2021-08-15

 EN LA FIESTA DE LA ASUNCIÓN

 

Los calores de agosto no regalan esta fiesta de la Asunta que llaman los griegos Dormición (Uspeñie). La madre de Dios conoció la muerte como un sueño y fue transportada en las alas de un serafín a los cielos. La madre de los dolores a la que invocamos (el cristianismo es la religión más pura al divinizar el dolor de la existencia somos seres para la muerte) pero Ella está ahí Mater Ecclessiae en tiempos difíciles y aflictos. Antes de que Pio XII definiera como un dogma esta conmemoración la imaginería católica  presentaba a Nuestra Señora reclinada en un lecho carmesí no conocería la tumba a diferencia de los demás mortales. El quince de agosto no es una fiesta de muerte sino es la glorificación de la Vida. Assumpta est Maria in coelum. Ruega por nos


EL LIBRERO DE AREVALO

 

 

 

El librero de Arévalo tenía madera de perdedor pero no habléis de esto a la Jesusa que consideraba a su vástago una eminencia siendo ella misma como su hijo juguete de sus pasiones e inclinaciones. Las cosas en el mundo se habían puesto del revés. El estafermo de las procesiones miraba con ojos fijos un poco como el padre Cucurcho el exorcista nacido en un pueblo levantino que se llamaba Lamprea y cuando se ponía pesado con esto de echar diablos del cuerpo de la gente, los chicos del barrio organizaban dreas y resolvían sus diferencias con Satanás a cantazo limpio, nada de hisopos ni de crucifijos sino a lo zamarro. Gritaban:

 

 —El cura de Lamprea con una mano bendice y con la otra se la menea.

 

Y otros aseguraban:

 

—Detrás de la cruz está el diablo.

 

Gumersindo al quedar cesante con motivo de que se murieron los suyos y entró otro gobierno pensó ganarse la vida en el menester que mejor conocía: la literatura; fundó una biblioteca virtual y quiso dedicarse a la venta ambulante de libros viejos que eran una de las riquezas de la Casa Común pero también su patria quedó cesante y cada quisque, excedente de cupo. Arribaron los nuevos bárbaros del norte que creían que era sospechoso leer y un pecado la cultura. La  tan traída y tan llevada democratización, amen de hacer ricos a muchos... ¡Que ricos!  ¡Millonarios! clases privilegiadas de castas, repartiéndose el bacalao y los puestos oficiales, a la mayor parte de España dejó en cueros vivos. Ahi tenemos al Coleta del Movimiento Podemos hecho una nabab con un casoplón en Torrelodonos y a sus chatis colocadas en algún ministerio. ¿Ha sido esto un complot o tenemos lo que nos merecemos? 

 

Éramos todos más pobres pese a la apariencia de ricos, dejamos los campos en barbecho, vendimos las vacas, pignoramos las fincas y todos querían vivir de algún momio, cierto enchufe, a costa del erario público, renunciamos a muestra cultura. Aconeció el sindrome de la Hispania vacía. Los lugareños cambiaron el pisito en Mostoles de ochenta metros cuadrados por la casa en el pueblo con portada, bodega, cuadra y cocedero. Los periódicos, las editoriales, pusimos en almoneda y en venta nuestras fábricas, nuestros humildes negocios fueron al traste. A la cristiandad se le hacía agua parlando del Concilio y del Mercado Comçin que no era in mercado ni un encante sino un trágala. Y se lo dimos todo a los marchantes comunitarios. No sabíamos que eso del Mercado Común bajo las siglas de Unión del Carbón y el Acero, era una merienda de negros. Pusimos a los chicos a estudiar, nadie quería aprender un oficio manual y así nació la generación NINI (ni estudias ni trabajas). para el pobre intelectual la vida se le hizo cuesta arriba. Tenía constantes peleas con su mujer que ni le comprendía ni le seguía ¿quien entiende a un escritor? Se divorció empezó a beber. Acabó vendiendo libros de segunda mano lo que no quiere nadie.

 

He aquí el resultado de treinta años de Mercado Común. Recordad: siempre se dijo del judío la maula. A muchos los estafaron. A él no. Porque bien los conocía. Eran de su misma raza.

 

Fracasó. El pueblo español querría suicidarse renunciando a su pasado, ahorcando los libros, persiguiendo a la inteligencia, y llevando a los tribunales o a la trena a cualquiera que acreditase una idea feliz, un hallazgo. Ya me dirás tú los libros que vendía Gumersindo — muchos martes ni se estrenaba— cuando extendía el tenderete, aparejaba el caballo—  bueno lo del caballo es un decir porque ya toda España se había motorizado por entonces— y el librero gastaba coche que eran sus mejores zapatos y no había que darle pienso ni llevarlo a herrar.

Gozaba de la vita bona del sol de España y conversaba con otro purgado, que se llamaba Empeltre. Bebía en las tabernas, visitaba el camarín de la Virgen de las Angustias, buscaba el rastro de la España que proclamó el tanto monta, monta tanto, y percibía las huellas santas e imperiales de la reina Isabel la Católica que pasó  en  aquella villa su infancia A pocos metros de donde él tenía él el puesto.

 

Aquellos días Sindo tuvo una crisis mística y creía en milagros y apariciones. Le pareció, contemplando algún arrobamiento, viendo una puesta del sol camino de vuelta a Madrid poco antes de llegar al Alto los Leones. ¿Espejismos o un aviso celeste de lo que había de venir?

Era seguramente un regalo que Dios le enviaba por haber sido fiel a sus principios. Estas cosas marcan bastante a los perseguidos e injuriados. Estaba renunciando al mundo a su manera, alzándose en rebelión contra aquel estado de cosas.

 

¡Mira que vender libros en un pueblo de analfabetos! pero él iba en demanda de sus principios tras las pisadas de la Reina Santa.

Vigilavi et factus sum Sicut passer in tecto”. Le gustaba aquel salmo que repetía con frecuencia porque  encerraban sus palabras algo de su vida, siempre en guardia para percibir las ráfagas del Espíritu  Santo que llegan en ventoleras de huracán. Ese aire era un atisbo de la belleza.

 

Pero su mujer y sus hijos pensaban que estaba como una chota.

En su fuero interno él encontraba alguna razón para semejantes y descabelladas excursiones bibliográficas de apóstol de la cultura en medio de una sociedad ágrafa. Se sentía un poco misionero pero cansado de que sus prédicas cayeran en baldío buscaba, consuelos en los besos al jarro en aquel buen vinillo de la tierra. Gumersindo era dipsómano. Con el trago quisiera paliar las mermas y excentricidades de su humor itinerante. No era buena cosa.

 




In Assumptione Beatæ Mariæ Virginis ~ I. classis
Commemoratio: Dominica XII Post Pentecosten III. Augusti

Sancta Missa

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Ante Missam


Incipit
Sacerdos paratus cum ingreditur ad Altare, facta illi debita reverentia, signat se signo crucis a fronte ad pectus, et clara voce dicit:
In nómine Patris,  et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.
2
Beginning
The priest, bowing down at the foot of the altar, makes the Sign of the Cross, from his forehead to his breast, and says:
In the Name of the Father, and of the Son,  and of the Holy Ghost. Amen.
Deinde, iunctis manibus ante pectus, incipit Antiphonam:
S. Introíbo ad altáre Dei.
M. Ad Deum, qui lætíficat iuventútem meam.
Postea alternatim cum Ministris dicit sequentem:
Ps. 42, 1-5
S. Iúdica me, Deus, et discérne causam meam de gente non sancta: ab hómine iníquo et dolóso érue me.
M. Quia tu es, Deus, fortitúdo mea: quare me repulísti, et quare tristis incédo, dum afflígit me inimícus?
S. Emítte lucem tuam et veritátem tuam: ipsa me deduxérunt, et adduxérunt in montem sanctum tuum et in tabernácula tua.
M. Et introíbo ad altáre Dei: ad Deum, qui lætíficat iuventútem meam.
S. Confitébor tibi in cíthara, Deus, Deus meus: quare tristis es, ánima mea, et quare contúrbas me?
M. Spera in Deo, quóniam adhuc confitébor illi: salutáre vultus mei, et Deus meus.
S. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
M. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper: et in sǽcula sæculórum. Amen.
Sacerdos repetit Antiphonam:
S. Introíbo ad altáre Dei.
M. Ad Deum, qui lætíficat iuventútem meam.
3
Then joining his hands before his breast, he begins the Anthem:
P. I will go in to the altar of God.
S. To God who giveth joy to my youth.
The priest alternates with the server in reciting this psalm to express his desire, joy and confidence in going to the altar of the Sacrifice.
Ps. 42, 1-5.
P. Judge me, O God, and distinguish my cause from the nation which is not holy: deliver me from the unjust and deceitful man.
S. For Thou, O God, art my strength: why hast Thou cast me off? and why go I sorrowful whilst the enemy afflicteth me?
P. Send forth Thy light and Thy truth: they have conducted me and brought me unto Thy holy mount, and into Thy tabernacles.
S. And I will go in to the altar of God: to God who giveth joy to my youth.
P. To Thee, O God, my God, I will give praise upon the harp; why art thou sad, O my soul, and why dost thou disquiet me?
S. Hope in God, for I will still give praise to Him: the salvation of my countenance and my God.
P. Glory be to the Father, and to the Son, and to the Holy Ghost.
S. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, world without end. Amen.
The priest repeats the Anthem:
P. I will go in to the altar of God.
S. To God who giveth joy to my youth.
Signat se, dicens:
V. Adiutórium nostrum  in nómine Dómini.
R. Qui fecit cælum et terram.
Deinde iunctis manibus profunde inclinatus facit Confessionem.
Confíteor Deo omnipoténti, beátæ Maríæ semper Vírgini, beáto Michaéli Archángelo, beáto Ioánni Baptístæ, sanctis Apóstolis Petro et Paulo, ómnibus Sanctis, et vobis, fratres: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo et ópere: Percutit sibi pectus ter, dicens: mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa. Ideo precor beátam Maríam semper Vírginem, beátum Michaélem Archángelum, beátum Ioánnem Baptístam, sanctos Apóstolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos, et vos, fratres, oráre pro me ad Dóminum, Deum nostrum.
M. Misereátur tui omnípotens Deus, et, dimíssis peccátis tuis, perdúcat te ad vitam ætérnam.
Sacerdos dicit:
S. Amen.
et erigit se. Deinde Ministri repetunt Confessionem: et ubi a Sacerdote dicebatur vobis, fratres, et vos, fratres, a Ministris dicitur tibi, pater, et te, pater.
M. Confíteor Deo omnipoténti, beátæ Maríæ semper Vírgini, beáto Michaéli Archángelo, beáto Ioánni Baptístæ, sanctis Apóstolis Petro et Paulo, ómnibus Sanctis, et tibi, pater: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo et ópere: mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa. Ideo precor beátam Maríam semper Vírginem, beátum Michaélem Archángelum, beátum Ioánnem Baptístam, sanctos Apóstolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos, et te, pater, oráre pro me ad Dóminum, Deum nostrum.
Postea Sacerdos, iunctis manibus, facit absolutionem, dicens:
S. Misereátur vestri omnípotens Deus, et, dimíssis peccátis vestris, perdúcat vos ad vitam ætérnam.
R. Amen.
Signat se signo crucis, dicens:
S. Indulgéntiam,  absolutiónem et remissiónem peccatórum nostrórum tríbuat nobis omnípotens et miséricors Dóminus.
R. Amen.
4
The priest, signing himself with the Sign of the Cross, says:
P. Our help  is in the Name of the Lord.
S. Who made heaven and earth.
Then, joining his hands, and humbly bowing down, he says the Confiteor:
P. I confess to almighty God, to the blessed Mary ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, to all the Saints, and to you, brothers, that I have sinned exceedingly in thought, word, and deed, Here he strikes his breast thrice. through my fault, through my fault, through my most grievous fault. Therefore I beseech the blessed Mary, ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, all the Saints, and you, brothers, to pray to the Lord our God for me.
S. May almighty God be merciful to thee, and forgiving thy sins, bring thee to everlasting life.
The priest answers:
P. Amen.
The server says the Confiteor.
S. I confess to almighty God, to the blessed Mary ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, to all the Saints, and to you, Father, that I have sinned exceedingly in thought, word, and deed, through my fault, through my fault, through my most grievous fault. Therefore I beseech the blessed Mary, ever Virgin, blessed Michael the Archangel, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, all the Saints, and you, Father, to pray to the Lord our God for me.
Then the priest, with his hands joined, says:
P. May almighty God be merciful to thee, and forgiving thy sins, bring thee to everlasting life.
S. Amen.
Signing himself with the Sign of the Cross, the priest says:
P. May the  almighty and merciful Lord grant us pardon, absolution, and remission of our sins.
S. Amen.
Et inclinatus prosequitur:
V. Deus, tu convérsus vivificábis nos.
R. Et plebs tua lætábitur in te.
V. Osténde nobis, Dómine, misericórdiam tuam.
R. Et salutáre tuum da nobis.
V. Dómine, exáudi oratiónem meam.
R. Et clamor meus ad te véniat.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Et extendens ac iungens manus, clara voce dicit:
Orémus, ei ascendens ad Altare, dicit secreto:
Aufer a nobis, quǽsumus, Dómine, iniquitátes nostras: ut ad Sancta sanctórum puris mereámur méntibus introíre. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Deinde, manibus iunctis super Altare, inclinatus dicit:
Orámus te, Dómine, per mérita Sanctórum tuórum, Osculatur Altare in medio quorum relíquiæ hic sunt, et ómnium Sanctórum: ut indulgére dignéris ómnia peccáta mea. Amen.
5
Bowing down, he proceeds:
P. O God, Thou wilt turn again and quicken us.
S. And thy people shall rejoice in Thee.
P. Show us, O Lord, Thy mercy.
S. And grant us Thy salvation.
P. O Lord, hear my prayer.
S. And let my cry come before Thee.
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
First extending, then joining his hands, the priest says audibly: "Let us pray". Then ascending to the altar, he says secretly:
Let us pray.
Take away from us our iniquities, we beseech Thee, O Lord, that we may be worthy to enter with pure minds into the Holy of Holies, through Christ our Lord. Amen.
His hands joined, and bowing down over the altar, the priest says:
We beseech Thee, O Lord, by the merits of Thy Saints, He kisses the sacred stone whose relics are here, and of all the Saints, that Thou wouldst vouchsafe to forgive me all my sins. Amen.
Introitus
Ap 12:1
Signum magnum appáruit in cœlo: múlier amicta sole, et luna sub pédibus eius, et in cápite eius coróna stellárum duódecim.
Ps 97:1
Cantáte Dómino cánticum novum: quóniam mirabília fecit.
V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum. Amen.
Signum magnum appáruit in cœlo: múlier amicta sole, et luna sub pédibus eius, et in cápite eius coróna stellárum duódecim.
6
Introit
Apoc 12:1
A great sign appeared in heaven: a woman clothed with the sun, and the moon was under her feet, and upon her head a crown of twelve stars.
Ps 97:1
Sing to the Lord a new song, for He has done wondrous deeds.
V. Glory be to the Father, and to the Son, and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, world without end. Amen.
A great sign appeared in heaven: a woman clothed with the sun, and the moon was under her feet, and upon her head a crown of twelve stars.
Kyrie
Qua finita, iunctis manibus, accedit ad medium altaris et, alternatim cum Ministris, dicit:
S. Kýrie, eléison.
M. Kýrie, eléison.
S. Kýrie, eléison.
M. Christe, eléison.
S. Christe, eléison.
M. Christe, eléison.
S. Kýrie, eléison.
M. Kýrie, eléison.
S. Kýrie, eléison.
7
Kyrie

