2017-05-07








LISTENING TO THE CRACK OF DAWN
este blog defiende la unidad de España y a su culturaLITTLE BREAD(poco pan)






Quieres pan?

Vete al batán

Allí hay un perrito

Que caga poquito

Le alzas el rabo

Y le das un besito

[Castilla, popular]



Pues eso. Que mucho te quiero perrito pero de pan poquito. El cuento se aplica a lo que acontece a un escritor en octubre del 2011. Hay un sol melifluo que dora estos días. Hay sequía. Draught. La secherese. Las tres efes. Feas, flojas y frías como la pelona. De eso hay mucho últimamente pero son feas por dentro. Semiramis se nos aparece a la hora del telediario contándonos historias desgarradas. Las diaconizas recitan su papela de odio, guerras, dolor. Sin embargo, losd del Canal 24 horas libran una puja por ver quien saca la moza más hermosa. Hay una con los ojos verdes que espanta por su hermosura y ayer apareció otra guapa para contarnos desdichas en cascada. De donde las han traído? Reflexiono: estamos en la época de Acuario. Tiempo de la mujer. Caras perfectas, dicción impecable pero a ver quien es el majo que le pone el cascabel al gato y quien entiende eso de la deuda soberana. Truche un nomo de Zurich. El capitalismo financiero se las trae y todos somos legos, laymen. Laicos y la vida de la macroeconomía circula por canales expertos. A mí me parece que hacen encaje de bolillos pero me quedo embobado mirando para la consola. De dónde habrán salido estas chicas? No responden al fenotipo de la valenciana de culo bajo. Ya me lo dijo una vez la Zanny que venía de las brumas londinenses al sol de Madrid. Que mujeres tan guapas. Oh Zanny que habrá sido de ti, dulce profetisa que me salió rana...

Estas son guapas por fea y feas peor que vestiglos y reviragos por dentro. Postulantes y tiranas del neofeminismo hijas de mi vida y del franquismo.



Los escuchantes de la Pepa no me des tormento

Mañana domingo de pipiripingo surge al éter una de esas marijoses de la cosa mediática en un programa matinal sesquipedal de pie y medio de largo- cuatro horas dura repitiendo consignas y diciendo chorradas que hieren la sensibilidad y sin nada de humorismo. Ay Pepa no nos des tormento aunque sea con la corona de San Derechos Humanos y de Santa Libada patrona del universal Tribadismo que vela por las tortilleras.





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Esta pepa no me des tormento no tiene ventanas de la nariz tiene ollares como los caballos y con ella andan de cabezas todos los oyentes de la Piel de Toro que ella llama escuchantes y no son tales sino radioescuchas. Estos gerifaltes y jerifaltas de la radiodifusión española ejercen un poder omnímodo y con ellas encaramadas a los micrófonos jugamos al chaneo, la garrafina o el juego de la oca y tiro porque me toca. Nos enseñan los dientes jamás nos enseñarán el chichi. Con lo cual a todos nos regostan el instinto. Nos venden globitos.

Caminan con la ventrecha plagada hasta los topes de conejos y perdices porque lo suyo es la caza mayor: el mundialismo la alianza de civilizaciones que inventará ese zapatero hijo de mujer vil. Ya nuestros navíos a punto de irse a pique en la galerna del euro todavía quieren partirse en corso. Ni me lavo ni me peino. Me desgreñan estas féminas. Arcabuceras del gran turco sionismo que nos meterá en cintura nos amarra en blanca. Las branzas que llevarán los españolitos forzados y bajo la gran amenaza del rebenque pesan lo suyo. Hay que llevarlas a jorro por la mar abierta cual si fuese nave oneraria.



De menores a primores cárcel de amor

Hoy me fui de izas y encontré solo rabizas todas sentadas en un taburete sin respaldos de la barra del bar enseñando el muslamen, De donde eres prenda? De Colombia Y yo de Ucrania y yo soy marroquí. Un tagarote gasta sus últimos euros en una ronda. Pero no le dará vergüenza deambular por estos antros de perdición. Interpelado el hidalgo pobretón contesta que en Castilla hemos pasado de menores a primeros y así nos pinta. Por estos lugares pulula gente del trueno que hacen escapadas a no sé donde y van a comprar globos a ninguna parte. Son viejos y con los rodanchos cubiertos de oxido pero aunque no valseen todavía baldean, tienes la adarga embotada chiquito no pasa nada a los de mi familia en el pueblo nos dicen los romos y no por lo de torpes. Es que en la vida todo lo que se usa se gasta pero hija mía de mi vida no te despatarres de esa forma que lo voy a ver todo. Me tiro por la calle de Tentenecio

Allí hay un loco pegando voces que grita como un energúmeno en latín:

-Volo magis pecuniam (prefiero los dineros a las abluciones)

-Toma y yo.

Al doblar esta calleja me meto en el callejón de Muerteyvida y como no podía ser menos me encuentro con un entierro el de un banquero: Botín y un bateo el del Infante Feroz y detrás de los chicos que promulgan el arrobo cagao que a mi no me han dao si cojo al chiquillo lo tiro al tejado vienen los recueros con sus cargamentos vinateros. Toda la ciudad huele a odres y a mosto. La estudiantina se aleja porque está a punto de caer la tarde y sale la ronda que prende a los que no guardan el toque de queda. La ciudad está en guerra erizada de torres y de cuchillos. Pepa la que no tiene narices sino ollares incita a la ciudadanía. Provoca la tía con sus tiradas. Con esta chusma que guarda la vieja urbe serán afortunado si no te meten en chirona.









Un revolcón

Erifos me volvió a pegar un revolcón. Dice el Talmud que el que no sepa echar una canita al aire no es verdadero santo y el Alcorán lo corrobora: deja descansar al alma de vez en cuando porque, si no, se enmohecerá como el fierro. Mahoma era muy listo. Estoy `preocupado por mis hijas. Rezo huyo y callo. Regla de oro que aprendí en el Talmud. Una recomendación de mi amigo Isabelo el sobrino de Azaña. Nos veíamos en el Gijón. El sabio mayor con el que me he topado en la vida. Me llama Clypeus otro gran sabio pero mejor persona que el sobrino del alcalaíno. Consuelo de amigo que departe unos minutos contigo. La caridad de un buen samaritano que regala unos minutos de conversación a un solitario. El cognomen viene al pelo. Siempre fue un poco mi coraza en estos años de tribulación. El único que intentaba entenderme y al menos me perdonaba. El cognomen viene al pelo porque hablando de rodelas, yelmos de Mambrino y otras cosas acaban de firmar un acuerdo los de la Ceja con el Amo Obama para establecer un escudo antimisiles en Rota. Así de nuevas a primeras sin que lo debata el parlamento. Hechos consumados. Al trágala. Es esto democracia, padres conscriptos? En virtud del tratado bojarán la Tacita de Plata toda una florilla de submarinos nucleares Aegis con seguimiento aéreo de Awacs y de buques de gran tonelaje cargados de armamento nuclear.



Tercera guerra mundial?

Si uno de esos paquebotes nos mostrara su santabárbara muchos en la Bahía de Cádiz se tentarían la ropa. Se les iba a acabar el fino Laina. Contaminación radiactiva. Guerra atómica. Un episodio más de la guerra de las galaxias. Pero no nos merecemos otra cosa. España es un puticlú y un esperpento. La boda de Cayetana morros de silicona y cara de pasa y sus sevillanas artríticas al salir de misa son la noticia importante. Vivan los novios. La gente se pregunta si habrá noche de bodas. No creo que esa anciana esté para muchos trotes pero un buen amante guardará cierta capacidad de maniobra. Hay adminículos y el funcionario que ficha y está en nómina conserva la buena percha. Qué horror! No tendrá esta gente el mínimo pudor? Dónde ha quedado su capacidad para el ridículo? Soñé ayer con Goya. Ha vuelto la España negra Creo que la están preparando. En Israel andan un poco nerviosos. Ayer vi sacudir un puñetazo a un guardia frontera israelí a una mora con su chador. Joder como se las gastan estos tíos. Para ellos no existe la violencia de género. Habría que condecorar a ese cabo. Qué valiente: pegar a una pobre vieja! El mundo puede reventar cualquier día de estos pero aquí seguimos a lo nuestro: las sevillanas inefables de la duquesa, los debates del agua y el vino. Los politicastros y periodisticastros de las derechas y las izquierdas. Apareció en la cadena autonómica la San Sebastián con cara de palo. Me dieron ganas de casar la pistola pero esta gentuza anda muy blindada en sus búnkeres. Antes los periódicos, las redacciones eran sitios de libre entrada. Hoy guardan a los mendas de la comunicación en un sarcófago antinuclear. No hay quien las eche el guante.





