2023-08-13

 De nimis non curat praetor

 

El adagio forense latino lo aprendí cuando estudiaba Derecho Romano. ¡Qué belleza el de este apotegma para los tiempos que vivimos en la desolación de la mentira la pornografía y las falsas expectativas¡ Dice la alcaldesa de Barcelona que los españoles somos unos genocidas. Yo no sé de dónde habrá salido esta piba. Un poco arrabalera sí que es, lenguaraz y atormentada por sus exabruptos inanes. De3l Espaá mps rba hemos saltadso al España nos folla. A Pichimón se le remueve el `pelucón.

 El pretor no juzga minucias. Al que, convulso, se exaspere en desaforados gritos, insultos e invectivas que le apliquen la camisa de fuerza. Madre España cuanto te escarnecen y humillan el día de la Pilarica. Madre España, madre Roma. Mamamos todos franceses ingleses, italianos, rumanos, portugueses, catalanes y gallegos todos de la ubre de la loba capitalina. Ella posee pechos generosos como aquella rubia de “Armacord” una nodriza superdotada.

 La primera vez que contemplé Roma con mis propios ojos me entraron ganas de gritar:

▬Madre. Madre. Mio Dio… mama mía

Se esparció el eco por las fuentes de Caracalla en medio del calor de agosto. Madre Roma, madre España, que nutristeis con la leche de la cultura a tantos pueblos en un proyecto civilizador que no tiene parangón en la historia.

Ahí les duele a muchos como esta primera vara del Consejo de los cientos que se despacha con una alcaldada.

Doña Ada Corau no ha leído a Melo aquel historiador portugués que vivió como soldado de un escuadrón de caballería al mando del marqués de Vélez la guerra de Cataluña. Ha sido mi libro de cabecera este verano.

En sus páginas me he topado con el rostro enfurecido de las chusmas que hoz en ristre cortaron la cabeza a un catalán honesto como era el marqués de Vélez. Una venganza catalana en toda regla que se estrelló contra los ejércitos de Felipe IV y del Conde Duque de Olivares.

La Colau debe de ser una de aquellas furias que ataban a la cola de los caballos a los soldados hechos prisioneros de los regimientos reales o echaban aceite hirviendo a la cara de las damas sospechosas de “españolistas”.

Es la misma furia, la misma saña, el mismo odio de aquella desazón en aquel entonces. Sólo que don Felipe VI no es Felipe IV. Va de borbones y vamos de nones.

Y don Rajadizo el mirifico tampoco es el Conde Duque Olivares, un primer ministro tan grande que llevaba al Estado en la cabeza, un estado que sus tristes sucesores están haciendo trizas.

Tampoco se ve por ninguna parte al Tercio de Sicilia que metió en vereda a los alborotadores de aquella rebelión ni a manda siquiera en la Moncloa a un Manuel Azaña que mandó a la artillería contra el palacio de la Generalidad y salió Companys el de los 72 fusilamientos de Montjuich con los brazos en alta. Aquel Luis Companys, un militar que traicionó su jura de bandera, no se distinguió nunca por su valor en el campo de batalla.

En Marruecos, capitán corrupto, se quedaba con los haberes de los soldados y los moros le llamaban el asesino. Una crisis así – ni Rajoy ni el Borbón lo han entendido, pero el “Verrugo” sí que lo entendió- sólo se solventa con “tiros a la barriga” y de “nimis non curat praetor “

 

CATALANES DEL ESPAÑA NOS ROBA AL ESPAÑA NOS FOLLA pero de nimis nom curast praetor. Son bagatelas

 

De nimis non curat praetor

 

El adagio forense latino lo aprendí cuando estudiaba Derecho Romano. ¡Qué belleza el de este apotegma para los tiempos que vivimos en la desolación de la mentira la pornografía y las falsas expectativas¡ Dice la alcaldesa de Barcelona que los españoles somos unos genocidas. Yo no sé de dónde habrá salido esta piba. Un poco arrabalera sí que es, lenguaraz y atormentada por sus exabruptos inanes. Del España nos roba hemos saltado al España nos folla. A Pichimón se le remueve el `pelucón.

 El pretor no juzga minucias. Al que, convulso, se exaspere en desaforados gritos, insultos e invectivas que le apliquen la camisa de fuerza. Madre España cuanto te escarnecen y humillan el día de la Pilarica. Madre España, madre Roma. Mamamos todos franceses ingleses, italianos, rumanos, portugueses, catalanes y gallegos todos de la ubre de la loba capitalina. Ella posee pechos generosos como aquella rubia de “Armacord” una nodriza superdotada.

 La primera vez que contemplé Roma con mis propios ojos me entraron ganas de gritar:

▬Madre. Madre. Mio Dio… mama mía

Se esparció el eco por las fuentes de Caracalla en medio del calor de agosto. Madre Roma, madre España, que nutristeis con la leche de la cultura a tantos pueblos en un proyecto civilizador que no tiene parangón en la historia.

Ahí les duele a muchos como esta primera vara del Consejo de los cientos que se despacha con una alcaldada.

Doña Ada Corau no ha leído a Melo aquel historiador portugués que vivió como soldado de un escuadrón de caballería al mando del marqués de Vélez la guerra de Cataluña. Ha sido mi libro de cabecera este verano.

En sus páginas me he topado con el rostro enfurecido de las chusmas que hoz en ristre cortaron la cabeza a un catalán honesto como era el marqués de Vélez. Una venganza catalana en toda regla que se estrelló contra los ejércitos de Felipe IV y del Conde Duque de Olivares.

La Colau debe de ser una de aquellas furias que ataban a la cola de los caballos a los soldados hechos prisioneros de los regimientos reales o echaban aceite hirviendo a la cara de las damas sospechosas de “españolistas”.

Es la misma furia, la misma saña, el mismo odio de aquella desazón en aquel entonces. Sólo que don Felipe VI no es Felipe IV. Va de borbones y vamos de nones.

Y don Rajadizo el mirifico tampoco es el Conde Duque Olivares, un primer ministro tan grande que llevaba al Estado en la cabeza, un estado que sus tristes sucesores están haciendo trizas.

Tampoco se ve por ninguna parte al Tercio de Sicilia que metió en vereda a los alborotadores de aquella rebelión ni a manda siquiera en la Moncloa a un Manuel Azaña que mandó a la artillería contra el palacio de la Generalidad y salió Companys el de los 72 fusilamientos de Montjuich con los brazos en alta. Aquel Luis Companys, un militar que traicionó su jura de bandera, no se distinguió nunca por su valor en el campo de batalla.