P. Lord, have mercy.
S. Lord, have mercy.
P. Lord, have mercy.
S. Christ, have mercy.
P. Christ, have mercy.
S. Christ, have mercy.
P. Lord, have mercy.
S. Lord, have mercy.
P. Lord, have mercy.
Gloria
Postea in medio Altaris extendens et iungens manus, caputque aliquantulum inclínans, dicit, si dicendum est, Glória in excélsis Deo, et prosequitur iunctis manibus. Cum dicit Adorámus te, Grátias agimus tibi, et Iesu Christe, et Suscipe deprecatiónem, inclinat caput; et in fine dicens: Cum Sancto Spíritu, signat se a fronte ad pectus.
Glória in excélsis Deo. Et in terra pax homínibus bonæ voluntátis. Laudámus te. Benedícimus te. Adorámus te. Glorificámus te. Grátias ágimus tibi propter magnam glóriam tuam. Dómine Deus, Rex cæléstis, Deus Pater omnípotens. Dómine Fili unigénite, Iesu Christe. Dómine Deus, Agnus Dei, Fílius Patris. Qui tollis peccáta mundi, miserére nobis. Qui tollis peccáta mundi, súscipe deprecatiónem nostram. Qui sedes ad déxteram Patris, miserére nobis. Quóniam tu solus Sanctus. Tu solus Dóminus. Tu solus Altíssimus, Iesu Christe. Cum Sancto Spíritu  in glória Dei Patris. Amen.
8
Gloria
Afterwards, standing at the middle of the altar, extending and then joining his hands,and bowing slightly, the priest says — except during Lent, Advent and in Masses for the Dead — the Gloria. When he says the words: We adore Thee, We give Thee thanks; Jesus Christ; and Receive our prayer, he bows, and at the end he signs himself with the Sign of the Cross from forehead to breast:
Glory be to God on high, and on earth peace to men of good will. We praise Thee. We bless Thee. We adore Thee. We glorify Thee. We give Thee thanks for Thy great glory. O Lord God, heavenly King, God the Father almighty. O Lord Jesus Christ, the only begotten Son. O Lord God, Lamb of God, Son of the Father. Who takest away the sins of the world, have mercy on us. Who takest away the sins of the world, receive our prayer. Who sittest at the right hand of the Father, have mercy on us. For Thou only are holy. Thou only art the Lord. Thou only art most high, O Jesus Christ. Together with the Holy Ghost  in the glory of God the Father. Amen.
Oratio
Deinde osculatur Altare in medio, et versus ad populum dicit:
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Postea dicit: Orémus, et Orationes, unam aut plures, ut ordo Officii postulat. Sequitur Epistola, Graduale, Tractus, vel Allelúia cum Versu, aut Sequentia, prout Tempus aut qualitas Missæ postulat.
Orémus.
Omnípotens sempitérne Deus, qui Immaculátam Vírginem Maríam, Fílii tui genitrícem, córpore et ánima ad cœléstem glóriam assumpsísti: concéde, quǽsumus; ut, ad superna semper inténti, ipsíus glóriæ mereámur esse consórtes.
Per eúndem Dóminum nostrum Iesum Christum Fílium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.

Orémus.
Commemoratio Dominica XII Post Pentecosten III. Augusti
Omnípotens et miséricors Deus, de cuius múnere venit, ut tibi a fidélibus tuis digne et laudabíliter serviátur: tríbue, quǽsumus, nobis; ut ad promissiónes tuas sine offensióne currámus.
Per Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
9
Collect
Then the priest kisses the altar, and turning to the people says:
V. The Lord be with you.
R. And with thy spirit.
The Collects mean the collected prayers of all the faithful assisting at the Holy Sacrifice. Raising his voice, his hands, and his sentiments to God, the priest excites the faithful to unite their prayers with his.
Let us pray.
Almighty, everlasting God, Who took up, body and soul, the Immaculate Virgin Mary, Mother of Your Son, into heavenly glory, grant, we beseech You, that, always devoting ourselves to heavenly things, we may be found worthy to share in her glory.
Through the same Jesus Christ, thy Son, Our Lord, Who liveth and reigneth with thee in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.

Let us pray.
Commemoratio Dominica XII Post Pentecosten III. Augusti
Almighty and merciful God, by Whose grace Your faithful people serve You worthily and righteously, grant, we beseech You, that we may hasten without stumbling to those things You have promised us.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.
Lectio
Léctio libri Iudith.
Iudith 13, 22-25; 15:10
Benedíxit te Dóminus in virtúte sua, quia per te ad níhilum redégit inimícos nostros. Benedícta es tu, fília, a Dómino Deo excelso, præ ómnibus muliéribus super terram. Benedíctus Dóminus, qui creávit cœlum et terram, qui te direxit in vúlnera cápitis príncipis inimicórum nostrórum; quia hódie nomen tuum ita magnificávit, ut non recédat laus tua de ore hóminum, qui mémores fúerint virtútis Dómini in ætérnum, pro quibus non pepercísti ánimæ tuæ propter angústias et tribulatiónem géneris tui, sed subvenísti ruínæ ante conspéctum Dei nostri. Tu glória Ierúsalem, tu lætítia Israël, tu honorificéntia pópuli nostri.
R. Deo grátias.
10
Lesson
Lesson from the book of Judith
Judith 13:22-25; 15:10
The Lord has blessed you by His power, because by you He has brought our enemies to nought. Blessed are you, O daughter, by the Lord the Most High God, above all women upon the earth. Blessed be the Lord Who made heaven and earth, Who has directed you to the cutting off the head of the prince of our enemies, because He has so magnified your name this day, that your praise shall not depart out of the mouth of men, who shall be mindful of the power of the Lord forever; for you have not spared your life, by reason of the distress and tribulation of your people, but have prevented our ruin in the presence of our God. You are the glory of Jerusalem, you are the joy of Israel, you are the honor of our people.
R. Thanks be to God.
Graduale
Ps 44:11-12; 44:14
Audi, fília, et vide, et inclína aurem tuam, et concupíscit rex decórem tuum.
V. Omnis glória eius fíliæ Regis ab intus, in fímbriis áureis circumamícta varietátibus. Allelúia, allelúia.
V. Assumpta est María in cœlum: gaudet exércitus Angelórum. Allelúia.
11
Gradual
Ps 44:11-12, 14
Hear, O daughter, and see; turn your ear; for the King shall desire your beauty.
V. All glorious is the King’s daughter as she enters; her raiment is threaded with spun gold. Alleluia, alleluia.
V. Mary is taken up into heaven: the choirs of the angels rejoice. Alleluia.
Evangelium
Si vero Sacerdos sine Diacono et Subdiacono celebrat, delato libro ad aliud cornu Altaris, inclinatus in medio, iunctis manibus dicit:
Munda cor meum ac lábia mea, omnípotens Deus, qui lábia Isaíæ Prophétæ cálculo mundásti igníto: ita me tua grata miseratióne dignáre mundáre, ut sanctum Evangélium tuum digne váleam nuntiáre. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Iube, Dómine, benedícere. Dóminus sit in corde meo et in lábiis meis: ut digne et competénter annúntiem Evangélium suum. Amen.
Deinde, conversus ad librum, iunctis manibus, dicit:
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Et pronuntians: Inítium, sive Sequéntia sancti Evangélii, signat librum, et se in fronte, ore et pectore, et legit Evangelium, ut dictum est. Quo finito, respondet Minister: Laus tibi, Christe, et Sacerdos osculatur Evangelium, dicens: per evangelica dicta, ut supra.
Sequéntia +︎ sancti Evangélii secúndum Lucam.
R. Glória tibi, Dómine.
Luc 1:41-50
In illo témpore: Repléta est Spíritu Sancto Elisabeth et exclamávit voce magna, et dixit: Benedícta tu inter mulíeres, et benedíctus fructus ventris tui. Et unde hoc mihi ut véniat mater Dómini mei ad me? Ecce enim ut facta est vox salutatiónis tuæ in áuribus meis, exsultávit in gáudio infans in útero meo. Et beáta, quæ credidísti, quóniam perficiéntur ea, quæ dicta sunt tibi a Dómino. Et ait María: Magníficat ánima mea Dóminum; et exsultávit spíritus meus in Deo salutári meo; quia respéxit humilitátem ancíllæ suæ, ecce enim ex hoc beátam me dicent omnes generatiónes. Quia fecit mihi magna qui potens est, et sanctum nomen eius, et misericórdia eius a progénie in progénies timéntibus eum.
R. Laus tibi, Christe.
S. Per Evangélica dicta, deleántur nostra delícta.
12
Gospel
The Missal is transferred to the other side of the altar. At Low Masses, the priest, bowing down at the middle of the altar, with his hands joined, says:
Cleanse my heart and my lips, O almighty God, who didst cleanse the lips of the prophet Isaias with a burning coal, and vouchsafe, through Thy gracious mercy, so to purify me, that I may worthily announce Thy holy Gospel. Through Christ our Lord. Amen.
Give me Thy blessing, O Lord. The Lord be in my heart and on my lips, that I may worthily and in a becoming manner, proclaim His holy Gospel. Amen.