Llevo a jorro mis cadenas

Si esto pega un explotío lo que le ocurrió a Paco el de la Bomba fue una fruslería. Qué va a ser del vino de Jerez y del querido Puerto de Santa María el pueblo blanco más antiguo de España. ZP en su afán deletéreo de congraciarse con el superboss no sabe lo que firmaba. Se va como vino haciendo el mayor daño a la patria. Lo malo es que los del apaniguado Rajoy no van a ser solución. Al contrario, aportarán más gasolina para el gran incendio que destruirá a España. Se ha muerto Steve Jobs el inventor del Ipod. Jobs. Su apellido suena a chiste en el mundo de hoy. Seguramente que no se llamaba así sino Abranovich o Markewich pero estos sabios de ahora llevan silicona hasta en el nombre como Cayetana sus morros. Trabajo es lo que falta hoy en el mundo. La cibernética ha mandado al paro a media humanidad y nos tiene a los escritores y a los periodistas cesantes. Un profeta. Ya lo han canonizado. Descanse en paz. El alzamiento cibernético lo que ha traído al mundo es la gran incomunicación. Mucha consola. Grandes pantallas de fibra óptica y todo bajo control. Pienso que el tal Jobs tenía un apellido de lo más irónico. Fue el introductor de una sociedad plana, tiempo igualitario. Desempleo funcional. No job, no love, no home. Hay que asumir lo políticamente correcto.

Un demente la tarde de San Miguel se lía a tiros en una iglesia madrileña y mata a una pobre mujer que salía de cuentas. Dicen que el asesino que se suicidó ante el mismo altar era el diablo. El Psicagogo no estuvo listo y no desplegó sus alas para desviar la puntería del asesino que disparó a quemarropa. El arcángel que venció a Luzbel no estaba de servicio. Triunfó Satanás.





Dios parece que se oculta

Dónde estabas, Señor cuando te llamaba? Yo me digo pero hoy es santa Teresita de Lissieux mi santa adorada. Lloviendo rosas se vendió poco. Es un libro genial pero la biografía de la dulce carmelita normanda no era una biografía autorizada. En ese texto descargué cuantas dudas comprimían mi alma sobre el estado del mundo y de la Iglesia. Hay tiempos en la historia en que dios se oculta y se prolonga en uno de sus largos silencios. Huye a las montañas, reza y calla. Encuentro refugio en mi Tebaida particular pero a veces tampoco me siento seguro en esta Capadocia personal a resguardo de las flechas envenenadas que cruzan el aire. Ils sont par tout.

Las tardes tienen un color poético y en las mañanas refresca el rocío de la cencellada. He vuelto a leer el Doctor Zhivago una de las grandes novelas modernas. No me ha gustado tanto. Mejor el filme. Que yo vi en Hull la primavera de 1967 bien acompañado.

Nikita me trajo una cesta de higos y me di una jartá. Subí a un cerro cerca de casa donde hay un majuelo abandonado. Varios talegos de uva albilla traje a casa en el transportín de la bicicleta pero poco pan ya digo para una huida en toda la regla. Pienso peregrinar a Compostela y hay que cargar el morral, coger fuerzas para el camino.

Step turning all those pages. Read. Lee. Pedalea. Aprieta el culo. El sillín me hace un poco de daño en el salvohonor. Las almorranas pasan factura. La bicicleta no se apiada de mi pobre colon Son las almorranas o la próstata? Por el momento vago bien y meo mejor aunque se impla un poco mi vejiga cuando le doy al tintorro. Vino a las comidas fue para mí una norma de salud. Ya sé que a veces propendo a propasarme. No fue nunca mi regla de oro el ne quid nimis de los estoicos.

No sé lo que pensará Nikita que juró a Hipócrates en Leningrado y fue cirujano del Ejercito Rojo. Su bisturí abrió mondongos, troncó piernas destrozadas por la metralla en Chechenia y en Afganistán. Es de mi tiempo, nacimos el mismo año. A veces una sola mirada basta para entendernos. Huelgan las palabras. Una vez me dijo:

-No te amargues, Verumtamen. Han ganado ellos. Protestar contra este estado de cosas, contra la injusticia que nos rodea, es cocear contra el aguijón.

-Pero esto es acojonante, escucha. Algo hay que hacer.

-Los españoles sois masoquistas, vivís en la cultura de la queja. Me parecéis gente cobarde y no demasiado noble. Los rusos cuando se nos calienta la cabeza tiramos de kalashnikov o nos subimos a un tanque. A vosotros os va este rollo.

Y en ese instante pasó doña Maricomplejines taconeando por la acera. Me dieron ganas de robarle el bolso y despeinar a esta Maruja

La admonición de mi amigo el cirujano ex soviético que estuvo en más de una movida participó en la invasión de Checoslovaquia, iba en un furgón sanitario detrás de los inmensos T64- y conoce bien el dolor humano me tranquiliza. Sus palabras están llenas de sabiduría y de mansedumbre y su rostro muestran los zarpazos- se observa sobre su pómulo derecho una cicatriz, no fue un duelo, sino un pepinazo que le arrearon en Kabul-las canas de un guripa encanecido. Amputó piernas, extrajo balas de bazos y espinazos y muchos camaradas se le murieron en los brazos. Él dice: Han ganado y sus palabras guardan la melancolía y la resignación de cualquier cuento de Chejov. Se expresa en un castellano dulce que arrastra las erres de construcción perfecta. Tienen don de lenguas estos eslavos. Muchos domingos vamos juntos a la iglesia ortodoxa. Hace un par de semanas le traje un orujo que prensa un amigo mío en Tineo y el bueno de Nikita Mijailovich se deshizo en elogios y agradecimientos. Después de la misa nos perdemos por las tabernas de la gran ciudad. Sí Nikita, mi amigo, no parece un ser de carne y hueso sino el personaje de una de esas grandes novelas río de los maestros rusos como Pasternak por ejemplo. Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios. Cuando un dolor le aflige, cuando no le llega carta de San Petersburgo baja la frente, se persigna tres veces y dice nichevó. Aquí no pasa nada- Exclama Bozhe moi bozhe moi. Es la voluntad de Dios. Por qué hemos perdido? Cualquier día de estos me ha prometido que tengo que ir a visitar a su familia en la ciudad de los zares. La vamos a liar parda allí.

-V rasporiashenia, moi palkovñik (a la orden, camarada coronel)





Amanece

Es la amanecida del 3 de octubre en la fiesta de la dulce Teresita. Me vienen a la mente ciertos versos en inglés. Creo que son de T. S. Elliot, el padre de la poesía moderna, el más grande poeta inglés al que ahora acusan de antisemita y lo meterán en una jaula como a Walter Whitman. El monotema. But I listen to the crack of dawn. My sweet memories ebb and flow. Se dirigen mis pensamientos a las riberas del Rin. De allí era uno de los políticos idealizados por la prensa en mi adolescencia: Karl Adenauer El Zorro. Leí una biografía suya en la revista Sígueme. Era el prototipo de político católico, prócer de la Democracia Cristiana. Astuto conductor de masas. Su mujer fue perseguida por los nazos. Decía que la vida comienza a los 80 años. Pues la reflexión no es mala. Su receta para la longevidad: comida frugal, una hora de siesta, varias duchas de agua fría, nada de tabaco y nada de cerveza. Sin embargo no logró nunca sobreponerse al suicidio de su esposa. Deutschland uber alles. Adenauer en 1951 consiguió sacar de atascos a Germania vencida. Murió en abril de 1967 y su tumba en Colonia siempre aparece cubierta de flores.



Recordando a Dalí



DALI Buen catalán, gran español. Los culeros de Mas y de Pujol lo tienen arrinconado. Si pudieran lo suprimirían del Diccionario de Autoridades como han hecho con las corridas de toros pero es mucho genio y muy grande el genio daliniano. Las guias de sus bigotes triunfantes presiden una época. Murió solo y arruinado y traicionado pero tuvo una muerte poética. El ocaso de los dioses. Digna de un genio. Se confirmó la profecía que hiciera dél su padre.



