2022-10-24

SOY TRANSPORTADO POR LOS DIOSES A LA VIEJA ROMA

 

EL SATIRICÓN

 

Comamos y bebamos que mañana moriremos. Vuelven al mundo las viejas costumbres incineradas de la gula. Yo era el farolero de la puerta el Sol cojo mi guitarra y enciendo el farol. Y ahora soy masterchef. Las distribuidoras grandes radicadas en una Jerusalén que no existe nos marcan página acerca de lo que tenemos que comer, lo que hemos de leer, cuantas horas tenemos que correr y a qué horas ir al mingitorio.

De grandes cenas están las sepulturas llenas. La buena cocina es una obsesión de esta tripera sociedad, a todas horas mirándose el ombligo. Cagar alegres y jiñar contentos. De acuerdo, tío, pero hazlo dentro.

Es obsesión de los nuevos césares la mala literatura. Fui el otro día a la sección de librería del Corte Inglés y allí me encuentro con los autores de siempre. Cualquier pedorra que sale por la tele cinco minutos ya tiene derecho de pernada en las grandes editoriales controladas por cavernícolas del mundialismo antiestético y feísta. A la venta libros malos de Isabel San Sebastián, Cristina López Schlichting, la cual nació en un cuartel de la Benemérita y parece que se la ha olvidado y otras muchas maripavas. El buen arte de la literatura, el gran discurso, ha sido enterrado a hachazos por estos nuevos tribunos y tribunas de la plebe que nos han impuesto desde arriba los dictadores feministas y hasta estas autoras noveles son entrevistadas por el Dragón. Así que aburrido y cautivo y desarmado el ejército rojo, me refugio en los clásicos. He vuelto a leer en su lengua original a Petronio. El Satiricón su obra mayor me reconcilia con la vida y con la Roma.

Decía Ernesto Giménez Caballero que cuando llegaba a Roma le entraban ganas de gritar madre. Madre, ay, madre, no quiero vivir en esta España empedrada de pedos mediáticos, pedorros y pedorras que se van sin decir adiós para que huela a rayos en la habitación del castillo. Chicas de la tele muy monas en apariencia y requete-maquilladas, luciendo tocados impecables pero todas homologadas e iguales. Son las sacerdotisas del 666 anunciante y debelador. Forman parte de la clonación que propicia el anticristo que habita entre nosotros. A Mr le cuelgan cada vez más las corbatas psicodélicas tan largas que se hunden por su bragueta y sobrepasan los cojones que deben de estar yertos, septuagenarios. Por eso ya digo que le cuelgan. Así que en alas de Morfeo huyo al capitolio. El Satiricón me hace comensal de uno de sus banquetes que duraban dos días y dos noches. Esclavos de Numidia traían el aper atalajado y adornado de pámpanos y cepas toscanas. El vino de Salerno que se derramaba sobre las togas pretextas corría en grandes jarros por las mesas. Honremos a Baco y después vendrá Venus. Menús de treinta platos. Un esclavo frigio servía junto a las servilletas y los cubiertos dos ganchos de plata para introducirlos en la garganta camino del vomitorio. Los romanos echaban la pota tras sus grandes trapalladas para seguir tragando. Rechacé como descendiente de hispanos de Asturica el jabalí, animal impuro según nuestras leyes dietéticas, el lechón y los chicharrones servidos dentro de un gran lebrillo por una matrona en paños menores. Pero me hinché a garbanzos aderezados con malvasía. Un hondero mallorquín recién llegado de las Galias, y que era centurión de la Legio Septima Gémina, se entusiasmó con el efebo Vinicio al cual besaba y manoseaba; yo apartaba la mirada mirabili dictu cuando aquel demonio súcubo lo sodomizaba coram populo.

Plauto el de los pies planos prorrumpió en grandes carcajadas cuando ambos amantes salieron de estampida camino del tablinium a seguir haciendo cosas feas. ¡Qué horror! El amor nefando debe de amargar como el pepino. La bujarronería me pareció siempre digna de lástima, pero no por no ser carne de hoguera y por tener que correr un tupido velo al respecto ha de ser elogiada sino execrada como toda cualquier merma de la naturaleza donde hay tantas cosas mal hechas. Tampoco hay que poner medallas en el pecho a los bardajes. Con su pan se lo coman. Los bujarrones me asquean. Nunca fue para mí beneplácito el amor amargo, tampoco “monté en globo” pero nadie puede explicar estas debilidades inexplicables, inversiones de la natura que, trocándose del revés, buscan placer en el caño de la mierda en lugar del conducto de la generación que es lo suyo. Plauto, ya muy borracho, no dejaba de darle vueltas a su copa de oro y de decir Numquam satis, numquam satis. Con lo que daba a entender que la pasión esa es insaciable y que el que va no vuelve. Que nunca se sienten satisfechos los que dan y reciben por el culo y es que debe de ser el sexo para ellos algo inagotable. Costumbres paganas amor de efebos ,fiestas y banquetes baños y triclinios donde mandaba en la cocina la carne impura  del cerdo salvaje, bocado exquisito: aper. A las dos horas de estar tendidos sobre el triclinio nuestro anfitrión Naviecus hizo llamar a las hetairas que entraron desnudas en el impluvio tocando el sistro. Muchos de los comensales que eran libertos y que trataban de ocultar con sus largas cabelleras los orificios que taladraron sus orejas, antes de ser manumitidos, se relamían de gusto y alababan la generosidad del huésped garante de tales dádivas sexuales.

De allí a la orgía sólo hubo un paso. Para no ser la oveja negra del concurso, yo me arrimé a un pino verde, esto es, a una pelirroja de Hibernia, hija de un rey remoto del clan de los picti que había sido arrastrada a Roma por los soldados de Adriano como rehén, que hablaba con la lengua de los pájaros y mostraba dos senos poderosos de los cuales los amantes querrían nutrirse eternamente. Sus besos y sus caricias me supieron a miel. ¡Mama Roma¡ Que quiere decir madre. Roma es amor. Se fueron las pilunguis y llegaron los balnearii (bañeros) que nos restregaban bien las espaldas y los muslos en el tepidarium. Muchos de estos selectos esclavos eran expertos en actividades masturbadoras. Las paredes aparecían, como en lo lupanares, tiznadas de gargajos y rastros jaculatorios del amor con prisas. Después de estos masajes en el caldarium nos llenamos de vapores que limpiaron nuestros poros, purificando el cuerpo pecador. Algunos culos romanos eran enormes. De esta tarea se encargaba los depilatores, algunos de ellos eunucos. Se les encomendaba la misión afeitar el vello púbico de las matronas y era muy placentero sentir por abajo desde los glúteos a la barbilla el calor de la caldera debajo del piso del hipocausto. La tarea concluía en el frigidarium. Sentíamos el cuerpo fresco como una lechuga. Así que volvíamos al banquete a seguir trasegando el dulce vino de Salerno y de Sicilia para basquearlo después en los vomitorios. Descargado el vientre, regresaban los deseos de más jarana, pero Naviecus, que era muy creyente en los dioses de su pueblo y que guardaba siempre lámparas encendidas en el lararium doméstico, hizo venir a las Moiras de rostro tétrico y cantar lúgubre que se encargaban de recomendarles a los comensales su cuidado cuan presto se va el placer y cuan callando se viene la muerte. Esta procesión duraba unos minutos; las bacantes ocultaban su rostro, los borrachos se dormían arropados por la melopea lúgubre de las nenias funerales. Hay que morir. Luego comamos y bebamos hasta reventemos.

 Era la máxima de la Roma a la que hoy las nuevas bacantes de la insulsa Telemierda dan pábulo. Las cautivas vestiplices que cuidaban de los pliegues de la veste y la toga de sus señores y los cuerpos arrugados tras el paso por el unctorium y los sudores del laconicum, mientras escuchábamos las charlas sin sustancia de los nugatores troleros y falaces, hacían apuestas sobre quien de todos y todas las presentes tenía mejor cuerpo y cuál de los efebos era el más bello y cuál de las mozas era la más hermosa. Lo destacaba por tener esa vagina en mayúsculas a la que aspira el amor total. Priapo también era muy venerado en lo suyo.

