierbas oficinales sabía los suyo) mirabamos impresionados para las ristras de tarros y morteros donde se guardaban las hierbas de toda la medicina homeopatica y saliamos de estampida dejando atras aquel pueblo misterioso que era como un baluarte a la vera del Duratón donde había quedado fraguado el nombre y el espiritu de Alfonso VI. Seis/ seis/ seis, número que cierra el círculo y me acordaba del juramento de santa Gadea (tuvo arrestos Mio Cid para irle a su rey a pedir cuentas), la afrenta de Corpes y dñª Elvira y dñª Sol que eran de Oviedo y Zamora la bien cercada unida al nombre de Bellido Dolfos y a frases paradigmáticas que sentaron plaza en nuestro idioma... no se gana Zamora en una hora, malhaya el caballero que sin espuelas cabalga... ¡oh qué buen vasallo si hubiese buen señor!

Todas esas escenas se me representaban como en un retablo gótico cuando acudía a la botica de la Villa a por las grajeas que recetaba el médico al abuelo Benjamín. Yo rememoraba las clases de historia de España que luego en el seminario nos  daría don Ramón Alonso en aquel libro de texto que sobre u fondo gris traía una foto del castillo de la Mota y que nos aprendíamos de coro.

Todos aquellos pollos que fuimos bachilleres del plan de Educación creado por el ministro don Pedro Sainz Rodriguez (su ley fue una fragua de entendimientos históricos pues nos enseñó a compadecernos y a sentir las vibraciones de grandeza y las contradicciones de nuestro pueblo) pertenecimos a la última leva de un conocimiento histórico del que se ha privado a las generaciones que vinieron más tarde, no partidista ni cercenado o manipulado por la aleve mano negra del rencor y de la hispanofobia.

No importa que Franco destituyera fulminantemente de su cargo a don Pedro por haberse ido de picos pardos una noche en Vitoria del año 1938. Su plan de estudios le convirtieron en el mejor ministro de Educación que ha tenido España en décadas.

Gracias a él pudimos conocer historia de España y las matematicas y la física y química en un sistema de educativo hecho para formar jovenes con ideas claras, inexistente en la actualidad.

Don Pedro se hizo del bando de don Juan y conspiró todo lo que pudo contra el Regimen mientras escribía tratados de mística. En ellos se refería a la magia del número seis.

El pobre abuelo Benjamín moriría de cáncer de prostata. Mas, tengo para mí que aquellas excursiones a la Villa de Fuentidueña a por sus recetas fueron de provecho para mi alma. Desde entonces sueño con la magia del número 6.

 

 

ALFONSO VI SE REFUGIÓ EN FUENTIDUEÑA PERSEGUIDO POR SU HERMANO SANCHO (II)

 

El rey Fernando I rey de Castilla Asturias y León al morir cometió el error de dividir sus reinos entre sus herederos y con esta hijuela vinieron las parcialidades las malquerencias y asomó su cresta la envidia proverbial entre los godos, causante de no pocos males. La prole anduvo en pendencias, leído el legado del testamento, como es habitual entre nosotros.

España enigma histórico padece de una fatídica enfermedad moral: el morbo visigótico, tambien denominada herencia de san Hermenegildo: la envidia. Parece mentira de un rey católico al que por abjurar del arrianismo le cortaron la cabeza nos dejase mandas tan malas. La de la sierpe quedó vivita y coleando.

Galicia legó, según cuentan las crónicas, a don García, a Sancho Castilla, a don Alfonso León. A Urraca le dio Zamora y a dñª Elvira la plaza de Toro. A partir de ahí el nombre de Alfonso VI va unido a una leyenda de grandezas y luchas interdinasticas fratricidas de los tres reinos. Pero tambien fue el impulsor del arte románico e introdujo en España el Misal Romano,

Se alzó contra su hermano Sancho el cual le vence en la batalla de Plantaca. Hecho prisionero, decide   don Sancho, que no quiso cometer fratricidio ni meterlo en la cárcel, que profese como monje en el monasterio de Sahagún pero el hijo segundón del rey Fernando I  no tenía vocación de fraile y huye a Fuentudueña.

Unos fronterizos de Sacramenia le proporcionan salvonducto para viajar a tierra de moros.  La taifa de Almonacid pagaba pechas a su progenitor y era su aliado en las pendencias con Navarra.