NACHALÑIK



Gordo loco donde vas a las puertas del hermoso mayo? A los toros y luego a cenar. La gran comilona. Paga Isabelo el sobrino de Manuel Azaña que era rabino en Alcalá. Ya se habrá muerto. Se cerró la puerta de la oficina (k o n t o r a) y el gran N a c h a l ñ i k, big boss le dirían los americanos, está arrugando el ceño. Horas de holganza (lentiaika). Entro en el mundo de las declinaciones débiles. Y se me aparece sobre la c t e n a como en cinemascope el skyline de la Grangorod. More more. Todas nuestras vidas van a dar al mar que es el morir. Smotrete poyalsta. Ponte la popaska de cosaco. Hablamos acerca del libro. Govorim o knige ob okné todo lo relativo a la ventana. Ya smotrio v oknó miro por la ventana. Nachalnik govorit. Habla el gran jefe. Karandash. Karandash. Abrir puertas. Tajar la mina del lacipecero Otkrivat dveri. Abrir puertas. Attolite portas antiquas. Ochki. Perdi mis gafas y no veo el gran letrero luminoso. Karman bolsillo. Zontik paraguas. Schliapa sombrero. Chapó. Desde luego pero la barca del pescador sigue arfando por aguas ariscas. Y aquí nadie aprenderá ruso. Todo se lo lleva el inglés. Pero ojo que el último pope no se ha cortado la coleta. Lutero quizás llevase razón en la tesis de los dos anticristos uno en oriente

Mahoma y otro en occidente Alejandro VI. Arfar por aguas turbulentas, darse de cabezadas contra el destino. Los golpes de arfada de mi vida. Pochti casi, casi. Sher shöne. Muy mono. Nett. Life abounding but ubi sunt? No news good news.



CUENTOS FEROCES:

El Isaac había engordado como un cerdo desde su llegada del extranjero. Tuvo una hégira larga de explicar por mor de la búsqueda de la excelencia. Lo acorralaron. Lo congelaron. Lo hicieron sufrir. Tenía ganas de ver mundo. Quería llegar a ser más. Aprendió el inglés perfectamente. Hoy creen que saber inglés es una llave que abre las puertas del dinero y del prestigio. Os engañan como a gilipollas. Isaac había tocado casi el cielo con las manos. Estuvo a punto de alcanzar la tierra de las promesas. Vinieron los gnomos de Zurich a joderles la parva y él quiso entrar en el círculo. Si no les puedes vencer únete a ellos pero estos tíos son la mar de vivos y no se fían ni de su padre. A todas horas con preguntitas. Había sido un contable más que pasable con acumen y perspicacia para los guarismos. Sabía. Conocía la aguja de marear. Pero fortuna te dé dios hijo que saber no te hace falta. Su mente se instaló en el complejo y resbaladizo mundo del sistema de valores, anduvo por el resbaladizo mundo de los mercados. Conocía los intríngulis de las paridades y volutas y era todo un lince en los comportamientos de la macroeconomía. Se parecía un poco a ángel Serrano, el más empollón de la clase. Tanto prestigio poseía que hasta el NYT le pedía colaboraciones. Circulaba bien su nombre por los entrevisillos y entrepasillos de la cazurra Marranería. Eso era un asset pero la gloria y el poder traían consigo su parte alícuota de infelicidad, enajenación y desconcierto. Había penetrado en los entresijos del dinero. Pronto habo de volver la cabeza aterrado por las corruptelas. Algo olía a podrido en Dinamarca. Los Rogalis, raza perfecta, le bailaban el agua. Carecían de ética. Sordidos chárlatenos, solucionaron la tierra de vacua palabrería y de chinchorrerías. Le aburrían sus sórdidos chalaneos y sus dedos viscosos cuando les daba la mano. No te fíes. Nunca te fíes. Pero el Isaac como creía que todo el mundo era legal incurría en la laxa moral de la plena confianza en el ser humano. Un pecado mortal en esta época. Los corredores del poder conducían a las cámaras secretas donde se toman decisiones que pueden causar la muerte y la ruina a no poca gente. Miró por la cerradura del ojo de Ra. Los nuevos jefes escudriñaban no sólo las minucias de nuestras cuentas corrientes sino que analizaban nuestro estado de animo, nuestras dormidas, nuestras fumadas nuestras cagadas y meadas y constantemente mandaban hacer análisis a sus clientes para ver como andaban del colesterol. Son presumidos y omniscientes, controlan nuestros movimientos, saben de nuestros pasos, observan al detalle nuestra cuenta corriente. Son los nuevos todopoderosos del tejemaneje del Cofrade cibernético. Goborit Nachalnik. Habla el gran jefe. Hosca entre resignado e iracundo entró por las horcas caudinas. San Cristobalón se echaba a los hombros los pecados del mundo. Era el nuevo cordero de Dios. Traía bajo el hombro una escopeta de rayos laser. Suyos eran los bancos de datos personales y las cadenas de radiodifusión. Guardaban en su armario todas las cajas tontas con sus adminículos y sus duernos. Urnas, coños y cuernos. Y para mayor sorna alargaban el polímetro. Nikita, te comprendo, hermano. Sin sangre no les podremos ganar. Se cachondean de nosotros. Suenan en el valle las estrepitosas carcjadas del Rüster echando fuego por los ollares. Los soplones trepaban por las cucañas de un mayo que estos mendas hicieron a su medida. Dieron mucha cera al palo de tal forma que los gateadores se escurrían.



LA COMEZÓN Y LOS LUES DE LA NINFA



En estas estando vi a mi novia la ninfa Humín arrancándose las partes pudendas.

-Tengo comezón.

Qué decepción hacerse cargo que la que fuera el amor de tu vida se había hecho mujer de la vida. No quedaba nada de aquella ninfa y aquella musa que amé. Que fumaba rumbo y celtas largos cuando hacíamos manitas- manitas solo; A más no nos atrevíamos- en el seiscientos. Yo la llevaba a casa después de las clases y ahora estaba sentada a la puerta de la mancebía. Todavía tenía su hermoso pelo negro. Ya no era agua potable sólo un muñeco deteriorado por la avariosis.

-Pues arrascate mujer si tanto te pica. Te acuerdas cuando me declaré a ti en aquella excursión a Toledo? Y me hablabas de los pitillos que nos íbamos a fumar juntos después de eso. Ya no eres la misma.

-He dejado de fumar hace cuarenta años. Poco después de que tú te largases con la inglesa.

-Luego me casé con un labrador de mi pueblo. A los tres años quedé viuda. No fui muy feliz. Me hizo en cinco años otros tantos hijos y a veces me sacudía. Los celos. Quedé viuda.

-Ah sí.

-Pues sí pero yo no podía vivir sin eso. Me eché un amante que se llamaba Domiciano. Este venía a verme cada miércoles por la tarde. Un polvo. Un casquete. A veces un gatillazo. Pero yo quería más. Y más. Y más. Era insaciable.

-De buena me libré, ninfa Humín.

-No lo sabes bien. Conmigo tenías que cumplir.

-Y qué pasó después?

-Que me fui a una agencia matrimonial me enseñaron un álbum con una lista de tíos cachondos que buscaban pareja. Cerré los ojos y dije: este. Pues éste me salió rana. Era un casado. Que tenía mujer y diez hijos en un pueblo de Asturias. Me enamoré perdidamente de aquel individuo. Me volvía loca en la cama. Y yo quería más y más y más y él me lo daba. Vendi el piso y las fincas del pueblo porque él me lo pedía. Estaba como hipnotizada. O más bien idiotizada. Quedé arruinada por su culpa y se largó con otro. Pero sabes una cosa todavía le sigo queriendo.

-Como sois las mujeres, Humín.

-Algo húmedas e irracionales.

Aquel encuentro me dejó con muy mal sabor de boca. Era una advertencia de las falacias del mundo, de los engaños de las mujeres de la banalidad de los amoríos. Todo es mentira.

Cuando la dejé a la puerta de aquel chiringuito de la calle la Ballesta mi antigua novia todavía seguía arrancándose descaradamente el hoyo de las ingles. En una gramola de un cuarto piso donde estaban unos grandes almacenes sonaron entonces los primeros compases del Danubio Azul. Humín ya no era agua potable. Un día quise bañarme en aquel río de aguas puras y cristalinas. Todo se fue por la posta. Aquellos sueños de amor perpetuo quedaron embarrancados en el puterío. Humín, como todas, me había dejado tirado en la estacada. Gracias a ella conseguí dominar la perspectiva. Mulierem fortem quis inveniet? Nadie encontró a la mujer fuerte. Humín Amín. Fuiste a dar con un picha brava pero era lo que tú querías. Es lo que escogiste. Follar era lo que más te gustaba. Y pensando en el cruel deleite de lo que se fue aquella noche tuve un sueño húmedo. Creí que estaba haciendo el amor. Desperté sobresaltado enzarzándome en una pelea con aquel cabrón de guardafronteras hebreo que había pegado a una mora. Un español no lo puede consentir.