En Marruecos, capitán corrupto, se quedaba con los haberes de los soldados y los moros le llamaban el asesino. Una crisis así – ni Rajoy ni el Borbón lo han entendido, pero el “Verrugo” sí que lo entendió- sólo se solventa con “tiros a la barriga” y de “nimis non curat praetor “

 

ROGER HUGH & CHARLOTTE OWERS HE WAS MY EX BROTHER IN LAW ANS SHE IS A BEAUTY A REAL HEAGERTY CONGRATULATIONS ON YOUR MARRIAGE HOPE YOU ARE HAPPY AND BRING TO LIFE MANY BAMBINOS THE GTOOM SEEMS TO ME A NICE BLOKE

 


2023-08-11

 

PERCUDIDOS Y BIEN JODIDOS


Es un verbo importante que define al mundo actual. Según el diccionario de la RAE quiere decir percudir penetrar la suciedad una cosa, impregnarse y maltratar a golpes. Y estamos percudidos de suciedad, de desvalimiento, de congoja. Los medios de comunicación nos tratan a palos. Los políticos inspiran miedo al tiempo que dan tedio. Porque la política en esta tierra fue una forma de picaresca, llevada a efecto por histriones- un ejemplo: ZP y Rajoy- chulos, charlatanes y mediocres. Todos estos jaques dominan la atmósfera de la Carrera de San Jerónimo, no les importa que se vaya España a la mierda ,mientras ellos trinquen sueldos. Nos empapan de mohatres. Los cargos públicos sirven para enriquecerse. Nos percuden con sus embelecos. Las antiguas mozas de partido encuentran sitio en un ministerio. Una cartera para doña Cospe por favor que fue chica de alterne Estamos percudidos de maquinismo, de nuevas tecnologías y de feminismo. El avance de la igualdad de sexos es una obsesión que llega a situaciones estratosféricas. Urde paradojas. Hasta hace poco las féminas podían ser reinas. Nunca diputadas y a medida que abandonaron el fogón y el puchero y forman parte de los gabinetes de gobierno la vida se ha complicado bastante dando paso a la batalla de sexos. La lucha de clases ha sido reemplazada por la lucha de géneros. Ellas se han despojado del mandil y abandonan el gineceo pero hacen ostentación de un buen ropero en sus comparecencias públicas. La Espe se cambia de traje cada cinco minutos, rumbosa que es ella. Ninguna de nuestras “menistras” ha tomado ejemplo de Ángela Merkel que siendo la mujer más poderosa de Europa viste con gran modestia o lo que antes se llamaba recato. Aquí los grandes modistos hacen caja para vestir y poner pingos a nuestras MPs (no lean el acrónimo por las muy putas sino por miembras del parlamento) que van siempre a la última moda de París Ellos se acurrucan en una desairada postura eunucoide de zánganos de colmena. Gritan estamos copados. Estamos perdidos, percutidos y percudidos. No volverán a la rueca ni al bastidor. Lo de las tres K famosas del aforismo germano (Kinder, Kirche y Kuche= prole, iglesia y cocina) se acabó. Estamos percudidos, estamos intervenidos y bien jodidos

 

PENSIONISTAS


Los banqueros son al sistema partitocático lo que la cuerda al ahorcado. Tenemos lo que nos merecemos y hay que piropear al verdugo qué dedos tan finos son los que dios le ha dado, majestad. Apriete un poco más el dogal. Esta situación es un poco la de don Rodrigo en la horca o la del mártir san Lorenzo en la parrilla diciéndole al esbirro:

-Dale la vuelta al asado que por esta parte ya me torré lo suficiente.

Cantemos en esta hora las alabanzas del glorioso diácono aragonés. Démosle cuerda a Zapatero para que nos ahorque a modo y muramos alegres, contentos. Pensionistas, pensioneros y prisioneros de su mala suerte que quisieron enmendarle la plana por sus injusticias a un sistema que desconoce el derecho de réplica; pensionados, sopistas, paniaguados, sufridores eternos. Juan Español ¡qué buen vasallo, si hubiera un buen capitán! Pero aquí estamos en manos de los mundialistas y globales los que nos llevan al huerto con un cabeza de gobierno que sonríe con cara de gilipollas y con un jefe de la oposición por nombre Rajoy pero que bien pudiera llamarse don Tancredo.

Aquí siempre se buscó la querencia de una canonjía o de una prestamera por aquello de Iglesia Mar o Casa Real y claro está pagábamos justos por pecadores. Que nos hagan a tos funcionarios y a vivir de las rentas y del cuento.

Una cuerda de seda oiga para un ahorcado piden. Son tan mortíferas como las de sargo y esparto pero vivimos tiempos de grandes eufemismos. Que te ahorquen con un dogal de seda no es lo mismo que te den garrote vil.

El personal tiene verdadera aversión a decir las cosas a la castellana, una lengua magnifica pero en precario por culpa de tanto mercachifle tanto corrupto y sobornado. Abunda el soplapollas que tiene sólo complejos porque no sabe bien el inglés.

Ya se sabe, los gobiernos pasan, los partidos vienen y van, la corrupción permanece y sólo quedan los que chaquetean y los vividores. Pues eso, de niño fui mantista, luego periodista y servidor de la verdad, más tarde me hicieron funcionario. Traté de ponerme a disposición del bien común, porque uno es altruista y tiene vocación de prestación asistencial pero hube de escuchar no pocas sandeces de los sandios de los envidiosos de los trepas y de los que no tienen otra patria que su pellejo. Cuando venían mal dadas, resulta que la culpa de los males del país la teníamos los funcionarios. Ahora la monserga ha pasado a los de las clases pasivas.

Eso rodeaba de un halo de angustia a mi trabajo en el que hube de soportar carros y carretas, exabruptos, arbitrariedades, postergaciones, exilio. Dijeron tú a los pasillos y me fui a pasillos sin rechistar.

En el turno de tarde había una mujer de la limpieza, que se decía de la UGT, que me insultaba, que se metía conmigo y había una conserja rubia de Zamora, a la que decían la Hortensia, trocó la mopa por el uniforme de ujier, y no le cabía un piñón por el culo, el pelo de estropajo y fea como los esperpentos de Valle y entre estas dos prójimas me hicieron la vida imposible. Mandaba más en Cultura una fregona que la ministra. Este pueblo es masoquista y aficionado a los esperpentos que tú no veas.

Pero era la España que quiso construir el gran Filipo el que destruyó la administración porque era una cosa sagrada que trajo Franco y aquello era la guerra. Eras hombre, eras un enemigo de los reviragos. Gracias a dios que no todas las mujeres eran igual. Pepi que se parecía un poco a la Virgen María, una santa laica, me salvó de las garras de estas hienas. Y conseguí mi objetivo de jubilarme pero no creo que vaya a ser mi jubilación tranquila. Ahora nos llaman viejos y tenemos la culpa de todos los males del país. Quieren que nos muramos. Que hagamos mutis por el foro. Qué bien vives, tío, y tú qué sabes.

