2017-01-06

ASI AHORCARON EN SEGOVIA AL PADRE DEL BUSCÓN PABLILLOS - de mi libro" la novela picaresca nació en Segovia"


    • BUSCÓN REGRESA A SEGOVIA

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    • Muerto el padre de su ayo Diego Coronel y sin cumquibus el pobre estudiante regresa a su ciudad natal de donde no le llegan buena noticias: su progenitor entrega su alma a Dios desde la tablazón del rollo de Segovia instalado a los pies de las gradas de la iglesia del Cristo del Mercado y su madre cumple cadena en los calabozos inquisitoriales. Un tío suyo Alonso Ramplón en una larga epístola le comunica las tristes nuevas con las particularidades de la muerte jocosa en el cadalso del padre de la criatura. “Llegó a la horca, puso un pie en la escalera, no subió a gatas ni despacio y viendo un escalón hendido le dijo al justicia lo mandase aderezar que no todos tenían su hígado… tomó la soga y púsosela a la nuez. En viendo que el teatino le quería predicar vuelto a él le dijo: padre yo lo doy por predicado; vaya un poco de credo y acabemos presto… cayó sin encoger las piernas ni hacer gesto quedó con una gravedad que no había más que pedir. Hícele yo cuartos”

    • Jamás con tanta concisión y solercia se ha descrito en la literatura universal los últimos momentos de un ahorcado que afronta la muerte con longanimidad y presencia de ánimo. Con todo, en sus memorias hace constar Pablillos que dejó con pena las escuelas de Alcalá a la que siempre recordaría si no como la Arcadia al menos un lugar en el que fue feliz dentro de lo que cabe. “Llegó el día de apartarme de la mejor vida que hallo haber pasado”.

    • Con una mula alquilona donde carga sus libros y pobres enseres regresa a su pueblo con las orejas gachas y sin haber recibido grado en la docta Complutum pero lleno de sabiduría de calle y de gramática parda. Por el camino le van a ocurrir aventuras. Don Francisco deja correr la pluma al desgaire del placer de narrar soltando párrafos que sembrarán el aire de carcajadas en la boca de los lectores que se entreguen con fruición a la lectura de las inmortales páginas del Buscón a lo largo de los siglos.

    • Si Cervantes es la sonrisa inteligente en don Quijote, Quevedo es la risa violenta, alegría y solaz para espantar las telarañas del ánima. Encuentra en Torote a un loco repúblico que ya desde entonces quería arreglar las cosas de España a su modo. Luego, a un negro zulú espadachín y matasiete,un mulatazo hotentote padre de todos los bellacos y a propósito de este mismo personaje valentón y, siempre a punto de desenvainar la “blanca”, nos cuenta la historia de los que se bajaban al turco al igual que hoy algunos se bajan al moro,   correntones y desde el Rif nos cuentan sus borracherías dilapidando nuestro pasado y nuestra religión en hora menguada; cuando por el aire vuelan las brujas en sus escobas transportando incautos con barbas de gancho y amplios bigotes en punta que autorizaban a los matones. Quevedo no aguantaba a los moriscos de los que dice que todos se volvieron bandoleros y pastores. Tampoco a lo genoveses y judíos “anticristos de las monedas de España”.

    •  Junto al cancel de la iglesia de Torrejón un ciego entona preces al Justo Juez y luego la del Cumquibus (doble sentido una limosnita por el amor del crucifijo).

    • Aquí juega el autor al ambiguo parodiando el credo atanasiano que dice quicumque salvus vult esse (el que quiera salvarse) y ganar la vida eterna, etc.

    • En la noción popular el dinero es lo que más hace falta para estar en el cupo de los bienaventurados. ¿Quien sin ser el Dios verdadero hace de las piedras pan? el dinero poderoso caballeero... Igual de perspicuo resulta cuando cuenta el protagonista que a su padre lo hicieron moneda, esto es: cuartos.

    • Cuartos eran la fracción de los reales de a ocho y también el descuartizamiento o despiece carnicero de la res. A los ajusticiados más infames se les troceaba y se esparcían los menudillos por el campo para pasto de aves y alimañas.

    • Don Francisco es un maestro del lenguaje de doble filo el rey de la sinécdoque que sabe en todo momento sacar a plaza los recursos infinitos de la lengua castellana.

    • El sol doraba los panes y ya en pleno fulgor cuando la mula del estudiante alcanza a la del sacristán de Majada-la-honda poeta trasnochado que regresa de la docta ciudad con las orejas gachas, viene soltando pestes sapos y culebras de Alcalá donde no ganó un premio en el certamen poético en honor del sacramento:

    • Pastores no es lindo chiste

    • Que hoy es san Corpus Christe

    • Hoy es día de danzas

    • Cuando el cordero sin mancilla

    • Tanto se humilla y visita nuestras panzas

    • Y entre nuestras bienaventuranzas

    • Entra en el humano buche

    • Suene el lindo sacabuche

    • Pues nuestro bien consiste

    • Pastores ¿no es lindo chiste? etc...
    • Pablillos no consigue domeñar la risa:

    • —Alta a la dueña, pare el carro, hermano. San Corpus Christe no existe, no están en el martirologio. Es la fiesta de la institución de la eucaristía.

    • —¿No?- replica el clérigo- Pues aguarde mv. Escuche el poema que he compuesto a las Once Mil Vírgenes en octavas reales

    • —No es posible.

    • —Que existan once mil vírgenes.

    • —Yo las he cantado y alabado con cincuenta versos a cada una. Un millón de octavas reales en total.

    • —No quiero más cosas a lo divino

    • —Pues atienda a esta comedia y estos sonetos a las piernas de mi amada.

    • —¿Vióselas vuesa merced?

    • —No por vida de mi madre porque tengo ordenes sagradas pero todo se andará.

    • aquel momento los árboles de Segovia se estaban En muriendo de risa de ver a los parroquianos con corbata y sin camisa. Quevedo se despacha aquí en la sátira más implacable contra los poetas “chirles y hebenes” a través del cura de Majadahonda que suelta disparates, uno tras, otro y que se jacta  haber cenado con Vicente Espinel, conversar con Liñán y Miguel de Cervantes y haber hablado con Lope. “Estuve tan cerca de su persona como lo estoy ahora de usted mismo”.