Ah vivamos en la disciplina de la voluntad y el autocontrol fieles a nuestras convicciones. Pues yo soy un tanto reacio la verdad a entrar por el aro. Apocalipsis has arrived

-Hear the trumpets

-Oh yea. Os van a ajustar las cuentas pero entre tanto sigue pegando voces por la calle el vendedor de globitos. Un globo. Dos globos. Tres globos.



domingo, 11 de diciembre de 2011

agua corriente no mata la gente

AGUA CORRIENTE
Dicen que el agua corriente
quita penas, da alegrías
yo quiero ir a una fuente
a ver si las penas mías
se las lleva la corriente

2017-05-06

VERSOS QUE RENUEVAN EL ALMA DE MADRUGADAS


 
 
 
 

DOCTA IGNORANCIA

 

 

Subido al árbol de mi destino

Cual Diógenes

Observo y ayuno

Me preguntan y respondo con el dedo

sí o no

Thumps up thumps down

Porque las palabras con frecuencia desarraigan el concepto

De la noble razón

Contaminan

Escuchad, si no, el lenguaje rábula

de abogadotes mal encarados

Que son la peste ahora del justicialismo que nos desmanda

Tenemos sofistas por un tubo

Y tertulieros encaramados

Burro grande ande o no anda

y esa Ester Jaén que nos mira con ojos de jaca andaluza

que llega de la provincia del ronquiso

Tiende las patorras a la cámara

y muestra el muslamen debajo de la falda

Escucho música de sirenas y llanto de violines

Son sollozos

en la cuerda floja de mi arpa

Retozos de castañuelas

Antes de dar escribe

Antes de firmar recibe

Tacto de codos

Que ahora todo es gratis y en cultura trabajamos todos para Google que es el turco de los cresos ricachos epulones de California

Que conspiran contra el mundo

y nos lanzan a batallas nucleares

y el sátrapa te dice mira éste

Largar bandera

Bocoy desfondado

Hermoso idioma español

Maltrecho,  acojonado

Maduro lo defiende con dos cojones

Espasmos de la logorrea

en la que andamos inmersos

Charlistas de verano que aquí todos son amenazas y blabla

 En pantalla demuestran su estulticia y su convencionalismo

El lazo de la corbata bien añudado

Pero nada más porque son hombres y mujeres clónicos

Mentes vacías

Bocas que hablan sin fundamento

Bustos parlantes

De la caja tonta

Amigos de asesinos

Que hacen caja con la miseria moral de este país

Se revuelcan como cerdos en la mierda

San roque peregrino

España en fiestas

Cleuasmos por arte birlibirloque y mentes retorcidas.

Más sobadas las ideas que el codo de la sotana de un canónigo

Cara redonda y beatifica del santo del pueblo manguitos de percalina negra

Ay aquellas almohadillas para ahincar los codos que yo tenía en mi pupitre adolescente

Tiempos que pasaron

Tropología del lenguaje figurado

Y con no poca moralina

Dares y tomares

Una fiera con toga

Verticilo  del castañar recien nacido

Amílico de mis borracheras

Llena furibundo el vaso  de almidón

Con el que me adentro en

Viajes a la región del eterno olvido

y cada mañana mi pandiculación

Despierta España aguija Madrid que te quedas sin gente

Por culpa de los

Furibundos ergotistas de la democracia

Jactanciosa ignorancia

Huye llora y calla

este es mi consejo

que te defenderá de los satánicos

 

2017-05-05

Posted: 05 May 2017 12:25 AM PDT



MONASTERIO DE CARDABA SACRAMENIA UNA HISTORIA DE NOVELA

Al campanario de la torre de san Gregorio subí muchas veces cuando por los Difuntos  había que dar los clamores de ánimas. Tan. Tan. Toda la noche. El Agustín, mi primo, el hijo del sacristán  y yo, trepábamos devanando el husillo de la escalera de caracol llena de plomizo.  Esta forma alabeada de los estribos era una señal del roce de los siglos.
Los peldaños estaban desgastados y presentaban una línea convexa, testimonio de que fueron millones que por allí subieron y bajaron. Las cagadas de las aves debían de tener mil años casi como la torre, que fue un fortín templariot. Subí incontables veces los peldaños hoy desgastados de esta escalera. Me bebí a sorbos el espíritu templario que honra la cruz y la defiende con la espada bajo la consigna de trabajar y rezar. Forma parte de mi cultura de mis genes pero nunca haré la palinodia de los habitantes de Fuentesoto gente tornadiza quye padece del mal de España de los godos lo que llaman el morbo visigótico, la envidia y la hipocresía. Sin embargo la grandeza de esta torre en lo alto de un somo me sobrecoge. Es uin grito de memoria al pasado y una advertencia al futuro. Castilla ya se ha dicho face los omes y los desface. Es una nación que da origen a la e3spañola. Se hizo peleando contrta el infiel. Fuimos unos adelantados del sionismo, era nuestra meta la conquista de los Santos Lugares. Mis antecesores eran pequeños, cetrinos algo trabados de hombros (lo pregonan las angosturas de esta escalera) pero recios en la batalla, curtidos en la lucha. Avezados al sufrimiento, prevenidos en frontera y ellos estaban en la vanguardia. Esta iglesia y estos monasterios fueron destruidos varias veces por la morisma pero luego reconquistaron sus tierras renegaron de Mahoma y cantaron vivas a la Trinidad. Dios es Uno y Trino. Ni mahometanos ni judíos han entendido aun la procesión trinitaria que es uno de los grandes enigmas teológicos del mundo.
En tiempos de la reconquista cambió bastantes veces de mano. Fuentesoto en la margen derecha del Duero marcaba el hito de la frontera. El edificio debió de ser un templo dedicado a Jupiter  luego basílica cristiana por su planta cuadrangular (se aprecia bien en el ábside) enseguida los visigodos dedicaron la iglesia a san Gregorio VII el papa que luchó contra las investiduras el del castillo de Canosa. Vino san Bernardo y erigió un monasterio en aquellos parajes en la ribera del Duratón donde vivían muchos eremitas.  Estamos hablando de las circunscripciones de Cuevas de Provanco, Sacramenia, Aldeasoña, Tejares, los Castros, Torre Adrada, Sepúlveda. Pero los eremitorios debieron de ser arrasados en una de las muchas razzias como demuestran las adarajas que quedan en el lienzo de pared junto al arco ojival actualmente cementerio donde fueron inhumados muchos miembros de mi familia. El templo debió de ser de buena hechura.
El cimborrio no se ha caído ni tampoco la torre de san Gregorio. Los vanos del campanario arcos de medio punto parecen dos ojos fantasmales que vieron el discurrir de la vida de Fuentesoto. El pueblo antes estaba arriba. Hoy se reclina en torno a una fuente torrencial que da origen a la vega que riega los campos de Sacramenia y de Pecharromán.
Esta escalera de caracol enm el olvidado campanario creo que guarda el secreto del enigma templario y forma parte del carisma cisterciense, un secreto a muy poco revelados pero que en mis horas bajas de desaliento pienso que es signo de predestinación. Al fin y al cabo Dios no abandona a los que lucharon por Él y a los que nacieron vivieron y murieron a la sombra de la Cruz del Temple. Respice stellam voca Mariam. Yo no sé pero esta devoción a la Virgen que  me inculcaron de pequeño me ha sacado a lo largo de mis días de muchos atascos.



