2021-01-11

ante el nuevo expolio de nuestra patria VIVA EL CID CAMPEADOR




 





VIVA EL CID CAMPEADOR CABALLERO DE CRISTO

 

Decía Larra el afrancesado que había que candar el sepulcro del Cid con siete llaves. Yo digo lo contrario:"¡qué buen vasallo si hubiese buen señor". España debe volver a su historia, olvidándose de la cretinización ambiente y la cobardía que nos envuelve a los españoles que hemos renunciado a nuestra lengua y a nuestra historia. Fue don Rodrigo Díaz el caballero muzárabe casado con una fiel asturiana el que peleó por España para ganarse el pan siguiendo los consejos paulinos de que la vida es milicia, un constante batallar, batallando a veces contra los moros y otros con ellos en contra de aquellos condes jactanciosos tocados del morbo visigótico y preterido por un rey que no le supo comprender porque ya lo dijo el Cantar de Mio Cid Castiella face los omes y los desface. Se apoyó para sus campañas en el oro judío sin reparos a engañar a estos con la estrategia del arca llena de arena que hizo pasar por tesoro de oros. Fue la semblanza de un luchador contra la injusticia y el mal inscritos en la condición humana. Pasó en la afrenta de Cospes cuando sus dos hijas doña Elvira y doña sol fueron ultrajadas por dos mangantes. Vita militia est. Batallemos sí pero sin violencia y sin rencor buscando el reino del amor y la justicia lo demás se nos dará por añadidura. Fue un templario un verdadero caballero de Cristo al que injurian ahora los que rescriben nuestra historia y ponen todo del revés. En España quedan muchos malvados y traidores. Abramos el sepulcro del Cid que pervive aun cuando lo robaran y profanaran los franceses. Devolvamos a Raquel y Vidas usureros la jugada. Sus adeptos nos tienen enemigas desde entonces para hacernos desaparecer como nación

 


CARTUJO

 

QUISE SER CARTUJO

San Bruno me tocó

Misterioso

Las cuerdas del alma

Escapulario níveo

Y blanca cogulla

El silencio es oro

La palabra plata vana

Vivimos aturdidos entre tanta plática

Cantar vísperas a la tarde

Y maitines de madrugada

Porto a este santo alemán

Bruno de Hartenbush

En mi mirada

Huid de la conversación ocioso

Escuchad

La voz interior

De Dios

Que os habla

Para morir al mundo

Y nacer a una vida

Que no acaba


 

NIEVE EN STATEN ISLAND

 

Recuerdo el viento frío

Y la nieve que caía en la mejana

Isla llana. Nueva York se expandía

Entre llamazares y charcas

El pato salvaje anidaba

Por los cañaverales

Nueva York tiene el alma frágil

De carrizo pero es la voluntad de ser

Una gran manzana

Aglomeración de etnias

Y de países

Aprendía allí a mirar

Al mundo con otros ojos

Escribiendo crónicas aventajadas

Y paseando con mis niños

Mi mujer y mi cuñada

Por el parque del Golden Green

Una mañana de nevasca

Vi venir a mí pisando la nieve

A un monje negro

De luengas barbas

Que entonaba el Gospodi

Y la melodía se expandía por el sabaoth bóveda triunfal de los rascacielos

De la gran manzana

El monje era ruso

Venía de Alaska

Su rostro poseía un aire místico

De velas contemplativas

Y el silencio de mil años

En la claustra

Esta visión la tuve

En Staten Island

La isla de los muertos y de los piratas

Que mi resurrección auspiciaba

Dije: "Gospodi achisti grieji nas"

(Señor perdona mis pecados)

de la vida pasada.

Aquel día yo supe

Que el blanco meteoro

Purifica las almas

2021-01-10

 

El Padre Huidobro



Antonio Parra

 

E N tiempos de tribulación no hacer mudanza. El consejo de nuestro Padre Ignacio me va bien, hay que ponerlo en práctica, difícil es, cuando la vida está zurrándome de lo lindo, otra vez, el dolor me felicita las pascuas, bendita cruz pero de qué tienes miedo hombre de poca fe y con el regusto que deja en el alma esta paremia me doy un garbeo por el Gijón rezo un padrenuestro ante el rinconín donde vio pasar la vida Alfonso el Cerillero me santiguo ante su fotografía, y le rezo una plegaria laica que tanto se lleva ahora; él era uno de los otros sangre generosa de la España republicana que no eran enemigos sino hermanos equivocados como dejó constancia en sus escritos el P. Huidobro y por los que derramó también y muy generosamente su sangre este legionario jesuita.