En Toledo se acoge a la protección de Miramamolín. allí va a residir en el palacio de Galiana gozando de la hospitalidad y todas las preeminencias del monarca alauita. Quien lo trata con una tolerancia eximia hasta el punto de permitirle la practica de su religión. Su hermana Urraca, en calidad de princesa zamorana, desde Castilla envió regalos al rey moro, y a Toledo llegó una comitiva presidida por Pero Ansures para rendir tributos y vasallaje al rey de Toledo. En el grupo venían varios clérigos y un monje que decía las misas  griegas (en rito mozarabe al monarca exilado, Alfonso luego aboliría el canon visigótico, aconsejado por doña Constanza, que era francesa, y los benedictinos de Cluny) al rey exilado.

Entre los recien llegados, siguiendo por este orden de cosas, se encuentra un personaje importante, un caballero por nombre Rodrigo Diaz de Vivar que se puso al frente de las mesnadas de Miramamolín en sus guerras contra Hixen II de Córdoba y contra el rey de Aragón. Por su valentía y su eficacia en las lides, la tropa empezó a llamarle "sidi" (señor.)

Rodrigo era un mercenario que se ganaba el pan a sueldo del que mejor pagaba. Unas veces por los cristianos y otra por los moros. Pues bien lo detallaba doña Urraca que era algo ligera de cascos "a los moros por dinero y a los cristianos de balde". Aquel mundo era un mundo interactivo.

Moros y cristianos en esta epoca de últimos del s. XI se conocían bien unos a otros, peleaban sí, se hacían la guerra, se robaban las mujeres e intercambiaban castillos y regalos, y, si no rezaban juntos, al menos juntos pensaban, puesto que lo morisco anda muy entreverado con el alma castellana.

No hay más que echar mano del refranero <<en casa de moro no parles algarabía>>, Alfonso y Miramamolín se hicieron amigos, organizaban torneos en comandita, iban a cazar juntos, jugaban al ajedrez y pasaban ratos agradables en compañía paseando por las soledades de aquel cigarral que llamaban la Huerta del Rey,  o Palacio de Galiana a orillas del Tajo.

Dicen los cronistas que Alfonso sentía nostalgia de su esposa asturiana, doña Inés con la cual había contraido nupcias en Oviedo. Al fallecer ésta, se casa con Constanza hija del emperador de Alemania, boda por motivos políticos. Sin embargo, su presencia en Toledo dio lugar a una hermosa leyenda. Su verdadera pasión fue una hurí toledana. Fueron sus amores con la hija del rey de Sevilla, a su vez hija de una cautiva cristiana por nombre Isabel, la mora Zaida.

¿Quien no ha oido hablar del ceñidor de la mora Zaira y de la leyenda de los panes de stª Casilda bajando a dar de comer a los presos cristianos, encanenados en las mazmorras de Miramamolín, que en su regazo se convierten en rosas? "¿Qué llevas ahí, niña?". "Rosas, padre". Casilda abrió el delantal y efectivamente el suelo se inundó de flores por obra de la cristiana caridad.

Aquellos amores fueron fuente de inspiración de los romances fronterizos que han corrido por Castilla en boca de juglares hasta nuestros días y hablan de un entendimiento, si no frecuente al menos posible, entre las tres religiones monoteistas, surgido al albur de la escuela de Traductores de Toledo. Toquemos madera.

 

 

ALFONSO VI: INNOVACIÓN LITÚRGICA y (III)

 

Aquel buen rey sexto de los alfonsos murió en Toledo de 79 años el primero de julio de 1109. Fue muy querido de las mujeres de las cuales enterraría a seis segun refiere Cristobal Lozano en su libros "Historias y Leyendas". De la legitima Constanza tuvo a doña Urraca a la que bautizó con el nombre de su tía. Esta infanta daría luego mucho que hablar por su poco recato y vida un tanto licnciosa cuya es la frase de "a los moros por dinero y a los cristianos "gratis et amore". Esa palabra non digades, hija. Sin embargo, ella se la soltó a su padre con el desparpajo e impudencia de las que ejercen el oficio más viejo del mundo. Callades, hija, callades... La hija le salió pinturera y don Alfonso al oir mentar esa palabra en boca de su hija predilecta se mostró muy dolido y pesaroso. Pero doña Urraca se proclamaba partidaria del amor libre ya en aquellos años.

Sería la madre nada menos que de Alfonso VII el Emperador una de las figuras más excelsas de la dinastía castellana continuador de la obra de su abuelo y que fortificó sus reinos con castillos templarios.