    • La comedia tenía más jornadas que un viaje a Jerusalén y los sonetos eran una sarta de ripios donde se pondera la desmesura de algunos exaltados vates que se ganaban la vida escribiendo disparates.

    •  Poetas repúblicos, cantoneros, vagabundos de los que había gran saturación en aquel siglo dorado de las letras hispanas donde hasta las verduleras sabían de teología y se entusiasmaban con los autos sacramentales que al espectador hogaño le resultan  infumables. Poetas conceptistas despedazadores de vocablos volteadores de razones. “Mandamos quemar las coplas de estos poetas”.

    • A todo esto en la posada de Atocha ya le esperaban al sacerdote majariego una turba de ciegos que esperaban les hubiese escrito una sarta de composiciones piadosas para recitar por los caminos.

    • Cuando se despide el sacristán de Majada la Honda hace una defensa numantina de sus versos y declara que irá a la Ciudad Eterna para que el Papa de Roma le haga justicia. Una lectura de través de esta aventura nos llevaría a conclusiones más precisas sobre lo que hoy denominan dialogo de civilizaciones y la antipatía del autor hacia los moriscos que se hicieron pastores y este pueblo de Madrid a cuya capitulo (las más humildes parroquias a la sazón constaban de un coro de más de treinta miembros) pertenecía el sacerdote poeta morisco, enamorado el del millón de octavas a las once mil vírgenes era el punto de recalada de los rebaños de la mesta toda ella morisca y puede que él mismo autor de tales disparates y herejías chirles fuese un musulmán oculto, acogido a altana. Y esta es la razón que late so capa de sátira en la premática contra los poetas hueros y hebenes. Moros en la costa. “Mandamos quemar estas coplas”. ¡Ah los greguescos calzones que llevaba el Divino Figueroa! 

 

 






ENRIQUE IV MENTOR DE LA ORDEN JERÓNIMA

 

El rey don Enrique nuestro señor— dice Hernando del Pulgar en “Los Claros Varones de Castilla— fue ome alto de cuerpo y hermoso de gesto, siendo príncipe diole el rey su padre la ciudad de Segovia a la que amó mucho, a la edad de catorce años. Estuvo en aquella ciudad apartado del rey su padre los más días de su minoría de edad, en los cuales se dio a ciertos deleites que la mocedad suele demandar y la honestidad negar. Hizo hábito dellos porque ni la edad flaca los sabía refrenar ni la libertad que tenía los sufría castigar. No bebía vino ni quería vestir paños preciosos ni cuidaba de ceremonia debida a persona real. Tenía algunos mozos aceptos de los que con él se criaban: amábales con gran afección, dabales grandes dádivas. Desobedeció algunas veces al rey su padre don Juan II, no porque de su voluntad procediese, mas por procedimiento de algunos que siguiendo sus particulares intereses, le traían a ello. Era ome piadoso y no tenía ánimo de hacer mal ni ver padecer a ninguno, e tan humano era que con dificultad mandaba ejecutar la justicia criminal… donde ponía los ojos mucho le duraba el mirar… no se vido en él jamás punto de soberbia ni por codicia de nuevos señoríos lo vieron facer cosa deshonesta o fea, e si alguna veces tenía ira, durabale poco. Era gran montero y placíale muchas veces andar por los montes apartado de las gentes… luego que reinó pacíficamente, muerto el rey su padre y siendo de edad de treinta años. Fue clemente con algunos caballeros y a muchos señores que éste había aherrojado los soltó de la cárcel, reduciendo y perdonándoles a otros que andaban desterrados de sus reinos restituyéndolos en sus villas e logares e rentas e todos sus patrimonios e oficios que tenían. Era muy piadoso. Este rey fundó de principio los monasterios de Santa María del Parral en Segovia, Guadalupe en Cáceres, y el de san Gerónimo del Paso en Madrid; dotoles magníficamente. Otro sí el de san Antonio el Real de Segovia pues era muy devoto del cordón de San Francisco, e dioles grandes limosnas e fizoles grandes mercedes. La ciudad de Barcelona le ofreció ponerse bajo su señorío con todo el principado de Cataluña que por entonces estaba rebelde”.

A don Enrique hombre calmo donde ponía los ojos mucho le duraba el mirar, señala Enrique del Castillo, de los cronistas de esta época que impugna la vesania y parcialidad con que Palencia maltrata y caricaturiza al benevolente y clemente rey segoviano. Un rey que ha pasado a la historia con el sambenito de la impotencia y la homosexualidad.

Pero se ha demostrado que no es así; el amor por los efebos era traza común en el ambiente refinado desde la antigüedad y con respecto a su flojedad viril queda el testimonio de las mujeres públicas de Segovia. Pueden cotejar esas declaraciones en el Archivo de Simancas. Hubo en España soberanos absolutos e incluso constitucionales mucho más nefastos que el último de la dinastía de los Trastámara.

No quito ni pongo rey pero no entremos en el tema de los Borbones…

La erección del monasterio del Parral iniciada en 1441 se ha atribuido al valido don Enrique de Villena del cual aducen las historias que “dél ni palabra mala ni obra buena” pero se debió a la iniciativa del monarca y a los dineros reales. Tanto su reinado, como el de su padre estuvo marcado por el sello de la época: las convulsiones sociales, las crisis religiosas. Tuvo lugar  su mandato acto seguido a las capitulaciones del Concilio de Basilea donde es elegido papa Martín V, teniendo que abdicar los otros tres:  Inocencio XII en Roma, Alejandro V en Pisa y Benedicto XIII en Aviñón.

Su tiempo como el de su predecesor Juan II, coincidió con el Cisma de Occidente y marca, pese a ello, una era de esplendor de la iglesia católica. El siglo XV es la edad de oro del cristianismo en Europa antes de la llegada de las guerras de religión que la bañaron en sangre durante la siguiente centuria. Aun en medio de los estertores y a pesar de las corruptelas eclesiásticas y del escándalo que supuso el concilio de Constanza.

Dicha ciudad suiza a orillas del Rin es la única en el mundo donde se elevó un monumento a la Prostitución, y ahí sigue hasta hoy, porque por lo visto las sesiones conciliares eran largas y en algo tenían que entretenerse sus reverencias para despellejar el aburrimiento tedioso de las discusiones, silogismos  y desavenencias. Entretanto, las chicas de la vida hacían caja.