El día de san Bernardo los que, como yo, siguen la regla del Doctor Melifluo y abrazaron las constituciones de su monacato dentro del siglo se sienten un poco tristes. Es tristeza fin de siècle, llanto por nuestros pasos perdidos, tristeza de finales del verano, nostalgia celestial por el canto de aquellos monjes blancos con la cogulla negra resonando lejanos a través de  los valles de Europa. Son las voces anónimas de quienes siguieron la senda apartada del cantor de María, delicadas armonías del 20 de agosto.
Menguan los días, marchan las golondrinas pero los zarzales se encuentran llenos de fruto y la luz declinante baña de todos los colores el rosetón de la antigua iglesia del monasterio de Cardaba en Sacramenia cuyo claustro fue vendido a los norteamericanos y hoy puede visitarse en Nueva York. Subí varias ocasiones a su emplazamiento en el alto Manhattan cuando era corresponsal o bien acompañando a familiares y parientes venidos de España o llevado por la nostalgia de aquellos sillares de buena labra que contenían todo el carbono 14 y el polvo de aquellos andurriales que tantas veces recorrí de niño. Eché de menos el silencio monacal y esa vida anónima de los profesos que, muertos al mundo, sus pompas y vanidades, pasaron por esta vida sin dejar rastro salvo alguna que otra firma al dorso de alguna letra capitular miniada, un nombre o una fecha consignados al desgaire sobre algún que otro libro del armoriumo biblioteca capitular.
El monasterio debió de ser muy grande dadas las dimensiones de la bodega y del granero. En todas las actas la firma del padre cillero o ecónomo figura al lado de la del abad. Algo más de un centenar de monjes entre profesos y donados que hacían vida de comunidad total sin derecho a la privacidad ni a una celda conventual según la estricta regla de Claraval. Los cistercienses supusieron la reforma relajada a la regla de san Benito vigente en los dos grandes monasterios benedictinos: Cluny y Montecasino. Mantuvieron la cogulla negra pero el hábito y el cordón son blancos. Representan una norma más rigurosa de vida porque todo lo hacían en común. Carecían de privacidad. En los dos monasterios centrales de Citeux y Clairvaux la vida discurría a toque de campana. En la “Carta De Caridad” san Bernardo recomienda a sus hijos el trabajo manual como primordial y continencia.  La regla Bernardina vedaba a los monjes todo comercio con el bello sexo y la entrada en el claustro estaba prohibida. “Es más dificultoso vivir un hombre en compañía de mujeres sin ofensa a Dios que resucitar a un muerto”, escribe el Doctor Melifluo.
El intelectual viene en un segundo plano y se practica a la hora de tercia por monjes cualificados calígrafos que trabajan en el “scriptorium”. Los monjes benitos por su parte encargaban del trabajo de manois a los donados que eran verdaderos siervos de la gleba pero la norma del “ora et labora” es la misma. Otra de sus singularidades es el fervor marial. San Bernardo (extraño personaje, algunos de cuyos aspectos relevantes de su personalidad no han sido descubiertos) fue el gran cantor de María, una devoción que importaron los templarios de lñas cristiandades bizantinas. No hay que olvidar que el carisma cisterciense, siguiendo las pautas de su fundador, que predicó la segunda cruzada, pone a a sus hijos a los pies de la Virgen. Era su lema “mira a la estrella, invoca a María” y todos sus monasterios, situados en lugares apartados, en valles escondidos “in saltibus et campestribus” donde podían llevarse a cabo tareas agrícolas, lejos del mundanal ruido, siguiendo el curso del sol y la rotación de las estaciones.
Este monasterio de Sacramenia del que no queda cnada estaba ya en malas condiciones cuando a últimosd del siglo pasado lo visita el polígrafo malllorquón J. M. Quadrado y poco tiene que ver en su estructura que es la m´ças antiguas de las casas cisterciense con la grandiosidad de Veruela o el Oliva.
La orden cisterciense a primera vista es mucho más dificultosa que la benedictina lo que al correr de los siglos va a dar lugar a disputas internas entre frailes mitigados y observantes pero su expansión en unos pocos lustros a partir de 1098 cando se establece la primera fundación resulta un hecho que habría que calificar de milagroso. En menos de cincuenta años Europa desde Escocia a Portugal y desde Polonia y Suecia hasta el sur de Francia y Polonia surge una verdadera eclosión de cenobios. Esta eclosión monástica en el que prepondera el sello cristiano de la Europa medieval se compadece poco con la mentalidad lógica y hedonista del siglo XXI. No lo podemos entender pero la  cronología histórica del humano quehacer tiene que ver poco con el Divino Designio. El Espíritu sopla donde quiere y cuando quiere. Hasta el punto de que en este fenómeno topamos con lo inefable.
Se cree que el primer monasterio en la península ibérica fue el de Sacramenia (muralla sagrada significa el toponímico en latín) en Segovia consagrado en 1133 por doce monjes borgoñones. Algunos cronistas, sin embargo, sostienen que le precedió el convento de Moreruela. Le siguieron el de Osera emn Galicia, Valparaíso en Córdoba, Las Huelgas, Oliva, Fietero, Scala Dei, Veruela, el monasterio de Piedra y Poblet.
La disciplina monástica es más rigurosa que entre los benedictinos porque, amen de sus votos de humildad pobreza, estabilidad y obediencia, estaban obligados por la Carta de Caridad no sólo a amarse unos a otros sino también a soportarse de por vida. Conllevancia se llama esta figura. El quebrantamiento de esta norma podía derivar en penas de cárcel decretadas por el abad. En los monasterios había calabozos y celdas de castigo. Cuando la comunidad era convocada a capitulo cada uno de los religiosos había de hacer confesión pública de sus pecados. Otra nota relevante para los que querían alcanzar lña perfección era la supresión de la concupiscencia de los ojos y la sujeción  de la regla. El silencio es la vía de la paz interior.
Los monjes habían de cumplir taciturnidad y sólo podían hablar por señas. Todos los monasterios con esa simplicidad creativa constaban de una iglesia, un refectorio, varios claustros para los monjes profesos y otro para los donados o conversos, un caldario o  hipocausto (gloria) para calentarse, la cilla o granero, caballerizas y salón de aperos, enfermería y un cementerio. Pasaban la noche en dormitorios corridos, su descanso nocturno siendo interrumpido por el rezo de maitines, prima tercia y nona. Una forma de vida empuñando el azadón y el breviario. La ergasiomanía (ganarás el pan con el sudor de tu frente) no es para el monje una condena por el pecado de Adaán sino un instrumento de salvación   
Rezaban en una única iglesia y comían en un refectorio comunal, iban a trabajar al  campo en cuadrillas y estudiaban en el scriptorium (una gran sala al lado de la huerta) volcando su sabiduría sobre los códices haciendo correr el cálamo con buen pulso e infinita paciencia benedictina sobre el pergamino. Escribían con tinta negra y roja. Quehacer impersonal sin vanagloria. Fidelidad a un canon y un horario fijo.  Al tomar el hábito cisterciense hacían el voto de renunciar al “yo”. Este anonimato como regla de vida como muerte a las cosas del siglo, la supresión de cualquier prurito mundanal, es un dato sorprendente. En el claustro cisterciense se respiura un espíritu colectivo. Es lo coral total, que hace pensar en los koljós soviéticos o los kibutz israelíes.
Todos los días igual. Hacían guerra a las pasiones; dominaban sus apetitos, mortificaban sus carnes con ayunos y morían de muy viejos casi siempre delante de un retrato de la Virgen María que les abría las puertas del cielo. Ello forma parte del misterioso legado cisterciense que siempre me sedujo.
El que a dios tiene nada le falta aunque viva pobre como una rata y en el más estricto anonimato monacal. Buscaban el  paraíso en la tierra y la unión con el Altísimo mediante la plegaria litúrgica, el trabajo de manos, a tenor con los cánones de la Regla de san Benito mejorada por Bernardo de Claraval. Uno de los mayores santos que ha dado la Iglesia pero esa grandeza no le exime de la complejidad de su personalidad. El don de profecía forma parte del carisma cisterciense. Hay que tener en cuenta que vivió en un siglo de cambio. El feudalismo entre en crisis y los siervos de la gleba se desarraigan. Las predicaciones apocalípticas al grito de Dios lo quiere de Pedro Ermitaño habían dado pábulo a la creencia de que se acercaba el fin del mundo y en esa estructura mental mesiánica se produce el desplazamiento de gentes que quieren tomar Jerusalén para aguardar en la Ciudad Santa la Segunda Venida. Un disparate desde luego pero no hay que olvidar que Dios escribe al derecho con renglones torcidos y de ese espíritu de milicia celestial que pone a la hueste católica en movimiento se va a producir el espíritu de renovación espiritual que traen los monjes blancos, san Bernardo como buen francés cree en la verticalidad. El espíritu de su obra es simple calado en la línea recta.
Esos colores vitrales de la iglesia escondida en el valle de Sacramenia guardan muchos de mis recuerdos de niño cuando en cuadrillas acudíamos a la romería que se celebraba en el prado Boyal de Cárdaba la romería del santo fundador de los Monjes Blancos; garrafatinas, almendras de Alcalá, tiro al pato en las casetas, tambor y gaita. Inundaban el aire melodías de dulzainas. Los del pueblo, jota va jota, viene (¡arsa morena!) bailaban al santo hasta que antes de atardecido acababa el jolgorio y regresábamos a nuestras aldeas andando y casi en plena oscuridad entregados a la contemplación de la estrellería las noches de agosto que en la provincia de Segovia tienen un fulgor especial.  La llegada de los cistercienses a esta comarca cercana a Sepúlveda y a Sebulcro donde habitaban los ermitaños de los Siete Altares sepulvedanos o los morabitos de las Cuevas de Fuentesoto representó la fusión del antiguo monaquismo oriental con el ideal del monasterio benedictino de Occidente. Alfonso VII suprime el rfito mozárabe y adopta el calendario y el martirologio romano. Esta singularidad de las ermitas de san Vicente cerca de los pagos de Pecharromán y de la iglesia de san Gregorio en un cerro, de traza cuadrada, pero de nave ojival, no ha sido debidamente estudiada. Para mí representa la fusión de las tres culturas a la sombra de la cruz. Es el síndrome del carácter cisterciense concomitante a los templarios.  
Hace muchos años que no acudo al festejo en los predios sacramenios los muros sagrados del antiguo cenobio castellano y una de las primeras fundaciones cistercienses, situado entre Valtiendas y Pecharromán aguas debajo de un río que nace en Fuentesoto y al que aun no han puesto nombre solo se sabe que es afluente del Duratón. Flotan sobre el ambiente tristezas de despedida, nadie conoce los pasos ni los designios de dios por qué los muros sagrados se derrumbaron en el trajín de los siglos, de las guerras, las desamortizaciones, las leyes secularizadoras: ese ir y venir de la historia en el que no se percibe un rigor lógico. Es el caos de las pasiones humanas, el vórtice de la naturaleza inmisericorde con los débiles.
Si en Inglaterra pasó como un terremoto Cromwell que redujo a ceniza casi prácticamente la totalidad el patrimonio eclesiástico inglés, uno de los más ricos durante la edad media, en España un ministro por nombre Mendizábal pasó por estos ámbitos como la apisonadora. Por si fuera poco mamelucos y gabachos durante la francesada dieron buena cuenta de lo que quedaba.
Se quemaron  cosechas, pegaron fuego a varios pueblos como el de Santa Cruz en el alfoz de Fuentidueña y ardieron  conventos. Un furor revolucionario sacude la historia de tarde en tarde y agitando la tea iconoclasta acabó con estos muros consagrados. La casa matriz del Cister  y la propia orden que irradió por toda Europa una fuerza expansiva, cultural y constructora al grito de Dios lo quiere, impulso de las cruzadas, premonición del arte románico en el que Cristo se convierte en músico y arquitecto, un increíble y misterioso movimiento religioso y litúrgico en la primera y segunda mitad del siglo XII está hoy casi desparecida. El cenobio de Citeux donde cuando murió el fundador en 1153 residían en el claustro cerca de ochocientos monjes  la Bretaña francesa, en pleno valle de Claraval se convertiría en una de las penitenciarías inexpugnables de Francia, al igual que el monasterio de San Miguel de los Reyes en Valencia o el propio Chinchilla. Los edificios que un día fueron jardines de María – en mi obra Viva Claraval elogio de la vida contemplativa lo específico – se transforman en aulas de dolor–.  Eran  salas de Dios. ¡Qué ironía! El monasterio de Veruela en Soria le sirvió a Bécquer de inspiración para algunas de las historias de terror en las que se inicia el romanticismo como género literario al igual que toda una pléyade de cenobios cistercienses en Galicia (Celanova), Zamora (Moreruela), Palencia (Aula Dei), fantasmagóricos recintos abandonados. La regla Bernarda cambió el rostro de occidente desde el punto de vista religioso. En España el rito hispano visigótico de origen griego cede el sitio al rito romano. Los monjes blancos traen consigo el espíritu de cruzada y se transforman en soldados ocupando torres en la frontera. A partir de los cistercienses los cruzados impregnan Europa de un nuevo espíritu, que es el espíritu de frontera y de defensa de la cruz.
Otro aspecto es el afán repoblador. Plantan majuelos, roturan baldíos, siguiendo el precepto de san Benito ora et labora en el que inspira su regla san Bernardo. Los caldos del mejor vino del mundo el Vega Sicilia que se cría por estos pagos fueron una invención cisterciense. Los monjes trajeron esquejes de las viñas borgoñonas las cuales, trasplantadas a los valles del Duero, produjeron ese mosto superior.
Cardaba – la data de su consagración remonta a 1142– fue construida por musulmanes que fueron hechos prisioneros por Alfonso VII el Emperador y conducidos a Castilla como mano de obra. Es por esto por lo que en los valles de Sacramenia, Aldeasoña, Provanco y Peñafiel buena parte de la población es de origen morisco (también judía) que se mezcló con la autóctona de ascendencia romana o vaccea. Son los aportillados de Sacramenia a los que Alfonso X manumitió y les dio derecho a llevar armas y acudir a la guerra como soldados.
Sabemos que el primer abad era borgoñón y se llamaba Raimundo y que el último era un amigo del Empecinado que se tiró al monte y murió peleando con los franceses. Se llamaba fray Elías.
En 1835 son enajenados los predios de Cardaba y los compra un labrador rico de Pecharromán. Casi un siglo adelante 1925 el magnate Randolph Hearst los descubrió y decide adquirirlos con la intención de transportarlo piedra a piedra a los USA por cinco millones de pesetas. Los sillares marcados y ordenados fueron embarcados y transportados en un carguero a Estados Unidos.
Ocurre la gran crisis del 29 y los negocios de Hearst el magnate que inspiró al Ciudadano Kane de Orson Wells dio en quiebra y el cargamento permanece olvidado en una dársena del puerto neoyorquino. Unos estibadores al cabo de tres décadas descubren el contenedor y las piedras van a parar a Miami (el ábside) mientras el claustro se queda en un museo al norte de la Ciudad de los Rascacielos. En fin, todo un cúmulo de vicisitudes dignas de un apasionante thriller trama para ahormar una novela supositicia de fantaciencia.
De las piedras seculares emanó según cuentan una maldición que ocasionó la ruina del magnate de los grandes rotativos. Hearst había sido el culpable de que el gobierno yanqui declarara la guerra a España arrebatándonos el último florón del viejo imperio colonial. En connivencia con el almirante Simpson urdió la estratagema burda de la voladura del Maine. Murieron muchos de nuestros soldaditos como consecuencia del hambre y del tifus después del bloqueo a la isla por la poderosa escuadra norteamericana. Aquellas piedras monacales clamaron revancha contra el hundimiento del buque “Furor” mandado por Fernando Villamil el héroe astur que un 3 de julio de 1898 levó anclas a sabiendas que esta temeraria salida del puerto de Santiago firmaba su sentencia de muerte.
La ruina de aquel banquero  que en uno de sus múltiples viajes a Europa quiso comprarlo todo  yo me pregunto si la quiebra de aquel hombre de negocios no fue una venganza de los templarios después de la estratagema del Maine y la guerra de Cuba. Por lo visto. A veces la Providencia castiga sin piedra ni palo.
Curiosamente en la actualidad uno de los centros de florecimiento de la trapa cisterciense es California, Nueva York, Connecticut y Nuevo Méjico.
BALTASAR GRACIAN EL BIBILITANO

