2021-12-28

 Mi amigo Quintiliano Quindejas al que llamábamos "Soguillas" cuando éramos guajes regresó al Requejar- apud-Tejares tras su visita al cementerio lugar más romántico y mejor ventilado no puede haber en el mundo para dejar la carcasa con el ánimo entristecido y yo voy a tratar de poner blanco sobre negro los puntos de su azarosa biografía.  Me llamo Eutimio Guzmán pero para el vulgo soy “Timi Quinolas” Debe de ser por mi afición a la brisca y los juegos de azar y al vino que es una carta en la mesa presa. Bebe y aléjate de las mujeres. Eso es muy difícil, tío. ¿Cómo lo conseguiste? Ah mediante la reportación, abstinencia y continencia. “Vinum bonunm laetificat cor hominum”. La cita viene del Eclesiastés... No me vengas con monsergas, Quinolillas que ya nos conocemos. Sé que eres adepto a los postulados del Príncipe de la Mentira... Soy sobre todo la sombra del Soguillas nos damos caña. Le contradigo con mis propias conclusiones y silogismos Él no me conoce ni de vista pero yo bien que lo conozco a él. Siempre le canto las cuarenta, copo la banca y él ni se entera el pobre porque es un cura apóstata que anda algo perdido yendo de acá para allá, de sinagoga en sinagoga, de quilombo en quilombo, de taberna en taberna y de rota en derrota. Somos tahúres de la palabra. Los somos somos de Segovia la patria del “Buscón” y del “Domine Cabra”. Escuchamos voces, atendemos a la llamada pero luego resulta que estos gritos son refracciones del aire que sale de una boca que no existe. Bajo el tornavoz del púlpito coronado por la Paloma del Paráclito pongámosle paños al pulpito se han vaciado los templos de la habitual predicación. Los sermones evangélicos se han convertido en mensajes comerciales compra esto, adquiere lo otro, venga a nuestras rebajas. Son las homilías de un tiempo. La moralina del consumo, la verga de don Venancio, que anuncian por la tele. Vivimos un tiempo de vacas gordas en la abundancia pues la vida se ha hecho más fácil y cómoda con los nuevos inventos. La tecnología es la gran sustituta de la teodicea. Aviad pronto chiquitos y no os quejéis tanto que nunca vivisteis mejor ni lo tuvisteis más a huevo. Pues también es verdad ¡cáspita! A los dos nos une un estrecho vínculo de amistad y compartimos la afición por la literatura, vivimos enterrados entre libros y nos fustiga la misma comezón desalentadora por  un tiempo que se va mientras nos resistimos a abandonar la partida. Este tapete verde de la vida nos hipnotiza viendo morir al mundo en que vivimos y la destrucción de nuestros sueños. Ya somos viejos pero hemos sobrevivido a la peste pandemita y podemita que asuela toda la tierra. Aunque con diferentes ideas los dos hemos sido periodistas. Somos en una palabra el yin y el yen hecho carne la tesis y la antítesis sin que nuestras diferencias políticas empañen el vínculo de nuestra amistad subliminal de coloquios entre las sombras que suenan a dolor de atrición y de arrepentimiento. También nos une al amor a un Cristo heterodoxo que circula por nuestros redaños barra libre y poco tiene que ver con ese Jesús usurpado y trastocado por los vaticanos. Él es el que no desaparecerá. Está en la historia cuyas palabras no pasarán. Al menos eso es lo que esperamos. Yo me propongo escribir la historia del pobre Soguillas al que unos dan por loco; otros dicen que es un santo mártir de la causa y para la mayor parte, sintiéndose indiferente, que es uno del montón atravesando el Mar Rojo del cambio de hora y de era

 

 

 

 

 

 

CARNE DE VACUNA

Ya estoy inoculado contra la pandemia. Ayer me puse la inyección en el hospital de la Misericordia de Avilés regentado por las hermanitas de San Vicente de Paul la toca blanca esa toca enorme que parece un avión la cruz al pecho y el rosario a la cintura. Radio Florito se pasa la santa mañana tardes y noches dándonos noticias de los altibajos de la pandemia. Cómo evoluciona todo esto. No se informa de lo verdaderamente importante de donde salió el morbo, cómo se trasmitía la cepa, quien trujo el bicho, en qué probeta lo incubaron la madre que lo parió si fueron los murciélagos o los chinos de Wujan. Hoy tantos muertos ayer tantos contaminados. Se desinforma y se nos confunde. Eso es tomar el rábano por las hojas. Don Híspido Estadístico juega al chito con nuestros temores de algo hay que morir pero que se mueran ellos. Salimos del Notejode, librándonos de unas para meternos en otra, en el Nosajodio, la pescadilla que se muerde la cola vueltas y vueltas al trillo y no es que me quejo no porque entré en el bombo de los escogidos pero a muchos colegas les ha saludo la hoja roja y pronto dejarán de fumar. Los españoles que fuimos durante mucho tiempo carne de cañón, carne de horca y carne de prostíbulo, ahora nos hemos convertido en carne del tósigo letal del Covid, desde que la pandemia habitó entre nosotros en el maldito año bisiesto de 2020.  Les dirá un funeral ese Fray Buscón el del pelo blanco que anda saqueando a los ricos para dárselo a los pobres y él, receptada el donativo de los famosos a los que acude con frecuencia al no haber sarao o fiesta donde no esté invitado o no se cuele este páter que es un vivales,  se guarda los cuartos quedándose con el santo y la limosna. Dios confunda a quien no espabila y este fraile es un lince para la pasta. Huele los dineros a leguas de distancia. Nunca te dirán lo importante por los micrófonos de Radio Florito que dirige un colombiano que ha saltado desde la panza del caracol. Imposta la voz presume de voz y se mete con los venezolanos y con los cubanos. El hipócrita ve la paja en el ojo ajeno y olvida la viga en el suyo. Colombia es el país  que parió más prostitutas. Es el vivero de la gran meretriz. El de las putas de Internet las más guarras, indecentes y desvergonzadas, ─toda la coca es manejada por potentados impresentables─ del mundo las que montan por la Red esos numeritos de esperma blanco cuando les viene el deleite y grandes mamadas. Todas hablan español y uno al verlas siente vergüenza de su idioma castellano. Es una nación aprisionada entre las garras de la bestia. Colombia me parece a mí que tiene la forma de coña buscando el gran carajo. Nicolás Maduro me parece un tipo mucho más digno al menos patriota pues no se rinde ante el bloqueo comercial de los gringos que quieren asfixiar a su patria matándola de hambre, anhelantes de su petróleo. Venezuela y Cuba humilladas y ofendidas no agacharon la cerviz. Colombia es el gran burdel de los EE.UU como lo fue Cuba en la ´poca de Batista. García Márquez se le iba la fuerza por la boca mucho palabrero para luego nada decir y es que ha caído particionero en manos del sionismo solipsismo que nos ahoga como esa serpiente que avanza por el mundo enrollándonos al cuello con sus pestíferos y letales arillas. Pues ese es el jefe de Radio Florito emisora de derechas de toda la vida sucursal del Maligno, director un tal don Verbilindo, más dura será la caída. Como no tengo otra cosa que hacer: oír radio, ver novelones por la tele y estar aditivo a los chats porno de la red en la cuadra en la que vivo pues me entero de todo o a lo mejor no me entero de nada. Me lavan el cerebro con una de esas mangueras municipales con las cuales nos refrescábamos las pantorrillas cuando éramos niños mientras cantábamos el “aquí no llega bombero tu manga riega y si llegare no me mojare”. Estamos calados hasta los huesos. Estamos todos hecho cisco. A don Puertas no le cuadran las cuentas y hace numeritos al objeto de reducir demografía y para ello pone cuatro remedios: pornografía, conflictos regionales, desamor y virus. Vacía las aldeas.  Si serán elucubraciones mías. Mis amigos me llaman negacionista pero yo me considero un tío legal. Sus emigrantes se largan a vivir a las ciudades donde viven hacinados y expuestos al morbo cainita, que es como llaman algunos epidemiólogos de nuevo implante socarronamente. Don Guillermo va y compra a bajo precio las tierras pignoradas y las vende o las explota al máximo exponente. Así es como se hicieron millonarios los Rochild con sus palomas mensajeras y sus inversiones millonarias durante las guerras napoleónicas. La serpiente no deja de crecer y de arrastrarse. Llena de baba o de lefa el suelo que pisa escupiendo sus fauces el veneno de la entraña con  lengua retráctil y allí donde toca el escupitajo de la gran culebra no vuelve a crecer la hierba. Yo la vi cómo se arrastraban por las crujías de Cuidados Intensivos del hospital de la Misericordia de Avilés mientras una enfermera peruana muy amable me vacunaba contra el Covid. Su voz era dulce y cantarina como el de una sirena. ¿Por qué estas alegre, hermana? Porque hay que cantar cuando se lucha contra la muerte. No se podía dar un paso por las salas. Los viejos ─les tocaba el turno a los nacidos entre 1942 y 1945 éramos una buena peña de setentones en la flor de la senectud─ como ovejas que llevan al matadero todas para el arrastre. El rubio don Donando ahora está muy callado pero no paraba de darnos la murga con los chinos quería hacer la limpieza étnica una verdadera sarracina como antes se llamaba y empezó a gobernar por tuiter a los chinitos les voy a meter un brazo por una manga pues hay que ver lo que ha cambiado el mundo cuando yo era niño los frailes repartían huchas por el Domund para que saliésemos a cuestar por los chinos y ahora son estos hombres de tez amarilla y ojos oblicuos, al socaire de Mao con su libro rojo y Chu-en-lai, nuestros colonizadoras. Llegan hasta nosotros con un libro de Mao en el bolsillo. Es un libro rojo en caracteres chinos que lanza profecías inexorables. Europa se ha dormido. Kaput. Morirá de su propio éxito. Son ellos los que nos leen la cartilla de Fumanchu. A mí me parece que don Donado el rubio con esa melena de camionera de la Ruta 66 un nabab del ladrillo con las cuatro reglas mal que bien aprendidas fue el culpable en razón a que temía su competencia, les mandó los padrinos escondido en un tarro fatal donde se guardaba el especifico que suelto en el aire y dejado por correr por las cañerías o almacenado en la cabina de los aviones había de causar la muerte de millones de seres humanos. Juegan al trompo con nosotros. Promulgan la eutanasia y aplican anticonceptivos. Sobra gente en el mundo. A pesar de todo la vida sigue siendo bellas. Las terrazas de los bares están repletas de gente que toman piscolabis con mascarilla. Muchos factores que yo no acabo de entender se mezclan en este totum revolutum de la peste aviar verdadero flagelo del género humano del que todo es confuso tanta información de mezcolanza desinforma. Por lo visto el año bifronte dos veces veinte del siglo XXI fue el año de Nostradamus el de gemir y crujir de dientes. No nos pongamos trágicos. Sea lo que Dios quiera. De algo hay que morir.

