PORQUÉ ANDRÉS
LAGUNA FUE EL AUTOR DEL LAZARILLO. HE AQUI CINCO RAZONES y (II)
Uno de los
enigmas de la literatura castellana es la autoría de la gran novela que
inaugura el género picaresco. La cual no fue suscrita por razones aducidas en
anterior artículo pero la crítica moderna a través del erudito francés, Marcel
Bataillon, identifica a Andrés Laguna con Cristóbal de Villalón que
fue el autor de Viaje a Turquía. Y demuestra con rotundidad que eran la misma
persona.
A su vez la
archivera barcelonesa Mercedes Aguiló atribuye la paternidad del
Lazarillo a Diego Hurtado de Mendoza embajador del emperador Carlos V en la
Santa Sede, basándose en las correcciones a una copia u original del texto que parecieron
en el archivo de Bolonia. Esta investigación, tan meritoria como exhaustiva, a
nuestro juicio la consideramos errónea, porque no se tiene en cuenta que el
famoso escritor y médico segoviano autor, inter alia, de otras obras tan
señaladas como el Dioscorides, vivía en la casa de Don Diego en calidad
de cirujano y medico del Papa.
1.- El estilo
del Lazarillo está muy lejos de alcanzar la calidad de las crónicas sobre la
guerra de Granada de Hurtado de Mendoza, un libro circunspecto y de tono
elevado aunque de un gran valor histórico porque refleja la pugna de la corona
de Castilla para someter a los moriscos.
2.- Sin
embargo, en la forma de redactar y en la gran riqueza expresiva y lexicografica,
Lázaro de Tormes habla de una forma casi paralela a como se expresa el gallo Micilo
en el Crotalón o en el mismo tono desenfadado del narrador del Viaje a
Turquía y del Crotalón.
3.- Se trata
de tres obras escritas en castellano como divertimento a las sesudas
observaciones del Dioscorides sobre medicina, nociones farmacológicas y
anatómicas, sin olvidar sus andanadas contra la corrupción eclesial, que Andrés
Laguna dio a la estampa en latín, publicándolas en Amberes, Londres,
Bolonia y Paris.
4.- El Crotalón
y el Lazarillo ponen en solfa las ideas erasmistas y de reforma de la
iglesia anterior al concilio de Trento a cuyas sesiones asistieron Diego
Hurtado de Mendoza como embajador pontificio y Andrés Laguna como galeno de cabecera
de Su Santidad.
5.- Si Lazarillo
sirve a un clérigo, a un buldero y a un hidalgo, Micilo entra como
fámulo en el palacio de un obispo que le ordena de presbítero: "cansado de
esta miserable y trabajada vida, fuime a ordenar para clérigo, después de haber
sido mozo de ciego. Gané su voluntad con seis conejos y otras tantas perdices
que llevé al provisor, y, ansí, mascando un Evangelio que me dio a leer y,
declinando al revés un Nominativo, me pasó. Le dijo al escribano que me había
de ordenar: andad que es pobre y no tiene para vivir"... "Y elegí ser
sacerdote que es gente sin ley... mi padre me encomendó como criado y monacino
(acólito) de un capellán que servía un beneficio tres leguas de acá... En
ninguna cosa muestran estos capellanes ser aventajados sino en comer y beber en
lo cual no guardan tiempo ni medida ni razón. Con él estuve dos años que me
enseñó a malhacer y malpensar y mal perseverar. A leer me enseñó lo que
él sabía, que era harto poco, y a escribir una letra que parecía sino era arado
el papel con patas de escarabajo. Yo era buen mozo de quince años y entendía
que, para no ser tan asno, como mi amo, debía saber algo de latín. Y ansí me
fui a Zamora a estudiar alguna gramática" (Argumento del IV Canto del
Gallo.)
Compárense
estos párrafos con alguno que aparece en los capítulos del Lazarillo, y
se comprobarán que son identitarios, tanto por el donaire y desenfado de la
sátira, como su acerba critica a los curas disolutos. Existe un parecido
sorprendente. Parece un libro de hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario