Boadilla encuentra una lápida de tres mártires asesinados en la Guerra Civil
El Ayuntamiento respetará la localización de la piedra que recuerda la ejecución, entre otros, de un seminarista y dos miembros de Acción Católica.
El pasado mes de enero el Ayuntamiento de Boadilla del Monte, mientras realizaba labores de limpieza y desbroce en una parte nueva que se ha incorporado al monte del municipio, tras la reciente aprobación de su Plan General que amplía la zona de protección del mismo, encontró una lápida que recuerda el lugar del asesinato de cinco vecinos de la localidad de La Torre de Estebán Hambrán, provincia de Toledo.
En la piedra se pueden leer los nombres de Juan de Dios Blasco Merino, Juan Manuel López Aguado, Felipe Aguado Serrano, Juan Aguado y Emigdio López Rivera. El primero fue un seminarista de 21 años de quien se cuenta en la localidad que “apareció maniatado con su propio Rosario”. Trabajó, tras la sublevación y su posterior captura, como escribano en el Ayuntamiento de la Torre de Estebán Hambrán hasta el 21 de agosto después de que mataran a su padre, de 64 años.
Juan Manuel se dedicaba a “dar clases gratuitas a los analfabetos y a aquellos que por trabajar en el campo no podían ir a la escuela” mientras de que Felipe señalan que, antes de ser trasladado al municipio madrileño, entregó una carta a su madre en la que reconocía que “El morir como mártir es mi destino, ¡Dios mío! ¡Cuántas gracias te doy por esta suerte!…”.
El Ayuntamiento de Boadilla del Monte tiene la intención de respetar la localización de la lapida. Para Antonio González Terol, alcalde del municipio y diputado nacional del PP, el motivo estriba en que “respetar la historia es bueno para recordar los horrores de la guerra y alertar de que, entre inocentes, no hay víctimas de primera y segunda clase, pues la dignidad humana no tiene colores políticos ni depende de ellos. En un momento en el que algunos quieren abrir heridas, es bueno que se sepa que hubo víctimas inocentes de todo tipo para enseñar que lo más oscuro de la naturaleza humana no puede encontrar justificación alguna en ninguna propuesta política. La sangre de un español no vale más que la de otro cuando su muerte se ha producido de forma injusta y cruel”.