A los sodomitas se les conoce por tener miembros viriles muy alargados algunos casi espantosos que les llegaban a las rodillas. ¡Cómo se empinaban algunos, madre mía, como las varas de una tartana cara al sol! El juego preferido en estas comilonas era sacar la minga a ver quién era el que la tenía más larga para gloria de Priapo y los penates patrios que le concedieron esa gracia de dios. En Roma todo tenía un sitio y una finalidad práctica. Las alumnas hijas de familia  eran guardadas como flores de estufa al calor familiar dentro del valladar de la honra. Intacta había de ser su guarda  la castidad porque ésta es un lirio frágil. Cuando se marchita jamás vuelve a crecer... La palabra clave para entender estas razones de la honra entre los latinos era la palabra "virtus" de la cual tanto gustaban los antiguos romanos antes del imperio. La capital de la catolicidad que yo empecé a amar desde que leí Ab Urbe condita, cuando traducía de adolescente a Tito Livio y a Salustio, estaba llena de hosterías de tabernas y de nostébulos. Visité una cuantas con gran peligro de mi pellejo. Porque en el Vicus Scelertatus y en el Boarius se arremolinaba toda la gente del hampa. Los gladiadores y andabatas residían en aquellos barrios trastiberinos. Allí la vida de un hombre valía poco. Iban a parar a la Via Asinaria todos los asesinos y mangantes del Ecumene conocido. Procuraba juntarme yo a los griegos que eran gente culta y amante de la belleza. De los griegos siempre se aprendía. Se expresaban en un idioma claro y contundente. Entre ellos había grandes oradores.

Prostíbulos tampoco faltaban y algunos eran centros envidiables templos verdaderos de la diosa Venus, donde la diosa del amor me clavó a mí una flecha irlandesa. Cupido me la lanzó desde las tierras altas de Hibernia En aquella pelirroja soñé toda la vida. Era adolescente cuando la conocí. Llamabase Herminia. Su cuello aparecía adornado con un anillo de oro macizo: la bulla, que yo besé unas cuantas veces… aquel medallón un favor que los dioses conceden a pocos mortales la mayoría de ellos pasa la existencia sin conocer el amor, pero a mí el gran Jovis Structor me otorgó ese galardón. Bebí de las aguas del manantial puro. No había alcanzado Herminia aun la mayoría de edad cuando fue aprehendida por las legiones de Adriano, que no profanaron su cuerpo y la trajeron intacta a Roma al templo de las vestales.

En los barrios bajos como el Boarium se escuchaba el trompeteo de los sistros y sacabuches de las plañideras que ensayaban antes de los entierros. La música se estampaba contra los triglifos de bronce. Los adivinos que embaían al público con sus embustes no paraban de hacer pronósticos y anunciar catástrofes. Un idumeo llevaba a la carrera una partida de pavos al capitolio. Mañana serían servidos en la mesa del emperador Nerón.

Los pavos se convertirían en gansos al llegar al Capitolio y empezarían a graznar. Se escuchaba gritar a la sibila de Cumas, entre música de sistros y sacabuches o flautas de la Hélade. Se hablaba por las calles tanto en griego como en latín. Los charlatanes políticos hablaban, nugaces, de democracia y el pueblo estaba rendido y cansado de tanta patraña, desde las tribunas (“rostra")

 A Cicerón parecía que le daban cuerda pues no cesaba de lanzar desde allí sus incesantes catilinarias.. Aquello parecía Hyde Park una tarde de verano londinense. El gesto tribunicio de Rajoy sólo lo admiraban los judíos de pecho enjuto. Los esclavos se llevaban la mano a la nariz o se acariciaban el lóbulo de sus orejas agujereadas, rastro de su antigua esclavitud. Los torsos desnudos mostraban las pinturas de inconcebibles tatuajes para anunciar la vuelta de Roma a la esclavitud.

Volvemos a la esclavitud de la isla Pandataria que está en el vicus de Suburra. Allí los pueblerinos tenían por costumbre el juego de la morra cerca de los peristilos del templo de Júpiter Stator con su balanza protectora de la república. Dedos de marfil que se introducían en la garganta para poder vomitar en los banquetes. Una urraca encerrada en la jaula me dio la bienvenida

Salve, Antoninus,

Salve honor et gloria populo romano repliqué

 El nomenclátor o heraldo anuncia a los recién llegados al impluvio que llovía a cantaros. Era la hora de los parabienes y el momento para recoger el agua fluvial en los aljibes.

 Velarius un ujier del tablinium, al que faltaban dos dientes me condujo a través del atrio. Dijo mientras enseñaba una mella en sus dientes delanteros:

 

Me los rompió un bretón de una pedrada

Vaya un tío. Tuvo bien tino

Era un hondero mallorquí

 

Con todo y eso, allá en Bretaña, pasaron los días más felices de mi vida en aquella provincia entre los galos… Domus Aurea y el palacio de Nerón también los visité. Uno de mis guías que se llamaba Iacetanius por ser oscense, decía que la vida está hecha de aburrimiento, y de economía donde el orden es siempre desorden. Método y risa se superponen. La vida es risa.

 Nos vamos haciendo viejos y a nosotros cada día nos gusta más la paz del hogar. La felicidad consiste en querer lo que quieren los dioses. Tito el hijo de Vespasiano que se enamoró tan perdidamente de Verenice aquella hebrea que dicen que acompañó al cristo camino del Golgota. Pero el amor aquel por poco le cuesta la vida al conquistador de Jerusalén. Su novia trabajaba para el sanedrín y los judíos escupían al pasar por la columna Trajana donde se esculpía la ignominia de su esclavitud. Trajo a Roma el Candelabro de los Siete Brazos el que lucía en el templo de Salomón a lomos de sus esclavos. El amor nos hace iguales a los dioses ligios, pero es peligroso cuando rondan mi tienta las bellas mujeres de Israel las Ester, las Judits las Rebecas y otras mataharis.

Los sicilianos cantan al sol declinante, su casa oculta entre verdes árboles y rodeada de colinas. El tema del dios único. Amor, pasión, cristianismo Nerón, mártires y catacumbas, no se sabe cómo empezó todo. En medio del incienso y la vida orgiástica dioses del l a r a r i u m oratorio o casa de los iconos que guardan los rusos. Ligia estaba en rehenes. Vinicio muere de amor por ella, pero había una dificultad insalvable: era virgen. Y las vestales no podían ser condenadas a muerte. El verdugo las violaba previa la ejecución. Desperté de mi sueño romano entre suspiros de grandeza y baticores, soñando en la pelirroja de Hibernia que transformó mi vida y en la cual sueño muchas veces y creo que moriré pensando en ella.

Volvía a mi realidad española condenado a vivir entre la marginación y la escoria recordando los esplendores de aquellos alegres días de juventud que no volverán.

 

 

CUENTO ASTURIANO

 


EL DIACONO DE LAS EXEQUIAS (cuento astur)

Al peligro con tiento y al remedio con tiempo, refranes acuciaban su memoria cuando le dijeron que Alipio había fallecido, la incineración esta tarde. Sintió entonces Doroteo una congoja augusta en el pecho. Otra vez de entierro. El acto sería en el camposanto de San Salvador sobre un cerro del que se veía la ciudad de Oviedo.

 El lugar le recordaba a Doro, lector impenitente, a Clarín cuyos cuentos necrológicos se desarrollaban allí.

Eras una tarde triste de octubre al caer de la hoja. Traían las  lluvia y viento derramando lágrimas sobre Vetusta. Detrás de las tapias se veía una panorámica de la ciudad muy solemne con las erguidas espiras -un grito en el cielo- de la catedral que llaman sancta ovetensis. Donde en el ala lateral de la epístola cabe el macizo de responsión gótica estaba la imagen de un cristo bendiciendo a dos dedos con ojos enormes y saltones, en talla del siglo XI al que llamaban el Señor de las Orejas porque en la estatua tales apéndices auriculares como sosteniendo la bola armilar eran enormes. 

Tanto ir y venir, tanto libro tanto embeleso los paseos en el Bombé las terrazas del edificio La Jirafa, otra torre señera que se veía desde el mirador del cementerio, acrecentaban su tristeza porque aquellos recuerdos del amigo que acaba de subir a la barca de Queronte.

 Aquí se acaba todo, Alipio, dijo en voz baja mientras miraba al ataúd colocado detrás de una cristalera. Punto final al ajetreo:

-¿ y ahora qué? 

No hay respuesta. 

Nadie vino a contárnoslo, pero el diácono celebrante de aquellas tristes exequias estaba soltando un rollo ante la congregación que se agolpaba en la capilla sobre las aguas bautismales y la caridad que no se ve por ninguna parte. Doroteo le escuchaba como quien oye llover. ¿ De donde habría salido aquel pájaro, que llevaba la estola cruzada al pecho? 

Cuando menos evidenciaba escasos conocimientos de teología y torpes dotes oratorias. 

-Acaba, ya venga que es para hoy

 Pero el diacono seguía y seguía, no paraba de hablar, parecía que le habían dado cuerda diciendo vaguedades y torpezas que nada tenían que ver con la vida del difunto y su lucha heroica y martirial contra el cáncer. 