P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
Continuation  of the Holy Gospel according to Luke
R. Glory be to Thee, O Lord.
Luke 1:41-50
At that time, Elizabeth was filled with the Holy Spirit, and cried out with a loud voice, saying, Blessed are you among women and blessed is the fruit of your womb! And how have I deserved that the Mother of my Lord should come to me? For behold, the moment that the sound of your greeting came to my ears, the babe in my womb leapt for joy. And blessed is she who has believed, because the things promised her by the Lord shall be accomplished. And Mary said, My soul magnifies the Lord, and my spirit rejoices in God my Saviour; because He has regarded the lowliness of His handmaid; for, behold, henceforth all generations shall call me blessed; because He Who is mighty has done great things for me, and holy is His name; and His mercy is from generation to generation on those who fear Him.
R. Praise be to Thee, O Christ.
S. By the words of the Gospel may our sins be blotted out.
Credo
Deinde ad medium Altaris extendens, elevans et iungens manus, dicit, si dicendum est, Credo in unum Deum, et prosequitur iunctis manibus. Cum dicit Deum, caput Cruci inclinat: quod similiter facit, cum dicit Iesum Christum, et simul adorátur. Ad illa autem verba Et incarnátus est, genuflectit usque dum dicatur Et homo factus est. In fine ad Et vitam ventúri sæculi, signat se signo crucis a fronte ad pectus.
Credo in unum Deum, Patrem omnipoténtem, factórem cæli et terræ, visibílium ómnium et invisibílium. Et in unum Dóminum Iesum Christum, Fílium Dei unigénitum. Et ex Patre natum ante ómnia sǽcula. Deum de Deo, lumen de lúmine, Deum verum de Deo vero. Génitum, non factum, consubstantiálem Patri: per quem ómnia facta sunt. Qui propter nos hómines et propter nostram salútem descéndit de cælis. Hic genuflectitur Et incarnátus est de Spíritu Sancto ex María Vírgine: Et homo factus est. Crucifíxus étiam pro nobis: sub Póntio Piláto passus, et sepúltus est. Et resurréxit tértia die, secúndum Scriptúras. Et ascéndit in cælum: sedet ad déxteram Patris. Et íterum ventúrus est cum glória iudicáre vivos et mórtuos: cuius regni non erit finis. Et in Spíritum Sanctum, Dóminum et vivificántem: qui ex Patre Filióque procédit. Qui cum Patre et Fílio simul adorátur et conglorificátur: qui locútus est per Prophétas. Et unam sanctam cathólicam et apostólicam Ecclésiam. Confíteor unum baptísma in remissiónem peccatórum. Et exspécto resurrectiónem mortuórum. Et vitam ventúri sæculi. Amen.
13
Creed
On Sundays and certain Feasts the priest recites the Creed, a summary of the Catholic Doctrine. This profession of faith was drawn up in the General Councils of Nicaea in 325 and Constantinople in 381 to condemn heretics who denied that Jesus Christ and the Holy Ghost were God.
I believe in one God, the Father almighty, Maker of heaven and earth, and of all things, visible and invisible.
And in one Lord Jesus Christ, the only begotten Son of God. And born of the Father, before all ages. God of God: Light of Light: true God of true God. Begotten, not made, consubstantial with the Father, by whom all things were made. Who, for us men, and for our salvation, came down from heaven. Here kneel down. And became incarnate by the Holy Ghost of the Virgin Mary: and was made man. He was crucified also for us, suffered under Pontius Pilate, and was buried. And the third day He rose again according to the Scriptures. And ascended into heaven, and sitteth at the right hand of the Father. And He shall come again with glory to judge both the living and the dead, of whose kingdom there shall be no end.
And in the Holy Ghost, the Lord and Giver of Life, proceeding from the Father and the Son. Who together, with the Father and the Son, is adored and glorified: Who spoke by the prophets. And in one, holy, Catholic and Apostolic Church. I confess one baptism for the remission of sins. And I look for the resurrection of the dead. And the life of the world to come. Amen.
Offertorium
Deinde osculatur Altare, et versus ad populum, dicit:
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Postea dicit: Orémus, et Offertorium.
Orémus.
Gen 3:15
Inimicítias ponam inter te et mulíerem, et semen tuum et semen illíus.
14
Offertory
The priest kisses the altar, and turning to the people says:
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
After saluting the people once more, the priest enters upon the Sacrifice of the Mass proper and urges the faithful to pray with him.
Let us pray.
Gen 3:15
I will put enmity between you and the Woman, between your seed and her seed.
Quo dicto, si est Missa sollemnis, Diaconus porrigit Celebranti Patenam cum Hostia: si privata, Sacerdos ipse accipit Patenam cum Hostia, quam offerens, dicit:
Súscipe, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus, hanc immaculátam hóstiam, quam ego indígnus fámulus tuus óffero tibi Deo meo vivo et vero, pro innumerabílibus peccátis, et offensiónibus, et neglegéntiis meis, et pro ómnibus circumstántibus, sed et pro ómnibus fidélibus christiánis vivis atque defúnctis: ut mihi, et illis profíciat ad salútem in vitam ætérnam. Amen.
15
Then the priest reads the Offertory-verse, a short quotation from Holy Scripture which varies with the Mass of each day. This being finished, he offers the bread and wine, which, by virtue of the words of consecration, he is going to change into the adorable Body and Blood of Jesus Christ. He takes the paten with the host and offering it up, says:
Accept, O holy Father, almighty and eternal God, this unspotted host, which I, Thy unworthy servant, offer unto Thee, my living and true God, for my innumerable sins, offenses, and negligences, and for all here present: as also for all faithful Christians, both living and dead, that it may avail both me and them for salvation unto life everlasting. Amen.
Deinde faciens crucem cum eadem Patena, deponit Hostiam super Corporale. Diaconus ministrat vinum, Subdiaconus aquam in Calice: vel si privata est Missa, utrumque infundit Sacerdos, et aquam miscendam in Calice benedicit signo crucis, dicens:
Deus,  qui humánæ substántiæ dignitátem mirabíliter condidísti, et mirabílius reformásti: da nobis per huius aquæ et vini mystérium, eius divinitátis esse consórtes, qui humanitátis nostræ fíeri dignátus est párticeps, Iesus Christus, Fílius tuus, Dóminus noster: Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus: per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
16
Making the Sign of the Cross with the paten, he places the host upon the corporal. He pours wine and water into the chalice, blessing the water before it is mixed. He pours a few drops of water into the chalice containing wine, in remembrance of the water and blood which flowed from the side of Jesus when pierced by the soldier's lance.
O God, who, in creating human nature, didst wonderfully dignify it, and still more wonderfully restore it, grant that, by the Mystery of this water and wine, we may be made partakers of His divine nature, who vouchsafed to be made partaker of our human nature, even Jesus Christ our Lord, Thy Son, who with Thee, liveth and reigneth in the unity of the Holy Ghost, God: world without end. Amen.
Postea accipit Calicem, et offert dicens:
Offérimus tibi, Dómine, cálicem salutáris, tuam deprecántes cleméntiam: ut in conspéctu divínæ maiestátis tuæ, pro nostra et totíus mundi salúte, cum odóre suavitátis ascéndat. Amen.
Deinde facit signum crucis cum Calice, et illum ponit super Corporale, et Palla cooperit: tum, iunctis manibus super Altare, aliquantulum inclinatus, dicit:
In spíritu humilitátis et in ánimo contríto suscipiámur a te, Dómine: et sic fiat sacrifícium nostrum in conspéctu tuo hódie, ut pláceat tibi, Dómine Deus.
Erectus expandit manus, easque in altum porrectas iungens, elevátis ad cælum oculis et statim demissis, dicit:
Veni, sanctificátor omnípotens ætérne Deus: Benedicit Oblata, prosequendo: et béne  dic hoc sacrifícium, tuo sancto nómini præparátum.
17
Then the priest takes the chalice, and offers it, saying:
We offer unto Thee, O Lord, the chalice of salvation, beseeching Thy clemency, that it may ascend before Thy divine Majesty, as a sweet savor, for our salvation, and for that of the whole world. Amen.
The priest makes the Sign of the Cross with the chalice, places it upon the corporal, and covers it with the pall. Then, with his hands joined upon the Altar, and slightly bowing down, he says:
Accept us, O Lord, in the spirit of humility and contrition of heart, and grant that the sacrifice which we offer this day in Thy sight may be pleasing to Thee, O Lord God.
Raising his eyes towards heaven, extending and then joining his hands, the priest makes the Sign of the Cross over the host and the chalice, while he invokes the Holy Spirit.
Come, O almighty and eternal God, the Sanctifier, and bless  this Sacrifice, prepared for the glory of Thy holy Name.
Sacerdos lavat manus, dicens:
Ps. 25, 6-12
Lavábo inter innocéntes manus meas: et circúmdabo altáre tuum, Dómine: Ut áudiam vocem laudis, et enárrem univérsa mirabília tua. Dómine, diléxi decórem domus tuæ et locum habitatiónis glóriæ tuæ. Ne perdas cum ímpiis, Deus, ánimam meam, et cum viris sánguinum vitam meam: In quorum mánibus iniquitátes sunt: déxtera eórum repléta est munéribus. Ego autem in innocéntia mea ingréssus sum: rédime me et miserére mei. Pes meus stetit in dirécto: in ecclésiis benedícam te, Dómine.
V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum. Amen.
18
The priest washes his fingers to symbolize the great purity and inner cleanliness of those who offer or participate in this great Sacrifice.
Psalm 25. 6-12
I will wash my hands among the innocent: and I will compass Thine altar, O Lord That I may hear the voice of praise: and tell of all Thy wonderous works. I have loved, O Lord, the beauty of Thy house and the place where Thy glory dwelleth. Take not away my soul, O God, with the wicked: nor my life with blood-thirsty men. In whose hands are iniquities, their right hand is filled with gifts. But I have walked in my innocence: redeem me, and have mercy on me. My foot hath stood in the direct way, in the churches I will bless Thee, O Lord.
V. Glory be to the Father, and to the Son, and to the Holy Ghost.
R. As it was in the beginning, is now, and ever shall be, world without end. Amen.
Deinde, aliquantulum inclinatus in medio Altaris, iunctis manibus super eo, dicit:
Súscipe, sancta Trínitas, hanc oblatiónem, quam tibi offérimus ob memóriam passiónis, resurrectiónis, et ascensiónis Iesu Christi, Dómini nostri: et in honórem beátæ Maríæ semper Vírginis, et beáti Ioannis Baptistæ, et sanctórum Apostolórum Petri et Pauli, et istórum et ómnium Sanctórum: ut illis profíciat ad honórem, nobis autem ad salútem: et illi pro nobis intercédere dignéntur in cælis, quorum memóriam ágimus in terris. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
19
Bowing down before the middle of the alter, the priest, with joined hands, says:
Receive, O holy Trinity, this oblation which we make to Thee, in memory of the Passion, Resurrection and Ascension of our Lord Jesus Christ, and in honor of Blessed Mary, ever Virgin, blessed John the Baptist, the holy Apostles Peter and Paul, and of all the Saints, that it may avail unto their honor and our salvation, and may they vouchsafe to intercede for us in heaven, whose memory we celebrate on earth. Through the same Christ our Lord. Amen.
Postea osculatur Altare, et versus ad populum extendens, et iungens manus, voce paululum elevata, dicit:
S. Oráte, fratres: ut meum ac vestrum sacrifícium acceptábile fiat apud Deum Patrem omnipoténtem.
Minister, seu circumstantes respondent: alioquin ipsemet Sacerdos:
M. Suscípiat Dóminus sacrifícium de mánibus tuis vel meis ad laudem et glóriam nominis sui, ad utilitátem quoque nostram, totiúsque Ecclésiæ suæ sanctæ.
Sacerdos submissa voce dicit:
S. Amen.
Deinde, manibus extensis, absolute sine Orémus subiungit Orationes secretas.

Secreta
Ascéndat ad te, Dómine, nostræ devotiónis oblátio, et, beatíssima Vírgine María in cœlum assumpta intercedénte, corda nostra, caritátis igne succénsa, ad te iúgiter ádspirent.
Per Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
Commemoratio Dominica XII Post Pentecosten III. Augusti
Hóstias, quǽsumus, Dómine, propítius inténde, quas sacris altáribus exhibémus: ut, nobis indulgéntiam largiéndo, tuo nómini dent honórem.
Per Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
20
The priest kisses the altar and, turning towards the people, extending, then joining his hands, says audibly:
P. Brethren, pray that my Sacrifice and yours may be acceptable to God the Father almighty.
The server answers:
S. May the Lord receive the Sacrifice from thy hands, to the praise and glory of His Name, to our benefit and that of all His holy Church.
The priest answers in a low voice:
P. Amen.
Then, with outstretched hands, he recites the Secret Prayers, not beginning with Oremus. The Secret Prayers vary with the Mass, and are found in the Mass of the Day. These being finished, the priest says or sings: P. World without end. S. Amen.

Secret
May the offering of our devotion rise unto You, O Lord, and by the intercession of the most Blessed Virgin Mary, who was taken up into heaven, may our hearts, on fire with love, strive ever upward to You.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.
Commemoratio Dominica XII Post Pentecosten III. Augusti
O Lord, we beseech You, graciously look upon the offerings which we lay upon Your sacred altar; so that they may bring us plentiful forgiveness while they give honor to Your name.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.
Præfatio
Quibus finitis, cum pervenerit ad conclusionem, clara voce dicit: Per ómnia sǽcula sæculórum, cum Præfatione, ut in sequentibus. Præfationem incipit ambabus manibus positis hinc inde super Altare: quas aliquantulum elevat, cum dicit: Sursum corda. Iungit eas ante pectus, et caput inclinat, cum dicit: Grátias agamus Dómino, Deo nostro. Deinde disiungit manus, et disiunctas tenet usque ad finem Præfationis: qua finita, iterum iungit eas, et inclinatus dicit: Sanctus. Et cum dicit: Benedíctus, qui venit, signum crucis sibi producit a fronte ad pectus.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
V. Sursum corda.
R. Habémus ad Dóminum.
V. Grátias agámus Dómino, Deo nostro.
R. Dignum et iustum est.

de Beata Maria Virgine
Vere dignum et iustum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine sancte, Pater omnípotens, ætérne Deus: Et te in Assumptione beátæ Maríæ semper Vírginis collaudáre, benedícere et prædicáre. Quæ et Unigénitum tuum Sancti Spíritus obumbratióne concépit: et, virginitátis glória permanénte, lumen ætérnum mundo effúdit, Iesum Christum, Dóminum nostrum. Per quem maiestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Cæli cælorúmque Virtútes ac beáta Séraphim sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces ut admitti iubeas, deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:

Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus, Deus Sábaoth. Pleni sunt cæli et terra glória tua. Hosánna in excélsis. Benedíctus, qui venit in nómine Dómini. Hosánna in excélsis.
21
Preface
The priest begins the preface, a call to render thanks to God the Father, through Jesus Christ, in union with all the heavenly spirits. The prayer of thanksgiving and praise varies with important Feasts. The priest begins the Preface, holding his hands over the altar:
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
P. Lift up your hearts.
S. We have lifted them up to the Lord.
P. Let us give thanks to the Lord our God.
S. It is meet and just.