Compro lotería y me la paso por la chepa. No me toca pero el 22 de diciembre es el día de la salud y hasta el año que viene a seguir jugando. Con las mismas bajo hasta Moyano y hablo algunos momentos con Alfonso Riudavets otro gran español al que amo y a veces detesto. Claro que a veces le he tratado de cabroncete un poco exageradamente hijo de un coronel de Caballería al que yo degradé a sargento con un poco de mala leche y hermano de un gran juez del Supremo. Perdona mis lapsus. Pero hoy Alfonso está tratable y me cuenta.

-¿No sabes lo del monumento al P. Huidobro?
-No. Por estas fechas leo poca prensa. Todos los periódicos son la voz de su amo y me aburren con sus prosas monocordes. Prefiero tus libros cuya lectura expande mis ansias de archivero de la verdad y clama mi sed de amor a España y mis deseos de autenticidad y de belleza.
-No te subas a la parra, Parrita, que tus dislates te confieren la fama de loco.
-Ya estamos con que la abuela fuma, Fonsito, y vuelta con la burra al trigo.
-Pues quieren cargarse el monolito que tiene el páter de la Cuarta Bandera en la Cuesta de las Perdices.
-No creo.
-Pues han puesto un gran cartel de una inmobiliaria que tapa la estela.
-Vaya por Dios. El sitio está en la puerta de la Casa de la Cuesta el Circus donde viven y trabajan los espías hispanos. Numerus clausus. Fuente sellada. El perímetro de seguridad infranqueable pero ya digo el hito a la memoria del P. Huidobro guarda la jamba.
-Será que molesta.
-Pues a lo mejor. Los espías son también militares pero otra clase de militares. Con el Cesid no se cuenta. Vete tú a saber


Me gasto unos euros. Tomo II de las obras de Tolstoi de Aguilar bella estampa encuadernación en piel papel biblia con separador tela impresión a doble columna tejuelo con serigrafías de titulo y mancheta en oro etc (descripción técnica que haría un librero disculpen mi deformación profesional un libro y un amigo quiero yo en mis lares viejo soy pero no canso, etc). Doy los buenos días y deseo felices pascuas al entrañable, barojiano, inefable y a veces inabarcable librero Riudavets que para bien o para mal ha sido parte importante de mi vida y de mi amor acaso un vicio a los libros y al regresar en el autobús de la línea de Brunete me fijo. Ciertos son los toros. La estela conmemorativa a esta valiente legionario ubicado en el mismo lugar donde en la mañana del 11 de abril de 1937 un proyectil ruso calibre 12.40 le atizó donde atendía a moribundos en el hospital de sangre y puesto de primer socorro segando su vida de joven machacante de Cristo. Tenía 34 años. Era montañés las gafas de concha más bien pequeñito y poco marcial. Cuando se presentó ante el banderín de enganche de la cuarta Bandera que mandaba Asensio columna de Yagüe la que entró en Badajoz Plaza de Toros ya saben pero la guerra es la guerra los guripas se reían de él. Tenía un aspecto ridículo y una pinta de cura que no podía con ella. Pero ay amigo el hábito no hace al monje y este buen capellán montañés dio muestras más que sobradas de ese valor que se supone a todos los “novios de la muerte” y mi afán es tu grandeza que seas grande y fuerte y por verte temida y honrada todos tus hijos irán a la muerte. Fiel infantería que por saber morir sabe vencer aunque mi discurso no es de muerte más bien de vida y esperanza o al menos lo quiere ser.

Si me quieres escribir ya sabes mi paradero. En el frente de Gandesa primera línea de fuego. En medio de los fuegos cruzados de la Universitaria se arrastró por debajo de las alambradas y de los caballos de frisia para ir a socorrer a los soldaditos del otro bando carne de cañón de las Españas a confortarlos o darles el óleo santo y en una ocasión cargó a la costilla con un pobre muchacho del Quinto Regimiento herido en la pierna y rescatarlo en seguridad hasta las posiciones nacionales. “Ese cura, decían los rojos, tiene un par de huevos”. Su celo apostólico y sus virtudes sacerdotales eran verdaderamente heroicos. Yo no sé si habrán canonizado al P. Huidobro pero guardo un recordatorio de su muerte como una reliquia a la que beso e invoco ayuda espiritual en mis tribulaciones.