A Constanza acudieron “profesionales” desde todos los rincones de Europa. Roma “peccatrix”. Todos somos pecadores.

Como paliativo a este ambiente de ignorancia y de inmoralidad del clero nace el talante reformista y fundamentalista de la orden jerónima. Vuelta a las raíces tomando como modelo a aquel anacoreta dálmata que se santificó en las cuevas de Siria pues huyó de Roma, asustado de la depravación de sus sacerdotes. La imaginería tradicional pinta a san Jerónimo desnudo,  todo raíces de árbol, y en puros huesos largas barbas y biblia en mano.

Se trata de una orden mitad monástica mitad cenobita destinada a ocupar el lugar que habían dejado vacante las ordenes militares con la supresión del Temple en 1348, pero sin picas ni espadas. Los jerónimos sólo esgrimen, como únicas armas, el Libro de los libros, el rosario y el azadón.

Desaparece la figura del guerrero mitad monje mitad soldado. Las cruzadas han fracasado. El escudo de la reconquista de los jerónimos es la oración y el trabajo. Cobran estos frailes arraigo en Andalucía y en Portugal de donde surgieron.

El gran historiador Manuel Nieto Cumplido canónigo archivero de la Mezquita de Córdoba, glosando y a veces enmendando la plana al padre Sigüenza, el historiador de la orden jerónima en su monumental libro de anales de la Orden, señala que Enrique IV hizo un cuantioso donadío de rentas y tierras para la fundación de Sta. María del Valparaíso en las estribaciones de la Sierra de Córdoba, cerca de las ruinas de Medina Azahara, así como al monasterio de Guadalupe y al de Lupiana en Guadalajara. Habiendo sido aprobadas sus constituciones mediante un breve de Rodrigo Borja, conocido por el Papa Luna, quien sería destituido, al parecer, injustamente. Las malas lenguas lo acusaron de antisemita.

El talante clemente y pacificador del monarca castellano se hace notar en medio de las convulsiones de la casa de Aguilar con el cabildo y las revueltas contra los judíos a los que la ciudad acusaba de usura y los bandos y la inquietud social creados por los encomenderos y los miembros de la nobleza.

No existe hasta ahora una historia del monasterio del Parral, centro neurálgico de la espiritualidad segoviana, (los archivos fueron quemados durante la invasión napoleónica o se perdieron durante la desamortización de Mendizábal) pero éste es un campo virgen que brindo a los jóvenes investigadores de nuestra ciudad, siempre teniendo en cuenta que la ejecutoria de don Enrique IV, más allá de las difamaciones de que fuera objeto y de la leyenda negra que pesa sobre él, fue la de un buen monarca, en sus intentos, logros y fracasos, por acabar con bandos y facciones o las discordias entre catalanes y castellanos, junto a  sus campañas de cristianización de Andalucía que se repobló durante su reinado.

Él fue  el primero que izó la bandera española en el lomo del Peñón de Gibraltar  donde flameó por tres siglos enteros, pero toparía con la oposición de los judíos como Alonso Palencia y los historiadores de raíz conversa, como Gregorio Marañón o el propio Menéndez y Pelayo, los cuales tiznan su honra con la especie de la impotencia o los devaneos de su mujer con don Beltrán de la Cueva, por los que tanto padeció, o lo desacreditaron, en su campechanía y llaneza, virtudes que en Segovia lo hicieron popular.

Sus detractores echan al olvido las virtudes para, en cambio, magnificar sus defectos, mediante la publicación de libelos, o coplas tan infames como las de “Mingo Revulgo” o “Ay Panadera”.

Su muerte todavía no ha quedado esclarecida. Pudo haber sido envenenado por agentes de su propia hermana Isabel asesorada por “sus judíos”, tan proclives siempre a la conspiración y a la exageración. Aunque, luego, el magnicidio a ellos les salió rana y la Reina católica los expulsó de sus dominios. No se fueron todos ni tantos como dicen, claro está. El testimonio del Cura de los Palacios habla de mil sujetos que zarparon rumbo a Berbería por Gibraltar

Algunos pagaron con moneda de ingratitud sus muchas mercedes pero su obra está ahí.

No fue lo que se dice un rey justiciero. Más bien tolerante y hombre comedido y del centro y acaso sería esa endeble magnanimidad lo que le perdió.
Esta actitud resulta poco redituable en política, donde es imperativa la traición, la mentira y la crueldad. Maquiavelo dixit.

 

Jueves, 05 de enero de 2017

mi ideal ortodoxo hoy dia de la epifanía




Vivir en paz con los demás y con uno mismo, estar alegre, no maldecir, trabajar con las manos, bendecir y no profanar la naturaleza, orar a Dios constantemente y agradecerle las dádivas de esta vida, visitar a los enfermos y encarcelados, ser afable con las gentes, llenar el alma de belleza y de poesía, tener siempre en los labios una sonrisa

2017-01-04


LIEBANA MÁS CERCA DEL CIELO

Antonio Parra.