 

UN RABINO ANTISEMITA 

 

En 1977 agosto caía sobre Nueva York plomo derretido hubo un apagón gente quedó varada en los ascensores los semáforos dejaron de funcionar los quirófanos quedaron a oscuras y los pacientes agonizaban en la mesa de operaciones un caos. La ciudad automática la ciudad que no duerme paró de pronto. Con el corte del fluido eléctrico bajaron desde Harlem al bajo Manhattan las tribus urbanas y empezó la gran pecorea, el looting. En la gran pecorea yo vi a morenos que saqueaban las tiendas arramblaban con televisores lavadoras infernillos. Muchos neoyorquinos de buena voluntad se preguntaban si no había llegado el apocalipsis. El apagón nos hizo mascar el polvo de la derrota demostrándonos lo frágil que somos. Se va la luz y todo se interrumpe porque el soporte vital de nuestras ciudades se cifra sobre la tecnología. Un simple fusible da en quiebra y adiós mis pavos que atruena. Yo vivía en el piso 24 de las Torres de Water Side Middle Manhattan. Salí de casa y bajé a tientas por la oscura escalera. Saludé en el vestíbulo al janitor un portorriqueño simpático de pelo rizo en mis conversaciones mezclaba el inglés con el castellano spanglish. Pude ganar la plaza donde estaba sentado mi amigo el rabino Yankel que también mezclaba el inglés con el yiddish. No estaba aturdido el buen rabí que vestía camisa blanca y una dulleta que le llegaba hasta más debajo de la pantorrilla. 

─Hello, there. How come? 

─ This is a signal of Apocalypses─, dije 

Yankel empezó a reírse por toda la barba.  Exhibía en su atuendo personal cierto descuido pero miraba con ojos penetrantes de Einstein. Sus barbas apostólicas estaban blancas, sus tirabuzones negros, el zapato sucio y mal atado. Era un judío ortodoxo observante de la ley. Pertenecía a un pueblo indestructible que seguía vistiendo como los padres del Viejo Testamento observando su dieta y rezando la Shemá al levantarse y al acostarse. A los askenazíes no les era permitido hablar con un goim pero solía saludarme y conversaba conmigo. Quizá observando con su ojo clínico y su vista gastada de tanto escudriñar los textos sagrados que a lo mejor yo podía pertenecer a su elenco. Sabía que en España hubo infinidad de conversos que mudaron de credo en apariencia por más que en secreto siguieran con sus abluciones judaicas sus cantos y todos esos elementos residuales de nuestra herencia mosaica. 

─Eso es una canallada que inventaron los nazarenos. Cristo es un veneno. El mundo no se acaba. 

─ ¿Cómo qué? El apocalipsis de san Juan fue escrito por un judío el apóstol san Juan en la isla de Patmos. 

─Ese apóstol que tú dices era un griego. 

─ Paparruchas, el mundo es eterno. 

Me quedé de un aire horrorizado por la blasfemia que acababa de escuchar. Había un supermercado en las inmediaciones y la gente salía cargada con garrafas de agua mineral. Tampoco manaba por los grifos el líquido elemento. No funcionaba la bomba de las cañerías.  

Le dije al rabino que esa idea de la impostura que achacan los de la Vieja Ley al Salvador no era suya. La había lanzado Nietzsche el padre del nazismo. Yankel volvió a reírse y me ofreció un pitillo Malboro puro sabor norteamericano. Me mostró la cajetilla: 

─Dime, español, ¿cuántos cigarrillos hay aquí dentro? 

─Veinte menos dos que vamos a quemar dieciocho. 

─Eso es. Una verdad matemática. Algo que puede  ser demostrado y probado. Vuestro Nazareno no puede demostrarse. Pudo ser un invento. 

─Un invento─ replico─ que dio la vuelta a la historia. La cruz está en todas las partes. En las torres de las iglesias y catedrales, en las salas de los hospitales a la cabecera de los enfermos, en las aulas de las escuelas sonríe los cielos formando el arco iris de Constantino in hoc signo vinces y se reclina incluso sobre el pecho de las mujeres mundanas. La cruz es el Logos la sabiduría infinita que hace que el mundo siga girando 

─ Humbug, retórica pura retórica. 

─ En ese caso toda la Biblia es lo mismo: una historia de hazañas bélicas, epitalamios con carácter erótico “El Cantar de los Cantares” 

Quedó pasmado ante mi blasfemia 

─ Es la palabra de Dios. Es el pacto entre Yahvé y el pueblo elegido. Algo que los idólatras no podréis comprender. Somos el pueblo del libro y la tierra. Algún día volveremos a tomar posesión de ella. 

─ Eso es puro sionismo 

─ Yo no soy sionista. Israel no ha de ser nunca una nación vulgar con sus parlamentos, sus políticos, sus corrupciones, sus periódicos─ afirmó rotundo Yanquel sin perder su sonrisa.  

La ceniza del malboro se le había quedado esparcida por la pechera. Por debajo de su traje solar negro le asomaban las puntas de una faja blanca las filacterias. Su mujer y su hija que presenciaban divertidas nuestra conversación le hacían señas para que acabáramos nuestro intento de solucionar los problemas de la humanidad pero al rabino le divertía contraatacar. A todos los judíos les encanta discutir sin pelear. Un proverbio ruso advierte que donde hay dos judíos surgen tres opiniones diferentes.  

A Waterside Plaza llegaban las voces de los depredadores que saqueaban las tiendas de la First Avenue y allí estábamos los dos entregados a nuestras disquisiciones teológicas. Como Daniel en el foso de los leones impávidos ante una atardecida llena de furores. El mundo siguió marchando sobre sus ejes. Esto es la guerra. Apagadas las televisiones funcionaban a toda mecha los transistores relatando los incidentes del apagón. Creo que con esto de la pandemia Covid vuelve a repetirse la situación de apagón que yo viví en el tórrido verano del 77.  

Mucho me extrañaba a mí el anti sionismo de mi interlocutor. Sin embargo, me formuló al cabo una profecía: 

─Para nosotros el dinero no es más que un salvoconducto de huida en tiempos de persecución. El oro aplaca el corazón del tirano. Tampoco nos interesan los honores ni los suntuosos edificios las grandes catedrales. Vamos siempre con lo puesto en un dilatado tiempo de Cabañuelas para cruzar el desierto. Pero el día que dominemos los medios de comunicación todo se nos dará por añadidura. La prensa y la televisión es nuestra arma de combate. El objetivo es el dominio de la mente humana, la eternal Wisdom. Los periódicos y la tierra. Somos un pueblo agrícola. Cuando alcancemos la tierra prometida volveremos a ser agricultores. 

Por boca de Yankel estaba hablando Billy Gates con más de medio siglo de anticipación. Se informa que el gran nabab de la comunicación el hombre más rico del mundo a través de facebook, Amazon y las redes sociales está adquiriendo tierras de labor en América del Norte, en Colombia, Venezuela y Argentina. De esta conversación durante el apagón con aquel rabí un verdadero oráculo de sabiduría pero como todo humano también sujeto a las contradicciones OBTUVE CERTIDUMBRES Y DUDAS. Dicen por mi pueblo que todos tenemos una ventanillo al cierzo y que cada uno estornuda como Dios me ayuda. Nueva York me hizo conseguir una visión distinta del mundo. Es una ciudad judía meca del cosmopolitismo pero si se apaga la luz por avería todo se va a tomar por el culo. 

 

 

 

 

QUIETORIUM

 

 

Envejecer es regresar a la infancia y no sé dónde estoy, sumido en esta vorágine de los afanes y los días. Febrero fue un mes fasto sin estridencias ni derivados del alcohol. Lucho contra el vicio. Baco me retuvo desde la infancia a causa de la sopilla que me daba el abuelo como un curalotodo. ¿Vencí a la dipsomanía secuela, madre que tú me dejaste con tu desamor? Me perdí por las tabernas y las timbas jugando al rentoy o haciendo el tonto por las barras de los tugurios del distrito rojo buscando el amor que nunca me diste.

Una vez me encontré subiendo por Moyano un niño que era el doble de una fotografía que yo conservo de los cuatro años, estaba apoyado en el pretil de la bajada de san Cebrián con un libro en la mano, sobre un paisaje de tablares huertanos y de cipreses. El niño era mi alter ego, son pere craché que dicen los franceses, su madre iba delante, una rubia despampanante pero ya había engordado. En ella reconocí a la esquinera de la calle Ballesta que comía pipas y altramuces mientras aguardaba a los clientes. Ay Madrid ¡qué extraño eres, matas a un hombre y no apagas un candil! Como se rezagaba, al tiempo que nos miramos, sui madre lo llamó:

— Date prisa, Adeodato.