Para mí está inscrito con su sonrisa de misacantano en el registro de los santos este jesuita heredero del espíritu ignaciano que preconizaba la famosa paremia de “vita militia est” que nos da fuerza a sus émulos. El eco de las viejas canciones de nuestra fiel infantería rebosa mi alma de ternuras le doy al parabrisas de los recuerdos y se empaña el cristal de mis gafas con algo de emoción, leches, mientras el autobús 627 acomete la subida de la cuesta de las Perdices donde yo fui a probar con mi padre el querido Silvino mi primer seiscientos. Hostenes me estoy poniendo sentimental.


El Silvinete me hablaba siempre de los jaleos que hubo en estos desmontes del cerro del Águila. Él no estuvo en este frente. Operó en el de Guadarrama. El páter de su regimiento fue primero el P. Juan Martínez muerto en una chabola del Alto del León mientras confesaba a un soldado. Y luego el P. Caballero otro prócer de aquel esforzado cuerpo de capellanes que llevó el consuelo espiritual a las filas del ejercito nacional. Nunca portaban armas. Su uniforme era el de oficial y lucían un crucifijo en la solapa de sus guerrera cuartelera. Inmensa labor. Titanes del espíritu. Seguramente ellos fueron los que pusieron toda la carne en el asador lo que permitía que el ejército de Franco con un armamento inferior pero con más disciplina y con más alma que el de sus rivales ganase la guerra. Bueno en realidad aquella guerra no la ganamos ninguno. La perdimos todos los españoles.

Pero en ese afán de dar la vuelta a la tortilla y de mal interpretar los hechos ciertos los datos netos de la historia a través de eso que llaman la memoria histórica y en ese prurito ajusta cuentas en el que andamos metidos y de abrir viejas heridas quieren cepillarse el monolito al páter de la Cuarta Bandera. Habré pasado por este lugar que acecha a la linea del cielo de Madrid y se asoma al balcón del hipódromo querida y excelsa visión de Madrid unas cinco mil veces cinco mil días.

Siempre tenía en la peana un ramillete de flores frescas. Últimamente los claveles rosa y gualda han desaparecido. ¡Ah este gobierno! Y a mí la legión. Zapatero debiera haber leído (a ver si se le pasaba su furor iconoclasta) algunos escritos del P. Huidobro porque parecen directamente dirigidos a él, documentos conservados en algunos cuadernos de campo y en su diario. Una de las inserciones-extractada de su biografía escrita apresuradamente por el P. Rafael Valdés- dice así:”Fervor interior, activo y sacrificado en las Juventudes Católicas de todas las clases sociales. Acometividad de caballeros con su honor en la Cruz de la espada de los Tradicionalistas... ímpetu patrio de esos fascistas casi imberbes que saben mirar cara a cara a la muerte. ¿Y por qué no decirlo empeño hasta lo último por un ideal equivocado pero concebido con grandeza y heroísmo muchas veces en los jóvenes comunistas, una de las más ricas energías nacionales que urge conquistar”.

Aquello fue un choque de civilizaciones, señor Presidente. Querer reivindicar al marxismo igualitario y aplanador de libertades es dar marcha atrás. Tratando de borrar esa memoria no le deis más vueltas que así es la rosa. En mala hora exponer el reló con las manecillas para atrás del dialogo de civilizaciones. Más bien todo lo contrario. Por eso hoy con tales afrentas a la verdad y a la razón de la sinrazón vuelve a dolerme España. Ustedes perdieron la guerra una guerra que costó millones de muertos. No volvamos a las andadas. Este monolito que siempre tenía un ramillete de guirnaldas al pasar yo las he visto y he musitado una plegaria era un monumento a la reconciliación de las dos Españas. El P. Huidobro sacrificó su vida por ese ideal. Era un legionario con las tres estrellas de capitán que los tuvo bien puestos y no hubo de recurrir al saltaparapetos. Su fuerza era el rosario y aquellas misas que decía en sitios sin desenfilada batidos por el fuego como una que celebró en Talavera. Tuvieron que traerle un tanque y en el peto posterior él instaló un altar de campaña y alzó en triunfo la hostia consagrada. Corazón santo tu reinarás.