La luz de Liébana en mis ojos. Es atisbar el paraíso por el ojo de buey de mi celda. Mi monjío y mi mujerío juegan a la comba por aquellos tesos. Quisiera tener un catalejo de largo alcanzar para diquelar aquellas montañas nevadas e ingresarlas en mi retina para siempre. Sueño con ese dedal que el Naranjo de Bulnes visto por detrás por las puertas carreteras del cantabro mar. Entrada triunfal. Contemplo ese monte y musito el salmo de “et introibo ad altare Dei” y quiero caminar hacia el Dios de mi juventud. Me entran nostalgias del Paraíso. La vida del hombre, su paso por la tierra, es en realidad un transito contemplativo entre las perplejidades las sorpresas los hallazgos las recias tormentas y las grandes calmas. Pero uno piensa al mirar este olimpo de las esencias patrias desde el hondón de este vale de lágrimas que allí no tienen entrada ni la muerte ni el dolor ni los siete pecados capitales. Este macizo que da sombra a uno de los sotos más hermosos de España donde alza su espadaña una de las iglesias más antiguas del pais acaso fue antes un monasterio [Santa María de Liébana.] Se hinche mi corazón de esperanza. Uno siempre tiene ganas de volver a Potes, Tabor de las Españas el nido de águilas y guarida del lobo del pundonor y del coraje donde se lamen las heridas de su patria quebrantada los buenos españoles. Ya ocurrió en 711 y volvió a pasar en 1808 y puede que a la sazón estemos a punto de otra de los demonios. No lo permitan ni el señor Santiago ni Santa María. Es allí donde el alma de todos regresa a su altar mayor, paraíso natural de las Asturias de Santillana hermanas de las de Oviedo pero que no son lo mismo. Hontanares y cascadas y cascajares de los antiguos glaciares que caen por el talud. Arriba la rengada del vaquerizo. Abajo la iglesuca con su campanil que reza arrodillada a la vera de un arroyo. Un autentico encaje de blondas que tejieron los dedos sutiles de la madre naturaleza. El paisaje es como el encaje de la valona de un caballero español de los Tercios. Esta es la comunión de los viejos hidalgos. Las casas solariegas llenas de róeles y de estrellas en su blasón se esparcen por el campo en lo que abarca la mirada. Por aquí Dios pasó con ganas y con mucho brío de inspiración el día que separó los océanos de las montañas. Se agolpan sobre nosotros los gollizos, brincan los ríos como corzos, salta el salmón ribera arriba por el agua y los neveros se deslizan en pura lágrima. Soñemos, alma, soñemos.  Leo Peñas arriba  y de la mano del maestro Pereda- nunca hubo paisajista más grande en la literatura castellana ni se encuentran en nuestras letras páginas tan sublimes - rebrinco de gozo. España es un goce estético. Nunca lo entenderán algunos de mis cofrades. Una borrachera de vino y de luz. Batallas de amor y campos de espuma que decía Góngora. El cielo y el mar se hacen aquí transparentes en la demosofía de la vida bucólica que perdimos sumidos en la civilización de ahora. Recordemos aquellos dichos y consejas del Juan Español resignado al amor de la lumbre con el humo de los llares en las pupilas. Aquellos chascarrillos que contaba la gente. Hablar redondo y pensativo. Literatura oral que se oficiaba en filandones y esfoyazas. Y en este túmulo de la España sagrada creo que encuentro mis rastros y mis orígenes. El Bulnes nevado y es abril recubierto de los jirones de un alfomar que es helero hasta el mes de julio y dura casi hasta las nevadas del primero de agosto. Frío en rostro. Pero calor en el alma. Luz de Cristo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2017-01-03

ISABEL LA CATÓLICA ACTO DE REPARACIÓN
 


Con motivo del 525 aniversario de la toma de Granada las plumas galanas del régimen, los que siempre hicieron lo mismo para un roto que para un descosido se ensañan y escupen contra la figura de los monarcas que nos trajeron la unidad de España y cuya obra y emblemas han copiado los americanos (el águila calva de las Rocosas por el águila de san Juan y el ex pluribus unum por el Tanto Monta, Monta Tanto) y los sionistas empeñados en una guerra sucia contra el Islam donde vale todo. Cuchillos de la mentira, alfanjes de la propaganda.


Me duele esta desafección, esa hispanofobia, de los desarrapados de la coleta a los que subvenciona la CIA y otras fuerzas oscuras.


Me irritan las soflamas de don Raúl del Pozo que utiliza el manido tópico de la camisa sucia de la Reina de Castilla y llama a la última de los Trastamaras guarra. No recogen en sus columnas el aire de la calle sino que ponen lo que agrada al Tirano. Siempre este conquense se especializó en la lisonja y el halago al poderoso.


El señor que acaba de cumplir 80 tacos cuenta con una biografía poco común: fue flecha de la falange, adulador de Emilio Romero el del sindicato vertical al que arrimaba las pilunguis y luego se hizo amigo de Carrillo, sopla gaitas de Aznar y su señora, a don Mariano Rajoy lo jalea y le huele los pedos con su prosa envenenada. Ningún rigor ideológico en su persona y un estilo periodístico donde se dan la mano el pisotón de la exclusiva y el refrito un impresentable miembro de la Castuza que supo bailar el agua a los fascistas a los catalanistas a los vascos y a las democracias, un caso clínico de supervivencia. Oye, tío, que a los ochenta sigues igual que cuando te conocí en Londres y decías que aquello era un campo de concentración, y ya es hora de ir pensando que nos queda poco. Si hay que morir hagámoslo con dignidad. Este señor siempre está con el que manda al grito de "viva mi dueño". Ahora tambien les huele los pedos a Podemos y esas deflagraciones resultan mefíticas al igual que la prosa pestífera y envenenada de Raúl del Pozo. Nunca dará la talla de Umbral ni de Emilio Romero su "godfather"






nochebuena en el coran


 

 

 

Todos conocemos la historia de Nochebuena según el informe de Lucas: “llegado el tiempo de dar a luz parió un hijo”. Este hecho constatrado también por el corán el libro de los libros de la tradición muslímica es poco conocido o ignorado en el oeste lo cierto es que narra el acontecimiento con la misma concisión y grandeza de los libros del NT. El alcorán lo aborda en dos momentos excepcionales: el primero en la tercera sura la denomina “al miran” donde se acomete la mención del linaje de moisés hasta el de la virgen maría (Miriam) y su prima santa isabel su esposo el santo zacarías. El otro momento en el cual se menciona el nacimiento del salvador en quien ven los los muslimes sólo a uno de los profetas mayores viene en la sura XIX que lleva por nombre precisamente el de Miriam. Se inicia con el misterio de la anunciación. Textualmente: “Y en aquel tiempo como dijeron los ángeles María dios tre ha elegido y te castificó e hizo pura. Es el equivalente al “bendita eres entre todas las mujeres”. El libro sagrado del Profeta va más allá y dice: “María prostérnese a los pies del señor. Concebirás un hijo cuyo nombre será Jesús el Cristo. Su nombre será reverenciado de generación en generación como el de los que están cerca de dios.

Esclarecimiento de un misterio:

La contestación de la virgen en el Corán se corresponde con la evangélica. Dice:

-Mi Señor, ¿cómo puedo concebir una criatura si no me ha tocado varón?

El ángel contesta:

-Esos son los caminos de dios. Cuando decide algo dice sea y es.