La iglesia de san Gregario de Fuentesoto como prueba el epigrafe que en su día tuvimos a bien leer para los lectores del "Adelantado de Segovia"

De la ilegítima, la mora Zaida, bautizada en san Isidoro de León con el nombre de Isabel nacieron el heredero de la corona don Sancho que moriría mozo en la batalla de Uclés y otras dos infantas.

Muy novelesca y entreverada de leyendas fue la vida de este hombre.

Don Alfonso estaba en Toledo cuando le llegaron nuevas de la muerte de su hermano en el cerco de Zamora a manos de Bellido Dolfos que ha pasado a la historia como el paradigma de la traición, la vera efigie del despecho y la alevosía. De esta fama ignominiosa no se libran los zamoranos. "No murió por las tabernas ni tampoco tablas jugando que él murió sobre Zamora vuestra honra resguardando" Pero Dolfos no era zamorano sino de Benavente buen pueblo y mala gente y que perdonen los benaventinos pero es lo que se dice por aquellos pagos. El mismo nombre  de Benavente no es cristiano sino árabe: Ben Avet (hijo de Alá el misericordioso.)

Poca misericordia tuvo con don Sancho al que trapasó con un venablo buscando, una vez cometida su alevosía, asilo luego en una iglesia.  El Cid que lo estaba viendo salió en su persecución y no pudo alcanzarlo. Había montado a pelo sobre su alazán y de ahi la frase con que maldijo su suerte: "malhaya el caballero que sin espuelas cabalga".

Aquel regicidio puesto que no hay mal que por bien no venga cambiaría el curso de los acontecimientos en la historia de España. Es el primer conato de unión. Galicia, Asturias y León quedarían incorporadas a la corona de Castilla. Navarra y Aragón seguirían  con el marimonio de Fernando e Isabel en Segovia tras la jura junto a la olma de san Miguel en 1475.

Sin dar parte a su protector el taifa de Toledo, Miramamolín, una noche en compañía de sus fieles vasallos, se descuelga por un adarve proximo a la puerta del Cambrón y llega a Burgos a empuñar el cetro y ceñirse la corona de don Pelayo.

El Cid en santa Gadea le toma declaración de no haber participado en la conjura. Cuenta el Cantar de Mio Cid que ante el atrevimiento de su vasallo al rey le mudara la color. Su Majestad nunca perdonaría aquel agravio. Y lo desterró a Valencia.

En su reinado hubo rieptos y traiciones, treguas, concordias y discordias, gloriosas campañas contra el moro y hechos atroces. Es ni más ni menos la tinta ensangrentada con la que se escribe la historia. No guardó las alianzas Alfonso con Miramamolín.

Prevaricó, pues, muerto éste, plantó cerco a la Ciudad Imperial a la que conquista el año 1085. Mandó traer, por influjo de doña Constanza, monjes franceses que repoblaron Castilla y cambió la vieja liturgia mozarabe de signo oriental más rica y expresiva por la romana mucho más adusta.

Un dia de la navidad de 1085 se cantó en Toledo  por primera vez la misa en latin conforme al canon romano. El viejo rito de san Isidoro quedó abolido.

Para Alfonso VI el legado de la Reconquista y la venganza del conde don Julián prevaleció sobre el sentimiento de amistad y la palabra empeñada al amigo. El arcano de la Cava forma parte del misterio de España pero no nos adentremos en este laberinto de esa misteriosa cueva que se esconde en un cerro de Toledo. Dejemoslo estar. La hidalguía y la largeza se conjugan, a lo largo de los siglos, con la atrocidad, los fratricidios, las envidias un mundo perdido y encontrado a través de los pasillos de la famosa Cava Florinda.

Estos reinos llamados cristianos, cristianos en la fe pero no tanto en la conducta ni en la moral, se fraguaron en la lucha contra el Islam. Algo ineluctable e incuestionable. Ese es el mensaje del misterioso legado de venganza de don Rodrigo de la sangre derramada en Guadalete y de las maldades de un obispo libelático. Ese don Opas enigmático símbolo de la traición aparece en multiples páginas ensangrentadas de la historia de España.

Su designio forma parte del morbo visigótico que no viene a ser sino la enfermedad del alma de un pueblo de sangre ardiente y generosa por demás pero también dañada porque se entristece del bien ajeno. Sin embargo, el numero seis que cierra el circulo, el que ceñía Alfonso VI como emblema en su corona, es el antítodo contra esa afección. Sigamos buscando la piedra filosofal. Alejense las pesadillas de nosotros.