Terminada la siniestra platica se agitó un resorte y la caja donde reposaba Alipio descendió paulatinamente hacia el quemadero, me entró un escalofrío. Alipio era lanzado a los infiernos, al fuego eterno. ¿Fuego eterno?

 Si era un santo, un chaval cumplidor que juró bandera en Campamento, y él estuvo en aquella ceremonia mucho más alegre que ahora, pintaba de maravillas, emigró al extranjero porque era una generación del Alsa todos esos jóvenes que en los noventa tomaron las de Villadiego porque Asturias, cerradas las minas y desmontada sus potentes industrias sacrificadas las vacas de su extensa cabaña, no ofrecía puestos de trabajo. Empezó la gran emigración. La desbandada, un chorreo que esquilmó lo más granado de su juventud. 

El difunto que estaba ahí en eso, cuyo cadáver el diacono rociaba con agua bendita, era uno de aquellos mozos. El principado se había convertido en un país de viejos. 

Cuando pasó con el acetre y me miró con ojos exterminadores y arrogantes insensibles al sufrimiento de los hombres y al misterio de lo que hay detrás de la muerte me pareció ver en él los mismos ojos del diablo Selenio y me acordé de un cuento de Gogol que leí en mi juventud que trataba de un diacono que era el mismo demonio y quiso robar la luna del plenilunio. 

A mi amigo no le estaban enterrando por lo cristiano. Aquella ceremonia con aires de conjuro se parecía a una ceremonia masónica áspera, fría, chabacana a crédito de los secuaces de los cofrades del Triángulo y el Compás. 

Anathema sit dijo para sus adentros. A ese clérigo habrá que echarle un exorcismo. Se levantó de su asiento Doroteo, tomó en sus manos el acetre y lo derramó sobre la cabeza del diablo. Luego con el hisopo le empezó a sacudir golpes en la cabeza, pero como Zelenski la tenía muy dura no le pasó nada, era insensible al dolor humano, a las lagrimas derramadas por las viudas, a las enfermedades de la gripe y el cólico miserere. a los cadáveres de los pobres soldaditos que perecen en el frente y regresan en trenes con vagones frigórificos. 

-Fuye me cago en la no quiero verte, vete, no quiero verte.

 El diacono salió  al punto disparado. Era todo un espectáculo.  Por las diferentes salas del crematorio aparecían gentes angustiadas. ¿Qué ocurre, qué pasa? Nada que un señor se volvió loco y la ha emprendido a jarrazos con ese clérigo salido de un seminario de vocaciones tardías. 

-Están corriendo a porrazos a Zelenski, el hijo de la Bestia, agente del mal y la muerte. 

Entonces Doro se dirigió al altar y recordando a la congregación que él había sido sacerdote y tenía ordenes sagradas, se arrodilló ante el cristo y tomando un crucifijo tomó la suplencia del preste falso, entonó el responso más impresionante que ha sonado en los templos e iglesias durante muchos siglos Requiem aeternam dona eis Domine, dio con el crucifijo tres golpes sobre la caja. 

Se escuchó un estruendo y a continuación por uno de los ventanales descendieron tres arcángeles con una espada que se llevaron el cuerpo de Alipio en volandas al tiempo que anunciaban a los presentes:

- Aguardadle el último día. Él se va para los cielos con la gloriosa Santa Ana. 

Don Leopoldo Alas Clarín fue el primero en acudir a recibir a su paisano y acompañado de san Pedro le abrió las puertas del Paraíso mientras un coro cantaba la entradilla de Al Siervo bueno y fiel a los acordes de la Marcha Real y música de gaita. 

El escritor le dio una palmada en el hombro y dijo:

- Entra, pues,  al reino que tienes preparado desde toda la eternidad,

-¿Cómo estás guaje? ¿Todo bien?

- Sí todo bien. 

-Pachasco, vas a estar en la gloria. 

No podía yo dar crédito a mis ojos. vi de lejos a don Leopoldo mi escritor favorito dando la bienvenida a mi primo, comprendí entonces lo que canta la infantería de que la muerte no es el final.

 Salimos del camposanto y se nos pasó la angustia, Bajamos la cuesta de todos los duelos por la Manjoya y todos los que habíamos asistido al sepelio nos dirigimos a la catedral a prostérnanos ante el Cristo de les Orelles. 

Sonaron las campanas repique de gloria y todos nos quedamos mudos en silencio adorando al viejo cristo de las orejas por la peana, a cuyas plantas a lo largo de los siglos se habían prosternado miles, millones, de romeros.

 Satanás ardía ya con el falso diacono en las calderas de Pedro Botero. Una gozosa luz impregnaba de serenidad y quietud de aquella tarde de octubre en la cual mi amigo se fue con la gloriosa santa Ana a los cielos



2022-10-23

QUE EL DIVINO ARCANGEL ACOMPAÑE A CARLOS EN SU VIAJE A LA ETERNIDAD Y MIRE POR LA SALUD Y BIENESTAR DE SUS DEUDOS QUE DEJA EN LA TIERRA EN ESPECIAL POR SU VIUDA CARMEN CARRANZA QUE SE DESVIVIÑO PARA ATENDERLO EN SU ENFERMEDAD APLICO ESTA MISA POR SU ETERNO DESCANDO. SEÑOR TEN PIEDAD

