2021-02-23

AY QUÉ PUTAS LAS DE LA TELEVISIÓN AUNQUE NI SON TODAS LAS QUE ESTÁN NI ESTÁN TODAS LAS QUE SON

 PUTAS Y MACHORRAS



Unas son putas

otras machorras

en el hemiciclo están

sentadas al alimón

la coaxca es un vertedero

de mentiras

y flujos vaginales

ay que putas son las que están

en el balcón

pero no están todas las que están

NI ESTÁN TODAS LAS QUE

SON

pornocracia

sexo blando y sexo duro

berran y braman

la prama del barco que se hundió

perversas no son

las pobres mujeres

que se dedican a la prostitución

ay hijas de mi vida

el cohen los lleva al salón

sois comida de libidinosos

y explotadores

a cambio de nada dais amor

poyatos del sembrador

izas y rabizas colipoterras

más perversas y peores

son las que no lo parecen

y más putas son

de cuello duro

melena al viento

ay la madre que las parió

a la SOMBRA DE LA TORRE CARCHENA EN LA HUERTA DEL JUDIO PASÉ MI INFANCIA

 


LA CATORCENA ES ALGO MÁGICO

Antonio Parra



Yo te di una espada(I gave you a sword). Gracias por eso, Señor. The word and the sword. Palabras y espadas y en ese empeño seguimos lansquenetes de la palabra retornando al Alma Mater. Vientos de profecía. Entierrate grano. Mañana serás espiga. El viento de la historia a veces huracán otras brisa pasa página ¿Los ves? En un pocillo les estás dando de comer. Cuando ellos van tú ya regresas. Ponen el grito en el cielo. Nietos de los fariseos se rasgan la camisa, hacen trizas las filacterias. Se proclaman demócratas y abanderados del contraste de pareceres pero la fortuna te guarde de pisarles un callo. Dices que recurres a la descalificación y el insulto cuando son precisamente ellos que carecen del sentido del humor los que te están insultando.

Otros porque les cantas las verdades del Barquero y tú se las dices al lucero del alba, sin ir más lejos al propio Fraga cuando te vedó escribir sobre Gibraltar están dispuestos a tirar de navaja. O lo que sea. Insidiosos e instalados. Bueyes duendos de ojos romos más falsos que los denarios de Judas que sirven, están sirviendo, para comprar campos de Haceldama. Don Tarariri que te vi ese que gusta de enfocar el problema vasco y el catalán a su manera, ese don Cómodo de la triste figura y que pluma en ristre la moja no en tinta sino en vesania mejor estaba vendiendo libros en Moyano porque escribir no es lo suyo. Se cree Shakespeare o Dickens pero no es Zola ni Flaubert ni Cervantes ni Palacio Valdés. Es sólo la hermana San Sulpicio. Corniveleto ya digo y mucha leña por la cabeza. Le dicen el buey suelto y es un manso. Sus derrotes son peligrosos. ¿Qué dijo? Dijo:

- Ha blasfemado. Es un energúmeno. ¿Por qué? Por defender la unidad de España.

  • Yo voy a lo mío.

  • Ellos a lo suyo. Y nosotros a lo nuestro.

  • Son los de la estirpe tornadiza. Mala raza y peor baba. Se entienden con el bereber bajo cuerda, pero con sus carros de combate arrasan Gaza; pasan mensajes a los gudaris asesinos, sufragan el convite de catalanas vendettas de la Campana de Huesca y tú, Verum, que siempre viste crecer la hierba, tiras de la manta y les coges en renuncio, sus improperios se escuchan en San Pedro Abanto, pasada la Fuencisla.

  • ¿Dónde estaba el ventorro?

  • Allí mismo. Donde invocábamos a Fray Jarro cuando éramos guajes y después de la novena entrábamos a tomar unos chatos y allí encontrábamos al Tío Loco con su mandil verde a rayas y cara de palo. En ese lugar bajo la parra que da sombra nos “mojábamos” a gusto viendo nadar a los peces del río creo que fui feliz si es que la felicidad existe en este perro mundo.