Hacen luego sus cábalas y sus cuentas de la vieja. En 1960 se retiraban a los 65 pero la palmaban seis o siete años después de recibir la absoluta pero hoy siguen viviendo, con el alargamiento del promedio de vida y los adelantos médicos, hasta cuatro y cinco lustros a costa del erario, con gran escándalo del híspido estadístico al que encocora el balance. Joder qué ojo clínico, cuanto cálculo y yo les digo en verdad: Nuestros mayores antes podían no vivir tan largo pero gozaban al menos de respetos y preeminencias sociales en medio de la comunidad. La ancianidad era un grado pero actualmente se aparca a los viejos en residencias, los herederos se incautan de sus cartillas y se les deja morir de frío, hambre y desidia en geriátricos que son inmensos montes de piedad del abandono modernos. Hoy nos decantamos por la juventud, la fuerza física, el vigor del falo, en lugar de por la experiencia y la sabiduría y a nuestros viejos ya ni se les empina ni falta que hace. Pero oiga ¿Dónde está eso que antes se llamaba dignidad de la persona humana y ahora lo pregonan como derechos humanos? Pues escondido entre las cejas circunflejas de mister Bean. Pachasco. Vale ya de demagogias mundialistas. Quitan el pan de los hijos para echárselo a los perros.

En esta sociedad desapoderada, colmada de su propio ego y que marcha hacia la destrucción embalada en su frenesí totalitario con visos de liberal, donde tanto se cacarea de derechos humanos y se programa de abyecto todo el lenguaje que dicen machista ha habido frase que me recuerdan a los campos de Auschwitz, un lenguaje sacrílego, no un argumento ad hominem sino contra el hombre y su dignidad. Eres anciano pues al horno crematorio. Herrera en la onda. Más chulo que un ocho el tío, ha colocado a su Mariló en la tele y para Gema Ruiz la mujer o la querida de Cascos la han encontrado un puesto junto a un micrófono, dádivas quebrantan peñas, favores y bicocas, no hay que estudiar una carrera de periodismo para que te dan trabajo, basta con acostarte con un prócer. Ese signo de corrupción y de arbitrariedades desde mi punto de vista es mucho más grave que el que a los jubilatas nos arrebaten unos cuantos eurillos de nuestra pensión.

Descuida que a Botín y a los políticos que se van a su casa con contratos blindados no les afecta la movida. Se explota el nombre, émulos que somos de Erostrato, pero sobre todo se explota la percha. Todos los feos, los gordos y los viejos al horno crematorio. Hala. Ellos se echan cuentas. Viven en el cálculo y la suputación continua. No eres persona humana. Eres una unidad de consumo. Un número variable. Como han dejado de creer en el hilomorfismo aristotélico y que el ser humano se compone de alma inmortal y cuerpo perecedero no le dan al individuo más valor que el que goce por la casualidad y la estadística.

Parece que es un delito el haber alcanzado a cumplir los 65 y dicen cómo podremos aguantar las cargas de tanto viejo que cobra sus buenos duros. Sobre el tapete la envidia del diablo y por eso está España de un humor de diez mil pares de diablos porque la cosa tiene setenta mil perendengues.

En el fondo de estas manifestaciones a pelo uno cree intuir el deseo de los nazis de eliminar a todos los enfermos mentales, a los viejos a los tarados. Eugenesia se llama ese procedimiento. No cabría esperar otra cosa de un sistema que da todas sus aprobaciones al aborto de los neonatos y con las mismas le administra la píldora del día después a la nena que se divirtió con su novio o con cualquiera el fin de semana para pasar luego a aplicar la inyección letal de la eutanasia al vejestorio o al enfermo desahuciado. Es el corolario, la conclusión lógica de los que adoran a Baal. A Moloch y a Mercurio.

No hay moral, sólo la de conveniencia, no tenemos ética. Una sociedad descristianizada que ha sustituido la fe en la Redención y el perdón por el de la Revancha y el Holocausto. De modo que los que mangonean las urnas y las horcas caudinas son los bancos. Son la cuerda y la sombra que se mece siniestra sobre la rama del árbol del ahorcado. Obama quiere meterles mano pero ese presidente que se parece a Sammy Deivis júnior y habla como si tuviera una pelota de béisbol dentro del cielo la boca no es más que un retórico domador de serpientes. Dice que quiere ayudar a Haití y lo invade con sus cañoneras. El terremoto es un pretexto para que unos hagan montón- las organizaciones humanitarias- y otros por aquello de que la ocasión la brindan calva se aprestan a la invasión de un territorio (los gringos) porque aquí nada es lo que parece.

No sé si lo conseguirá el Obama ese meterles en vereda a los usurarios por más que la intención parece meritoria, que ya se sabe: el infierno está empedrado de buenos propósitos. Y ahí está doña ESPE con su cara de pepona luciendo un nuevo modelito de la mano del nuevo amo de la caja. Don Rodrigo Rato. Creo que es asturiano pues vaya nombre. En bable quiere decir coño. Pero España es el coño o el ratu de la Bernarda. Todos somos funcionarios. Todos somos pensionistas. Hemos vivido unos años de debacle y estas han sido las cuentas del gran capitán. Ahora los que van a pagar el pato de tanto desafuero son los pobres jubilatas. ¡Qué país Miquelarena!

 

LA PENGUIN



Antonio Parra

En un reciente viaje a Londres la pascua pasada con vistas a la publicación de mi “Franco&Sefarad a secret love” con una editorial inglesa cuyo nombre no viene al caso, me di un paseo por Portobello que es una especie de Cuesta de Moyano de los libreros de lance pero a lo bestia. Y en este recreo o paraíso del bobliópola pude solazarme, entre añoranzas, con títulos olvidados o perdidos en los diferentes acarreos y mudanzas por los cuales atravesó mi biblioteca, sobre todo los de la vieja Penguin.

Cuando era mozo los adquirí a centenares. El lema con que aparecieron estas ediciones en 1935 era “un libro por lo que cuesta una caña de cerveza”. O (For a pint a Penguin) Y yo los dos chelines de mi almuerzo los ahorraba muy a gusto para dar satisfacción a uno de mis vicios y pasiones mayores: la lectura y la literatura. Los años 30 a raíz de la depresión económica se popularizaron los libros de bolsillo en Europa. Y lo mismo hice cuando pasé todo el verano en Paris el año 64 trabajando en un andamio. Llegaba la hora de comer y bajaba a un kiosko.

Compraba un cartón de leche – aquellos cartones triangulares que parecían trípodes, aun no era invento el tetrabrik- y por un franco me compraba un Mauriac, un Maurois, un Zola, o La Nausea de Sartre de la colección j´ai lu, que era homónima de la Penguin en Francia. La posguerra europea significó en Europa el triunfo de la literatura. No se leyó tanto en el mundo como en esta época. Fue la apoteosis de la novela refrendada por los triunfos literarios. Barcelona otorgaba el Nadal y el Planeta. Paris ek Goncourt y el Interallié. Londres el Book Prize. Nueva York los Pulliterzs que consagraban. Y en ese marco de sueños de la gloria literaria nos movíamos los jóvenes de entonces. Por tanto nutríamos nuestra vocación cargada de utopía uy de expectativas falsas de escritor a base de colecciones baratas. Cierto que no sabíamos, incautos de nosotros, que los premios literarios estaban dados de antemano y que la literatura del bestseller afila sus armas por lo general en la muela de la propaganda y los intereses crematísticos. Y no suele poner en altar a la calidad. Éramos teorizantes románticos o soñadores camino del final de la quimera pero tampoco pasa nada. Eso hay que tomárselo con deportividad y lo importante de esta partida que se juega uno en la vida no es ganar sino participar y competir.