 S. Raphælis Archangeli ~ III. classis

Tempora: Feria Secunda infra Hebdomadam XX post Octavam Pentecostes IV. Octobris

Sancta Missa

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Ante Missam


Incipit
In nómine Patris,  et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.
2
Beginning
In the Name of the Father, and of the Son,  and of the Holy Ghost. Amen.
S. Introíbo ad altáre Dei.
M. Ad Deum, qui lætíficat iuventútem meam.
S. Iúdica me, Deus, et discérne causam meam de gente non sancta: ab hómine iníquo et dolóso érue me.
M. Quia tu es, Deus, fortitúdo mea: quare me repulísti, et quare tristis incédo, dum afflígit me inimícus?
S. Emítte lucem tuam et veritátem tuam: ipsa me deduxérunt, et adduxérunt in montem sanctum tuum et in tabernácula tua.
M. Et introíbo ad altáre Dei: ad Deum, qui lætíficat iuventútem meam.
S. Confitébor tibi in cíthara, Deus, Deus meus: quare tristis es, ánima mea, et quare contúrbas me?
M. Spera in Deo, quóniam adhuc confitébor illi: salutáre vultus mei, et Deus meus.
S. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
M. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper: et in sǽcula sæculórum. Amen.
S. Introíbo ad altáre Dei.
M. Ad Deum, qui lætíficat iuventútem meam.
3
P. I will go in to the altar of God.
S. To God who giveth joy to my youth.
P. Judge me, O God, and distinguish my cause from the nation which is not holy: deliver me from the unjust and deceitful man.
S. For Thou, O God, art my strength: why hast Thou cast me off? and why go I sorrowful whilst the enemy afflicteth me?
P. Send forth Thy light and Thy truth: they have conducted me and brought me unto Thy holy mount, and into Thy tabernacles.
S. And I will go in to the altar of God: to God who giveth joy to my youth.
P. To Thee, O God, my God, I will give praise upon the harp; why art thou sad, O my soul, and why dost thou disquiet me?
S. Hope in God, for I will still give praise to Him: the salvation of my countenance and my God.
P. Glory be to the Father, and to the Son, and to the Holy Ghost.
S. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, world without end. Amen.
P. I will go in to the altar of God.
S. To God who giveth joy to my youth.
V. Adiutórium nostrum  in nómine Dómini.
R. Qui fecit cælum et terram.
Confíteor Deo omnipoténti, beátæ Maríæ semper Vírgini, beáto Michaéli Archángelo, beáto Ioánni Baptístæ, sanctis Apóstolis Petro et Paulo, ómnibus Sanctis, et vobis, fratres: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo et ópere: mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa. Ideo precor beátam Maríam semper Vírginem, beátum Michaélem Archángelum, beátum Ioánnem Baptístam, sanctos Apóstolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos, et vos, fratres, oráre pro me ad Dóminum, Deum nostrum.
M. Misereátur tui omnípotens Deus, et, dimíssis peccátis tuis, perdúcat te ad vitam ætérnam.
S. Amen.
M. Confíteor Deo omnipoténti, beátæ Maríæ semper Vírgini, beáto Michaéli Archángelo, beáto Ioánni Baptístæ, sanctis Apóstolis Petro et Paulo, ómnibus Sanctis, et tibi, pater: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo et ópere: mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa. Ideo precor beátam Maríam semper Vírginem, beátum Michaélem Archángelum, beátum Ioánnem Baptístam, sanctos Apóstolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos, et te, pater, oráre pro me ad Dóminum, Deum nostrum.
S. Misereátur vestri omnípotens Deus, et, dimíssis peccátis vestris, perdúcat vos ad vitam ætérnam.
R. Amen.
S. Indulgéntiam,  absolutiónem et remissiónem peccatórum nostrórum tríbuat nobis omnípotens et miséricors Dóminus.
R. Amen.
4
P. Our help  is in the Name of the Lord.
S. Who made heaven and earth.
P. I confess to almighty God, to the blessed Mary ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, to all the Saints, and to you, brothers, that I have sinned exceedingly in thought, word, and deed, through my fault, through my fault, through my most grievous fault. Therefore I beseech the blessed Mary, ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, all the Saints, and you, brothers, to pray to the Lord our God for me.
S. May almighty God be merciful to thee, and forgiving thy sins, bring thee to everlasting life.
P. Amen.
S. I confess to almighty God, to the blessed Mary ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, to all the Saints, and to you, Father, that I have sinned exceedingly in thought, word, and deed, through my fault, through my fault, through my most grievous fault. Therefore I beseech the blessed Mary, ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, all the Saints, and you, Father, to pray to the Lord our God for me.
P. May almighty God be merciful to thee, and forgiving thy sins, bring thee to everlasting life.
S. Amen.
P. May the  almighty and merciful Lord grant us pardon, absolution, and remission of our sins.
S. Amen.
V. Deus, tu convérsus vivificábis nos.
R. Et plebs tua lætábitur in te.
V. Osténde nobis, Dómine, misericórdiam tuam.
R. Et salutáre tuum da nobis.
V. Dómine, exáudi oratiónem meam.
R. Et clamor meus ad te véniat.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Orémus,
Aufer a nobis, quǽsumus, Dómine, iniquitátes nostras: ut ad Sancta sanctórum puris mereámur méntibus introíre. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Orámus te, Dómine, per mérita Sanctórum tuórum, quorum relíquiæ hic sunt, et ómnium Sanctórum: ut indulgére dignéris ómnia peccáta mea. Amen.
5
P. O God, Thou wilt turn again and quicken us.
S. And thy people shall rejoice in Thee.
P. Show us, O Lord, Thy mercy.
S. And grant us Thy salvation.
P. O Lord, hear my prayer.
S. And let my cry come before Thee.
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
Let us pray.
Take away from us our iniquities, we beseech Thee, O Lord, that we may be worthy to enter with pure minds into the Holy of Holies, through Christ our Lord. Amen.
We beseech Thee, O Lord, by the merits of Thy Saints, whose relics are here, and of all the Saints, that Thou wouldst vouchsafe to forgive me all my sins. Amen.
Introitus
Ps 102:20
Benedícite Dóminum, omnes Angeli eius: poténtes virtúte, qui fácitis verbum eius, ad audiéndam vocem sermónum eius.
Ps 102:1
Bénedic, ánima mea, Dómino: et ómnia, quæ intra me sunt, nómini sancto eius.
V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum. Amen.
Benedícite Dóminum, omnes Angeli eius: poténtes virtúte, qui fácitis verbum eius, ad audiéndam vocem sermónum eius.
6
Introit
Ps 102:20
Bless the Lord, all you His Angels, you mighty in strength, who do His bidding, obeying His spoken word.
Ps 102:1
Bless the Lord, O my soul; and, all my being, bless His holy name.
V. Glory be to the Father, and to the Son, and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, world without end. Amen.
Bless the Lord, all you His Angels, you mighty in strength, who do His bidding, obeying His spoken word.
Kyrie
S. Kýrie, eléison.
M. Kýrie, eléison.
S. Kýrie, eléison.
M. Christe, eléison.
S. Christe, eléison.
M. Christe, eléison.
S. Kýrie, eléison.
M. Kýrie, eléison.
S. Kýrie, eléison.
7
Kyrie
P. Lord, have mercy.
S. Lord, have mercy.
P. Lord, have mercy.
S. Christ, have mercy.
P. Christ, have mercy.
S. Christ, have mercy.
P. Lord, have mercy.
S. Lord, have mercy.
P. Lord, have mercy.
Gloria
Glória in excélsis Deo. Et in terra pax homínibus bonæ voluntátis. Laudámus te. Benedícimus te. Adorámus te. Glorificámus te. Grátias ágimus tibi propter magnam glóriam tuam. Dómine Deus, Rex cæléstis, Deus Pater omnípotens. Dómine Fili unigénite, Iesu Christe. Dómine Deus, Agnus Dei, Fílius Patris. Qui tollis peccáta mundi, miserére nobis. Qui tollis peccáta mundi, súscipe deprecatiónem nostram. Qui sedes ad déxteram Patris, miserére nobis. Quóniam tu solus Sanctus. Tu solus Dóminus. Tu solus Altíssimus, Iesu Christe. Cum Sancto Spíritu  in glória Dei Patris. Amen.
8
Gloria
Glory be to God on high, and on earth peace to men of good will. We praise Thee. We bless Thee. We adore Thee. We glorify Thee. We give Thee thanks for Thy great glory. O Lord God, heavenly King, God the Father almighty. O Lord Jesus Christ, the only begotten Son. O Lord God, Lamb of God, Son of the Father. Who takest away the sins of the world, have mercy on us. Who takest away the sins of the world, receive our prayer. Who sittest at the right hand of the Father, have mercy on us. For Thou only art holy. Thou only art the Lord. Thou only art most high, O Jesus Christ. Together with the Holy Ghost  in the glory of God the Father. Amen.
Oratio
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Orémus.
Deus, qui beátum Raphaélem Archángelum Tobíæ fámulo tuo cómitem dedísti in via: concéde nobis fámulis tuis; ut eiúsdem semper protegámur custódia et muniámur auxílio.
Per Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
9
Collect
V. The Lord be with you.
R. And with thy spirit.
Let us pray.
O God, Who gave blessed Raphael the Archangel as a traveling companion to Your servant Tobias, grant us, Your servants, ever to be protected by his guardianship and by his help.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.
Lectio
Léctio libri Tobíæ
Tob 12:7-15
In diébus illis: Dixit Angelus Ráphaël ad Tobíam: Sacraméntum regis abscóndere bonum est: ópera autem Dei reveláre et confitéri honoríficum est. Bona est orátio cum ieiúnio, et eleemósyna magis quam thesáuros auri recóndere: quóniam eleemósyna a morte liberat, et ipsa est, quæ purgat peccáta et facit invenire misericórdiam et vitam ætérnam. Qui autem faciunt peccátum et iniquitátem, hostes sunt ánimæ suæ. Manifésto ergo vobis veritátem, et non abscóndam a vobis occúltum sermónem. Quando orábas cum lácrimis, et sepeliébas mórtuos, et derelinquébas prándium tuum, et mórtuos abscondébas per diem in domo tua, et nocte sepeliébas eos, ego óbtuli oratiónem tuam Dómino. Et quia accéptus eras Deo, necésse fuit, ut tentátio probáret te. Et nunc misit me Dóminus, ut curárem te, et Saram uxórem fílii tui a dæmónio liberárem. Ego enim sum Raphaël Angelus, unus ex septem, qui astámus ante Dóminum.