Adeodato era el nombre del hijo que tuvo san Agustín en sus relaciones con una esplendorosa etíope. La chica de las pipas era una beldad pueblerina. Una rubia con la que me ocupé una malhadada tarde en un bar de ambiente de la Ballesta, la chica hablaba con acento vallecano, iba en minifalda bonitas piernas y la hice el amor. ¿Subimos? Un ratito. Sí. Dejó de comer pipas al subir la escalera de la pensión y bien me acuerdo de lo que dijo: “quiero que me dejen preñada. Me dio un golpe el corazón el chico podía ser mío yo la miré y ella siguió  su camino pero volviendo varias veces la cabeza atrás. En noches de insomnio se me representa la cara de Adeodato el hijo fornecino que nació de aquel polvo rápido en una casa llana de la Ballesta. Fui pecador. A veces me acuerdo de él, rezo por él y siento dolor de atrición. Azoté las esquinas de la calle del pecado y en mis horas penitenciales el nombre de Adeodato suena como un golpe de la disciplina de mis muchas flagelaciones interiores y arrepentimientos. Creo que aquel día estaba beodo. No sabía lo que hacía y  sin embargo dejé que obrara la naturaleza engendré un hijo. Una gran pregunta he aquí que puede echar por tierra toda la teología de la predestinación. ¿Ese niño bastardo estaba en el pensamiento divino desde toda la eternidad? Escuché una voz. Mi ex se dirigía mediante el recuerdo a mi atribulada conciencia:

─Llenaste el mundo de bastardos. Yo te perdono.

Mi madre no. Creo que me estaba echando una bronca desde el nicho mortuorio donde la tapiamos una tarde de Agosto. Aderita vivía en Cornualles pero no quería saber nada de mí. Hice varios intentos de entablar contacto pero fracasaron. Deri ¿dónde estás amor? ¿Qué fue de ti? Fui hijo en rebeldía desde la primera leche que mamé. Ayer fui al cementerio y coloqué un ramo de guirnaldas abre tu tumba, hice la consuetudinaria ofrenda de las Protelias a Diana, canté sus nenias cinerarias. Quemé granos de olíbano como ofrenda a los dioses e invoqué a la virgen Oh María madre mía oh refugio del mortal amparadme y guiadme a la patria celestial. Me acordé de Aderita mi único amor a la que tú despreciabas.

 

Fue una boda perfecta en la Inglaterra que amé. Al cabo de muchos años cunde en mí el arrepentimiento y el dolor que pude causar a estas personas sobre todo al señor que luce una sonrisa elegante al lado de su esposa Mary Joseph. Los contrayentes un oficial de los Fusileros Reales y la guapa y esbelta Nicola. Mi hija Helen es la que asoma la cabecita al lado de los novios como un hada. Al padrino de inconfundible aspecto marcial no lo conozco. Falta una persona a la que causé mucho daño. Rezo por ellos y me comunico con ellos. Graham y Mary están en el cielo. Y mi Helen “altar girl” preciosa. Espero encontrarles en la otra vida. Toda la eternidad estaré rogando a Dios perdón. Ellos me lo dieron todo y yo lo tiré por la borda. He aquí la nostalgia de una hermosa boda en un tiempo feliz. O Lord forgive me. Me marcó casi desde que era doncel cuando visitaba el pueblo este culto a los muertos. Vivo cantando réquiem aeternunm y solazándome con las estrofas del Dies Irae El quietorium o columbario donde se guardan las cenizas  de papá, del abuelo, del tío Perico y del pobre Agustín estaba dentro de la helgaduras de los huecos de paloma del columbario y aquello me recordó a las catacumbas de los primeros cristianos polvo en espera de la resurrección polvo pecador y enamorado el eco de las risas de las voces de los llantos de los que se fueron, hoy convertidos en ceniza que avienta el viento. Di voces para expresar mi dolor y arrepentimiento:

— ¿Alguien ahí?

El tío Pedro tocaba la marcha real me pareció ver sus dedos gafos pulsar el teclado del armonio como cuando al final de las misas de tres curas interpretaba la marcha Real desde el coro y el abuelo Benjamín afilaba las hoces antes de la siega, percibí el bamboleo de los carros cuyos cubos cantaban al subir la cuesta de las Siete Revueltas y Elpidio sentado en el trillo cantaba en tono de prefacio las jocosas diferencias vernáculas, poniendo a cada pueblo un mote y su correspondiente retahíla haciendo un recorrido por la contornada todas las aldeas, villas y anejos de la Villa y Tierra: 

Castro los chivos Torreadrada las Cabras, Membibre para molinos, Aldeasoña no vale nada, Sacramenia para albarcas, Fuentesoto cagaberros que se crían en Peñacolgada donde se caga y se mea la zorra cuando a ella la viene en gana”.

 Todo ello en el tono de prefacio de las misas de difuntos en latín. La melopea infinita sonaba a lo largo de la tarde dorada bajo el sombrero del Elpidio que era de paja mientras arreaba la yunta en la trilla; cuando al mulo le entraban ganas de evacuar lanzaba un juramento y arrimaba una lata vieja de escabeche bonito que le servía de zambullo:

─So, macho. Hoy debéis de haber comido aceite de ricino porque no me explico tanta cagada─ decía el rapaz, aguantando el tiro de las dos bestias. La tarde daba soñarrera, zumbaban cerca de la troje los tábanos. A un macho le picaba la mosca, solgtaba coces de manera intempestiva. los trilladores se dormían sobre su rudimentario vehículo que inventaron los romanos y vendían por toda la península los tratantes cantalejanos. Eran los operarios de la hora undécima y yo admirada el alabeo de aquel apero dotado de una batería de pedernales en los bajos que tronzaban la paja y las cabezas de las espigas. Lo hacían garbosos y ancestrales carpinteros de Cantalejo gente lista y sufrida como ellos solos que parlaba una gacería incomprensible para los que no habían nacido en aquel pueblo cabeza de las comunidades de Villa y tierra. El mejor de todos los trilleros era Rufino Virseda héroe de la batalla de Brunete. Lo cogieron los rojos prisionero... consejo de guerra y condena a muerte pero él era tan simpático, tan mañero y con don de gentes que se granjeó la amistad de los cabos de vara de la república. El general Miaja le nombró machacante particular, le limpiaba las botas y le servía el desayuno. Al final de la guerra en Cantalejo lo dieron por muerto pero cuando le cantaban el gorigori todos quedaron sorprendidos cuando el trillero Rufino cruzaba el cancel del templo donde se oficiaban sus funerales. He conocido la tecnología del arado romano de la hoz la zoqueta el dalle y el trillo y ahora mis amigos me mandan mensajes por guasaps puedo contemplar televisión interactiva y los americanos se proponen colonizar Marte. Es evidente que el mundo ha cambiado muchísimo. Es también innegable que los artífices del desarrollo de la ciencia aplicada han sido judíos. Esto constituye el misterio de un oculto y misterioso designio. Tú tienes una obsesión con esa gente. Por favor no seas antisemita. Ellos han ganado la partida del progreso y la modernidad. No digas ni palabra de lo que piensas sobre el Shoah aunque tus reservas sean verdad. Es una actitud impolítica. Te conviertes en un apestado. Hay que ser más diplomático.

El mulo el animalito si hubiera podido hablar le hubiera explicado al amo que las granzas del pesebre estaban un poco tomadas de saín pero nada dijo. No era la burra de Balaán. El Elpidio, recogidas las boñigas, las sacaba fuera de la parva y las tiraba a un montoncillo estercolero que después serviría para abonar la suerte. Más de un trallazo se había llevado el Elpidio de su abuelo el tío Aquilino cuando le cogió in fraganti dejando a la yunta cagar y mear en la parva pues las manos van al pan, chiquitos. La tarde se hacía menos largas cantando por Antonio Molina o por Angelillo. Lo del prefacio era Canto gregoriano a la manera aldeana. ¿Quien anda ahí? ninguna respuesta daban. Era mi imaginación que percibía los sonidos, los olores de hacía más de medio siglo. Dando vueltas por el mundo yo siempre regresaba a este cotarro donde debió de haber un monasterio muy antiguo que hubo de ser evacuado y la iglesia destruida. Quedaba el campanario de ojos fantasmales que parecía un obispo sentado en su cátedra y mis ojos contemplaban el cielo radiante del páramo. Quedaba sólo el ábside de la iglesia visigoda. Era el ombligo existencial. El somo donde se levantaban las ruinas de San Gregorio constituyeron el epicentro de su vida. De allí irradiaban los fulgores de la cuestión irremediable centrada en los dos supuestos paralelos: el amor y la muerte. Los cantos de resurrección se conjugaban con los responsos mortuorios millones de veces sonando en aquel risco. Abajo marcaban el paso los danzantes al son del tambor y la dulzaina en las noches de ronda y de arrebolada ancestrales costumbres que en estos tiempos del rock a las juventudes no dicen nada. San Frutos pasó la hoja del calepino que estaba leyendo en piedra y que no acabará de leer hasta el día del Juicio por la tarde. Entonces sonará la trompeta y se alzarán los muertos con los mismos cuerpos y las almas que tuvieron. Es lo que dice la Biblia