Me contaba mi padre que la asistencia espiritual en la Universitaria fue mucho más difícil que en el frente de Alto del León. En este último se rezaba todos los días el Rosario en la chabola pero en la Cuesta de las Perdices el estruendo del fuego graneado o el de las temibles explosiones de las minas republicanas ahogaban en desesperación el rumor de las oraciones. Además la disciplina no era tan sólida y Yagüe permitió la entrada de las cantineras y visitadoras que fueron el caballo de batalla de aquellos buenos capellanes que se las veían y deseaban para predicar contra la inmoralidad y el sexo a pelo en las mismas avanzadillas de una tropa que se esforzaba sin conseguirlo por entrar en Madrid. Haría estragos la sífilis que las putas eran un regalo de Azaña. La quinta columna venérea las llamaban. A falta de condones había que recurrir al permanganato.

Y esta referencia puntual o reflexión la hace también el P. Caballero el cual operó en ambos frentes y consideró su misión en la línea del Puente de los Franceses casi desesperada. Se combatía a cara de perro y algunos esforzados expedicionarios de primera línea se hacían todos la misma pregunta: ¿Dónde está Dios? Una cuestión así planteada a bocajarro en medio de tanto desgarro y de tanta baja porque fue muy difícil entrar en el Madrid de “no pasarán” ardua de responder. La defensa de Madrid que hizo Rojo fue de libro. La estrategia numantina y el armamento norteamericano checo o ruso que tenía el enemigo eran muy superiores al material italiano o alemán que las columnas de Yagüe, Varela o Asensio manejaban. Algunos fusiles que les dieron a los requetés eran casi escopetas de avancarga o máusers de la guerra de Cuba que cada dos por tres se engatillaban. Feroces combates. Encuentros a la bayoneta calada. ¿Donde estaba Dios cuando pelean dos hermanos? El P. Huidobro que recomendaba a sus cabos que dispararan sin saña y sin odio y que se jugó el pellejo para socorrer a los sorches rojos a los que él consideraba también guripas de España parece haber dado respuesta a tan inquietante pregunta. Está enterrado en el camposanto de Boadilla del Monte junto a otros cuarenta legionarios de su Bandera. Viva España y quiera Dios que la sangre de este jesuita al igual que la de José Antonio sea la última que se derrame en nuestro patrio solar. Las vueltas de la tortilla y las ganas de desquite no sirven para nada pues lo que pasó pues pasó y no tiene vuelta de hoja.
A pesar de todo, y en medio de los tiempos difíciles que nos cercan, Felices Pascuas. 

SAN SEBASTIÁN y SEBASTIÁN DOS LEGIONARIOS NOS AYUDEN A SUBIR LA CUESTA DE ENERO TRAS LA NEVASCA

 2O ENERO FABIÁN Y SEBASTIÁN DESNUDEMONOS TODOS EN LA FE DEL REDENTOR

 

San Sebastián eunuco de cristo

 

 

 

Bienaventurados aquellos que no tuvieron comercio carnal con mujeres dice el evangelio. Sebastián era pretoriano y confidente del emperador Decio, un apolíneo legionario que fue bautizado en las catacumbas. Su martirio por asaeteamiento el cuerpo desnudo las manos atadas a un árbol y ofreciendo el pecho a los dardos ha sido motivo de inspiración a una extensa iconografía católica desde el Renacimiento. Lo acribillaron los legionarios de su propia cohorte.

 

 En él se inicia el culto al desnudo. Otros santos aparecen ostentando muchos ropajes, barbudos, incoercibles, corticales pero la mirada de este Apolo de Dios es alegre y humana. Constituye uno de esos tantos enigmas con que nos sorprende el mensaje de la redención.