UN ACCITANO DE GUADIX Y UN CUENTO QUE RETRATA EL SIGLO XIX
Pedro Antonio de Alarcón El Clavo




Una de las situaciones pintorescas en las que sueña Pedro Antonio de Alarcón en sus nostálgicos y sentimentales cuentos en los que el lector añora Granada( Madrid la calle Atocha y Valdemoro donde residió) es subirse a una diligencia y encontrarse en la rotonda con la mujer de sus sueños. Donde menos se espera salta una aventura pero el humorismo sardónico nos deja con la miel en los labios porque la ínclita- el granadino las preferiría rubias y corpulentas, pecheras, entradas en carnes, algo donde agarrar- resulta una damita muy pudibunda, treinta años, bonitos dientes, hoyuelos en las mejilla, escote alto y un libro en la mano, quizás una novela "cuyo héroe podría parecerse a mí (pues no pide usted nada, don Pedro Antonio), elegante damisela y sola- o viaja en busca de su marido, es una puta o una asesina.

El novelista sabe jugar con las situaciones delirantes y atrapando el interés del lector le lleva al huerto pero no hay tal huerto sino una situación bufa. Nuestros antepasados del siglo XIX trataban de ligar en los carruajes de posta. Antes del primer relevo donde estaba la posada del encuarte ya había declarado sus amores. En lo alto del pescante el postillón chascaba la tralla. Se tardaban dos días y medio desde Gijón a Madrid parada en la venta la Tuerta en León, Ataquines, media hora. El viaje a Granada era más peligroso por el aliciente de los bandidos al acecho por Sierra Morena. Estos escritores románticos poco se preocupan del paisaje, tampoco demasiado del paisanaje. El mayoral látigo en ristre para aguantar el frío y las tropelías del camino al bajar Despeñaperros (aquel carretero madre… quede amores me habló etc.), pasado Torrejón, el automedonte se había metido entre pecho y espalda una azumbre de aguardiente y reforzado su lenguaje con un repertorio de delirantes cagamentos. Juras más que un carretero. Para cojurar el aburrimiento o el miedo el cochero se echaba cuatro cantes. Coplas y más coplas. Veredas y más veredas.