  • Pues había un letrero que a mí me hizo mucha gracia: más vale aquí dentro mojarse que enfrente ahogarse. Y enfrente pasaba el Eresma. No es que llevase mucha corriente pero sí la suficiente para dar la última aguadilla y máxime estando pedo.

  • Mucho os gusta el traguillo a los de Segovia.

  • Sanguis Christi inébriame. Sangre de Cristo. Laus tibi Deo que hace un mes que no te veo.

  • ¿Y el Corpus?

  • Eso es otra historia. El Corpus es un monasterio de Claras donde ocurrió el milagro de la Catorcena. Allí estaba la sinagoga y allí fue el sacristán de San Facundo a entenderse con el rabí y le vendió a Cristo por treinta maravedíes de moneda forera.

  • Volver a empezar. Estamos en las mismas.

  • Psé. Bueno pues echaron la hostia a un caldero de aceite hirviendo en son de mofa y de cachondeo sacrílega tenida. Al freír será el reír y algunos se les heló en plena boca la carcajada. Como era Jueves Santo querían hacer torrijas pero de repente entre el espanto de los presentes la sagrada forma empezó a subir y subir hasta el techo, abrió un boquete en la bóveda y cruzando los cielos las torres los puentes y los acueductos de mi querida ciudad fue a descender por la Costanilla de los Desamparados hasta el convento de Santa Cruz. En una celda estaban sacramentando a un novicio dominico. La hostia se posó sobre los labios del moribundo y le sirvió de viático y tanto le sirvió que a los pocos días aquel enfermito desahuciado estaba como una rosa escribiendo latines y haciendo silogismos.

  • No me venga usted con historias morunas, Verumtamen. El convento de Santa Cruz era el mismo del que fue prior Torquemada. Deberían quemarlo.

  • Tiene un retablo muy bonito y allí han levantando una universidad privada. Cela fue el testaferro pero los dineros eran de la mafia. La misma que reconvierte nuestras viejas basílicas en discotecas, los conventos en campus y asfalta la costa al grito de “I ll buy you out” y con una buena mentalidad para los negocios. Jesús Gil cabalga de nuevo. Tiene muchos émulos el uxamense que así se llamaba en la edad media a los de Burgo de Osma y donde como en Hervás judíos los más.

  • A este paso las fiestas de Catorcena – el milagro del sacristán traidor y de la hostia por los aires – habrán de ser suprimidas por políticamente incorrectas. Incitan al odio étnico.

  • Ni mucho menos. Exalta el misterio de la Eucaristía. Cristo se quedó a morar con nosotros. ¿Eso les molesta?

  • No sé pero lo que sí está claro es que harán lo posible por quitarla. Debíamos organizar una rogativa o un acto de desagravio.

  • Ah como recuerdo aquellas verbenas, los bailes de candil bajo los almeces de la Plaza de Muerte y Vida o en los Corrales del Cristo del Mercado. La fiesta iba por barrios y a cada parroquia le tocaba organizarla una vez cada dos septenados. O plazo para renovar las células. A mi que soy bautizado en San Millán me tocó una vez llevar los ciriales. Era un niño cumplidos los catorce. Cuando volvió a pasar la ronda y el pasacalles tachin tacha chundara rá abandonaba la mocedad y emprendía la madurez. Estas fiestas eran el reloj biológico del pulso milenario de una ciudad que siempre se caracterizó por poner los paños al púlpito en loor a Jesús Sacramentado y aquí a la tarasca el Dia de la Minerva que es la octava del corpus la molemos a palos.

  • Bueno pues de hoy en un año.

  • Eso. Corpus Christi salva me. Ya sabes la bella oración que compuso san Ignacio verdaderamente un santo eucarístico para después de comulgar. Y sanguis Christi inébriame. Emborráchame con tu sangre Señor. Pues la verdad que yo pecador de mí la tomé demasiado ad pedem literae. Y a lo largo de mi existencia he atrapado algunas curdas. No me las doy de santo.

  • ¿Conoces la parábola del santo bebedor?

  • No. Ni falta que hace.

  • Y tanto pero quod scripsi scripsi que dijo don Poncio Pilatos. Aquí de lo que se trata es de borrar la memoria o manipularla.