 

Hay muchas moradas en la casa del Padre y este favorito de Decio de cuyas inclinaciones sexuales dudan poco los historiadores porque en las costumbres del imperio la hemofilia no estaba desconsiderada y se aceptaba parte como una realidad. Sin embargo, Sebastián no quiso alterar su lealtad Al Emperador por el del Salvador y tuvo una muerte terrible como es costumbre en los crímenes de género en el ambiente gay. Beati vir qui cum mulieribus non sunt coinquinati. Nunca entendí el amor de los efebos, no lo condono ni lo condeno pero la educación intelectualmente irreprochable que recibimos los de mi generación, pero desde el punto de vista biológico ofrecía ciertos aspectos oscuros. Lo expongo en MI SEMINARIO VACÍO que es novela de tesis (ese horror a las mujeres y la disciplinaria de un culto espiritual blandengue que acaso provenga de la paráfrasis del salmo que cito arriba, extraído de San Juan, el discípulo amado del Señor)  pero se trata de una realidad humana. La iglesia sabe sacarla partida.

 

Esta fiesta de purificación y de la desnudez coincide con la del Bautismo de la Ortodoxia rusa donde los varones se sumergen en estanques de agua helada rompiendo el hielo al que se le da forma de cruz. Esta variante nos revierte al pensamiento de que dentro de la diferencia de usos y costumbres las enseñanzas evangélicas nos conducen en Oriente y Occidente por un mismo camino a la purificación a través de las promesas del bautismo o por agua como el de los atrevidos bañistas moscovitas o al de sangre como el que expresa la mirada de San Sebastián asaeteado.

 

El Desnudo fue uno de los santos más importantes del cristianismo medieval. Se le proclamaba abogado contra las enfermedades venéreas, antes que a san Roque.

 

 El sida es actualmente una realidad. Invito a los que lo padezcan que pidan curación de su amarga dolencia a través de la intercesión de san Sebastián. Fray Justo Pérez de Urbel en su menologio hace un perfecto análisis del significado de este patronato.

 

El centurión romano, el pretoriano de Decio llevaba tatuado a fuego el anagrama del emperador que era su amante pero también el crismón y entre los dos amores se inclinó por el segundo.

 

 Con respecto a su compañero Fabián poco se sabe y no existe una estricta relación. Sólo que era africano y testigo de la fe 35 años después, en 285, según las actas, esto es: imperante Diocleciano, del que era escolta.

 

 Es un misterio por qué la historiografía une a estos dos santos. ¿El mito de Cástor y Pólux  cristianizado? Ambos cabalgaban el mismo caballo y los dos eran hijos de Júpiter.

 

En cualquier caso, se trata de una hermosa historia donde se funden la idealidad y el perdón. De los que se emasculan por Cristo también es el reino de los cielos. Y no de los que andan diciendo Señor, Señor…

 

 Aborrece el pecado y condena al pecador. Para mí estos dos soldados desnudos reflejan la inescrutable sabiduría de la Iglesia que contra viento y marea sigue siendo la barca de salvación. Aquí se revela el divino rostro de Cristo. Un motivo para la esperanza. 

CON FABES Y SIDRINA NO HACE FALTA GASOLINA

 


PECADO DE ESCANDALO. EL QUE ESCANDALICE A ESTOS PEQUEÑUELOS MÁSC VALE QUE LE CUELGEN UNA RUEDA DE MOLINO Y LO ARROJEN AL MAR


 

 


ANTONIO VALLE MUERTO POR DIOS Y POR ESPAÑA. Era de Cádiz

 

Poco se sabe de este soldado muerto por Dios y por España. Puede que muriera en Sevilla asesinado o por otro lado asesinado por las turbas en Cádiz su tierra. De cualquier forma es un testimonio que queda de aquella vorágine cuando los que perdieron la guerra tratan de ocultar los nombres de los que asesinaron

O cayeron sencillamente en la defensa de unos valores que los nuevos "demócratas" detestan. Descanse en paz Antonio Valle

 

QUEVEDO MISÓGENO Y PESIMISTA. LA MUJER TODO CAÑERÍAS

 

El pesimismo quevediano con respecto a la mujer que da la vida para la muerte tiene un origen bíblico. Es el único poeta español que conocía el hebreo y glosa los versículos del libro de Job que aluden a la concepción "et in corruptione concepit me mater mea" es un acto sucio no exento de violencia y que piensen lo que les de la gana las feministas por ser éste el mandato de la naturaleza. Venimos de un rapto de una violación. Es un encuentro sucio el del apareamiento. Entre la muerda venimos al mundo y entre langores y estertores de la carne corrompida y macilenta nos vamos. Paradójicamente es un contraste y una contradicción del hombre que exhibió el soneto más bellos y profundo de la lengua castellana en su canto al amor.