 

 

 

 

 

ES LA INSTITUCIÓN MAS APRECIADA POR LOS ESPAÑOLES EN ESTE TIEMPO DE CORRUPCIONES

 

MI HOMENAJE AL VIEJO CUARTEL DE SOTO DE LUIÑA DE LA BENEMERITA

 CASA CUARTEL DE SOTO DE LUIÑA UNA DE LAS PRIMERAS ESTABLECIDAS POR EL DUQUE DE AHUMADA

 










Enchufas las noticias de la tele abres los periódicos y lo primero que te encuentras: un agente uniforme verde oliva desmantelando una red de traficantes de estupefacientes o tratando de poner orden ante una trifulca de barrio por la ocupación de una casa.

Los todoterrenos de la Guardia Civil patrullan la dehesa de un asesino en Monesterio que asesinó a su vecina para descubrir los restos de la pobre muchacha víctima de un crimen pasional.

Hay un accidente en carretera, una inundación, un fuego y los hijos del Duque de Ahumada allí se presentan al minuto para encauzar el salvamento de los que están en peligro, meter en vereda a los que quebrantan el orden y la ley.

Los picoletos en una circunstancia tan bronca como la que estamos pasando (la gran epidemia, crisis económica, perdida de empleo, conflictos laborales y un desorden mundial que trasciende las fronteras) nos hacen sentir orgulloso de ser españoles y asturianos.

La Benemérita es hoy por hoy la institución de más prestigio en nuestro palmarés, seguida de cerca por los sanitarios médicos y enfermeras.

Cuando paso, doblado el puente del río Esqueiro que baña Soto, me cuadro ante la bandera ondeando a la puerta. Es un edificio del siglo XIX propiedad de la familia Mendiola. 

El cuartel de la guardia civil  de Soto de Luiña es una casona de porte humilde puertas de cuarterón, corredoria, sin antojana a pie de calle, el despacho del comandante de puesto una habitación a la derecha dando marco a un decorado de austeridad y aseo, disciplina militar y honradez.

El honor es mi divisa reza el Himno del Instituto armado. Han servido a regímenes de todos los colores sobreviviendo a vicisitudes políticas de vario signo. Y cambios de gobierno.

Franco estuvo a punto de suprimirla porque la mayor parte del Cuerpo se situó bajo el mando de la República. Junto a actos heroicos como el del capitán Cortés en Santa Maria de la Cabeza Jaén o el Alcázar de Toledo donde el espiritu de sacrificio y la eficacia de los guardias allí refugiados fueron los mejores fusileros que tuvo Moscardó, se sitúa la adscripción republicana del coronel Escobar en Cataluña, después fusilado por el delito de sedición.

El general asturiano Camilo Alonso Vega evitó su desmantelamiento (era amigo del Caudillo por fraternidad de armas y parentesco) y el Régimen encontró en la GC su mejor valedora en la lucha contra los maquis, el contrabando y el bandidaje.

Buenos servidores del orden público, la pareja camina, el chopo en bandolera, el tricornio charolado la escarcela bajo el manto y la cartilla con los puntos del Reglamento.

 La expresión de leerle la cartilla a uno que se hizo popular en el lenguaje coloquial es una expresión del Instituto; cuando en la comandancia se administraba un castigo a un número que había cometido una falta en el servicio.

Todo esto constituye una imagen tópica y típica de la España de antaño.

Pienso que Lorca lo tendría hoy crudo o no se le entendería cuando expresara; “Guardia civil caminera le llevó codo con codo”. En mi humilde opinión, claro está.

Tomás Salvador en su novela “Cuerda de Presos” opugna este cliché, esta imagen  tan desgastada que algunos inconscientes tuvieron de la Benemérita.

Dos guardias. Uno, gallego y joven, el guardia raso Aboin y un cabo el asturiano, zorro y socarrón, Serapio, conducen al Sacamantecas, un criminal en serie, que sentía fobia a las mujeres, desde la Robla en León hasta Vitoria donde le darán garrote vil.

Entre el condenado a muerte y sus custodios se entabla un vínculo mitad compasión mitad sentido del deber y espíritu de cuerpo. Que llamaría alguno síndrome de Estocolmo.

Van desde el viejo reino asturleonés hasta las Vascongadas, bordeando  la cordillera cantábrica; largas caminatas, paisajes maravillosos. Tomas Salvador urde una novela psicológica perfilando el modo de ser de unos españoles humildes hijos del pueblo que han de convivir con un malhechor que no es más que un pobre hombre digno de compasión. Al socaire de sus dudas personales.