Blessed Virgin
It is truly meet and just, right and for our salvation, that we should at all times, and in all places, give thanks unto Thee, O holy Lord, Father almighty, everlasting God: and that we should praise and bless, and proclaim Thee, in the Assumptione of the Blessed Mary, ever-Virgin: Who also conceived Thine only-begotten Son by the overshadowing of the Holy Ghost, and the glory of her virginity still abiding, gave forth to the world the everlasting Light, Jesus Christ our Lord. Through whom the Angels praise Thy Majesty, the Dominations worship it, and the Powers stand in awe. The Heavens and the heavenly hosts together with the blessed Seraphim in triumphant chorus unite to celebrate it. Together with these we entreat Thee that Thou mayest bid our voices also to be admitted while we say with lowly praise:

Holy, Holy, Holy, Lord God of Sabaoth! Heaven and earth are full of Thy glory! Hosanna in the highest! Blessed is He that cometh in the Name of the Lord! Hosanna in the highest!
Canon
Finita præfatione, sacerdos extendens, elevans aliquantulum et iungens manus, elevansque ad cælum oculos, et statim demittens, profunde inclinatus ante Altare, manibus super eo positis, dicit :
Te ígitur, clementíssime Pater, per Iesum Christum, Fílium tuum, Dóminum nostrum, súpplices rogámus, ac pétimus, osculatur Altare et, iunctis manibus ante pectus, dicit: uti accépta hábeas et benedícas, Signat ter super Hostiam et Calicem simul, dicens: hæc  dona, hæc  múnera, hæc  sancta sacrifícia illibáta, Extensis manibus prosequitur: in primis, quæ tibi offérimus pro Ecclésia tua sancta cathólica: quam pacificáre, custodíre, adunáre et régere dignéris toto orbe terrárum: una cum fámulo tuo Papa nostro nomen Papae et Antístite nostro nomen Episcopi et ómnibus orthodóxis, atque cathólicæ et apostólicæ fídei cultóribus.
22
Canon
We therefore, humbly pray and beseech Thee, most merciful Father, through Jesus Christ; Thy Son, our Lord, He kisses the altar that Thou wouldst vouchsafe to accept and bless He joins his hands and signs the oblation thrice with the Sign of the Cross. these  gifts, these  presents, these  holy unspotted Sacrifices, Then extending his hands, he proceeds: which in the first place we offer Thee for Thy holy Catholic Church to which vouchsafe to grant peace, as also to preserve, unite, and govern it throughout the world, together with Thy servant name of Pope our Pope, and name of Bishop our Bishop, and all orthodox believers and professors of the Catholic and Apostolic Faith.
Commemoratio pro vivis
Meménto, Dómine, famulórum famularúmque tuarum N. et N. Iungit manus, orat aliquantulum pro quibus orare intendit: deinde manibus extensis prosequitur: et ómnium circumstántium, quorum tibi fides cógnita est et nota devótio, pro quibus tibi offérimus: vel qui tibi ófferunt hoc sacrifícium laudis, pro se suísque ómnibus: pro redemptióne animárum suárum, pro spe salútis et incolumitátis suæ: tibíque reddunt vota sua ætérno Deo, vivo et vero.
23
Commemoration of the Living
Be mindful, O Lord, of Thy servants and handmaidens, N. et N. The priest joins his hands and prays silently for those for whom he intends to pray. Then extending his hands, he proceeds: and of all here present, whose faith and devotion are known unto Thee, for whom we offer, or who offer up to Thee, this sacrifice of praise for themselves, their families and friends, for the redemption of their souls, for the health and salvation they hope for; and who now pay their vows to Thee, the everlasting, living and true God.
Communicántes, et memóriam venerántes, in primis gloriósæ semper Vírginis Maríæ, Genetrícis Dei et Dómini nostri Iesu Christi: sed et beáti Ioseph, eiúsdem Vírginis Sponsi,
et beatórum Apostolórum ac Mártyrum tuórum, Petri et Pauli, Andréæ, Iacóbi, Ioánnis, Thomæ, Iacóbi, Philíppi, Bartholomǽi, Matthǽi, Simónis et Thaddǽi: Lini, Cleti, Cleméntis, Xysti, Cornélii, Cypriáni, Lauréntii, Chrysógoni, Ioánnis et Pauli, Cosmæ et Damiáni: et ómnium Sanctórum tuórum; quorum méritis precibúsque concédas, ut in ómnibus protectiónis tuæ muniámur auxílio. Iungit manus Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
24
We pray in union with and honor the memory, especially of the glorious ever Virgin Mary, mother of our God and Lord Jesus Christ: as also of the blessed Joseph, her Spouse,
and of the blessed Apostles and Martyrs Peter and Paul, Andrew, James, John, Thomas, James, Philip, Bartholomew, Matthew, Simon, and Thaddeus; Linus, Cletus, Clement, Xystus, Cornelius, Cyprian, Lawrence, Chrysogonus, John and Paul, Cosmas and Damian, and of all Thy Saints, through whose merits and prayers, grant that we may in all things be defended by the help of Thy protection. He joins his hands. Through the same Christ our Lord. Amen.
Tenens manus expansas super Oblata, dicit:
Hanc ígitur oblatiónem servitútis nostræ, sed et cunctæ famíliæ tuæ,
quǽsumus, Dómine, ut placátus accípias: diésque nostros in tua pace dispónas, atque ab ætérna damnatióne nos éripi, et in electórum tuórum iúbeas grege numerári. Iungit manus Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
25
Spreading his hands over the oblation, he says:
We therefore beseech Thee, O Lord, graciously to accept this oblation of our service, as also of Thy whole family;
and to dispose our days in Thy peace, preserve us from eternal damnation, and rank us in the number of Thine Elect. He joins his hands. Through the same Christ our Lord. Amen.
Quam oblatiónem tu, Deus, in ómnibus, quǽsumus, Signat ter super Oblata, bene  díctam, adscríp  tam, ra  tam, rationábilem, acceptabilémque fácere dignéris: Signat semel super Hostiam, ut nobis Cor  pus, et semel super Calicem, et San  guis fiat dilectíssimi Fílii tui, Iungit manus, Dómini nostri Iesu Christi.
Which oblation do Thou, O God, vouchsafe in all respects, He signs thrice the oblation with the Sign of the Cross. to bless,  approve,  ratify,  make worthy and acceptable; He signs again the Host and chalice with the Sign of the Cross. that it may be made for us the Body  and Blood  of Thy most beloved Son Jesus Christ our Lord.
Qui prídie quam paterétur, Accipit Hostiam, accépit panem in sanctas ac venerábiles manus suas, Elevat oculos ad cælum, elevátis óculis in cælum ad te Deum, Patrem suum omnipoténtem, Caput inclinat, tibi grátias agens, Signat super Hostiam, bene  díxit, fregit, dedítque discípulis suis, dicens: Accípite, et manducáte ex hoc omnes.
Who, the day before He suffered, He takes the host. took bread into His holy and venerable hands, He raises his eyes to heaven. and with His eyes lifted up towards heaven unto Thee, God, His almighty Father, giving thanks to Thee, He signs the host with the Sign of the Cross He blessed  it, broke it and gave it to His disciples saying: Take and eat ye all of this,
Tenens ambabus manibus Hostiam inter indices et pollices, profert verba consecrationis secrete, distincte et attente super Hostiam, et simul super omnes, si plures sint consecrandæ.

HOC EST ENIM CORPUS MEUM.

Quibus verbis prolatis, statim Hostiam consecratam genuflexus adorat: surgit, ostendit populo, reponit super Corporale, et genuflexus iterum adorat: nec amplius pollices et indices disiungit, nisi quando Hostia tractanda est, usque ad ablutionem digitorum.

28
The words of the Consecration of the Host:

FOR THIS IS MY BODY.


After pronouncing the words of the Consecration, the priest, kneeling, adores the Sacred Host; rising, he elevates It. -- Look up at the Sacred Host, with faith, piety, and love, saying: "My Lord and my God." -- and then placing It on the corporal, again adores It. After this he never disjoins his fingers and thumbs, except when he is to take the Host, until after the washing of his fingers.
Tunc, detecto Calice, dicit:
Símili modo postquam cenátum est, Ambabus manibus accipit Calicem, accípiens et hunc præclárum Cálicem in sanctas ac venerábiles manus suas: item Caput inclinat, item tibi grátias agens, Sinistra tenens Calicem, dextera signat super eum, bene  díxit, dedítque discípulis suis, dicens: Accípite, et bíbite ex eo omnes.
29
Consecration of the Wine Then, uncovering the chalice, the priest says:
In like manner, after He had supped, He takes the chalice with both his hands. taking also this excellent chalice into His holy and venerable hands He takes the chalice in his left hand, and with his right he signs it with the Sign of the Cross. He blessed  , and gave it to His disciples, saying: Take and drink ye all of this,
Profert verba consecrationis super Calicem, attente, continuate, et secrete, tenens illum parum elevatum.

HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS MEI, NOVI ET ÆTERNI TESTAMENTI: MYSTERIUM FIDEI: QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFUNDETUR IN REMISSIONEM PECCATORUM.


Quibus verbis prolatis, deponit Calicem super Corporale, et dicens secrete:
Hæc quotiescúmque fecéritis, in mei memóriam faciétis.
Genuflexus adorat: surgit, ostendit populo, deponit, cooperit, et genuflexus iterum adorat.
30
The words of Consecration of the Chalice

FOR THIS IS THE CHALICE OF MY BLOOD OF THE NEW AND ETERNAL TESTAMENT, THE MYSTERY OF FAITH; WHICH SHALL BE SHED FOR YOU AND FOR MANY UNTO THE REMISSION OF SINS.


After the elevation of the Chalice, the priest says in a low voice:
As often as ye do these things, ye shall do them in remembrance of Me.
The priest kneels and adores the Precious Blood; rising, he elevates the Chalice, and setting it down he covers it and adores it again.
Deinde disiunctis manibus dicit:
Unde et mémores, Dómine, nos servi tui, sed et plebs tua sancta, eiúsdem Christi Fílii tui, Dómini nostri, tam beátæ passiónis, nec non et ab ínferis resurrectiónis, sed et in cælos gloriósæ ascensiónis: offérimus præcláræ maiestáti tuæ de tuis donis ac datis, Iungit manus, et signat ter super Hostiam, et Calicem simul, dicens: hóstiam  puram, hóstiam  sanctam, hóstiam  immaculátam, Signat semel super Hostiam, dicens: Panem  sanctum vitæ ætérnæ, et semel super Calicem, dicens: et Cálicem  salútis perpétuæ.
31
With his hands held apart, he then proceeds
Wherefore, O Lord, we Thy servants, as also Thy holy people, calling to mind the blessed Passion of the same Christ, Thy Son, our Lord, and also His Resurrection from the dead and His glorious Ascension into heaven: do offer unto Thy most excellent Majesty of Thine own gifts, bestowed upon us, He joins his hands and signs thrice the Host and Chalice with the Sign of the Cross. a pure  Host, a holy  Host, an unspotted  Host, He signs the Host and the Chalice, with the Sign of the Cross. the holy  Bread of eternal life, and the Chalice  of everlasting salvation.
Extensis manibus prosequitur:
Supra quæ propítio ac seréno vultu respícere dignéris: et accépta habére, sicúti accépta habére dignátus es múnera púeri tui iusti Abel, et sacrifícium Patriárchæ nostri Abrahæ: et quod tibi óbtulit summus sacérdos tuus Melchísedech, sanctum sacrifícium, immaculátam hóstiam.
32
Extending his hands, he proceeds
Upon which vouchsafe to look with a propitious and serene countenance, and to accept them, as Thou wert graciously pleased to accept the gifts of Thy just servant Abel, and the sacrifice of our patriarch Abraham, and that which Thy high priest Melchisedech offered to Thee, a holy Sacrifice, and unspotted Victim.
Profunde inclinatus, iunctis manibus et super Altare positis, dicit:
Súpplices te rogámus, omnípotens Deus: iube hæc perférri per manus sancti Angeli tui in sublíme altáre tuum, in conspéctu divínæ maiestátis tuæ: ut, quotquot Osculatur Altare, ex hac altáris participatióne sacrosánctum Fílii tui Iungit manus, et signat semel super Hostiam, et semel super Calicem, Cor  pus, et Sán  guinem sumpsérimus, Seipsum signat, dicens: omni benedictióne cælésti et grátia repleámur. Iungit manus. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
33
Bowing down, with his hands joined and placed upon the altar, he says:
We most humbly beseech Thee, almighty God, command these offerings to be borne by the hands of Thy holy Angels to Thine altar on high, in the sight of Thy divine majesty, that as many He kisses the altar. as shall partake of the most holy He joins his hand, and signs the Host and the Chalice with the Sign of the Cross. Body  and Blood  of Thy Son He signs himself with the Sign of the Cross. at this altar, may be filled with every heavenly grace and blessing. Through the same Christ our Lord. Amen.
Commemoratio pro defunctis
Meménto étiam, Dómine, famulórum famularúmque tuárum N. et N., qui nos præcessérunt cum signo fídei, et dórmiunt in somno pacis. Iungit manus, orat aliquántulum pro iis defunctis, pro quibus orare intendit, deinde extensis manibus prosequitur: Ipsis, Dómine, et ómnibus in Christo quiescéntibus locum refrigérii, lucis, et pacis, ut indúlgeas, deprecámur. Iungit manus, et caput inclinat, dicens: Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
34
Commemoration of the Dead
Remember also, O Lord, Thy servants and handmaids N. and N., who are gone before us with the sign of faith, and rest in the sleep of peace. He joins his hands and prays for such of the dead as he intends to pray for, then extending his hands he proceeds: To these, O Lord, and to all that rest in Christ, grant, we beseech Thee, a place of refreshment, light, and peace; He joins his hands, and bows his head: Through the same Christ our Lord. Amen.
Manu dextera percutit sibi pectus, elata aliquantulum voce dicens:
Nobis quoque peccatóribus Extensis manibus ut prius, secrete prosequitur: fámulis tuis, de multitúdine miseratiónum tuárum sperántibus, partem áliquam et societátem donáre dignéris, cum tuis sanctis Apóstolis et Martýribus: cum Ioánne, Stéphano, Matthía, Bárnaba, Ignátio, Alexándro, Marcellíno, Petro, Felicitáte, Perpétua, Agatha, Lúcia, Agnéte, Cæcília, Anastásia, et ómnibus Sanctis tuis: intra quorum nos consórtium, non æstimátor mériti, sed véniæ, quǽsumus, largítor admítte. Iungit manus. Per Christum, Dóminum nostrum.
35
Pronounces in a somewhat elevated tone of voice, to symbolize an act of public self-humiliation; at the same time he strikes his breast in a token of contrition.
To us also, Thy sinful servants, confiding in the multitude of Thy mercies, vouchsafe to grant some part and fellowship with Thy holy Apostles and Martyrs, with John, Stephen, Matthias, Barnabas, Ignatius, Alexander, Marcellinus, Peter, Felicitas, Perpetua, Agatha, Lucy, Agnes, Cecilia, Anastasia, and with all Thy Saints, into whose company we beseech Thee to admit us, not weighing our merits, but pardoning our offenses. He joins his hands. Through Christ our Lord.
Per quem hæc ómnia, Dómine, semper bona creas, Signat ter super Hostiam, et Calicem simul, dicens: sanctí  ficas, viví  ficas, bene  dícis et præstas nobis.
Discooperit Calicem, genuflectit, accipit Hostiam inter pollicem et indicem manus dexteræ: et tenens sinistra Calicem, cum Hostia signat ter a labio ad labium Calicis, dicens:
Per ip  sum, et cum ip  so, et in ip  so, Cum ipsa Hostia signat bis inter se et Calicem, dicens: est tibi Deo Patri  omnipoténti, in unitáte Spíritus  Sancti,
Elevans parum Calicem cum Hostia, dicit:
omnis honor, et glória.
ponit Hostiam, Calicem Palla cooperit, genuflectit, surgit, et dicit intellegibili voce vel cantat:
Per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
36
By Whom, O Lord, Thou dost ever create. He signs thrice the Host and the Chalice, saying: sanctify,  quicken,  bless,  and give unto us all these good things.
He uncovers the Chalice, and genuflects: then taking the Host in his right hand, and holding the Chalice in his left, he signs with the Sign of the Cross three times across the Chalice, saying:
By Him,  and with Him,  and in Him  He signs twice between the Chalice and his breast. is to Thee, God the Father  almighty, in the unity of the Holy  Ghost,
He elevates a little the Chalice with the Host.
all honor and glory.
Replacing the Host, and covering the Chalice, he kneels down, and rising again, he says or sings:
P. World without end.
S. Amen.
Preparatio Communionis
Iungit manus.
Orémus: Præcéptis salutáribus móniti, et divína institutióne formáti audémus dícere:
Extendit manus.
Pater noster, qui es in cælis. Sanctificétur nomen tuum. Advéniat regnum tuum. Fiat volúntas tua, sicut in cælo et in terra. Panem nostrum quotidiánum da nobis hódie. Et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris. Et ne nos indúcas in tentatiónem:
R. Sed líbera nos a malo.
S. Sacerdos secrete dicit : Amen.
37
Preparation for Communion
Let us pray. Instructed by Thy saving precepts, and following Thy divine institution, we are bold to say:
Our Father, who art in heaven, hallowed be Thy Name; Thy kingdom come; Thy will be done on earth as it is in heaven. Give us this day our daily bread. And forgive us our trespasses, as we forgive those who trespass against us. And lead us not into temptation.
M. But deliver us from evil.
P. Amen.
Deinde manu dextera accipit inter indicem et medium digitos Patenam, quam tenens super Altare erectam, dicit secrete:
Líbera nos, quǽsumus, Dómine, ab ómnibus malis, prætéritis, præséntibus et futúris: et intercedénte beáta et gloriósa semper Vírgine Dei Genetríce María, cum beátis Apóstolis tuis Petro et Paulo, atque Andréa, et ómnibus Sanctis, Signat se cum Patena a fronte ad pectus, da propítius pacem in diébus nostris: Patenam osculatur, ut, ope misericórdiæ tuæ adiúti, et a peccáto simus semper líberi et ab omni perturbatióne secúri.
Submittit Patenam Hostiæ, discooperit Calicem, genuflectit, surgit, accipit Hostiam, et eam super Calicem tenens utraque manu, frangit per medium, dicens:
Per eúndem Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum.
Et mediam partem, quam in dextera manu tenet, ponit super Patenam. Deinde ex parte, quæ in sinistra remanserat, frangit particulam, dicens:
Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus.
Aliam mediam partem, quam in sinistra manu habet, adiungit mediæ super Patenam positæ, et particulam parvam dextera retinens super Calicem, quem sinistra per nodum infra cuppam tenet, dicit intellegibili voce vel cantat:
V. Per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
Cum ipsa particula signat ter super Calicem, dicens:
Pax Dómini sit semper vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
38
Then the priest takes the paten between the first and second finger and says:
Deliver us, we beseech Thee, O Lord, from all evils, past, present, and to come; and by the intercession of the Blessed and glorious ever Virgin Mary, Mother of God, and of the holy Apostles, Peter and Paul, and of Andrew, and of all the Saints, He signs himself with the paten, and then kisses it. mercifully grant peace in our days, that through the assistance of Thy mercy we may be always free from sin, and secure from all disturbance.
He places the paten under the Host, uncovers the Chalice, and makes a genuflection; rising, he takes the Host and breaks It in the middle over the Chalice, saying:
Through the same Jesus Christ, Thy Son, our Lord.
He puts the Part which is in his right hand upon the paten, and breaks a Particle from the other Part in his left hand, saying:
Who with Thee in the unity of the Holy Ghost liveth and reigneth God,
He places the Half which is in his left hand on the paten, and holding the Particle which he broke off in his right hand, and the Chalice in his left, he says:
P. World without end.
S. Amen.
The priest makes the Sign of the Cross with the Particle over the Chalice, saying:
P. The peace  of the Lord be  always with  you.
S. And with thy spirit.
Particulam ipsam immittit in Calicem, dicens secrete:
Hæc commíxtio, et consecrátio Córporis et Sánguinis Dómini nostri Iesu Christi, fiat accipiéntibus nobis in vitam ætérnam. Amen.
Cooperit Calicem, genuflectit, surgit, et inclinatus Sacramento, iunctis manibus, et ter pectus percutiens, intellegibili voce dicit:
39
He puts the Particle into the Chalice, saying:
May this mixture and consecration of the Body and Blood of our Lord Jesus Christ be to us who receive it effectual unto eternal life. Amen.
He covers the Chalice, genuflects and rises; than bowing down and striking his breast thrice, he says:

Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: miserére nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: miserére nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: dona nobis pacem.
40

Lamb of God, who takest away the sins of the world, have mercy on us.
Lamb of God, who takest away the sins of the world, have mercy on us.
Lamb of God, who takest away the sins of the world, grant us peace.
Deinde, iunctis manibus super Altare, inclinatus dicit secrete sequentes Orationes:
Dómine Iesu Christe, qui dixísti Apóstolis tuis: Pacem relínquo vobis, pacem meam do vobis: ne respícias peccáta mea, sed fidem Ecclésiæ tuæ; eámque secúndum voluntátem tuam pacificáre et coadunáre dignéris: Qui vivis et regnas Deus per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
41
With his hands joined and resting on the altar, standing inclined, he says the three following prayers:
O Lord Jesus Christ, who saidst to Thine Apostles: Peace I leave you, My peace I give you: regard not my sins, but the faith of Thy Church; and vouchsafe to grant her that peace and unity which is agreeable to Thy will: Who livest and reignest God, world without end. Amen.
Dómine Iesu Christe, Fili Dei vivi, qui ex voluntáte Patris, cooperánte Spíritu Sancto, per mortem tuam mundum vivificásti: líbera me per hoc sacrosánctum Corpus et Sánguinem tuum ab ómnibus iniquitátibus meis, et univérsis malis: et fac me tuis semper inhærére mandátis, et a te numquam separári permíttas: Qui cum eódem Deo Patre et Spíritu Sancto vivis et regnas Deus in sǽcula sæculórum. Amen.
O Lord Jesus Christ, Son of the living God, who, according to the will of Thy Father, with the cooperation of the Holy Ghost, hast by Thy death given life to the world; deliver me by this Thy most sacred Body and Blood, from all my iniquities and from all evils; and make me always cleave to Thy commandments, and suffer me never to be separated from Thee, Who livest and reignest, with the same God the Father and the Holy Ghost, God, world without end. Amen.
Percéptio Córporis tui, Dómine Iesu Christe, quod ego indígnus súmere præsúmo, non mihi provéniat in iudícium et condemnatiónem: sed pro tua pietáte prosit mihi ad tutaméntum mentis et córporis, et ad medélam percipiéndam: Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
Let not the partaking of Thy Body, O Lord, Jesus Christ, which I, though unworthy, presume to receive, turn to my judgment and condemnation; but let it, through Thy mercy, become a safeguard and remedy, both for soul and body; Who with God the Father, in the unity of the Holy Ghost, livest and reignest God, world without end. Amen.
Genuflectit, surgit, et dicit:
Panem cæléstem accípiam, et nomen Dómini invocábo.
Deinde parum inclinatus, accipit ambas partes Hostiæ inter pollicem et indicem sinistræ manus, et Patenam inter eundem indicem et medium supponit, et dextera tribus vicibus percutiens pectus, elata aliquantulum voce, ter dicit devote et humiliter:
V. Dómine, non sum dignus, Et secrete prosequitur: ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
V. Dómine, non sum dignus, Et secrete prosequitur: ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
V. Dómine, non sum dignus, Et secrete prosequitur: ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
44
The priest genuflects, rises and says:
I will take the Bread of heaven, and will call upon the Name of the Lord.
Slightly inclining, he takes both halves of the Host between the thumb and forefinger of his left hand, and the paten between the same forefinger and the middle one; then striking his breast with his right hand, and raising his voice a little, he says three times devoutly and humbly:
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
V. Lord, I am not worthy that Thou shouldst enter under my roof; say but the word, and my soul shall be healed.
Postea dextera se signans cum Hostia super Patenam, dicit:
Corpus Dómini nostri Iesu Christi custódiat ánimam meam in vitam ætérnam. Amen.
Et se inclinans, reverenter sumit ambas partes Hostiæ: quibus sumptis, deponit Patenam super Corporale, et erigens se iungit manus, et quiescit aliquantulum in meditatione Sanctissimi Sacramenti.
45
Then with his right hand, making the Sign of the Cross with the Host over the paten, he says:
The Body of our Lord Jesus Christ preserve my soul unto life everlasting. Amen.
He then reverently receives both halves of the Host, joins his hands, and meditates a short time.
Deinde discooperit Calicem, genuflectit, colligit fragmenta, si quæ sint, extergit Patenam super Calicem, interim dicens:
Quid retríbuam Dómino pro ómnibus, quæ retríbuit mihi? Cálicem salutáris accípiam, et nomen Dómini invocábo. Laudans invocábo Dóminum, et ab inimícis meis salvus ero.
Accipit Calicem manu dextera, et eo se signans, dicit:
Sanguis Dómini nostri Iesu Christi custódiat ánimam meam in vitam ætérnam. Amen.
Et sinistra supponens Patenam Calici, reverenter sumit totum Sanguinem cum particula. Quo sumpto, si qui sunt communicandi, eos communicet, antequam se purificet
46
Then he uncovers the Chalice, genuflects, collects whatever fragments may remain on the corporal, and purifies the paten over the Chalice, saying:
What return shall I make to the Lord for all He has given to me? I will take the chalice of salvation, and call upon the Name of the Lord. Praising I will call upon the Lord, and I shall be saved from my enemies.
The priest takes the Chalice and making the Sign of the Cross with it, says:
The Blood of our Lord Jesus Christ preserve my soul unto life everlasting. Amen.
Then he receives all the Precious Blood, together with the Particle.
Communio

47
Communio

Postea dicit:
Quod ore súmpsimus, Dómine, pura mente capiámus: et de múnere temporáli fiat nobis remédium sempitérnum.
Interim porrigit Calicem ministro, qui infundit in eo parum vini, quo se purificat: deinde prosequitur:
Corpus tuum, Dómine, quod sumpsi, et Sanguis, quem potávi, adhǽreat viscéribus meis: et præsta; ut in me non remáneat scélerum mácula, quem pura et sancta refecérunt sacraménta: Qui vivis et regnas in sǽcula sæculórum. Amen.
Abluit et extergit digitos, ac sumit ablutionem: extergit os et Calicem, quem, plicato Corporali, operit et collocat in Altari ut prius: deinde prosequitur Missam.
48
The priest says silently:
Grant, O Lord, that what we have taken with our mouth, we may receive with a pure mind; and from a temporal gift may it become to us an eternal remedy.
Then he holds out the Chalice to the server -- in Solemn Masses to the deacon -- who pours wine into it for the first ablution, then the priest proceeds:
May Thy Body, O Lord, which I have received, and Thy Blood which I have drunk, cleave to my bowels; and grant that no stain of sin may remain in me, who have been fed with this pure and holy Sacrament; Who livest and reignest for ever and ever. Amen.
The priest then washes his fingers and receives the second ablution. Then he covers the chalice and folding the corporal, places it on the chalice, as at the beginning of Mass, and goes to the right side of the altar to say the prayers from the Missal.
Communio
Luc 1:48-49
Beátam me dicent omnes generatiónes, quia fecit mihi magna qui potens est.
49
Communion
Luke 1:48-49
All generations shall call me blessed; because He Who is mighty has done great things for me.
Postcommunio
Dicta antiphona ad Communionem, osculatur altare, et versus ad populum dicit :
S. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Deinde, reversus ad altare, dicit :
Orémus.
Sumptis, Dómine, salutáribus sacraméntis: da, quǽsumus; ut, méritis et intercessióne beátæ Vírginis Maríæ in cœlum assúmptæ, ad resurrectiónis glóriam perducámur.
Per Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.

Orémus.
Commemoratio Dominica XII Post Pentecosten III. Augusti
Vivíficet nos, quǽsumus, Dómine, huius participátio sancta mystérii: et páriter nobis expiatiónem tríbuat et múnimen.
Per Dóminum nostrum Iesum Christum, Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.
R. Amen.
50
Post Communion
The priest kisses the altar. Then he turns to the people, and says or sings:
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
Let us pray.
Having partaken, O Lord, of the sacrament of salvation, grant, we beseech You, that through the merits and intercession of the Blessed Virgin Mary, who was taken up into heaven, we may be delivered from all the evils that threaten us.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.