R. Deo grátias.
10
Lesson
Lesson from the book of Tobias
Tob 12:7-15
In those days, the Angel Raphael said to Tobias: It is good to hide the secret of a king: but honorable to reveal and confess the works of God. Prayer is good with fasting and alms, more than to lay up treasures of gold: for alms delivers from death, and the same is that which purges away sins, and makes to find mercy and life everlasting. But they who commit sin and iniquity are enemies to their own soul. I discover then the truth to you, and I will not hide the secret from you. When you prayed with tears, and buried the dead, and left your dinner, and hid the dead by day in your house, and buried them by night, I offered your prayer to the Lord. And because you were acceptable to God, it was necessary that temptation should prove you. And now the Lord has sent me to heal you, and to deliver Sara your son’s wife from the devil. For I am the angel Raphael, one of the seven who stand before the Lord.
R. Thanks be to God.
Graduale
Tob 8:3
Angelus Dómini Raphaël apprehéndit et ligávit dæmonem.
Ps 146:5.
V. Magnus Dóminus noster, et magna virtus eius.
Allelúia, allelúia.
Ps 137:1-2.
V. In conspéctu Angelórum psallam tibi: adorábo ad templum sanctum tuum, et confitébor nómini tuo, Dómine. Allelúia.
11
Gradual
Tob 8:3
The Angel of the Lord, Raphael, took and bound the devil.
Ps 146:5
V. Great is our Lord and mighty in power. Alleluia, alleluia.
Ps 137:1-2
V. In the presence of the Angels I will sing Your praise; I will worship at Your holy temple and give thanks to Your name, O Lord. Alleluia.
Evangelium
Munda cor meum ac lábia mea, omnípotens Deus, qui lábia Isaíæ Prophétæ cálculo mundásti igníto: ita me tua grata miseratióne dignáre mundáre, ut sanctum Evangélium tuum digne váleam nuntiáre. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Iube, Dómine, benedícere. Dóminus sit in corde meo et in lábiis meis: ut digne et competénter annúntiem Evangélium suum. Amen.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Sequéntia +︎ sancti Evangélii secúndum Ioánnem
R. Glória tibi, Dómine.
Ioann 5:1-4
In illo témpore: Erat dies festus Iudæórum, et ascéndit Iesus Ierosólymam. Est autem Ierosólymis Probática piscína, quæ cognominátur hebráice Bethsaida, quinque pórticus habens. In his iacébat multitúdo magna languéntium, cæcórum, claudórum, aridórum exspectántium aquæ motum. Angelus autem Dómini descendébat secúndum tempus in piscínam, et movebátur aqua. Et, qui prior descendísset in piscínam post motiónem aquæ, sanus fiebat, a quacúmque detinebátur infirmitáte.
R. Laus tibi, Christe.
S. Per Evangélica dicta, deleántur nostra delícta.
12
Gospel
Cleanse my heart and my lips, O almighty God, who didst cleanse the lips of the prophet Isaias with a burning coal, and vouchsafe, through Thy gracious mercy, so to purify me, that I may worthily announce Thy holy Gospel. Through Christ our Lord. Amen.
Give me Thy blessing, O Lord. The Lord be in my heart and on my lips, that I may worthily and in a becoming manner, proclaim His holy Gospel. Amen.
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
Continuation  of the Holy Gospel according to John
R. Glory be to Thee, O Lord.
John 5:1-4
At that time, there was a feast of the Jews, and Jesus went up to Jerusalem. Now there is at Jerusalem, by the Sheepgate, a pool called in Hebrew Bethsaida, having five porticoes. In these were lying a great multitude of the sick, blind, lame, and those with shriveled limbs, waiting for the moving of the water. For an Angel of the Lord used to come down at certain times into the pool, and the water was troubled. And the first to go down into the pool after the troubling of the water was cured of whatever infirmity he had.
R. Praise be to Thee, O Christ.
S. By the words of the Gospel may our sins be blotted out.
Credo
omit.
13
Creed
omit.
Offertorium
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Orémus.
Apoc 8:3; 8:4
Stetit Angelus iuxta aram templi, habens thuríbulum áureum in manu sua, et data sunt ei incénsa multa: et ascéndit fumus aromátum in conspéctu Dei.
14
Offertory
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
Let us pray.
Apoc 8:3-4
An Angel stood near the altar of the temple, having a golden censer in his hand, and there was given to him much incense; and the smoke of the perfumes ascended before God. Alleluia.
Súscipe, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus, hanc immaculátam hóstiam, quam ego indígnus fámulus tuus óffero tibi Deo meo vivo et vero, pro innumerabílibus peccátis, et offensiónibus, et neglegéntiis meis, et pro ómnibus circumstántibus, sed et pro ómnibus fidélibus christiánis vivis atque defúnctis: ut mihi, et illis profíciat ad salútem in vitam ætérnam. Amen.
Accept, O holy Father, almighty and eternal God, this unspotted host, which I, Thy unworthy servant, offer unto Thee, my living and true God, for my innumerable sins, offenses, and negligences, and for all here present: as also for all faithful Christians, both living and dead, that it may avail both me and them for salvation unto life everlasting. Amen.
Deus,  qui humánæ substántiæ dignitátem mirabíliter condidísti, et mirabílius reformásti: da nobis per huius aquæ et vini mystérium, eius divinitátis esse consórtes, qui humanitátis nostræ fíeri dignátus est párticeps, Iesus Christus, Fílius tuus, Dóminus noster: Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus: per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
O God, who, in creating human nature, didst wonderfully dignify it, and still more wonderfully restore it, grant that, by the Mystery of this water and wine, we may be made partakers of His divine nature, who vouchsafed to be made partaker of our human nature, even Jesus Christ our Lord, Thy Son, who with Thee, liveth and reigneth in the unity of the Holy Ghost, God: world without end. Amen.
Offérimus tibi, Dómine, cálicem salutáris, tuam deprecántes cleméntiam: ut in conspéctu divínæ maiestátis tuæ, pro nostra et totíus mundi salúte, cum odóre suavitátis ascéndat. Amen.
In spíritu humilitátis et in ánimo contríto suscipiámur a te, Dómine: et sic fiat sacrifícium nostrum in conspéctu tuo hódie, ut pláceat tibi, Dómine Deus.
Veni, sanctificátor omnípotens ætérne Deus: et béne  dic hoc sacrifícium, tuo sancto nómini præparátum.
17
We offer unto Thee, O Lord, the chalice of salvation, beseeching Thy clemency, that it may ascend before Thy divine Majesty, as a sweet savor, for our salvation, and for that of the whole world. Amen.
Accept us, O Lord, in the spirit of humility and contrition of heart, and grant that the sacrifice which we offer this day in Thy sight may be pleasing to Thee, O Lord God.
Come, O almighty and eternal God, the Sanctifier, and bless  this Sacrifice, prepared for the glory of Thy holy Name.
Lavábo inter innocéntes manus meas: et circúmdabo altáre tuum, Dómine: Ut áudiam vocem laudis, et enárrem univérsa mirabília tua. Dómine, diléxi decórem domus tuæ et locum habitatiónis glóriæ tuæ. Ne perdas cum ímpiis, Deus, ánimam meam, et cum viris sánguinum vitam meam: In quorum mánibus iniquitátes sunt: déxtera eórum repléta est munéribus. Ego autem in innocéntia mea ingréssus sum: rédime me et miserére mei. Pes meus stetit in dirécto: in ecclésiis benedícam te, Dómine.
V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum. Amen.
18
I will wash my hands among the innocent: and I will compass Thine altar, O Lord That I may hear the voice of praise: and tell of all Thy wonderous works. I have loved, O Lord, the beauty of Thy house and the place where Thy glory dwelleth. Take not away my soul, O God, with the wicked: nor my life with blood-thirsty men. In whose hands are iniquities, their right hand is filled with gifts. But I have walked in my innocence: redeem me, and have mercy on me. My foot hath stood in the direct way, in the churches I will bless Thee, O Lord.
V. Glory be to the Father, and to the Son, and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, world without end. Amen.
Súscipe, sancta Trínitas, hanc oblatiónem, quam tibi offérimus ob memóriam passiónis, resurrectiónis, et ascensiónis Iesu Christi, Dómini nostri: et in honórem beátæ Maríæ semper Vírginis, et beáti Ioannis Baptistæ, et sanctórum Apostolórum Petri et Pauli, et istórum et ómnium Sanctórum: ut illis profíciat ad honórem, nobis autem ad salútem: et illi pro nobis intercédere dignéntur in cælis, quorum memóriam ágimus in terris. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Receive, O holy Trinity, this oblation which we make to Thee, in memory of the Passion, Resurrection and Ascension of our Lord Jesus Christ, and in honor of Blessed Mary, ever Virgin, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, and of all the Saints, that it may avail unto their honor and our salvation, and may they vouchsafe to intercede for us in heaven, whose memory we celebrate on earth. Through the same Christ our Lord. Amen.
S. Oráte, fratres: ut meum ac vestrum sacrifícium acceptábile fiat apud Deum Patrem omnipoténtem.
M. Suscípiat Dóminus sacrifícium de mánibus tuis ad laudem et glóriam nominis sui, ad utilitátem quoque nostram, totiúsque Ecclésiæ suæ sanctæ.
S. Amen.