-¿Vas de recua?

-Sí a Sanlucar por ver al Duque.

Las mulas eran todas aragonesas más resistentes pero zainas y cabezonas que tú no veas. El camino pedía aventura, reclamaba sobresaltos y daba alguna coz, un golpe inesperado. Los niños del siglo XIX no querían ser pilotos ni bomberos, querían ser delanteros de diligencia y guiar un convoy de mulillas trotonas haciendo sonar los cascabeles de sus colleras. A par de la calesa y sobre una yegua cordobesa a modo de vigilante solía cabalgar un mozo de espuela con un trabuco o una escopeta a la grupa, y que le iba advirtiendo al que guiaba de las incidencias y vericuetos del camino y si el carruaje cargaba trasero o delantero. Manolo tensa las riendas. Pese a las prevenciones las diligencias hacían molino porque se rompía una ballesta o se desbocaba alguno de los jumentos de la recua. Tenía que venir el herrero del pueblo más próximo. Era la desesperación pero Menéndez y Pelayo en el itinerario que va entre la Puerta del Sol y Puerto Chico solía leerse diez libros mientras se fumaba una caja de puros.

Si a la señora se le antojaba hacer pipi, ningún problema: con alzarse las enaguas y empotrar las nalgas en un sillico oculto bajo el asiento y a soltar el chorro o lo otro por la bacinilla coprónica, pues no tenía que hacer cola en los lavabos, así se hacía el avío del cagar y mear sina apearse; todo marchaba sobre ruedas. En estos viajes se trababan amistades que duraban de por vida, se contaban historias difíciles de olvidar y algunos incluso encontraban con la mujer de sus sueños. Don Pedro Antonio por lo que parece no pero otros galanes tenían más suerte. En las diligencias se moría la gente, nacían niños y se hacía el amor.

Comodidades e inconveniencias del romanticismo. En las fondas esperaban los chinches, el candil de sebo y alguna Trotaconventos a la que se podía hacer un favor por unos pocos patacones o un maravedí, porque entonces al no haber puticlubs el alterne buscaba sus sitios estratégicos en las ventas como las de Bembibre a pelo o al ajo arriero que en un recodo cuatro bandidos salieron, reza la canción, pues a Bembibre iremos todos como buenos compañeros. Había mesones y ventas que eran famosas en toda España desde el siglo XVI. Allí nació la novela picaresca y el romanticismo. Bécquer era también un apasionado de una diligencia a Soria que cruzaba media meseta.

La vida acaso tuviera otro sabor más fuerte que ahora. Pero los olores eran parecidos. Olor a tierra mojada, olor a mujer y olor a tinta fresca del papel recién salido de la imprenta- Alarcón quiso ser cura, luego militar pero acabó en periodista. Le aguardaba la probe menesterosa existencia de casi todos los escritores en su profético quehacer desagradecido. De muchos de sus contemporáneos ya nadie se acuerda pero sobre los sueños de estos artistas pergeñados en papel escribe la posterioridad. Ninguna riqueza mayor que la del espíritu. La vida de un poeta suele repetirse en unos y otros. No trasciende su labor ni son reconocidos en su trabajo aunque haya pocos menesteres en el mundo que proporcionen tantas satisfacciones interiores y aporten, inherente. Una grandeza interior que sólo conocen unos pocos. Tanta dignidad de hombre no cabe en estos seres olvidados a solas en su habitación amanuenses, pendolistas, cazadores de historias y de sueños, cálamo en ristre.

Ya Stalin los llamaba ingenieros del alma. En la antigua URSS era un gremio que gozó de ciertas perspectivas de futuros al igual que en los tiempos del franquismo (nunca se publicó tanto ni tan bueno en España como el periodo 1938-1975.) Entonces podría haber censura previa. Ahora hemos vuelto a las horcas caudinas de la Inquisición globalizada y universalista. Puedes publicar un libro pero no distribuirlo, nadie lo comentará en los medios si contiene apostillas al Régimen. Los medios de comunicación, las editoriales perroneras se hallan en manos de los enemigos de Cristo.

Así buenos novelistas y poetas quedan preteridos, fuera del juego, sometidos a una conspiración de silencio. Es la ley del silencio Estos que se proclaman demócratas ["nosotros somos demócratas… demócratas sí pero para vosotros mismos con la ley del embudo en la mano*] no dejan pasar una. Imponen el trágala del pensamiento único, políticamente correcto. Oye no te pases. Y te exhiben la argucia de las leyes de la oferta y la demanda que ellos controlan: el marketing.

Han capado el ingenio, mandaron al ostracismo a los escritores de inspiración y talento que son suplantados por la morralla informativa y los lameculos del Régimen, prácticos del auto bombo, estómagos agradecidos. Los elegidos de la musa están mucho peor que sus antepasados que eran gente de rumbo aunque por poco dinero y solían vivir en la plaza. Sus sucesores llevan vida de forzados en las ergástulas del anonimato. Es lo peor que le puede ocurrir a un literato: que le digan tú no existes. Dijo Larra escribir en España es llorar. Hoy a las plañideras les ahogan el grito con un sistema de cencerros tapados. Espronceda, Mesonero Romanos, Zorrilla, Bécquer, el propio Alarcón murieron en la indigencia pero gozaron de mucha fama y lograron publicar. Hoy no lo conseguirían y con decir que el Nobel se lo dieron a Vargas Llosa ya está todo dicho.

Pedro Antonio de Alarcón en su existencia terrenal pegó bastantes tumbos y rebotes. De anarquista empedernido se proclamó fiel vasallo de los borbones y anticlerical furibundo acabó besando la mano a todos los obispos y arzobispos. ¿Por mor de los garbanzos? Toda su obra rezuma melancolía, la tristeza y resignación de un ex seminarista que hubo de renunciar al sacerdocio porque murió la señora que le pagaba la beca. La perversa educación sentimental, los evidentes traumas sexuales del escritor destellan a lo largo de su obra. Ponía a todas las mujeres en un pedestal, idealizaba el amor porque lo iniciaron en la utopía pero a la vuelta de la esquina aguardaba el desengaño. De aquellas veneras emocionales estas romerías, estos fracasos y ridículos. Le van a pegar las mujeres muchas tortas. Estos románticos eran todos un poco salidos pero al final resultan unos pardillos. No se puede andar de esa manera por el mundo so pena de que el mihura del destino te sacuda no pocos revolcones y bajonazos.

En "Las cartas de un testigo de la guerra de África", "El sombrero de tres picos" o "El Escándalo" entreverada con una cierta ingenuidad no exenta de ironía resplandece la maestría noveladora de este accitano- era de Guadix el pueblo más viejo de España en la hermosa Penibética y cerca de la carena de Peña Nevada al igual que don Pedro Aparicio que fue mi maestro de periodismo- se advierte junto la fecundidad y variedad de los argumentos el saber llevar el plot.

"El Clavo", una historia corta, o una "esdacha" de rancio sabor ruso es todo un thriller digno de Edgar Alan Poe, cuento algo macabro: una calavera encontrada en un cementerio sevillano que tenía clavada una punta en el hueso coronal. Del hilo al ovillo y por un clavo se perdió una herradura y por una herradura se perdió un caballo y por un caballo se perdió la guerra. Resulta que la mujer que encuentra en el trayecto Málaga Granada el enamoradizo narrador, una tal Gabriela Zahara del Valle era la culpable de aquella calavera y aquel clavo que ríen la danza macabra de la muerte en un osario. Había dado muerte inducida por el amante a su esposo. Resulta que el que la cortejaba era el propio juez de instrucción que, sin saberlo, y tras ciertas pesquisas periciales en una visita al camposanto de autos, la condena a muerte. La rea confiesa su culpabilidad al tiempo que su amor por el hombre que la juzgaba. A mediados del siglo XIX con el romanticismo en su apogeo tales situaciones tan inverosímiles hoy dificilmente podían darse. Gabriela sube al patíbulo y al letrado que dictó sentencia lo destinan a la Audiencia de la Habana. A la sazón el feminismo no había asomado la oreja. Quiso la fatalidad que aquel crimen que fue descubierto por un procedimiento de rutina ocurriera en 1843 en la persona de Alfonso Gutiérrez del Romeral y parece basado en un hecho real. Tras cornudo apaleado. El juez que entendió la causa y dictó sentencia decía llamarse Tomás Zarco. He aquí una novela corta de acción trepidante. La misoginia de don Pedro Antonio sale a relucir. No se fiaba demasiado de las damiselas de las que se declaraba rendido amador en los trayectos del coche de postas., fue infeliz en su matrimonio. Se le murió un hijo adolescente. Este alpujarreño fue para muchos de nosotros uno de los escritores preferidos de nuestra adolescencia. Sus libros era una invitación a recorrer mundos fantásticos. Te hacían soñar. Hoy yacen en el olvido. Fueron bestsellers en su época; Alarcón fue el escritor más vendido con Fernán Caballero. Algún día volverá a ser reconocido cuando pase esta mala racha de críticos modorros, faltos de gusto y cursis anglosajones. Que han sustituido a los petimetres a la violeta afrancesados de hace dos siglos y a Paris por London. Hoy mandan en este corral con tufos de gallinero los anglos. Parece mentira que una literatura tan hermosa como la española, tan rica, tan human, sea desdeñada por los que se empeñan en pensar y en escribir en inglés y lo hacen mal porque ni galgos ni perdigueros. Sea desconocida por las nuevas generaciones, una artimaña del sionismo. Dios sabrá si son mastines o son podencos. "El Clavo" en resumidas cuentas es una pequeña obra maestra


