2023-08-27

MI NIETO MARIO (CRÓNICA DE LA ESPAÑA REAL, DE LOS CURRANTES QUE TODO LO SO`PORTAN TRATANDO DE SER FELICES) CUMPLE LOS TRECE ALTO ES ALTO COMO UNA ESPIGA Y EL MEJOPR PORTERO DEL VALDEMORO FÚTBOL CLUB Y QUE ME DECIS DE PELAYIN UN FLECHA CON CARA DE ANGELITO Y DE MI NIÑA LAURA Y DE MI NUERA Y DE MI HIJO DE MI HENAR Y DE MI YERNO DAVID? SOY UN HOMBRE AFORTUNADO Y BENDECIDO DICEN QUE DIOS BENDICE A LOS JUDIOS A LOS HOMBRES DE BIEN Y A LOS QUE DICEN LA VERDAD. LA MÁS CHULA ES MIO CRIS


























 

nostálgica excursión a Bogajo cuando me dolía la tripa y yo creía que era un cáncer
























 

LIFE IS BEAUTIFUL LA VITA E BELLA SENSA GUERRA VERANO DE 2023















 

 MILAGRO EN AGOSTO


Saliste del cuchitril y atravesando el pasillo largo atestado de libros y maletas ganaste la puerta metálica de las calle. Era verano. Maduraron las uvas pintas adelantándose a otros años, uy que calor cortaste un racimo y se los diste a unos refugiados sirios que acababan de llegar en la patera. Salam malikun Alá es grande. La hojarasca que caía de los arces anunciaba la proximidad del otoño. Una luz tibia y benigna atravesaba el montante. Si encendías, los mensajeros se regodeaban en explicaciones sobre la ola de calor. En Orense se asaban los pavos y el agua de las burgas, exultante, saltaba a la superficie con furor a temperaturas inhabituales. Los gongorismos de Saturno se hacían sentir en forma de terremotos, regoldaban los volcanes, en otras partes del planeta llovía de manera salvaje. En Ecija asaban los huevos en las calzadas, uy qué calor. Los agoreros y arúspices se ponían las botas hablando con ominoso deleite del fin del mundo a costa de las intercadencias del cambio climático. Una mano diablo pegaba tea a los bosques y ardían los arbustos de las montañas Rocosas. A los de la Guardia Montada del Canadá los habían convertido en bomberos. Los descabalgaron del caballo y les dieron la manga niega universal, la cual apagaba los bosques calcinados pero nada servía para mitigar el fuego de las conciencias:

-¿Para qué escribes?

-Para dejar de fumar.

-Lo entiendo. Ya da igual so que arre. Eres un grafómano. No llegaste a nada. No te conoce ni perry.

-Pero me conozco yo. Mi vida fue un perpetuo gnosce te ipsum, una perpetua búsqueda de la excelencia.

-¿Y de qué te sirve.

Yo era en realidad una figurilla en el paisaje. Estaba destinado a aquel dintorno desde toda la eternidad. Vine a vivir a las riberas plateadas del Aulencia donde crecían los ailantos plateados bajo la vigilancia de las almenas del castillo de Villafranca. Aquellas barrancas fueron el sudario polvoriento de muchos soldaditos que cayeron al intentar cruzarlo en la batalla de Brunete. Escuché cantar el himno de Santa Bárbara al son de los estampidos de los cañones del Quince y Medio. Un páter aragonés cantaba el gorigori a unos requetés de la Sexta Batería. Vinieron los familiares de las victimas, colocaron los féretros sobre las bacas para ir a enterrarlos a Navarra. Según me dijeron, todos eran bisoños, de la quinta del chupete, nada sabían de armas, le dieron un fusil y unos correajes y tira palante. Cayeron como chinche. La primera oleada fue un picadero de carne. Yo sentía la presencia de aquellos muchachos que perecieron en la gran ofensiva de la toma de Madrid y a veces del alguarín al lado del jardín central se soltaban efluvios de fuego fatuo. Yo les cantaba y les decía la misa de difuntos, pero un vecino ambicioso quiso arrebatarme aquella parcela de terreno y yo me puse como una fiera defendiendo a los caídos bajo mi tutela. Cuando bebía más de la cuenta salía al jardín y cantaba el himno de la infantería para dar en los morros a aquel ladrón. Allí murieron muchos legionarios, tiradores de Sidi Ifni y parte de la infantería del Quinto Regimiento. Memoria Eterna. Los moritos de la mehala arreaban por la cuesta de las mochas, fusil en ristre, zapatillas y zahones en busca del paraíso de Alá. Tú lo sabes que comieron las uvas de la ira, Arije. Todo eso ocurrió hace ochenta y siete años, pasaron muchos plenilunios y ahora las uvas de la parra de tu jardín ofrecía entre zarcillos y pámpanos generosos que crecieron sobre los huesos de los Caídos y sangre derramada los racimos del perdón. Había que llevarlos al lagar del olvido y pisarlos para que fluyera el mosto del perdón y la reconciliación. Pero doña Napias la meiga gallega, la Cajera, el Tullido y la Archivera no querían la paz. Se decantaban por la guerra. Corría por el país un viento de ira y de desquite feminoide que helaba la sangre y socarraba los colgajos de aquella parra maternal que tu plantaste cuando llegaste a vivir en la urbanización