  • Ya.

No hay quien pueda con ellos. Son como gorriones o como trapenses disipados duro cacarear en el coro y picotear en el refectorio. Luego cencerrear por la Misa de Gallo. Han pasado dos generaciones. Seis papas descendieron al sepulcro. La estema de los años arrancó unos cabellos de tu frente y apenas ya te puedes peinar a raya. Eres ya talludito y troncal, la curva de la felicidad hasta convertirse en la peligrosa protuberancia de la ptosis, doble barbilla y tres papadas, enuncian tu llegada a la linde del carcamal por más que tu espíritu se proclame joven talmente como el de un misacantano.

Ibas para canónigo y mira tú cómo todos estos te bieldan tu parva. Pero poco más. Te dieron una espada y quince talentos. ¿Los has empleado como dios manda? No sé, Señor. Aquí llego con mi barba cana y mi barriga. Algo atolondrado y gozoso pero impasible el ademán. Trato de guardar tus mandamientos. Te sigo en la distancia.

Cuarenta y tantos años después y la vida sigue igual. Regreso a mi Alma Mater. La puerta verde está cerrada pero por encima del dintel hay un letrero en mármol gris y con caracteres desleídos que dice: “En esta Casa de la Compañía vivió el P. Lainez”. Era el hombre de confianza del Padre General que no se fiaba mucho de Ribadeneira el gallego que le hacía momos por detrás.

-Había otro en el grupo de los primeros discípulos de San Ignacio: Polanco.

-A ese que ni mentarlo. ¿Vale?

El gran hastial de piedra gris. Por entre las socarrenas del muro de sillares alzan su melena desangelada. matas de parietaria y el cardenillo se ceba sobre los tres bolinches que orlan la base y los lados del triangulo de la fachada. Se trata de una iglesia jesuítica no hay más que verla. Tan angular y biselada. verdadera roca de Israel. Todas imitan al Giesú de Roma en una de cuyas capillas nuestro padre general decía misas de tres horas y arrobadizo pues Dios le concediera el don de lágrimas se anegaba en llanto y en devoción. ¿Por qué lloras, Ignacio? ¿Por los pecados de la vida pasada: caballero de Olmedo y por cortejar en Arévalo a la reina Germana? No. Lloro porque en este cuerpo pecador se ha manifestado la gracia. Cristo será el campeón. Y este mensaje de esperanza que plasma en piedra el monumento del Jesús romano transmigra a todos los templos que edificara la Orden desde su creación. La acrotera impresionante promontorio tiene una disposición triangular en función de la espadaña que señala la recoleta plaza tiene una disposición triangular en función de la cruz de la espadaña - estilo herreriano neto y granito escurialense- que señala el cielo de la recoleta Plaza del Seminario que desemboca a través de un callejón frío y batido por todos los vientos en la de los Espejos. Más allá la de San Martín que tiene delante del ábside un impresionante rincón medieval.

Segovia ciudad mística y guerrera. Al fondo de la exedra se alza la estatua del Comunero Bravo dando sombra al escaparate de la tienda de Blas Carpintero el alfayate que me cosió la primer sotana. Me retrotraigo a las tardes solaneras del otoño: becas rojas y esclavinas al viento y un chusco bajo la hopalanda que teníamos hambre y cuando nos daban ganas de comer le pedíamos pan en los paseos a uno que llamaban Pénjamo y en lo alto la cabeza el bonete terceronado o juniorado según el curso académico del alumno. Este gorro en determinadas testas era bisunto. ¿Y tú qué me das, Nicolás? Te echarán del seminario y te darán la carta de despido en el trabajo pues no eres archivero colegiado ni tienes oposiciones ganadas ¡Siempre igual! Mucha democracia y muchos derechos humanos para los de fuera naturalmente pero laboralmente he sido siempre un apestado. ¡Dios las que me hicieron pasar! Siempre me he sentido un ciudadano de segunda mano.

En este país de carnés lo que importa es tener un título. Es clasista como la madre que lo parió. Se iba a estudiar para ser no para saber y mi equivocación máxima que yo me comía los libros con este segundo propósito teniendo en cuenta de que la letra si no entra con sangre sirve de purificación.

