2024-05-09

 

Dostoyevski es otra historia

 

para entender a Dostoievski debe el lector lanzarse a las profundidades del alma humana. Es diferente a los demás. Párrafo largo que se ciñe al venero interior, a los flujos de conciencia. Contradicciones y repeticiones pero, sobre todo, un gran poder de observación. Los hermanos karamazov constituyen un homenaje a la Psique de los griegos. Hasta el siglo xix no hay paisaje en la novela. Pues bien, el poderoso escritor ruso es un paisajista del mundo interior y al mismo tiempo un tratadista de la patología del ser humano sumido en las pasiones, atraído por el bien pero seducido al mismo tiempo por el mal. Su arte universal es valedero para el hombre de todos los tiempos y habitante de los más diversos países. Círculos que se cierran, caminos que se abren, sonidos, imágenes, sus personajes se someten subyugados a la fuerza del hado. Derrumbamientos, celos, asesinatos, envidias, la muerte, el asesinato, los complejos mal explicados y las manías del cerebro... todo eso es Dostoievski que zambulle su pluma en la vida irremediable restregándola en una eclosión de metáforas. Es frío y afilado como un tempano. Toda su obra se escribe a orillas del Neva donde en primavera con la rasputitsa bajan por elc embancamiento de la avenida Nevski bloques de hielo, fantasmas helados. El ritmo es frenético u exige en el lector un esfuerzo de concentración. Leyendo Crimen y Castigo yo he perdido muchas veces el huelgo pero tanto me atrajo su lectura que pasé noches enteras con el libro. Noches blancas. ¿Por qué mataría Kolecnikov a la vieja? Hace buena novela negra pero Sherlock Holmes o el inspector Poirot son entes superficiales que se abstienen de profundizar en todo el bagaje psicológico de antecedentes penales y de traumas que le conducen a un malhechor a perpetrar la acción. En este escritor hay un mago de la palabra que la esgrime a la vez como aliento del diablo y susurro del cristo. Lázaro sal fuer. Redímete. Su `pensamiento profético está relacionado con la gran liturgia bizantina. Cuando rasguea su pluma sobre el papel se percibe como la salmodia de un monje que invoca al creador e impetra misericordia por la humanidad castigada. Resucita hombre del tiempo. Mira a lo alto. En muchos capítulos se lanza un responso penitencial y el texto discurre por vericuetos que recuerdan a los banquetes funerarios o convites feriales  de la antigüedad eslava cuando se comían hojuelas y luego se esparcían sobre la tumba del muerto. Un rito de fecundidad desde la creencia de que todo lo que muere resucitará. Al grito de Getsemaní le seguirá un canto de resurrección. En los grandes maestros rusos parece aleterea la luz de la lamparilla votiva que alumbra los iconos.

 

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