Estas colecciones, recapitulando ahora al cabo de muchos años de hispanofiliación literaria, introdujeron a las grandes masas en la gran literatura. En España tenemos el lujo exquisito de la Austral y en Madrid me ocurría lo mismo. La huelga de los domingos que me daba mi madre para ir al cine o al baile lo invertía en un “capricornio” que capricornio era el logotipo de la famosa Colección de Espasa Calpe. El edificio en José Antonio 32 ahora Gran Vía, que tenía esta editorial era para mí una especie de paraíso. Casona, Valle Inclán, Menéndez y Pidal, Cela, Santa Teresa de Jesús, Baroja, Unamuno, Marañón, Zunzunegui, Gógol, Dostoyevski, Chejov empezaron para mí a ser compañeros de mis viajes al Parnaso pero sobre todo de gira por la arcadia de un mundo feliz (dicho en frase de título del gran Aldous Huxkey) del que vive hacia adentro, una especie de staretzi místicos o guías por el camino del Espíritu.

Gracias a esta inclinación, poseo una bien abastada y completa biblioteca que yo quisiera legar a mi hija inglesa Helen Parra-Hugh que es la única que ha salido con una alguna vocación literaria. Pero a lo que voy. La querida Penguin ha sido para mí una casa nutricia de todos los sueños. Creo que todos los títulos que publicaron en ésa mis dos autores preferidos, bueno tres: Somerset Maugham, T. S Lawrence y Aldous Huxley los tengo todos. Y algunos hasta “repe” como en las colecciones de cromos de nuestra infancia, aunque no soy fetichista ni acaparador de libros claro. Una vez leídos, los paso, no me interesan gran cosa. Tratando de imitarles, he de decir que en mi modestia tengo alguna novelita inglesa ingresa en mi gaveta y ando en tratos para su publicación; estoy en ello al menos.

Somerset Maugham es para mí el mayor novelista europeo de posguerra y un autentico tour de force para todos los que se dedican a la anglística. Posee una facilidad y un estilo, una carpintería de trama, que son casi inimitables. Cabe recordar “Of Human bondage” (la condición humana)- un título que ha pasado al habla y a la retórica de las gentes puesto que se habla de la condición de la misma manera que se habla de cien años de soledad título de otro gran novelista en castellano o The Moon and Six Pence.

Tambien conocí gracias a aquellos títulos de ediciones baratas tan accesibles para un estudiante pobretón que casi no tenía para la gabardina ni para la abolla académica ni para pagar la patrona en aquellos infames y lóbregos digs con derecho a cocina, al impresionante Woodhouse (eso sí que es humorismo) un autor que era el preferido de mi maestro Rafael García Serrano, maestro de novelistas y de periodistas. Rafa, yo sigo metido en tu macuto, hoy olvidado pero aquí al que vale, vale, y al que no le dan un premio.

Pues al igual que él no le hurtaba Woodhouse el cuerpo a emitir algún que otro taco. Claro está sonaban mucho más rotundos los del navarrico Rafael que los del londinense G.P. Y en rústica, llegaron las masas ávidas de leer y de saber al arte de la literatura, y ahora encuentro aquellos títulos tan queridos para mí otrora esparcidos por los tenderetes y el rátigo de Portobello. La última Pascua fue para mí, ávido lector, una fiesta.

Con respecto a Lawrence diré que su “Lady´s Chatterley Lover”, firmado en 1928, no fue reeditado hasta el año 62 al cabo de una gran polémica debido a las escenas fuertes de adulterio y a las palabras de grueso calibre de esta gran novela, un incipit para la literatura erótica que pocos han superado. Su autor era un maestro del dialogo.

Pero allí en fila india esparcidos por los puestos estaban Graham Green y Chaucer y el Beowulf y Prichett y Bernard Shaw con todos los del grupo Bloomsbury. Entre ellos Virgina Woolf cuyos textos no me agradaron tanto porque dicen que la autora era un bicho o bitchy (algo perra) aunque fumase en boquilla y que algunas feministas me perdonen. Virgina asumió su desesperación y su fracaso porque su literatura era demasiado intelectualoide ahogándose en las aguas del río Ouse.

Encuentro, por mi parte, la literatura de mujeres difícil de entender. Para leer a Jane Austen o a las Brontë no hay solo que ser mujer. Hay que ser también inglés. Las tiradas de la Penguin -la más cortita superaba los cincuenta mil ejemplares- popularizó a las grandes escritoras que siempre dio Inglaterra, no obstante. Pero el Animal Farm de Eric Blair (George Orwell) o Granja Animal, una utopía contra el comunismo pero que en realidad refleja una parodia de la sociedad actual donde todo el mundo es algo masoquista y tiene lavado el cerebro, pero este masoquismo de lo políticamente correcto les viene bien, superó todos los registros. Pasó los tres millones de copias. Pese a lo cual, los libros millonarios, los más vendidos de la colección Penguin, no son de literatura, sino manuales de cocina, cómo arreglar un enchufe o cuidar rododendros en el jardín. Qué hierbas son benéficas a la salud, etc.

Palmares de los éxitos que puso en circulación la Penguin fue un libro de la actriz americana Jane Fonda sobre cómo adelgazar haciendo ejercicio y comiendo lo que a uno le pete. Así como, otros libros “know how” o manuales de instrucciones de cómo se hace algo cómo se baila o se presenta uno en sociedad, lo que los alemanes conocen bajo el nombre de Sacherbucher. Omniscientes y sapientes libritos que luego no sirven para nada. Porque ni te ayudan a dejar de fumar ni a controlar tu mente y luego acabas ganando kilos. Pero recuerdo que estos famosos ejemplares con franja naranja y blanca aparecían por todas las partes cuando iba en el tubo – el metro como los llaman los londinenses- el autobús o en el parque en aquellas doradas e indolentes “lazy sunny afternoons” de la balada de los Kinks, no hay placer más grande que baños de sol en Hyde Park con una novela de espionaje entre las manos. En las cómodas y en los muebles que nos alquilaban nuestras caseras con voz carrasposa de tabaco y aguardentosa de gin y que nos aconsejaban tal o cual titulo:

-Did you read the latest of Ágatha Christie, Mr. Normand?

-Oh yes, Mrs. Avisson, a very good read, indeed.