Aprendíamos música coral y canciones viejas al compás de compasillo. No sé si éramos felices pero nos enseñaban el concepto de la disciplina desde un primer momento. El bonete se alzaba a compás manos arriba cuando nos cruzábamos con algún sacerdote. Los canónigos que acompañaban al deán don Fernando Revuelta o el cura de Santa Eulalia que deambulaba solo y era algo zambo quiero decir que andaba con los pies para adentro.

  • Aparca aquí.

  • No me da la gana. Buena la hiciste. Llenaste el tanque de diesel con gasolina y el auto se te quedó en medio de la autopista. Has jodido el coche.

  • De todas formas purgamos el motor y pude llegar a mi pueblo. Cuando vi desde Juarrillos la excelsa mole de la “Aceitera”, que así llamamos a la torre Carchena en el huerto del JUDÍO, mi alma se iluminó. Al ver esta escalera del cielo. La piedra se hace llama.

  • El cura de Santa Eulalia (y no me entretengas) se llamaba don Benito y caminaba escoltado por su madre, una tía y el ama que era una moza de buenas partes a la cual los coadjutores miraban de reojo y más de un cura la haría un favor por soñar que no quede ¿De pensamiento también se peca? Pues sí parece que sí.

El ama de llaves del cura de Santa Eulalia se llamaba Cirila y unos carnavales la cantaron la parrala bajo el alfeizar de su ventana. Sin embargo, pelillos a la mar. Recordemos que la iglesia siempre fue tolerante con todas estas flaquezas de la condición humana. Todos estos pensamientos se arremolinan tarde de julio polvareda del tiempo cuando salí a dar un paseo vera de ailantos y bajo la sombra relamida de una sofora bastante escuálida que adorna mi jardín. La mujer me arrancó una zarzamora pretextando ser un arto pero a mí me pone muy nervioso esto de que me arranquen mis flores.

Que en España por dicho de eso nadie puede decir que este cura no es mi padre. Había llegado hasta mi alma mater en una de las muchas peregrinaciones que dan impulso a mis días. No sabía qué hacer en mi urbanización. Tengo la patria dolorida y el alma en vilo. Volvamos a Segovia, me dije.

En verdad toda mi existencia ha sido un largo retornar hacia el pueblo en qué nací pero no me llevaba ningún propósito ni hoja de ruta. Sólo los mal trenzados recuerdos y el deseo del vino. No había perdido la fe en mi Dios pero sí en cuanto me rodeaba. El presente y el ayer en mi memoria factual juegan al escondite. Por ejemplo, ahora estoy en Brennen Steinen pero quería retornar a Bridgehead. Más tarde en la oficina sentí el taedium vitae pero sigo teniendo ese amor al estudio, ese entusiasmo por la verdad y por todo lo bello, bueno y santo del mundo que se me inculcó en estas aulas complutenses.

Unos recuerdos fueron buenos. Otros, malos. A ellos les debo mi vida y mi muerte. El guaje es “ansí”. Para lo bueno y para lo malo. Per intellectum ad Deum. No hay más cáscaras. Para mí Dios está encerrado en las páginas de un libro.

Han puesto tras las cristaleras una verja de hierro verde que disuade a los del botellón y un poco más tarde me transfiguro al adolescente que fui. Al curilla retorno que fui. Mediados de los cincuenta cuando el día de San Frutos el sastre carpintero me trajo la primera sotana. La mía me aguardaba en un banco de madera de los tránsitos. Ponerme aquella prenda por primera vez me hizo mucha ilusión creo que no dormí aquella noche y me tiré de un brinco ilusionado al primer toque de campana. Yo me sentía alguien importante. Crecí en medio de una sociedad que consideraba a los obispos y a los generales como el Súmmum bonum. Todo un ideal de vida: o la milicia o la cruz.