 

Amor constante, más allá de la muerte

 

"Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra que me llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía hora a su afán ansioso lisonjera; mas no, de esotra parte, en la ribera, dejará la memoria, en donde ardía: nadar sabe mi llama la agua fría, y perder el respeto a ley severa. Alma a quien todo un dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han dado, medulas que han gloriosamente ardido, su cuerpo dejará, no su cuidado; serán ceniza, mas tendrá sentido; polvo serán, mas polvo enamorado."

 "Polvo soy pero polvo enamorado". A contrapelo pensaba que la mujer suele engañar al marido, es taimada y algo puta. De un polvo venimos y a polvo nos vamos. Fue asiduo cliente de los burdeles más famosos de España la de Viveros en Alcalá que le inspira los episodios del Buscón, la de la Tuerta en León viniendo del Puerto de Arbás, el Perchel malagueño, la Carchena de Segovia o la de Cárdenas en Despeñaperros donde más de una vez le arrebataron al poeta la capa y los dineros. Cualquier psicólogo que examinara los escritos de Quevedo podía hallar que esta animadversión procedía de sus cojera. Los pies zambos ¿tienen que ver con la impotencia? Y el fracaso de su matrimonio con doña Teresa de la Cerda. Se ríe de Góngora a mandíbula batiente "Érase un hombre a una nariz pegado" y hace chanzas de la impotencia del cordobés como se echa de ver en el siguiente soneto:

"A consentir en su porfía

vino una dama con su enamorado

porque por su nariz había juzgado

que tanto a buena cuenta metería

,as al revés salió su profecía

porque él tenía poco, ella sobrado

de suerte que él quedaba tan holgado

que ni sabía si entraba o si salía

la dama dijo muy turbada y triste

"!qué mentirosa la nariz me ha sido!

Él luego replicó, como hombre discreto:

"Este defecto, dama, no os contriste porque si mi nariz os ha mentido

a fe que dijo la verdad lo vuestro"

 

Góngora por lo visto "la tenía pequeña" demasiado grande el pajar de la novia para dar albergue a un espárrago tan chico.

Ya decía el arcipreste de Hita qué tendrá la mujer grande que no tenga la mujer chica. A Quevedo le gustaban las esparrancadas, alzar las faldas quitarles el cenojil y aquí te pillo acá te mato, se lo hubiera pasado a lo grande con estas beldades patihendidas de los chats que muestran sus habilidades y derrames. Se paga por mirar y por hacer el amor cibernético a miles de kilómetros de distancia. Fomento de procacidades masturbatorias y dolor de huevos. Tiene sorna esto de alzar el cirio pascual para quedarse con las ganas. Voto a bríos. Una manera de jugar a envido en el encarte de la perinola jugando al capadillo[1] como solían los tahúres de hace cuatro siglos que envidaban a la garatusa. [2]Esto es un fraude



[1] Juego de naipes

[2] garatusa la sota de oros

2021-01-09

AL HOMBRE MÁS PODEROSO DEL MUNDO LE QUITAN EL JUGUETE LE CIERRAN LA CUENTA Y NO EWS NADIE. EL VERDADFERO PODER ESTÁ EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. FACEBOOK, ZUCKERBERGER Y TWITTER VIGILAN LA LINEWA Y CONTROAL ARTICULO DEL NEW YORK TIMES EXC ELENTE PERIODISMO EL MEJOR

 

In Pulling Trump’s Megaphone, Twitter Shows Where Power Now Lies

The ability of a handful of people to control our public discourse has never been more obvious.

Jack Dorsey, Twitter’s chief executive, at a Senate hearing in October. Mr. Dorsey, along with Mark Zuckerberg of Facebook, has been under increasing pressure to hold President Trump accountable.
Credit...Pool photo by Greg Nash

In the end, two billionaires from California did what legions of politicians, prosecutors and power brokers had tried and failed to do for years:

They pulled the plug on President Trump.