El abuelo Benjamin allí estaba mirándome asomaba el gallo sobre las tapias de la iglesia de San Gregorio convertida en solemne casa de todos. Parecía yo verle cojear camino de misa. Tenía la pata chula por el reuma a causa de la humedad del arroyo que discurría a la puerta de casa. Fue a una curandera y le recetó ponerse en la rodilla la piel de un conejo. A los tres días olía a rayos. Y no era el reuma. Era la próstata que se le llevó por delante interfiriendo largos años los huesos. Se sentaba en un banco del lado del evangelio compartido con el Tío Gregorin y el Tío Bernardo. Al darle de alta en el hospital de la misericordia después de su primera operación prostática se creía curado del todo y regaló a la iglesia de Fuentesoto un Resucitado. Sin embargo la prostatitis volvió a la carga en medio de inmensos dolores que soportó con paciencia “Es como si los perros me estuvieran mordiendo los cojones, hijo” me decía y yo le ayudé a bien morir. Leyéndole la Recomendación del alma. Los tres Gregorin, Bernardo y Benjamín eran quintos y los más veteranos del pueblo después del Tío Paulete que estuvo en la contienda de Cuba y nos leía bvajo el bardal libros de autores del 98. Cuando la guerra los tres se hicieron de Acción Popular el partido de Derechas. Gil Robles les dejó en la estacada. Mi abuelo Benjamín era muy religioso sin ser beato fe profunda de converso judío esos que no cambian. Su adscripción a la religión católica no fue óbice para que un día saliera al encuentro de un cura muy malo que tuvimos en el pueblo que se llamaba don Amancio cuando se enteró de que aquel cuervo abusaba de mi tía Rosario. Fue a por él y el cobarde huyó en una burra camino de Hontalvilla de donde era natural. Escribió al obispo y el obispo que se llamaba Pérez Platero le mudó de parroquia pero no le suspendió a divinis ni le quitó las caras dimisorias. Aquel Amancio era bueno y barato en cuestión de mozas. Al coro de Acción Católica se las pasaba por la piedra invitándolas ora al confesonario ora a la rectoral. Hacía a pelo y a pluma porque según supe también cierto que otro monaguillo incauto cayó en sus garras. Desde entonces he tenido prevención contra la clerigalla y a pesar de mis ordenes sagradas creo que lo del celibato es una regla para engendrar expósitos una perfecta añagaza porque han convertido el sexto mandamiento en mandato de poder y abusos sexuales. Es una ley contra natura que sólo unos pocos son capaces de sobrellevar a costa de acabar tarados. Caparse por Jesucristo sería summum bonum para alcanzar el monte de las bienaventuranzas cuya cúspide únicamente unos pocos escalan y a estos tarados hay que canonizarlos santos. Mi tía Rosario acabó en un convento de Adoratrices. Fuimos a verla a Barcelona. A mí me quería mucho. Luego colgó los hábitos y se casó con un guardia civil mi tio Manahén ese sí quera un santo. Pues allí estaba mi abuelo apoyado en su cachava calada la gorrilla hasta las orejas y mirándome con severidad. Sólo me sacudió el polvo una vez que fuimos a melones y a mi me pilló el guarda y hube de pagar y tuvo que pagar una multa de dos pesetas. Yo alegué que fueron los otros los que me indujeron a entrar en el vedado porque yo era un niño muy inocente e incauto. Aun recuerdo aquella noche de luna llena cuando yo me había quedado en el corral sin atreverme a entrar en casa.

─ Pasa, hijo, que es hora de cenar

─ No quiero, no me da la gana

─ Como que no quieres no te da la gana. Ven acá

Me cogió e las orejas y aquella noche cené de la cayada paternal. Fueron cinco cintazos en las nalgas. No me dio más pero desde entonces no se me ocurrió ir a sandias ni a peras ni a por moras a Peñacolgada. El abuelo Benjamín los tenía bien puesto. Era un labrador cabal, el que araba más recto en toda la comarca, el que sabía binar las tierras imbuido de una sabiduría ancestral. Un jueves vino a visitarme al seminario antes de morir y me recomendó ser aplicado y diligente, no hacer mal a nadie pero defenderse cuando a uno le agreden. “No quiero, Quintiliano, que te tomen por tonto”.

Soplaba una brisa que arrancaba las hojas del espino milenario y la torre románica con sus dos ojos grandes que miraban para el pueblo de forma enigmática advirtiéndole de los Novísimos. Caronte aguarda, la torre de la antigua iglesia de San Gregorio miraba para la aldea las cavidades vacías del campanario fijándose bien ofrecían el perfil de una guadaña. El quietorium siempre en calma. Allí sepultaron a un quincurión romano que desvió ruta cuando su falange se dirigía a Uxama. Tuvo la culpa el vino de aquel extravío, confundir los miliarios el soldado. Se equivocó la paloma. Se equivocaba Cinco de sus vélites vinieron a recogerlo y querían reportarlo en andas hasta la cohorte pero el centurión dijo enterradlo en la Foncalada y que la tierra le sea leve. Luego quemaron incienso a los dioses. Aquellos páramos guardaron para siempre el perfil augusto de Roma. Siglos adelante los templarios fundaron en aquel monte sagrado un ara El vino de la tierra fue la causa de aquel desvío. Paró en una bodega  (caupona) de Sacramenia de las que abren sus fauces en el cerro internándose en la montaña y honró a Baco con profusas libaciones y subió hasta Foncalada dando tumbos. Al legionario romano los campos se volvieron del revés; la tierra arriba y las estrellas a sus pies le hablaban con emisiones catódicas a millones de kilómetros de distancia. Parece que se reían y es que temblaban de la tajada que acabó al perder camino. ¿Será esa la estrella de mi destino? Se preguntaba el quirite borracho que perdió la senda y el camino. Caldos exquisitos de la tierra. Vinos traidores. Pero qué sería de la vida sin vino? Baco aleja siquiera perentoriamente los pesares y zozobras del vivir. Mi Aderita a la que traicioné me confortaba insuflándome al oído el veredicto de mi condena.

─Eres un fracasado. Todo te sale mal porque cometiste el gran pecado de desamor. No busques disculpas ni añagazas, ni eches la culpa a los judíos. En mi vida fuistes el sacerdocio del mal

─Te di un hijo: Helen the shining one.

Me dieron ganas de llorar. La torre de san Gregorio estaba hueca, sus campanas se las llevaron los sarracenos para convertirlas en lanzas contradiciendo el veredicto de Isaías: Convertiré las saetas en rejas de arado. Grité entonces en alemán un salmo penitencial:

Es reue mich. Mucho me pesa, pesame,señor, de haberos ofendido.

─Mis plegarias no eran escuchadas

Gospodi achisti grieji nas – murmuré con las palabras en eslavónico del canon penitencial de la misa de san Juan Crisostomo

La cencellada de la noche castellana heló sus huesos y sucumbió arrecido antes de alcanzar los castros de aquella tierra alta  mucho me impresionaron a mí desde niño aquellas cavidades ojos vacíos de un campanario sin campana que se llevaron los soldados de Murat cuando la francesada me hablaban del destino misterioso que a todos aguardan y no cesaba de darme golpes de pecho en un acto de contrición. Una urraca voznaba sobre el espino adyacente al camposanto. Alcé los ojos a lo alto. Sobre el cielo nítido planeaba el halcón que merodeaba el palomar. Ya se sabe que la ralea del halcón es la paloma, la del azor la perdiz y la del gavilán el jilguero y yo era in pobre jilguero perseguido por los ojos puntiagudos del gavilán. Mi existencia fue un episodio. Caí entre las garras de las caves de presa (los curas, los políticos, las mujeres) como un pardillo. Muy altaneros todos y yo humilde y acongojado sin saber hacia donde tirar. ¿Dónde encontraré refugio? ¿Cómo me zafaré de mi propia inconsciencia? Quizás salvé siguiendo las leyes de la casualidad y del instinto. Esta explicación no era suficiente. Un arcángel tocaba la lira en lo alto del cerro. Era él quien me puso a cobro de las acechanzas de los numerosos enemigos. La Virgen Santísima enjugaba las lágrimas del llanto mío. De su mano pude cruzar los arroyos torrenciales y ramblizos, aunque a la ramera y al juglar la vejez les viene el mal. Puede que todo ello no fueren sino excusas para justificarme porque a lo largo me había topado con muchos leguleyos y a los rábulas se les vencen dando la vuelta al argumento. Es reu mich. Gopspodi achisti grieji nash. De pensamiento palabra y obra u omisión. Mi confiteor sonaba rotundo y solemne aquella mañana del 12 de marzo cuando la iglesia latina celebra el transito de san Gregorio magno. Fue el que introdujo en la iglesia la dulzura del canto gregoriano. ¡Cuántas veces habré pulsado la cuerda de sus melismas y entonado las estrofas del veni Creator, el himno a cuyo compás fui consagrado presbítero hace muchísimos años