Con tal respuesta aclara el libro divino de los musulmanes el misterio de la Encarnación. La voluntad de dios todopoderoso capaz de conseguir la preñez humana sin el concurso del semen forzando las reglas de la naturaleza. Jesús no fue el único engendrado sin patogénesis o por neuma divino. Adán, Isaac y el propio Juan el Bautista también lo fueron. Todos ellos vinieron al mundo no por la voluntad de la carne sino por la potestad de lo alto que obra sobre la vida y la muerte. El arcángel Gabriel anuncia en su legación profética algo que elide la escritura en este pasaje coranico.

-Y Dios enseñará al que ha de nacer el libro de la vida y de la sabiduría, la Torá y el evangelio. En la transmisión coránica asimismo se anuncia a María que su hijo curará a los ciegos y leprosos y resucitará a los muertos. Según el corán, Jesús es uno de los profetas mayores pero también un hombre de carne y hueso. No lo admiten los mahometanos como hijo de dios ni como segunda persona de la Santa Trinidad. El dictamen de su teología es que hay un dios único Alá. Cabe precisar que el dogma de la trinidad es posterior a la Vida de la Palabra siglo VII su mentor Atanasio de Alejandría en contra de Nestorio un presbítero etiope. El islamismo en parte arranca de la herejía nestoriana y de la arriana que se difundieron por Persia y Alejandría. El musulmán creyente a pesar de rechazar la divinidad de Cristo reconoce su humanidad excepcional y admite su concepción Espiritual. Surgen entonces correlatos ineluctables. En el Coram la  palabra Dios que es el Logos  cristiano se corresponde con el vocablo árabe kalima. Y el Espíritu Santo se equipara con el de ruh (paráclito en arabe). Que el ruh está en Jesús nunca lo ha negado el corán .  para los adoradores de la piedra de la Cava Jesús es sólo un hombre, ese hombre, como para los judíos y qué hombre mortal el mayor de los nacidos pero nada mñas lo mismo que María es la mayor entre las mujeres aunque su teología se decante por el manifiesto nestoriano anti trinitario y arriano. El ciclón de herejías (monotelitas, monofisistas, pelagianos y gnósticos) teniendo todos que ver con la naturaleza humana del Salvador sacudió a todo el oriente en los primeros siglos de la era cristiana. El islam se nos muestra como una reacción contra los iconoclastas al desterrar las imágenes de sus mezquitas p su insistencia casi machacano en que sólo hay un dios alá y Mahoma es su profeta.

La historia de la nochebuena en la sura XIX es contada de forma diferente a la narración de Lucas. “Y sucedió que estaba encinta de Él y se retiró a un lugar remoto. En esto le vinieron los dolores y se sentó al pie de una palmera. Se sentía cansada y tenía miedo. Entonces escuchó la voz del angel que le dijo: no temas, Miriam. Tu señor ha puesto un arroyo de aguas clara debajo de tus pies y le hizo manar. El ángel meneó con la mano el tronco de la palmera y cayeron dátiles que comieron al punto la madre y el niño... y volvió a hablarle el ángel y le dijo come y bebe hasta que estés harta y cuando veas a un hombre dirás que contraste al todopoderoso con tu ayuno.

Es un texto hermosísimo éste del corán en el cual se dan de mano la belleza y la delicadeza propias de una cultura que fue capaz de entregar al mundo las Mil y una noche. Sus fuentes son seguramente los evangelios apócrifos donde aparecen otros elementos muy diferentes a los convencionales. En primer termino no aparece el frío del portal de belén ni el calor del establo  la mula y el buey los pañales sino la palmera los dátiles. El poeta español Gerardo Diego en un villancico consigna tal extremo. Es del poemario Versos Divinos  “ Si la palmera pudiera/ volverse tan niña, niña/ como cuando era una niña/ con la cintura de pulsera/ para que el Niño la viera...”

Y la virgen se encuentra cansada. Se retira a un lugar remoto debajo de un ceibo (el árbol símbolo de la eternidad y de la vida) y allí mismo se alumbran las aguas de un arroyo. Es un oasis. Acto seguido aparece el divino infante en la cuna en una cuna. La XIX sura del Alcorán es un prodigio de belleza literaria en la que se conjuga la realidad y el mito. “Algo nuevo ha empezado contigo Miriam le dice el ángel, eres descendiente del linaje de Abrahán. Tu padre era un hombre honrado y tu madre no era una ramera. La interpretación de la Natividad en el alcorán se acerca más a la interpretación que de la misma hace la Iglesia Bizantina que celebra esa fiesta el 7 de enero. Una fiesta más sencilla que el Christmas occidental y donde los elementos paganos han sido expurgados. Porque Roma celebraba por esas fechas el nacimiento del solsticio. Por ejemplo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

TALAVERA. FERNANDO DE ROJAS. LA CELESTINA

 

“Por la Ascensión cerezas en Oviedo, y rosas en León”. Me largo en mi automóvil pa Talavera. El campo está encendido de flor y Castilla la Nueva, hermosa más que una novia. ¡Qué bella es España y más bella sería sin tanto político, sin busto parlante asomando la gaita por la pantalla del receptor de informativos que sólo dan malas noticias y asuntos que nos descabalgan, atemorizan y enajenan!

Larga  se desliza la carretera llana, dejamos a mano derecha los vértices tumulares del sistema ibérico… todavía nieve a las cumbres de Gredos.

Desde la lejanía me saluda con su birrete cano, a causa de los hielos perpetuos, el Pico Almanzor (4000 m.)

Talavera, umbría fértil, verde valle, presenta algunos lugares amurallados a la vera de un sotillo como Oropesa donde se santificó el Beato Orozco agustino y tenía abierta una gran Casa la Compañía de Jesús porque desde dicho convento reclutaban a los misioneros que enviaba el Padre General de misioneros a las colonias portuguesas.

Lisboa era todavía española.

Esta es tierra de conversos. Santa Teresa visitaba con frecuencia Talavera donde tenía parientes que allí se refugiaron huyendo de la peste inquisidora.

Marcho al encuentro de Fernando de Rojas.