Ha corrido desde entonces mucha agua bajo los puentes del Tamesis y mucha tinta por nuestras venas y más letra pequeña sobre nuestros ojos lectores implacables, pero seguimos ilusionados con aquel ardor contumaz de misacantanos. Continuamos en nuestras trece amando la literatura. Y dándole muchas gracias a Dios por haber podido leer tanto y tan bueno gracias a Penguin Books pues así conocemos mejor el mundo. La Casa cumple este otoño el LXXII aniversario de su fundación. Toda una efeméride. ¡Y que a nosotros que nos quiten lo bailao!

 

PERICO BELTRÁN. SE NOS VA EL ÚLTIMO BOHEMIO

Antonio Parra

Yo le llamaba mi “capellán”. Se nos ha muerto Perico. Perico Beltrán. El día de Santo Matías, las noches igualan a los días, 24 de febrero, saliendo de la Plaza de Celenque, y en la que baja hacia Arenal, casi a la puerta del Santo Niño del Remedio, me topé con Pedro Beltrán, ojos grandes y flavos, buena percha para el cine pero no daba la altura necesaria para galán, por eso hubo de conformarse con secundarios: llevaba un abrigo marrón claridad de doble pechera, pasado de moda -era la prenda de vestir que caracterizaba a los ministros y ejecutivos lustros atrás- recuerdo en el ropero de sus buenos tiempos, algo gastado, pero muy limpio. En los tiempos más duros de la bohemia y de la briba, por la que este murciano de buen vivir a salto de mata y sin molestar pasó como la luz sobre el légamo o por un cristal sin romperlo y sin marcharlo, aunque a Alfonso “El Cerillas” que paz descanse le dio algunos sablazos, siempre portó alto el pabellón de la dignidad. Nunca lo vi con los zapatos manchados de barro. Era un señor con aires de califa o de caíd de los reinos de taifa. Nació en la huerta murciana y hablaba como el tío Marchena, un melonero de Cuatro Caminos que yo conocía y que tenía cara de bota de vino de Jumilla y que cuando le hablabas siempre te contestaba con una ah interrogativo. Esa interjección interrogante era como responder con nueva cuestión al preguntante, al modo de los gallegos. Y la verdad es que los murcianos se parecen algo a los gallegos. De punta a punta. Los extremos se tocan. Pedro en los últimos años cobró el aspecto encarnado de los hipertensos y siempre te contestaba con ese ah de su paisano de Jumilla. Empezaba a quedarse sordo. ¿Qué tal estás Perico?

- ¡Ah!

Y te escrutaba con esos dos ojos potentes. Pues no miraba. Hacía radiografías. Y te ajigoleabas un poco creyendo haber cometido una impertinencia al preguntarle por su salud. Le gustaba el vino pero iba a él con moderación. Como un rey, que era, no como un buey. La cabeza era lo que más destacaba en la disposición de su cuerpo algo petizo. Y tenía una cabeza prócer cincelada con señorío. Elegancia del sur. Un Abderramán sin chilaba injerto en pícaro. Cineasta. Guionista. Escritor. Fernando Fernán Gómez para el que fabricó el gran éxito con el libreto de su cinta Pícaros decía que Pedro era genial pero desordenado y bohemio y no había manera de hacer gavilla de él. Genio en el que se entreveraba su bondad natural con su descreencia y la fatiga de tanto luchar. Fue también pan de los pobres y socorro de desvalidos. Yo le vi una vez darle mil duros a una actriz enferma que fue muy guapa y famosa y que en los ochenta acabó teniendo por todo refugio las escaleras de la boca de metro de Callao. La ex actriz murió y Pedro Roldán fue objeto de una larga entrevista en Telemadrid.

Resonaron en mi mente, al ver a Perico, amparo de la pobreza vergonzante, lacra de una sociedad solidaria pero poco caritativa y cristiana con el prójimo inmediato, las palabras de una novela rusa: “Dios perdonará. Perdonará eternamente a los borrachos”. Y recordé un cuento de Chejov en que la pordiosera Afasia muere aterida de frío en la puerta de una catedral. Todos se sienten culpables y el archimandrita, arrepentido, predica un sermón con el cadáver de la mujer de cuerpo presente. Exequias solemnes. Mientras habla el prelado, se esparce por toda la iglesia una olor a rosas y los harapos y arambeles viejos con que se arropaba la mendiga se convierten en túnicas de seda. Al fondo se escucha la música de los coros y sonidos de arpa. Era la pobre menesterosa que hace su entrada en el Paraíso bella y hermosa con los cabellos de oro como fue en su juventud, escoltada por una legión de Tronos y Dominaciones. Al final nos examinarán sólo de amor, dice san Juan de la Cruz. Creo que para Pedro Beltrán esta añagaza condicionante haya sido sólo un trámite. Porque él era compasivo e inclinado a la misericordia y habrá alcanzado esa corona que en el cielo se otorga a los “perdedores” (aunque pienso que no era un perdedor, vivió como le dio la gana) y a los que han hambre y sed de justicia.

Y en estas le pregunté:

- ¿Adónde vas, Pedrito?

-Ah

-¿Hace mucho que no te veo por el Gijón?

-Ah

Y siguió su camino. No me extrañó nada este mutismo pues me habían dicho que se había quedado sordo como una tapia. Debía también de padecer uno de sus habituales ataques de asnea puesto que su gesto era de dolor. Le encontré más viejo y con andares renqueantes, la mirada perdida barruntando tal vez la eternidad. Aquella conversación de sordos fue nuestra despedida. Yo creía que iba a entrar a rezar un padrenuestro en la capilla del Santo Niño del Remedio. Porque con Perico, aunque se proclamaba ateo convencido, y eso que había sido cura o al menos largos años seminarista, nunca se sabía cómo iba a reaccionar. Hacía las cosas sin que se enterara la mano derecha lo que hacía la izquierda este murciano. No creía en dios pero creía en los hombres. De últimas, ni eso. Se le veía cada vez más escéptico y cabreado. Todos lo habían abandonado. Los unos y los otros.

Me dio una impresión de soledad y él, al que le había conocido siempre joven, porque pocos pensarían que llegaría a octogenario, siempre con sus aires jacarandosos de misacantano, y complejo de Peter Pan porque se consideraba el eterno adolescente que nunca creció, me pareció por primera vez un anciano. ¿Adónde iba Pedro Beltrán, aquel bohemio con fama de buena persona? Pues por la senda que andamos todos y cuya meta final nos convierte a todos en lo mismo: en polvo. Al pobre y al rico. Al malvado y al santurrón hipócrita. Pasó un semáforo, lo perdí de vista. Iba en derechura a abrazarse con la Gran Niveladora.

No transcurrieron ni dos semanas de nuestro último encuentro y el cuerpo sin vida del actor, autor y viejo contertuliano fue encontrado sin vida en una pensión de mala muerte por otro actor, Gabino Diego.