Let us pray.
Commemoratio Dominica XII Post Pentecosten III. Augusti
May the holy reception of this sacrament, we beseech You, O Lord, restore us to life, and bestow upon us forgiveness and protection.
Through Jesus Christ, thy Son our Lord, Who liveth and reigneth with thee, in the unity of the Holy Ghost, God, world without end.
R. Amen.
Conclusio
Dicto, post ultimam Orationem,
S. Dóminus vobíscum.
M. Et cum spíritu tuo,
dicit pro Missæ qualitate, vel Ite, Missa est, vel Benedicámus Dómino. Deo grátias.
51
Conclusion
He turns to the people and says:
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
V. Ite, Missa est.
R. Deo grátias.
52
V. Go, the Mass is ended.
R. Thanks be to God.
Tunc celebrans inclinat se ante medium altaris, et manibus iunctis super illud, dicit secrete:
Pláceat tibi, sancta Trínitas, obséquium servitútis meæ: et præsta; ut sacrifícium, quod óculis tuæ maiestátis indígnus óbtuli, tibi sit acceptábile, mihíque et ómnibus, pro quibus illud óbtuli, sit, te miseránte, propitiábile. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
53
May the performance of my homage be pleasing to Thee, O holy Trinity: and grant that the Sacrifice which I, though unworthy, have offered up in the sight of Thy Majesty, may be acceptable to Thee, and through Thy mercy, be a propitiation for me, and for all those for whom I have offered it. Through Christ our Lord. Amen.
Deinde osculatur Altare: et elevatis oculis, extendens, elevans et iungens manus, caputque Cruci inclínans, dicit:
Benedícat vos omnípotens Deus,
et versus ad populum, semel tantum benedícens, etiam in Missis sollemnibus; In Missa Pontificali ter benedicitur, ut in Pontificali habetur. Deinde prosequitur:
Pater, et Fílius,  et Spíritus Sanctus.
R. Amen.
54
He kisses the altar, and raising his eyes, extending, raising and joining his hands, he bows down his head and says:
P. May almighty God the Father, Son,  and Holy Ghost,

bless you.
S. Amen.
Deinde sacerdos in cornu Evangelii, iunctis manibus dicit:
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Et signans signo crucis primum Altare vel librum, deinde se in fronte, ore et pectore, dicit:
Inítium +︎ sancti Evangélii secúndum Ioánnem
R. Glória tibi, Dómine.
Ioann. 1, 1-14.
Iunctis manibus prosequitur:
In princípio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum. Hoc erat in princípio apud Deum. Omnia per ipsum facta sunt: et sine ipso factum est nihil, quod factum est: in ipso vita erat, et vita erat lux hóminum: et lux in ténebris lucet, et ténebræ eam non comprehendérunt.
Fuit homo missus a Deo, cui nomen erat Ioánnes. Hic venit in testimónium, ut testimónium perhibéret de lúmine, ut omnes créderent per illum. Non erat ille lux, sed ut testimónium perhibéret de lúmine.
Erat lux vera, quæ illúminat omnem hóminem veniéntem in hunc mundum. In mundo erat, et mundus per ipsum factus est, et mundus eum non cognóvit. In própria venit, et sui eum non recepérunt. Quotquot autem recepérunt eum, dedit eis potestátem fílios Dei fíeri, his, qui credunt in nómine eius: qui non ex sanguínibus, neque ex voluntáte carnis, neque ex voluntáte viri, sed ex Deo nati sunt. Genuflectit dicens: Et Verbum caro factum est, Et surgens prosequitur: et habitávit in nobis: et vídimus glóriam eius, glóriam quasi Unigéniti a Patre, plenum grátiæ et veritátis.
R. Deo grátias.
Finito Evangelio sancti Ioannis, discedens ab Altari, pro gratiarum actione dicit Ant. Trium puerórum, cum reliquis, ut habetur in principio Missalis.
55
Then turning to the Gospel side of the altar, the priest says:
P. The Lord be with you.
S. And with thy spirit.
He then traces the Sign of the Cross, first upon the altar, and then upon his forehead, lips, and breast, and says:
The beginning +︎ of the holy Gospel according to John
R. Glory be to Thee, O Lord.
John 1, 1-14

In the beginning was the Word, and the Word was with God, and the Word was God. The same was in the beginning with God. All things were made by Him, and without Him was made nothing that was made: in Him was life, and the life was the Light of men; and the Light shineth in darkness, and the darkness did not comprehend it.
There was a man sent from God, whose name was John. This man came for a witness, to testify concerning the Light, that all might believe through Him. He was not the Light, but he was to testify concerning the Light.
That was the true Light, which enlighteneth every man that cometh into this world. He was in the world, and the world was made by Him, and the world knew Him not. He came unto His own, and His own received Him not. But as many as received Him to them He gave power to become sons of God, to them that believe in His Name, who are born not of blood, nor of the will of the flesh, nor of the will of man, but of God. Here all kneel. And the Word was made flesh, and dwelt among us: and we saw His glory, the glory as of the Only begotten of the Father, full of grace and truth.
R. Thanks be to God.
Orationes Leonis XIII

S. Ave María, grátia plena, Dóminus tecum, benedícta tu in muliéribus et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
O. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ. Amen.
S. Ave María, grátia plena, Dóminus tecum, benedícta tu in muliéribus et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
O. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ. Amen.
S. Ave María, grátia plena, Dóminus tecum, benedícta tu in muliéribus et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
O. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ. Amen.

O. Salve Regína, Mater misericórdiæ, vita, dulcédo, et spes nostra, salve. Ad te clamámus, éxsules fílii Evæ. Ad te suspirámus geméntes et flentes in hac lacrymárum valle. Eia ergo, Advocáta nostra, illos tuos misericórdes óculos ad nos convérte. Et Iesum, benedíctum fructum ventris tui, nobis, post hoc exílium, osténde. O clemens, o pia, o dulcis Virgo Mária.
S. Ora pro nobis, sancta Dei Génitrix.
O. Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.

S. Orémus. Deus, refúgium nostrum et virtus, pópulum ad te clamántem propítius réspice; et intercedénte gloriósa, et immaculáta Vírgine Dei Genitríce María, cum beáto Ioseph, eius Sponso, ac beatis Apóstolis tuis Petro et Paulo, et ómnibus Sanctis, quas pro conversióne peccatórum, pro libertáte et exaltatióne sanctæ Matris Ecclésiæ, preces effúndimus, miséricors et benígnus exáudi. Per eúndem Christum Dóminum nostrum. Amen.

O. Sancte Míchaël Archángele, defénde nos in prǽlio; contra nequítiam et insídias diáboli esto præsídium. Imperet illi Deus, súpplices deprecámur: tuque, Princeps milítiæ Cæléstis, sátanam aliósque spíritus malígnos, qui ad perditiónem animárum pervagántur in mundo, divína virtúte in inférnum detrúde. Amen.

S. Cor Iesu sacratíssimum.
O. Miserére nobis.
S. Cor Iesu sacratíssimum.
O. Miserére nobis.
S. Cor Iesu sacratíssimum.
O. Miserére nobis.
56
Leonine Prayers
To be said kneeling after the celebration of Low Mass.
P. Hail Mary, full of grace; The Lord is with thee; Blessed art thou amongst women, And blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
A. Holy Mary, Mother of God, Pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.
P. Hail Mary, full of grace; The Lord is with thee; Blessed art thou amongst women, And blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
A. Holy Mary, Mother of God, Pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.
P. Hail Mary, full of grace; The Lord is with thee; Blessed art thou amongst women, And blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
A. Holy Mary, Mother of God, Pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.

A. Hail, holy Queen, Mother of Mercy, our life, our sweetness, and our hope. To thee do we cry, poor banished children of Eve. To thee do we send up our sighs, mourning and weeping in this valley of tears. Turn then, most gracious Advocate, thine eyes of mercy towards us. And after this our exile, show unto us the blessed Fruit of thy womb, Jesus. O clement, O loving, O sweet Virgin Mary.
P. Pray for us, O Holy Mother of God.
O. That we may be made worthy of the promises of Christ.

P. Let us pray. O God, our refuge and our strength, look down in mercy on Thy people who cry to Thee; and by the intercession of the glorious and Immaculate Virgin Mary, Mother of God, of St. Joseph her Spouse, of Thy blessed Apostles Peter and Paul, and of all the Saints, in mercy and goodness hear our prayers for the conversion of sinners, and for the liberty and exaltation of our holy Mother the Church. Through the same Christ our Lord. Amen.

A. Holy Michael Archangel, defend us in the day of battle; be our safeguard against the wickedness and snares of the devil. -- May God rebuke him, we humbly pray: and do thou, Prince of the heavenly host, by the power of God thrust down to hell Satan and all wicked spirits, who wander through the world for the ruin of souls. Amen.

P. Most Sacred Heart of Jesus,
A. Have mercy upon us.
P. Most Sacred Heart of Jesus,
A. Have mercy upon us.
P. Most Sacred Heart of Jesus,
A. Have mercy upon us.
Post Missam

     Sancta Missa Persoluta     

            

Всенощное бдение 14 августа 2021 года, Храм св. вмч. и Целителя Пантелей...fiesta de la Dormida la virgen es asunta a los cielos

2021-08-14

  SEXO Y CONQUISTA

 

“De las indias— escribe López de Gomara ese cura soriano capellán de Carlos V que escribía libros en un par de siestas para librarse del sofoco del calor de los veranos castellanos— son muy lujuriosas conciben bien y paren presto”. Cabeza de Vaca que contacto con los pieles rojas de las Rocosas las describía como muy amigables y amorosas iban desnudas y a cualquier requiebro de varón respondían “si Dios nos dio esto fue para que usemos dello” Atentándose las partes pudendas. Esto debió de encandilar a aquellos pobres soldados que marchaban por montes selvas y vados con las armas A CUESTAS. En las indias encontraban el descanso del soldado, no tenían que mandarles flores ni escribir madrigales porque todo era un aquí te pillo acá te mato ni aguantar gazmoñería ni celos de las dueñas castellanas. Sexo fácil. Y sin demasiada importancia. Pero les pegaron las bubas. La sifilis llegó a Europa a través de los contactos sexuales de los españoles con aborígenes, por eso lo llamaban el mal francés y se instaló en Flandes, llevaron la enfermedad los tercios españoles e italianos .

Gomara cuenta que en Nueva Granada los sacerdotes conservaban el derecho del jus prima noctis en aquellas bodas paganas y esta costumbre muy señalada en Nueva Granada (Colombia) actitud que si no del todo loable marca el carácter de las damas colombianas tan bellas y tan galanas. No hace falta leer a García Marquez para reparar en ello. Basta darse un garbeo por Internet. De todos los portales de féminas que se desnudan ante la cámara las de Bogotá y Santa Marta se llevan el lauro de la hermosura. Santa Marta tiene tren pero no tiene tranvía... y se va el caimán, se va el caimán por la barranquilla. 

 

LA INDIA MALINCHE AQUELLOS VARONES ERAN DE OTRA GALAXIA

  BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO EN LOS PALACIOS DEL GRAN MOZTEZUMA

 

 

Era el gran Moztezuma de edad de cuarenta años de buena estatura e bien proporcionado y cenceño, e pocas carnes, la color ni muy moreno ni muy rubio. Matiz de indio, y traía los cabellos no muy largos, cuanto le cubrían las orejas, pocas barbas, prietas e bien puestas, el rostro algo y alegre, e los ojos de buena manera e mostraba en su mirar por un cabo amor e por otro gravedad; era muy polido e limpio, bañándose cada día, tenía muchas mujeres por amigas, e tenía dos grandes cacicas por sus legítimas mujeres que cuando usaba con ellas lo hacía secretamente. Era muy limpio de sodomías, tenía doscientos zaguanetes de su guardia por principales que le hacían muchas reverencias y se postraban al hablar con él…

 

Prosopografía del emperador Moztezuma según lo describe Bernal Díaz

 

 

Se cumple medio milenio de la cristianización de Méjico y yo me acuerdo de Bernal Díaz del Castillo el cronista soldado que acompañó a Hernán Cortés en la gran aventura de Nueva España. Tanto, por tanto, Medina del Campo. Allí se inventó la letra de cambio. Es cuna de descubridores. Los hispanófobos la llaman conquista pero yo prefiero otra palabra; cristianización del imperio azteca un hecho tan glorioso y misterioso e inexplicable a no ser por el ardor mesiánico que imbuía el espíritu de aquellos rudos militares que mezclándose con los aborígenes crearon una nueva raza; el mestizaje, gracias a ellos el nuevo mundo habla y reza en romance. Poco se sabe de la vida de Bernal que nació en Medina del Campo hidalgo hijo del regidor de la villa, pero su familia se dedicaba a la agricultura y al pastoreo. Escribió su “Verdadera relación de los hechos de la Conquista de Nueva España” a los 84 años. Murió a los 88  en  Santiago de Guatemala. Estuvo casado con Teresa Becerra, tuvo cuarenta hijos naturales de mujeres indias que conoció y ya octogenario volvió a contraer nupcias “con mujer moza y sazonada”.

 Los panfletistas al uso lo han difamado atribuyendo a los españoles ferocidades que nunca cometieron. Eran encomenderos sí, mas, su afán era el descubrimiento de nuevas tierras para la corona de Castilla, buscaban el oro, la honra y las fuentes de la eterna juventud, el amor de las indias atendiendo al mandato divino de creced y multiplicaos y sobre todo la conversión al evangelio de aquellas tribus caribes. Que dejasen de quemar incienso a sus dioses teules, que se abstuviesen de comer carne humana y de sacrificar niños a la Pacha Mama que aborreciesen la sodomía. El sexo era la cosa más fácil y natural del mundo. Puede motejárselos de incontinentes pero nunca de reprimidos. Con todo y eso, cristianos viejos de una fe impoluta y a machamartillo. Aquellos caballeros andantes dejaron de escribir sonetos a sus dulcineas y gozaron del amor libre. La sumisión del imperio de Moztezuma a la corona imperial fue posible gracias a doña Marina la interprete malinche que se enamoró del capitán Cortés, lo que parece casi inverosímil. Que un puñado de hombres fuese capaz de hacerse con la herencia de Moztezuma es una idea que no cabe en la cabeza sin el concurso. Aquellos pobres pecadores caminaban por las selvas, cruzaban los tremedales plagados de mosquitos con la cruz alzada desafiando al viento, la lluvia, los calores tropicales, la desnudez, el hambre y las enfermedades. Al verlos aparecer por la llanura a los de a caballo creían ver centauros y dioses en lugar de hombres; el jinete y la montura eran la misma cosa y se les consideraba inmortales.