Acabo yo de leer su inmenso drama La Celestina escrita en el buen romance de cristianos nuevos que mezclaban el hebreo con el árabe y el latín y eran muy refraneros. Tambien mi querida Santa abulense patrona nuestra (Santiago y cierra a España me queda un poco a trasmano) era muy dada a los aforismos de corte popular y que se han instalado en el idioma hasta el día de hoy —lean mis lectores el libro que voy a publicar: Teresa la judía conversa parece que Dios me lo acaba de inspirar—, verbigracia: “entre los pucheros anda el Señor”, “A Dios rogando y con el mazo dando”, “muero porque no muero”, “la vida es una mala noche en una mala posada”, etc.

Que de mesones y de agrios mesoneros moriscos, de carros y de carretas, servía un rato la impávida sierva de Dios. Todo este acervo paremiológico le viene a la prosa castellana de los cristianos nuevos que eran muy gnómicos y sentenciosos por haber aprendido gramática parda en la lectura del Viejo Testamento y el Talmud.

España es el país del quijote y también de celestina. Realista y soñador y ahí nos las den todas. A don Quijote nos lo representan nuestros santos de la raza, nuestros conquistadores, algunos cuadrilleros de la guerra de la Independencia. A las celestinas nuestras comadres, nuestras queridas y comprensivas damas del amor furibundo y de pago.

Esas celestinas ofician ahora ante las cámaras de la televisión, pero no nos pongamos a predicarlas que la cosa no tiene arreglo ni enmienda del oficio más viejo del mundo.

Fernando de Rojas es el creador de ese carácter nacional. La Celestina es el envés de Don Quijote. De Tragicomedia de Calixto y Melibea decía Cervantes: “libro divino si encubriera más lo humano”. La obra es patrimonio de la humanidad pues trajo una nueva concepción de la vida y el amor. Hasta 1515, cuando la escribe su autor, la mujer era considerada objeto de placer sexual y de doméstica de las labores del hogar, paridora y sometida al varón. Mero acto fisiológico. Calixto al tirarse desde una almena por su dulce Melibea demuestra que el amor es más importante que la vida incluso la muerte, aunque el tema no le perteneciera como original suyo; extrajolo de los dos amantes de Verona: Romeo y Julieta. Es el valor divino de lo humano.

Teresa como buena conversa trata de liberarla de esa esclavitud, trocándola en esposa del Amor de Xto.

Fernando de Rojas había nacido en la Puebla de Montalbán (todas las pueblas creadas por Alfonso X el Sabio durante la reconquista acogen a cristianos nuevos y tambien en las cinco polas asturianas más la Pola de Gordón leonesa, quedan restos de costumbres hebreas).

Era hijo de padre judío, Garci González Ponce de Rojas, y de Catalina de Rojas, cristiana vieja. Estudió en Salamanca leyes y casó con Leonor Álvarez, tambien conversa y de la Puebla de Montalbán. Ejerciendo en Talavera como abogado. Ocupó el cargo de corregidor.

De su biografía poco más se sabe, al igual que de la mayor parte de los varones más preclaros que dio Castilla al mundo.

Falleció en 1541 y está enterrado en el convento talaverano de la Madre de Dios.

Parece ser que era bibliómano, como yo, apasionado de la lectura y legó en las mandas testamentarias toda su biblioteca a su mujer.

La sombra del gran dramaturgo se me antoja que me acecha este jueves de la Ascensión por las calles estrechas y enjalbegadas de Talavera de la Reina. Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión.

Se siente llegar -que algo refresca- la brisa húmeda del Tajo, allí donde columbró sus ninfas Garcilaso, mientras suben las brumas del Alberche, que se funde por la talaverana campiña con el Padre de los Ríos de España: Río Tajo.

Su nombre tiene que ver con el marfil muy apreciado por los césares al igual que la púrpura (ebora) de tantos asentamientos romanos: Ebora la portuguesa o York la británica (Eboracum) pero los historiadores encuentran en su toponimia el sufijo briga (fortín.) Unos decían que sí y otros decían que no y nosotros que qué sé yo. Cesarbriga la denomina Tito Livio y para los moros es Talabayra. Celebre por su cerámica y por su afición a la tauromaquia (un toro en la plaza de Talavera dio muerte a Joselito) y tambien por su heroísmo en la guerra de la Independecia.

Wellington derrotó aquí a Napoleón. En verdad su victoria quedó oscurecida por las barbaridades de la tropa que  saqueó la ciudad. Con lo que el nombre del gran general británico quedó empañado al declinar su heroísmo en el pillaje, la pecorea, y la violación de talaveranas. Es lo que hace siempre la soldadesca. Por acá se ven muchos rubios, debe de ser la herencia genética de los ingleses. Es, al menos, lo que dicen los anales.

En un merendero cabe la ermita de la Virgen del Prado mi señora y yo  hinchamos a comer chuletas y a trasegar el vinillo de la tierra que es áspero y cordial. Levanta el ánimo como me lo levantó siempre Celestina, esa puta vieja, alma de los refranes, con sus devaneos empapados de vieja sabiduría conversa.

UN GRAN OBISPO ESPAÑOL DE ALCALÁ








ARZOBISPO CARRILLO PRIMADO DE TOLEDO

 

“DON ALFONSO Carrillo —nos informa Hernando del pulgar en su “Claros varones de Castilla—arzobispo de Toledo “fijo de Lope Vásquez de Acuña fue ome alto de cuerpo e de buena presencia. Era de los fidalgos e de limpia sangre de Portugal. Su abuelo era caballero portugués que vino a Castilla al servicio del Rey don Juan el que fue vencido en la batalla de Aljubarrota. Fue primero obispo de Sigüenza y después proveído de la sede toledana suplica del Rey don Juan. Rezaba bien sus horas e guardaba cumplidamente las ceremonias que la iglesia manda guardar. Fundó el monasterio de san Francisco en Alcalá. Era de gran corazón e su principal deseo era fazer grandes cosas y tener gran estado por haber fama e renombre”. En este retrato psicológico del controvertido prelado una de las figuras claves para entender la España de Enrique IV nos lo describe certero. Su ascendencia lusitana va a determinar su alineación en el bando de la Beltraneja y de las luchas banderizas de aquel reinado que derivaron en la batalla de Olmedo acabando con el escarnio de la “mofa de Arévalo”.