Desapareció Pedro de mi vista para siempre en la clara mañana de Santo Matías en un Madrid lleno de vida. Nunca cogía el metro. Solía ir paseando a los sitios. Se asfixiaba. Creo que padecía enfisema. Con frecuencia abría repetidamente la boca para cobrar aire y aliviar su disnea. ¡Ah! Y me lo encontrado bastantes veces por las calles del Madrid de los Austrias, lo mismo que a otros personajes que deben de haber desaparecido - no los he vuelto a ver ¡ malo!- como ese zamorano enfermo de elefantiasis que narraba en cafeterías de la plaza Canalejas o la calle La Cruz para el que quisiera escuchar cómo intentó una vez acabar con la vida de Franco. Beltrán no atentó contra el anterior jefe del Estado pero era un antifranquista frenético.

Así y todo, un servidor que se confiesa seguidor hasta el final del Caudillo pero al que repatean ciertos franquistas acomodaticios u olvidadizos/tornadizos, obra muerta del bajel de España navegando a la deriva y son contra estos cómitres contra los que saco el látigo porque sólo se mueven a golpe de rebenque, pudo entablar si no amistad cierta conocencia con él. Peripatéticos literarios éramos. Excéntricos. Supervivientes de aquel mundo de los cafés. De la “Granja del Henar” al “Bilis Club o Cervecería Inglesa” de Clarín y de Fornos, a Pombo, de Gómez de la Serna. O la Fontana de Oro de Galdós y otro que había en la calle del Turco donde mataron a Prim y cuyo nombre no recuerdo. A mí siempre me ha intrigado este Madrid y lo he pateado de a hecho. Es una villa donde nunca te sientes solo. Esa luz impresionante. Ese aire fino de la sierra que parece acariciar los muros y barre las calles. De Sol a Cibeles y Puerta de Alcalá. Ventas del Espíritu Santo donde la villa mejor de Castilla (villa por Madrid, decía el refrán, Madrid en Castilla y ciudad por ciudad, Lisboa en Portugal y tanto por tanto, Medina del Campo) se volvía trajinante y arriera. No pasaba de Lista.

Por el sur tampoco trasponía los adarves del puente Toledo. Carabanchel quedaba a esa mano y los cementerios que son la cárcel definitiva que nos aguarda. También Perico era algo supersticioso y me dijo que no le gustaban los carabancheles. Por alo sería. Estuvo preso en Ocaña y en la de Carabanchel. Nunca hablamos mucho de su vida pero decía que esa parte de la Villa y Corte era la que menos le gustaba. Cuando salió de presidio se convirtió en habitual de las tabernas aunque era comedido y muy poco tabernario Pedrito. Los bares eran su casa. Contertuliano ameno y de conversación intrascendente, medía el gesto u su aspecto siempre fue el de joven de misacantano que con los años pasó a ser el de curita postconciliar- yo le llamaba “Páter” y él nunca me negó que hubiera sido cura. Pero no lo digamos muy alto no sea que el amigo Medina, que tiene una fobia inexplicable y muy poco cristiana hacia los seminaristas, él que se las da de tan católico y tan poseedor de la verdad – debe de pensar que España es su finca- nos descascarille con uno de sus habituales anatemas.

-A mí la legión, mi Páter.

-Pues vale.

-¿Habrá un chato?

-¡Como no!

Nunca te lo despreciaba. Otra cosa era pagar una ronda. No porque fuera tacaño sino porque siempre andaba a la última. Le gustaba tapear y batir la zona o lo que llamábamos estaciones ¿etílicas? Y tapeaba bien pues comía poco. Velis nolis se acostumbrtó a no tener que cenar. Era un superviviente del gran boom económico de los setenta. Un naufrago del Café Gijón


 

PERVERSIÓN LINGÜÍSTICA


Antonio Parra


Tenía que evacuar consultas no diplomáticas claro está sino editoriales. Llamo a Barcelona y me ponen un contestador en catalán. Me siento un gilipollas porque no hablo el catalán, lo leo y el lemosín a medias, tal vez por aquello del espíritu de cuerpo filológico que uno lleva dentro y que mis maestros fueron catalanes ( Mariner Bigorra fue el mejor latinista que tuvo la complutense y siempre que he de solventar una duda sobre étimos hay que acudir al Corominas complementario al de maría Moliner a titulo de referencia porque el que acaba siempre llevándose el gato al agua en cuanto al origen de donde arranca el uso de las palabras es el Casares. Pero, recapitulando, el catalán se me atraganta como a tantos otros españoles. Y ahora el gallego al que siempre sentía una simpatía racial por cuestión de vecindario ya que tengo algo escrito por ahí sobre el bable y gallegos y asturianos primos hermanos, tres pares de lo mismo. Porque no es gallego eufónico y meloso de Puente Denme sino el de los caldereiros de Villalba, el que habla Fraga, que es un gallego castellanizado y algo macarrónico. Telefoneé a Santiago e idem de lienzo la misma cantinela. El contestador de marras al aparato. Dije:

- Eu. (Yo…)

Y colgué. Pero recuerdo con nostalgia la jerga melodiosa de los afiladores y de los segadores que nos mandaba Rosalía todos los veranos. Venían los coitadiños rosados como ángeles y se los devolvíamos como leños. Ay Santa compaña. Dulce Monforte de Lemos. Prosas de Cunqueiro. Melodías de campanarios que es la música de Mondoñedo. Este no es mi Juan que me lo han cambiado. Nuestra política lingüística desde el 75 para acá ha sido un desastre.

Pocos españoles sabrán y menos con los nuevos planes de estudios que borrarán del mapa a Isabel y Fernando y nuestros escolares no tendrán derecho a saber quién era el Duque de alba y qué ocurrió en Lepanto (¡cuán triste, ala triste) que el mejor canto a España está escrito en catalán por mosén Cinto Verdaguer en La Atlántida. Al alumno de las 17 taifas se le hará gracia de saber que Cosme Churruca el héroe de Trafalgar era de Ondarroa y que hubo un tiempo en que se decía que “España tenía las espaldas cubiertas por los pechos de los marinos vascos”.

Antiguamente una de las mayores riquezas eran sus idiomas y dialectos. La unidad dentro de la variedad pero se ha malbaratado el peculio del “ex pluribus unum” lema frontal del escudo de los Reyes Católicos que se han apropiado los norteamericanos. Me acuerdo que una vez en Lieja estuve a punto de perder un tren. Había hablado al aduanero en francés y él era flamenco. Lo tomó como una injuria y me mandó al convoy que salía para Paris cuando yo quería ir a Bruselas. Las lenguas son un bien pero cuando se convierten en boomerang o en dardo, malo. Ha ocurrido en Bélgica y está ocurriendo en Rusia y en los Balcanes o en el Canadá. Pero los franceses que son muy listos han arrinconado el patois y las 27 variantes dialectales del francés que se parlaba en el medioevo.