Los castellanos cuando sufrían una baja ocultaban los cadáveres poniéndolos a buen recaudo para evitar que los indios les dejasen de considerar superhombres. La artillería y las picas hicieron lo demás pero los indios eran valientes y sus flechas enherboladas eran mortíferas. Al español que hería uno de estos dardos la carne se les caía a cachos y fallecían en medio de estertores dolorosísimos. Bernal Díaz del Castillo utiliza un lenguaje sencillo y sin adornos pero narra hechos increíbles para el hombre de hoy. Aquellos españoles parecían gentes de otra galaxia que poco tienen que ver con el currinche de hoy afligido por la pandemia, perimetrazo, cerril, ignorante y centrado en sí mismo. Acopia el autor palabras nuevas de origen maya para el acervo del idioma castellano; canoa, cue, chalchiviris, cotaras, mantas de henequén, copal o resina de los sahumerios aztecas, chola, mitzcal la bebida de chicha, la tuna, el maiz, la patata, EL TABACO QUE VINO DE ALLI Y LA LLAMAN VENGANZA DE LOS INDIOS etc..

Bernal pertenece al cupo de la generación del emperador Carlos V. Junto con Jiménez Quesada conquistador de Nueva Granada (Colombia). De Alvar Núñez Cabeza de Vaca de la Florida el cual en sus correrías por la costa del pacifico de Estados Unidos llega hasta Oregón en una expedición de siete años. Partieron quinientos hombres y regresaron diez.

Se narra en su libro “Naufragios y Comentarios” batallando con los Sioux y semigolas. Hernando de Soto el Adelantado de la Florida con Menéndez de Avilés. Pedro de Valdivia al que se lo comieron los araucanos. Pizarro en Perú y su rival Almagro. La gesta de estos hombres no se concibe a la luz de la razón

 

viva los prohombres de la Conquista. Viva Méjico y Arriba España

  HISPANIA VICTRIX

 

Cruzo la albarrada de los laureles floridos, hay mucho yerbazo y palazón pues el invierno del año 20 fue brumoso, llovió lo suyo y ha estallado la primavera del año 21 cuando la peste recede en medio de mascarillas persistentes y anhelos de vivir.

Desciendo calella abajo por el tobogán de los recuestos del bosque a dar con los cantiles de la mar de Butiello desde mi aldea en un risco oteando el océano. Entono salmos de agradecimientos por la vida que Dios nos dio y ya en la ensenada entre las crespas olas alargo la vista. La tierra más próxima al otro lado de Gran Sol son los acantilados de Dover y es que siempre llevé a Inglaterra en el corazón un nombre de mujer coronando mi partesana. ¿Qué fue de ti, corazón? 

Mes de las flores pero ya no resuenan los himnos marianos. Sin embargo yo canto “Venid y vamos todos” en los adentros de mi corazón recordando días felices de la niñez. El sonido de las olas estallando en espuma contra los cantiles es rumoroso. Hay poca gente. 

España parece una sirena varada acongojada por la peste Trump gobernador a trompazos de cabellera rubia y barbitaheño igual que Judas. La vida sigue igual que la mar Ocean imperturbable en sus flujos y reflujos. 

Después de leer a López de Gomara aquel capellán converso autor del “Descubrimiento de las Indias” me pregunto si no habrá otros mundos. Es la gran pregunta que salta en el pensamiento de los científicos. Nuestro planeta es una parte infinitesimal del universo.

 El Talmud aduce que existen cerca de veinte mil planetas y que están muy pobladas las estrellas. ¿Algún día podremos comunicarnos con tan lejanos vecinos?

El hombre es muy poca cosa cuando contempla la mar o alza los ojos hacia el empíreo. Un rostro de mujer la de la dulce Deri aparece en la lejanía. ¿Qué fue de ella? ¿Vivirá? ¿Será feliz? La marea de los amores es un vaivén universal. Marinero, cíñete a la banda.

 Sopla el viento de bolina. La culpa del pecado es arrastrada hasta la playa. Produce un sonido bronco el transporte del cascajar. Los milenios pulen la piedra.  Debe de haber otros orbes como bolas tachonadas en el firmamento. Hay que salir de naja, no nos alcancen las esquirlas del meteorito de la ira de los tiranos. 

Los luceros me sonríen con luz muda e invitan a navegar. Esos reinos desconocidos que albergan los espacios infinitos  ¿estarán habitados por seres humanos, habrán sido redimidos por la sangre del Salvador? Cristo dijo mi reino no es de este mundo. No se refirió en sus parábolas evangélicas a otras cosmogonías. Aquí estamos varados en el dolor y sin saber a qué carta quedarnos pues todos son hipótesis, conjeturas, teorías, suposiciones. 

El universo sigue siendo un enigma. Los conquistadores españoles dieron el primer paso al descubrir las nuevas flores, los animales distintos, la naturaleza ubérrima, los otros dioses al otro lado del atlántico. Vinieron diciendo de allá los rudos soldados castellanos que las indias son muy lujuriosas y paren presto. 

Querían ganar la tierra de la eterna juventud. Beber en las fuentes de El Dorado como variación de las duras condiciones de vida en Europa,

 La miseria aquí y la muerte, la mala suerte, las desdichas que cosechan nuestros pecados, las guerras de exterminio, representaban la realidad cotidiana de aquella generación recién salida del medioevo y embebida en la utopía, había leído demasiados libros de caballerías. Caballeros andantes querían ir más allá a lomos de Rocinante: plus ultra. 

He salido de casa con dolor de ijada. Tuve que apagar el televisor al ver a esos niños masacrados por el Gran Sacamantecas que hace la guerra en nombre de Yahvé destruyendo Cisjordania. Es un messuge, un maldito, dicho sea en términos bíblicos. 

Velo las armas, voy con ellas a cuestas por los caminos de la palabra. Las noticias de las matanzas en Palestina son desalentadoras pero sigo creyendo en esa Hispania Victrix que levantó el lábaro de la verdad con la cruz alzada. 

El circulo diabólico de los pensamientos me tiene cogido por la garganta mientras sueño en otros mundos y veo sonreír a mi amada al otro lado del agua. 

No soy más que un soñador que se revuelca en el fango de su ignorancia, nunca fui bienquisto por amar a España. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Mis enemigos me acorran flechando contra mí saetas enherboladas. Todos se ríen a sus anchas pero he triunfado, la gracia divina me sacó de las fauces del león. Salí de sus garras y escapé de los ofitas. El diablo es el amo. Siguen con su garrulería asolándonos los adoradores de la serpiente. Se ponen el mundo por montera, Ellos, sin embargo, son ínfimos. Dios, con todo lo que digan, es mayor

 

 

LA ORTODOXIA SE `PREPARA PARA LA GRAN FIESTA DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA (DORMICIÓN) CON EL AYUNO DE AGOSTO. MUY DIFERENTE A COMO LOS CATOLICOS HONRAMOS A NUESTRA SEÑORA CON FIESTAS, JARANAS Y BORRACHERAS. SÓLO ELCHE CELEBRA ESTA FIESTA COMO DIOS MANDA

 

BALSAMON ON THE DORMITION FAST

From The New Scroll (Novaya Skryzhal), by Archbishop Benjamim Krasnopevkov-Rumovsky (1798–1811), on the Dormition Fast.

    

“The fast in August (Dormition Fast) was established in honor of the Mother of God the Word, Who foreknowing her imminent repose, as she always labored ascetically and fasted for us—even though as holy and All-Pure she had no need of fasting—especially prayed for us when she prepared herself to pass over from this life into the future life, and as her blessed soul made ready through the divine Spirit to be united with her Son. And therefore, we too must fast and sing hymns to her, emulate her life, and thus encourage her to pray for us. Some incidentally say that this fast was instituted in honor of two feasts—the Transfiguration and the Dormition. I likewise consider it necessary to remember both of these feasts—one as granting us illumination, and the other as mercy and intercession for us.”

Thus Balsamon’s answer to Photius’s question testifies that these three fasts—of the Nativity, the Apostles, and the Dormition—although originating at an unknown time and from an unknown tradition, were nevertheless confirmed at one Constantinople Council. For at that council the question was posed: Should we observe the fast in the month of August (the Dormition fast)? And this question was answered. At first the fast was observed at a different time, but later it was transferred, so that this fast would not correspond to the pagan fasts. Moreover many people observe this fast today.

Balsamon gives us an answer to this question and explains: “At one time this was asked at a council under the chairmanship of our sovereign and most august emperor and in the presence of His Holiness Patriarch Kyr Lukas and other archbishops who were located here. Certain people said that the fast should not be observed as a consequence of its transfer (explained above). Others to the contrary insisted that when the holy council speaks clearly that this once was, then we should necessarily observe it, even though it is not known where and at what occasion it was transferred. The patriarch and hierarchs pronounced that the fast must definitely be in the month of August, and as proof of his decision he pointed to the scroll of unification (printed in the Rudder), which obligated men who have been married thrice to receive Communion three times a year—that is, on Pascha, on the Dormition of the Mother of God, and on the Nativity of our Lord Jesus Christ, for these feasts were preceded by fasts, after which this Sacrament was offered. Because at that time doubts also arose concerning the number of days of this fast, which were not indicated anywhere, His Holiness the Patriarch said that although the number of days are not prescribed in any written document for the Dormition fast, or for the fast that is observed before the feast of the Nativity of Christ, we should follow the unwritten Church Tradition and fast from the first day of August and from the fourteenth day of November. Thus was it all considered. But when I myself considered: From whence and in what manner did these two fasts become tradition—that is, the fast of the Dormition of the Theotokos and the fast of the Nativity of Christ our God, so also the fast instituted in honor of the Apostles and the feast of the Transfiguration—then should we also observe these fasts, and for how many days? I came to the following conclusion: The fasts of these four feasts should indisputably be observed. Although the number of days in them differ from that of the Great Forty-Day Fast, nevertheless before these feasts all the faithful, monastics and laity, should definitely fast at least seven days under penalty of excommunication from the community of Orthodox Christians. Monks, being inspired by the rules of their founders, should fast even longer—that is from the feast of All Saints and from the fourteenth day of the month of November [the Apostles’ fast and the Nativity fast respectively]. Those who do not want to follow what was spoken by their founders should be forced to fast, for this is a right and saving work.”

Translation by OrthoChristian.com

Predanie.ru

8/14/2021

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EL JURAMENTO DE HIPOCRATES GLORIA DE LA MEDICINA ESPAÑOLA

  El JURAMENTO DE HIPÓCRATES

 

Vaya mi reconocimiento a los médicos del Hospital de san Lorenzo del Escorial que me sacaron de las garras de la muerte del Covid, a la doctora Romero internistas del Clínico de Majadahonda a mi estomatólogo “Pepín” el incomparable dentista de Soto de Luiña gracias al cual ya logro masticar y sonreír y a todos los sanitarios facultativos y enfermeras de España quienes tratan de llevar consuelo a los que sufren, llenos de abnegación y sacrificio con el que tratan de remediar los males corporales (ellos son los santos laicos de nuestra sociedad) porque de la salud del cuerpo viene la salud del alma. Practican el bien de forma callada y anónima a sabiendas de que el Bien subrepticio y pospositivo nos pone en cura; va por abajo, apenas se le ve, mientras el Mal va por arriba, mete bulla y es mucho más escandaloso:

“Juro por Apolo médico, por Esculapio, Higias y Panacea y pongo por testigos a los dioses y diosas que he de conservar el presente juramento que yo me obligo a cumplir en cuanto ofrezco, poniendo a contribución todas mis fuerzas e inteligencia:

Tributaré a mi maestro en medicina el mismo respeto que a los autores de mis días, partiendo con ellos mi fortuna y socorriéndoles si lo necesitaren

Trataré a sus hijos como mis hermanos y si quisieren aprender la ciencia se lo enseñaré desinteresadamente y sin ningún género de recompensa.

Instruiré con preceptos, lecciones orales y demás modo de enseñanza a mis hijos y a los de mi maestro y a los discípulos que se me unan bajo convenio y juramento que determine la ley médica y a nadie más.

Estableceré el regimen de los enfermos de la manera que sea más provechosa según mi leal saber y entender evitando todo mal y toda injusticia.

No admitiré pretensiones que se dirijan a la administración de venenos ni induciré a nadie al suicidio

Me abstendré de administrar abortivos a las mujeres.

Pasaré mi vida sin pretensiones en inocencia y pureza.

No ejerceré la talla dejando tal operación a los que se dediquen a practicarla.

En cualquier casa que entre no aspiraré a otra cosa que el bien de los pacientes y evitaré acciones injuriosas o estupro absteniéndome de cualquier seducción de mujeres jóvenes, ora libres ora esclavas.

Guardaré secreto acerca de  lo que oiga o vea considerando como un deber ser discreto.

El texto de Hipocrates se escribió en Atenas cuatro siglos antes de que viniera al mundo Nuestro Señor Xto.

Si observo con fidelidad este juramento seáme concedido gozar libremente de la vida y de ni profesión, y seré honrado entre los hombres.