Mucho me pesa, Señor de haberte ofendido. Y mi abuelo asomó el gallo. Por las tapias del cementerio se alzaban las cabezas de gente que yo conocí, sombras distantes la puerta cerrada del cementerio y el hastial solemne de sillares como nuevo y tenían más de diez siglos. Habían exhumado los restos de mi hermana Henar fallecida en 1941. Parte del antiguo templo había sido destruido. Uno de los lienzos de pared mostraba las adarajas o quixaras devastados por la morisma. Aquella era una tierra de frontera y el antiguo templo sucumbió a Una razzia de primavera del moro Almanzor que pasó por allá tocando el tambor. Traté de explicar esto a mis paisanos rabaneros por las fiestas de san Pedro cuando di una conferencia pero me cortaron a media discurso. alegó el alcalde que era muy largo el sermón. Dijeron que el parlamento era muy largo. Nadie es profeta en su tierra. Bajé besando las cruces del calvario a un pueblo en quietud que me resultaba extraño retomando los pasos perdidos de la infancia. Escuchaba los carros cargados de hacinas, los cantos de la gente que iba a la siega, el son de las esquilas de los asnos castrones, cuando a media tarde llegaba el molinero de Fuentidueña con su recua los costales de harina cargados a lomos de los burros y el gruñir de los marranos en el henil. Las mujeres encinta tenían por costumbre la víspera de San Andrés aciudir a la cohorte para escuchar los gruñidos de la cerda. Si el primer bramido era del lechón niño tendremos pero si el gruñido partía de los hocicos de la marrana la preñada pariría un churumbel más guapo que las pesetas. Corté el cordón umbilical del cariño pero sigo unido a tu amor como el arado a la esteva, aun estando desencajadas las belortas y la reja sin filo la esteva desencajada. ¿Con estos bueyes cómo ir a arar sin aguijada ni tralla en lucha contra los elementos y contra todos? Soy yo, parlando desde una época que pasó, hombre de ayer que no encentra resquicio pero no maldigo a los dioses, feliz de haber llegado a viejo cuando mi infancia parece que fue ayer. Hados perversos al ostracismo me condenaron y todos se ríen de mí. Ya lo hicieron con Job. Propalo quimeras, redacto fantasías porque he visto dar vueltas a la cabeza furibunda  de la medusa quimérica y hermafrodita, melena de león el cuerpo de cabra y la cola de dragón vagina de mujer y bálano viril las ubres las arrastra por detrás y por delante, pega bandazos a diestra y siniestra como el destino cruel y proclama al igual que el pregonero de la gran manifestación del ocho de marzo la emasculación liberadora a petición de los Coños Grandes Widecunts. En la fiesta de las vaginas las Euménides nos cantan las marzas. Las gomias marimachos van seguidas de la peste en la gran cabalgata de la Reina Ester. Tiempo de voraces tarascas aniquiladoras. Una reina putona que le cortó a Haman la cabeza después de hacerle el amor quiere enmendarle la plana a la doncella de Nazaret. Desfilan gritando consignas y escupiendo gargajos contra la religión estas cabronas que se educaron con las ursulinas, se ríen de la maternidad con un no es no y con mi cuerpo yo hago lo que me da la gana. Son los postulados de una sexualidad insaciable e irascible sin control. Carmen Fernández del Toro, la gran bollera, encabeza la gran manifestación. Entran en las iglesias y descabezan las imágenes de la Virgen María. Los buharros bailan mientras tanto en la plaza del Carmen su rigodón banderas arco iris desplegadas al viento. Yo no iré nunca a esa demostración. Lo mío es la fábula, el placer y el arte de las tres verdades que se fraguan  en mi imaginación y en mi ilusión inventora. Hijos sí padres no. Pero esto es trágala, chiquitos.  Nos adentramos en el reino de las quimeras del que nadie vuelve con el cuerpo en condiciones. El alazán apocalíptico trota al paso entre gritos y consignas y reportajes in situ de las reporteras de la Telebasta. Allá van las féminas de la exaltación arrastrando sus pies enfermos de quiropedias, vientres caidos los ojos con ptosis les supuran las legañas, y sus labios malos que piden la lanceta del cirujano que les haga una quiloplastia. Mujeres de silicato saltan a la red opíparos bustos hinchados artificialmente. Acampa en el prado el sindicato de las peores furcias. Es la hora de los coños grandes despiadados. Es cosa de arreglar todos esos morros caídos a causa del desenfreno, les gusta demasiado chuparla. Hijos sí maridos no. Vivan los vientres de alquiler. Las cotorras se suben a los árboles empuñando el micrófono con punta de alcachofa y largan sermones preñados de visceral oratoria anti varonil. Es el tiempo de Acuario. Vengan los marimachos, mujeres al poder. Estoy triste con este desvarío pero me consuelo cantando el evangelio mirando para Aquilón. El quiasmo de la cruz de Constantino se perfila sobre el horizonte. Ellas no vencerán pues su grito es contra la vida. La espada de Miguel acabará con el libertinaje pero han conseguido ponernos a todos el bozal pandémico. En los cinco continentes seis mil millones de seres humanos respiran a través de la mascarilla ¿Madre por qué callas, por qué no te enfrentas y levantas el pendón de la verdad? ahí tenemos al preste Zabulón haciendo misa en las campas de Iraq. Su antecesor fue el responsable de la muerte de Hussein y de la gran efusión de sangre porque lo mandaba el Gran Sanedrín y en el Vaticano os callabais por la cuenta que os tiene. ¿Y el holocausto de Siria y las aguas del Éufrates y del Tigris que bajan tintas de sangre de las víctimas de estas guerras? Madre no calles más. Los enemigos de la iglesia se esconden bajo el halda de tu sotana blanca. Deja de sonreír con tu cara asnal y de mover tu inmenso culo que emite cuescos con olor a mate. Dice que el catolicismo no es la religión verdadera pues ahora sí que estamos buenos. Uno no se desunce tan fácilmente de los genes. Hoy dije mi misa como de costumbre y quedé en paz conmigo y con el mundo dispuesto a trovar, aun con cierto rezago, las vivencias del pasado a título de inventario nada más, sin ánimo de lucrarme o por prurito artístico pues soy un escritor fracasado. Todo se fue por la posta. En el entierro de la sardina di a la tierra lo que es suyo: mis sueños redentores. Sigo siendo cura. Mis manos fueron ungidas por el obispo. Me separé de la iglesia con el Vaticano II. La Virgen me apartó de esa patulea de clérigos fornicarios vagabundos y borrachos. Tuve un amor o muchos amores pero fui leal y nunca cometí adulterio con la sacristana ni con la mujer de cualquier feligrés incauto, esos curas que miran con ojos de fauno y ponen en la cabeza el mirmillón como un saliente Príapo protuberante en el casco. Con todo y eso la clemente Venus madre de todos los hombres me devolvió a ese epicentro mágico (okolos), el tete manantial de vida. Venimos de ese flujo que se derrama en esas eyecciones guarras que las meretrices en pantalla tienen a gala mostrar coram populo. Hijos somos de un excremento líquido y nos cagamos cuando exhalamos el último suspiro Orgullosas de que les vino el latigazo consolador de pilas en ristre volviendo los ojos de placer para poner los dientes largos de los mirones que pagan un euro por contemplar el lastimoso espectáculo de estos estertores venéreos. ¿Y qué dicen las feminoides? Nada. Estamos en la era de Acuario. Ya dijo Protagoras que el hombre es la medida de todas las cosas cuando yace con hembra placentera sobre todo. De esa creencia se mofaba Plauto en sus comedias. ¿Existen los dioses del Olimpo? ¿Serán las religiones una excrecencia de la mitología pagana? las religiones separan pero estas hetairas liberticidas nos vuelven a los hombres de toda calaña iguales. Son cosas del rasero igualitario que endereza lo torcida y hará llanuras de las montañas, el milenario. No sé pero a mí me gusta rezar la misa según el canon gregoriano. Mi alma se llena de una tranquilidad venida de lo alto cuando me dispongo a consagrar. Luego reconózcome pecador. Para distraerme pulso los portales porno de la red y miro para las hembras y ¡qué hembras, Señor! Venus nació de la espuma y el primer hombre fue extraído del barro. Fuimos concebidos en la inmundicia y rodeados de corrupción y hedentina cadavérica nos vamos. Estoy asustado de semejantes visiones lúbricas grandes vergas de todos los tamaños y colores, clítoris rasgados o en escuadra. ¿No les dará vergüenza? Los cóhenes y macarras de este gran puterío cinético hacen caja y no dan abasto cada vez hay más mujeres en el mundo empeñadas en no esconder sus galas naturales lo que les dio Natura unas por prurito otras por coqueteo otras por necesidad como las viudas milf puesto que el porno manda. Recordemos que este es el tiempo de Acuario una constelación húmeda que otorga el mando a las hijas de Eva. El hombre se siente desterrado e impotente. Sexo y más sexo y exhibiciones procaces donde toda la lujuria tiene cabida. Aúllan algunas como lobas. Otras más precavidas gimen imitando a las gatas en el celo de enero. Aguardando el vestigial o denario con que Roma pagaba a sus putas. Hoy es fácil irse de picos pardos. Basta con un clic abrimos internet y ala allá están las señoras meretrices muy emperejiladas. Hay una rusa que es la mujer más perfecta que yo alcancé a ver a lo largo de mis muchos años de vida. Es muda y cuando recibe la moneda del mirón o sienten la explosión de una sacudida en sus entrañas lanza un mayido, un alarido con su voz de trapo un cuerpo perfecto de la Jengibre una hermosa ucraniana con el pelo de estopa a la que apodan Gingerbread nunca vi carnes tan blancas ni ojos tan azules. Está encinta y trata de disimular su gravidez poniéndose bañadores negros. Es una superdotada. Despliega sus senos al aire y calculo han de pesar media arroba. Su mirada es entre triste y divertida. Todos los televidentes muestran curiosidad por saber quién fue el afortunado que dejó la huella de su virilidad en útero tan precioso y ella dice que fue en el privado de un chat, un soplo aleteando por internet en sus alternancias binarias del yin y el yen. ¿Por virtud del espíritu santo? No lo creo. La preñez no fue virtual sino a efecto de un contacto físico un polvo salvaje aunque haya dice que va a parir un hijo cibernético. ¿Será Billy Gates el padre de la criatura? Hay ciertos códigos éticos en tiempos de perversión de infecundidad y carestía que nos cominan a “fazer linage” como diría el otro. Por mucho que se empoeñen higinistas y moralistas nunca podrán acabar con el trato torpe ni el comercio de la carne. Siempre habrá feminas que se desentiendand de los grandes principios éticos y entreguen sus donaires a cambio de un puñado de dólares. Esta mujer aun desnuda sin embargo parece el paradigma de la castidad. En otras congéneres el espectáculo se convierte en algo brutal libidinoso que incita al asco ante semejante perversión coprologica. Al verlo muchos se acordarán de la sentencia de Job tengo que insistir por ese cabo que me asusta la promiscuidad y falta de recato sobre la mierda en que nacemos y envueltos en ella nos vamos, hijos somos de una eyección excretoria, de un secreción vaporosa… “Et in corruptione genuit mihi mater mea”. Pienso, madre, que tú no me pariste en el dolor pero no en el alfaque de los bajíos de la secreción vaginal. Yo soy un tío que mamé buena leche y de calidad. “A este lo crías con polvos finos, Felicitas” oí decir al tío Matías el sacristán que era un borracho empedernido. Tú no te colocaste en la cabeza el  “pallolium” la mantilla corta con la cual iban las mujeres de la vida caminando por las calles de Roma. A uno que me llamó una vez hijo de hetaira le hinché los morros.

DOMINGO DE GLORIALAS CAMPANAS DE SAN GREGORIO

Yo conocí a la tía Apolonia ya muy viejecita y encorvada. Al final de la misa se quedaba rezagada haciendo un recorrido por las imágenes de las capillas de la iglesia de san Pedro gira espiritual que podría alargarse hasta media hora a veces tres cuartos y a mí me encargó el cura don Frutos cerrar la iglesia. Al no ser mi intención distraerla de sus piadosas plegarias a todos los santos de la corte celestial que a ella bendecían desde su peana: san Isidro Labrador, la Virgen de Fátima, el Resucitado que donó mi pobre abuelo Benjamín cuando sanó aparentemente del cáncer de próstata, san Gregorio papa, la Virgen de los Dolores y sobre todo san Pedro instalando en un trono del altar mayor debajo de la cara excelsa del padre eterno que se asomaba entre nubes de purpurina ostentando la esfera armilar o hacía sonar el manojo de pesadas llaves… Vamos tía Apolonia, vamos. Aquella espera me hacía pensar en un cuento que se dejaba caer en labios de los atrevidos y salaces en los filandones del invierno. Se trataba de un cura que tenía un lío con la mujer del herrero. Estos se comunicaban por medios de toques de campanas. Un repique de siete badajadas significaba que el campo estaba expedito y que el buen párroco podía acercarse a la herrería a cortejar su dama. Dos toques seguidos que no. Que había moros en la costa. El romance tuvo prosapia y rigor de modo que los toques se convertían en una composición musical. Desde la torre el amante enviaba un mensaje a su adorada en aquellas fechas que no había internet:

─Mariquita mi señora venga que ya es hora.