Secreta
Hóstias tibi, Dómine, laudis offérimus, supplíciter deprecántes: ut eásdem, angélico pro nobis interveniénte suffrágio, et placátus accípias, et ad salútem nostram proveníre concédas.
Per Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
20
P. Brethren, pray that my Sacrifice and yours may be acceptable to God the Father almighty.
S. May the Lord receive the Sacrifice from thy hands, to the praise and glory of His Name, to our benefit and that of all His holy Church.
P. Amen.

Secret
We offer You sacrifices of praise, O Lord, humbly praying You to accept them graciously, and to grant that they may be helpful for our salvation through the intercession of the Angels who intercede for us.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.
Præfatio
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
V. Sursum corda.
R. Habémus ad Dóminum.
V. Grátias agámus Dómino, Deo nostro.
R. Dignum et iustum est.

Communis
Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine sancte, Pater omnípotens, ætérne Deus: per Christum, Dóminum nostrum. Per quem maiestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Cæli cælorúmque Virtútes ac beáta Séraphim sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces ut admítti iubeas, deprecámur, súpplici confessione dicéntes:

Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus, Deus Sábaoth. Pleni sunt cæli et terra glória tua. Hosánna in excélsis. Benedíctus, qui venit in nómine Dómini. Hosánna in excélsis.
21
Preface
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
P. Lift up your hearts.
S. We have lifted them up to the Lord.
P. Let us give thanks to the Lord our God.
S. It is meet and just.

Common
It is truly meet and just, and profitable unto salvation, that we should at all times, and in all places, give thanks to Thee, O Holy Lord, Father Almighty, eternal God, through Christ, our Lord. Through whom the Angels praise Thy Majesty, the Dominions adore it, the Powers are in awe. Which the heavens and the hosts of heaven together with the blessed Seraphim joyfully do magnify. And do Thou command that it be permitted us to join with them in confessing Thee, while we say with lowly praise:

Holy, Holy, Holy, Lord God of Sabaoth! Heaven and earth are full of Thy glory! Hosanna in the highest! Blessed is He that cometh in the Name of the Lord! Hosanna in the highest!
Canon
Te ígitur, clementíssime Pater, per Iesum Christum, Fílium tuum, Dóminum nostrum, súpplices rogámus, ac pétimus, uti accépta hábeas et benedícas, hæc  dona, hæc  múnera, hæc  sancta sacrifícia illibáta, in primis, quæ tibi offérimus pro Ecclésia tua sancta cathólica: quam pacificáre, custodíre, adunáre et régere dignéris toto orbe terrárum: una cum fámulo tuo Papa nostro N. et Antístite nostro N. et ómnibus orthodóxis, atque cathólicæ et apostólicæ fídei cultóribus.
22
Canon
We therefore, humbly pray and beseech Thee, most merciful Father, through Jesus Christ; Thy Son, our Lord, that Thou wouldst vouchsafe to accept and bless these  gifts, these  presents, these  holy unspotted Sacrifices, which in the first place we offer Thee for Thy holy Catholic Church to which vouchsafe to grant peace, as also to preserve, unite, and govern it throughout the world, together with Thy servant our Pope, and our Bishop, and all orthodox believers and professors of the Catholic and Apostolic Faith.
Meménto, Dómine, famulórum famularúmque tuarum N. et N. et ómnium circumstántium, quorum tibi fides cógnita est et nota devótio, pro quibus tibi offérimus: vel qui tibi ófferunt hoc sacrifícium laudis, pro se suísque ómnibus: pro redemptióne animárum suárum, pro spe salútis et incolumitátis suæ: tibíque reddunt vota sua ætérno Deo, vivo et vero.
Be mindful, O Lord, of Thy servants and handmaidens, N. et N. and of all here present, whose faith and devotion are known unto Thee, for whom we offer, or who offer up to Thee, this sacrifice of praise for themselves, their families and friends, for the redemption of their souls, for the health and salvation they hope for; and who now pay their vows to Thee, the everlasting, living and true God.
Communicántes, et memóriam venerántes, in primis gloriósæ semper Vírginis Maríæ, Genetrícis Dei et Dómini nostri Iesu Christi: sed et beáti Ioseph, eiúsdem Vírginis Sponsi,
et beatórum Apostolórum ac Mártyrum tuórum, Petri et Pauli, Andréæ, Iacóbi, Ioánnis, Thomæ, Iacóbi, Philíppi, Bartholomǽi, Matthǽi, Simónis et Thaddǽi: Lini, Cleti, Cleméntis, Xysti, Cornélii, Cypriáni, Lauréntii, Chrysógoni, Ioánnis et Pauli, Cosmæ et Damiáni: et ómnium Sanctórum tuórum; quorum méritis precibúsque concédas, ut in ómnibus protectiónis tuæ muniámur auxílio. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
24
We pray in union with and honor the memory, especially of the glorious ever Virgin Mary, mother of our God and Lord Jesus Christ: as also of the blessed Joseph, her Spouse,
and of the blessed Apostles and Martyrs Peter and Paul, Andrew, James, John, Thomas, James, Philip, Bartholomew, Matthew, Simon, and Thaddeus; Linus, Cletus, Clement, Xystus, Cornelius, Cyprian, Lawrence, Chrysogonus, John and Paul, Cosmas and Damian, and of all Thy Saints, through whose merits and prayers, grant that we may in all things be defended by the help of Thy protection. Through the same Christ our Lord. Amen.

Hanc ígitur oblatiónem servitútis nostræ, sed et cunctæ famíliæ tuæ,
quǽsumus, Dómine, ut placátus accípias: diésque nostros in tua pace dispónas, atque ab ætérna damnatióne nos éripi, et in electórum tuórum iúbeas grege numerári. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
25

We therefore beseech Thee, O Lord, graciously to accept this oblation of our service, as also of Thy whole family;
and to dispose our days in Thy peace, preserve us from eternal damnation, and rank us in the number of Thine Elect. Through the same Christ our Lord. Amen.
Quam oblatiónem tu, Deus, in ómnibus, quǽsumus, bene  díctam, adscríp  tam, ra  tam, rationábilem, acceptabilémque fácere dignéris: ut nobis Cor  pus, et San  guis fiat dilectíssimi Fílii tui, Dómini nostri Iesu Christi.
Which oblation do Thou, O God, vouchsafe in all respects, to bless,  approve,  ratify,  make worthy and acceptable; that it may be made for us the Body  and Blood  of Thy most beloved Son Jesus Christ our Lord.
Qui prídie quam paterétur, accépit panem in sanctas ac venerábiles manus suas, elevátis óculis in cælum ad te Deum, Patrem suum omnipoténtem, tibi grátias agens, bene  díxit, fregit, dedítque discípulis suis, dicens: Accípite, et manducáte ex hoc omnes.
Who, the day before He suffered, took bread into His holy and venerable hands, and with His eyes lifted up towards heaven unto Thee, God, His almighty Father, giving thanks to Thee, He blessed  it, broke it and gave it to His disciples saying: Take and eat ye all of this,

HOC EST ENIM CORPUS MEUM.


28

FOR THIS IS MY BODY.



Símili modo postquam cenátum est, accípiens et hunc præclárum Cálicem in sanctas ac venerábiles manus suas: item tibi grátias agens, bene  díxit, dedítque discípulis suis, dicens: Accípite, et bíbite ex eo omnes.
29

In like manner, after He had supped, taking also this excellent chalice into His holy and venerable hands He blessed  , and gave it to His disciples, saying: Take and drink ye all of this,

HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS MEI, NOVI ET ÆTERNI TESTAMENTI: MYSTERIUM FIDEI: QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFUNDETUR IN REMISSIONEM PECCATORUM.


Hæc quotiescúmque fecéritis, in mei memóriam faciétis.
30

FOR THIS IS THE CHALICE OF MY BLOOD OF THE NEW AND ETERNAL TESTAMENT, THE MYSTERY OF FAITH; WHICH SHALL BE SHED FOR YOU AND FOR MANY UNTO THE REMISSION OF SINS.


As often as ye do these things, ye shall do them in remembrance of Me.

Unde et mémores, Dómine, nos servi tui, sed et plebs tua sancta, eiúsdem Christi Fílii tui, Dómini nostri, tam beátæ passiónis, nec non et ab ínferis resurrectiónis, sed et in cælos gloriósæ ascensiónis: offérimus præcláræ maiestáti tuæ de tuis donis ac datis, hóstiam  puram, hóstiam  sanctam, hóstiam  immaculátam, Panem  sanctum vitæ ætérnæ, et Cálicem  salútis perpétuæ.
31

Wherefore, O Lord, we Thy servants, as also Thy holy people, calling to mind the blessed Passion of the same Christ, Thy Son, our Lord, and also His Resurrection from the dead and His glorious Ascension into heaven: do offer unto Thy most excellent Majesty of Thine own gifts, bestowed upon us, a pure  Host, a holy  Host, an unspotted  Host, the holy  Bread of eternal life, and the Chalice  of everlasting salvation.