Twitter’s decision to permanently suspend Mr. Trump’s account on Friday “due to the risk of further incitement of violence,” after a decision a day earlier by Facebook to ban the president at least through the end of his term, was a watershed moment in the history of social media. Both companies had spent years defending Mr. Trump’s continued presence on their platforms, only to change course days before the end of his presidency.

Why these companies’ chief executives — Jack Dorsey of Twitter and Mark Zuckerberg of Facebook — decided to act now is no mystery. They have been under pressure for years to hold Mr. Trump accountable, and that pressure intensified enormously this past week, as everyone from Michelle Obama to the companies’ own employees called for a permanent ban in the wake of Wednesday’s deadly Capitol riot.

These companies, corporate autocracies masquerading as mini-democracies, often portray their moderation decisions as the results of a kind of formulaic due process, as if “don’t incite an insurrectionist mob” had been in the community guidelines all along. But high-stakes calls like these typically come down to gut decisions made under extreme duress. In this case, Mr. Dorsey and Mr. Zuckerberg considered the evidence, consulted their teams, weighed the trade-offs and risks of inaction — including the threat of a worker revolt that could damage their ability to attract top talent — and decided that they’d seen enough.

Journalists and historians will spend years unpacking the improvisational nature of these bans, and scrutinizing why they arrived just as Mr. Trump was losing his power, and Democrats were poised to take control of Congress and the White House. The bans have also turned up the heat on a free-speech debate that has been simmering for years.

ImageLosing his huge online following would deprive Mr. Trump of cultural influence. It takes away the privilege he seems to covet most: the ability to commandeer the world’s attention with a push of a button.
Credit...Erin Schaff/The New York Times

On Friday night, pro-Trump Republicans raged, claiming Twitter’s move was an example of Silicon Valley’s tyrannical speech controls. And while many liberals cheered Twitter’s decision as an overdue and appropriate step to prevent more violence, some also cringed at the thought of so much control resting in so few hands.

“We understand the desire to permanently suspend him now,” Kate Ruane, a lawyer for the American Civil Liberties Union, wrote in a statement on Friday. “But it should concern everyone when companies like Facebook and Twitter wield the unchecked power to remove people from platforms that have become indispensable for the speech of billions — especially when political realities make those decisions easier.”

Above all, Mr. Trump’s muzzling provides a clarifying lesson in where power resides in our digital society — not just in the precedent of law or the checks and balances of government, but in the ability to deny access to the platforms that shape our public discourse.

Mr. Dorsey and Mr. Zuckerberg’s names have never appeared on a ballot. But they have a kind of authority that no elected official on earth can claim. This power appears mostly in subtle and unspoken ways — like the eerily calm, hostage-like video Mr. Trump filmed on Thursday, hours after Twitter and Facebook threatened to delete his accounts. In the video, Mr. Trump conceded that he had lost the election and condemned the Capitol attack, two things he had stubbornly refused to do even as Congress talked of impeaching him a second time and his own Cabinet members discussed invoking the 25th Amendment to remove him from office.

Legal and political concerns certainly pressured the president to adopt a more conciliatory stance. But there was another interpretation of his change of heart: Mr. Trump would rather lose his presidency than his posting privileges.

FRANK BRUNI: A less conventional take on politics, cultural milestones and more from Frank Bruni.

In some ways, Mr. Trump — who used to boast that the platforms “would never” ban him — would be correct to make his social media accounts a priority over his remaining days in office. A successful impeachment would be an embarrassing end to Mr. Trump’s political career. But losing his huge online following — 88 million followers on Twitter, and 35 million on Facebook — would deprive him of cultural influence long into the future. It takes away the privilege he seems to covet most: the ability to commandeer the world’s attention with a push of a button.

Mr. Trump is no ordinary inmate in Twitter jail. Unlike other de-platformed partisans, he has a huge right-wing media apparatus that will follow him wherever he goes, and legions of followers who will amplify what he says no matter where he says it. On Friday, his followers pledged to decamp to so-called “alt-platforms” like Gab and Parler, which have less stringent rules. But these apps are tiny by comparison and, because they are largely unmoderated, often amount to last-resort echo chambers for noxious extremists.

If none of the alt-platforms suffices, Mr. Trump may well start his own social network, one where he can post with abandon. And if all else fails, he can always call into Fox News.

