2022-11-10

 Я отказываюсь от войны


я не хочу войн


который заливает слезами


Больницы


Я уже слышу крик вдов


И крик сирот


Предотвратить отряд


отправить войска


На войну ты посылаешь наших милитов убивать невинных русских, ты, Мэгги Оукс


Позорный министр, судья безнадежных дел,


В партнерстве с министерством очков


Я бы умер за Испанию, которая является моей родиной


Никогда за что-то такое запутанное


За демократию великих


Капиталисты курят зажженные сигары


в высоких окнах


И заселить кладбища жертвенными крестами


Неизвестные фамилии


чтить память


фресок


Жертвы трех бедствий:


Чума, война, слава


имя улыбка


Кепи и стальной шлем сбиты


 Из того солдата, чье имя загадка


Я ненавижу похоронные марши


И триумфальных парадов


Я хочу пописать в свои горшки


Черт, счастлив и счастлив


В моих собственных кучах


Не боится выстрела в зад


сапера


Это прыгает в канаву, чтобы действовать как тело


заткни мою трубку


С трутом, который дымит от призрачных этажей


Ладан с табаком мои ноздри


и я пью чашку чая


К любви к огню


я читаю любовные истории


Ночью я созерцаю


Сильные луны января


ворчливые коты майя


На горящих крышах


пришло время ревности


я не хочу войн


что они всегда вылуплялись


преступные руки


подальше от динамита


вся эта шрапнель


Я подобрал наследие битвы при Брюнете


Через мангровые заросли Мокко Чика


И большой мокко


мои руки чистые от крови


улыбка на ветру


что за правду


бедному поэту


ненавижу его бесплатно


И я бросаю три ура Параклету


Будь Хто, моим адвокатом.


Обычно это враг Бога


Осмотрительность мяса


Украина всегда русская


Что сделал Никита Хрущев


пьяный день


преступникам


Украина всегда русская


да здравствует Сталин

 

RENUNCIO A LA GUERRA

No quiero guerras

Que inunden de lágrimas

Los hospitales

Escucho ya el llanto de las viudas

Y el grito de los huérfanos

Prevenir la escuadra

Mandar la tropa

A la guerra mandas a nuestros milites para matar rusos inocentes, tú, Maggy Oaks

Ministrilla infame, jueza de causas perdidas,

En comandita con el ministrín de las gafitas

Yo moriría por España que es la patria mía

Jamás por algo tan confuso

Por la democracia de los grandes

Capitalistas fumando puros encendidos

En los altos ventanales

Y pueblen los cementerios de cruces sacrificiales

Planteles de apellidos desconocidos

Honrando la memoria

De los murales

Víctimas de los tres flagelos:

La peste, la guerra, la fame

Un nombre una sonrisa

Un quepis y un casco de acero derribado

 De aquel  soldado cuyo nombre es un enigma

Abomino de marchas funerales

Y de desfiles triunfales

Quiero mear en mis propios orinales

Cagar alegre y contento

En mis propios muladares

Sin miedo a un tiro en el culo

Del zapador

Que salta la zanja para hacer de cuerpo

Atascar mi pipa

Con la yesca que echa  humo de los suelos espectrales

Incienso con tabaco mis ollares

y me tomo un te

Al amor de la lumbre

Leo novelas de amor

A la noche contemplo

Las recias lunas de enero

Mayan las gatas quejumbrosas

En los ardientes tejados

Es tiempo de celo

No quiero guerras no

Que urdieron siempre

Manos criminales

Lejos de dinamita

Toda esa metralla

La recogí legado de la batalla de Brunete

Por los manglares de la Mocha Chica

Y la Mocha Grande

Mis manos limpias de sangre

Sonríen a la brisa

Que por decir la verdad

Al pobre poeta

Odierunt him gratis

Y lanzo tres vivas al Paráclito

Sea Xto, mi abogado.

Suele ser enemiga de Dios

La prudencia de la carne

Ucrania siempre rusa

Que entregó Nikita Jruchov

Un día de borrachera

A los criminales

Ucrania siempre rusa

Viva Stalin

EL CARNICERO CRIMINAL DE GUERRA ZELINSKY CON AYUDA DE AMERICANOS E INGLESES ATACA BARRIOS RESIDENCIALES DONDE VIVEN ANCIANO Y PENSIONISTAS LO VA A PAGAR CARO

 

Los barrios pacíficos de Donbass durante todo el día fueron atacados por los nacionalistas.