Supra quæ propítio ac seréno vultu respícere dignéris: et accépta habére, sicúti accépta habére dignátus es múnera púeri tui iusti Abel, et sacrifícium Patriárchæ nostri Abrahæ: et quod tibi óbtulit summus sacérdos tuus Melchísedech, sanctum sacrifícium, immaculátam hóstiam.
32

Upon which vouchsafe to look with a propitious and serene countenance, and to accept them, as Thou wert graciously pleased to accept the gifts of Thy just servant Abel, and the sacrifice of our patriarch Abraham, and that which Thy high priest Melchisedech offered to Thee, a holy Sacrifice, and unspotted Victim.
Súpplices te rogámus, omnípotens Deus: iube hæc perférri per manus sancti Angeli tui in sublíme altáre tuum, in conspéctu divínæ maiestátis tuæ: ut, quotquot ex hac altáris participatióne sacrosánctum Fílii tui Cor  pus, et Sán  guinem sumpsérimus, omni benedictióne cælésti et grátia repleámur. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
We most humbly beseech Thee, almighty God, command these offerings to be borne by the hands of Thy holy Angels to Thine altar on high, in the sight of Thy divine majesty, that as many as shall partake of the most holy Body  and Blood  of Thy Son at this altar, may be filled with every heavenly grace and blessing. Through the same Christ our Lord. Amen.
Meménto étiam, Dómine, famulórum famularúmque tuárum N. et N., qui nos præcessérunt cum signo fídei, et dórmiunt in somno pacis. Ipsis, Dómine, et ómnibus in Christo quiescéntibus locum refrigérii, lucis, et pacis, ut indúlgeas, deprecámur. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Remember also, O Lord, Thy servants and handmaids N. and N., who are gone before us with the sign of faith, and rest in the sleep of peace. To these, O Lord, and to all that rest in Christ, grant, we beseech Thee, a place of refreshment, light, and peace; Through the same Christ our Lord. Amen.
Nobis quoque peccatóribus fámulis tuis, de multitúdine miseratiónum tuárum sperántibus, partem áliquam et societátem donáre dignéris, cum tuis sanctis Apóstolis et Martýribus: cum Ioánne, Stéphano, Matthía, Bárnaba, Ignátio, Alexándro, Marcellíno, Petro, Felicitáte, Perpétua, Agatha, Lúcia, Agnéte, Cæcília, Anastásia, et ómnibus Sanctis tuis: intra quorum nos consórtium, non æstimátor mériti, sed véniæ, quǽsumus, largítor admítte. Per Christum, Dóminum nostrum.
To us also, Thy sinful servants, confiding in the multitude of Thy mercies, vouchsafe to grant some part and fellowship with Thy holy Apostles and Martyrs, with John, Stephen, Matthias, Barnabas, Ignatius, Alexander, Marcellinus, Peter, Felicitas, Perpetua, Agatha, Lucy, Agnes, Cecilia, Anastasia, and with all Thy Saints, into whose company we beseech Thee to admit us, not weighing our merits, but pardoning our offenses. Through Christ our Lord.
Per quem hæc ómnia, Dómine, semper bona creas, sanctí  ficas, viví  ficas, bene  dícis et præstas nobis.
Per ip  sum, et cum ip  so, et in ip  so, est tibi Deo Patri  omnipoténti, in unitáte Spíritus  Sancti,
omnis honor, et glória.
Per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
36
By Whom, O Lord, Thou dost ever create. sanctify,  quicken,  bless,  and give unto us all these good things.
By Him,  and with Him,  and in Him  is to Thee, God the Father  almighty, in the unity of the Holy  Ghost,
all honor and glory.
P. World without end.
S. Amen.
Preparatio Communionis

Orémus: Præcéptis salutáribus móniti, et divína institutióne formáti audémus dícere:

Pater noster, qui es in cælis. Sanctificétur nomen tuum. Advéniat regnum tuum. Fiat volúntas tua, sicut in cælo et in terra. Panem nostrum quotidiánum da nobis hódie. Et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris. Et ne nos indúcas in tentatiónem:
R. Sed líbera nos a malo.
S. Amen.
37
Preparation for Communion
Let us pray. Instructed by Thy saving precepts, and following Thy divine institution, we are bold to say:
Our Father, who art in heaven, hallowed be Thy Name; Thy kingdom come; Thy will be done on earth as it is in heaven. Give us this day our daily bread. And forgive us our trespasses, as we forgive those who trespass against us. And lead us not into temptation.
M. But deliver us from evil.
P. Amen.
Líbera nos, quǽsumus, Dómine, ab ómnibus malis, prætéritis, præséntibus et futúris: et intercedénte beáta et gloriósa semper Vírgine Dei Genetríce María, cum beátis Apóstolis tuis Petro et Paulo, atque Andréa, et ómnibus Sanctis, da propítius pacem in diébus nostris: ut, ope misericórdiæ tuæ adiúti, et a peccáto simus semper líberi et ab omni perturbatióne secúri.
Per eúndem Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum.
Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus.
V. Per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
Pax Dómini sit semper vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
38
Deliver us, we beseech Thee, O Lord, from all evils, past, present, and to come; and by the intercession of the Blessed and glorious ever Virgin Mary, Mother of God, and of the holy Apostles, Peter and Paul, and of Andrew, and of all the Saints, mercifully grant peace in our days, that through the assistance of Thy mercy we may be always free from sin, and secure from all disturbance.
Through the same Jesus Christ, Thy Son, our Lord.
Who with Thee in the unity of the Holy Ghost liveth and reigneth God,
P. World without end.
S. Amen.
P. The peace  of the Lord be  always with  you.
S. And with thy spirit.
Hæc commíxtio, et consecrátio Córporis et Sánguinis Dómini nostri Iesu Christi, fiat accipiéntibus nobis in vitam ætérnam. Amen.
May this mixture and consecration of the Body and Blood of our Lord Jesus Christ be to us who receive it effectual unto eternal life. Amen.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: miserére nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: miserére nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: dona nobis pacem.
40
Lamb of God, who takest away the sins of the world, have mercy on us.
Lamb of God, who takest away the sins of the world, have mercy on us.
Lamb of God, who takest away the sins of the world, grant us peace.
Dómine Iesu Christe, qui dixísti Apóstolis tuis: Pacem relínquo vobis, pacem meam do vobis: ne respícias peccáta mea, sed fidem Ecclésiæ tuæ; eámque secúndum voluntátem tuam pacificáre et coadunáre dignéris: Qui vivis et regnas Deus per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
O Lord Jesus Christ, who saidst to Thine Apostles: Peace I leave you, My peace I give you: regard not my sins, but the faith of Thy Church; and vouchsafe to grant her that peace and unity which is agreeable to Thy will: Who livest and reignest God, world without end. Amen.
Dómine Iesu Christe, Fili Dei vivi, qui ex voluntáte Patris, cooperánte Spíritu Sancto, per mortem tuam mundum vivificásti: líbera me per hoc sacrosánctum Corpus et Sánguinem tuum ab ómnibus iniquitátibus meis, et univérsis malis: et fac me tuis semper inhærére mandátis, et a te numquam separári permíttas: Qui cum eódem Deo Patre et Spíritu Sancto vivis et regnas Deus in sǽcula sæculórum. Amen.
O Lord Jesus Christ, Son of the living God, who, according to the will of Thy Father, with the cooperation of the Holy Ghost, hast by Thy death given life to the world; deliver me by this Thy most sacred Body and Blood, from all my iniquities and from all evils; and make me always cleave to Thy commandments, and suffer me never to be separated from Thee, Who livest and reignest, with the same God the Father and the Holy Ghost, God, world without end. Amen.
Percéptio Córporis tui, Dómine Iesu Christe, quod ego indígnus súmere præsúmo, non mihi provéniat in iudícium et condemnatiónem: sed pro tua pietáte prosit mihi ad tutaméntum mentis et córporis, et ad medélam percipiéndam: Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
Let not the partaking of Thy Body, O Lord, Jesus Christ, which I, though unworthy, presume to receive, turn to my judgment and condemnation; but let it, through Thy mercy, become a safeguard and remedy, both for soul and body; Who with God the Father, in the unity of the Holy Ghost, livest and reignest God, world without end. Amen.
Panem cæléstem accípiam, et nomen Dómini invocábo.
V. Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
V. Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
V. Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
44
I will take the Bread of heaven, and will call upon the Name of the Lord.
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
Corpus Dómini nostri Iesu Christi custódiat ánimam meam in vitam ætérnam. Amen.
The Body of our Lord Jesus Christ preserve my soul unto life everlasting. Amen.
Quid retríbuam Dómino pro ómnibus, quæ retríbuit mihi? Cálicem salutáris accípiam, et nomen Dómini invocábo. Laudans invocábo Dóminum, et ab inimícis meis salvus ero.
Sanguis Dómini nostri Iesu Christi custódiat ánimam meam in vitam ætérnam. Amen.
46
What return shall I make to the Lord for all He has given to me? I will take the chalice of salvation, and call upon the Name of the Lord. Praising I will call upon the Lord, and I shall be saved from my enemies.
The Blood of our Lord Jesus Christ preserve my soul unto life everlasting. Amen.
Communio

