BECQUER TARAZONA CARTAS DESDE MI
CELDA
Poeta mayor de la lengua castellana
Gustavo Adolfo Becquer se manifiesta como un excelente prosista y periodista en
Cartas desde mi Celda. Tuve la suerte semanas atrás de visitar el monasterio
cisterciense de Veruela. Está igual que cuando él lo dejara; un apartado
recinto a los pies del Moncayo entre Somontano, Trasmoz y Añón con sus
matacanes torres, almenas y tumbas de jaspe enterramiento de abades y de
señores feudales reliquia del Medievo arrasado por la francesada y por la
desamortización del nefasto Mendizabal.
Al pie de un cruceiro a la entrada del cenobio se erige la cruz de mármol donde
se sentaba el poeta cada tarde en espera de la diligencia de Tarazona que traía el correo con el
periódico La Correspondencia a cuya
redacción enviaba las cartas. Son una referencia geográfica etnológica
costumbrista e histórica del país. El vate sevillano enfermo del pecho buscó la
salud y el retiro del ajetreo de la Corte. El vandalismo la envidia la incuria
por el pasado campan por sus respetos. Todo lo que no es nuevo se menosprecia…
a la inflexible línea recta se sacrifican las calles nuestros barrios moriscos llenos de sombra
fresca y una tras otra vienen abajo murallas romanas fenicias y godas. El autor
de Rimas y Leyendas vive con angustia la mentalidad del ensanche urbanístico
que alteró el semblante de nuestras viejas ciudades.
CONTINUARÁ