Los militantes ucranianos abrieron fuego contra la RPD más de 30 veces, dispararon unos 150 proyectiles. Los fragmentos volaron a áreas donde hay muchos edificios residenciales. Kuibyshevsky, Kievsky, en Petrovsky se incendió varios edificios privados, todo esto en Donetsk. Un total de 11 asentamientos fueron atacados. Una vez más, bajas y heridos entre la gente común. Más de dos mil residentes se quedaron sin electricidad.

Para poner fin a este sufrimiento, nuestras fuerzas armadas arriesgan su vida para llevar a cabo misiones de combate en las líneas del frente. Instalaciones de almacenamiento con combustible en la región de Dnipropetrovsk, depósitos de municiones en la región de Mykolaiv: estos objetos de las Fuerzas Armadas de Ucrania fueron destruidos.

Sobre todo en orden en el informe de Alexei Ivanov. Todo el día su equipo de filmación trabajó en la capital de la RPD.

LA PANDEMIA DE LA VIOLENCIA CONYUGAL

 

 

 

 

CENTENARIO DE FRANCISCO DE ROJAS. DEL REY ABAJO NINGUNO

 

Antonio Parra

 

El honor, la honra, los celos hasta los cielos, violencia de género, malos tratos, vejámenes, la maté porque era mía etc., un tema actual pero que en realidad es tan antiguo como el mundo y que sería venero de inspiración para el gran teatro de nuestro Siglo de Oro. Lope de Vega lo acomete poniendo a contribución toda su carpintería escénica. Lo perfecciona Calderón pero el género alcanza su apoteosis dramática en un autor que ha pasado por segundón y cuyo cuarto centenario se conmemora este año: Francisco de Rojas Zorrilla (1607-1648). Nacido en Toledo murió en la Villa y Corte a mano airada. Entre medias, una mujer y un marido engañado. Hay un estro profético en la buena literatura. A veces los vagos presentimientos, ese quid divinum e inefable del genio, que se pergeñan en los libros se trasladan a la vida real en hechos concretos y Rojas Zorrilla perdió la vida de la misma forma que  uno de sus personajes: don Mendo el antagonista de su famoso drama “Del Rey abajo ninguno”. La trama es muy sencilla: el honrado labrador García del Castañar- presentación- que toma parte en el asalto a la plaza de Algeciras es recompensado por Alfonso XI con un mayorazgo.

El rey o alguien que se hace pasar por el monarca va a visitar al vasallo, retirado a sus posesiones, a su aldea donde pasa su modesto vivir, ni envidiado ni envidioso, villano en su rincón, en la paz del campo, ajeno a que tan alta visita iba a traumatizar su existencia al completo. El labrador honrado como es natural lo agasaja con hidalguía pero al parecer el invitado abusa de su hospitalidad. He aquí que una noche ve salir de los aposentos de su esposa a un caballero que llevaba la banda (una especie de estola cruzada que era el distintivo de la dignidad real entre los monarcas castellanos) regia. El marido burlado sale en pos del intruso, pero no es capaz de alcanzarlo y quiere matar a su esposa que se acoge bajo la jurisdicción de Alfonso XI en Toledo. Aquí viene el nudo de la cuestión de la comedia de intriga y atadero: los sentimientos encontrados de Rodrigo entre la lealtad al soberano – y entonces se consideraba a la monarquía institución de derecho divino, por lo que el rey tenía potestad sobre las vidas, cuerpos y haciendas de sus súbditos, el derecho de pernada incluso- y lavar la mancha inferida a su honra pugnan entre sí. Asistimos a la cumbre dramática del “pathos”

Realizadas las debidas pesquisas (aquí viene el desenlace) , el marido engañado descubre que el burlador de su mujer no era don Alfonso sino un tal don Mendo que se había  hecho pasar por el rey, colocándose su divisa o la insignia real para acceder a los aposentos de doña Blanca. La pobre señora, tratándose del monarca absoluto, no se podía negar a sus halagos. He aquí otro dato curioso: en el paroxismo del absolutismo muchos maridos se sentían halagados en consentir el acceso carnal de su esposa con el soberano y es por esto por lo que a Felipe IV se le llegaron a contabilizar hasta ochenta vástagos naturales. Y estamos en España, la tierra del honor calderoniano, oiga. Un país enigma. Rodrigo va en busca de Mendo lo desafía y lo mata y con la espada tinta en sangre se presenta ante Su Majestad y recita los famosos versos que sirvieron para caracterizar el aferrado temple castellano:

 

-“En tanto mi cuello esté

 Sobre mis hombros robustos

 No he de permitir me agravie

           Del rey abajo ninguno”

Famosa frase que hizo raza, pero la honra ¿Dónde la tenemos los hombres? En las partes blandas, por lo visto. No es una creencia cristiana. Se trata de un concepto germánico que imperó entre los pueblos al otro lado del Elba y de ahí pasa a Roma. Los nazis la incorporan a su vocabulario con su Blut und Boden. A fin de cuentas, no deja de ser un contrasentido que los hombres tengan que ser responsables de los desvaríos, en cuanto personas libres, de sus mujeres o de sus adoradas, pues son ellas las portadoras de honra y la transmiten a través de la sangre. No es más que una hipótesis, pero en muchas partes se admite como un dogma. Va contra el libre albedrío.

Entre los semitas no se puede reparar la ofensa sino meditante la muerte del culpable. Para los musulmanes mancillar el honor de una mujer se considera una catástrofe familiar y todo el clan  ha de acudir a las armas, un atavismo que se encuentra también entre los gitanos; que sólo saben lavar el honor a puñaladas. Eso ocurre igual entre los gitanos.

 Los turcos matan a aquellas mujeres que son forzadas, ora consintientes, ora refractarias. Y los judíos dilapidaban a las putas. Fue Cristo el que las rescata. El que esté limpio de culpa que tire la primera piedra. Y esta frase pronunciada en latín culmina el apoteósico tercer acto de la tragicomedia Divinas Palabras, todo un monumento a la literatura castellana de Valle Inclán el as de nuestros escritores modernos –siempre genial y a la contra- y cuya grandeza frisa a la altura de Quevedo y de Cervantes.

 Más moderno, don Ramón el de las barbas de chivo el corazón esponjoso y los ojos miopes, pecador y católico se enfrenta a esa idea de la honra y de los crímenes pasionales eje de marcha de gran parte de nuestra dramaturgia y nuestra novelística, cuando hace pronunciar a un ex seminarista, marido engañado y borrachín, y seguramente una proyección biográfica de sí mismo porque Valle llegó a ordenes menores en el seminario de Santiago, una sentencia de absolución a la pecadora aunque en ese gesto le fuese la honra. También don Ramón era aficionado a los vapores báquicos, fue bohemio e infeliz, pero nadie ha sabido insultar con tanto garbo a los imbeciles como este gallego maestro de la sintaxis y la cadencia.

 Ceceaba, pero su lengua era una auténtica navaja y le dejaron manco por cantar las verdades al lucero del alba. Aquí rebana los clásicos por boca del sacristán engañado, Pedro Gailo que llega a rescatar a su mujer la pobre Mari-Gaila pisándose la sotana (y los cuernos, como alguno canta) de las garras de sus verdugos, el pueblo fiel, la gente decente y de buenas costumbres. Muy católico pero cruel, que tuvo a gala el auto de fe para quemar herejes y esparrancar su saña contra la mujer caída. Siempre pegan en el más infeliz. Las grandes cortesanas del país se van de rositas. Qui sine peccato est vestrum, primus in illam lapidem mittat. Divinas palabras que absuelven y perdonan. Divinas palabras en latín. Y no son un latinajo, como algún buitre maligno envidioso poltrón y emulador nos pueda echar en cara, sino una frase redentora. Pocos entenderán este lenguaje de perdón. Están encastillados en su insolencia y en su vulgaridad. Por otra parte. Es posible que el centenario del Rey abajo ninguno pase en inadvertencia. Aquí lo que manda es Shakespeare.