47
Communio

Quod ore súmpsimus, Dómine, pura mente capiámus: et de múnere temporáli fiat nobis remédium sempitérnum.
Corpus tuum, Dómine, quod sumpsi, et Sanguis, quem potávi, adhǽreat viscéribus meis: et præsta; ut in me non remáneat scélerum mácula, quem pura et sancta refecérunt sacraménta: Qui vivis et regnas in sǽcula sæculórum. Amen.
48
Grant, O Lord, that what we have taken with our mouth, we may receive with a pure mind; and from a temporal gift may it become to us an eternal remedy.
May Thy Body, O Lord, which I have received, and Thy Blood which I have drunk, cleave to my bowels; and grant that no stain of sin may remain in me, who have been fed with this pure and holy Sacrament; Who livest and reignest for ever and ever. Amen.
Communio
Dan 3:58
Benedícite, omnes Angeli Dómini, Dóminum: hymnum dícite et superexaltáte eum in sǽcula.
49
Communion
Dan 3:58
All you Angels of the Lord, bless the Lord: sing a hymn, and exalt Him above all forever.
Postcommunio
S. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Orémus.
Dirigere dignáre, Dómine Deus, in adiutórium nostrum sanctum Raphaélem Archángelum: et, quem tuæ maiestáti semper assístere crédimus, tibi nostras exíguas preces benedicéndas assígnet.
Per Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
50
Post Communion
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
Let us pray.
O Lord, graciously send Your holy Archangel Raphael to help us, that he who we know stands ever in the presence of Your Majesty, may present our humble prayers for Your blessing.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.
Conclusio
S. Dóminus vobíscum.
M. Et cum spíritu tuo.
51
Conclusion
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
V. Ite, Missa est.
R. Deo grátias.
52
V. Go, the Mass is ended.
R. Thanks be to God.
Pláceat tibi, sancta Trínitas, obséquium servitútis meæ: et præsta; ut sacrifícium, quod óculis tuæ maiestátis indígnus óbtuli, tibi sit acceptábile, mihíque et ómnibus, pro quibus illud óbtuli, sit, te miseránte, propitiábile. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
May the performance of my homage be pleasing to Thee, O holy Trinity: and grant that the Sacrifice which I, though unworthy, have offered up in the sight of Thy Majesty, may be acceptable to Thee, and through Thy mercy, be a propitiation for me, and for all those for whom I have offered it. Through Christ our Lord. Amen.
Benedícat vos omnípotens Deus,
Pater, et Fílius,  et Spíritus Sanctus.
R. Amen.
54
P. May almighty God the Father, Son,  and Holy Ghost,
bless you.
S. Amen.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Inítium +︎ sancti Evangélii secúndum Ioánnem
R. Glória tibi, Dómine.
Ioann. 1, 1-14.
Iunctis manibus prosequitur:
In princípio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum. Hoc erat in princípio apud Deum. Omnia per ipsum facta sunt: et sine ipso factum est nihil, quod factum est: in ipso vita erat, et vita erat lux hóminum: et lux in ténebris lucet, et ténebræ eam non comprehendérunt.
Fuit homo missus a Deo, cui nomen erat Ioánnes. Hic venit in testimónium, ut testimónium perhibéret de lúmine, ut omnes créderent per illum. Non erat ille lux, sed ut testimónium perhibéret de lúmine.
Erat lux vera, quæ illúminat omnem hóminem veniéntem in hunc mundum. In mundo erat, et mundus per ipsum factus est, et mundus eum non cognóvit. In própria venit, et sui eum non recepérunt. Quotquot autem recepérunt eum, dedit eis potestátem fílios Dei fíeri, his, qui credunt in nómine eius: qui non ex sanguínibus, neque ex voluntáte carnis, neque ex voluntáte viri, sed ex Deo nati sunt. Genuflectit dicens: Et Verbum caro factum est, Et surgens prosequitur: et habitávit in nobis: et vídimus glóriam eius, glóriam quasi Unigéniti a Patre, plenum grátiæ et veritátis.
R. Deo grátias.
55
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
The beginning +︎ of the holy Gospel according to John
R. Glory be to Thee, O Lord.
John 1, 1-14

In the beginning was the Word, and the Word was with God, and the Word was God. The same was in the beginning with God. All things were made by Him, and without Him was made nothing that was made: in Him was life, and the life was the Light of men; and the Light shineth in darkness, and the darkness did not comprehend it.
There was a man sent from God, whose name was John. This man came for a witness, to testify concerning the Light, that all might believe through Him. He was not the Light, but he was to testify concerning the Light.
That was the true Light, which enlighteneth every man that cometh into this world. He was in the world, and the world was made by Him, and the world knew Him not. He came unto His own, and His own received Him not. But as many as received Him to them He gave power to become sons of God, to them that believe in His Name, who are born not of blood, nor of the will of the flesh, nor of the will of man, but of God. Here all kneel. And the Word was made flesh, and dwelt among us: and we saw His glory, the glory as of the Only begotten of the Father, full of grace and truth.
R. Thanks be to God.
Orationes Leonis XIII
S. Ave María, grátia plena, Dóminus tecum, benedícta tu in muliéribus et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
O. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ. Amen.
S. Ave María, grátia plena, Dóminus tecum, benedícta tu in muliéribus et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
O. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ. Amen.
S. Ave María, grátia plena, Dóminus tecum, benedícta tu in muliéribus et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
O. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ. Amen.

O. Salve Regína, Mater misericórdiæ, vita, dulcédo, et spes nostra, salve. Ad te clamámus, éxsules fílii Evæ. Ad te suspirámus geméntes et flentes in hac lacrymárum valle. Eia ergo, Advocáta nostra, illos tuos misericórdes óculos ad nos convérte. Et Iesum, benedíctum fructum ventris tui, nobis, post hoc exílium, osténde. O clemens, o pia, o dulcis Virgo Mária.
S. Ora pro nobis, sancta Dei Génitrix.
O. Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.

S. Orémus. Deus, refúgium nostrum et virtus, pópulum ad te clamántem propítius réspice; et intercedénte gloriósa, et immaculáta Vírgine Dei Genitríce María, cum beáto Ioseph, eius Sponso, ac beatis Apóstolis tuis Petro et Paulo, et ómnibus Sanctis, quas pro conversióne peccatórum, pro libertáte et exaltatióne sanctæ Matris Ecclésiæ, preces effúndimus, miséricors et benígnus exáudi. Per eúndem Christum Dóminum nostrum. Amen.

O. Sancte Míchaël Archángele, defénde nos in prǽlio; contra nequítiam et insídias diáboli esto præsídium. Imperet illi Deus, súpplices deprecámur: tuque, Princeps milítiæ Cæléstis, sátanam aliósque spíritus malígnos, qui ad perditiónem animárum pervagántur in mundo, divína virtúte in inférnum detrúde. Amen.

S. Cor Iesu sacratíssimum.
O. Miserére nobis.
S. Cor Iesu sacratíssimum.
O. Miserére nobis.
S. Cor Iesu sacratíssimum.
O. Miserére nobis.
56
Leonine Prayers
P. Hail Mary, full of grace; The Lord is with thee; Blessed art thou amongst women, And blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
A. Holy Mary, Mother of God, Pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.
P. Hail Mary, full of grace; The Lord is with thee; Blessed art thou amongst women, And blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
A. Holy Mary, Mother of God, Pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.
P. Hail Mary, full of grace; The Lord is with thee; Blessed art thou amongst women, And blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
A. Holy Mary, Mother of God, Pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.

A. Hail, holy Queen, Mother of Mercy, our life, our sweetness, and our hope. To thee do we cry, poor banished children of Eve. To thee do we send up our sighs, mourning and weeping in this valley of tears. Turn then, most gracious Advocate, thine eyes of mercy towards us. And after this our exile, show unto us the blessed Fruit of thy womb, Jesus. O clement, O loving, O sweet Virgin Mary.
P. Pray for us, O Holy Mother of God.
O. That we may be made worthy of the promises of Christ.

P. Let us pray. O God, our refuge and our strength, look down in mercy on Thy people who cry to Thee; and by the intercession of the glorious and Immaculate Virgin Mary, Mother of God, of St. Joseph her Spouse, of Thy blessed Apostles Peter and Paul, and of all the Saints, in mercy and goodness hear our prayers for the conversion of sinners, and for the liberty and exaltation of our holy Mother the Church. Through the same Christ our Lord. Amen.

A. Holy Michael Archangel, defend us in the day of battle; be our safeguard against the wickedness and snares of the devil. -- May God rebuke him, we humbly pray: and do thou, Prince of the heavenly host, by the power of God thrust down to hell Satan and all wicked spirits, who wander through the world for the ruin of souls. Amen.

P. Most Sacred Heart of Jesus,
A. Have mercy upon us.
P. Most Sacred Heart of Jesus,
A. Have mercy upon us.
P. Most Sacred Heart of Jesus,
A. Have mercy upon us.
Post Missam

     Sancta Missa Persoluta     

             

Propers

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