Aquella sotana recién confeccionada por Blas Carpintero, aquel sastre judío que tenía una gran nariz un sello de oro y una manera de tocar que no te molestaba cuando te tomaba medidas por la pernera apunta nene y una mujer gordísima que abultaba por tres de él no sé como se las apañarían en la cama, me puso en el camino de las estrellas. Per aspera ad astra. Un dicho muy cierto porque en aquel caserón del siglo XVII las pasé canutas. Me había propuesto ser santo. En el bolsique del guardapolvos llevaba un cuentapecados una especie de rosario que servía para contar las faltas o las transgresiones al Reglamento. O las jaculatorias que decías en voz baja por el camino. No resistir a la tentación de beber un vaso de agua cuando se tenía sed por ejemplo era una falta.

Por la Cuesta La Fuencisla bajo los alamos centenarios y cerca del convento de Santa Domingo de bella y juvenil labra neogótica nos cruzábamos en aquellos deambulatorios de los jueves por el invierno con el arcipreste de Zamarramala. Parece que le estoy viendo algo miracielos tieso como un palo y LA NARIZ MORADA POR EL VINO, LE GUSTABA EL TRAGUILLO.

Le hacíamos el hilo y bonetes arriba haciendo honor a las prescripciones del código de urbanidad eclesiástica que era libro de texto bajo el lema de ad educandos discípulos le saludamos desbocándonos. Algunas de estas prescripciones eran algo rancias pero otras me han servido para demostrar a muchos cafres mi buena crianza. Hoy este convento que yo conocí hospicio es una importante universidad de pago y de mucho tronío. Que Fr. Tomás de Torquemada fuese prior de este convento de dominicos y de que Domingo de Soto fuese padre maestro de novicios ya es un tanto. Torquemada no tiene estatua. Domingo Soto, el martillo de herejes de Trento, sí. Pero la han decapitado varias veces. Se conocen que quieren mandarlo a la toza en efigie.

  • Una gamberrada.

  • Ni mucho menos, una judiada. En mi pueblo nos conocemos todos y aquí donde se dijo del judío la maula queda bastante memoria histórica. Así que juntos pero no revueltos. Cada uno en su casa y Dios en la de todos. ¿Me entiendes?

  • No me digas más.

El bueno de don Jesús que debía de tener lo menos ochenta años pero que se movía con el garbo de un misacantano se fatigaba algo y acostumbraba a descansar en el berrueco que le sirvió de almohada a sus beatas posaderas a san Juan de la Cruz cuando subía a confesar a la Santa en el convento de San José justo por detrás de los Jardinillos de San Roque. Y ésta decía porque les criticaban y había murmuraciones en la ciudad por tan largo tiempo en el confesionario: “ De Segovia ni el polvo de los zapatos” y se sacudía el calzado al abandonar la ciudad por la Puerta del Sol.

  • Buenas tardes tenga usted.

  • Vayan en paz de buen quiete los seminaristas.

El cura de Zamarramala hablaba bien y predicaba mejor. Tenía el mirar huido tras los lupos de concha y a veces apestaba a aguardiente que echaba para atrás pero no las cogía lloronas ni era hombre que tuviera mal vino. Sus cogorzas eran hieráticas y solemnes por lo general. No daba escándalos aunque algunas veces lo vieron acometer la subida a La Lastrilla haciendo eses. Creo que era de un pueblo que llaman San Pedro De Gaillos que guarda entre sus costumbres una danza ancestral ibera que llaman el paloteo. Como el tío Tocino.

  • ¡Cómo atacaba la caja aquel buen hombre! ¡Qué dedos!

  • ¿Y al Agapito Marazuela lo conociste?

  • Sí, precisamente bajo la sombra de un chaparro que había en la puerta del ventorro de San Pedro Abanto. Estaba tomándose un jarrillo con el padre de Julián un amigo mío.

  • Pues conociste al último juglar de Castilla la Vieja.

  • Ya lo creo

Tengo grabado el sonar limpio de la dulzaina mora en las mañanas claras de primeros de verano por las fiestas de San Pedro. La arrebolada. Era como un canto sagrado. Algo mágico como las fiestas de la Catorcena que nos arrebataron.

  • El buen tintorro no nos lo quitarán.

  • No sé que quieres que te diga. Esto está cambiando mucho y me parece que para mal.