Los servicios secretos británicos ingleses pusieron sordina a las reclamaciones de los escoceses e irlandeses por una lengua propia y la lengua del País de Gales que en los sesenta tenía cierta preponderancia no tiene mayor importancia en la Gran Bretaña actual que el castuo la tiene para nosotros. En la democracia más antigua del mundo no se ha dado licencia a los galeses para que tengan una televisión en su jerga materna las veinticuatro horas del día. Sólo media hora antes del telediario. Ocurre también en Escocia. Y el cornish y otras lenguas célticas que se hablaban en el Reino Unido han desaparecido. USA ha restringido a pesar de lo que diga don Luis Maria Ansón y otros optimistas de la cuerda (poco conocen a los americanos) la enseñanza del castellano. Los hispanos si quieren medrar tienen que renunciar a su idioma y adoptar al inglés y hasta se cambian los apellidos como ese candidato a la Casa Blanca que siendo chicano ha adoptado un nombre anglosajón.

No seamos ilusos. En Washington siguen creyendo a pie juntillas que la “lengua es la compañera del imperio” importan unidad y exportan división. Es lo que les conviene y aquí desgraciadamente el que ha ganado es don Chorri Puchol en su política de odio al castellano. Para mí ese hombre que tiene muy poco de demócrata ha sido el celador o el sacristán de esta democracia vigilada. Todavía tengo grabada la imagen de don Jorge con los pirreles colgando celebrando una entrevista con el Rey a bordo de un telesilla. Todos con equipo montañeros y botas de esquiar y el bueno de don Jordi en ropa de calle. Hasta los gatos llevan zapatos. La política lingüística de estos últimos lustros no pudo ser peor. Él tuvo la culpa, él. Encastillado de soberbia y de odio a España furibundo prietas las filas henchidos los pechos furibundos de venganza catalana. Y la vamos a pagar.



 


PERIODISMO PROSTITUTO

Guardo luto por las reinas de las mañanas

Por el periodismo prostituto

Hilo conductor de la debacle informativa

Pan y circo

Como en tiempo de romanos

Hay que estar al loro

Nos traen al hilo

Ninfas del cantón

Mediático bustos

Parlantes

Me pierdo en su perenne blabla

Prisiones, ensalmos, gatuperios y chorizos

Bayaderas peregrinantes a la tierra prometida buscan el maná de la eterna juventud

Calistenias y ejercicio físico

Encotremos El dorado

Todos los días en Madrid

Es martes de comadres

Y la vida un carnaval

Siempre fue así

Prosa nugaz

Va de cuentos y de  chismes

 Gacetillas a beneficio de inventario

Para satisfacer la cólera del español sentado

Periodistas y daifas

Trabajan para el mismo amo

Mundus vult decipi

El vulgo prefiere ser engañado


 

PERVIGILIO



No duermo en la noche

Pero mañana despertaré

Si Dios quiere

Mantengo alta la pluma y la espada

Oro la mente en calma

Como aquel santo bebedor

Colmado del Espíritu

En la botella

Y espero

Alejando mis pesadillas

Con un rosario entre los dedos

Hay mucho pesamentero

(Acompañándonos en el sentimiento

¡Babosos, que os zurzan!)

Colándose por las antenas

De rondón

Y no es Father Christmas

Sino el heraldo de Soros

Que trae la peste

En el petate

Listas y letanías de muertos

El virus compañero de viaje

De la oclocracia

No dan paz a la mano los sepultureros

Ni al formón los carpinteros

con el ataúd a cuestas

Sutiles estratagemas

Para pasarnos la pluma por el pico

Nawolni comisario de la CIA

Te lo digo y te lo cuento

El Matías hijo de aquel fascista

Radiando el gol de Zarra

Es el gran heraldo revisionista

Al servicio del cambio de chaqueta

La prensa y la radio pesebreras

¡Ay Dios!

Son las nuevas plañideras

De un mundo feliz

Inquisiciones sanedritas

Toda la chusma esa

Los jóvenes a la calle

A pegar palos

Pero todo está controlado

Los buenos y los malos son parte

Del sistema

Voy calamocano por las calles

Majariegas avanzando en eses

Abrazado a las farolas

Viva el vino y las mujeres

¿Dónde estás Mariscán?

¿Por qué te largaste con el cura ese que te hizo un niño?

El cochero gobierna las mulas

Va sentado en el pescante

Así que, tranquilos

Ante la fosa y los muñidores

De exterminio

Pidiendo revancha

Dame vino, tabernero

 

ESPERTEYOS FANTASMALES TRAS LA ROMERÍA. O NO TODO ES COMO PARECE.

(cuento asturiano)

 

Bajó un poco “entorbido” de la romería. Cantaron mucho los mozos hasta poner la voz ronca. Pasa siempre. El vino es mal consejero y las romerías que empieza con la misa de doce acababan a palos cuando no a navajazos. Poco a poco culín va culín viene las voces suben de tono lo mismo que el brío de los ecfonemas lo que vulgarmente se dice tacos. Olía a cucho y vomitona en aquella fiesta salvaje. Tiémblame la navaja en bolso, nin. Y luego surgían las rivalidades de pueblo a pueblo de campanario a campanario. Venían los garrotazos y brillaban los mortales aceros de las fajas ocultas en el interior de la faca junto al pañuelo de hierbas. ¡Dios que burros! Las peleas solían surgir por una moza o por una tontería. Empezaban las porfías y el dígotelo yo. Se acordó que estaba cerca de la patria donde vino al mundo el maldito inquisidor de infausta memoria, farruco,. querencioso, ignorante y fanfarrón.  Descendía con el la cuesta el mulo castellano que parecía contagiarse en la mirada de la tristeza de su amo. Daca la cola, asturiano. Es un cuento de Cervantes que  como era algo gallego debió de andar por una de estas romerías en su juventud. Y no sé si fue el Manco de Lepanto el que dijera buen pueblo pero gentuza. Envidias y apuestas Bello era el paisaje, hermosas las canciones pero había fuego y odio en las miradas, y el paisanaje no es que fuese muy recomendable. Parecía que estaban sin civilizar. Xuan de Cabaña Quinta apareció de pronto en el ferial y se enzarzó a mamporros con los paisanos por un tiquismiquis. Todos empezaron a mojarle la oreja. La pareja de la guardia civil no pudo sujetarlo. Tuvieron que meterle un tiro entre las piernas y así aquel energúmeno ahíto de vino todavía hizo cara a la autoridad. Los de aquellas brañas eran bastante bestias. Sí muy hermosa y florida la escenería que parecía mismamente una estampa del Paraíso terrenal pero las apariencias engañan y hay que estar precavido pero no todo es belleza y espontaneidad sino amargura, celos, rencores viejos. Los rondadores decían que venían a honrar a la patrona, una Virgen de la localidad a la cual habían engalanado con tirabuzones y un manto de perla que valiera un dineral. Tal que la imagen lucía muy atalajada y con bastante apariencia pero en realidad aquella fiesta de agosto era reminiscencia viva de las saturnales.  Paganas costumbres. Vaya usted por la sombra. De acuerdo, hombre. Uno de una cuadrilla se encaró con él pues diz que era forastero. Se lo conoció en el habla.