Sobre las paginas de la conducción del Sacamantecas flota la máxima de odia al pecado y compadece al pecador.

Don Quijote y Sancho vuelven a las andadas. La sabiduría popular la sorna y el escepticismo flota sobre los capítulos del libro.

Yo me acuerdo mucho de Tomás Salvador cuando bajo a Soto y saludo a la bandera de la casa cuartel, una de las primeras que afloraron en Asturias despues de su institución.

El decreto de Francisco Javier Girón Ezpeleta Las Casas y Enrile, Duque de Ahumada, el 28 de marzo de 1844 siendo jefe de gobierno González Bravo que solo dura cinco meses y es sustituido por Narváez un general moderado al que llamaban “El Espadón de Loja” marca el aranque de la Guardia Civil o Guardia Ruralcon compañías unas a pie y otras a caballo.

Asturias estaba incardinada en el octavo Tercio (León, Oviedo, Salamanca, Palencia, Valladolid, Zamora Ávila y Segovia) con dos compañías de infantería y una de caballería.

Uno de los aciertos del Duque de Ahumada fue dar un carácter militar a su instituto puesto que aquí no hay regimientos sino tercios dispersos en pequeños grupos coordinadas. Es una de las razones de su eficacia.

En virtud de la misma está reputada como uno de los cuerpos policiales más eficaces del mundo.

Es un poco la envidia de la CIA, el KGB, Le Second Bureau francés y el M15 británico. Sus servicios de información, si se desclasificasen, harían levitar en  sus sillas a muchos.

Amén de eso, su perfil es tolerante y humanitario porque en perpetua lucha contra el mal conocen las fragilidades humanas y esa propensión al crimen de nuestra condición (riñas, celos, alcohol, enemistades familiares, envidias, orgullo, rivalidades de campanario).

Ese margen de tolerancia y de eficacia a un tiempo es un sello inconfundible.

Don Camilo Alonso Vega recomendaba a sus uniformados “si no podéis ser castos, sed cautos… os recomiendo paso corto vista larga y ojo al cristo que es de plata… ojos de halcón paso de lobo y hacerse el bobo”.

Buen consejo, mi general, que apunta a una de las razones por las cuales la GC sobrevivió a los vaivenes y meneos políticos de una nación, tan dada a la crispación y a la fluctuación pendular como España.

Por lo demás es necesario señalar que se trata de una institución borbónica surgida de las ruinas de la guerra de la independencia y de la carlistada. Eso conviene destacarlo precisamente cuando hay tanta gente en el país que sueltan soflamas contra los borbones, que no fueron santos por supuesto, pero que  tuvieron sus cosas buenas como la red caminera, los ferrocarriles, el ensanche, modernización y alcantarillado de las ciudades.

Isabel II dio pábulo al Benemérito Instituto como salvaguarda del orden publico, la moderación, la lucha contra el bandidaje y el bandolerismo.

Los españoles somos muy propicios a tirarnos al monte despues de las hecatombes políticas que hemos tenido, y esa propensión a combatirnos y pasar de víctimas a victimarios en lucha constante contra la propia sombra, nos marca.

El Empecinado y el Cura Merino dos guerrilleros significados, héroes castellanos, en la lucha contra el invasor francés acabaron en el patíbulo, lo mismo que el “Arrempuja”, el “Chato de Benamejí”, el “Botijas” o el “Barquero de Cantillana”.

De esto saben mucho nuestros humildes y abnegados números de clases y tropa, que van por el mundo sin descomponer el gesto, acomodándose a los nuevos tiempos, fieles servidores de cualquier gobierno, tarea nada fácil.

Han incorporado a la mujer a sus filas con gran éxito, se abstienen de airear sus opiniones políticas.

A mí me parece que la militarización es un baluarte de su disciplina y espiritu de sacrificio pues el servicio es el servicio. Viva la Guardia Rural. Ahora me acuerdo de un viejo romance que cantaban en corro los niños de mi infancia “En la plaza del Turco le mataron a Prim iba solo en su coche con la guardia civil para dar las armas a otro general”.

Mal pagaba España sus servicios a aquel tarraconense héroe de los Castillejos.

Sin embargo, España y yo somos ansí, señora, que diría don Pío.

Que la Benemérita siga patrullando nuestros astures caminos y que la honorable casa cuartel de Soto de Luiña siga contando con un cabo puertas toda la vida. Es mi deseo. 

Божественная литургия 16 июля 2022 года, Храм-Памятник на Крови, г. Екат...