Si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mi la suerte contraria y la maldición de los dioses”

 

 ESPAÑA LA PATRIA DE UN BUEN VIVIR QUE SE ACABA (EROTISMO IV) 

  

COAXCAS Y TABERNAS 

  

A ver qué va a ser los señores. `pasen al fondo...Una de bravas marchando. Ya se quejaba Góngora hace cinco siglos de nuestro amor por las tabernas, chigres, garitos, cantinas, bodegas, chigres, barras "Córdoba ciudad bravía más de mil tabernas y una sola librería". El alterne habitó entre nosotros. Somos un pueblo jaranero aunque aquí estos habitáculos de la conversación a voces, el pinchito, los camareros con mandil sucio despeluchados y el piso del local lleno de cáscaras de gambas y cigalas una tapa un duro no son establecimientos para emborracharse como los speak easy de Chicago. Vágame una ronda. Yo te convido. Al salir de misa hay que recorrer el barrio húmedo. Por la tarde a los toros y a la noche si tercia al burdel. Tascas y coaxcas. España un país de curas y monjas camareros y putas. La pandemia consiguió en un año bisiesto lo que no se pudo durante cerca de diez siglos de historia. El hidalgo antañón se espolvoreó la barba con migajas de pan y entró en la taberna con el chapeo para atrás altanero para hacerse notar como bien comido y servido.  

El jarro corría de mano en mano y pedían la baraja al mesonero. Había que añadir a la lista de frailes mozos de cuerda el indefectible tahúr. Aquí se juega al tute en la sala de banderas en los conventos en los hospicios y en la coaxca barajando sotas de los cuatro palos: copas, oros, espadas y bastos. La sota de espadas es la glorificación de la ramera enternecida y rubia que llaman los astures "piculina". Pero si los bares están echando la tranca, los burdeles han aumentado. Están en el gobierno, en los periódicos y en el aire de la calle porque España fue la patria del buen vivir frente a esos ojiporcunos─ en la lujuria el hombre es un verraco y su prójima la marrana─ inoportunos que  sacan cada mañana la retahíla de tantos contagiados, tantos fallecidos por la peste asiática parece que la gozan el relato nunca se vio tanto masoquismo, oye. El Régimen no conseguirá clausurarlos. 

Honorato, holguemos, un rato, amor, después de la misa y la corrida, a la coaxca. Vayamos juntos a los tentaderos del mete y saca con los pijos que salen flácidos  duro que te pego... metolo duro saco lo blanco cabibermejo centelleando y babeando

Cerner la coyunda con el culo patas arriba es placer incomparable. A la gatesca o a lo perrito encendamos el cirio y quedito que no duele. Ellas de placer vuelven la vista y ponen los ojos en blanco que para los tardones la noche es larga y vierten calderos de arrope por las rodillas; un charco blanco ensucia las sábanas parece que la vida se le sale a mi niña por las partes recónditas de tanto goce. Es el "pecca fortiter" que decía una santo Padre para que luego te arrepientas con mayor dolor de atricción. 

 Mucho gusto me das amor pero no pares, sigue, sigue oh my God. Cuando se ponen a berrear las ninfas toriondas del cantón, hay que cerrar las ventanas para que no lo escuche todo el barrio. La bebida tiene otras complicaciones pero no es tan sucia como el puterío. 

Son los gritos del trincadero que los ingleses llaman moaning y se parecen al mayido de gata en celo. Para esto no hay solución. 

Don Calixto entró en Madrid con su capa rota bebamos una copa y otra copita que ahora nos va a saber más sabrosita y mucho vestido blanco y mucha parola y el puchero en la lumbre con agua sola. Jovellanos llamaba a los figones apartamentos de conversación y a las casas de tolerancia tenadas del triquitraque venal pero ya lo decía la copla ni se compra ni se vende el amor verdadero y los soldados del Cid ya desde entonces veneraban a la diosa Fortuna jugando a las cartas en las chabolas de los campamentos, se emborrachan en los figones y luego se iban de putas a la tarde después de la misa cantada. "Que no murió  por las tabernas ni tampoco tablas jugando que él murió sobre Zamora vuestra honra resguardando". 

Venus, el honor, La Baraja, Tanatos, Baco siempre hubieron entre nosotros notable predicamento y cognición. Son nuestros compañeros de viaje   

LÓPEZ OBRADOR ES UN BORRACHO NARIGUDO A SUELDO DE LA MASONERÍA QUE NO SABE LO QUE DICE. MEXICO LE DEBE A ESPAÑA SU SER

  GUATEMUZ ENTREGA LAS LLAVES DE MÉJICO A HERNÁN CORTÉS QUINTO CENTENARIO

 

 

El 13 de agosto de 1521 fiesta de san Hipólito se celebra  la primera misa cantada en la ciudad de Méjico. El emperador Guatemuz entrega la ciudad sobre la laguna —las casas eran palafitos —y se abrazan en amistad. Lloran los ídolos de los dioses aztecas en los altos sues o pirámides de piedra.

 Huichilobois y Teztapecua son sustituidos por las imágenes de Cristo de Nuestra Señora Santa María y del apóstol Santiago; algunos de estos monigotes infernales son derribados. Los indios  abandonan la antropofagia se abren las jaulas donde niños y mujeres y hombres de tribu enemiga destinados al engorde hasta convertirlos en cebones antes de ser sacrificados y son liberados por los frailes que acompañaban a Cortés.

La llegada de los españoles supuso una liberación.

Los aztecas han de renunciar al amor amargo pues, como cuenta puntualmente con su prosa concisa, cabal llena de encanto y con harto recacho el cronista Castillo, son de condición somética, unos buharros otros bardajes, y los mozos se disfrazan de mujeres y andan por las esquinas ofreciendo a los viandantes sus molledos…

La expresión del narrador no puede ser más gráfica ni realista.

Resulta difícil para mí conmemorar esta efeméride porque seguramente me daré con la cabeza contra el muro de la Leyenda Negra jaleada precisamente por aquellos que hoy guardan silencio ante la ignominia del asalto a Cisjordancia por el ejército mejor pertrechado del planeta en pugna con unos pobres palestinos que salen a recibirlos con hondas, palos y tirachinos, mientras los servicios de prensa hablan de la cúpula de hierro que protege a los israelitas de los supuestos mísiles que lanza Hamas (break news) pero la historia es la historia. Todo hay que decirlo.

 Hernán Cortés que era un gran político y una estratega de categoría, sin haber ido a la escuela porque de niño apacentaba cerdos como porquerizo en su Extremadura natal, se ve sometido al dicterio de los que le comparan con Hitler y otros jaques de la tiranía.

La verdad es que el cerco de la ciudad sobre la laguna duró noventa y tres días. Lucha desigual, cerca de diez mil guerreros aztecas contra medio millar de españoles. ¿Cómo fue posible?

Bernal Álvarez del Castillo que era cristiano viejo devoto de la cruz y de Santa María lo atribuye a la intervención divina, nos refiere que de quinientos hombres que iniciaron la aventura en tierra firme desde Cuba bajo las ordenes del Extremeño “sólo quedamos cinco… muchos de lo nuestro tuvieron por sepultura el vientre de los tasaltecas que los devoraron después de ofrecerles como victimas sacrificiales a los dioses”.

En su narración escribe para aquellos que quisieran leerle y ser enterados de la ardua gesta que llevaron a buen término aquellos prohombres de las dificultades a las que hubieron de hacer frente: el frío de los relentes, la fiebre de las heridas, los mosquitos y alimañas, las largas velas (dormían con un ojo abierto y vestidos de su armadura, las grevas, la pica el yelmo, la rodela el quijote y la cimera, a mano en temor de una emboscada enemiga) siempre a punto para el combate.

Hubieron de pasar penalidades y naufragios y noches tristes como la de Otumba. La vida es pelear. Siempre adelante.  

A punto de ser copado por el enemigo el capitán Cortés es salvado de las garras de sus enemigos por el alférez Olea de Medina  del Campo quien pierde la vida en la refriega. Hubo, demás desto, enfrentarse a la rebelión y al fuego amigo en su propio campo.

Pánfilo de Narváez se alzó en armas contra Cortés, algo que no le cabía en la cabeza a Moztezuma quien hablando por un interprete le dijo; “¿Cómo éste siendo de los tuyos, creyendo en tus mismos dioses y adorando la cruz y a la Virgen María viene a hacerte la guerra?”

El separatismo (Narváez era vizcaíno) hizo acto de presencia durante la conquista al lado de algunas heroicidades como el salto de Pedro Alvarado quien vestido de su armadura de hierro pegó un brinco desde una barca hasta alcanzar la orilla del estero.

El establecimiento del virreinato de Nueva España suena a cosa milagrosa pero solo se explica con una frase que pronunció el segoviano Grijalva que se adelantó con su escuadrón tierra adentro hasta el istmo de Panamá:

—Las mujeres de Castilla sólo parían soldados por aquel entonces.

Castilla en el el siglo XVI contaba una población de tan sólo seis millones de almas. ¿El mito del superman alcanzado?

Los supervivientes de aquella gloriosa campaña regresaron pobres a su tierra, se convierten en mendigos o en pícaros.

España pagó con moneda de ingratitud a sus héroes y soldados. Sin que su patria les reconociese sus heroicidades.

Del Castillo al final de su Crónica se queja del infortunio que firma en la ciudad de Santiago de Guatemala; “Soy pobre y tengo una hija por casar y varios hijos de barba crecida. Espero del emperador unas mercedes que nunca llegan pero serán acá bien recibidas y merecidas. Siempre defendí la cruz por bandera y a mi rey”.

Castilla face los omes e los desface como bien dice el Cantar de Mío Cid

 

 

Publicado por PREFERENS en 23:54 

 

mas recuerdos comillenses larga vida al nonagenario PADRE MARTINO

 HOY ES SAN JUAN CRISOSTOMO EL BOCA DE ORO

PUESTO que no sois vosotros quien habla sino el Espíritu del Padre que habla por vuestra boca (Mt. X, 20”

En la fiesta de san Juan Crisostomo lo recuerdo bien un retórico echaba un sermón en griego desde el púlpito del refectorio en el seminario de Comillas. Transcurridos más de cincuenta años yo recuerdo a aquel seminarista latino al que le tocó hacer el panegírico. 

Era un muchacho algo petizo bien encarado y tipo listo de Santander,amigo de Bedoya, EL PERIODISTA DEL "PAIS", MUY ROJO Y MUY AMIGO MÍO, y le salían las frases en la lengua helénica con entusiasmo que apabullaba sobre todo en las interjecciones que acaban en “ge”. No sé si llegaría a cantar misa aquel cántabro pero apuntaba maneras de orador sagrado, una verdadera boquita de oro". Me hubiera gustado saber de él.

Supe luego que de aquel curso sólo se ordenarían dos: Antonio Pelayo un vallisoletano elegante con maneras de rector magnífico que se convertiría en eminente vaticanologo corresponsal del YA y de la COPE en Roma. 

Otro fue Aramburu el que me enseñó a jugar a pala, que se fue a Buenos Aires y allí colgó los hábitos. Es pariente o tío de  Fernando Aramburu del gran escritor de éxito que puso en órbita “Patria” una de las novelas más vendidas.

 Bien me acuerdo de aquel refectorio iluminado cuyas ventanas daban al campus del  Stella Maris; nos servía al desayuno un criado gallego que se hizo amigo mío y me permitía repetir tazón hasta tres tazones con sus correspondientes bollos suizos. 

Luego vendría la desbandada del Vaticano II. No está mal decir que ETA nació en un seminario. Nos desperdigamos pero queda el recuerdo entrañable de aquella adolescencia manejada no sé si sabiamente por aquellos buenos padres jesuitas quienes sufrieron también su crisis. 

Habrá que poner a esta oración el sufijo griego “ge” que significa concholis no faltaba más. 

Se trataba de infundirnos el espíritu de la elocuencia que iluminó a uno de los principales padres de la iglesia oriental, emulo de Basilio y Gregorio el Grande. 

Acababa el octavario de la unión de las iglesias. Era el día del panegírico a cargo del seminarista retórico más aventajado. 

Aquel día fui yo a pedirle la muda al hermano de la guardarropía y a duras penas me logré entender con él porque el Hermano Echeverría, sólo hablaba vascuence: “¿Tú ropa blanca quieres tener o así”… “Sí, hermano Echeverría, vienen marcadas con el número 288, el número en rojo que me bordó mi tía Dominica la de Fuentepiñel, Segovia cuando ingresé en el seminario”.

 Echeverría  no entendía el cristiano. Yo estaba apurado porque tenía la sotana hecha un desastre después de caerme en el barro y carecía de la muda para cambiarme  los gayumbos 

El padre Heras nuestro maestrillo prefecto vino al quite y dio con mis calzoncillos. 

Al padre Heras le recuerdo con mucho cariño porque me ayudaba en las dificultades lo mismo que el padre Martino el asturleonés que nos enseñaba literatura. 

No así el Padre Rector un tal Eguillor que era un cabrón y fue el que me mandó para casa. “Tú no vales para Comillas, te nos has colado”.

Era un bilbaíno muy bruto aquel Eguillor.

 Sin embargo, para mis desdichas vino a predecir un trauma con el cual he tenido que pechar toda mi vida: me expulsan de todas sinagogas. 

Con todo y eso, para orgullo de los que seguimos a Cristo portando su cruz, siempre hay un padre Heras que me sacan del marasmo.

 Benditos sean tanto él como el P. Martino el español que más sabe de la historia de Roma y creo que vive todavía muy ancianito al borde de cumplir un siglo en Villagarcía  la residencia  leonesa de jesuitas ancianos en la misma casa de la Compañía en la que residió el P. Isla autor del fray Gerundio.

Afirmadas tales razones, he de confesar que no seguí la senda de fray Gerundio de Campazas sino la estrella que ilumina a los amantes de la palabra en la belleza de Cristo que es el bien, la hermosura y la misericordia ─la gracia divina opera subterránea portada por los humildes y sencillos, no se la ve─ tratando de seguir a aquel gran obispo de Constantinopla que decía: “el corazón de san Pablo late al unísono con el corazón de Xto”.

 Fustigaba los vicios. Su tesón iluminado por el Verbo Divino chocó contra las fuerzas vivas de su tiempo y fue desterrado y despojado de su mitra. Murió en el Ponto en 407. A través de su elocuencia se expresaba el Espíritu . Ge. ¡A ver quién da más! Bendita y alabada sea la Santa Trinidad!