He aquí que el herrero interceptó la comunicación y descifró el lenguaje críptico de la misma. Así que una tarde que estaba en la fragua afilando una reja candente le mandó a su mujer que se sentase en la bigornia. Al sentir el dolor del hierro candente en sus posaderas pega un brinco que alcanza hasta el techo.

─Ay

─¿Está calentito eh? ─ exclamó el herrero entre carcajadas.

En aquel momento sonó desde la torre la llamada del amor. El párroco se estaba empezando a impacientar. Repique que campanas:

─Mariquita encantadora, ven que ya es hora.

Y desde abajo para que le escuchara todo el pueblo con su vozarrón:

─Tiene el culo quemado no puede ahora

Algunos quieren estar en misa y repicando. No puede ser.

Entonces se me acercó la tía Polonia la hermana del cura don Cirilo. Sus ojos eran muy azules el pelo blanco no tenía dientes y se parecía por la blancura al hopo de algodón que hilaban las mujeres de Fuentesoto a la puerta. Dúctil sonrisa y un lobanillo en la comisura del labio donde le había crecido un matorral de pelos negros.

─Ya es hora de encerrar. Vamos sí hijo sí. Tengo tantas obligaciones, tantos difuntos que no doy abasto, tanta gente que me aguarda ahí en eso (miró para el camposanto en el cerro), tanta gente que se me murió que son centenares de padrenuestros de Réquiem. ¿Eres tú el Quintín el nieto del tío Benjamín? ¿El que va para cura? De guaje te llamabamos el Soguillas

─Soy

Salimos al cancel y a la puerta de la iglesia tomándome de la mano me dijo:

─Mira para arriba, Quintín, hijo. Dirasme lo que ves

─La torre de San Gregorio el campanario sin campana. Se las llevaron los franceses para fundirlas y convertirlas en balas de cañón. Ya no la bolean los mozos ni tocan a clamor por los difuntos o rebato cuando se produce un fuego.

─Así es pero yo te voy a contar un milagro que ocurrió el día de la Pascua de Resurrección. Habíamos venido mi hermano y yo don Cirilo Sanz de Roma en peregrinación de ver al papa León XIII. Era domingo de Gloria. Nos levantamos todos sobresaltados porque escuchamos el sonido de la campana gloria que había mandado bendecir un rey muy antiguo el rey Alfonso VII el emperador. Entonces el pueblo estaba arriba. Era un ribab o fortaleza para defendernos los del sarraceno. Ese rey santo había ordenado construir un cordón de monasterio en número de 24 desde Sacramenia a Osma y Berlanga de Duero. Los musulmanes atacaron y destruyeron el villar la iglesia quedó destruida pero las campanas seguían tocando a misa. Cuando los franceses se las llevaron se dejó de escuchar el clamor en toda la contornada. Mi hermano que era muy devoto de san Gregorio le pidió que antes de morir querría oír aquel sonido. El Señor nos concedió esa gracia y aquella pascua de resurrección bolearon a gloria como nunca habían sonado. Mi hermano dijo una misa de acción de gracias y predicó un sermón en el que dijo: el diablo nos arrebató las campanas pero no pudo con nuestra fe. Mientras esté ahí el cementerio de san Gregorio seguiremos creyentes. ¿Te ha gustado, Soguillas?

─Como no tía Apolonia usted lo cuenta que parece que lo ha vivido.

La anciana dibujó una sonrisa y se alejó paso a paso. Había sido muy guapa de moza y tuvo muchos pretendientes a los que dio calabazas porque creía que sirviendo al cura era como si profesase de monja y se consagrara a Dios.

Yo lomé el pesado manojo de llaves y los llevé a la rectoral. Don Frutos el cura en mangas de camisa cavaba en la cerca al lado del molino. Sudaba como un pavo.

─¿Quieres almorzar?

─No me vaga. Tengo que hacer un mandado a mi tía Paulina he de ir a la fuente a llenar la botija.

Le conté la historia al párroco según la tía Apolonia me había referido y don Frutos muy gnómico sin dar un cuarto al pregonero pronunció este veredicto cita del padre Astete en su catecismo:

—Fe es creer lo que no vimos

Desde aquel día cada año cuando llega la Pascua Florida dentro de mi alma yo escucho las campanas de Resurrección que bolearon en el campanario de San Gregorio resistente al paso de los siglos. No he perdido el sentido del humor, tampoco la fe en lo que no vimos

 

 

 

 

 

 Del CORO AL CAÑO Y DEL CAÑO AL CORO


Las monjas de santa Clara tienen un pájaro gordo que se pasea del coro al caño y del caño al coro. Estamos en esas. Velay la periegesis triunfal el argumento de esta novela que se llama actualidad. Consulto el dicionario secreto de Cela y es muy larga de voces sinónimo de vulva: matriz, coño (eterna palabra en boca de españoles) chocho, crija y verija, portón del paraiso, chusmino, meato, madre superiora, cachondo, palangana, clitoris, pussy, chusqui, mandolina, cráter, lerele, concha, gamba, cratera, monte de Venus, burlete, tarriza, el consuelo, renda, remondo, remiche. En fin esto se basa la pornopolítica. Un timo ineludible ventana abierta de internet donde Venus se abre de piernas  en la sala del gran mastorbatorio general. Mulierem fortem quis inveniet. Estamos en la era de Acuario. Mucho liquido y flujo vaginal. Entremos en el barrio húmedo pues    

Concertul tradițional de colinde al Patriarhiei Române „Răsăritul cel de...DIOS GUARDE A RUMANIA Y A LOS RUMANOS LES PRESERVE DE CUALQUIER MAL

2021-12-27

Le urez cititorilor mei români Crăciun Fericit

 GETAFE MON AMOUR DE CUM M-am îndrăgostit PLATONIC DE UN PESCUIT ȘI AM PĂRĂȘIT SEMINARUL

GETAFE, MON AMOUR Antonio Parra „Nu suferi viața că acei alții sunt schiturile. Tu ești catedrala”, îi spunea în fiecare an primăvara, când se întorcea de la Parada, maestrul armurier Castrillo, coastei sale centrale, La Martina. Doña Martina le cunoșteam cu toții în cartierul Las Margaritas - Getafe în inimă, grădini de Heather, camera steagurilor regimentului de artilerie ușoară 13 unde am ajuns să servesc micul dejun de ciocolată cu crutoane unui locotenent din cei pe care îi spuneam capaos, eu. adică , dintre cei care au făcut război cu roșii și apoi au continuat cu Franco, deși ascensiunile și statia lor în rânduri au fost înghețate și care au suferit arestări pentru că l-au pus pe Generalisimo să cadă de pe un măgar și, bineînțeles, o săptămână închiși în camera ofițerilor – era mai nevinovată decât o găleată și mai bună decât o bucată de pâine. Nici Castrillo nu era o persoană rea, dar trebuia să fie legat scurt pentru că avea obiceiul să plece ca curve pentru mai puțin de nimic. Când bateria îi părăsea detașamentul sau manevrele, înnopta, lua candaja și curveile. Ce ai de gând să faci, nimeni nu este perfect. Nu este că, deși căsătoria s-a înțeles, ca o mie de minuni, că în acele vremuri violența de gen era aproape necunoscută, au făcut un cuplu bun pentru că Castrillo era un mare de doi metri, iar Martina era o răbdătoare care suferea și suferea de Zaragoza. femeie bună de binecuvântare ori de câte ori mergeam să o vedem sau să facem vreo comisie nu i-ați lăsat casa goală: așteptați-i niște sobao o lovitură ia puști trebuie să crești frumos mulțumesc mult doamnă Martina și ție care îl vezi astăzi în un an pentru sănătatea ta. Când am ieșit la plimbare, cuplul arăta ca ai lui și ai lui. El turnul din Pisa pentru că era puțin abrupt și ea schitul sau umilirea Sfântului Copil al Remediului. Este generos ca un măgar și un om bun, atât de lovitor pentru că nu-i lipsea decât cachirulo maniac și voinic (era capabil să ridice o bucată de cincisprezece jumătate cu trăsura) și un creștin bun la fiecare 12. Octombrie a făcut o vizită mamei sale deja Pilarica. „Așa ocid două păsări dintr-o singură piatră” Și cartierul umed al trascoros de la seo de Cesaraugusta? Ei bine, dar nu apare în anale. Maestrul Ajustator trebuia să fie legat scurt. Nimeni nu a pus piciorul în fața unei curve și lui Conrado Castrillo cu generozitate. Ce ți-a plăcut mătușilor? Nimic special pachasco. Lucrul rău ar fi dacă acel bigard din aceeași baterie ca tatăl meu din Treisprezece Ligero din Getafe i-ar plăcea bărbații. Și azi dimineață îmi amintesc de ei când am aflat că vor să facă nimic mai puțin decât catedrală sau seo la biserica Magdalena din Getafe. Mamă a iubirii frumoase ce evoluează vremurile. Colegiată și o să explodezi, dar trăim într-o perioadă mai presus de orice meditație în care dacă nu spui un cuvânt nu aparține clanului. L-am cunoscut pe Getafe când a fost începutul La Mancha, un oraș din La Mancha cu veri arzătoare de sete și ierni înghețate de vântul încordat care bate acolo în voie, pentru că acolo dealurile se întâlnesc cu terele și cele însorite cu briza Guadarrama calimas din Henares și tot aerul stepei. Soarele bate plat când vrea. Case mari de muncitori și labrantine cu bluze cuprinzătoare de artizanat și echipe de conducere cu bici de catâri din față, pe care văzându-i trecând cu o frânghie au fost o binecuvântare pe care am cunoscut-o. Arre masculin. În drum spre Alhóndiga unde erau erele și hambarele. Șaua și frâna și un băiat care cu un salt sprinten stătea cocoțat pe adrale, un galic al lui Rosalía, care venise să cosi la malul Madridului, îl salută politicos: - Bună dimineața nouă de la Deus. - Mai mult. Vai o porco demo Fetele s-au dus să umple ulciorul până la niște țevi care curgeau puțin ca să nu spună nimic la capătul străzii Madrid unde un tată piarist cu o burtă mare și o narghilea uriașă stătea la aer curat. Îmi amintesc bine de acel duhovnic care stătea pe un scaun de coadă fumând de încântare. Cred că a fost unchiul străbun al actualului primar Pedro Crespo, o familie foarte dragă, înrădăcinată în oraș. L-am numit Părintele Cachimba pentru a-l diferenția de Părintele Pitillo, care era șef de studii pentru Piaristi, cunoscut și sub numele de „Păsărea”. Acesta avea un temperament foarte prost și într-o zi când s-a supărat la ora de latină a început să insulte personalul și a chemat elevii cât a vrut el. De la nenorociți în sus. -Și că trebuie să suport această grămadă de nenorociți - spuse Pasărea Micuță, reglându-și gulerul sutanei și scoțând cureaua. A avut o criză de nervi, l-au sunat pe directorul căruia l-au numit Penia și a dat matematică, talayo al unchiului, unu nouăzeci și în ziua aceea era judo la Las Margaritas. La scurt timp după acel rând, „El Pajarito” a închis obiceiurile, ceea ce am făcut și eu. Ordinul Calasanct nu i-a dovedit sau este ca sigur sa obosit sa suporte carute si vagoane. Cu

