QUEVEDO MISÓGENO Y PESIMISTA. LA MUJER TODO CAÑERÍAS
El pesimismo quevediano con respecto a la mujer que da
la vida para la muerte tiene un origen bíblico. Es el único poeta español que
conocía el hebreo y glosa los versículos del libro de Job que aluden a la concepción
"et in corruptione concepit me mater mea" es un acto
sucio no exento de violencia y que piensen lo que les de la gana las feministas
por ser éste el mandato de la naturaleza. Venimos de un rapto de una violación.
Es un encuentro sucio el del apareamiento. Entre la muerda venimos al mundo y
entre langores y estertores de la carne corrompida y macilenta nos vamos. Paradójicamente
es un contraste y una contradicción del hombre que exhibió el soneto más bellos
y profundo de la lengua castellana en su canto al amor.
Amor constante, más allá de la muerte
"Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra que me
llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía hora a su afán ansioso
lisonjera; mas no, de esotra parte, en la ribera, dejará la memoria, en donde
ardía: nadar sabe mi llama la agua fría, y perder el respeto a ley severa. Alma
a quien todo un dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido, su cuerpo dejará, no su cuidado; serán
ceniza, mas tendrá sentido; polvo serán, mas polvo enamorado."
"Polvo soy
pero polvo enamorado". A contrapelo pensaba que la mujer suele engañar al
marido, es taimada y algo puta. De un polvo venimos y a polvo nos vamos. Fue asiduo
cliente de los burdeles más famosos de España la de Viveros en Alcalá que le
inspira los episodios del Buscón, la de la Tuerta en León viniendo del Puerto
de Arbás, el Perchel malagueño, la Carchena de Segovia o la de Cárdenas en
Despeñaperros donde más de una vez le arrebataron al poeta la capa y los
dineros. Cualquier psicólogo que examinara los escritos de Quevedo podía hallar
que esta animadversión procedía de sus cojera. Los pies zambos ¿tienen que ver
con la impotencia? Y el fracaso de su matrimonio con doña Teresa de la Cerda.
Se ríe de Góngora a mandíbula batiente "Érase un hombre a una nariz
pegado" y hace chanzas de la impotencia del cordobés como se echa de ver
en el siguiente soneto:
"A consentir en su porfía
vino una dama con su enamorado
porque por su nariz había juzgado
que tanto a buena cuenta metería
,as al revés salió su profecía
porque él tenía poco, ella sobrado
de suerte que él quedaba tan holgado
que ni sabía si entraba o si salía
la dama dijo muy turbada y triste
"!qué mentirosa la nariz me ha sido!
Él luego replicó, como hombre discreto:
"Este defecto, dama, no os contriste porque si mi
nariz os ha mentido
a fe que dijo la verdad lo vuestro"
Góngora por lo visto "la
tenía pequeña" demasiado grande el pajar de la novia para dar albergue a
un espárrago tan chico.
Ya decía el arcipreste de Hita
qué tendrá la mujer grande que no tenga la mujer chica. A Quevedo le gustaban
las esparrancadas, alzar las faldas quitarles el cenojil y aquí te pillo acá te
mato, se lo hubiera pasado a lo grande con estas beldades patihendidas de los
chats que muestran sus habilidades y derrames. Se paga por mirar y por hacer el
amor cibernético a miles de kilómetros de distancia. Fomento de procacidades
masturbatorias y dolor de huevos. Tiene sorna esto de alzar el cirio pascual
para quedarse con las ganas. Voto a bríos. Una manera de jugar a envido en el
encarte de la perinola jugando al capadillo[1]
como solían los tahúres de hace cuatro siglos que envidaban a la garatusa. [2]Esto
es un fraude
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