2025-03-30

TENGO UNA SOBRINA RUSA QUE FUE UN REGALO DE DIOS PERO LA NIÑA ADOPTADA PASÓ POR NO POCAS VICISITUDES DESAGRADABLES EN ESPAÑA


 Tatiana Parra Galindo

 

Tatiana Parra Galindo se llama mi sobrina. Fue adoptada al cabo de una larga peripecia en la cual se produjeron hechos inexplicables. Sería cuestión larga de narrar aquí.

 Mi hermana Fuen una enfermera soltera quería fundar una familia monoparental.

Acababa de fallecer mi padre y yo la recomendé gestionar la adopción de unja niña rusa. Se fue a la lejana Siberia, creo que a la ciudad de Omsk en uno de cuyos orfanatos la encontró.

 Era una niña muy linda con los ojos rasgados y hoy es una veinteañera guapísima.

 Mi hermana, desoyendo mis consejos, trató de desvincularla de sus orígenes.

La trajo con cinco años, sólo hablaba ruso.

 ¡Qué gran trauma en su vida!

 Mucho me hubiera gustado tratar a esta niña, hablarle de la historia de su país pero la Marifuen cortó estas comunicaciones  por lo sano con ánimo de exterminar todo vínculo con su pasado. La bautizamos por la iglesia católica por ablución.

─¿Sabéis si fue bautizada por inmersión en la iglesia ortodoxa rusa?

Me dijeron que no. Que sus padres debían de ser  el uno alcohólico y que la madre ejercía la prostitución.

 ¿Y qué? Dije yo.

Mi hermana es un poco bruta y no me habla desde entonces.

 Pero dio a la niña una buena educación y cuando cumplió ocho años la prepararon para recibir la Comunión. Y aquí surgió otro detalle exasperante y bochornoso. El cura claretiano se negó a darle el Pan de los Ángeles alegando que la aspirante al sacramento era de padre desconocido o habida dentro de una familia mono parental.

 En la Santa Iglesia Ortodoxa los niños tienen acceso al sacramento de la Eucaristía desde la lactancia prácticamente.

 La fiesta de la Primera Comunión celebrada entre nosotros con tanto rumbo y jolgorio es una imitación del Bad mitrah con que los judíos celebran la entrada en la sinagoga de los circuncisos al alcanzar el uso de razón o la capacidad de discernimiento.

 Ahora creo que Tatiana Parra Galindo, pasadas unas crisis de identidad contra las cuales se rebeló y le causó ciertos disgustos a la bruta de mi hermana, y con razón, encauza sus pasos por la vida ─asumo que en una buena dirección─.

Pido al señor que la lleve camino recto.

 Sin embargo, el haberla negado sus orígenes me parece un hecho cruel. Tan cruel como la decisión de ese cura porro que se negó a administrarle el sacramento el día de su primera comunión.

 

domingo, 30 de marzo de 2025 

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