EBURNEA SEGOVIENSIS LA CATEDRAL DE SEGOVIA


LA CATEDRAL DE SEGOVIA EN LA LITERATURA

 

La catedral está bien situada (leemos al comienzo de la novela de Jesús Fernández Santos “Las catedrales”), en el lugar más alto de la ciudad. Es la segunda que alzó el cabildo. La primera estuvo asentada en lugar más bajo y menos protagonista y, además, estorbaba el ardor guerrero del alcázar”. Gótico tardío como gustaba de llamarla Umbral. Constituye junto con la de Oviedo y la de Salamanca el último suspiro de la arquitectura medieval. Las tres diseñadas por Gil de Hontañón Pero la de Segoviana turris ebúrnea es la más alta de toda. Su cimborrio puede otearse los días claros a cien kilómetros. Son cuatrocientos treinta escalones desde la base al campanario. Imponente mole.  Su erección, comenzada después de ser destruida la anterior en la guerra de las Comunidades, costó sesenta muertos de todos los oficios albañiles carpinteros fumistas vidrieros talabarteros e incluso un canónigo se ahorcó era el limosnero (no le salían las cuentas al hacer el arqueos), vio bajar al sepulcro y ser coronados a diez obispos, recibió victoriosa las banderas de Flandes, lloró a muchos muertos. Campanas de gloria y misas de réquiem de todo hubo. Convidado de piedra y testigo mudo del paso de ocho generaciones Detrás de estos hermosos edificios se oculta una historia de afanes, pleitos, dilaciones, obreros que fallecían al caerse del andamio, canónigos fabriqueros que la palmaban a causa de un berrinche con los capataces, encargados que desaparecían con el dinero del cepillo de las ánimas, paros en la construcción por falta de presupuesto. Un ir y venir. Doscientos años en la vida de una ciudad de para muchos encuentros y desencuentros —Notre Dame de Paris tardó algo más y la construcción de la catedral de Lincoln llevó tres siglos— y este es el punto de arranque de esta excelente novela. La iglesia mayor de Segovia dedicada a Santa María es cifra y compendio de esa catolicidad titánica de nuestros ancestros. La jerarquía inspiró de la mano de la tradición y de la escritura pero quien puso manos a la obra fue el pueblo. Aquella Europa de las catedrales quiso edificar la ciudad de Dios, arduo empeño que se llevó por delante muchas vidas.

En lo alto de la torre allí donde se abren los cuatro ventanos vivía el campanero con su familia: la madre, el padre, Inés y Agustinillo al que pegaron un tiro en el Cerro Matabueyes; una familia con sus aperos de labranza, los cacharros de cocinar, la lumbre y las trébedes y hasta un cerdo que mataban por san Andrés.

Fernández Santos sitúa la acción durante la guerra civil cuando la torre catedralicia era un centro de vigilancia a los aviones. Un radar que escudriñaba los horizontes de la Mujer Muerta y Siete Picos.

El libro debe de ser autobiográfico pues la familia del escritor se refugió en la Ciudad del Acueducto al venir el Movimiento. Describe el fervor con qué se subió en procesión a la Virgen de la Fuencisla desde el santuario para evitar que los “otros” entrasen y supone que tal vez a esta intercesión milagrosa se evitó la destrucción de la milenaria urbe romana.

Encontré en las páginas de esta novela enigmática retazos de mi infancia mirando siempre para aquella catedral totémica con un campanario que eran cuatro ojos miraderos de una suprema atalaya.

A Fernández Santos lo conocí en el café Gijón allá por el año 93, iba por el sexto gintonic decía que tenía dolores y la ginebra le calmaba. El y yo, más sobrio que un fiscal, compartimos los dos recuerdos de la Dama de las Catedrales.

Uno fue monaguillo o seise de la santa iglesia catedral, sotana roja con esclavina roquete blanco las mangas perdidas de cera. Me dejaron entrar porque me sabía de memoria el “confiteor”. Fueron las oposiciones más fáciles y agradables que hice en mi vida.

Toda una serie de personajes de la vida real que conocimos — S. Santos alarga el catalejo desde su atalaya en lo alto y trata de encontrar el pulso vital de Segovia c. 1937 como Clarín describe el Oviedo del finiseculo del XIX — y ahí nos encontramos a don Cristino el archivero toda una vida leyendo y tomando apuntes para preparar un libro sobre la historia del cabildo. He aquí que se acuesta una noche decidido a emprender la tarea y a la mañana siguiente amanece sin memoria, victima del alzheimer. Don Cristino nunca publicó sus memorias.

O al deán Fernando Revuelta el amigo del general Varela al cual le apasionaba la Historia de los Heterodoxos de Menéndez y Pelayo aunque no tanto como los automóviles y las carreras de motos, sobre todo el biscuter, que estaban probando en la fábrica de Caretas y el SEAT 600. Un día en la sacristía mientras se desvestía, al cabo de una misa pontifical, le pregunté a bocajarro al señor deán:

— ¿Por que no se usted echa coche don Fernando?

—Niño — dijo— ¿para qué quiero coche si no tengo para gasolina? Soy un cura pobre

Y era verdad; el cabildo y el obispado eran riquísimos en bienes raíces casas pinares huertas pero sin apenas liquidez; a muchos canónigos en cuanto si les llegaba para mantenerse con la prestamera del beneficio.

Leyendo este hermoso libro a ratos melancólico, otras procaz, (podían ocurrir muchas cosas al subir los cuatrocientos y pico escalones de la escalera de caracol, que también allí el diablo se esconde por los rincones, aunque un letrero a la entrada del claustro lo exprimiese bien tajante: “pena de excomunión para el que en este sagrado recinto tenga pensamientos impuros o haga actos deshonestos”) he recuperado el niño y adolescente que fui.

Toda una familia vivía arriba con sus gallinas, el cerdo en la cohorte, y el aceite hirviendo en la perola donde la madre freía torreznillos.

Luego, cuando pusieron luz eléctrica, no hubo necesidad de campanero. Colocaron abajo el telefonillo y las campanas repicaban solas, accionando el interruptor de un circuito electrónica desde la sacristía.

Ya no fue necesario que el señor Sebastián aquel morañero pequeñito pero recio - me parece que era de Abades,-  el sacristán, todo un atleta,  ágil como una ardilla (eso yo lo he visto) trepase por la cuerda que colgaba de lo alto de la bóveda y gateara hasta arriba.

Una vez en la cúspide, desenrollaba la cuerda del badajo que estaba enroscada.  Luego descendería sus cincuenta y tantos metros descolgándose por la maroma con habilidad, y tan pichi. Aquello parecía un número de circo.

Los esculcas desde la atalaya en tiempo de guerra avisaban de la inminencia de un bombardeo pero la fuerza de Riquelme con los internacionales no pasó del Cerro Matabueyes. Allí estaba la Virgen de la Fuencisla cerrando el paso. Nombraronla capitana generala.

Fueron contenidos por la infantería del general Varela, que me parece que era algo amigo del deán, Allí fue donde le sacudieron un tiro a Agustinillo. Ese es uno de los ejes de marcha del argumento de esta novela sin tratamiento lineal sino a saltos siguiendo el esquema de la narrativa moderna donde los hechos reales se entreveran con los flujos de conciencia.

Subieron en procesión a la Patrona desde su santuario. La catedral era un hormiguero de gente y su torre un pararrayos.  Cumplió su misión estratégica.

Hoy ya no hay gallinas en el último piso. El campanario se ha convertido en un centro de atracción turística que ofrece las mejores vistas de la ciudad. ¡Viva la concordia y la paz aunque no vaya tanta gente a misa!