ENGLAND MADE ME

 

DE PECIOS DESPRECIOS Y OTRAS CONSIDERACIONES


Antonio Parra



England made me. Inglaterra me hizo y me deshizo he de decir parodiando a Graham Green y lo que todavía remanece de inglés en mí-muy poquito- se me hizo el encontradizo anoche cuando vi un reportaje increíble por una cadena alemana de la rebatiña de los pecios de un naufragio en las riberas del canal de la mancha. Ha vuelto a relucir el verdadero temperamento inglés que tiene algo de pirata y bucanero. Estos días la costa de Devon se ha convertido en una peregrinación de turistas de lo ajeno. Bueno en realidad cuando un barco naufraga según las leyes del mar y eso los británicos lo tienen bien claro es del primero que llega y se lo echa a la costilla. Siglos atrás los émulos del Pirata Drake y de sir Francis Raleigh dieron malón y practicaron la rapiña al abordaje sobre los barcos españoles. Los maniobreros y expeditos “man-of-war” que eran una embarcaciones ligeras que siempre tuvo la marina inglesa siempre salían por pies y muy ligeros de vela de su encuentro con nuestras galeras. Y la verdad es que si bien se mira el inglés ha vivido de eso. De la cosa. Britania dio siempre buenos políticos, aves rapaces y excelentes corsarios. Unas veces del cuento de las colonias pues tiene un territorio pobre y otras de lo que arrambla por ahí.

De estas expediciones de castigo y de estas razzias en plan vikingo lo saben muy bien por Galicia y por Cádiz. A veces sus latrocinios eran mucho más infames que los piratas berberiscos quebradero de cabeza de nuestro Mediterráneo durante siglos y siglos. La Navy, baluarte del poderío marítimo, tenía sus propias reglas y su código de justicia. La bujarronería allí era tolerada pero más de un grumete ha sido colgado del palo de mesana por ciscarse en la reina y ay de ti como le robases al cabo un frasco de ron o unas zapatillas. La pena, te cortaban la mano o mil latigazos. Si blasfemabas contra el papa o insultabas al Rey de España o raptabas a una gallega, muchos años de perdón. Y que te aproveches.

Los ingleses son pragmáticos y obsesivamente excéntricos. Les gustan los flea markets o mercadillos para comprar barato y si ven botín a mano se lanzan sobre la presa como buitres. Es lo que acaba de pasar con un carguero que navegando en zozobra a causa de uno de los habituales temporales en el Mar de la Mancha hubo de ser revolcado hasta un abrigo del sur de Cornualles. El “Napoli” llevaba dos mil quinientos contendores a bordo algunos de ellos con mercancía peligrosa. Con tal de aferrar, algunos hasta un bote de polonio se llevarían a casa. ¿Sustancia radiactiva, tío pero que haces? Ni por pienso. Buena orina buen color y siete higas al doctor. Todo es bueno para el convento. Nosotros somos los hijos de los hijos de la Pérfida Albión.

Unos cincuenta flotaron hasta una playa cercana de Devon. Allí el personal los vecinos y los que no eran vecinos pues bajaron hasta lugar hasta camioneros de Escocia y de Londres arramplaron con todos los efectos. Han echado mano a motos último modelos televisores digitales perfumes caros y se han cargado al lomo armarios y hasta cacharrería. Algunos bajaron en su automóvil otros en un tractor a la arena y otros amarraron los efectos de su pillaje hasta en el transportín de su bicicleta. La mar res generosa dicen los marinos. Todo lo quita y todo lo da. Y pide temerarios, prefiere al que se arriesga. E Inglaterra a lo largo de su historia ha dado una lección de audacia y de visión de conjunto. Estos buscadores de tesoros hurgando entre los pecios que escupían las olas me han recordado ese espíritu emprendedor lleno de audacia y de common sense, ese no tener el sentido del ridículo. Yo he visto a algún Lord of the Seal cuando vivía en Londres hurgando entre los contenedores y bolsas de la basura de mi barrio de South Kensington. No era la enfermedad de Diógenes. Simple incentivo por la economía y el sentido ahorrativo. Otro aspecto que merece recordación y recapacitación: el tratamiento informativo. Hasta los servicios secretos han decantado la información para ahorrar el pánico a los súbditos de Su Majestad pues la sentina de este mastodontico carguero rumbo a Sudáfrica al encallar soltó toneladas de fuel contaminante. Han aparecido cientos de aves marinas muertas. En los acantilados de Dover siempre anida el petrel y el comorán tiene su casa entre los huecos de los riscos.

Este sentido práctico e incluso impertérrito de los británicos nos ha dado un baño a los españoles. Recuerdan ustedes la histeria y la crónica rocambolesca del “Prestige” que estuvo a punto de provocar aquí una revolución. Una secesión y hasta la quiebra de nuestro sistema parlamentaria. Los ingleses en esto democracia en esto de democracia nos dan un baño. En lugar de liarse a mamporros unos con otros los ingleses han tratado de apurruñar todo aquello de valor que viajaba en la bodega del “Napoli”. Y aquí paz y después gloria.

Escribo estas referencias con pena porque no hay otro pueblo en la tierra que sea capaz de automutilarse y clavarse el aguijón con tanta saña como el español. Los ingleses mientras tanto se divierten descubriendo tesoros. Una BMW no se encuentra todos los días en el cubo de la basura. Si los españoles seguimos con la aguijada en la mano para autodestruirnos puede que lleguemos a convertirnos en un pecio histórico. Es lo que quieren los británicos que seamos. Britania rule the waves. Britania gobierna las olas. Han jugado como baza histórica al divide y vencerás esto es la balanza de poderes por aquello de que mi país no tiene amigos ni enemigos sólo intereses que a algunos españoles incluso los más anglófilos y aliadófilos no les cabe en la mollera, y le ha ido bien con esa táctica aun siendo un pueblo más pobre que el español ciertamente aunque de vida más austera y sin tanto papanatismo como se descuelga por aquí.


24/01/2007

GETAFE MON AMOUR DE CÓMO ME ENAMORÉ PLATÓNICAMENTE DE UNA PESCADERA YU ABANDONÉ EL SEMINARIO

 

GETAFE, MON AMOUR

Antonio Parra

No sufras vida que esas otras son las ermitas. Tú eres la catedral” le decía el maestro armero Castrillo a su media costilla, la Martina, todos los años por primavera al volver del Desfile. Doña Martina todos los conocíamos en la colonia de las Margaritas - Getafe en el corazón, jardincillos de brezo, cuarto de banderas del regimiento artillería 13 ligero donde yo llegué a servir el desayuno chocolate con picatostes a un teniente de los que llamábamos capaos ,quiero decir, de los que hicieron la guerra con los rojos y luego siguieron con Franco aunque congelados sus ascensos y estáticos en el escalafón, y que había sufrido arresto por poner al Generalísimo a caer de un burro y, claro, una semana confinado en la sala de oficiales- era más inocente que un cubo y más buena que un cacho pan.