Pues al querido don Jesús que todos los días se andaba veinte kilómetros asi estaba él delgado como un palo y derecho igual que un huso y se bebía media cantara le abultaba algo siempre debajo de los manteos. Era la botella. Cuando llegaba al Columba a tomar café con unos canónigos ya se había metido un litro entre pecho y espalda y en el viaje de regreso otro tanto. ¡Pobrecillo! Era un alcohólico. Más. Otro sombrerazo.

  • ¿Qué va a ser, señor arcipreste preguntaba el pincerna del Columba el que estaba en los reales de lo que fue iglesia del mismo nombre a la sombra de los arcos del Azoguejo.

  • Ponme un sol y sombra, hijo.

  • In vino veritas.

Pero ya digo el cura de Zamarramala era un borracho muy digno. Bajaba por la pendiente con la teja de cachemira en su sitio aunque a veces buscase la querencia de las tapias de la Casa de la Moneda para exonerar su vejiga. O lo otro que como dijo el otro el buen morapio te hará cagar y por eso diz que el Vega Sicilia cura todas las enfermedades al llevarse los malos humores para allá. Así y todo era la comidilla de toda la ciudad y en una ocasión cuando su empinar el codo fue a más el obispo don Daniel Llorente de Federico me acuerdo del nombre de mi obispo con el mismo orgullo con que algunos veteranos recuerdan el nombre del coronel de su regimiento cuando eran sorches le retiró las letras dimisorias. Suspensión a divinis y el bueno de don Jesús no podía decir misa ni consagrar a Dios. Se trataba de medidas cautelares que duraban menos de una cuaresma pues don Daniel que era recto pero de muy buen corazón siempre le amnistiaba llegada la Pascua de Flores. Tampoco habrá que echar en el olvido que don Jesús era un hombre muy caritativo. Todo lo daba. No vivía con manceba ni ama ni dios que lo fundó y durante los aciagos días de la guerra civil fue el pararrayos de muchos furores. A muchos rogelios les sacó de la cárcel o de la tapia del mismo paredón. ¿Creen que se lo agradecieron? Pues no. Vivimos en un país de rencores decía Unamuno. Era un cura muy servicial pero tenía ese defecto o esa debilidad por el traguillo. Y eso aquí no se perdona.

Su sombra se me aparece cuando doblo la esquina de la Plaza El Seminario. Es un fantasma eucarístico que me recuerda las catorcenas de aquellos días. Verbena y parranda y en la sacristía buen jerez rosquillas de palo y algún soplillos. Entonces al acabar de aquella terrible guerra los españoles éramos como más fraternos y bienquistos. Nos sentíamos perteneciendo a un grupo o dentro de un redil. Verdaderamente aquellas catorcenas de la solidaridad y del paloteo eran algo mágico. Me traen a la memoria tiempos de perdón. ¿Cómo se explica ese trastorno?

Yo me explico y yo me entiendo y Dios me entiende.. Nos hemos vuelto adoradores de Baal. Y hemos cambiado de religión, hemos renegado de nuestra patria, de nuestros valores, de nuestra fe, del amor al hermano y allí donde antes se leía Caridad hemos puesto filantropía o solidaridad. Estamos instalados en la cultura de la queja y en el sofá de don Comodón. Y ahí nos las den todas. Y nos las van a dar y en un carrillo no tardando mucho. Hemos sacado a Jesús del sagrario como a un príncipe destronado y en su lugar hemos puesto grandes carteles de palabras vacías: Derechos Humanos, Solidaridad, Memoria Histórica. La iglesia está vacía y el ara sin los huesos santos y los púlpitos mediáticos se nos han llenado de demagogos. a eso es lo que nos conduce reemplazar el dogma de la crucifixión por el supuesto contendible del holocausto. Y estos demócratas de pacotilla se cabrean y te lanzan anatemas cuando les sacas los colores y les coges en un renuncio. Si no haces nada por defender tu patria y tu nación, entonces no tienes derecho a quejarte, mamón, de que te la invadan los forasteros aunque en Segovia ya digo todos nos conocemos y llamamos a las cosas por su nombre y sabemos por dónde van los tiros y de dónde viene la cosa.

Tarari que te vi. Continuará la historia. Por favor, no se sulfuren.