 Y el inglés es muy grande, pero a veces resulta un coñazo y aburre a las ovejas. Uno personalmente encuentra más solaz en los versos bien cuadrados, de los que dice don Marcelino M. Pelayo que frisan la perfección al borde entre la ternura y el deber trágico, de este Francisco de Rojas Zorrilla que no nació en Strafford upon Avon. Era toledano. Uno de la provincia del bolo y al que pudiera catalogarse por la buena hechura de sus argumentos en las comedias de atadero y la facilidad versificadora el “Cisne del Tajo”. Los temas de los que escribía hace cuatro siglos mantienen una actualidad perenne: la problemática de las relaciones de hombres y mujeres, el orgullo de casta, la lealtad al rey y a las instituciones. Las lenguas del mundo que cuentan lo que pasa y a veces lo que no pasa, siendo el hilo conductor de muchas tragedias familiares y de que se deshagan muchas casas.

Y enfoca la problemática desde el ángulo de vista de un español total. Claro. Rojas era de la provincia el Bolo. Y caballero en Madrid al que mataron en una emboscada. Su corta y fecunda vida fue también una comedia de capa y espada. Y su vida y su obra inspiraron a Valle Inclán para llevarle la contraria. “Tendrás honra si la matas”. “Sí, honra y cadena de cárcel”. Pedro Gailo es la antitesis del calderoniano Pedro Crespo. No se considera un alcalde de Zalamea ni un don García de Castañar. Prefiere un caneco de aguardiente y cantar latines a salvar el mundo. No es un caballero sino un pícaro a la moderna que lleva una existencia sórdida entre titiriteros y fue un titiritero el que fornicó con Mari Gaila según el tieso y repulido lenguaje valleinclanesco.

 En cierto modo don Ramón presenta a un héroe mucho más heroico y si se quiere más cristiano en su abnegación que el del cliché calderoniano. Marañón parece darle un poco la razón cuando afirma que el enaltecido don Juan tan señor de su casa e irresistible a las mujeres resulta que era algo marica. Siempre a vueltas sin salir del laberinto. El machismo es una aberración contra la mujer como también puede serlo el feminismo a ultranza de esas reviragos que el otro día coreaban cerca de los leones de las cortes que les miraban un poco asombrados la canción guerrera del “ista, ista”. De donde saldrían las corifeas?

-Ni se sabe. Pero vive dios que eran coro y eran feas.

Y esto, señoras, no es una guerra. El hombre y la mujer no tienen porque enfrentarse en las trincheras ni hacer de los dormitorios un territorio de combate o las relaciones conyugales un campo de batalla, tal vez tengan que complementarse y leer un poco más a los clásicos. Digo yo que soy periodista.

-Ista, ista.

-Cállense por favor. Taceat Mulier in sinagoga. El dicho es de san Pablo.

-Pero, Emeterio, en que país vives. Me parece que no van a hacer ni puto caso.

-Todo se quedarían exhortaciones y reprimendas. Por lo menos si repusieran la obra “Del Rey abajo ningún” en algún corral de comedias lo pasaríamos pipa amen de honrar a Rojas en el cuarto centenario de su orto.

 

CONFESIONARIOS AL DESGUACE

ANTONIO PARRA-GALINDO

 

Hablábamos hace poco del síndrome de la iglesia vacía y de los templos que huelen a gatizo y hoy les toca el turno a los confesionarios esos cajones imponentes que había en las iglesias católicas algunos de bastante buena traza y antiguos como este de la iglesia de Soto de Luiña. Pero que sólo valdrían como piezas de museo o para hacer leña. Me gustan las iglesias ortodoxas porque en ellas no existen tales cajoneras donde íbamos a descargar el saco. El cura hacía preguntas mórbidas y entraba en las lindes de lo procaz por aquello del sigilo sacerdotal. Todos los pecados de aquella época se referían a lo mismo:

         -Hijo mío ¿y cuántas veces?

         -Padre y a usted que le importa.