But rebuilding a huge audience on a new platform is no simple thing, even for a former president, and these alt-platforms face their own legal and technical battles. Parler itself suffered a major setback on Friday when Google blocked it from its app store, citing the app’s lax moderation policies, and Apple threatened to do the same.

No matter where he ends up posting, it’s doubtful that Mr. Trump will ever have what he had in Facebook and Twitter — a frictionless soapbox, where he could joust with his enemies as well as bask in the adoration of his fans, and a direct line to every newsroom in the country.

In some ways, Mr. Trump’s social media dominance was an accident of history. In 2009, when he first joined Twitter, Mr. Trump was a reality TV star looking for attention, and Twitter was a fledgling social network that needed high-profile celebrities to attract growth.

It was a perfect match, and Mr. Trump soon began honing the freewheeling, stream-of-consciousness style that would become his signature. For years, he used the platform to weigh in on everything from wind turbines (ugly) to President Barack Obama’s birth certificate (fake) to Jon Stewart’s comedy (overrated). Mr. Trump’s filter-free musings turned out to be engagement gold for Twitter, which recommended his tweets to millions of new users through its algorithms.

Social media became an even more powerful asset for Mr. Trump when he turned to politics. And after he got elected president, thanks in large part to his dominance on Twitter and Facebook, he used his accounts in ways no world leader ever had: to announce major policies, bully foreign governments, whip up votes in Congress, hire and fire senior officials, and interact with a motley crew of racists and cranks.

In time, we learned that the version of President Trump we saw on our feeds was, in many ways, more real than the flesh-and-blood human who occupied the Oval Office. People who wanted to know what Mr. Trump actually thought about kneeling N.F.L. players or Speaker Nancy Pelosi didn’t watch him read a prepared speech or hold a news conference. They looked to @realDonaldTrump, the most honest representation of who he was.

The most predictable result of Mr. Trump’s dismissal from Twitter — and, most likely, a similar ban he’ll face from Facebook after Inauguration Day — is that it will become a rallying cry for conservatives who see themselves as victims of Silicon Valley censorship.

“We are living Orwell’s 1984,” the president’s son, Donald Trump Jr., fumed on his (still operational, 6.5 million-follower) Twitter account. “Free-speech no longer exists in America. It died with big tech.”

No serious thinker believes that Twitter and Facebook, as private companies, are obligated to give any user a platform, just as no one doubts that a restaurant owner can boot an unruly diner for causing a scene. But there are legitimate questions about whether a small handful of unelected tech executives, accountable only to their boards and shareholders (and, in Mr. Zuckerberg’s case, to neither) should wield such enormous power. These actions also raise longer-term questions, such as whether the business models of social media companies are fundamentally compatible with a healthy democracy, or whether a generation of Twitter-addicted politicians can ever be untaught the lesson that racking up retweets is a surer path to power than governing responsibly.

Mr. Trump’s ban will have tangible effects on the spread of disinformation about the 2020 election, much of which originated on his accounts. It will also probably accelerate the splintering of the American internet along partisan lines, a process that was already underway, and intensify calls on the right for the repeal of Section 230 of the Communications Decency Act, which shields social media companies from legal liability for their users’ posts.

In the short term, people worried about a slippery slope of censorship on Twitter and Facebook can take some comfort in the fact that Mr. Dorsey and Mr. Zuckerberg appear to hate playing the role of speech police, and avoid doing it whenever possible. For them, Mr. Trump’s case is unlike any other — a celebrity who rode their platforms to the presidency, then used them to stage an attack on American democracy itself — and their decisions to ban him aren’t likely to set much of a precedent.

But that will be cold comfort to Mr. Trump, who now finds himself on the wrong side of the bright line these companies have drawn.

The president railed against Twitter's ban on Friday night, releasing a fiery statement through the White House press office that claimed, “We will not be SILENCED!”

But in the ways that matter most to him, he already had been.

Kevin Roose is a technology columnist for The Times. His column, "The Shift," examines the intersection of technology, business, and culture. You can find him on TwitterLinkedInFacebook, or Instagram@kevinroose  Facebook

A version of this article appears in print on Jan. 10, 2021 of the New York edition with the headline: Silencing a President, Big Tech Shows Where Power Now Lies Order Reprints | Today’s Paper | Subscribe

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