05/07/2006








 

1981 vaya una nochebuena

pasaron tres decades, un soplo, y aquel tiempo me llega enredado entre los bigotes de lech walesa, los mineros arrodillados en los astilleros de Gdansk t los curas oyendo confesiones. En las noches escuchaba la onda corta en aquella radio enorme y lujosa que tenía un ojo mágico con pestaña azul, algo siniestro que recordaba a la guerra y el guial daba vueltas en corcunferencia… aquí Polonia… radio Varsovia. Ya ESTÁN ahí pero mentira. Los tanques rusos no acaban de llegar nunca. Las malas lenguas decían que Lech era hijo del propio papa pues es costumbre inveterada- acabo de leer a Gogol que se refiere a los polacos como herejes- de que toda polonesa tiene a gala (una bendición del Altísimo) ser fecundada por un “papiesa”. El general Jaruselski gastaba gafas negras y se parecía un poco a don Bienvenido pero los tanques soviéticos no llegaron nunca. Aquel fue el año del cambio o si se quiere el de una era contra un sistema de valores en que creíamos y no vimos pero ese era el testimonia, el vaticano templando gaitas ofició de maestro de ceremonias. Ya se cuarteaba el muro y yo entretenía mis noches de dolor velando radiofonías y comiendo turrón. Me partí un diente. Empezó el ciclo de navidades dispomanas glotonas y no era el santo advenimiento lo que se venía encima sino el general aburrimiento de corrupciones y persecuciones. A Ceaucescu lo darían mulé sobre la nieve de Timisoara ocho años después. Ahora el tema de todos los días es Putin pero nada es lo que parece. Volodia es uno de ellos. Había escrito un par de novelas el diablo en lo alto de la cornucopia de cobre y cónsul de España en Nueva York y de allí trajeron el “Guernica” un mural que tanta guerra dio con eso de las libertades y del que se han escrito hartas tonterías. Picasso lo pinto mas bien garabateó estando borracho. Mucho nos está durando aquella curda propagandistica a los españoles. Fue el año en que estalló la guerra de las galaxias y Tejero subió a la tarima del Congreso de los Diputados. Quieto todo el mundo. Una mascarada. Agentes de la Cia la pipa y la “uzzi” bajo la gabardina un bulto disimulado bajo el sobaco cubrían carrera hacia la puerta de alcalá. 23F la intoxicación etílica les duró hasta la madrugada. Ay jesús del gran poder. Fuese y no hubo nada pero lo de Polonia sí parece que iba en serio. Wojtyla que ahora creo que es santo estaba metido en aquel ajo. Las tusonas de siempre azotaban las aceras de Sol y calle la Cruz. Chicote sirvió un coctail a los recien llegados pero aun no habían aflorado las Mediawomen emperatrices de los telediarios contándonos cosas macabras y el audiovisual estaba en mantillas. Yo estaba aprendiendo alemán por unos cursos que daba la RDA emitiendo desde Berlin. Pronto cerraron el chiringuito y yo me quedé solo como los de Tudela











ALFARNATES

 

feria de Sevilla postiza alegría de los alfarnates picaros viudas que con un ojo lloran y otro repican ay si los costales fueran tales pero no os engañéis ni os seduzcan tocas azafranadas y colas arrastradas partos disimulados pues a la sombra de aquel luto anda el ojo disoluto y el corazón carnicero. andamos buenos por Andalucía de tráfagos y burlerías y en medio de todo como un pachá de las tardes mediáticas está Juan y Medio. Pidiendo los viejos encontrar novia. Algunos ya vienen mordidos de la manzana de Eva que está como un tren de Málaga. No faltan interjecciones y vocablos y todos son enredos, socaliñas, trapazas, salidas y entradas en la casa del tócame Roque. Y de lo que canta yanta el buen abad. gran tocado y pequeño recado guárdate de las malas y no te fíes de las buenas que no por mucho madrugar amanece más ahina y cuidado que al enhornar se hacen los panes tuertos