Castrillo tampoco era mala persona pero había que atarle corto porque tenía la costumbre de irse de fulanas por menos de nada. Cuando su batería se iba de destacamento o de maniobras, pase de pernocta, cogía la candaja y a los puticlubs. Qué se le va a hacer, nadie es perfecto. No es que, aunque se llevase bien el matrimonio, a las mil maravillas, que por aquellos días era casi desconocida la violencia de genero, hicieran buena pareja porque Castrillo era un bigardo de casi dos metros y la Martina una retaca de Zaragoza paciente sufrida y caritativa buena mujer siempre que ibamos a verla o hacerla algún recado no salías de su casa de vacío: camarelos algún sobao un soplillo toma chaval que tienes que crecer majo muchas gracias señora Martina y usted que lo vea de hoy en un año a su salud. Cuando iba a pasear la pareja parecían la ele y la i. Él la torre de Pisa porque andaba un poco estevado y ella la ermita o humilladero del santo Niño del Remedio. Tan generso como burro y buena persona tan baturro pues solo le faltaba el cachirulo mañico como forzudo (era capaz de levantar en vilo por la cureña una pieza del quince y medio) y buen cristiano todos los doce de octubre hacía una visita a su madre y a la Pilarica. “Así mato dos pájaros de un tiro” ¿Y al barrio húmedo de los trascoros de la seo de Cesaraugusta ? Pues también pero no consta en los anales. Había que atarle corto al Maestro Ajustador. A putero y a generoso a Conrado Castrillo nadie le ponía un pie delante. ¿Que le gustaban las tías? Nada de particular pachasco. Lo malo sería que le gustasen los hombres a aquel bigardo de la misma batería que mi padre en el Trece Ligero de Getafe. Y esta mañana me acuerdo de ellos cuando me entero de que a la iglesia de la Magdalena de Getafe la quieren hacer nada menos que catedral o seo. Madre del amor hrermoso lo que evolucionan los tiempos. Colegiata y vas que chutas pero vivimos en una época sobre toda ponderación en que si no sueltas un palabro no perteneces al clan. Yo conocí Getafe cuando era el comienzo de la Mancha un pueblón manchego de ardientes veranos de sed y de inviernos congelados por el viento colado que allí sopla a discreción pues allí se juntan los cierzos los terrales y los solanos las brisas del Guadarrama las calimas del Henares y toda el aire de la estepa. El sol cuando quiere pega de plano. Grandes casas de labor y labrantines con abarcas blusas menestrales y tralla arreando yuntas de mulas delanteras que viéndolas pasar en cordel eran una bendición he conocido yo.

  • Arre macho.

Camino de la Alhóndiga donde estaban las eras y los trojes. La silla y el freno y a un zagal que de un brinco ágil se encaramaba en los adrales un gallego de los de Rosalía que había venido a segar a tierra Madrid le saludaba cortés:

- Buonos días nos de Deus.

- Ainda máis. Vai o porco demo

Las mozas iban a llenar el cántaro a unos caños que manaban poco por no decir nada al final de la calle Madrid donde se sentaba a la fresca un padre escolapio con una gran barriga y una cachimba enorme. Recuerdo bien a aquel clérigo sentado en una silla de enea fumando con delectación. Creo que era tío abuelo del actual alcalde Pedro Crespo, una familia muy querida y arraigada en la localidad. Le llamábamos el P. Cachimba para diferenciarle del Padre Pitillo que era jefe de Estudios de los Escolapios también conocido por el “Pajarito”. Éste tenía muy mala leche y un día que se enfadó en la clase de Latín se puso a insultar al personal y llamó a los alumnos todo lo que le dio la gana. De hijoputas para arriba.

-Y que tenga que estar yo aguantando a esta panda de cabrones – decía el Pajarito atusándose el alzacuellos de la sotana y quitándose la correa.

Le entró un ataque de nervios, llamaron al director al que llamaban el Brocha y daba matemáticas, un talayo de tío, de uno noventa y aquel día hubo judo en las Margaritas. Al poco de aquella bronca colgó los hábitos “El Pajarito” cosa que hice también yo. La orden calasancia no le probaba o es que seguramente se había cansado de aguantar carros y carretas. El concilio, la crisis, me lo estoy pensando, es que no sé si tengo o no tengo vocación.

- ¿Ese por qué se salió?

  • El seminario no le probaba. También se puede ser un buen católico en la vida seglar.

  • Tienes que decidirte y tomar estado.

  • Ya

La verdad que el año 60 con el Concilio en pleno hervor comenzó la gran desbandada. La iglesia de la Magdalena Getafense y aquel tiempo (han pasado cuarenta y cinco veranos que recuerdo bien aquella tórrida madrugada de junio cuando pegados a la radio escuchamos el fallo del gol de españa en el último minuto empatamos contra Checoslovaquia y tampoco pudo ser, lo de siempre, una cantada de Luis del Sol) me recuerda el fermento de una crisis de cuestionamientos sin limites. Polvo y sofoco de higueras y acacias en la canícula y llegado Noviembre el pueblo era un lodazal. Getafe de los barros. Tenía cinco o seis ermitas con el convento de carmelitas de la Madre Maravillas allá en el cerro donde está el punto neurálgico de las Españas. Corazón Santo tú reinarás. Lo quisieron fusilar en efigie y no se daba cuentan de que la piedra de una estatua nunca muere. Es un símbolo pero ellos empecinados en querer fusilar al símbolo y a la idea.

Yo he conocido a la iglesia de la Magdalena de Getafe, uno de los pueblos más singulares y autóctonos de la provincia de Madrid, donde corre siempre una sangre municipal, espesa, porque el pueblo ahora convertido en sede episcopal siempre fue a su aire, cuando era un templo destartalado del arciprestazgo de Loeches, posesiones de la casa ducal de Alba, se las cedió –las tierras- el Conde duque de Olivares que era el amo de estos contornos donde procuraba retiro y venía a cazar. En estas aradas que yo tambien conocí y tierras de muchas obradas vendidas para edificar acababa la España montañosa y empezaba la llanura manchega – Mancha en árabe no quiere decir más que planicie-. Era una iglesia desangelada y a media hacer de pueblo grande ande o no ande. Sus naves quisieron ser góticas pero se quedaron en renacentistas o estilo a palo seco de cristianismo nuevo sin nervaduras convertidas por las axilas en bóvedas de luneto.

No sé por qué la villa se empeñaba en tener un templo tan grande al menos por aquel entonces si nadie iba a misa. En su interior me he chupado yo muchas misas y he pelado muchas guardias como aquel que dice porque don Rafael el arcipreste nos traía al hilo a los seminaristas. Si te fumabas la misa o el rosario te ponía falta. Bueno don Rafael traía al hilo a todo quisque. Cosas del nacional catolicismo.

Los hombres a un lado y las mujeres a otro. En las bodas era muy exigente con la preparación prematrimonial de los desposados. Las señoras no podían entrar en manga corta y todas con velo y si una llegaba tarde y dejaba de par en par en par la puerta del alto cancel de madera de pino el cura interrumpía su sermón desde el pulpito o paraba la misa encarándose con la interfecta.

  • Señora que yo no estoy aquí para guardar perros. Tenga la bondad de cerrar la puerta.

En verano un horno y en invierno una nevera. De grandes hechuras aquella fabrica del siglo XVII. Muy grande y muy vacía y un retablo enorme pero de muy poco valor salvo un cuadro de alonso Cano. Recuerdo que en la sillería del coro algún miliciano cuando el templo fue requisado había dejado aleluya soeces que nadie había tenido tiempo de borrar. Lo más resaltante, los poderosos cilindros pétreos de la nave central, una escolta de cíclopes, un cuerpo de atlantes para sostener ¿ qué? En algunas zonas del muro zaguero y en los laterales quedaban las marcas de los costales- durante la guerra fue silo y no ardió por mera casualidad-. Un anarquista y jefe de milicias se opuso pistola en mano. Getafe podrá ser laico, ateo o librepensador pero que a ningún Getafense le mienten a su Virgen de los Ángeles que se pone a llorar igual que un niño.

La talla de la patrona del pueblo y su santa tutelar más arraigada la escondieron en el interior de una tinaja cuando vinieron aquellos milicianos al Cerro del mismo nombre a fusilar la imagen del Sagrado Corazón ( la escena ha dado la vuelta al mundo y se ha convertido en un ideograma de nuestra guerra civil: un grupo de descamisados con boina y con correaje apuntando hacia lo alto su fusil; era como escupir al cielo para luego te caigan en la cara tus propios gapos). Getafe fue un pueblo muy duro y muy castigado por la guerra, rojo por los cuatro costados y hasta el regimiento artillero profesó inclinaciones hacia la republica.

Tierra de misión. El arzobispo Eijo Garay puso al frente de la parroquia a un asturiano de Llanes, don Rafael, que era de armas tomar pero en mi vida he visto un cura más austero, solo una sotana muy gastada para el entreaño y en su cuarto una mesa una, una cama sin dosel bajo el crucifijo, una silla y un botijo por todo ajuar. Cuando murió pues hizo no pocas caridades a los pobres dijeron que era un santo y hasta han querido canonizarlo pero regía la parroquia con guante de seda puño de hierro.

Se hinchó a expedir certificados de buena conducta y a “tapar” rojos pero la bronca si no cumplían el precepto pascual o no bautizaban a los hijos no se la quitaba nadie. Daba limosnas a las mujeres de los presos en el penal de Cuellar o el de Ocaña de tapadillo cumpliendo la máxima evangélica de no conozca tu mano izquierda lo que hace la derecha. Vivía en una casa muy pobre un bajo de grandes ventanales con reja con vistas a la calle Madrid sombreado por una acacia, con su ama de llaves, una hermana muy flamenca y pechugona y que mandaba tanto como el párroco y un hermano tonto que no mandaba ná y al que recuerdo siempre con un fardo de llaves en la mano y proclamando desde el coro con su voz gangosa y nasal:

  • Señoras vamos a encerrar

Y esos son los recuerdos que tengo de Getafe de esa iglesia tan querida para mí que ahora han convertido en catedral y adonde a lo mejor el año que viene se casa mi hijo Toñón. El maestro ajustador Conrado Castrillo los paseos por la calle Madrid las fiestas de la Virgen de los Ángeles cuando bajaban los legionarios de Leganés con sus cantineras y siempre había bronca con los mozos locales, o las de Santa Barbara cuando siempre el subteniente Toro, un extremeño al que yo quise mucho, la apañaba llorona y había que llevarle a casa. En fin los paseos de las tardes de domingo interminable por la calle Madrid. Aquellas modistillas que iban al corte. El escolapio orondo la vera efigie de Falstaff fumando en pipa, los aguadores y porteadores que carretaban agua. La crisis. El primer amor. Aquella pescadera que me sonreía al pasar. Las acacias. Y al acabar cada verano se me hacía más cuesta arriba volver al seminario. Getafe has dejado de ser ermita e iglesia destartalada bajo la advocación de la pecadora arrepentida para convertirte en catedral. Quizás llevara razón el maestro armero. Aquel buen baturrico que tenía una mujer casi enana como la de “voglio una donna” de Armacord. Fellini. Oh Dios. ¡Cuantos recuerdos! Tan muchísimas cosas. Confieso que he vivido.


30/01/2007