Se trata, pues, de un obispo a la vieja usanza. Eclesiástico ciertamente pero prevenido en frontera. “Los moros, dice el cronista Pulgar que también era converso y del bando de Isabel en contra de la facción de su hermanastro don Enrique, son omes belicosos y astutos e muy engañosos en el arte de contiendas e varones robustos e crueles al acecho por las montañas” Acérrimo personaje que se curtió en las luchas contra el Islam. Magnificente y generoso.

El cronista no nos cuenta que su corte episcopal en Alcalá rivalizaba  con el palacio de los papas en san Juan de Letrán o en Aviñón con más lujo que el propio alcázar segoviano donde vivió el último de los trastamaras. Se daban fiestas y banquetes y saraos. Acogía a músicos y poetas, siendo muy amado por sus feligreses, quienes según el refrán  eran de origen converso en su mayor parte o morisco: “alcalaino fino no bebe vino ni prueba el tocino”... aunque le dé al cristal de vez en cuando… porque la ciudad complutense siempre gozó en España de  tolerante, muy al contrario que Salamanca  más rigurosa y levítica. 

También puede ser que el propio don Alonso, al igual que don Juan de Torquemada luego cardenal de san Sixto y Alonso de Cartagena arzobispo de Burgos y el mismo cardenal Mendoza el cardenal de España, proviniera de hebreos lusitanos

Tampoco se refiere Pulgar a su pasión por la quiromancia y las artes mágicas de gran boga en la época, a su desdén por los rescriptos y anatemas que llegaban de Roma. Cisneros al que tuve encerrado trece años en la cárcel arzobispal de San Torcaz por causa de un beneficio por el que pleiteara fray Francisco que por entonces no era fraile sino cura secular y se llamaba Fernando, habiendo acudido a san Juan de Letrán para traer una dispensa papal fue una de sus víctimas. Echó al fuego la bula papal Carrillo y mandó encerrar al que había de convertirse en Regente de la corona.

Tenía un hijo natural por nombre Troilo al que regalaba con solicitud paternal pero que falleció a los quince años. Y un gozque o perrillo de aguas con cuyas gracias entretenía a sus huéspedes, a decir del cronista Palencia en la “Cuarta Década”. En todo resulta muy humano el perfil que de su persona esbozan los analistas de la corte de Enrique IV y de su hermana.

No solía oficiar misa más que en las solemnidades pero la oía a diario de labios de alguno de sus capellanes según costumbre.

Siempre que pasaba yo camino del archivo en la plaza de las monjas, la estatua del primado mitra báculo y capa pluvial parecía saludarme desde su pedestal oscuro en la amanecida. Con su mano tendida sobre el horizonte o de lo alto de su mitra donde posaba casi siempre algún pájaro señalaba el horizonte embelesado por ese misterio que se llama España.

¡Qué alteza, cuanta magnificencia y calidad con sus virtudes y defectos debió de encerrar aquel prelado!

Por su aspecto respondía a la imagen de lo que debiera de ser un jerarca de la iglesia medieval que definió la Reina Católica: “pláceme ver los caballeros en  campo, los obispos de pontifical y los ladrones en la horca”.

Generoso y hospitalario. Sin embargo, el cronista oficial puntualiza: “Sus pensamientos eran más altos que sus fuerzas y su gran coraçón no le dexaba discernir ni consentía medir con las grandes empresas que tomaba, e desto se seguían trabajos y fatigas continuas”. Luces y sombras en la vida de este gran arzobispo que ocupó la silla primada treinta y seis años.

De una liberalidad acérrima porque en su casa no había pobres se derivó la bancarrota de su primacía al final de sus días. A todos cuantos le venían a visitar les regalaba, acogía, les vestía en la curia y alimentada pero muy belicoso y amante de la guerra también era.

Después de la del obispo Gelmirez el de las Navas la figura de Alonso Carrillo se convierte, para bien o para mal o en detrimento de las murmuraciones de sus enemigos, en uno de los gigantes de la historia de la iglesia española a través de su pretensión de mantener una cierta equidistancia o autonomía respecto a Roma. “Del Papa a veces fazía mofa pero nunca malfetría”.

No era la codicia la inspiradora de una de sus aficiones: la crisopeya sino la caridad. Quería convertir el hierro en oro para dárselo a los pobres y remediar así las necesidades de los pobres de Alcalá. A causa de su manirrota largueza generosidad murió pobre y arruinado a los sesenta años. Su sepulcro se encuentra en el trascoro de la iglesia mayor de la ciudad complutense. Y su monumento me saludaba a través las nieblas del Henares en el entrelubricán de la aurora complutense nada más cruzar la fachada de la Universidad.

En parte entendía yo al verlo tan tieso y tan rehecho la vera efigie de un arzobispo de Toledo orgulloso y triunfal sobre el bloque de mármol las razones que se les escapan a los enemigos de nuestra fe católica dando de lado a un hecho sustantivo que la iglesia está integrada por hombres.

Es una institución temporal y asimismo espiritual. Lo esotérico y lo exotérico van de la mano. La médula y cáscara se juntan hasta fusionarse.

Por eso, continúan apedreándola los escribas y fariseos de todas las épocas. Por eso somos pasto y comidilla de los hipócritas y los que disparan contra la casa ajena cañonazos cuando la suya tiene el techo de cristal. Lo malo de los españoles es que desconocen su historia dejándose engañar por los farautes del miedo y los mensajeros de la autodestrucción. La verdad es que somos un poco deletéreos. Un poco de flema y no ser tan aguerridos en nuestras descalificaciones no nos sentaría mal

Antonio Parra

martes, 03 de enero de 2017

2017-01-01


NOCHEBUENA ORTODOXA. GOGOL

 

Fiestas del solsticio invernal, el diablo anda suelto por el mundo, misterio irrefutable de las Doce Noches para contrarrestar las actividades del Maligno (horrible atentado en Istambol, pero el Negro zumbón ya se lo había advertido a Putin, cayó ¿derribado? Un avión ruso, asesinan por la espalda al embajador de Putin en Constantinopla… se va el Negro Zumbón con las manos cuajadas de sangre, en USA cunden las sectas satánicas y adoran a Baco a Venus y a Moloch en una navidades convertidas en consumismo y bacanales).