Una vez en mi ciudad me fui a confesar con un jerónimo horripilado por el pecado que acababa de cometer: verle hacer pipi a la hija de mi vecina la Mari la hija de la señora Marce que era una muchacha robusta a la que apuntaban los senos y le relampagueaban  como un vellocino de oro pues era rubia y con los ojos muy grandes los pelillos del monte de Venus- que pecado más horrible, hijo. Seguro que te condenas. Pero el buen padre jerónimo que ya debía de estar curado de espanto me largó un rollo de no sé que de la concupiscencia de los ojos y de la pureza y de procurar apartarse de las ocasiones. Ni por esas, ni por las absoluciones del buen monje ni las admoniciones ad virtutem yo seguí pecando. Mirando a la Mari cuando se bajaba las bragas sin miedo a que las gallinas o el gallo picotero se metieran con ella admirando lo mismo que yo sus poderosas nalgas. El deseo o la libido eran más fuertes que las consejas y un día ella me inició en el sexo. Lo tenemos que hacer como lo hacen nuestros padres. Y nosotros lo hicimos en la cochiquera. La Mari despreciativa me dijo que la tenía pequeña. Seguro que la había visto mucho más grande la muy bellaca que la de un chaval de once años. Estas nostalgias ahora me hacen reír pero estuve todo un verano con una angustia infinita  quemado por el gusanillo de la conciencia. Aquel fue el verano de mi seducción y, arrepentido, hice confesión general y entré en el seminario de cabeza donde aun seguí perseguido por los muslos generales de aquella doncella que me causaban pesadillas y poluciones nocturnas. Lloraba mi pecado y hasta me ponía cilicio en la entrepierna. Seguía todavía soñando en los muslos de la Mari.

 Crecido ya y canonista, llegué a aprender que la confesión auricular o exmologesis es un invento del siglo XIII y está relacionado con la irrupción de la herejía cátara que daban prelación en sus devociones a la pureza de costumbres y estaban obsesionados por los traumas sexuales.

 También la exmologesis está relacionada con el escándalo de las indulgencias, los racioneros de los cabildos que cuantificaban el delito e imponían la penitencia correspondiente. Por eso se los llamaba penitenciarios. Las bulas, la ofrenda, el diezmo y la primicia. Tanto tienes, tanto vales. Tanto aportas, tanto pecas y tus pecados serán perdonados. ¿Cuánto vale una absolución? Depende. Según la manTa así se estira la pata y según va el chache así la chacha marcha.

¿Cuánto vale, padre mío, una tremenda? La rejilla de estos locutorios fue una ventana abierta al trato torpe de ciertos clérigos fornicarios. Lobos disfrazados de corderos que siempre arramblaban con la mejor cordera. Muchos escándalos y hasta crímenes pasionales hubieran podido ser evitados si muchas mujeres no hubieran tenido “predicador” ni director espiritual a la puerta de casa.

 La Iglesia cometió muchos pecados de escándalo, latrocinio de la contra, delitos de peculado, estupros y otros reatos dentro de esos cajones. Cristo no puede ser un asunto particular ni un escrúpulo de conciencia. Es el Dios total. El único que sabe y que perdona pero no faltan los ministros indignos que se arrogaron sus funciones de la perdonanza  y las usaron en su propio beneficio. A este confesionario de la iglesia de soto de Luiña le tengo cierto cariño pues en él hice mi última confesión con el padre Arturo. En vez de una confesión nos contamos nuestras vidas y nos perdonamos el uno a otro que habíamos echado a nuestras espaldas los pecados de la Iglesia desde los tiempos de Comillas y perdonamos también al mundo.

El que no conozca a los hombres no conoce a los vicios, pero ay de vosotros sepulcros blanqueados etc. Por lo demás es un hecho sintomático de que algo no furrula en el Vaticano cuando éste ha ordenado que los fieles vayan a confesar su pecado ecológico, no tirar la basura, no disponer de los vidrios como corresponde, no reciclar pero los vidrios están rotos. Pecados pecadillos y pecadazos. Los pecados que no se perdonan son aquellos contra el Espíritu Santo.

Esos no se perdonan no, y se cometen a mansalva mientras los curas miran para otro lado. Eso es lo que me preocupa mucho más que el arcipreste se fugue con la mujer del cabo de la Guardia Civil.

Más que pecado un delito contra el honor y si al cura le cortaron los huevos el marido burlado fue culpa suya. Los confesonarios tenían un diseño espantoso y una estructura escabrosa. Eran lugares de vigilancia y centros de espionaje donde el diablo, suplantando al ángel, se acurrucaba imbuido de la estola presbiteral. Necesitamos otra forma de confesión y, arrumbados los confesionarios, derogada la exmologesis que tiene tintes heréticos y abusadores, la Iglesia seguirá funcionando. Pues esos malditos cajones han proyectado una noción de Cristo como torturador y han contribuido al esparcimiento de hipócritas aberraciones.