2023-08-26

 

Arden los capiteles románicos en mi memoria

 

Son sermones de piedra que nos conectan con el misterio de la vida en estos tiempos descreídos.

Habló Hawkins, habló el oráculo desde su silla de ruedas y dijo lo mismo que dijera Einstein que Dios no se pone con el hombre a jugar a los dados que no hay milagros en la naturaleza. Este pobre tullido digno de lástima respira por la herida y de su intelecto fuera de lo común. Yo creo que sí los hay y no hace falta ir ni a Fátima ni a Lourdes. Basta con mirar uno su conciencia y encontrarte con esa fuerza que te lleva te salva te guía y te da fuerzas a caminar. Sigue esperando la llegada del ángel a la piscina probática y que llegue el buen Jesús y le acaricie con sus dulces palabras pues no vamos a contradecir su ateísmo inmenso error con el argumento de san Anselmo aquel primado de Cantorbery que probó la existencia de Dios mediante la introspección:

── Pobre enfermito, toma tu camilla y anda.

 Desconoce que los caminos del señor son inescrutables e impredecibles. Yo sí que creo en el milagro. Mi vida como la de otros muchos seres humanos es un auténtico milagro. El milagro de la piedra bañada por esa luz misteriosa de los capiteles románicos. Enarcan las cejas contra el litotes de la maldición y el ser humano no puede vivir sin la religión. Me da pena el sabio inglés en su silla de ruedas victima de una esclerosis múltiples que misteriosamente no le afectó al cerebro aunque sí a sus labios y a sus dedos aduncos. ¡Patético! pero existe el mal en el mundo, róndanos el diablo y el pecado de nuestros padres es causa de nuestros males. 

Ad maiorem Dei gloriam. Sí. existe Dios y el milagro también.



 



ARÉVALO


Pilgrim through the streets he was looking for the lost history and the long past. All our yesterdays are there. This town is like a vision of the greatness of Spain, its tolerance, our Catholicism, the way we look at things, the joy of Castilla, the stamina of the castellanos. Poor squires dissolute, ladies, priests, charterers, ruffians . Soldiers in leave mutilated militias of the Flanders wars. They all ran the gantlet. In the middle of the square there was a ram rock as high as a big pine. The scaffold was ready for two thieves, a murderer and the violator of two nuns and the came an abbot with a very spectacular miter. We saw the shields the logogriphs of medieval times speaking to the modern man in a stone language od sculpted mace and clubs, sinister bar, cauldrons, rood-trees, tufts, lambrequins eagles and helmets. They were the insignia of the fabulous seven local families: the Tagles, the Ceballos, the Verdugos, the Velascos, Quiñones, Barredas, Gils.

Arevalo is the city of the seven lineages (alcurnia viva y perenne, heraldry) under the shadow of a big castle. It is the runfla or cameo depicting a chronicled retable of heroes and myths. In between Arevalo in the middle of Castile is a covetable place for people in train, assembly of knavish and rogues, bojiganga of comics of the league.

You ought to look at the place laying in the heart of Las Morañas with Castilian eyes and let your sight swim in the crystal pure light of the glorious morning at nearly 830 metros of altitude, and drink up to the brim the beauty of the landscape, the walled citadel is surrounded by wheat fields which escort the green valleys of poplars and birches of two rivers: Adaja end Arevalillo.

There, both confluence in a nuptial embrace describing on the map a crossbow ark. Before the fluvial wedding they pay homage to the roman walls in circle kissing the angular stones or licking the posterns where in the days of the roman conquest was posted the sentry of the guards. Thus these two tributaries of River Duero give reverence to the soldiers of the Legio Septima Gemina.

Part of the division had its headquarters encircling the village in a promontory or knoll called Castra Regimenta not far from the church of la Lugareja.

Every Tuesday Joaquin packed the boxes of his books in a van and taking the M50 headed to Arevalo. In his regular visits discovered something different, learned something new, came across a new monument, and met a new friend. Every trip was like a discovery.