HOLOCAUSTO DE CRISTIANOS EN ETIOPÍA. LOS ETIOPES SON LOS CRISTIANOS MÁS ANTIGUOS UNA RAMA ESCINDIDA DE ULA TRIBU NEGRA DE ISRAEL. SUS MUJERES SON BELLÍSIMAS

 

"Olía a muerte": revelan detalles escalofriantes de la masacre en una ciudad sagrada en Etiopía

Iglesia de Santa María de Sión en Axum, Etiopía - Sputnik Mundo, 1920, 22.02.2021
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Un diácono de una de las iglesias ortodoxas más importantes de Etiopía ha contado a los periodistas detalles de lo que podría ser una de las masacres más mortales en medio del conflicto armado en la región de Tigray. De acuerdo con el religioso, había muertos por todas partes, mientras las hienas alimentándose de los cadáveres.
Los rumores de que algo espantoso había ocurrido en la Iglesia de Santa María de Sión en la ciudad de Axum a finales de noviembre del 2020 circularon durante semanas con estimaciones de varios cientos de personas muertas. No obstante, esta información no podía ser verificada, ya que Tigray está bloqueado para el mundo y para los periodistas por los combatientes etíopes y sus aliados que persiguen a los líderes fugitivos locales.
Ahora, después de tres meses de conflicto armado, la región está reanudando lentamente el servicio telefónico por lo que el diácono y otros testigos de la masacre lograron comunicarse con los periodistas de AP, para dar los detalles de la tragedia.

La razón del conflicto

Los líderes de Tigray dominaron Etiopía durante casi tres décadas antes de que el primer ministro etíope, Abiy Ahmed asumiera el cargo en 2018. En 2019 Ahmed ganó el Premio Nobel de la Paz por la paz con la vecina Eritrea. En 2020 el político acusó a las fuerzas regionales de Tigray de atacar al Ejército etíope. Los líderes de la región, a su vez, calificaron sus ataques como autodefensa después de meses de tensiones. En noviembre de 2020, el primer ministro anunció la lucha contra los habitantes de esa región mientras el mundo estaba concentrado en las elecciones estadounidenses.
Voces del Mundo - Sputnik Mundo, 1920, 19.11.2020
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¿Cuáles son los motivos detrás de la escalada militar en Etiopía?
Mientras la comunidad internacional clama por el acceso a Tigray para investigar sospechas de atrocidades y entregar ayuda humanitaria a millones de personas hambrientas, el primer ministro etíope rechazó la "interferencia" externa en la región. A finales de noviembre, Ahmed declaró la victoria del Ejército nacional, asegurando que no hubo ni una víctima civil en el conflicto.
No obstante, el 18 de febrero, tras los testimonios del diácono y otros testigos, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Etiopía se vio obligado a reconocer "la violación, el saqueo, los asesinatos masivos crueles e intencionales" durante el conflicto, pero culpó a las fuerzas de Tigray de la situación. La Cancillería abisinia aseguró que cualquier delito grave será investigado.

La masacre más mortal

La iglesia Santa María de Sión en Axum se había convertido en un refugio para las personas que huyeron de los enfrentamientos en Tigray. Además, miles de personas se reunieron en la iglesia a finales de noviembre para celebrar el día en el que el Arca de la Alianza fue traída allí después de que desapareció de Jerusalén en la antigüedad, según creen los etíopes.
Девушка, пострадавшая в ходе боевых действий в Хумере, Эфиопия - Sputnik Mundo, 1920, 25.11.2020
Cientos de muertos y miles de refugiados, ¿Qué sucede en Etiopía?
Los soldados eritreos y etíopes habían llegado a Axum más de una semana antes de la celebración con fuertes bombardeos, indica AP. Pero el 28 de noviembre, los soldados eritreos regresaron para perseguir a los miembros de la milicia local que se habían movilizado contra ellos en la zona.
El diácono contó que los soldados irrumpieron en la iglesia, arrastrando a los fieles a la calle y disparando a los que huían. Él y un sacerdote más lograron escapar por casualidad. Al salir a la calle, oyeron disparos por todas partes, pero siguieron corriendo, tropezando con los muertos y heridos. Los soldados comenzaron a matar a las personas simplemente porque estaban en la calle, recuerda el religioso en una entrevista al medio.