- Este ye un cazurro.

-O de Madrid.

 A palabras necias oídos peripatéticos. Pies para qué os quiero. Vio el perfil siniestro de Erifos procurador de la ira la muerte y la cólera de Zeus. Prefirió huir y dar la callada por respuesta. Dos no discuten si uno no quiere. Buena gana de perder el tiempo y picó espuela al macho castellano.

      -Arre, “Noble”

El entrometido agarró a la montura por la rienda y para zafarse del impertinente tuvo que arrearle con la fusta. El “Noble” que parecía que tenía conocimiento el animalito saliendo de naja se perdió corriendo a cuatro pies entre los pinares. Le salvó la vida. Su estampida en el preciso instante en que uno de los comilitones de aquella mala bestia entonaba una tonada vieja y asesina que hablaba de matar a un cura.

-Permita Dios de los cielos que san Juan caiga en domingo que san Juan caiga en domingo. Al cura ya lo han matau y yo corteje contigo.

Pues bueno. Un poco fuerte no pero así son de hinchados por estas aldeas muy tiesos muy echaos palante. Volaban los esperteyos por la alquería cuando tramontó la antojana. Al fin salvo y con los huesos enteros pero casi sin saber donde estaba aquellos mamíferos desagradables no dejaban de molestar. Dicen que son pájaros de mal agüero. La casa estaba a oscuras pero en la “esllaba (cocina) quedaban algunos rescoldos.

El que va de romería se arrepiente al otro día. Ciertamente que había bebido bastante y no estaba acostumbrado al aguardiente de Tineo.

Se peleaban por les moces. Eran muy celosos y fantasiosos.

-        Sobrin, ¿quieres venir conmigo a moces?

-         Calle calle, señor amo que ahora no tengo tiempo ni  quedaron ganas.

Había venido de Castilla a ganarse la soldada como meseguero sirviendo a un labrador de aquella tierra que parecía tan amable y bonita. Aparentemente. Sólo aparentemente.

El trabajo la verdad era descansado y mejor llevadero que en su lugar y la hierba verde y tierna nada que ver con los cardos que hieren la mano cuando metes el haz  en Castilla y se te pone tiesa hasta la zoqueta; la comida abundante y buena aunque no le gustase mucho la boroña. Tampoco nada que ver con el pan blanco de Frómista.

-Tas bien sobrin, paez que te veo un poco mareao?

¿Algún culin de más, eh? Mucha folixia. Normal a tus años

 Pinón de Manuela no era mala persona aunque muy meticuloso en el arte de hacinar trojes que y entablar henares que eran muy diferentes a los de Castilla.

 Francisco hizo un gesto con la cabeza.

-        Anda a dormir, rapaz. Mañana se te pasará.

Mañana le esperaba faena. Un huerto de tres días de bueyes, sallar patatas y cargar el cucho. Por allí decía el campesino algo desconfiado y remolón:

-        Mucho puede Dios. Mucho puede el cucho. Pero más puede el cucho.

-        ¿Mas que Dios?

-        Estos son muy cojonudos.

-        No me digas nada digotelo yo: Quirós y después Dios.

-        Pues vaya.

El cucho o estiércol es el mejor abono que da madre Natura.

 Le gustaba el paisaje y la vegetación de aquella tierra: las flores de los prados, los blancos belortos, la festuca humilde, las violáceas flores del cólquico, la flor del saúco en corimbo, la  genciana olorosa, la malva misteriosa, la salvia fragante. Andar por las sebes y por los murias tirando varetas significaba expansión y libertad. Buen segador, con la foz no había quien le pusiera el pie delante al palentino. Y era eso sí muy trabajador.

-El sobrancero-decían en la quintana- de Pinón de Manuela es forastero cazurro pero no mala persona. Si quiere casar aquí tendrá que pagar la robla.

  Aquella noche los murciélagos trazaban el aire con su pesado vuelo. Parecía que tenía a los malditos esperteyos en la misma barriga. Le daba vueltas en la cabeza y parecía que aun danzaba en el corro la danza prima con aquella moza tan garrida cuando vino uno a por él con instintos asesinos y mirada de cazador al que alguien le había levantado una pieza.

Tuvo que despejar el campo y volver grupas. Gracias al “Noble” que a galope y a los cuatro pies marcó distancias poniendo tierra  de por medio. Aquella tarde de gestos amables vio al “nubero” amenazante y al “culiebre· que quiso agarrarlo por los “felpeyos” mismísimos. Era valiente Francisco pero le daban miedo las xanas más que la gente aguerrida socarrona y maliciosa que encontró en la romería que terminó en bacanal. Marchó Pachín pa la siega. Eso

-        Andad de día que la noche es mía.

La gente por aquellos pagos creía en la Santa Compaña. Hablaban medio gallego.

 Satanás acabó de jefe de la baila y sus diablos de maestros de orquesta con los gaiteros que bebían hasta desafinar. De nada vale el amor cortés, los buenos sentimientos los modales pulidos. Se reían de él y toda la noche estuvo escuchando el grito desagradable de los murciélagos. Estoy perdido. Aturdido y “entorbido”. Un vaso viene y otro va. Y otro. Y otro.

 Había libado más de la cuenta y la [1]sidra es ácida y emética. Cuando no está en condiciones descompone. Es bebida incierta. Erifos. La deidad oscura y maligna dentro de la botella. Pasó un peregrino por la calella. No podía dormir y salió a la galería a echar un cigarro. Debió de ser parte de la aparición con la resaca.

 Francisco le habló en latín un idioma que había aprendido cuando estaba con los frailes.

      -Quo tendis, frater?

El peregrino que era tudesco le habló en la misma lengua.

      -Ad Sanctum Jacobum.

El peregrino ambulante en la noche le ofreció un poco de agua de su calabaza pero el insomne declinó amablemente y el romero siguió ruta bajando la cuesta.

Todos los caminos conducen a Roma y a Compostela. Aquella noche pagó la novatada del vino, la marzadga de la alternancia. No estaba acostumbrado y aquellos brutos con el cuento de que era forastero quisieron emborracharlo obligándole a pagar rondas. Que gastó en convites media soldada.

 Cafres. La cabeza le seguía dando vueltas. Hombros caídos anchas caderas. Mala índole. Incultura. Todo muy bonito en apariencia. Mañana será otro día. Los esperteyos desaparecieron de su campo visual y empezó a escucharse el canto de la alondra confundido con el grito de “les mobeyes” (gaviotas). Estaba bajando la marea.

Moraleja: no todo es tan bello y tan limpio como parece. Juró  Pacho que en la vida volvería a pisar un chigre ni subir a una romería como esas donde los paisanos bajan borrachos como cubas rodando  la cuesta.

 

23/05/2008 1:32:18