Entretanto, y me lamo mis heridas con la pomada de la literatura, releo la “Nochebuena”, un maravilloso cuento de Nicolás Gogol que es un acicate a la esperanza con un mensaje implícito: el mal será vencido y después de todo huirá al infierno con el rabo entre las piernas. Eterno mensaje. Eso sí “no somos monjes, nos atrae lo prohibido” alega uno de los cosacos.

Hay un cierto número de los nuestros que tienen mujeres pero no viven con ellas. Unos las tienen en Ucrania, otros en Polonia y algunos hasta en Turquía”. En el parlamento del cosaco a su “zaparogo” (jefe de la centuria o sentnia) se advierte que en medio de las tinieblas luce el resplandor de Cristo que nació para salvar a los hombres”.

El autor de “Almas muertas” utiliza el sarcasmo como un látigo y estallan a través de este cuento mágico los chasquidos de la tralla (knyt). Así es como hay que escribir, perfilándonos sobre el filo de la navaja.

Gogol en este tour de force literario quiere hacer un homenaje a Dikanka en la región de Poltava la aldea en que nació a orillas del Dnieper en la zona oriental del país. Era ucraniano pero escribía en ruso. Nikolai Vasilievich Gogol 1809-1852 pasó la mayor parte de su vida en Petrogrado. Era funcionario, recaudador del fisco o alcabalero, igual que Cervantes.  Tenía por misión visitar las propiedades de la nobleza antes de la manumisión de los esclavos para postular para el fisco y este empleo le sirvió de comodín para escribir una de las obras cumbres de la literatura universal (Miorti Dushi) traducida mal al castellano porque los señores debían pagar contribución por los siervos ya fallecidos. Debía de haberse titulado “Bienes mostrencos”.

Resulta que aquellas vísperas de la Navidad el diablo robó la luna y el mundo quedó a oscuras. En un pueblo de la Ucrania profunda había un herrero y pintor de íconos que se enamoró de una muchacha que era hija de una bruja. Ronda su puerta canta villancicos bajo su ventana pero Oksana, que así se llama la moza lo desdeña, pues su adorador le parecía muy bruto.  

Vakula, el hombre, no se da por vencido y, puesto que Oksana no tenía zapatos para acudir a una fiesta, ella le promete su amor a cambio de un imposible:

—Me casaré contigo si me traes los zapatitos de la zarina

Como el amor es ciego, el mozo acude entonces al diablo y realiza entonces un pacto con el maligno

   —Si tú me entregas el alma, yo conseguiré lo que me pides— contesta el Pateta.

Firmaron un acuerdo y en la aldea, mientras los cosacos tomaban el tradicional plato de Nochebuena “borsh” (sopa de coles) y bailaban “kolioadki” (cantos de villano) a compás de la balalaica y arrastraban por la nieve sus pesados capotes, bebían vodka y fumaban sus pipas, Satanás, tomando al herrero por los cabellos, lo transportó por los aires hasta la corte imperial donde el canciller Potemkin consiguió para él una audiencia con la reina.

Ésta escuchó conmovida la historia del pobre mujik que se moría de amor y accedió a sus deseos regalándole los ansiados zapatos de oro y cristal. A su vez, en el humilde lugar de Dikanka ocurren cosas: el diacono, sin que lo sepa su mujer, acude a visitar a Saloja otra belleza local “amiga de hacer socorros como la Dolores en Calatayud”…

—Por favor, virtuosa Saloja, dame una copita de aguardiente—, dice el clérigo, pero estando en estas razones llaman a la puerta.

—Ay, madre quien será… a lo mejor es mi marido, escóndete dentro de ese saco.

Pero no era el marido, que también andaba de parranda, sino el mismismo alcalde de la localidad… Más aldabonazos se oyen…

Esta vez quien pica a la puerta es el cosaco Chub, el cual, habiendo perdido el rumbo, pedía hospitalidad pues hacía una noche de perros y zumbaba la borrasca.

Decide la incomparable dama introducirlo en la leñera dentro de un saco de carbón.

La situación y los malentendidos y disparates se repiten con otros personajes.

Gogol desenvaina su fusta de la sátira al objeto de criticar, a golpes de humor, las costumbres de la Rusia zarista.

Por el pueblo resuenan mientras tanto los cantos de la Navidad, doblan a gloria las campanas y el diablo regresa de la ciudad imperial con el herrero en volandas, que venía eufórico con los zapatos de la zarina en el zurrón.

La trama se complica con lances increíbles porque la “Nochebuena” de Gogol es un cuento de hadas que recuerda ciertas leyendas de la tradición oral indoeuropea, cuando el diablo, después de andar libre por el mundo haciendo de las suyas, es derrotado: la Bella Durmiente, la Zapatera prodigiosa (comedia de Lope) la Moza del Cántaro, el Ama del Cura que consigue que Satanás construyera el acueducto de Segovia en una noche, tras convenir con él que, a cambio de llevarle el agua a la puerta de casa, ella le entregaría su alma, sin poderlo acabar del todo porque al amanecer le faltaba por concluir un arco.

Y otras muchas leyendas que, lucubrado, entre ellos Shakespeare, con el misterio de las Doce Noches, bajo el gobierno de Saturno el dios oscuro en cuyo honor celebraban los romanos las saturnales, abordan este enigma. Tiempos de tinieblas que concluyen con la llegada del Redentor al mundo.

La ortodoxia rusa celebra la navidad cuando los latinos la Epifanía.

Epifanía quiere decir fulgor, manifestación de Cristo a los hombres.

Esta es la idea motriz que late bajo la capa de la maravillosa historia del cuento de Nikolai Andreivich.

 El autor describe estas situaciones paradójicas con la proverbial agilidad y maestría del alma rusa para contar historias y para combinar lo real con lo mágico.

           Xristós rashdaet obazhaem yevó (El Señor nos ha nacido, vengamos adorarle) — canta triunfal el diacono en la larga misa de la Nochebuena por el rito de san Juan Crisóstomo.

Un grito para conjurar a los espectros. Que baña de alegría a la humanidad.

Por supuesto, el herrero y la hermosa Oksana, después de aceptar el regalo, se casaron, fueron felices, y el enemigo del género humano huyó al infierno despavorido. No le valieron sus mañas. ¡Felices pascuas!

 

Lunes, 02 de enero de 2017